Título: El Cofre de los cuatro elementos (II): La Venganza del Monolito Viviente Autor: Miguel Ángel Naharro Portada: Ovidio Maestro Publicado en: Julio 2006
¿Podrán los Invasores sobrevivir al resurgimiento del Monolito Viviente? El mutante egipcio ha regresado más poderoso que nunca y nuestros héroes tendrán que intentar detenerle a cualquier precio.
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El primer grupo que lucho por la libertad durante la segunda guerra mundial. Un grupo que inspiro a generaciones de héroes. Ahora los héroes han decidido volver a primera línea.
Stan Lee y Action Tales presentan
Creado por Roy Thomas, Sal Buscema y Frank Robbins
Resumen de lo publicado: A la Hidrobase llegó el buscador de tesoros Abner Little, en su poder tenia un artefacto místico muy poderoso, el cofre de los 4 elementos. Con este artefacto, se podía abrir el sarcófago donde estaba prisionero An-uat, un antiguo y maligno dios egipcio. Les interrumpe Zawadi, una enviada de Pantera Negra, quien no se fía de las intenciones de Little, y envió a Zawadi a vigilarlo.
La base de los Invasores es atacada por hordas de cadáveres, controlados por el Escarabajo Escarlata, este quiere llevarse el cofre. Los Invasores luchan contra él, y tras un competido y difícil combate, este les derrota y se lleva el cofre...
La base de los Invasores es atacada por hordas de cadáveres, controlados por el Escarabajo Escarlata, este quiere llevarse el cofre. Los Invasores luchan contra él, y tras un competido y difícil combate, este les derrota y se lleva el cofre...
- ¿Y bien? ¿Cuál es el plan?- Pregunta Jim Hammond.
En el interior de la nave de los Invasores, el DK 01, todo es silencio, interrumpido por la pregunta del androide. Druida medita con el rostro cubierto por la capucha y los ojos cerrados. El Capitán América pilota la nave, como copiloto se encuentra Union Jack. Jim Hammond no para de moverse de un lado a otro, inquieto, Aarkus, como en él es costumbre, esta solo, apartado en un rincón, meditativo y silencioso. Thundra con la mirada perdida en el paisaje que se puede ver por la ventana del DK 01. Albión perdido en sus propios pensamientos, preguntándose que estarían haciendo sus alumnos en Londres, Jack Frost sentado, sin perder detalle de los movimientos de la Antorcha y Zawadi, cohibida ante la grandeza de sus compañeros y por la invitación a unirse a ellos en esta aventura. Adner Little permanecía sentado, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.
- Digamos las cosas claras, nos han pateado el culo pero bien.- Dijo Union Jack.
- Por una vez estoy de acuerdo con el abanderado.- Dijo Jim mientras cruzaba una mirada nada amistosa con Union.
- Cuando uno se cae tiene que volver a levantarse. No ganamos nada auto compadeciéndonos.
- El buen Capitán tiene razón, tenemos la oportunidad de resarcirnos de la derrota impidiendo que sus planes lleguen a buen termino.- Comenta Thundra levantando el puño.
- ¿Y como pensáis derrotarlos?- Preguntó frunciendo el ceño Little. -¿Con buenas palabras?
Si consiguen abrir el cofre...
Si consiguen abrir el cofre...
- Será mejor que permanezcas callado, pequeño troll.- Dijo Thundra.
- Gracias a nuestra nueva amiga, tenemos una oportunidad.- Apuntó el Capi.
Zawadi recordaba como les comentó que cuando su lanza impactó con el Escarabajo Escarlata, la firma energética de la hoja, le marcó, pudiendo seguirle mediante un dispositivo allá donde fuese.
- Sabemos que esta en el Cairo ¿pero donde?
- Tengo un plan.- Comentó Druida abriendo los ojos.
El místico captó la atención de todos, incluido la de Aarkus.
- Como sabéis, he tenido una vida larga y he vivido mucho, tengo aliados en esa ciudad que nos pueden ayudar.
La Antorcha pensaba en que Druida cada vez se estaba revelando como el miembro más poderoso del grupo. Tenía que mantenerlo vigilado. Le ponía casi tan nervioso como Frost.
- ¿Y cuando lo encontremos?- Preguntó la Antorcha.
- Cuando entre en su mente, detecte algo más, el Escarabajo era solo un peón controlado por alguien más, es él quien nos tiene que preocupar realmente.- Dijo Druida.
En una dimensión de pura energía psíquica.
Las fuerzas flaqueaban, intentaba gritar, pero no tenía voz. No sabía como eludir a la presencia maligna y terrorífica que no dejaba de acecharle.
La energía una vez tuvo un cuerpo físico y un nombre, Gyskaard “ Dynamic Man”.
Toda su anterior vida se antojaba lejana, como un sueño que nunca se volvería a repetir, un recuerdo semiolvidado en su nuevo estado.
Sentía odio, odio por quien le había exiliado en este lugar sin nombre. El mil veces maldito Druida y sus compañeros, los llamados Invasores (1)
Aunque la emoción que sentía más intensa era el miedo, miedo y angustia por la presencia ansiosa por alimentarse de su energía, que no cejaba de perseguirle y atormentarle.
Notó la sensación de inmensa oscuridad y de pura maldad que se abalanzaba sobre él. Por fin pudo ver su aterrador e inquietante aspecto, una forma vagamente alada, negra como la noche, con tres aberturas iluminadas por un resplandor verde que podrían ser los ojos y la boca.
La inmensa masa de maldad estaba apunto de acabar para siempre con su ser. En ese momento, le pareció observar algo, una luz brillante que destacaba como un faro en la oscuridad del mar.
Utilizando sus ultimas fuerzas, corrió hacía esa luz, quizás su ultima esperanza de supervivencia.
La presencia lo siguió rápidamente, sin despegarse de su lado.
Atravesó la luz, notando como abandonaba la dimensión donde había estado atrapado todos estos meses atrás, que se le habían antojado milenios.
En seguida se dio cuenta de que había regresado al plano físico de donde provenía.
¡¡ERA LIBRE!!! ¡¡AL FIN!!
- ¿Alguien más sabe que estos túneles están aquí?
- Estos son unas catacumbas que tienen miles de años, datan de los tiempos antiguos, cuando los faraones gobernaban bajo el auspicio de los dioses.
- Druida, cuando hablas así, me das miedo.- Dijo Union Jack con buen humor.
Adner Little se sacudió el polvo de la ropa, con cara de pocos amigos.
- ¿Y para que se supone que hemos venido a este sitio infecto?
Thundra lo cogio de la camisa y lo levantó, poniéndose ambos cara a cara.
- Estas acabando con mi paciencia, pequeño.
- T-tranquila, d-déjame e-en el s-suelo, por favor.
- Thundra, déjalo.
Zawadi oteaba el suelo de las catacumbas, alejada pocos metros de sus compañeros. En su hogar en Wakanda, era una gran rastreadora. Nada escapaba a sus sentidos, tan agudos como los de un animal salvaje. Fueron esos sentidos los que la alertaron de una presencia detrás suyo, con una agilidad
felina, se revolvió para ver algo que le hizo abrir sus ojos con asombro.
Era una figura alta, de al menos dos metros de altura, envuelto todo el cuerpo en vendajes, en algunos lugar estaba desgarrada y rota, lo que se dejaba al descubierto era parte del rostro, demacrado y marchito, como el de un cadáver. Sus ojos sin embargo, parecían muy vivos, y muy penetrantes. En ellos se percibía la sabiduría y la inteligencia que se obtiene tras vivir el equivalente a muchas vidas.-
- ¡Llamas a mí! – Gritó la antorcha al tiempo que su cuerpo androide se cubría de llamas.
Thundra enarboló su cadena de combate, dispuesta a lanzarse sobre la criatura. Union Jack desenfundo su pistola. Jack Frost concentró su poder helado en sus manos y estas empezaron a brillar. Adner Little se escondió asustado tras la figura impasible de Aarkus. Albión se dispuso a volar hacía la joven wakandiana y el Capitán América se dispuso a lanzar su escudo.
- ¡Alto!¡no le hagáis daño! Él es el aliado a quien buscábamos.- Dijo Druida con tranquilidad.
- ¿Eso es amigo tuyo?- Dijo casi con desprecio la Antorcha.
Zawadi se apartó con cautela de la criatura, esta no parecía albergar intenciones hostiles.
- Ninguno tiene nada que temer de él. Os presento a N’Kantu, al que también se le conoce como la Momia Viviente(2)
La extraña momia le dijo algo al místico.
- Mi buen capitán, K’Kantu te reconoce de cuando buscabas las gemas sangrientas (3)
- ¡ Es verdad! ¡Ahora lo recuerdo! Fue hace años.
Al héroe abanderado le vinieron los recuerdos perfectamente nítidos. Intentando encontrar las gemas sangrientas, fragmentos que pertenecieron a la gema que llevaba incrustada en el pecho Ulises Bloodstone, el cazador de monstruos, antes que su viejo enemigo, el Barón Zemo, viajaron por todo el mundo. Una de sus escalas fue una antigua pirámide de Egipto, allí encontraron a una momia que tenía en su poder una de las gemas, Iguana y él le convencieron de les diese su gema.
- Dile que le agradezco que nos ayudase en aquella ocasión.
La Momia Viviente intercambio unas palabras con Druida y este le transmitió las palabras de su compañero.
- Dice que no hay de qué.
N’Kantu se acercó a Druida, la momia pareció alegrarse de la presencia del hechicero.
Ambos empezaron a mantener una conversación en un idioma que no alcanzaban a comprender.
- Es egipcio antiguo.- Comentó Albión mientras los observaba con interés.
- ¿Estas seguro, profe? ¿entiendes lo que dicen?- Dijo Union Jack.
- Alguna palabra suelta, mi conocimiento de la lengua es escaso. Lo suficiente para reconocerla, pero poco más.
Druida se volvió hacía sus compañeros.
- N’Kantu me dice que en las entrañas de estas catacumbas se encuentra un extraño culto, un culto a fuerzas oscuras cuya energía mística le atraía. Pensaba enfrentarse él solo a el culto, ahora nos acompañara, nos hará de guía por este lugar impío
- ¿Cómo podemos saber que esa cosa no nos atacará en cualquier instante?- Dijo Abner Little.
- Podéis confiar en N’Kantu tanto como en mí.- Dice Druida con decisión en su rostro.
- Yo confió también en él, además, no tenemos muchas más posibilidades.- Dijo el Capitán.- Pongámonos en marcha.
Ahmet recordó como empezó todo aquello. Cuando desde muy pequeño sentía que era especial, que era diferente al resto. La idea de que era descendiente de la casta de faraones siempre le hizo superar todas las adversidades de su vida, la creencia de que estaba destinado a ser un nuevo faraón, capaz de devolver a Egipto a su antigua gloria. Su teoría de que los antiguos faraones fueron mutantes y que con sus poderes gobernaron durante miles de años, hicieron que fuese tomado por un loco, excepto por su adorada Filene, su mujer. Cuando expuso su teoría antes las autoridades científicas y religiosas del Cairo, éstos enfurecieron, le tacharon de hereje y comenzaron a perseguirle con la intención de matarle. Él huyó rápidamente en su coche con Filene y con su hija Salomé, pero la velocidad a la que huían provocó que tuviesen un accidente. Salomé y él salieron despedidos del coche pero Filene se quedó atrapada dentro. Para intentar salvarla recurrió a la turba de asistentes a al conferencia, pero éstos se negaron a ayudarle y Filene pereció en la explosión del coche. Enfurecido, les arrojó un rayo de energía descubriendo que él mismo, como heredero de los antiguos faraones era mutante. El descubrimiento de sus poderes mutantes, le llevaron a autoproclamarse Faraón Viviente y a ser adorado por un culto de siervos leales.
Sus poderes de algún modo estaban conectados con los del mutante llamado Kaos, lo que le llevó a enfrentarse a la Patrulla-X(4), cuando absorbió los poderes de Kaos, se transformo en el gigantesco colosos llamado el Monolito Viviente.
Sus poderes de algún modo estaban conectados con los del mutante llamado Kaos, lo que le llevó a enfrentarse a la Patrulla-X(4), cuando absorbió los poderes de Kaos, se transformo en el gigantesco colosos llamado el Monolito Viviente.
En sus ansias de poder, se enfrentó una y otra vez a diversos superseres, Spiderman, Thor, Powerman y Puño de Hierro y otros. Más tarde secuestró a Mr Fantástico, la Mujer Invisible y la Antorcha Humana y les introdujo en un ingenio para absorber su energía cósmica y poder convertirse de nuevo en Monolito Viviente, pero con un poder incluso mayor, para vengarse de la humanidad por su crueldad al no haber salvado a su esposa. secuestró a su antiguo enemigo de infancia Hassan para mostrarle lo poderoso que se había convertido y cómo iba a convertirse en el amo del mundo. Sin embargo una de sus agentes, Fayah Sahid, fue capturada por Hulka, y él para evitar que Fayah se fuese de la lengua la asesinó por control remoto, aún sabiendo que secretamente era su hija Salomé, para impresionar a Hassan. Abdol se convirtió entonces en Monolito y comenzó a atacar Manhattan. Gracias a la energía cósmica de los 4 Fantásticos su tamaño iba aumentando cada vez más. Sin embargo, llegó un momento en que su masa resultó excesiva incluso para él, incapaz de levantarse del suelo. Agobiado por la culpa de la muerte de su hija y, observando como gente normal de la calle combatía valerosamente a los miembros de su culto, comprendió que la humanidad no era tan perversa como había pensado. Entonces, permitió que Thor le lanzase con su martillo al espacio.(5)
En la inmensidad del espacio, flotando inerte, se llegó a convertir en un planeta viviente,
llegando incluso a crecer hierba y flora en su superficie.
Harto de Tras una vida de sufrimientos, de batallas y derrotas, de ansías de poder y aspiraciones divinas, creyó encontrar la paz. Se sumió en un letargo, apenas consciente, flotando en el espacio, como un planeta durmiente.
Más tarde un grupo de skrulls comenzaron a habitar el planeta en el que se había convertido, y, poco después a él viajaron Bishop y la shi'ar Ave de Muerte, pero esta última traicionó al primero y se teletransportó junto a los skrulls y Abdol a la base de Apocalipsis en Egipto, donde el Monolito revirtió a su estado normal. Después se descubrió que el Monolito formaba parte de los 12, un grupo de mutantes que Apocalipsis intentaba atrapar para absorber sus poderes. Cuando Apocalipsis intentó absorber el poder de Abdol, éste consiguió liberarse y comenzó a atacar a todo lo que había en la base de Apocalipsis. Fuera de control fue detenido por Bishop, que le dejó inconsciente. Abdol fue recogido por Ave de Muerte que se teletransportó y se lo llevó.(6) No sabe que ocurrió tras aquello, despertó en mitad del desierto, tan débil que apenas podía mantenerse de pie, con su salud ampliamente deteriorada. Hubiese muerto de no haber sido encontrado por sus devotos seguidores. Ellos le cuidaron hasta que pudo recuperarse parcialmente. Postrado en una silla de ruedas y tan débil que no podía ni lanzar un simple rayo de energía. En esos momentos aciagos, vio la luz. Decidió estudiar las artes negras, la magia oscura y poderosa que siglos atrás era usada por alguno de los faraones. Con el pensamiento de volver a ser el que fue, y mucho más, estudio antiguos pergaminos que hablaban del cofre de los cuatro elementos y de la entidad que habitaba en él. Supo que si tenía ese cofre en sus manos, nadie le podría detener. La paz y tranquilidad alcanzadas cuando permaneció inerte en el espacio quedaban ya muy atrás, era la hora de que su país y su gente volviese a la grandeza de antaño. Esta vez nadie le detendría, todos sus sueños por fin serían alcanzados, reinaría como el nuevo faraón, no ya de Egipto, si no del mundo entero.
- Señor, esta todo dispuesto para la ceremonia.- Le dijo uno de su acólitos.
- Excelente, llévame a la sala del templo.
Con una sonrisa en el rostro, supo que finalmente su destino se cumpliría.
- ¿Seguro que vamos por el buen camino? Yo juraría que por aquí ya hemos pasado.
Una mirada fulminante de Thundra hizo que Little cejase en sus protestas.
Thundra estaba inquieta, esta espera la crispaba, necesitaba entrar en acción, lo deseaba.
N’ Kantu se detuvo y señaló algo frente a él. El túnel se ensanchaba, dejando ver un edificio de piedra y roca tallada, con altas columnas y dos estatuas de gran tamaño que representaban a un individuo con ropajes similares a los del antiguo Egipto.
-Ese rostro... ¡ Ahmet Abdol!- Exclamó el Capitán América.
- ¿Quién?- Preguntó Union Jack.
- Ahmet Abdol, conocido como el Faraón Viviente. Es un mutante que cree ser descendiente de los antiguos faraones, cuando absorbe mucho poder se transforma en una gigantesca criatura que llaman el Monolito Viviente. Es un loco y un déspota con aires de divinidad, Los Vengadores, Spiderman y los 4 Fantásticos nos enfrentamos conjuntamente contra él hace un tiempo, suele ser un enemigo habitual de la Patrulla-X. Lo creía perdido en las inmensidades del espacio... (7)
- Sin duda es quien esta tras todo esto.- Observó Druida.
Zawadi se maravillaba ante esta nueva experiencia que estaba viviendo. El poder estar con un grupo de héroes tan grandes, el poder acompañarlos en una de sus aventuras, era algo que no tenía precio para ella.
- ¿A que esperamos? Entremos y démosle su merecido a ese bellaco.
- No es tan sencillo, Thundra, debemos...
En ese momento, el suelo comenzó a temblar, y todos vieron con sorpresa como se resquebrajaba.
De las grietas del suelo, salió algo que parecía surgido directamente desde el mismísimo infierno.
Sus cuerpos eran grandes y corpulentos, aunque su piel era de color grisácea y llena de heridas. Pero lo más horrible eran sus cabezas. No eran humanas, habían sido sustituidas por cabezas de animales y cosidas al cuello. Cabezas de cocodrilo, de chacal, de lobo, de hiena, entre otros muchos animales. Sus ojos eran brillantes y destilaban odio.
Por si fuera poco, las puertas del templo se abrieron. De su interior salieron docenas de personas vestidas como antiguos soldados egipcios, pero armados con armas de estilo futurista.
En seguida se vieron envueltos todos en una espectacular batalla.
Zawadi enseguida hizo crecer su lanza de combate en sus manos y derribó a varios de los soldados.
Union Jack esquivo varios disparos, saltó y dio varias vueltas en el aire, para aterrizar sobre el pecho de una de las monstruosas criaturas. Sacó su cuchillo de plata y acero, y mientras lo usaba, pensaba en Jackie, en si la volvería a ver. Albión se elevó y disparo varias ráfagas de rayos sobre los soldados.
La Antorcha rodeó con un circulo de fuego a varias de las criaturas, que emitiendo un sonido similar al de una carcajada, atravesaron sin verse afectados por las llamas.
Se tragaban sus llamas como si fuesen agua, una de las criaturas le agarró del cuello y lo elevó por encima suyo, la mano se cerraba entorno a su cuello como una tenaza de acero.
Sus ojos de hiena parecían reírse de él. Algo golpeó a la criatura en la espalda e hizo soltar al androide. Thundra agarró el brazo de su enemigo y utilizo su cuerpo para golpear a sus compañeros.
El Capitán América se refugiaba de los disparos enemigos tras su indestructible escudo.
Los disparos no evitaban que fuera avanzando hacia ellos, uno de los soldados se lanzó sobre él, intentando golpearle con la culata de su arma, el héroe de las barras y estrellas lo esquivó, derribándole después con un barrido de su pierna, con un golpe de su escudo, dejo inconsciente a su compañero.
Jack Frost intentaba congelar a varias de las criaturas, con el mismo resultado que las llamas de la Antorcha.
Aarkus desapareció en una nube de humo, para reaparecer un momento después tras dos criaturas con cabeza de cocodrilo. De un certero golpe del ykraiano fueron derribados, cayendo los dos a plomo.
N’ Kantu luchaba con fiereza contra esas criaturas del inframundo. Era magia oscura la que estaba actuando en ese lugar. Las criaturas eran siervos mágicos, creados con cadáveres de recién fallecidos.
Abner Little hacía suficiente con intentar que ningún soldado le alcanzase con sus disparos.
Druida caminaba por el aire, de las palmas de sus manos, surgían enormes remolinos de viento que se llevaban por delante a montones de enemigos.
Enfrascados en la batalla, nadie advirtió la presencia de un hombre. Iba en una silla de ruedas y su aspecto era muy demacrado, como consumido. Tenía extendido un viejo pergamino.
Empezó a recitar unas palabras de poder, al tiempo que salían de sus labios, se borraban del pergamino.
Anthony Ludgate advirtió lo que estaba pasando e intentó contrarrestarlo, pero no tuvo suficiente tiempo, todos ellos cayeron inertes, como si una fuerza invisible los hubiese derribado.
Con un gesto de su mano, indicó a sus hombres que se los llevasen.
- ¿En que piensas, Jim?
Jim Hammond se giró y vio la figura acorazada de Cruz de Hierro.
- Estaba pensando en mis compañeros, en mis amigos ¿qué habrá sido de ellos?
- Seguro que estarán mejor que nosotros. No te preocupes, que pronto volverás a verlos.
- Ese asesino, ocupo mi puesto, tiemblo solo de pensar en las cosas horribles que puede estar haciéndoles y yo aquí sin poder hacer nada.
- Creo que necesito un poco de aire fresco.- Dijo Cruz de Hierro.
Su armadura tecnificada hizo un ruido de mecanismos moviéndose, y la parte delantera se abrió, dejando ver a una hermosa chica, de cabello largo y sedoso, recogido en una coleta, y unos hermosos ojos azules.
Jim la miró asombrado.
- ¿Qué esperabas? ¿Un tío con bigote?- Dijo ella con una sonrisa divertida.
- Perdona, es que por nada del mundo imaginaba que serias una chica.- Dijo él encogiéndose de hombros.
- Tranquilo, es lo habitual, todos ven la imponente armadura y piensan que algún hombre inteligente es quien la lleva. Mi nombre real es Emma Gruler. Mi abuelo fue quien creo esta armadura. ¿sabes? La Antorcha de este mundo también fue una buena persona.
- ¿Y que le ocurrió?
- Hitler le capturó y le reprogramo por completo, eliminado cualquier rastro de su yo anterior y convirtiéndole en uno de sus más eficaces, crueles y sádicos hombres.
- Otro crimen que añadirle a su lista.
- Venid abajo, Nathaniel quiere hablar con todos nosotros.- Dijo una la voz de el Cruzado por el comunicador de la armadura de Cruz de Hierro.
- El deber nos llama.- Dijo Emma mientras se introducía de nuevo en su armadura.
Jim Hammond se giró y vio la figura acorazada de Cruz de Hierro.
- Estaba pensando en mis compañeros, en mis amigos ¿qué habrá sido de ellos?
- Seguro que estarán mejor que nosotros. No te preocupes, que pronto volverás a verlos.
- Ese asesino, ocupo mi puesto, tiemblo solo de pensar en las cosas horribles que puede estar haciéndoles y yo aquí sin poder hacer nada.
- Creo que necesito un poco de aire fresco.- Dijo Cruz de Hierro.
Su armadura tecnificada hizo un ruido de mecanismos moviéndose, y la parte delantera se abrió, dejando ver a una hermosa chica, de cabello largo y sedoso, recogido en una coleta, y unos hermosos ojos azules.
Jim la miró asombrado.
- ¿Qué esperabas? ¿Un tío con bigote?- Dijo ella con una sonrisa divertida.
- Perdona, es que por nada del mundo imaginaba que serias una chica.- Dijo él encogiéndose de hombros.
- Tranquilo, es lo habitual, todos ven la imponente armadura y piensan que algún hombre inteligente es quien la lleva. Mi nombre real es Emma Gruler. Mi abuelo fue quien creo esta armadura. ¿sabes? La Antorcha de este mundo también fue una buena persona.
- ¿Y que le ocurrió?
- Hitler le capturó y le reprogramo por completo, eliminado cualquier rastro de su yo anterior y convirtiéndole en uno de sus más eficaces, crueles y sádicos hombres.
- Otro crimen que añadirle a su lista.
- Venid abajo, Nathaniel quiere hablar con todos nosotros.- Dijo una la voz de el Cruzado por el comunicador de la armadura de Cruz de Hierro.
- El deber nos llama.- Dijo Emma mientras se introducía de nuevo en su armadura.
El Capitán América abrió los ojos muy lentamente. Enseguida notó que no podía moverse, estaba de pie, pero envuelto por un haz de energía, un campo de fuerza, probablemente- Pensó.
Todos sus compañeros estaban a su lado, en su misma situación, incluido Adner Little, Zawadi y la el llamado la Momia Viviente. Una maquina de alta tecnología era la que creaba el campo de energía que los mantenía cautivos. Tecnología y magia negra, una peligrosa mezcla la que usaba su captor.
En el rostro de Thundra se denotaba el esfuerzo que sus poderosos músculos estaban haciendo para intentar liberarse.
- No vale la pena que intentéis liberaros, no podréis.
Ahmet Abdol estaba de pie, varios de sus siervos le estaban ayudando a ponerse un traje.
A su lado, con la mirada perdida, estaba el Escarabajo Escarlata.
- Que paradoja ¿verdad? Que el mayor héroe de Egipto sea ahora un instrumento para que yo gobierne de nuevo, como lo hicieron antaño los grandes faraones.
- Abdol, la última vez que nos vimos, tu decidiste sacrificarte para salvar al planeta, cuando tu masa no dejaba de aumentar y amenazaba con destruirlo todo. Aceptase el olvido, quizás la muerte, por las vidas de inocentes ¿por qué haces esto ahora? (8)
- Esa persona murió, Capitán América. Mi destino siempre ha sido volver al papel que me corresponde, devolver a Egipto a la grandeza que tuvo milenios atrás. Las muertes de todos mis seres queridos no habrá sido en vano. Por su recuerdo, tengo que seguir el destino que siempre he tenido.
- El destino se lo forja cada uno, Abdol, se puede cambiar.
El mutante egipcio le sostuvo la mirada al héroe abanderado y después se puso a reír.
- Los mismos dioses egipcios guían mis pasos, ellos controlan que no me desvíe de la senda que trazaron para mi. Y gracias a eso- Dijo señalando a un sarcófago de piedra.- Volveré a ser grande, el más grande de los faraones que jamás piso mi tierra.
N’Kantu gritó de rabia. Desafiándole con la mirada.
- Pobre infeliz, un esclavo que fue convertido en lo que es ahora. Un monstruo que nunca volverá a ser humano...
La Momia Viviente se revolvió, como intentando liberarse del campo de energía.
- Eres un loco si pretendes tratar con un ser como An-uat.- Exclamó Druida.
- Notó un gran poder en ti, pero poca sabiduría, cuando abra el cofre y lo liberé, me dará suficiente poder para realizar mis planes. Conozco hechizos poderosos que lo retendrán, usando mi propio cuerpo como vehiculo, a todos los efectos, seré un Dios.
- Sin duda has perdido la razón, no se puede controlar a un dios como An-uat, es incontrolable, puro caos. Si lo liberas, extenderá su dominio desde el valle de Tuat hasta este planeta, haciendo que los muertos acaben con los vivos.
- Cállate, infiel, nadie osa hablar así al amo.- Dijo uno de los siervos de Abdol.
- Tranquilo, no pueden hacer ningún mal, solo contemplar el momento de mi triunfo y rezar para que tras mi ascenso sea clemente y les perdone sus patéticas e insignificantes vidas.
De pronto, Abdol palideció y estuvo a punto de caerse. Sus siervos lo sostuvieron.
- ¡Traedme mi silla!
Rápidamente le sentaron en ella.
- Pronto esta debilidad será cosa del pasado, un recuerdo extinguido. ¡Es hora de que empiece el ritual!
Uno de sus siervos le puso en sus manos el cofre de los cuatro elementos.
- Ese cofre es mío, maldito.- Exclamó Abner Little.
El Capitán desvió su mirada a Druida, que permanecía con los ojos cerrados, como si estuviese en algún tipo de trance.
- Aarkus ¿has intentado teletransportarte? – Preguntó en voz baja al ykraiano que estaba a su izquierda.
- De algún modo neutraliza mis habilidades, buen Capitán.
Espero que tengas algún tipo de plan, Anthony, o estamos perdidos- Pensó para si mismo.
Con ansiedad, Ahmet Abdol procedió a realizar los encantamientos para romper los sellos que mantenían cerrado el místico cofre. Abrió lentamente la tapa del cofre milenario, un resplandor intenso salió de dentro del cofre y cuatro haces de energía, que representaban a los cuatro elementos fueron directos hacía el sarcófago de piedra.
Este se elevo y empezó a flotar, el sarcófago oscilo y se retorció sobre si mismo, como si algo tratase de salir con violencia de su interior.
Este se elevo y empezó a flotar, el sarcófago oscilo y se retorció sobre si mismo, como si algo tratase de salir con violencia de su interior.
La tapa del sarcófago salió despedida y una luz invadió el templo. En ese momento, de los ojos y de la boca de Druida surgió una luz y su forma se desvaneció, ante la atónita mirada de sus compañeros.
- ¡¿Qué?!- Gritó sorprendido Abdol.
Algo salió del sarcófago y empezó a tomar forma. Era de cuerpo de hombre y cabeza de chacal, un chacal putrefacto e infecto, con la piel llena de heridas sin cerrar, llagas y sangre reseca.
Estaban ante An-uat ,el señor de la tierra, el devorador de los muertos.
El chacal putrefacto los miró a todos, con ojos brillantes, de su boca cayeron un montón de gusanos retorciéndose, este se lanzó hacía Ahmet Abdol y cuando iba a chocar con él desapareció.
Ahmet cerró los ojos y al volver a abrirlos estos emitían energía, se levantó de la silla de ruedas y todo su cuerpo comenzó a cambiar, a moldearse, a crecer. Con un relámpago de energía, sus vestimentas cambiaron y su cuerpo empezó a agrandarse, hasta adquirir un tamaño gigantesco que amenazaba con derrumbar la estructura del templo.
Ahmet ya no era un simple mortal, era el peligroso y poderoso ser conocido como el Monolito Viviente, este no dejo de crecer, atravesando el techo y causando numerosos destrozos en el templo. Los acólitos de Ahmet corrían a un lado y a otro, como desorientados.
La maquina que mantenía en funcionamiento el campo de fuerza que tenía prisioneros a los Invasores se dañó al caerle unos cascotes encima, por lo que estos quedaron liberados.
- ¡Tenemos que detenerlo como sea! ¡Aarkus, Antorcha! Seguid a Ahmet, el resto nos reuniremos en cuanto podamos con vosotros. ¡rápido!- Gritó el Capitán América.
Ambos volaron rápidamente por el enorme hueco dejado por el gigantesco villano.
- ¿Qué crees que ha sido de Druida?- Preguntó Union Jack mirando el sarcófago de piedra abierto.
- Quien sabe, ahora no podemos pensar en eso, tenemos que intentar detener al Monolito Viviente lo antes posible, evitar que cause ningún daño a la población local.
- ¡Ni iréis a ningún lado!
Un rato escarlata cayó cerca de ambos.
- Capitán, dejadme al escarabajo para mí, vosotros intentad detener a su amo.- Dijo Albión con rostro serio.
- ¿Estas seguro, profe?- Dijo Union Jack.
- El poder del pendragón esta de mi lado, no puedo caer, y si caigo, él lo hará conmigo.
Y dicho esto, saltó hacía su rival y ambos se elevaron envueltos en una estela de energía, intercambiando poderosos golpes sin dar tregua.
- Jack, ¿puedes llevarnos arriba?
Jack Frost asintió y moviendo sus manos, creó una estela de hielo donde se subieron el Capitán América, Zawadi y Thundra.
Adner Little observó desde su escondrijo y estuvo apunto de gritarles que no le dejasen aquí, cuando algo le sujeto uno de sus pequeños pies, era una de las criaturas con cabeza de cocodrilo.
Una colosal figura sobresale sobre la ciudad. Sus ropajes recuerdan a las vestimentas de los antiguos faraones. Su cuerpo emite ondas de energía que chisporrotean a su alrededor. Arrasan todo a su paso.
Entonces algo parece captar su atención, una figura envuelta en llamas vuela en círculos a su alrededor, es el androide conocido como la Antorcha Humana, que descarga ráfagas ígneas contra el coloso. Impasible, el gigante emite rayos ópticos de energía alcanzando al flamígero ser, que cae como un mosquito fumigado.
Una neblina parece ocultar el rostro del coloso y un nuevo oponente surge de ella, la figura esmeralda embozada en su capa, golpea con fuerza increíble el rostro del titán egipcio. Contrariado por la picadura, con un simple movimiento de su brazo aparta al otro insecto sin ningún esfuerzo aparente.
La voz del coloso retumbó a través del paisaje:
- ¡ No podréis detener a quien es la personificación viviente de los dioses egipcios! ¡La venganza del Monolito Viviente no será negada!

Jack Frost recoge al vuelo a la Antorcha, que aturdido, no dice nada de que su rescatador sea Frost.
- Esta cambiando toda la ciudad, toda ella y sus gentes están revertiendo a la época de los faraones.- Dice Union Jack.
- ¿Y como es que nosotros seguimos intactos?- Preguntó Zawadi.
- Esa es una pregunta que será respondida más adelante, ahora tenemos que detenerlo.- Gritó el Capitán, mientras lanzaba su indestructible escudo contra el Monolito Viviente.
- ¿Vosotros? Mi magia no parece afectaros, tendré que eliminaros con mis propias manos.
Descargó uno de sus golpes, destrozando el puente de hielo donde se encontraban.
Cuando iba a descargar otro poderoso golpe, algo golpeó con fuerza en su espalda, haciendo tambalearse por unos momentos al gigante.
- En mi mundo he combatido criaturas que empequeñecían tu tamaño, gigante, no me das miedo.- Dijo Aarkus tranquilamente mientras posaba una de sus manos en el Monolito Viviente. El poder del ykraiano empezó a actuar, decelerando las moléculas danzantes de las que se componía, como todas las cosas, hasta que apenas se agitan y este empezó a quedar atrapado en una vaina de hielo.
- Si no lo veo, no lo creo.- Dice Union Jack.- Parece que te ha quitado el trabajo, Frost.
- No estaría de más echarle una mano.- Dice Jack Frost mientras de sus manos surgen rayos gélidos que envuelven la vaina de hielo creada por Aarkus, reforzándola.
Aarkus aterrizó en un edificio cercano, exhausto.
- ¡Hemos derrotado a ese gigante arrogante!- Exclamó Thundra.
- No cantemos victoria tan pronto.- Dice el Capi, mientras piensa en que pueden echar en falta el poder de Druida y de Albión.
Anthony Ludgate abrió los ojos y no daba crédito a lo que veía. Estaba agarrado a un risco, una intensa ventisca le azotaba, el cielo era rojo intenso y en el suelo se arrastraban cosas informes que no conseguía identificar. Rayos crepitaban en el horizonte. Si no se equivocaba, esto debía de ser tuat, el valle sin luz, hogar de An-uat. El viento aullaba con fuerza, haciéndole resbalar y soltarse, comenzó a caer, intentó levitar sin éxito, hasta que aterrizo con dureza contra algo. Con desagrado, comprobó que era un montaña de restos putrefactos, de cadáveres en descomposición.
Su plan de acceder a la prisión donde había estado prisionero miles de años el dios egipcio había sido muy arriesgado. Al abrirse la brecha entre los mundos, utilizó todo su poder místico para colarse por la brecha y acceder a este lugar de pesadilla.
Se quitó su capa, cruzó sus piernas y se concentró.
Además de ser un poderoso místico, Anthony Ludgate era un consumado y experimentado psíquico. Su mente empezó a emitir una onda mental, un gritó mental que sería como un anzuelo para el receptor del mensaje. Con este esperaba llamar su atención, aunque no seria fácil, su poder era menos que el de un insecto para la entidad con quien quería contactar.
Pasó el tiempo y nada cambio. Ninguna señal que le alertase de que había tenido algún éxito.
Sin previo avisó lo sintió dentro de su mente, su sola presencia casi resquebrajaba toda su psique.
La presión que notó en su cráneo fue tan intensa que pensó que le iba a estallar.
- ¿Cómo te atreves a molestarme, mortal?
La voz resonaba por todo su ser. Era imposible no sentir el poder que despedía.
- Tienes que ayudarnos, tu enemigo natural ha huido de su prisión y planea acabar lo que empezó milenios atrás.
- Tienes mi atención. Reza para que seas capaz de convencerme, o te reduciré a cenizas...
- ¿No te das cuenta de que eres un simple esclavo? Se que te controla, pero en tu interior, debes de luchar contra su influencia ¡libérate de sus cadenas!
- Solo vivo para servir a mi señor.
- No si podemos impedirlo, te liberaré, quieras o no.
Valientes palabras- Pensó- Espero poder refrenarlas. Aunque tenía mucha experiencia como superhéroe, llevaba mucho tiempo fuera de circulación. Los Caballeros de Pendragón quedaban ya muy lejanos, por no hablar su época en la primera y segunda guerra mundial.
El Escarabajo Escarlata lanzó una andanada de descargas de energía escarlata, Albión respondió con fuego de Pendragón que surgió de sus manos y repelió el ataque.
Sin dar tiempo a su contrincante a reaccionar, se lanzó a por el Escarabajo, velozmente le golpeó una y otra vez, sin darle un momento de respiro. Un haz de energía escarlata salió de su medallón en forma de escarabajo lanzando al héroe inglés a la otra parte del medio derruido templo.
- Esto va a ser más complicado de lo esperado.- Dijo mientras trataba de levantarse.
Adner Little rezaba todas las plegarias posibles ante la visión de las fauces de cocodrilo abiertas, dispuestas a cerrarse sobre su diminuto cuerpo.
Una mano vendada se cerró sobre el cuello de la criatura y se escuchó un sonoro ruido al quebrarse su cuello, cuando la criatura se derrumbó, detrás suyo estaba N’Kantu, al que conocían como la Momia Viviente.
- M-me has salvado, pese a no confiar en ti. Gracias, amigo, no lo olvidaré.
N’Kantu asintió comprensivo.
Albión y el Escarabajo se enzarzaron mano a mano, la energía de Pendragón rodeaba el cuerpo del veterano héroe tratando de imponerse a las emanaciones místicas del medallón mágico de su rival.
Los ojos de Albión se fijaron en algo extraño, debajo del pecho del egipcio, pareció verse algún tipo de movimiento.
Con un veloz movimiento de una de sus manos, la planto encima del pecho y emitió una poderosa descarga de fuego Pendragón. El Escarabajo Escarlata empezó a emitir unos desesperados gritos de dolor y a revolverse como si una agonía atroz le envolviese.
De su pecho, surgió un humeante escarabajo de color negro. Estaba muerto.
- Así que eso era lo que controlaba tu voluntad... Es repugnante. (9)
- G-Gracias, por primera vez en mucho tiempo soy yo mismo.- Dijo El Escarabajo Escarlata con agradecimiento.
- No hay de que, amigo. Tenemos aún mucho trabajo que hacer.
Con un destello escarlata, se puso en pie, alzando su puño al cielo.
- Tengo muchas cuentas pendientes con ese monstruo.
No muy lejos de allí.
- ¿Cómo estas, Aarkus?
- Ya estoy plenamente recuperado, Capitán.
- Llámame Capi, todos lo hacen.- Dijo guiñándole un ojo.
El yraiano asintió.
Todo comenzó a temblar. Se escuchó un estruendo cuando el hielo que aprisionaba al Monolito estalló en mil pedazos.
- ¡Insensatos mortales, os haré pagar por esto con una muerte lenta y horrible!
- Su.. Voz, es distinta.- Dijo Jack Frost.
- ¡Abdol! ¡Detén este antes de que sea tarde!- Gritó el Capitán.
- Ja ja ja ja Ahmet Abdol ya no esta aquí, su mente esta en letargo, ahora yo controlo este cuerpo, como pronto controlare este mundo. ¡Yo An-uat ,el señor de la tierra, el devorador de los muertos!
El Capitán América iba a ordenar un contraataque, cuando una llamarada del fuego de Pendragón impacto en el cuerpo del titán egipcio.
- ¡Albión!
- ¡Y no viene solo! – Era la voz de Little que bajaba junto a N’Kantu envueltos en haces de color esmeralda que los dejaron tranquilamente en el suelo.
- No temáis, ahora estoy de vuestro lado, por fin controlo mis actos.
Y dicho esto, el Escarabajo Escarlata se lanzó como un misil contra el coloso. Golpeó en pleno pecho, haciendo que estuviese apunto de ser derribado.
El Monolito respondió intentando aplastarlo con sus poderosos pero, el Escarabajo era demasiado rápido y solo consiguió destrozar parte de un edificio.
- Patético, mortal, ¡no conseguiréis derrotarme!
De pronto, el coloso dirigió su vista y su atención al cielo. Este ennegreció en un instante, como si una enorme tormenta estuviese a punto de descargarse.
El mismo cielo pareció abrirse, para dejar paso a un rayo que golpeó al Monolito con dureza.
Un remolino de aire descendió hasta el mismo suelo. Cuando este desapareció, dejo al descubierto a dos personas. Un hombre vestido con ropas del antiguo Egipto, ropas de la nobleza, en sus mano, un cayado y en su porte, se denotaba su origen divino. A su lado estaba Druida.
El acompañante de Druida, comenzó a cambiar, a agrandarse, hasta alcanzar el tamaño de su rival.
- ¡Tu! ¡Mi viejo enemigo! ¡Osiris!
- Esta batalla no la ganaras, An-uat.
Los dos colosos chocaron, iniciando un combate como no se había visto en estas tierras desde eras pasadas. Todos los que contemplaron el combate de dioses, pudieron sentir el poder que emanaba de ambos contendientes, y todos ellos se sintieron muy pequeños en comparación.
Osiris y An-uat pusieron sus manos alrededor de cada uno de sus cuellos. Ninguno parecía darse por vencido.
Finalmente, Osiris derribó de un certero golpe de su cayado a An-uat, cuando cayó al suelo, una forma salió del cuerpo. La forma original del dios egipcio se retorció de dolor cuando Osiris clavó la punta de su cayado en su pecho, haciendo que su cuerpo brillase y estallase en llamas, que en pocos segundos consumieron su cuerpo.
La forma del Monolito Viviente fue encogiendo, hasta alcanzar su tamaño original. Ahmet Abdol intentaba arrastrase por el suelo para escapar de la ira de Osiris.
Este, que ya había recuperado su estatura habitual, lo agarró del cuello y lo levantó.
- Tu, dices ser el heredero de los antiguos faraones, la personificación de los dioses egipcios. Eres insignificante, menos que nada. A partir de ahora, no podrás pisar suelo egipcio, ese será tu castigo y tu maldición.
- ¡¡¡Noooooooo!!!
Con el pánico reflejado en su rostro desapareció.
Osiris miró a los Invasores y les saludo con la cabeza. Después, su forma se desvaneció. Toda la ciudad y toda su gente revertió a su aspecto anterior.
- ¿Alguien me puede explicar que es lo que ha pasado?- Dijo Union Jack.
- Anthony, ¿puedes explicarnos donde fuiste?- Preguntó el Capitán América.
- Recordé la leyenda del cofre de los cuatro elementos, y como Isiris fue quien lo derrotó y lo encerró en el sarcófago. Decidí aprovechar la entrada a la prisión de An-uat para acceder al hogar de los dioses egipcios y contactar con Osiris, para que él pudiese derrotar a su antiguo enemigo.
- Buen plan, amigo.- Dijo el Capitán con una sonrisa.
- Hay algo que no entiendo, cuando el Monolito transformo toda la ciudad y sus habitantes ¿por qué no nos afecto a nosotros?- Preguntó Thundra.
- Eso es cosa mía. Cuando entramos a las catacumbas os protegí a todos con un encantamiento de protección.- Comentó Druida.
- Vaya, todo un detalle. De todos modos, la próxima vez que me tires un sortilegio, avísame ¿vale?- Dijo la Antorcha.
El Escarabajo Escarlata se acercó a ellos.
- Muchas gracias a todos, y sobretodo a ti, Albión, me salvaste de una vida de esclavitud.
- No hay de que, a sido un placer.
- ¿Qué harás ahora, Escarabajo?- Dijo el Capitán.
- Recuperar mi vida, llevo mucho tiempo sin vivirla, me fue arrebatada y es hora de recuperarla.
- Te deseo suerte en ello.
- Gracias. Puede que volvamos a vernos, algún día.
Se alejó volando, dejando tras de si una estela escarlata.
N’Kantu se despidió con una reverencia de Druida y del Capitán, desapareciendo por una alcantarilla.
- Que todo te vaya bien, viejo amigo.- Dijo Druida.
- Me equivoque con él, bajo su apariencia hay un buen hombre.- Dijo Little.- Ahora que lo pienso,
¡podemos regresar y llevarnos el cofre y el sarcófago!
- Ni lo sueñes, Little, date por satisfecho de haber salido con vida de todo esto.- Apuntó Druida.
- No sabéis las perdidas económicas que voy a tener, malditos agoreros...
Epilogo
Ahmet Abdol despertó. Se levantó con rapidez, miró su alrededor y en seguida supo que no se encontraba en Egipto. De inmediato gritó de rabia y de frustración. Su hogar, el lugar donde descansaban los restos de su esposa, su país de nacimiento le había sido vetado. Y lo que más le dolía era que fue uno de los dioses de Egipto quien lo hizo.
- ¡¡ ¿Por qué?!!- Gritó con ira.
Se puso de rodillas y comenzó a llorar, pensando en el negro futuro que le aguardaba.
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Referencias:
1 .- En Encrucijada: Invasores 1-3 de AT
2 .- Antiguo personaje de los comics de terror de la Marvel de los 70 y componente, junto a Druida, Shadowoman y Cráneo Llameante II, del grupo llamado Tropa de Choque.
3 .- Captain América# 357-362 Usa. En la saga de la gema sangrienta.
4 .- X-Men #54 USA
5 .- En la novela gráfica llamada “La Venganza del Monolito Viviente”
6 .- En la saga “Apocalipsis los Doce” publicada en las series de la Patrulla-X
7 .- En la mencionada NG de la Venganza del Monolito Viviente.
8 .- Otra vez la novela gráfica.
9 .- Ocurrió en el Invasores#1 de AT.
1 .- En Encrucijada: Invasores 1-3 de AT
2 .- Antiguo personaje de los comics de terror de la Marvel de los 70 y componente, junto a Druida, Shadowoman y Cráneo Llameante II, del grupo llamado Tropa de Choque.
3 .- Captain América# 357-362 Usa. En la saga de la gema sangrienta.
4 .- X-Men #54 USA
5 .- En la novela gráfica llamada “La Venganza del Monolito Viviente”
6 .- En la saga “Apocalipsis los Doce” publicada en las series de la Patrulla-X
7 .- En la mencionada NG de la Venganza del Monolito Viviente.
8 .- Otra vez la novela gráfica.
9 .- Ocurrió en el Invasores#1 de AT.
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