Star Trek la serie original nº04

Título: El intruso
Autor: Sikileia
Portada:
Publicado en: Agosto 2006

El espacio, la ultima frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, buscando nuevos mundos, nuevas civilizaciones, para llegar hacía donde ningún hombre ha llegado jamás.
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:
Creado por Gene Rodenberry


Era la fecha estelar 6989.2

Janice Rand entró en su alojamiento y se tumbó en su litera.

En la pantalla del ordenador aparecía aún el organigrama del departamento de Ingeniería, donde había pasado la noche precedente, antes de comenzar el turno de noche. Diskettes de varios colores se hallaban desperdigados sobre el escritorio.

Desde hacía meses, Janice estudiaba con ahínco para asimilar todo el conocimiento que le competía al grado de teniente de la sección de Ingeniería, y las propias de un teniente del Mando y también las de la Sección Científica. Pero nadie parecía darse cuenta de sus progresos. Por otro lado ¿Cómo podría desarrollar sus habilidades en el tema de Comunicaciones, si Uhura le pedía de sustituirla en su puesto durante cinco minutos y aparecía en tres? ¿O cómo podía demostrar su habilidad al timón, si Sulu alejaba las manos solo para coger una taza de café, tal vez de la bandeja de otra asistente? Pero Janice Rand estaba decidida a no rendirse.

Repasó el gráfico una enésima vez, luego se levantó y se puso el tricorder en cruzado. Se detuvo delante del espejo justo el tiempo para recolocarse una mecha rubia en el pelo que se le había salido del moño y ni corta ni perezosa se encaminó hacia la cubierta 19.

En la cubierta 19 el Ingeniero Jefe Montgomery Scott estaba ocupado en gritar órdenes a dos jóvenes cadetes que estaban efectuando reparaciones en el interior de un conducto, y no se había percatado del intruso que se había colado a través de la puerta, ya casi cerrada, de su Sección.

Cuando Janice cruzó la entrada de Ingeniería, Montgomery Scott la saludó con una de sus sonrisas más amables y salió, llevando entre sus brazos un pesado instrumental ayudado por los brazos de sus jóvenes técnicos, ansiosos por ayudarle. La asistente no se lo podía creer. ¿Cómo podría demostrar su valía a quien fuera, si nadie le dedicaba su tiempo?

Entró en el despacho del Sr. Scott y se dejó caer en una silla, echó un profundo suspiro y cerró los ojos… para luego despertarse sobresaltada por un extraño sonido. ¿Qué era ese insólito retumbo que durante una fracción de segundo se había escuchado como un eco en toda la nave? ¿Algún cadete despistado?

Con la mente entrenada por tantas horas de estudio, su memoria comenzó rápidamente a sopesar posibilidades con los datos recientemente aprendidos. Un esquema se formó en su mente y la respuesta que le vino primero fue: dos. Cada turno estaba cubierto por dos técnicos y ya había visto salir a ambos junto al señor Scott. Oyó de nuevo ese extraño ruido, estridente que hacía de bordón al continuo zumbido de los motores warp. Su curiosidad fue poco a poco convirtiéndose en sospecha. Con mucha cautela asomó la cabeza por la puerta: El espacioso salón estaba vacío e impecablemente todo en orden como siempre, excepto por… una sombra, aún más, una silueta humana que estaba de espaldas, medio escondida tras un panel de mando con botones redondos. Vestía un traje ajedrezado que no era reglamentario en ninguna sección de la Flota Estelar.

Janice concentró en su mente toda su fuerza y arrojo, se asomó al puente y gritó: -¿Quién es usted y qué está haciendo ahí?-.

Cogido de sorpresa, el intruso dejó caer el pequeño aparato metálico, que estaba manipulando y se dio de improviso la vuelta, presto a atacar.

En su intento por mejorar, Janice había aumentado las horas de entrenamiento en el gimnasio de la nave. Había además conseguido el tercer nivel en técnicas de autodefensa y ello además lo había notado a nivel corporal y fisiológico. Se sentía más esbelta y ágil, más atenta y más veloz, lo que le sirvió para plantar cara al intruso.

Feroz como un Tigre de Bengala, su adversario comenzó el ataque abalanzándose sobre ella, ataque que esquivó propinándole dos patadas, que hicieron caer de espaldas a su enemigo y que le hicieron deslizar por el suelo hasta chocar contra el zócalo de la pared. Acabada esta involuntaria carrera, el extraño volvió a levantarse y reemprendió el ataque. Janice dio una voltereta en el suelo y esquivó la trayectoria de ataque de su enemigo que chocó contra un panel de mandos, destrozándolo. Esto hizo que se activaran los indicadores de peligro de a bordo, cuya aparición coincidió con un bamboleo en toda la nave. La claridad de las luces descendió durante los pocos segundos necesarios que bastó para que los amortiguadores inerciales entraran en funcionamiento.

El saboteador aprovechó la circunstancia para aferrarse a Janice Rand cogiéndola por el cuello y empujarla de esa manera hasta la rejilla de los motores de curvatura. La joven terrestre intentó en vano de desembarazarse de su agresor pero sus manos eran dos fuertes tenazas que oprimían su garganta. Janice pensó para sí: -Esto no acabará de esta manera-. Concentró todas sus fuerzas en un golpe preciso, seco que dio con precisión entre el cuello y los hombros a su adversario. El agresor quitó sus manos sobre la oficial.

En ese momento los hombres de seguridad hicieron su entrada en la Sala de Ingeniería fásers en mano, seguidos por el capitán Kirk y el Sr. Scott. Y aprovechando la distracción de su enemigo, le propinó una patada en los genitales. Y mientras el intruso caía de rodillas, Rand lo remató con un golpe de kárate en su estómago. Kirk y Scott intercambiaron una mirada de sorpresa y se giraron de nuevo hacia la joven mujer que estaba triunfante sobre su víctima caída.

De improviso la vieron girar la cabeza hacia el fondo de la sala y apartar el cuerpo inconsciente del intruso para levantarse y dirigirse rauda hasta la consola saboteada por su agresor. Turnos completos dedicados al estudio no serían ya más desaprovechados. Janice comenzó a teclear botones y palancas a velocidad de rayo, monitorizando atentamente los valores que poco a poco fueron normalizándose en la pantalla. Cuando consideró que ya había acabado, se dio la vuelta y respiró profundamente, apoyándose en una de las consolas, sin sentirse en absoluto molesta por el personal de Ingeniería y hombres de seguridad que la observaban atónitos.

-¡Trataba de sabotear el circuito DH154, capitán!- dijo mientras se masajeaba su muñeca derecha.

-¿Y usted lo ha detenido sola, asistente?- manifestó el capitán, aún sin creerse lo ocurrido.

-Bueno, no podía permitírselo, señor- contestó mientras una expresión de dolor muy sutil alteraba las dulces facciones de su rostro.

El doctor McCoy, arrodillado junto al cuerpo inconsciente del intruso efectuó con su escáner una exploración médica, levantó la mirada y con un guiño exclamó: -¡Ha hecho un trabajo completo, Janice!-

El Sr. Scott estaba estupefacto viendo aquello: -¿Lo has hecho de veras todo sola, muchacha?-

-¡Deje de dar la lata y de distraer a mis pacientes!- Intervino McCoy, y cogiéndola con suavidad de su brazo, la condujo fuera de Ingeniería.

Mientras pasaba delante de James T. Kirk, Janice Rand se excusó: -Lamento no haber sido aún más veloz, capitán.-

Kirk se quedó si poder decir nada. Tras esta frase de su asistente, reflexionó.


Y Entonces Kirk dijo: "¡Ha hecho un trabajo excelente, asistente Rand! He enviado una nota de valor a la Flota Estelar y puede estar segura que tal recomendación no les pasará por alto, oficial." Janice terminó su relato exultante: -¡¡Y lo dijo delante de toda la tripulación del puente de mando y al completo!!-

Se levantó del sillón de terciopelo y se agachó para abrazar a los tres niños que habían estado escuchando encantados esta historia de su vida sentados en la alfombra, delante de la chimenea encendida.

-Y así fue como la tía Janice obtuvo la promoción a Jefa de Transportadores.- Concluyó.

-¿Capturas aún a los intrusos, tía Jenny?- preguntó el más pequeño y vivaracho de los tres primitos.

-Bueno, jejeje, desde un puesto de mando diferente… Alguna vez todavía me toca hacerlo.-

-¡¡Guay!! ¿Y a cuántos has capturado, tía Jenny?- preguntó el mayor de los tres.

-Querría siempre que hubiéramos capturado uno menos, porque significaría que nuestra nave estelar tendría un peligro menos, pero la USS Enterprise es un lugar muy especial, una astronave muy respetada y con una tripulación excepcional. Desearía, pues, de corazón que un día vosotros, como yo ahora, pudierais decir: Estoy orgullosa de formar parte de ella.-

Nota del Editor: Janice Rand fue uno de los personajes secundarios de Star Trek La Serie Original durante las 3 temporadas de emisión. En las películas tiene alguna aparición. Tras estar de servicio en la Enterprise, paso a la Uss Excelsior, convirtiéndose en la mano derecha del capitán Hikaru Sulu, antiguo compañero de Rand en la Enterprise.

FIN


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Nota:Janice Rand fue uno de los personajes secundarios de Star Trek La Serie Original durante las 3 temporadas de emisión. En las películas tiene alguna aparición. Tras estar de servicio en la Enterprise, paso a la Uss Excelsior, convirtiéndose en la mano derecha del capitán Hikaru Sulu, antiguo compañero de Rand en la Enterprise.

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