Marvel Knights nº01

Título: El grupo (I)
Autor: The Stranger
Portada: Nememo
Publicado en: Julio 2006

¡Nueva serie! El Caballero Luna, dispuesto más que nunca ha cumplir su misión de venganza y justicia contra los criminales por “ordenes” de Khonshu, decide reunir un equipo de guerreros solitarios para combatir el crimen.
Cuando reina el caos y los criminales campan por sus anchas, solo un grupo de solitarios héroes es capaz de hacer lo necesario para mantener la paz y seguridad urbanas. No salvan universos, ni planetas, ni al mundo...se dedican a salvar a la gente de a pie. No tiene nombre oficial pero nosotros les conocemos extraoficialmente como...
Creado por Chuck Dixon y Ed Barreto

El hombre entró en el banco con una sonrisa de oreja a oreja. Era joven, atlético, con el pelo corto y negro bien peinado, llevaba gafas de Sol totalmente oscuras y muy discretas y bien trajeado. Se paró en mitad del banco. No era muy grande y había poca gente a esas horas de la tarde. Vio dos guardias de seguridad. Por supuesto, llevaban sus pistolas enfundadas.

Echó un rápido vistazo a todo el banco desde donde estaba, por lo menos un vistazoa lo que podía ver. Sonrió y rápidamente sacó dos pistolas de debajo de su elegante y cara chaqueta.

-¡Esto es un atraco! ¡Todos con las manos en alto y quietos!

Como esperaba, la gente comenzó a gritar, muchos se agacharon. Los guardias reaccionaron. El hombre disparó al de su derecha, matándole de dos disparos en el pecho. Apuntó al otro antes de que sacara su arma.

-¡Quieto!

El guardia obedeció y se tiró al suelo. El hombre actuó rápidamente sin dejar de apuntar a la gente con sus pistolas.

-¡Si nadie hace nada extraño, nadie saldrá herido como ese gilipollas que ha intentado dispararme!- se acercó a un hombre delgado junto a dos mujeres bien parecidas-. ¡Levantaos!

Las tres personas se levantaron, el hombre les obligó a acercarse a una de las cajeras mientras no dejaba de apuntarles.

-¡Tu! ¡Quiero que dejes entrar a estos tres y le des a cada uno una saca vacía! ¡Quiero ver esas sacas en cinco minutos llenas de dinero! ¡Mejor que sean billetes de cien!

-En cinco minutos no puedo...- murmuró la cajera.

El hombre suspiró, se volvió hacia el guardia de seguridad y desde su posición le disparó varias veces hasta matarlo. Luego, se volvió de nuevo a la cajera.

-¿El siguiente?

En menos de cinco minutos, las personas elegidas por el atracador, estaban a su lado con tres sacas llenas de dinero. El hombre trajeado les obligó a tenderse de nuevo en el suelo, se guardó una de las pistolas mientras podía oír de fondo las sirenas de la policía. Sacó un móvil con su mano libre y pulsó el botón de rellamada preparado de antemano.

-Nena, ven a recogerme.

-Vale- dijo una voz femenina desde el otro lado.

Se guardó el móvil y en unos segundos un destello azul claro iluminó el banco sorprendiendo a los rehenes. El hombre trajeado sonreía mientras el destello azul se transformaba en una sensual mujer de pelo largo y negro, de aspecto atlético, con un top negro y unos vaqueros ajustados. Llevaba una bandolera roja en la cabeza.

-Hola, cariño- saludó la mujer tocando dos de las tres sacas.

-Te echaba de menos nena- el hombre trajeado la agarró de un brazo, se guardó la pistola y tocó la otra saca.

Mientras la policía entraba en ese momento en el banco, los dos desaparecieron en el mismo destello azul del principio, junto con diez mil dólares en billetes. Era el cuarto golpe que daban ambos.


A la noche siguiente.

Marc Spector se mantenía sentado en el caro sillón mientras veía la televisión sumido en una total oscuridad. Esa noche no saldría como el Caballero Luna, esa noche debía reflexionar. Hacía dos semanas desde que el Caballero Luna había sustituido a Marc Spector(1) y desde entonces cada noche la había dedicado a patrullar por la ciudad. A pesar de que había hecho un buen trabajo en las últimas noches, no veía llegar el fin de la delincuencia y el crimen. Simplemente, parecía que no tuviera fin. Como Marc Spector, antes le hubiera dado igual, Spector era tan solo un hombre y lo habría aceptado. Sin embargo, como Caballero Luna, guerrero de Khonshu, su meta era ser un guerrero del pueblo, conseguir erradicar totalmente el crimen de la ciudad y en consecuencia, del mundo. Un reto utópico e imposible, pero le encantaban los retos.

Aún mantenía la identidad de Spector y de Steven Grant, sobre todo la última, usada sobre todo para sus negocios legales y para llevar adelante sus diferentes empresas. La identidad de Spector seguía usándola para sus conocidos, quienes no debían saber nada. Nadie debía saber nada.

Por otro lado, la identidad de Jake Lockley ya no servía de nada. Había muerto definitivamente...y los demás también, solo que la fachada que representaban aún le era útil.

No se había pasado las últimas dos semanas solamente capturando y aterrorizando criminales, sino que había relanzado sus empresas y negocios como nunca antes. Había exprimido la identidad de Steven Grant como nunca. De día, importante empresario con negocios por todo el mundo. De noche, vigilante atemorizante. No solo los criminales susurraban su nombre con miedo, sino que había conseguido tener de nuevo una pequeña fortuna que cada vez iba a más. Una fortuna con la que poder combatir de nuevo el mal de forma eficiente.

Sin embargo, no todo iba bien. El crimen cada vez era mayor y más violento. Y él solo era un guerrero. Necesitaba un grupo de guerreros.

Paró de cambiar de canal justo cuando daban unas noticias que le interesaban.

-“...el cuarto atraco de la pareja conocida como los Ladrones Fantasma. Esta vez han matado a dos guardias de seguridad que...”

-Los Ladrones Fantasma- susurró Marc Spector.

Spector los conocía. Llevaban un mes atracando bancos y nadie ni siquiera había estado cerca de pillarlos. Según lo que se había descubierto de ellos, primero entraba el hombre, un tipo joven y buen tirador, siempre sacaba sus pistolas y amenazaba a los que estaban allí. Había matado ya a cinco personas en cuatro atracos. Tras usar a varias personas para sacar unas buenas sumas de dinero, llegaba la chica, envuelta en un extraño destello y desaparecían con el dinero en cuestión de segundos. Todo ocurría muy rápido y en los dos primeros atracos ocurrió casi a la vez. Desaparecieron del primer banco y aparecieron en el segundo. Parecían tenerlo todo muy bien calculado.

Del hombre nadie sospechaba nada raro, pero la chica que llegaba para desaparecer con él y el dinero, sí parecía ser algo más. Seguramente una mutante teleportadora o algo así.

Pensaba atraparlos, como a tantos otros, pero estaba solo en su lucha, era un solitario aunque antes no había sido así. Violadores, criminales, ladrones, mafiosos, delincuentes, drogadictos, estafadores, maltratadores, villanos tecnológicos, mutantes terroristas...todo era demasiado para un solo hombre. ¿Debía entonces buscar guerreros como él? ¿Guerreros tan solitarios como él en su lucha?

Cambió de canal y vio que estaban cubriendo una noticia con los Vengadores. Algo relacionado con un ataque de un supervillano conocido como Veneno(2). Parecía que habían salido algo malparados pero al final el villano había huido o algo así. Eran un grupo de guerreros pero salvaban el universo, el mundo, el planeta entero...pocas veces se preocupaban de las amenazas más mundanas, de la gente corriente.

“Salvan el mundo pero no a su gente”, pensó Spector.

Entonces apagó el televisor y tomó su decisión: buscaría guerreros como él, solitarios, fuertes, seguros, decididos...guerreros como los que le habían acompañado en su última incursión con un grupo. Al día siguiente los buscaría. Serían lo que necesitaba la ciudad.


El Soho.

Charles Weber dejó la elegante chaqueta sobre una de las sillas del pequeño y sucio apartamento sumido en parte en la oscuridad. Entró en la habitación y observó a su chica en la cama de matrimonio. Solo llevaba puestasu sensual ropa interior negra y se revolvía sobre la cama llena hasta los topes de billetes de cien dólares. Tres sacas llenas de dinero estaban tiradas sobre el suelo de la habitación.

-Veo que te diviertes, nena.

Sally Dahmer sonrió a su novio.

-Creo que falta alguien aquí para terminar de divertirme- la chica le sonrió de manera sensual, Charles se acercó y se besaron apasionadamente-. Uhm, bastante bien. ¿Retiramos un poco el dinero y disfrutamos de esta noche?

-Ahora mismo, Sally. Quisiera hablarte de algo- señaló las sacas de dinero-. Todo esto no va durar siempre.

-Claro que sí, cariño. Lo tenemos planeado todo al milímetro. ¿Qué podría salir mal?

-No te digo que no. Investigamos los bancos que planeamos robar, llego cuando sé que la seguridad es mínima y cuando hay menos gente, en cuanto tengo el dinero te llamo y prácticamente en cinco minutos estamos aquí los dos repartiéndonos la pasta. Todo perfecto, pero algo saldrá mal.

-Ya has visto las noticias. Creen que soy una mutante o algo así, cariño- Sally se levantó y se abrazó a su novio-. Vamos a la cama. Mañana iremos a investigar más bancos.

-Algo saldrá mal, cielo. Llegará un momento en el que tendrán vigilados algunos de los bancos porque nos hayan reconocido en las cámaras de seguridad mientras los vigilábamos, o te agotarás durante uno de tus hechizos de teletransporte o...aparecerán unos héroes de repente, por casualidad y siendo yo solo...

-Si estás pensando en algo, piénsalo mañana- Sally comenzó a desabotonar la camisa de su novio-. Ahora tenemos cosas mejores que hacer.

Charles Weber sonrió y retiró a su novia de su lado con delicadeza.

-Tenemos que formar una banda, un grupo...tenemos que conseguir asociados. Lo estamos haciendo bien, cariño, pero sabes bien que estamos lejos de ser buenos ladrones de bancos. Somos simples aficionados.

-No necesitamos experiencia con mis poderes, ni a nadie más.

-Esta mañana lo estuve pensando y he hecho una lista con varios nombres y dos de ellos me llaman fuertemente la atención.

-No creo que necesitemos ayuda, cielo.

-Piénsalo bien, Sally. Imagínate que somos tres o cuatro. Te iríamos avisando conforme tengamos el dinero y solo tendrías que recogernos en diferentes partes de la ciudad, en diferentes bancos. Si ahora hemos conseguido dinero...multiplícalo por el número de nuevos asociados. Además, piensa que siempre pueden servir de distracción. ¿A quién irías a recoger primero en caso de peligro? ¿A mí o a ellos?

Sally sonrió y volvieron a besarse mientras caían tendidos en la cama.

-Mañana haré unas llamadas, tendré unas direcciones y haremos unas visitas- susurró Charles Weber antes de desnudarse.


Al día siguiente, a mediodía. Chinatown.

El hombre asiático siguió barriendo la entrada de la pequeña tienda de comestibles hasta que estuvo reluciente. Se secó el sudor con una mano y sonrió al ver el resultado de un trabajo bien hecho.

-Señor Cheng, creo que ya he terminado- dijo en un perfecto chino.

El anciano detrás del mostrador se ajustó sus pequeñas gafas y observó el suelo con detenimiento. Asintió.

-Bien hecho, Yang. Ahora ve a la parte de atrás, saca las cervezas que han llegado esta mañana, ponlas en su sitio y podrás irte.

-¿Necesita ayuda para esta noche?

-Tranquilo, estará Ney. Muchas gracias por tu preocupación, de todas formas.

El hombre chino, de aspecto delgado pero atlético, pelo negro y corto, joven y de baja estatura, que se hacía llamar presuntamente Kit Yang, saludó a su jefe y soltó la escoba en una esquina de la tienda, cuando alguien entró en ella de forma violenta. Era un joven con una pistola. Se le veía bastante nervioso.

-¡Quietos todos, chiflados! ¡Manos arriba! ¡Y no os hagáis los estúpidos, sé que habláis mi idioma!

Kit Yang se puso entre el anciano y la pistola que portaba el chico, que no paraba de sudar. Observó como le temblaba la mandíbula.

“Drogas”, pensó Kit Yang.

-Tranquilo, podrás llevarte lo que quieras, pero sobre todo, estate tranquilo- murmuró Kit Yang.

-¡No me digas que me tranquilice! ¡Quiero todo el dinero de la caja, ya!

-Lo tendrás, pero no nos hagas daño.

El chico apretó la pistola contra la frente de Kit Yang y le miró encolerizado.

-¡El dinero! ¡YA!

De repente, alguien entró en la tienda por la puerta, situándose despacio y tranquilamente tras el joven con el arma. Era un hombre de pelo castaño y corto, con gafas de Sol oscuras cubriendo sus ojos, una larga gabardina negra y un traje igual de oscuro, con una camiseta blanca bajo la gabardina. Kit Yang, aunque no era ese su autentico nombre, le reconoció enseguida.

-Marc Spector- sonrió a pesar de tener en su frente el cañón de una pistola.

-¡Sal de aquí, gilipollas! ¡Le volaré la cabeza a este jodido chino si no te largas!

Marc Spector retiró sus gafas de Sol y se las guardó en unode los bolsillos de su gabardina. Sonrió a su amigo sin prestar demasiada atención al joven con la pistola.

-Shang-Chi. Me alegro de haberte encontrado.

Un estremecimiento recorrió el cuerpo del anciano jefe del supuesto Kit Yang cuando oyó su autentico nombre.

-El legendario Shang-Chi...- susurró intentando no arrodillarse ante él debido a la situación.

-Vienes justo a tiempo, Marc- dijo Shang-Chi.

-Chico, tira esa pistola si no sabes bien quién es este hombre- advirtió Marc Spector al joven atracador.

-¡Gilipollas! ¡Os mataré a todos! ¡Ahora mismo y aquí!

-Tira la pistola, chico- repitió Spector.

-¡Una mierda! ¡Voy a mataros! ¿No me oyes? ¡Dadme el dinero!

-Ultima oportunidad.

-¡Muere!

El chico apuntó su arma hacia Spector rápidamente. Shang-Chi ni se movió. Su amigo sabía defenderse solo ante situaciones como aquella y mucho peores.

Spector cogió velozmente el brazo del chico con el arma en cuanto apuntó hacia él y antes de que pudiera disparar una sola bala, se lo dobló hasta hacerle tirar el arma y le sacudió una fuerte patada en la cara que lo tiró al suelo de golpe. Otra patada en la cara le dejó inconsciente.

-Bueno, ha estado bien para calentar- Spector tendió una mano a Shang-Chi y ambos se saludaron-. Tengo que hablar contigo. Supongo que no habrás almorzado aún.

-No- Shang-Chi se volvió hacia el anciano y le hizo un respetuoso saludo-. Lamento las molestias. Mañana volveré a por mis cosas.

-Gracias- murmuró el anciano mientras salían del establecimiento. Marc Spector volvió al establecimiento.

-Llame a la policía y presente cargos- le dijo señalando al chico inconsciente-. De lo contrario, saldrá libre.


Charles Weber se terminó el café y le entregóa su novia un papel con una serie de nombres escritos en él.

-Aquí tienes la lista.

-Veamos- Sally se cerró la bata que llevaba y comenzó a leer la lista-. Bueno, todos nombres muy interesantes. Algunos me suenan y otros no. ¿Y estos dos señalados?

-Son los que tienen preferencia. Son los que quiero en mi equipo y creo que existen bastantes posibilidades de que acepten.

-Uno de ellos es un famoso ladrón de bancos y unode los más grandes reventadores de cajas fuertes, al menos lo era. Pero el otro...me da mala espina. ¿Es un asesino a sueldo?

-Exacto. Creo que nos haría falta alguien con la sangre fría suficiente y que dé autentico miedo. Efecto psicológico, cariño. Además, acaba de comenzar en el negocio y se está labrando un nombre, con una identidad que han usado otros.

-¿Sabes realmente quién es?

-Importa eso- Charles Weber sonrió-. Iremos esta noche a por el primero. A ese lo dejaremos para más tarde. Quiero ir sobre seguro. Si al menos no conseguimos al asesino, sí que quiero al de las cajas fuertes. A saber todo lo que puede saber sobre este negocio.

-¿Esto es un negocio, cariño?

-Nuestro negocio, mi amor.


Marc Spector terminó de comerse el pequeño trozo de tarta de manzana mientras veía a su amigo saborear su té.

-Las calles están llenas de criminales. No podemos hacer nada, metemos a tres en la cárcel y surgen diez más. Asustamos a cinco y surgen quince sin miedo. No podemos hacer nada- murmuró Spector.

-Te veo muy pesimista, amigo mío. ¿Es de eso de lo que me quieres hablar? ¿No quieres...seguir?

-No, no es eso.

-Estamos en New York, Marc, una de las mayores ciudades del planeta. Es normal que la delincuencia sea aquí mayor que en otras partes.

-En otras partes también crece. Todo lo que hacemos es inútil.

-Hoy has salvado a un anciano de un atraco. No es inútil.

-Tú también estabas allí. Le hubieras detenido.

-Cierto, pero sin gente como nosotros a saber lo que habría pasado. Todos los días salen en las noticias personas que no han tenido la suerte de tener a alguien como nosotros a su lado. Alguien que les proteja y les defienda en los momentos en los que hace falta.

-Tienes razón...gente como tú y yo. He pensado mucho en eso últimamente, Shang. Somos solitarios, existen cientos como nosotros. Salimos por la noche, por el día, a capturar criminales, combatir el mal como guerreros solitarios y sin embargo, conseguimos muy poco.

-Es nuestro sino, amigo.

-No tiene que ser así. ¿Recuerdas el equipo que formamos con Daredevil?(3)

-Sí. Hicimos mucho bien, pero fue una verdadera lastima que no funcionase. Cage y yo lo comentamos antes de seguir caminos diferentes(4).

-Tienes razón, hicimos mucho bien. Daredevil nos unió con la excusa de detener a Frank Castle.

-El Castigador- Shang-Chitomólargo sorbo de su té.

-Exacto. Nos unimos por una razón justa y sincera...pero egoísta. Daredevil nos unió para detener a alguien que él odiaba pero quien sin embargo hace más bien que mal.

-Los métodos de El Castigador no me son muy loables, pero es cierto que no era el autentico enemigo al que debíamos detener.

-Cierto. Creamos un equipo cuyos objetivos eran endebles. En cuanto hubiéramos capturado a El Castigador, todo habría terminado, cuando no debería haber sido así. Todos sabemos de todos modos, que El Castigador no puede ser detenido y creo que Daredevil ha comenzado a comprenderlo- Spector miró hacia el exterior del establecimiento por la ventana junto a la que estaba-. Hicimos mucho bien en equipo: salvamos la ciudad de Ulik y de nuestro propio compañero Capa cuando su poder mutante se desató(5), logramos detener a la banda de Lápida(6) e incluso causamos más de un problema a tu padre(7), pero a la larga terminamos por ser unos Vengadores de segunda.

-Sé lo que quieres decir.

-Yo he estado con los Vengadores y sé lo que hacen. Salvan el mundo, el universo...pero pocas veces combaten a las amenazas que las personas normales tienen que hacer frente solas, las amenazas contra las que nos enfrentamos nosotros cada día, por separado. Terminamos salvando la ciudad, sí, pero nos alejamos del objetivo de enfrentarnos a la lacra de la sociedad: los mafiosos, los delincuentes, los violadores, los traficantes de armas, los policías corruptos...terminamos con las sobras de los Vengadores.

-Creo saber por dónde vas, amigo mío. Quieres reunir al grupo de nuevo.

-Exacto, Shang.

-Sin querer molestarte, amigo, pero fuiste tú el primero que se salió del grupo. Nos diste una base de operaciones, intentaste darnos unos objetivos claros, nos diste cobertura económica aunque para mí eso carezca de interés y trajiste a Cage al grupo, un gran aliado, pero fuiste el primero que se fue.

“Fue Spector quien se fue, no el Caballero Luna”, pensó tentado de contárselo todo, pero se contuvo.

-Cierto...acababa de perder la Torre Spector por el ataque de los dacoits(8) de tu padre y no me encontraba con ánimos de seguir. En las últimas semanas he sentido que la ciudad me necesita, nos necesita...y no solo esta ciudad, sino el mundo. Sí, quiero reconstruir el equipo tal y como fue, pero aún mejor. Se acabó eso de perseguir a Castle. Seremos un grupo de guerreros solitarios unidos para combatir el crimen en cualquier parte.

Shang-Chi terminó de beberse el té y miró pensativo a su amigo.

-¿Qué me dices?- preguntó Spector.

-Yo digo sí- Shang-Chi sonrió-. No veo la hora de luchar a tu lado de nuevo.

-Me alegra tu decisión- la cara de Spector no presentaba demasiada alegría, algo que en un principio llamo la atención de Shang-Chi-. Tengo aquí una lista de guerreros a los que poder llamar.

Shang-Chi cogió la lista y la observó durante unos minutos.

-Hay algún que otro individuo de...

-Sí, hay algún que otro villano, peor ya sabes lo que se dice: en tiempos modernos, el mal debe combatirse con otro tipo de mal.

-Tienes razón, pero no termina de gustarme.

-Tranquilo, supervisaremos cualquier nueva entrada al grupo. En principio solo seremos seis. Quiero ver como marcha todo antes de que se nos una alguien más.

-Perfecto- Shang-Chi señaló la lista-. Iremos primero por nuestros antiguos compañeros. ¿No?

-Por supuesto. Comenzaremos por la Viuda Negra.

-Creo que podemos ir descartándola.

Marc Spector cogió la lista y un bolígrafo de unode los bolsillos de su gabardina. Tachó el nombre de su amiga. Si Shang-Chi decía que la descartase, lo haría.

-¿Le ha ocurrido algo?

-Solo rumores sobre que está en un grupo de superheroínas o algo así. Bastante exclusivo y muy secreto, aunque no lo suficiente.

-De acuerdo, descartada. ¿Y Puñal?

-Creo que está en el mismo grupo- Shang-Chi sonrió.

-Genial. Otro equipo que se encarga de salvar el mundo pero no a las personas que habitan en él. Me han decepcionado las dos.

-No se las puede culpar por hacer lo que creen oportuno.

-Ridículo- Spector siguió con la lista-. ¿Qué te parecen estos cuatro de aquí?

-Uno muerto y los otros tres en la cárcel.

-Descartados.

-Por supuesto, iremos a por Daredevil, ¿verdad, amigo?

-Claro, pero le dejaremos para lo último. Después de las desavenencias que tuvimos anteriormente(9) no quiero que se crezca. ¿Capa?

-No tengo noticias de él, pero no está en el grupo de Puñal. Creo que es exclusivo de mujeres.

-Lo dicho, ridículo- murmuró Spector-. Sé por dónde cae Capa. Iremos esta noche a por él. ¿Qué te parecen estos dos?

-Una mercenaria y un ladrón.

-Los dos con buenas intenciones. La primera es solo por si Cage no aceptase. Me han hablado muy bien de ella.

Shang-Chi cogió de nuevo la lista.

-Puede funcionar- señaló tres nombres más-. Uno de estos está en otro grupo. Los Invasores se formaron de nuevo(10)

-Pensaba que los rechazaría.

-Estos otros dos...uno de ellos muerto y el otro en paradero desconocido.

-No perdemos nada. ¿Crees que este último estaría bien?

Shang-Chi sonrió ante el último nombre.

-Si acepta, creo que será una buena elección, es de corazón noble y un bravo guerrero, aunque no tiene una parte...oscura, como nosotros.

-Todo se puede arreglar.

Tal y como susurró el comentario, un escalofrío recorrió la espalda de Shang-Chi. Pensó que su amigo hablaba en broma y en verdad, así lo deseaba.

-Bien, comencemos esta noche con Capa- Spector escribió una dirección en un papel y se lo entregó a su amigo-. Ve esta noche sobre las once a esta dirección. Estaré esperando allí.

-De acuerdo. Recogeré mis cosas y supongo que tendré que buscarme otro trabajo y un nuevo alojamiento. Trabajaba con otro nombre donde me encontraste. Ya sabes que oficialmente Shang-Chi es una leyenda urbana de Chinatown.

-Tranquilo, si todo sale bien, no te hará falta buscar nuevo alojamiento- Spector sonrió de forma enigmática y se levantó de su sitio-. Nos vemos esta noche.

Antes de salir de la cafetería, sacó un papel de uno de los bolsillos de su gabardina negra. Lo leyó rápidamente. Era la lista de emergencia, con otros nombres de otros guerreros, más fuertes, poderosos y más peligrosos que los que le había enseñado a su amigo. Esa lista sí que no hubiera sido aprobada por él ni por ninguno de los del anterior equipo, pero aun así, la guardó. Nunca iba mal un plan B.


Esa noche. Manhattan, Iglesia de Todos los Santos.

El Caballero Luna y Shang-Chi entraron en la iglesia abandonada, tras asegurarse de que no había curiosos cerca.

-¿Estás seguro de que está aquí?

-Presiento que sí. Suele estar en las calles, en las iglesias, pero esta la frecuenta bastante.

Comenzaron a buscar a su aliado por entre los escombros de la iglesia y lo que quedaba d ella. Podían oler el tufo a podredumbre, a periódicos mojados y suciedad. Aquel lugar daba la impresión de no haber sido pisado por nadie en bastante tiempo.

-Creo que no vamos a encontrarle aquí. ¿Buscamos a los siguientes?

El Caballero Luna hizo un gesto a su amigo para que guardase silencio. Señaló varias latas de refrescos que parecían bastante nuevas. Anduvieron un poco más hacia el interior de la iglesia y allí estaba, de espaldas a ellos, observando una gran vidriera rota.

Su amplia capa azulcon rayas negras le cubría completamente, como siempre. La capucha prácticamente ocultaba casi todo su rostro. Era delgado, de raza negra y joven, ni siquiera había llegado a los treinta años. No se volvió hacia sus amigos, ni cuando los tuvo a su lado.

-Aquí murió Puñal(11)- afirmó Capa en un susurro-. La loca de Grito la mató, solo para después verla resucitar de la luz que había en mi interior oscuro. La única luz que hubo alguna vez. Ella me curó cuando mis poderes se desataron y hace poco me dejó, aunque no con agrado. Está con esas chicas, quienes me la han robado, en parte.

-Lo sabemos, amigo- Shang-Chi puso una mano sobre unode los hombros del joven.

-Últimamente vengo mucho aquí, desde que me dejó y aún más desde que me enteré de la muerte de Grito(12). Creía que solucionaría algo, pero no ha solucionado nada. Solo me importa Puñal.

-Una psicópata menos en el mundo- susurró Caballero Luna.

Capa le miró y asintió.

-Tienes razón. Grito ha muerto pero aun hay más como ella.

-No tienes dónde ir y Puñal no esta a tu lado- el Caballero Luna le tendió su mano derecha-. Hace tiempo formamos un equipo y tú estaba en él. Vuelve con nosotros, ayúdanos, te necesitamos. Los inocentes de esta ciudad y de las demás te necesitan y los criminales te esperan para recibir tu justo castigo.

Capa devolvió el saludo al Caballero Luna, saludó también a Shang-Chi y asintió.

-Ya me tenéis de vuelta.


Herman Schultz se sentó en el sillón, abrió la lata de cerveza y se dispuso a bebérsela, cuando un resplandor azul inundó el salón de su pequeño apartamento. Fue a coger sus unidades vibroconmocionadoras que estaban en su habitación, peroel destello se transformó en un hombre y una mujer que le bloquearon el paso a la habitación.

-Señor, Schultz, tenemos que hablar- dijo el hombre elegantemente trajeado.

-Déjame que coja unas cosas de mi habitación y enseguida hablamos.

La chica levantó una mano, susurró unas palabras y Herman fue lanzado contra su sillón como golpeado por una fuerza invisible. Se levantó, tambaleándose y se sentó en el sillón, con miedo.

-¿Qué sois?

El hombre trajeado le sonrió mientras la chica se mantenía detrás de él, mirando fijamente a Herman.

-Somos...unos simples ladrones de bancos que...

-Sois los que salen en televisión. Sois los Ladrones Fantasma.

Charles Weber se volvió hacia Sally y le dio una amplia sonrisa.

-Salimos en las noticias, cielo- se volvió de nuevo hacia Herman-. Queremos hacer un trato con usted, señor Schultz.

-Creo que el que entréis en mi casa y me tiréis contra mi sillón favorito no os ayuda en nada a que confíe en vosotros.

Charles Weber tendió una mano a su novia, quien le dio un maletín que el ladrón pasó a Herman. El villano abrió el maletín y encontró una gran suma de dinero.

-Son tres mil dólares, señor Schultz, solo para que hablemos. ¿Hablamos?

Herman Schultz, con una mezcla de asombro y alegría, asintió.


Spiderman se inclinó en la cornisa de la azotea.

“Una noche tranquila. Ni Veneno, ni el Duende Verde...solo un grupo de atracadores, dos camellos y poco más. Creo que hoy podré volver pronto con MJ”.

Bostezó bajo su máscara, se levantó, fue a disparar una telaraña cuando una mano se posó en su hombro derecho, haciendo que diese un pequeño saltó.

-¡Dios santo!- Spiderman vio al Caballero Luna y detrás de él a Shang-Chi y Capa-. ¿No habéis probado a poneros un cascabel o algo así?

-Encantado de verte de nuevo, Spiderman- murmuró el Caballero Luna.

-Igualmente- saludó de forma graciosa a Capa y Shang-Chi-. A Shang hace tiempo que no le veía y a Capa siempre está bien verle de cuando en cuando. ¡Tenemos que quedar para jugar a las cartas un día, Tyrone!

Capa asintió, sin compartir la efusividad de su amigo.

-¿A qué debo vuestra terrorífica visita? ¿Y qué hacéis los tres juntos? ¿Montáis un club de héroes anónimos? Yo de alcohol nada, pero siempre puedo ayudaros.

-Nuestro amigo tan parlanchín como siempre- susurró Shang-Chi a Capa.

-Estamos aquí para hacerte una oferta que puede interesarte, trepamuros- dijo el Caballero Luna.

-¿Podéis darme un traje más fresco en verano? ¿Y que quede bien?

-En realidad, estamos reuniendo un grupo de luchadores contra el crimen, un grupo de guerreros solitarios para combatir a las amenazas de todos los días, que solo nosotros sabemos combatir.

-Parece una buena idea, pero ya sabéis que yo no soy de grupos. Siempre me ha gustado ser solitario...solitario solitario, ya me entendéis. Un grupo de héroes solitarios es algo redundante, ¿no?

-Solo nosotros sabemos cuál es la auténtica lacra de esta sociedad.

-Sí, te he entendido. Encargarnos de los maleantes, delincuentes...y dejarles los Galactus y los Magneto del mundo a los demás.

-Quienes no se encargan de los delincuentes callejeros, ni de los mafiosos que matan familias, ni de los terroristas que estrellan aviones...encargarnos de esos.

-Fuiste un buen aliado contra Matanza, amigo mío- dijo Capa-. Formaste un buen grupo y sin ti no habríamos vencido.

-Lo sé, Capa y gracias por la confianza pero ya os lo he dicho. No soy de grupos.

- ¿Cómo te va eso de no ser de grupos?- preguntó el Caballero Luna.

Spiderman se mantuvo pensativo durante unos segundos y contestó.

-Pues no es que me vaya muy bien, pero siendo de un grupo, mis problemas afectarían a dicho grupo. He intentado pertenecer a un grupo, pero nunca termina de funcionar.

Los tres guerreros se mantuvieron callados durante unos minutos, dejando que Spiderman se lo terminara de pensar, pero sabían que su decisión ya estaba tomada.

-De acuerdo. Ha sido un placer volver a verte, amigo mío- dijo el Caballero Luna dirigiéndose hacia donde estaban Shang y Capa-. Si cambias de idea, ya sabes dónde encontrarnos.

-Gracias a ti por pensar en mí. Espero que os vaya bien. La idea es buena y siempre se agradece algo de ayuda adicional en esto de proteger las calles.

-Eso queremos hacer- los tres guerreros observaron como Spiderman se tiraba del edificio para alejarse por medio de sus telarañas-. Capa, teleportanos hasta donde estaba la antigua Torre Spector. Ya es muy tarde para buscar a los otros. Tenemos cosas de que hablar y deberíamos comenzar por ahí.

-¿Dónde la Torre Spector? Creía que habían construido algo encima- dijo Shang-Chi.

El Caballero Luna sonrió bajo su máscara.

-Efectivamente. Han construido algo. Ahora lo verás.

Los dos guerreros se acercaron a Capa, quien les cubrió tanto a ellos como a él mismo con su amplia capa y se teleportaron hasta donde había dicho el Caballero Luna.


-Y eso es todo, señor Schultz- terminó de contar Charles Weber de pie frente al villano-. Investigamos los bancos, al día siguiente los robamos, Sally nos recoge en cuanto la llamemos y dicho y hecho. Sin problemas y sin que nos pille nadie. Si se nos une usted, seremos más difíciles de encontrar, ya que la confusión al perseguir a varios atracadores será mayor. Además, con sus habilidades reventando cajas fuertes con sus...armas especiales, tendremos más dinero que nunca. Y usted tiene una fama de la que carecemos, así como de bastante experiencia.

Herman Schultz no dejaba de escuchar a Charles mientras contaba el dinero. Todo lo que el joven le decía le gustaba y no veía ningún problema en todo el plan, ni siquiera en lo referidoa la aparición de superhéroes. La chica podía aparecer y desaparecer en segundos. No había fallos, así de simple.

-Queremos una contestación ahora mismo- dijo Sally Dahmer.

Herman la miró y asintió.

-Contad conmigo.

Continuará...


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Referencias:
1 .- Para ver como el Caballero Luna se convirtió en la personalidad dominante en el cuerpo de Marc Spector, hay que leer el arco argumental del Caballero Luna y el Doctor Extraño en “Marvel Team-Up” en Action Tales.
2 .- Ver la maxi-serie “Veneno: La caída de la araña” número 7 donde Veneno se enfrenta a los Vengadores.
3 .- Se refiere, por supuesto, a los primeros Marvel Knights, sin nombre oficial, formados por Daredevil y cuyos primeros miembros fueron la Viuda Negra, Daredevil, Puñal, Shang-Chi y Capa. Más tarde se unieron al grupo Luke Cage y el Caballero Luna, más alguna colaboración por parte del Doctor Extraño.
4 .- Ver “Marvel Knights” N° 15 donde Cage y Shang-Chi charlaban y se despedían con tristeza del grupo.
5 .- Se enfrentaron a Ulik el troll uno de los más poderosos enemigos de Thor, en la primera saga de la serie. Los poderes de Capa se desataron y solo los poderes de Puñal pudieron controlarlos, con la ayuda del Doctor Extraño.
6 .- Reciente la incorporación de Cage, se enfrentaron a una banda formada por Lápida y donde también estaban los villanos Bala, Bengala y Big Ben.
7 .- Viendo el potencial peligro del grupo, Fu-Manchu, el padre de Shang-Chi, quiso destruirles en varias ocasiones.
8 .- Los dacoits son un grupo de asesinos birmanos que bajo las ordenas del padre de Shang-Chi atacaron la Torre Spector, llegándola a destruir.
9 .- El Caballero Luna y Daredevil tuvieron más de una discusión, principalmente porque el Caballero Luna se comportaba como el líder del grupo y Daredevil se oponía muchas de sus decisiones.
10 .- Se refieren a la posibilidad de llamar a Unión Jack, pero ya está con Los Invasores, ver la serie de “Los Invasores” en Action Tales.
11 .- La psicópata conocida como Grito que consiguió sus poderes dentro de la dimensión oscura de Capa, “mató” a Puñal durante la saga “Matanza Máxima” hace ya bastante tiempo publicada por Planeta.
12 .- Una aparentemente curada Grito murió a manos de un vengativo Veneno en el número 3 de “Veneno: La caída de la araña”, maxi-serie que se puede leer en Action Tales.

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