Los Defensores nº11

Título: Recrudecimiento de las hostilidades
Autor: John Schneider
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Junio 2005

Alguien ha lanzado un ataque global contra los Defensores reuniendo a sus mas temibles enemigos. Ellos son la Abominación, Terrax, Attuma y... Dark Wizard. Pero ¿quien es Dark Wizard y cuál es su relación con el Doctor Extraño?.
El Doctor Extraño. Hulk. Estela Plateada. Namor. Poderosos guerreros que no encajan en ningun lugar. Cuatro héroes que se reúnen sólo cuando la Tierra se enfrenta a las mayores amenazas. Ellos son el "no-grupo" más famoso de la historia. Ellos son...
Creado por Roy Thomas y Ross Andru

Cable mira con atención a su rival, Calavera. El momento de la verdad ha llegado. La cuenta de atrás avanza lentamente. Los soldados de Cráneo Rojo rodean la bomba mientras apuntan a Dominó, que acaba de dejar inconsciente a un par de ellos. Dom y Cable se intercambian una mirada de complicidad. Son soldados y están en su ambiente natural.

- No puedes ganar, Cable, o desactivas la bomba o me capturas, pero no tendrás las dos cosas.

- ¿Me tienes miedo?

- ¿De qué hablas?

- Si estuvieras tan confiado como pretendes hacerme creer no me ofrecerías un trato, ¿o es que no estás dispuesto a morir por tu sueño de un cuarto reich?

Los ojos de Calavera se entrecierran en una expresión de furia.

- Tú lo has querido.

Se abalanza contra Cable golpeando con ambos puños. Nathan esquiva uno y para el otro con su mano tecno-orgánica.

- Ni lo sueñes. Tengo más poder del que crees, no sé lo que sabes de mí, pero me voy a asegurar de que no me olvides.

De repente todos los soldados caen desplomados inconscientes. Dominó se dirige rápidamente a la bomba.

- Conozco el modelo, la desactivaré en un momento, espero.

Una media sonrisa aflora con timidez en el curtido rostro de Cable.

- Y ahora qué hago contigo.

Dos cuchillas salen disparadas de los guanteletes de Calavera pero una fuerza las desvía lejos de su objetivo.

- Sigues sin entenderlo.

- No voy a rendirme.

- Eso lo respeto, te dejaré ir con una condición, le dirás a Cráneo Rojo que él es el siguiente en mi lista, así que puede empezar a hacer las maletas y largarse de la Tierra Salvaje, ¿comprendido?

- Sí.

Mientras Calavera y sus hombres se retiran Bridge desmonta la bomba con la supervisión de Martillo. Kane explora el almacén con curiosidad. Aparatados Dominó y Cable hablan.

- ¿Por qué has hecho esto?

- Cráneo Rojo es la presa principal, además no habría sido muy inteligente emplear artillería pesada tan cerca de la bomba.

- Ahí tienes razón, aunque esté desactivada siempre puede pasar algo. ¿Y ahora qué hacemos?

- Llamar a Nick Furia.



Nick Furia se pasea como un león enjaulada ante pantallas de video que lo bombardean incesantemente con imágenes de caos y destrucción. A partir de la declaración de guerra los ataques a todo tipo de instalaciones se han sucedido: bases militares, aeropuertos… Las incursiones son rápidas y devastadoras. Por aire, tierra y aire, ningún medio parece estar fuera de su alcance, y el nerviosismo crece.

Furia se detiene junto a una pantalla más grande que las anteriores en las que están fijas las caras de los miembros reconocidos hasta el momento del grupo.

Se da la vuelta y los señala diciendo:

- ¿Alguien me puede explicar de qué va todo esto?

Hulk es el primero en responder.

- Creo que haríamos más bien ayudando que encerrados aquí mirando fotos, nos han declarado la guerra, punto. No hace falta saber más, debemos detenerlos.

- ¿Sin saber quiénes son?, ¿ni lo que pretenden?

Stephen hace un gesto con la mano pidiendo silencio.

- Sabemos la identidad de tres: la Abominación, es el que está entrando por tierra; Attuma es el responsable de las incursiones marítimas y Terrax es el que está destrozando los satélites y los aviones.

- ¿Y el cuarto?-pregunta Estela Plateada.

- El cuarto, Norrin, es el que me preocupa, todos tienen algo contra nosotros, Abominación odia a Hulk, Attuma quiere el trono de Atlantis y Terrax tiene cuentas que saldar con Estela.

- Entonces el cuarto es un enemigo tuyo, ¿lo reconoces?

- Me temo que no, Furia. Su traje me impide identificarle, siento algo en él familiar, le conozco, y él no quiere que descubra quién es, seguramente para evitar que descubra su plan.

- Así que lo que tenemos es una reunión de varios de vuestros enemigos para haceros la puñeta a vosotros y de paso al mundo.

Apartado Namor mira fijamente un mapa del océano.

- Es mucho más que eso, están organizando la invasión de Atlantis. Tengo que irme, permaneceré en contacto.



En la oficina de la Corporación X el ambiente es tenso. Los reunidos son Arcángel, Monet, Dominó y Cable. Warren toma la palabra.

- Esto es algo gordo, sea quien sea van a por los defensores.

- Y nosotros estamos en medio.

- Son nuestros aliados, Dominó, ellos nos invitaron a este edificio, y si estuviéramos en su posición puedes estar segura de que nos ayudarían. Tienen tan mala prensa como nosotros y aun así se arriesgaron a colaborar públicamente con nosotros. Esto no es como otras ocasiones en que un grupo público aceptaba a un mutante en sus filas es un trato oficial, y vamos a cumplir con nuestra parte.

Cable le muestra una carpeta y le espeta:

- ¿Y qué pasa con Cráneo Rojo? ¿Vamos a dejar que comience el Cuarto Reich en la Tierra Salvaje?

- Nathan, sabes perfectamente que no vamos a quedarnos de brazos cruzados, pero ahora tenemos una amenaza más prioritaria. Mi idea es proporcionarles la ayuda necesaria a los Defensores, empezando por proteger el edifico Tempo, he hablado con Bethany Cabe y está de acuerdo, eso les permitirá buscar a los que están detrás de todo esto.

- No me malinterpretes, Warren, pero no quiero que olvidemos el asunto Cráneo Rojo, sé lo importante que es nuestra relación con los Defensores. Revisaré con Dominó el sistema de vigilancia. Kane, Martillo y Bridge nos echarán una mano.

- Deberíais buscar un sexto miembro para volver a ser la media docena.

- Ya estamos buscando.- Responde Dominó con una media sonrisa.

Ya solos Warren y Monet, la antigua componente de Generación X le pregunta a Warren:

- ¿Has pensado en la oferta de Muerte? Más tarde o temprano habrá que responderle.

- Lo sé, pero…

- Pregúntale a Emma, ella sabrá aconsejarte.

- Es una buena idea.



El centro de Sao Paulo está sumido en el caos, decenas de coches arden formando una montaña de metal. El ejército se ve incapaz de mantener el control. EL sonido de las ambulancias se superpone con el de las alarmas de los bancos.

Como un dios enfurecido Terrax descarga su hacha contra todo lo que ve: edificios, coches, árboles, fuentes,… Todo es destruido.

- ¿Dónde se esconden los Defensores? Ese atajo de cobardes…

Un rayo de energía cósmica le golpea en el rostro. Disipada la explosión su rostro reaparece con un gesto de furia.

- Veo que al fin habéis decidido responder a nuestra declaración de guerra.

Estela Plateada se detiene a unos metros escasos de su contrincante.

- He venido a parar esto, ¿qué pretendéis?

- Destruiros, Dark Wizard nos ha convertido en un grupo, y vamos a reclamar nuestro lugar en el mundo.

- ¿Dark Wizard? ¿Es ese el individuo enmascarado que os acompaña?

- Es un poderoso hechicero, os conoce muy bien, especialmente al Doctor Extraño. Puedes estar seguro que tenéis los días contados.



Atlantis, su reino, su responsabilidad. Su principal obligación era para su gente, además Namor sentía que en este caso los intereses de sus súbditos coincidían con los de su grupo.

Las noticias eran preocupantes, varios ejércitos se dirigían hacia Atlantis amenazando con cercarla. Sabía que el responsable era Attuma, habían luchado antes y se conocían muy bien, sin embargo ahora era diferente, los dos estaban en grupos.

Al entrar en su hogar Namor es recibido por su prima.

- Se acercan.

- Lo sé, debemos disponer las defensas ya.

- ¿Y tus compañeros?

- Tienen otros problemas que atender.



El Doctor Extraño está preocupado, en su mente se repite de forma incansable y machacona la imagen de su oponente: las vendas, la armadura… Su identidad es la clave. Es lo único que da sentido a su mascarada. Ha juntado a enemigos de sus compañeros y ha formado un grupo. Como un reflejo negativo de él ha lanzado a su creación contra el mundo en una fiebre de ataques.

Estela está en Sao Paulo luchando con Terrax, Namor espera en Atlantis la llegada de Attuma y Hule busca a la abominación en la antigua base militar Hulkbuster, reciclada para el proyecto antimutante Operación Tolerancia Cero y actualmente abandonada. Eso le deja a él, el Hechicero Supremo de nuestra dimensión la papeleta de enfrentarse al líder del grupo, el misterioso Dark Wizard.

El lugar, como no podía ser de otra manera es un enclave mágico. Cerca de Luxor (Egipto) se levantan dos figuras descomunales conocidas como los colosos de Memnón, de veinte metros de altura fueron construidos por el faraón Armenhotep III y se dice que poseen un oráculo que habla al amanecer, un oráculo que lleva en silencio desde el año 200 d.C. Al ver las imponentes estatuas Stephen se pregunta si tendrán algo que decir sobre el combate que se librará ante ellas.

Los Colosos de Memnón

Justo entre ellas hay un trono de piedra rodeado por toscas figuras de arena con poses amenazadoras, y en el trono está sentado meditabundo Dark Wizard. Su voz suena profunda y antigua como el viento que azota el desierto.

- Bienvenido, Stephen Extraño, he esperado mucho tiempo este momento.

- Espero no haberte hecho esperar en vano, pero antes dime, ¿quién eres?

- Adivínalo.

- Mordo está muerto.

- ¿Seguro? Creo que ya has visto las suficientes resurrecciones para dudar de la permanencia de la muerte.

- Intentas confundirme, eso puede afectarme a mí, pero no al todopoderoso ojo de Aggammoto.

- Y acabar con la diversión. Criaturas mías dadle una lección al “Hechicero supremo”.

Las formas de arena empiezan a girar sobre sí mismas y rodean en apenas unos instantes al Doctor Extraño.

- Tú lo has querido.

Una ráfaga de viento las desparrama en todas direcciones sin compasión.

- ¿Estás seguro?

Un rugido suena tras él, un monstruo más alto que las estatuas se cierne sobre el líder de los Defensores. La arena es más compacta que en las anteriores criaturas. Su forma es vagamente humana. Seis brazos brotan de su torso.

- No por ser más grande…

Una bocanada de fuego sale del interior de su boca y es detenida por un escudo de Serafín.

- He aprendido mucho de este mundo.

La frase impacta a Stephen, “¿Este mundo?” Una distracción imperdonable pues un puño de la criatura impacta contra él derribándolo.

- Sí, no soy de este mundo. Ahora piensa, ¿cuántos alienígenas tienen algo contra ti?


La base Hulkbuster trae muchos recuerdos a Bruce Banner, sobre todo de su responsabilidad por las acciones de Hulk. No es casualidad que la Abominación haya escogido ese sitio para llevar a ese grupo de científicos raptados del CERN. Como tampoco es casualidad que escogiera a los mayores expertos en radiación gamma.

A medida que se acerca a la destartalada instalación se pregunta más por el motivo tras toda esta ofensiva, pero un proyectil le saca de sus reflexiones de forma violento.

La roca se deshace al impactar contra su piel esmeralda. De un salto entra en la base atravesando una parte dañada del techo, y ve a su enemigo, la Abominación.

No hay palabras, tan sólo golpes. Dos seres creados por la radiación gamma chocan como los antiguos titanes, pura furia desatada. Las paredes caen ante ellos como fichas de dominó ante el horror desencadenado. Presos en una sala herméticamente cerrada sólo pueden mirar cómo su salvador y su captor chocan de nuevo.

De repente, una de las paredes se agrieta y asoma una persona corpulenta de cabellera verde:

- ¿Les importaría acompañarme?

Continuará...


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