| Título: La madre de todas las guerras Autor: John Schneider Portada: Ovidio Maestro Publicado en: Noviembre 2005
Mientras los Defensores hacen frente a sus némesis, el Doctor Extraño se enfrenta a Dark Wizard. ¿Quien se oculta tras tan misterioso nombre? ¿Que ocurrirá cuando su identidad sea revelada? Entra y descúbrelo.
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El Doctor Extraño. Hulk. Estela Plateada. Namor. Poderosos guerreros que no encajan en ningun lugar. Cuatro héroes que se reúnen sólo cuando la Tierra se enfrenta a las mayores amenazas. Ellos son el "no-grupo" más famoso de la historia. Ellos son...
Creado por Roy Thomas y Ross Andru
Una palabra se ha extendido por todo el planeta acaparando los titulares de todos los informativos , interrumpiendo la programación habitual, mostrando al público uno de sus mayores temores, ser vulnerables, estar a merced de fuerzas más allá de su comprensión. La palabra es guerra, y aunque la historia de la humanidad ha sido escrita a base de conflictos armados cada uno de ellos es único, cada uno de ellos deja sus víctimas, seres irrepetibles perdidos en la vorágine de destrucción que define a estos sucesos.
Hace apenas un día un nuevo grupo de supervillanos, a falta de una mejor denominación, declaró la guerra a los Defensores, un grupo de superhéroes con base en Nueva York. El campo de batalla es el mundo y su objetivo parece ser la destrucción del grupo y de todo lo que representan.
Los combatientes se han repartido por el globo terráqueo en esta guerra según los planes del misterioso Dark Wizard. Ahora toca ver la resolución.
El Doctor Extraño siente el viento árido del desierto en su rostro golpeándole con una infinidad de partículas de arena. La sombra de su contrincante se proyecta sobre el amenazadora. Un momento de distracción le ha llevado a la situación actual. Desesperada, con el grupo desperdigado y él cara a cara con el organizador de todo esto.
- ¿Te rindes, Extraño? ¿Acaso no eres capaz de borrar a esta criatura con uno de tus trucos, como hiciste con las anteriores?
- Si lo que buscas es provocarme te equivocas de persona, hace mucho tiempo, cuando era alguien muy diferente te habría funcionado pero ese hombre ya no existe. Soy el hechicero supremo y protector de este plano, y no me detendrá ninguna de tus creaciones, mágicas o tecnológicas.
Un gesto de su mano hace brotar una lluvia de flechas doradas sobre la figura de arena corroyéndola. Insensible a su propia destrucción lanza sus manos contra el Doctor Extraño, que la esquiva usando su capa de levitación.
-Estos juegos no van a funcionar mucho tiempo, acabaré por descubrir tu identidad y tu plan terminará.
-Lo sé, la descubrirás pero no como tú esperas.
Los científicos miran perplejos al recién llegado, secuestrados por la Abominación sus últimas horas han sido una pesadilla en la que han contemplado el choque de dos colosos esmeralda y ahora un hombre que parece compartir una relación con los contendientes les pide que confíen en él
-¿Quién es usted?
-El doctor Samson, deben venir conmigo, la base no aguantará mucho más, aunque fue construida pensando en Hulk lleva abandonada mucho tiempo.
-¿Por qué han hecho esto?, ¿por qué nos han traído?
-Para atraer a Hulk, ahora síganme.
Mientras los científicos siguen a Doc Samson el combate continúa dentro de la base. La Abominación arranca un teclado de una máquina y golpea a Hulk en el rostro.
-Míralos, huyen como ratas, no quieren ver adonde llevan sus investigaciones, le tienen miedo al futuro.
-No somos más que monstruos Emil, no representamos el futuro, sólo somos errores de la naturaleza.
-¿Monstruos? Somos dioses, cuando ellos sean cenizas nosotros seguiremos aquí luchando, viviendo, sintiendo sensaciones que ellos no se atreven ni siquiera a soñar.
Emil Blonsky levanta una generador con sus manos y lo lanza contra Banner que lo para en pleno vuelo con su manos.
-¿Qué pretendéis?
-Respeto. Algo a lo que llamar hogar.
-Hay mejores maneras.
-Siempre se ha hecho así, la violencia es el método que siempre funciona.
-La violencia sólo trae más violencia.
-Pues rendíos y todo esto habrá acabado.
-No nos rendiremos, no voy a volver a tirar la toalla, no volveré a dejar que otros marquen el rumbo de mi vida. Eso se terminó.
La población de Sao Paulo observa con pavor el combate que se desarrolla por encima de sus cabezas. La policía e incluso el ejército asisten impotentes a un choque de titanes que atraviesa las calles de la ciudad como una huracán dejando una reguero de escombros a su paso. Todo el mundo corre intentando sacar a la gente de los restos de su hogares y oficinas.
Los rayos de energía cósmica surcan el cielo como muestras de furia divina. Estela Plateada contempla horrorizado los efectos de su enfrentamiento con Terrax, los edificios de varias manzanas a la redonda arden como teas impregnadas en gasolina, los coches se tascan en las calles colapsando el tráfico, pero lo más aterrador, lo que le afecta más profundamente es la cara de desolación de la gente que deambula por entre las ruinas con la vista perdida. Conoce esa sensación, de impotencia, por un instante siente que está de nuevo en su hogar, y revive la llegada del devorador de mundos, Galactus.
Mira a Terrax a los ojos directamente, dolorido, furioso consigo mismo.
-Esto debe parar.
-Sólo parará con vuestra derrota.
-Aunque nos venzáis a nosotros no habréis ganado, os detendrán, puede que sean los 4 Fantásticos o los Vengadores pero al final perderéis.
-Él tiene un plan, sólo tenemos que venceros a vosotros.
-Así que un plan, ¿está en ese plan el matar a inocentes, el destruir ciudades…?
-Lo que haga falta para que entendáis nuestro mensaje.
Sin pausa y con una determinación renovada las tropas de Attuma avanzan sobre Atlantis rodeándola, cortando todas las rutas de huída acompañados por seres hechos con los elementos de nuestro planeta. Como una marea sortean los obstáculos barriendo las patrullas de vigilancia con una ferocidad y efectividad inusitada.
Dentro del reino submarino todas las miradas se centran en su monarca, que semeja un volcán a punto de estallar. Su prima Namorita apoya una mano en su brazo intentando transmitirle su apoyo y cercanía, pero Namor parece ausente, retirado en el interior de su mente, contando el tiempo que falta para la llegada del invasor y el comienzo de la inevitable batalla.
Con un gesto se levanta del trono y dice con voz grave:
- Que vuelvan las patrullas, cerrad Atlantis, debemos prepararnos para el asedio. A partir de este momento nadie podrá salir o entrar sin mi permiso.
Warren Worthington, acompañado por Monet St Croix y Bethany Cabe mira la multitud de periodistas que se arremolina en la entrada del edificio Tempo en busca de una declaración. Se ha desatado una guerra a escala planetaria y quieren ver qué ocurre en la base de los irónicamente ausentes Defensores.
- ¿Qué hacemos Warren?
- ¿Qué crees, Monet? Lo que ya es costumbre por aquí, una rueda de prensa, hay que calmar los ánimos.
- ¿Calmarlos?, Los Defensores están luchando con esos tipos ante todo el mundo, ¿cómo vas a calmarlos?, hay una maldita guerra ahí fuera y no sabemos cómo va a terminar.
Warren permanece impasible ante el razonamiento de Bethany.
- Sé que debemos evitar el pánico pero no veo cómo lo podemos hacer, en cualquier momento nos van a atacar, lo sabemos, es la base de los Defensores, no van a pasar esto por alto y ya han estado aquí sin que nosotros nos enteráramos.
El mutante alado avanza hacia la ventana.
- Tienes razón, nos van a atacar, lo sé, van a venir aquí a apoderarse de este edificio y de la tecnología que contiene, por eso vamos a salir ahí y diremos que les estamos esperando, la Corporación X protegerá este edificio a toda costa, no debe caer en sus manos.
Destruida la última creación del Dark Wizard los dos oponentes se estudian en silencio. El tiempo parece detenerse a su alrededor. Las miradas se cruzan intentando adivinar el siguiente movimiento de su oponente. Ensayan diferentes posturas buscando la mejor estrategia a seguir. Finalmente el combate se desata con la furia de un tornado, rayos de diferentes colores son lanzados, escudos son creados, seres de otras dimensiones son convocados… y así los líderes de los dos grupos chocan una y otra vez en un cíclico intercambio de hechizos y contrahechizos.
Poco a poco Stephen Extraño comienza a detectar pautas familiares en su oponente, aunque ha aprendido nuevas técnicas posee tics que le acercan a la identidad de su adversario. Es un hechicero poderoso, sin duda.-Piensa el buen doctor.
- Se acerca el momento, Stephen., la hora de la verdad.
- ¿Por qué tanto dramatismo?, ¿no estarás sobreestimando el efecto que tendrá el revelar tu identidad? Quizás ya la conozca y no me impresione, sólo eres otro mago con más poder del que sabe manejar.
- ¿Y tú crees realmente que puedes romper mi concentración con una provocación tan burda? Observa mi poder.
Una docena de flechas de fuego caen sobre Stephen desde varias direcciones. Un gesto del hechicero supremo apaga la mayoría pero alguna pasa cerca de él chamuscando la capa de levitación.
- Espero que te tomes esto más en serio ahora.
- Nunca me lo he tomado de otra manera, no cuando hay vidas en juego. Dices que has creado un grupo superior al mío, pero en vez de enfrentarnos en grupo nos has dispersado por el mundo poniendo en peligro miles de vidas.
- Tranquilo Stephen, todo llegará, pero primero quiero que sepas el motivo de todo esto. Nos hemos enfrentado antes por tu título de Hechicero Supremo y me derrotaste usando a mi planeta en mi contra, me quitaste a mi gente y ahora no puedo volver. Al principio pensé en superarte en el campo de la magia para arrebatarte tu preciado título pero cuando vi que habías recreado a los Defensores y los mostrabas al mundo entero con orgullo a pesar de vuestro reciente altercado con los otros héroes comprendí lo que debía, fue como una iluminación, un mensaje diáfano.
Debía demostrarme a mí mismo que podía superarte en todo, no para que esos paletos de mi planeta natal me reconozcan como su líder ni para que unas deidades en las que ya no creo me nombren hechicero supremo, sino por mí, quiero que comprendas esto, lo hago por mí, porque debo hacerlo. Les he reunido, he formado un grupo con ellos y ahora les daré un hogar, al precio que haga falta.
- ¿Qué te lo impide?
-Vuestra presencia, vuestra mera existencia es una amenaza a mi grupo. Y está Atlantis, el reino de Attuma.
-Eso habría que discutirlo.
-Cuando nuestros ejércitos entren victoriosos en la capital del reino submarino hablaremos.
La población de Manhattan mira entre asombrada y aterrada como unas criaturas compuestas de barro y agua se adentran en la gran manzana directas del mar, tan altas como los rascacielos, dotadas de una tosca apariencia humanoide y de cuatro brazos dejan un sendero de destrucción a su paso.
En el edificio Tempo la Corporación X junto al servicio de seguridad ha desplegado un dispositivo de defensa que abarca toda la manzana. Arcángel sobrevuela la zona con Monet, concentrados en su tarea usa sus respectivas mejoras en la visión para controlar cada detalle. Algo necesario ya que no todos los agentes del Dark Wizard son de talla extra. Cable y el resto de la media docena vigilan las cercanías del edificio, que queda en manos de Bethany Cabe.
El primero en ver la amenaza es Warren.
- Ya ha empezado.
Monet se lanza en picado contra el primero, atravesándolo de lado a lado. Ignorando el ataque el ser prosigue su camino en calma.
- Mierda, si la fuerza no sirve contra ellos no creo que las armas tengan más suerte.
Una voz suena en su cabeza.
"Tendremos que probar."
Un misil surge del extremo de una calle y se precipita contra la cabeza del ser de apariencia más sólida. La explosión lo decapita repartiendo trozos de barro. Sin embargo, un momento después una nueva cabeza sustituye a la perdida.
"Tenemos problemas, y serios. Creo que quieren meterse en Tempo y no veo cómo vamos a impedirlo."
Dominó se acerca a Nathan y le pregunta con un punto de inquietud.
-¿Y tu telequinesia no los podría detener?
-A unos pocos quizás pero son demasiados, y no paran de aparecer más.-Le muestra una pantalla con imágenes de satélite de la ciudad.
Bridge aporta su punto de vista.
- Estamos jodidos, vamos a acabar de barro hasta las orejas.
- ¿Y si los deshidratamos? Parece que cuanta más agua llevan más fácilmente se mueven.
- Buena idea Kane, ahora queda ponerla en práctica. Se la diré a Warren.
Antes de que Cable pueda establecer contacto con Arcángel ve como una chica de piel blanca como la cal y ropa negra sale a la calle desde el edificio Tempo con unas muñequeras plateadas. La reconoce como la Hermana Nada, una misteriosa amiga del Doctor Extraño. Sin mostrar temor alguno sale al paso de las criaturas con una tímida sonrisa en la boca. Nadie diría que está a punto de toparse con unas criaturas mágicas aparentemente invulnerables.
Bruce Banner siente como su paciencia ha pasado el límite hace tiempo. Está cansado de pelear con la Abominación una y otra vez, sin llegar nunca a una resolución satisfactoria. Algo se rompe en su interior, una pequeña grieta en el acuerdo que rige su mente, que fuerza un nuevo consenso, una nueva actitud, más apropiada para la situación, o al menos eso espera.
¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?
Acabar contigo.
VAS A TRAGARTE ESAS PALABRAS, VOY A BARRER EL SUELO CON TU FEA JETA, BLONSKY, Y DESPUÉS IRÉ A POR TUS COMPAÑEROS.
Inténtalo.
Hulk arranca de cuajo un acelerador de partículas circular y atrapa en su interior a la Abominación. Sin darle tiempo a reaccionar gira el aparato cada vez más rápido. Emil Blonsky se ríe. Al alcanzar la velocidad de escape el conjunto abominación/acelerador sale disparado como un cohete atravesando los restos de la base Hulkbuster seguido de cerca por Hulk.
En Atlantis la situación empeora por momentos, los ejércitos de Dark Wizard y Attuma se abren camino a través de las defensas, que se muestran impotentes. Las miradas de los habitantes se centran en su monarca, que llevado por su legendaria furia realizar incursiones en las filas enemigas mientras su prima organiza la retaguardia. Sin embargo su esfuerzos resultan vanos pues donde derriba a una criatura mágica aparece otra para sustituirla.
Attuma mira con regocijo a su odiado enemigo contando mentalmente el tiempo que tardará en caer en sus manos la corona de Atlantis. Tal como planearon Namor malgasta sus fuerzas en las criaturas engendradas por los motores mágicos del Dark Wizard, los mismo que generan los seres de agua y barro que asolan Nueva York.
Su carro de guerra se acerca rápido a las murallas del reino submarino. Para su sorpresa Namor se detiene y mira en su dirección, pero al momento comprende que él no es el objeto de su atención sino el origen de las criaturas. Al fin ha comprendido que debe ir a la fuente para detenerlas. A un gesto de Attuma más de media docena de cañones apuntan a Namor. Una voz suena en la cabeza de Attuma, el momento ha llegado. Attuma sonría y ordena paso libre a Namor, que se lanza sin dudarlo en su búsqueda.
Los ciudadanos de Nueva York están acostumbrados a ver cosas fuera de lo común pero uno nunca deja de asombrarse en la gran manzana. La imagen es insólita y aterradora. Gigantes de barro y agua avanzan por las calles y enfrente de ellos, una adolescente de aspecto gótico parece retarlos sin miedo.
- Que alguien saque a la Hermana Nada de ahí, ya.
- Espera Warren, creo que tiene un plan.- Interrumpe Monet a su compañero mutante.
- ¿Estás segura?
- Sí.
- Ya habéis oído a M, eso sí no le quitéis el ojo de encima.
Una criatura se agacha y dirige sus toscos brazos hacia ella. La Hermana Nada permanece inmóvil y sólo abre la boca para decir:
- No estáis vivos, sois títeres y la función ha terminado.
Las manos del ser se ciernen sobre su cuerpo atrapándola. De repente la masa de barro y agua pierde forma y comienza a diluirse formando pequeños riachuelos. Los espectadores aplauden de forma automática. El resto de las criaturas se detiene y retroceden.
El primero en hablar es Cable.
- Se van, pero no me fío, Warren, aquí está ocurriendo algo.
Sao Paulo. La batalla entre los exheraldos de Galactus ha llegado a su culmen cuando Estela Plateada le ha arrebatado el hacha a Terrax y golpeándole con su propia arma lo ha enviado lejos de la ciudad. Montado en su tabla y sosteniendo el hacha se cierne sobre su contrario.
-¿Vas a matarme, Norrin?
- Eso lo decidirás, estoy harto de todo esto, y voy a terminarlo de una manera u otra.
Reuniendo fuerzas Terrax se lanza contra Estela Plateada, que reacciona dirigiendo la tabla a su abdomen. El choque le corta la respiración y un toque del hacha lo deja temporalmente inconsciente.
Hulk se precipita tras la Abominación inconsciente de la trampa de su enemigo, antes de pisar el suelo siente una sacudida en la espina dorsal y el cuerpo deja de responderle. La Abominación se acerca a él y le susurra al oído:
- He aprendido mucho desde la última vez, toda esta base está llena de trampas diseñadas específicamente contra ti, Banner y acabas de caer en una. Magia y tecnología unidas para detener al gigante esmeralda, ¿ya no eres tan grande, verdad?
Las murallas de Atlantis caen ante los equipos de asalto de Attuma, Namorita lidera la retirada al palacio, cada vez con menos confianza en la victoria y pensando en el paradero de su primo.
Lejos del campo de batalla Namor esquiva a las criaturas mágicas del Dark Wizard para terminar entrando en una gran formación rocosa de la que salen formando interminables columnas de a dos. Tras un par de kilómetros atisba la maquinaria que les da forma, una superposición caótica de esferas metálicas y de cristal unidas por rayos intermitentes de variados tonos.
Ningún ser ni ningún dispositivo es capaz de impedir que el hijo vengador de Atlantis sacie su sed de venganza destruyendo todo el montaje pieza a pieza hasta reducirlo todo a polvo.
Antes de poder oírlos Bethany Cabe los siente, y en un gesto instintivo dispara. Las balas impactan en unas masas oscuras con apariencia humana. Los guardias la respaldan rematando a las heridas y derribando al resto.
"Demasiado sencillo", piensa.
No se equivoca pues por la pantallas del centro de control ve como aparecen más formas y comprende que se dirigen a la sala de ordenadores, el corazón de Tempo.
- Warren, volved, os necesito aquí ya, tenemos infiltrados.
Bethany corre sin pausa siguiendo a las masas uniformes, que parecen ignorar la presencia de cualquier ser vivo, como si no le dieran importancia a las bajas que están sufriendo, como si su número excediera la capacidad defensiva de Tempo.
-Se acabó Stephen, Atlantis ha caído y también Hulk ha mordido el polvo, poco a poco tus piezas se caen.
Un cuerpo es arrojado desde el cielo, Terrax.
- Veo que las tuyas también caen.
- Las guerras tienen bajas.
Un destello plateado ciega momentáneamente a Bethany Cabe, frota sus ojos atemorizada y ve como una luz devora a las masas uniformes hasta borrar la última de ellas.
- Sellad el edificio, en la sala de control puedes activar el hechizo, está explicado en el manual.
Al buscar el origen de la voz vuelve a ver la luz plateada y sonríe.
- ¿Quién eres? Esta charada no tiene sentido.
- Tienes razón Stephen.- El Dark Wizard se levanta y acerca lentamente las manos a su rostro.- Es el momento de que veas mi rostro. Una a una fue retirando las vendas hasta mostrar su cara.
- Urthona, no me sorprende, tus pistas me habían puesto en la buena dirección, aunque te has equivocado en algo, en que no saber tu identidad fuera un obstáculo para mí, al revés, ha evitado que me guiara por prejuicios, y ahora luchemos.
- Tú lo has dicho.
La luz del ojo de Agamotto ilumina el rostro de Urthona, que proyecta rayos negros contra el Hechicero Supremo.
- No importa lo que haga tu surfista la guerra se decide aquí.
- Le has subestimado, un error muy frecuente, creéis que es un ser autocompasivo preso en este planeta, no lo es, es un miembro de los Defensores, y como el resto ha jurado proteger la Tierra.
- ¿Crees que podéis detenernos?
- Sí, pero eso no es lo más importante, nuestro orgullo es secundario, no estoy aquí para aumentar mi autoestima sino para terminar con este conflicto. Podemos seguir peleando hasta que uno de los dos grupos caiga o podemos hablar y resolverlo de forma civilizada. Si lo que quieres es un hogar para tu grupo lo tendrás, pero con unas condiciones. Piénsalo, Norrin Radd irá a Atlantis sólo o acompañado y puede que cambie el rumbo de la batalla.
Una alarma salta en el trono de Urthona, una simple mirada ensombrece su rostro.
- ¿Hablamos?
La furia recorre el cuerpo de Urthona en oleadas, se imagina el placer que sentiría al degollar con sus propias manos a Stephen Extraño pero algo le detiene, antes lo habría intentado sin dudar, se habría dejado arrastrar por su instinto, pero algo ha cambiado, ahora es el líder de un grupo. Los ha llevado hasta aquí, podría seguir pero con Estela Plateada suelto y Terrax inconsciente sabe que las posibilidades de perder son demasiado altas, ha llegado el momento de negociar.
- Hablamos.
- Vale.- Stephen le tiende la mano y establece una comunicación telepática con todos los involucrados.
- La guerra ha terminado, yo Stephen Extraño líder de los Defensores y el Dark Wizard líder de…
- La Ofensiva, hemos decidido negociar el final de este conflicto. Cuanto terminemos se harán públicos los acuerdos.
Alivio y sorpresa son las dos sensaciones que recorren el mundo. La guerra ha acabado. La Abominación despierta a Banner a tiempo de oír el final del mensaje. Una mirada basta para comprender que el tiempo de luchar ha pasado. La Corporación X se retira al interior del edificio Tempo donde Bethany Cabe atiende las llamadas de gobiernos y agencias de seguridad de todo el mundo. Cuando ve a Warren entrar por la puerta le dedica una sonrisa. La Hermana Nada se demora paseando por la calle mirando con curiosidad a los escasos viandantes. En Atlantis la tensión se mantiene, los ecos de los últimos disparos todavía resuenan. Namor y Attuma se encuentran cara a cara preguntándose qué ocurrirá a continuación. Una luz los envuelve y desparecen, lo mismo le ocurre a los tros miembros de los dos grupos que están fuera del lugar de la negociación.
Reunidos ya todos junto a los colosos de Memnón forman un círculo y toma la palabra Stephen Extraño.
- Os hemos traído porque hay aspectos del acuerdo que deben contar con vuestra aprobación directa puesto que os afectan personalmente.- Namor y Attuma levantaron la cabeza sintiéndose aludidos.
Urthona añade.
- Será complicado y requerirá paciencia pero esto acuerdo es necesario, y no saldremos de aquí hasta haberlo obtenido.
La Hermana Nada mira con incredulidad a su alrededor, sorprendida por su presencia más que por el hecho de haber sido teletransportada. La voz de Extraño la tranquiliza, "Eres miembro de los Defensores, por eso estás aquí." Más calmada recorre con la mirada a sus compañeros y piensa en lo afortunada que es por haber conocido a Stephen Extraño.
Hace apenas un día un nuevo grupo de supervillanos, a falta de una mejor denominación, declaró la guerra a los Defensores, un grupo de superhéroes con base en Nueva York. El campo de batalla es el mundo y su objetivo parece ser la destrucción del grupo y de todo lo que representan.
Los combatientes se han repartido por el globo terráqueo en esta guerra según los planes del misterioso Dark Wizard. Ahora toca ver la resolución.
El Doctor Extraño siente el viento árido del desierto en su rostro golpeándole con una infinidad de partículas de arena. La sombra de su contrincante se proyecta sobre el amenazadora. Un momento de distracción le ha llevado a la situación actual. Desesperada, con el grupo desperdigado y él cara a cara con el organizador de todo esto.
- ¿Te rindes, Extraño? ¿Acaso no eres capaz de borrar a esta criatura con uno de tus trucos, como hiciste con las anteriores?
- Si lo que buscas es provocarme te equivocas de persona, hace mucho tiempo, cuando era alguien muy diferente te habría funcionado pero ese hombre ya no existe. Soy el hechicero supremo y protector de este plano, y no me detendrá ninguna de tus creaciones, mágicas o tecnológicas.
Un gesto de su mano hace brotar una lluvia de flechas doradas sobre la figura de arena corroyéndola. Insensible a su propia destrucción lanza sus manos contra el Doctor Extraño, que la esquiva usando su capa de levitación.
-Estos juegos no van a funcionar mucho tiempo, acabaré por descubrir tu identidad y tu plan terminará.
-Lo sé, la descubrirás pero no como tú esperas.
Los científicos miran perplejos al recién llegado, secuestrados por la Abominación sus últimas horas han sido una pesadilla en la que han contemplado el choque de dos colosos esmeralda y ahora un hombre que parece compartir una relación con los contendientes les pide que confíen en él
-¿Quién es usted?
-El doctor Samson, deben venir conmigo, la base no aguantará mucho más, aunque fue construida pensando en Hulk lleva abandonada mucho tiempo.
-¿Por qué han hecho esto?, ¿por qué nos han traído?
-Para atraer a Hulk, ahora síganme.
Mientras los científicos siguen a Doc Samson el combate continúa dentro de la base. La Abominación arranca un teclado de una máquina y golpea a Hulk en el rostro.
-Míralos, huyen como ratas, no quieren ver adonde llevan sus investigaciones, le tienen miedo al futuro.
-No somos más que monstruos Emil, no representamos el futuro, sólo somos errores de la naturaleza.
-¿Monstruos? Somos dioses, cuando ellos sean cenizas nosotros seguiremos aquí luchando, viviendo, sintiendo sensaciones que ellos no se atreven ni siquiera a soñar.
Emil Blonsky levanta una generador con sus manos y lo lanza contra Banner que lo para en pleno vuelo con su manos.
-¿Qué pretendéis?
-Respeto. Algo a lo que llamar hogar.
-Hay mejores maneras.
-Siempre se ha hecho así, la violencia es el método que siempre funciona.
-La violencia sólo trae más violencia.
-Pues rendíos y todo esto habrá acabado.
-No nos rendiremos, no voy a volver a tirar la toalla, no volveré a dejar que otros marquen el rumbo de mi vida. Eso se terminó.
La población de Sao Paulo observa con pavor el combate que se desarrolla por encima de sus cabezas. La policía e incluso el ejército asisten impotentes a un choque de titanes que atraviesa las calles de la ciudad como una huracán dejando una reguero de escombros a su paso. Todo el mundo corre intentando sacar a la gente de los restos de su hogares y oficinas.
Los rayos de energía cósmica surcan el cielo como muestras de furia divina. Estela Plateada contempla horrorizado los efectos de su enfrentamiento con Terrax, los edificios de varias manzanas a la redonda arden como teas impregnadas en gasolina, los coches se tascan en las calles colapsando el tráfico, pero lo más aterrador, lo que le afecta más profundamente es la cara de desolación de la gente que deambula por entre las ruinas con la vista perdida. Conoce esa sensación, de impotencia, por un instante siente que está de nuevo en su hogar, y revive la llegada del devorador de mundos, Galactus.
Mira a Terrax a los ojos directamente, dolorido, furioso consigo mismo.
-Esto debe parar.
-Sólo parará con vuestra derrota.
-Aunque nos venzáis a nosotros no habréis ganado, os detendrán, puede que sean los 4 Fantásticos o los Vengadores pero al final perderéis.
-Él tiene un plan, sólo tenemos que venceros a vosotros.
-Así que un plan, ¿está en ese plan el matar a inocentes, el destruir ciudades…?
-Lo que haga falta para que entendáis nuestro mensaje.
Sin pausa y con una determinación renovada las tropas de Attuma avanzan sobre Atlantis rodeándola, cortando todas las rutas de huída acompañados por seres hechos con los elementos de nuestro planeta. Como una marea sortean los obstáculos barriendo las patrullas de vigilancia con una ferocidad y efectividad inusitada.
Dentro del reino submarino todas las miradas se centran en su monarca, que semeja un volcán a punto de estallar. Su prima Namorita apoya una mano en su brazo intentando transmitirle su apoyo y cercanía, pero Namor parece ausente, retirado en el interior de su mente, contando el tiempo que falta para la llegada del invasor y el comienzo de la inevitable batalla.
Con un gesto se levanta del trono y dice con voz grave:
- Que vuelvan las patrullas, cerrad Atlantis, debemos prepararnos para el asedio. A partir de este momento nadie podrá salir o entrar sin mi permiso.
Warren Worthington, acompañado por Monet St Croix y Bethany Cabe mira la multitud de periodistas que se arremolina en la entrada del edificio Tempo en busca de una declaración. Se ha desatado una guerra a escala planetaria y quieren ver qué ocurre en la base de los irónicamente ausentes Defensores.
- ¿Qué hacemos Warren?
- ¿Qué crees, Monet? Lo que ya es costumbre por aquí, una rueda de prensa, hay que calmar los ánimos.
- ¿Calmarlos?, Los Defensores están luchando con esos tipos ante todo el mundo, ¿cómo vas a calmarlos?, hay una maldita guerra ahí fuera y no sabemos cómo va a terminar.
Warren permanece impasible ante el razonamiento de Bethany.
- Sé que debemos evitar el pánico pero no veo cómo lo podemos hacer, en cualquier momento nos van a atacar, lo sabemos, es la base de los Defensores, no van a pasar esto por alto y ya han estado aquí sin que nosotros nos enteráramos.
El mutante alado avanza hacia la ventana.
- Tienes razón, nos van a atacar, lo sé, van a venir aquí a apoderarse de este edificio y de la tecnología que contiene, por eso vamos a salir ahí y diremos que les estamos esperando, la Corporación X protegerá este edificio a toda costa, no debe caer en sus manos.
Destruida la última creación del Dark Wizard los dos oponentes se estudian en silencio. El tiempo parece detenerse a su alrededor. Las miradas se cruzan intentando adivinar el siguiente movimiento de su oponente. Ensayan diferentes posturas buscando la mejor estrategia a seguir. Finalmente el combate se desata con la furia de un tornado, rayos de diferentes colores son lanzados, escudos son creados, seres de otras dimensiones son convocados… y así los líderes de los dos grupos chocan una y otra vez en un cíclico intercambio de hechizos y contrahechizos.
Poco a poco Stephen Extraño comienza a detectar pautas familiares en su oponente, aunque ha aprendido nuevas técnicas posee tics que le acercan a la identidad de su adversario. Es un hechicero poderoso, sin duda.-Piensa el buen doctor.
- Se acerca el momento, Stephen., la hora de la verdad.
- ¿Por qué tanto dramatismo?, ¿no estarás sobreestimando el efecto que tendrá el revelar tu identidad? Quizás ya la conozca y no me impresione, sólo eres otro mago con más poder del que sabe manejar.
- ¿Y tú crees realmente que puedes romper mi concentración con una provocación tan burda? Observa mi poder.
Una docena de flechas de fuego caen sobre Stephen desde varias direcciones. Un gesto del hechicero supremo apaga la mayoría pero alguna pasa cerca de él chamuscando la capa de levitación.
- Espero que te tomes esto más en serio ahora.
- Nunca me lo he tomado de otra manera, no cuando hay vidas en juego. Dices que has creado un grupo superior al mío, pero en vez de enfrentarnos en grupo nos has dispersado por el mundo poniendo en peligro miles de vidas.
- Tranquilo Stephen, todo llegará, pero primero quiero que sepas el motivo de todo esto. Nos hemos enfrentado antes por tu título de Hechicero Supremo y me derrotaste usando a mi planeta en mi contra, me quitaste a mi gente y ahora no puedo volver. Al principio pensé en superarte en el campo de la magia para arrebatarte tu preciado título pero cuando vi que habías recreado a los Defensores y los mostrabas al mundo entero con orgullo a pesar de vuestro reciente altercado con los otros héroes comprendí lo que debía, fue como una iluminación, un mensaje diáfano.
Debía demostrarme a mí mismo que podía superarte en todo, no para que esos paletos de mi planeta natal me reconozcan como su líder ni para que unas deidades en las que ya no creo me nombren hechicero supremo, sino por mí, quiero que comprendas esto, lo hago por mí, porque debo hacerlo. Les he reunido, he formado un grupo con ellos y ahora les daré un hogar, al precio que haga falta.
- ¿Qué te lo impide?
-Vuestra presencia, vuestra mera existencia es una amenaza a mi grupo. Y está Atlantis, el reino de Attuma.
-Eso habría que discutirlo.
-Cuando nuestros ejércitos entren victoriosos en la capital del reino submarino hablaremos.
La población de Manhattan mira entre asombrada y aterrada como unas criaturas compuestas de barro y agua se adentran en la gran manzana directas del mar, tan altas como los rascacielos, dotadas de una tosca apariencia humanoide y de cuatro brazos dejan un sendero de destrucción a su paso.
En el edificio Tempo la Corporación X junto al servicio de seguridad ha desplegado un dispositivo de defensa que abarca toda la manzana. Arcángel sobrevuela la zona con Monet, concentrados en su tarea usa sus respectivas mejoras en la visión para controlar cada detalle. Algo necesario ya que no todos los agentes del Dark Wizard son de talla extra. Cable y el resto de la media docena vigilan las cercanías del edificio, que queda en manos de Bethany Cabe.
El primero en ver la amenaza es Warren.
- Ya ha empezado.
Monet se lanza en picado contra el primero, atravesándolo de lado a lado. Ignorando el ataque el ser prosigue su camino en calma.
- Mierda, si la fuerza no sirve contra ellos no creo que las armas tengan más suerte.
Una voz suena en su cabeza.
"Tendremos que probar."
Un misil surge del extremo de una calle y se precipita contra la cabeza del ser de apariencia más sólida. La explosión lo decapita repartiendo trozos de barro. Sin embargo, un momento después una nueva cabeza sustituye a la perdida.
"Tenemos problemas, y serios. Creo que quieren meterse en Tempo y no veo cómo vamos a impedirlo."
Dominó se acerca a Nathan y le pregunta con un punto de inquietud.
-¿Y tu telequinesia no los podría detener?
-A unos pocos quizás pero son demasiados, y no paran de aparecer más.-Le muestra una pantalla con imágenes de satélite de la ciudad.
Bridge aporta su punto de vista.
- Estamos jodidos, vamos a acabar de barro hasta las orejas.
- ¿Y si los deshidratamos? Parece que cuanta más agua llevan más fácilmente se mueven.
- Buena idea Kane, ahora queda ponerla en práctica. Se la diré a Warren.
Antes de que Cable pueda establecer contacto con Arcángel ve como una chica de piel blanca como la cal y ropa negra sale a la calle desde el edificio Tempo con unas muñequeras plateadas. La reconoce como la Hermana Nada, una misteriosa amiga del Doctor Extraño. Sin mostrar temor alguno sale al paso de las criaturas con una tímida sonrisa en la boca. Nadie diría que está a punto de toparse con unas criaturas mágicas aparentemente invulnerables.
Bruce Banner siente como su paciencia ha pasado el límite hace tiempo. Está cansado de pelear con la Abominación una y otra vez, sin llegar nunca a una resolución satisfactoria. Algo se rompe en su interior, una pequeña grieta en el acuerdo que rige su mente, que fuerza un nuevo consenso, una nueva actitud, más apropiada para la situación, o al menos eso espera.
¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?
Acabar contigo.
VAS A TRAGARTE ESAS PALABRAS, VOY A BARRER EL SUELO CON TU FEA JETA, BLONSKY, Y DESPUÉS IRÉ A POR TUS COMPAÑEROS.
Inténtalo.
Hulk arranca de cuajo un acelerador de partículas circular y atrapa en su interior a la Abominación. Sin darle tiempo a reaccionar gira el aparato cada vez más rápido. Emil Blonsky se ríe. Al alcanzar la velocidad de escape el conjunto abominación/acelerador sale disparado como un cohete atravesando los restos de la base Hulkbuster seguido de cerca por Hulk.
En Atlantis la situación empeora por momentos, los ejércitos de Dark Wizard y Attuma se abren camino a través de las defensas, que se muestran impotentes. Las miradas de los habitantes se centran en su monarca, que llevado por su legendaria furia realizar incursiones en las filas enemigas mientras su prima organiza la retaguardia. Sin embargo su esfuerzos resultan vanos pues donde derriba a una criatura mágica aparece otra para sustituirla.
Attuma mira con regocijo a su odiado enemigo contando mentalmente el tiempo que tardará en caer en sus manos la corona de Atlantis. Tal como planearon Namor malgasta sus fuerzas en las criaturas engendradas por los motores mágicos del Dark Wizard, los mismo que generan los seres de agua y barro que asolan Nueva York.
Su carro de guerra se acerca rápido a las murallas del reino submarino. Para su sorpresa Namor se detiene y mira en su dirección, pero al momento comprende que él no es el objeto de su atención sino el origen de las criaturas. Al fin ha comprendido que debe ir a la fuente para detenerlas. A un gesto de Attuma más de media docena de cañones apuntan a Namor. Una voz suena en la cabeza de Attuma, el momento ha llegado. Attuma sonría y ordena paso libre a Namor, que se lanza sin dudarlo en su búsqueda.
Los ciudadanos de Nueva York están acostumbrados a ver cosas fuera de lo común pero uno nunca deja de asombrarse en la gran manzana. La imagen es insólita y aterradora. Gigantes de barro y agua avanzan por las calles y enfrente de ellos, una adolescente de aspecto gótico parece retarlos sin miedo.
- Que alguien saque a la Hermana Nada de ahí, ya.
- Espera Warren, creo que tiene un plan.- Interrumpe Monet a su compañero mutante.
- ¿Estás segura?
- Sí.
- Ya habéis oído a M, eso sí no le quitéis el ojo de encima.
Una criatura se agacha y dirige sus toscos brazos hacia ella. La Hermana Nada permanece inmóvil y sólo abre la boca para decir:
- No estáis vivos, sois títeres y la función ha terminado.
Las manos del ser se ciernen sobre su cuerpo atrapándola. De repente la masa de barro y agua pierde forma y comienza a diluirse formando pequeños riachuelos. Los espectadores aplauden de forma automática. El resto de las criaturas se detiene y retroceden.
El primero en hablar es Cable.
- Se van, pero no me fío, Warren, aquí está ocurriendo algo.
Sao Paulo. La batalla entre los exheraldos de Galactus ha llegado a su culmen cuando Estela Plateada le ha arrebatado el hacha a Terrax y golpeándole con su propia arma lo ha enviado lejos de la ciudad. Montado en su tabla y sosteniendo el hacha se cierne sobre su contrario.
-¿Vas a matarme, Norrin?
- Eso lo decidirás, estoy harto de todo esto, y voy a terminarlo de una manera u otra.
Reuniendo fuerzas Terrax se lanza contra Estela Plateada, que reacciona dirigiendo la tabla a su abdomen. El choque le corta la respiración y un toque del hacha lo deja temporalmente inconsciente.
Hulk se precipita tras la Abominación inconsciente de la trampa de su enemigo, antes de pisar el suelo siente una sacudida en la espina dorsal y el cuerpo deja de responderle. La Abominación se acerca a él y le susurra al oído:
- He aprendido mucho desde la última vez, toda esta base está llena de trampas diseñadas específicamente contra ti, Banner y acabas de caer en una. Magia y tecnología unidas para detener al gigante esmeralda, ¿ya no eres tan grande, verdad?
Las murallas de Atlantis caen ante los equipos de asalto de Attuma, Namorita lidera la retirada al palacio, cada vez con menos confianza en la victoria y pensando en el paradero de su primo.
Lejos del campo de batalla Namor esquiva a las criaturas mágicas del Dark Wizard para terminar entrando en una gran formación rocosa de la que salen formando interminables columnas de a dos. Tras un par de kilómetros atisba la maquinaria que les da forma, una superposición caótica de esferas metálicas y de cristal unidas por rayos intermitentes de variados tonos.
Ningún ser ni ningún dispositivo es capaz de impedir que el hijo vengador de Atlantis sacie su sed de venganza destruyendo todo el montaje pieza a pieza hasta reducirlo todo a polvo.
Antes de poder oírlos Bethany Cabe los siente, y en un gesto instintivo dispara. Las balas impactan en unas masas oscuras con apariencia humana. Los guardias la respaldan rematando a las heridas y derribando al resto.
"Demasiado sencillo", piensa.
No se equivoca pues por la pantallas del centro de control ve como aparecen más formas y comprende que se dirigen a la sala de ordenadores, el corazón de Tempo.
- Warren, volved, os necesito aquí ya, tenemos infiltrados.
Bethany corre sin pausa siguiendo a las masas uniformes, que parecen ignorar la presencia de cualquier ser vivo, como si no le dieran importancia a las bajas que están sufriendo, como si su número excediera la capacidad defensiva de Tempo.
-Se acabó Stephen, Atlantis ha caído y también Hulk ha mordido el polvo, poco a poco tus piezas se caen.
Un cuerpo es arrojado desde el cielo, Terrax.
- Veo que las tuyas también caen.
- Las guerras tienen bajas.
Un destello plateado ciega momentáneamente a Bethany Cabe, frota sus ojos atemorizada y ve como una luz devora a las masas uniformes hasta borrar la última de ellas.
- Sellad el edificio, en la sala de control puedes activar el hechizo, está explicado en el manual.
Al buscar el origen de la voz vuelve a ver la luz plateada y sonríe.
- ¿Quién eres? Esta charada no tiene sentido.
- Tienes razón Stephen.- El Dark Wizard se levanta y acerca lentamente las manos a su rostro.- Es el momento de que veas mi rostro. Una a una fue retirando las vendas hasta mostrar su cara.
- Urthona, no me sorprende, tus pistas me habían puesto en la buena dirección, aunque te has equivocado en algo, en que no saber tu identidad fuera un obstáculo para mí, al revés, ha evitado que me guiara por prejuicios, y ahora luchemos.
- Tú lo has dicho.
La luz del ojo de Agamotto ilumina el rostro de Urthona, que proyecta rayos negros contra el Hechicero Supremo.
- No importa lo que haga tu surfista la guerra se decide aquí.
- Le has subestimado, un error muy frecuente, creéis que es un ser autocompasivo preso en este planeta, no lo es, es un miembro de los Defensores, y como el resto ha jurado proteger la Tierra.
- ¿Crees que podéis detenernos?
- Sí, pero eso no es lo más importante, nuestro orgullo es secundario, no estoy aquí para aumentar mi autoestima sino para terminar con este conflicto. Podemos seguir peleando hasta que uno de los dos grupos caiga o podemos hablar y resolverlo de forma civilizada. Si lo que quieres es un hogar para tu grupo lo tendrás, pero con unas condiciones. Piénsalo, Norrin Radd irá a Atlantis sólo o acompañado y puede que cambie el rumbo de la batalla.
Una alarma salta en el trono de Urthona, una simple mirada ensombrece su rostro.
- ¿Hablamos?
La furia recorre el cuerpo de Urthona en oleadas, se imagina el placer que sentiría al degollar con sus propias manos a Stephen Extraño pero algo le detiene, antes lo habría intentado sin dudar, se habría dejado arrastrar por su instinto, pero algo ha cambiado, ahora es el líder de un grupo. Los ha llevado hasta aquí, podría seguir pero con Estela Plateada suelto y Terrax inconsciente sabe que las posibilidades de perder son demasiado altas, ha llegado el momento de negociar.
- Hablamos.
- Vale.- Stephen le tiende la mano y establece una comunicación telepática con todos los involucrados.
- La guerra ha terminado, yo Stephen Extraño líder de los Defensores y el Dark Wizard líder de…
- La Ofensiva, hemos decidido negociar el final de este conflicto. Cuanto terminemos se harán públicos los acuerdos.
Alivio y sorpresa son las dos sensaciones que recorren el mundo. La guerra ha acabado. La Abominación despierta a Banner a tiempo de oír el final del mensaje. Una mirada basta para comprender que el tiempo de luchar ha pasado. La Corporación X se retira al interior del edificio Tempo donde Bethany Cabe atiende las llamadas de gobiernos y agencias de seguridad de todo el mundo. Cuando ve a Warren entrar por la puerta le dedica una sonrisa. La Hermana Nada se demora paseando por la calle mirando con curiosidad a los escasos viandantes. En Atlantis la tensión se mantiene, los ecos de los últimos disparos todavía resuenan. Namor y Attuma se encuentran cara a cara preguntándose qué ocurrirá a continuación. Una luz los envuelve y desparecen, lo mismo le ocurre a los tros miembros de los dos grupos que están fuera del lugar de la negociación.
Reunidos ya todos junto a los colosos de Memnón forman un círculo y toma la palabra Stephen Extraño.
- Os hemos traído porque hay aspectos del acuerdo que deben contar con vuestra aprobación directa puesto que os afectan personalmente.- Namor y Attuma levantaron la cabeza sintiéndose aludidos.
Urthona añade.
- Será complicado y requerirá paciencia pero esto acuerdo es necesario, y no saldremos de aquí hasta haberlo obtenido.
La Hermana Nada mira con incredulidad a su alrededor, sorprendida por su presencia más que por el hecho de haber sido teletransportada. La voz de Extraño la tranquiliza, "Eres miembro de los Defensores, por eso estás aquí." Más calmada recorre con la mirada a sus compañeros y piensa en lo afortunada que es por haber conocido a Stephen Extraño.
Fin (por ahora)
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En próximos episodios: Los muertos heredarán la Tierra donde veremos las consecuencias de esta negociación y haremos un viaje al interior de los Estados Unidos para contemplar la aparición de un nuevo héroe y un antiguo villano en el primera parte de una saga de dos números que nos llevará al primer Crossover de Action Tales, J , Invasores/Defensores
Nota del autor: El número 12 transmite la idea del final de una etapa y así es, tras este número espero haber conseguido el objetivo que me planteé al principio darle a los Defensores el lugar que creo que se merecen en el universo Marvel como uno de los grandes. Para el futuro hay grandes planes, entre los que destaca un crossover con los Invasores, que se lleva cocinando mucho tiempo y que espero que os satisfaga a todos cuando salga.
Nota del autor: El número 12 transmite la idea del final de una etapa y así es, tras este número espero haber conseguido el objetivo que me planteé al principio darle a los Defensores el lugar que creo que se merecen en el universo Marvel como uno de los grandes. Para el futuro hay grandes planes, entre los que destaca un crossover con los Invasores, que se lleva cocinando mucho tiempo y que espero que os satisfaga a todos cuando salga.
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