Marvel Knights nº12

Título: La lista (y IV)
Autor: The Stranger
Portada: Mark Texeira
Publicado en: Enero 2009

Los Caballeros se encuentran, finalmente, cara a cara con Veneno, la pesadilla viviente de Spiderman. Además, Marc Spector visita a alguien en la cárcel. ¿A su hermano?.
Cuando reina el caos y los criminales campan por sus anchas, solo un grupo de solitarios héroes es capaz de hacer lo necesario para mantener la paz y seguridad urbanas. No salvan universos, ni planetas, ni al mundo...se dedican a salvar a la gente de a pie. No tiene nombre oficial pero nosotros les conocemos extraoficialmente como...
Creado por Chuck Dixon y Ed Barreto

Resumen de lo publicado: Marta Plateada sigue cumpliendo la lista de Spector que la lleva a visitar a Lobezno y Mística. Mientras tanto, Marc Spector y Jessica Jones revisan los resultados de la detective en cuanto a la búsqueda de Veneno. La encargada de la agencia Alias descubre que Spector parece padecer extraños cambios de humor, como si fuese una persona diferente en algunos momentos. Cuando llega la noche y a la vez que repasa lo que ha conseguido sobre Veneno, la atracción que siente hacia Spector y lo sola que se siente, Jessica Jones es atacada, en su propio despacho, por el mismo Veneno en persona.


Horas antes. Cárcel de Ryker.

Marc Spector se ajustó la corbata y miró a su alrededor. La vacía y enorme sala donde los presos se comunicaban con sus familiares, sus cónyuges y sus más cercanos amigos a través de los teléfonos situados junto a las mamparas de cristal, pareció devolverle la mirada. No le gustaba demasiado estar allí y mucho menos de la forma en la que había llegado, haciendo llamadas como Steven Grant por un lado y usando sus influencias menos oficiales como Marc Spector por otro. Aún así, había algo que debía terminar y ese era el momento oportuno.

El silencio de la sala pareció hablarle de algún modo que muchos no hubiesen entendido. Normalmente, aquella sala estaba llena de presos de la famosa cárcel hablando con sus seres queridos, pero Spector había movido los hilos suficientes como para entrar fuera del horario de visitas. Sus contactos en SHIELD, los contactos de Microchip en la CIA y sus propios e influyentes amigos que tenía como Steven Grant, le habían conseguido un sitio allí a esas horas. Los demás miembros de su equipo (el que los periódicos y demás medios de información se habían apresurado en apodar como “Los Caballeros”) no sabían nada de su pequeña visita a Ryker, ni de las cuentas pendientes que tenía la persona a la que tenía que ver. Por pocas personas se hubiese movido tanto y, mucho menos, no siendo una visita de cortesía.

La puerta al otro lado de las mamparas, por la que entraban los presos a sus respectivos asientos, se abrió, dejando pasar a un preso escoltado muy de cerca por dos guardias de seguridad de Ryker. Spector no vio estremecimiento alguno en la cara del encarcelado cuando se sentó frente a él, al otro lado del cristal. Los guardias miraron a Marc Spector, este asintió y se fueron de la sala, cerrando la puerta tras de si y dejándoles solos.

El ex-mercenario cogió el teléfono que le correspondía. El preso que le miraba, de más o menos su edad, pelo negro, corto y desordenado y una cicatriz que le cruzaba el ojo izquierdo, no dio muestras de coger su aparato para hablar con él. Spector tenía todo el tiempo del mundo ese día, podía permitírselo con aquel criminal, pero no pensaba perder más tiempo del necesario; señaló el teléfono que correspondía al criminal, quien miró el aparato como si acabase de despertar de un largo sueño, volvió a mirar a Spector, observando el aspecto furioso y animal que mostraba su atenta mirada y, finalmente, cogió el teléfono con su mano derecha colocándoselo con cuidado junto a la oreja correspondiente.

-No tengo tiempo que perder, así que solo hablaremos lo estrictamente necesario- dijo Spector en cuanto el hombre hubo cogido el teléfono.

-¿Quién eres?- preguntó el recluso.

Una sombra de duda y confusión planeó sobre el rostro de Spector.

-Ya sabes quién soy- dijo sin querer dar más explicaciones.

-Si... no...- el criminal parecía confundido-. ¿Quién eres?

-Soy Marc Spector. El hombre que te capturó y te metió aquí después de que asesinaras a varias personas en nombre de Khonshu.

-Khonshu es mi amo y no tienes derecho a pronunciar su nombre.

-Te equivocas- gruñó Spector-. No le sirves de nada.

Lejos de enfadarse ante el comentario despectivo y claramente provocador de Spector, el criminal se mantuvo sereno y tranquilo, como si supiera exactamente lo que iba a contestar el líder de los Caballeros.

-¿Quién eres?- volvió a preguntar el hombre.

-Ya te he...

-No, no, no- el asesino sonrió-. ¿Quién eres ahora? ¿El adinerado y esnob Steven Grant? ¿El malhablado y sucio Jake Lockley? ¿Quizás el mismo Caballero Luna habla por tus labios? ¿O puede... que seas el asesino Marc Spector?

-Solo tú eres un asesino.

-¡Ah, sí! Lo que hice.

Marc Spector miró al hombre que se hacía llamar Caballero Sombra, al cual se había enfrentado justo un tiempo antes de formar los Caballeros. El asesino mataba a personas con poderes sobrenaturales y, gracias al llamado medallón de Anubis, adquiría sus habilidades. Todo lo hacía con un traje muy parecido al del Caballero Luna y en nombre del mismísimo Khonshu, dios egipcio de la Luna y la venganza. Spector, como el Caballero Luna se unió al Doctor Extraño y, juntos, ayudaron a la tercera Spiderwoman a derrotar al llamado Caballero Sombra.

Desde que había derrotado al Caballero Sombra, este había permanecido en la cárcel del Ryker, libre de los poderes robados tras la destrucción del medallón de Anubis. No había tenido tiempo de preocuparse por él, con toda la formación del grupo, la perdida de los poderes de Capa y demás, pero tenía muchas preguntas que hacerle al asesino que llevaba un traje como el suyo y muchas dudas que resolver.

-Ya sabes que soy Marc Spector. Eso es todo- respondió el ex-mercenario.

-Alguien está mintiendoooo- canturreó el asesino-. Khonshu me dice que ya no eres Marc Spector, ni Grant, ni Lockley... me dice que solo eres el Caballero Luna por siempre y jamás.

“Es un farol”, pensó Spector.

“¿O es posible que conserve algunos poderes de sus víctimas? No, si fuese así, ya habría escapado”

-Pero eso no es posible- el rostro del criminal se contrajo-. ¡Yo soy el autentico servidor de Khonshu! ¡Traeré la venganza hacia sus enemigos! ¡Hacia todo aquel que la merezca! ¡Las ofrendas de mi parte, serán generosas!

Spector dudó sobre si realmente hablaba con Khonshu o estaba completamente loco. Todo lo que había descubierto sobre ese hombre, sobre Thomas Kent, no dejaba clara ninguna de las dos posibilidades. Entonces, fue cuando entendió como le veían a él muchos de los que le habían conocido: como un loco o como alguien tocado por un dios.

-Eres Thomas Kent y nunca has tenido contacto alguno con Khonshu- respondió Spector a la retahíla de fantasías que había exclamado el recluso de Ryker-. Lo sé todo sobre ti.

-De nuevo equivocado, hermano.

-¡Deja de llamarme así! Yo no tengo hermanos.

-Ya no, eso seguro- Kent se relamió los labios, como si fuese a disfrutar intensamente lo que estaba a punto de decirle-. No desde que el pequeño Randall muriese. ¿Verdad? (1)

-¿Cómo sabes eso?

-Podría llenar toda ésta cárcel con lo que tú no sabes, y yo sí. No seas pedante y sueltes aquí mi nombre. Antes de que sigas, no quiero aburrirme con los detalles más insignificantes de mi pasado que sepas. ¿Sabes algo de mí? Algo de verdad, quiero decir.

Marc Spector no respondió; no sabía qué responder exactamente.

-¿Sabes cómo me encontré con Khonshu?- preguntó Thomas Kent conociendo ya la respuesta-. ¿Cuándo fue? ¿Dónde? ¿Cómo sé todo sobre tu hermano, Randall Spector? ¿Cómo sé todo sobre ti, Marc? Podemos hablar libremente, lo sé. Supongo que te has asegurado de que no nos graben, ni siquiera esta conversación. Por supuesto, tú tampoco nos grabarás. ¿Me equivoco, o te conozco lo suficiente, hermano?

-Ya te he dicho...

-No me refería a hermano de familia sanguínea, Marc- Thomas Kent parecía haber cogido fuerza desde su llegada a la sala-. Me refería... a hermanos de un mismo dios. Como Caín y Abel, estamos destinados a enfrentarnos, ahora lo veo claro. Mi estancia aquí ha sido bastante provechosa. Entre criminales y delincuentes me he visto fortalecido hasta que Khonshu ha vuelto a hablarme. Estaba disgustado por fallar en mi misión de acabar con la escoria sobrenatural de este mundo, pero le satisfizo que mi entrada en acción sirviera para ponerte a ti de nuevo en movimiento. Le sirvió para recuperar al Caballero Luna.

-Yo soy Marc Spector- mintió.

-No, a mi no puedes mentirme- Kent sonrió de nuevo-. No puedes mentir a Khonshu. Me dio el nombre de tu fallecido hermano, me dio un traje y me ha puesto en tu camino para que combatamos por él. Como un padre que debe elegir entre sus dos hijos predilectos. Y te tiene reservada una prueba, hermano. Una gran prueba y yo tengo un papel muy importante en ella, te lo aseguro.

-Déjate de locuras, asesino- Spector se levantó, claramente enfadado al no conseguir respuestas, al no ser él quien mandaba allí-. Te atrapamos mientras intentabas matar a una chica que no tiene ni dieciocho años, cobarde. Vas a cumplir tu condena e intentaré que sea lo más larga posible y, si llegas salir de aquí, te mantendré vigilado y si te pasas de la raya, mi equipo y yo acabaremos contigo para siempre. ¿Entendido?

-Saldré de aquí cuando me plaza- afirmó Thomas Kent-. Recuerda mi nombre: Caballero Sombra.

-¡No mereces llevar ese nombre!

La puerta por la que minutos antes había entrado el asesino al que había ido a visitar Marc Spector, se abrió, dejando pasar a los guardias que le habían llevado hasta allí. Thomas Kent colgó el teléfono, se levantó y, antes de irse con los guardias, guiñó un ojo a Spector y le dijo algo que el ex-mercenario pudo comprender al leer sus labios.

“Nos veremos pronto, hermano”, se dijo a si mismo Marc antes de levantarse y salir de la sala, confundido, frustrado y con ganas de pegarle a alguien. En esos momentos deseó con todas sus fuerzas que aquel nuevo Caballero Sombra estuviese en la calle o que Jessica Jones le avisase que había encontrado a Veneno.


Ahora.

Eddie Brock miró a Jessica Jones con una mezcla de enfado y curiosidad; enfado, porque esa mujer había estado buscándole por toda la ciudad y no sabía por qué y curiosidad, por saber exactamente las razones por las que le buscaba.

-¡Responde!- exclamó Brock apretando su mano en torno al cuello de Jessica Jones.

La mujer cogió un torrente de aire antes de sentir, de nuevo, como se le escapaba todo de los pulmones. Volvió a tomar aire en cuanto Brock la dejó, para que pudiese contestar a su pregunta.

“Estupendo, ahora sí que has ganado el premio gordo, Jessica”, se dijo a si misma la detective privada en su cerebro.

“¿Qué vas a hacer ahora exactamente? ¿Decirle a este loco la verdad, y que acabe contigo y con Spector? ¿Mentirle? Estaría bien... no tengo porqué decirle la identidad de quién le busca. He leído lo bastante sobre él para poder jugar a este juego con alguna posibilidad de vencer. Vamos, Jessica, puedes darle la vuelta a esto con tu enorme labia”

-Vete a la mierda- insultó Jessica a Eddie Brock en cuanto pudo hablar.

“Bien hecho, chica”, se regañó a si misma la detective.

Brock la miró con un enfado creciente y la apretó aún más contra la pared con gran violencia, elevándola en el aire, manteniendo sus pies por encima del suelo. Jessica sintió que sus pulmones amenazaban con explotar de un momento a otro, que su garganta parecía querer explotar y que toda la adrenalina se le acumulaba a borbotones en el cuerpo.

-Solo lo preguntaremos una vez más- Brock tragó saliva mientras su simbionte parecía acariciar el cuello de la mujer-. No solemos matar a inocentes y...

-Vaya... ugh... tontería...

-¿Cómo has dicho?- Brock aminoró su presa para que pudiese hablar.

-Vaya gilipollez, Brock. ¿No matáis inocentes? He leído lo bastante sobre ti y tu alienígena como para saber que cuando queréis, os saltáis esos términos.

-No sabíamos que te hubiésemos pedido opinión.

-Es lo menos que puedo hacer al estar tan cerca de vosotros.

-Encantadora- Brock sonrió en las tinieblas-. Nosotros también sabemos mucho sobre usted, señorita Jones, pero no quién la ha contratado para encontrarnos. Puede que no la matemos, ya que parece ser solamente una esclava de las circunstancias, pero puede que la hagamos el suficiente daño como para...

Jessica Jones puso toda la adrenalina de la que pudo disponer en ese mismo instante en el puño derecho y lo estrelló en la cara de Eddie Brock que, al sentir el tremendo puñetazo, soltó a la mujer, cayendo hacia atrás. La antigua heroína aprovechó que estaba en el suelo, medio atontado por el tremendo golpe en pleno rostro, para recuperar todo el aire que pudiese y pensar qué hacer.

-Buen... golpe...- susurró Brock notando como la cabeza le daba vueltas debido al puñetazo recibido sin estar cubierto por el simbionte-. Sabíamos que eras más que humana, pero será algo de lo que te vas a arrepentir.

El simbionte comenzó a cubrir a Eddie Brock de los pies a la cabeza, mostrando la enorme araña blanca de su pecho a través de la oscuridad del despacho, haciendo que sus colmillos alienígenas centelleasen en la penumbra y que los ojos blancos encima de los de Brock, parecieran mirar a Jessica Jones como el más delicioso bocado que hubiesen visto nunca.

“La peor idea que has tenido nunca, Jessica: cabrear a Veneno”, pensó la mujer apoyándose contra la pared poniendo su mente a mil kilómetros por hora para que se le ocurriera algo para huir o enfrentarse a la criatura de manera que pudiese salir viva del combate.

Veneno lanzó un rugido animal que le cortó los diferentes planes. Antes de que el monstruo estuviese cerca de ella, la puerta del despacho cayó destrozada dentro del mismo, ante la sorpresa de sus ocupantes; la tercera Spiderwoman y el Caballero Luna entraron en el despacho por encima de los pedazos de la puerta rota.

“¡Spector!”, gritó Jones en su mente.

-¡Retírate de ella, Veneno!- ordenó el Caballero Luna que parecía un espectro envuelto en las tinieblas del despacho.

Veneno se limitó a rugirles. Spiderwoman sintió un escalofrío que la hizo dar dos leves pasos hacia tras. El Caballero Luna se puso frente a ella, controlando la situación.

-¡Estás rodeado! ¡No intentes nada y es posible que vuelvas a la cárcel con todos los huesos intactos!- rugió el sirviente de Khonshu.

-¡¿Te atreves a amenazarnos?! ¡A nosotros! ¡Os destrozaré!

Veneno apuntó su mano izquierda (que se asemejaba más a una garra negra) hacia Jessica Jones y varios zarcillos del simbionte la atraparon a una velocidad pasmosa. El Caballero Luna tocó, ligeramente, el hombro derecho de Spiderwoman, poniéndola en movimiento mientras veía, impotente, como Veneno lanzaba a Jessica Jones a través de una de las ventanas del despacho, hacia el exterior.

La joven Spiderwoman voló hacia Veneno con su sobrenatural rapidez con los puños hacia delante, estrellándolos contra su pecho y haciendo que fuese a la calle a través de una de las paredes del despacho de Jessica Jones, antigua superhéroina y tras la cuál, el Caballero Luna se había lanzado, para evitar que se estampase en el asfalto.


Hace dos horas.

-Este es Edward Allan Brock- Marc Spector, con el traje del Caballero Luna puesto salvo la máscara, señaló las fotografías y los numerosos datos que mostraba Microchip en su enorme ordenador de la sala de reuniones-. Era periodista del Daily Globe hace una eternidad; actualmente se le conoce como Veneno. Puede que muchos de los que hay aquí le conozcáis.

-Capa le conocía- informó Microchip antes de que pudiesen contestar Marta Plateada, Shang-Chi, el Merodeador o la tercera Spiderwoman-. Capa y Puñal, quiero decir. Colaboraron con él en lo que los periódicos llamaron “Matanza Máxima”. (2)

-Una orgía de sangre producida por el asesino que capturamos- añadió Shang-Chi-. Recuerdo que Puño de Hierro me habló del asunto. Ayudé todo lo que pude, pero no fue suficiente y tenía mis propios problemas que me impedían estar al cien por cien.

-El Capitán América y Spiderman resolvieron esa situación- dijo Spector.

-No es así... del todo- murmuró tímidamente Mattie Franklin quien, al igual que Spector y el Merodeador, tenía puesto su traje de combate pero con l máscara quitada-. Al menos... no lo que yo sé.

-Tiene razón- la apoyó Microchip-. La base de datos de los Vengadores informa de que el propio Veneno casi se sacrifica para detener a Matanza, cuando solo quedaba él (3).

-A eso me refería; muchos conocemos a Veneno tanto como amigo como enemigo, pero eso no puede impedirnos atraparlo- Spector se volvió de nuevo para la pantalla y después para sus compañeros-. Hace unos meses, Veneno comenzó una orgía de sangre sin razón alguna que sepamos (4). Ha permanecido desaparecido desde entonces, hasta que hace unos días, tuve constancia de que estaba en la ciudad.

-¿Cómo?- preguntó Hobie Brown, el Merodeador.

-Micro sabe cómo conseguir información- Spector elevó una mano hacia el antiguo compañero de Punisher, dándole con ese gesto todo el merito-. Sin embargo, estábamos todos demasiado ocupados para encargarnos personalmente de su exacta localización y, sin Capa y buscando un sustituto, no podía prescindir de alguno más de vosotros si ocurría alguna emergencia, así que contraté ala detective privada Jessica Jones para que localizase a Veneno y creo que está muy cerca de conseguirlo.

Spector miró a Microchip y asintió. El experto informatico respondió asintiendo a su vez y comenzó a cambiar las fichas y fotografías de la pantalla de ordenador.

-Marta ha buscado sustitutos para Capa, pero por ahora... no ha habido suerte- siguió diciendo Spector mientras los demás leían la información que les mostraba Microchip-. Le he colocado un micrófono y un transmisor localizador a Jones, por si se encuentra en peligro.

-¿Ella lo sabe?- preguntó Marta Plateada.

-No. Claro que no.

-Podías haberla preguntado.

-No hubiese aceptado- Marc Spector observó la mirada acusadora de la mercenaria y sintió la de los demás sobre él-. Es para mantenerla a salvo; persigue a Veneno y es muy peligroso, aunque Jones tenga poderes.

-¿Poderes?- preguntó Mattie Franklin.

-Jessica Jones estuvo en los Vengadores hace bastante tiempo; se hacía llamar Joya y tiene poderes estándar: vuelo, cierta invulnerabilidad, fuerza aumentada, reflejos aumentados... aunque no sabemos sus límites ya que no se conoce a ciencia cierta el modo en el que consiguió sus poderes. No es una cualquiera y, mediante el transmisor y el pequeño micrófono, podemos ir en su ayuda si está demasiado cerca de Veneno.

Microchip volvió a cambiar los datos de la pantalla a una leve orden de Marc Spector. Los demás, prestaron atención a los nuevos datos de los cuales, los más importantes eran mencionados por el propio Spector.

-Todo apunta a que Eddie Brock consiguió el traje negro de parte del mismo Spiderman. Sabemos muy poco sobre las primeras apariciones de Veneno y su odio acérrimo hacia Spiderman, aunque el dato más relevante es que le odia porque arruinó su carrera; yo diría que hay mucho más, pero es un misterio que solo ellos saben y no tiene nada que ver con nuestra misión- Spector hizo una pausa de algunos pocos minutos para que los miembros de su grupo pudiesen racionar toda la información-. De Eddie Brock sabemos mucho más: su padre es Carl Brock, su madre murió la nacer él y tiene una hermanastra. Su ex-mujer, Ann Weying, se suicidó hace ya algún tiempo; los motivos se desconocen. Esos son los detalles más personales sobre Brock y quienes le rodean. En cuanto a su personalidad, es un tipo rencoroso y que se cree adalid de los inocentes; podría dejar de apalearos para ayudar a una anciana a cruzar la calle.

-¿Datos sobre el traje?- preguntó Shang-Chi-. Además de esos.

-Por supuesto- dijo Microchip pulsando los botones pertinentes.

-El traje es un simbionte alienígena altamente evolucionado, como el de Matanza- prosiguió Spector con su explicación-. Sus poderes son los mismos, y sabemos a ciencia cierta que es el padre de Matanza. Creemos que puede tener más hijos, pero no lo sabemos con toda seguridad. El traje simbionte de Veneno proviene de una raza de simbiontes alienígenas que suelen usar a sus portadores. Necesitan adrenalina continuamente y hay varias sustancias que pueden anular la unión del humano y el simbionte durante un buen rato, sustancias que podrían valernos en esta pelea, aunque los puntos débiles del simbionte siguen siendo los sonidos fuertes y el fuego, sobre todo el sonido intenso en el caso de este simbionte en concreto; por lo demás, Veneno es prácticamente invulnerable e incluso creemos, por los últimos datos, que es más fuerte que nunca.

-¿Más fuerte?- preguntó Hobie Brown.

-En su periplo, llegó a “derrotar” a los Vengadores (5). No os confíes porque no sea tan fuerte como Matanza, Veneno es tan diferente a Matanza como lo es Eddie Brock de Cletus Kasady. Veneno tiene muchas cosas que le hacen superior a Matanza, desde más inteligencia, hasta concertación en un objetivo. Donde en Matanza reina la locura, en Veneno lo hace un amoral sentido del honor que le hace aún más peligroso que Kasady y, por supuesto, tiene más experiencia que este, no se deja provocar tan fácilmente y no dudará en huir si la ocasión lo requiere. ¿Voy bien, Mattie?

La joven miró a un lado y a otro como si no fuese a ella, para después abrir los ojos, sorprendida y comprender que estaba refiriéndose a su persona.

-¿Qué?

-Digo que si voy bien- repitió Spector-. Eres nuestra experta en Spiderman y Veneno es de la liga del trepamuros. ¿Te gustaría añadir algo más?

-No, creo que todo está bien- Mattie notaba como los colores comenzaban a aparecerle en el rostro.

-¿Estás segura?

-Sí... sí...

-De acuerdo- Spector prosiguió con sus explicaciones-. El simbionte de Veneno le confiere habilidades especiales iguales a las de Matanza, aunque este no las usa muy a menudo; capacidad de camuflaje, zarcillos de simbionte, escudos más gruesos... no dudaría en que el simbionte de Veneno intentase separarse de él para atacarnos. Hay que recordar que Veneno son dos entes, mientras que Kasady estaba tan fusionado con su simbionte que eran uno solo. Brock y el simbionte actúan juntos, como uno solo, sí, pero siguen siendo dos. Si habla, lo hará en plural, refiriéndose a si mismo y al simbionte.

-La estrategia a usar...- el Merodeador tragó saliva y pensó lo que iba a decir para no soltar ninguna tontería-. ¿Es la misma que con Matanza?

-Ligeramente diferente- respondió Spector-. Como he dicho, Veneno es muy diferente a Matanza a pesar de ser un criminal simbionte. Vamos a tener que darle duro y sin dejarle descansar. Yo dirigiré el ataque con Mattie muy cerca de mí. ¿Mattie?

-¿Sí?

-Contamos contigo todos; Veneno es muy fuerte y sabe usar su fuerza. ¿Podrás cooperar conmigo para retenerle mientras los demás hacen su trabajo?

-Cla... claro...

-Estupendo- Spector señaló a Hobie con sus ojos-. Te quiero detrás de nosotros. Las nuevas configuraciones en tu traje deberían poder mantener distraído a Veneno a la vez que Marta Plateada se encarga de él a larga distancia. Shang-Chi...

-Dime- respondió velozmente el guerrero asiático.

-Te quiero lejos de la batalla, pero preparado para conseguir la atención de Veneno si uno de nosotros cae o, como pasó con Matanza, para darle el golpe oportuno en el momento indicado. ¿Entendido?

-Totalmente- dijo Shang-Chi asintiendo.

-No creo que debamos ir tras Veneno- añadió Marta Plateada para sorpresa de todos.

-¿Cómo?- preguntó Marc Spector sin saber muy bien qué había oído.

-No creo que debamos ir a por Veneno- repitió la mercenaria-. Podemos darle la información a los Vengadores, a los Cuatro Fantásticos, a los Invasores, a...

-¿Qué le demos la información a los Vengadores?- Spector no podía creer lo que estaba oyendo-. ¿En serio?

-Lo digo en serio. ¿Para qué he estado estos días con esta lista buscando sustitutos de Capa? Para que ocupen su puesto, para encontrar a alguien para este tipo de situaciones. Capa era imprescindible a la hora de teletransportarnos o alejar a los que estábamos heridos y sus poderes bien podían considerarse bastante poderosos en una pelea. Le necesitamos contra criminales como Veneno. No hemos encontrado a nadie aún para que se ocupe el puesto del chico y... ¿Quieres salir a capturar a uno de los criminales más peligrosos que existen?

-Sí, eso he dicho. No voy a arriesgarme a que mate a más gente inocente. ¿Vas a ayudarnos o vamos sin ti?

-Ya me he enfrentado a Veneno, así que os hará algo de falta mi ayuda. Sentiría tener que ir a tantos entierros de golpe- dijo sarcásticamente la mujer.

-Encantadora...- murmuró Hobie Brown.


Ahora.

Mientras Veneno y Spiderwoman caía a la vez que se golpeaban, a unos pocos metros alejados de ellos, el Caballero Luna alargaba su brazo izquierdo hacia Jessica Jones, que parecía muda ante el destino que la aguardaba a tan solo unos metros de distancia. No sabía si sus poderes de invulnerabilidad resistirían la caída o se abriría la cabeza como un melón, pero tampoco la apetecía comprobarlo demasiado pronto.

Cuando sus dedos estuvieron a unos centímetros de los de la detective, el Caballero Luna lanzó con su otra mano un cable hacia arriba, consiguiendo engancharlo hasta uno de los salientes creados por Veneno al lanzar a Jessica a través de la ventana. El cable se sujetó con fuerza justo cuando el Caballero Luna agarró a Jessica Jones de la mano, permaneciendo ambos suspendidos en el aire por el cable.

-¡¿Por qué no has volado?!- gritó el Caballero Luna.

-¡Me ha pillado desprevenida!- le respondió enfadada Jessica Jones.

-¡El cable aguantará, pero tenemos que bajar antes de que...!

No pudo terminar la frase, ya que la tercera Spiderwoman chocó con ellos con enorme fuerza y velocidad. Spector soltó el cable debido al tremendo golpe y los tres cayeron hacia abajo, chocando en pocos segundos con uno de los coches que estaban aparcados a esas altas horas de la noche. El Caballero Luna había oído la siniestra risa de Veneno antes de que la chica chocase con ellos; seguramente, Veneno la había usado como improvisado proyectil contra ellos, aprovechando que estaban parados en el aire.

El servidor de Khonshu fue el primero en bajar del techo abollado del coche sobre el que habían caído. La cabeza le dolía horrores, pero el dolor pareció desaparecer cuando Veneno aterrizó a unos metros frente a él, gruñendo y llenando el asfalto bajo él de babas del simbionte.

-¡Un diez en el aterrizaje y un cero en el vuelo!- se burló Veneno-. ¡Vamos a ver quién detiene a quién ahora!

Antes de que pudiese lanzarse sobre el Caballero Luna, alguien le disparó por detrás, haciendo que se volviese para centrar su atención sobre agresor: Marta Plateada le recibió con una buena ráfaga del lanzallamas que portaba.

-¿Estás bien?- preguntó Spector a la tercera Spiderwoman ayudándola a bajar del capó del coche mientras Veneno iba a por la mercenaria.

-Creo... creo...- la chica parecía conmocionada.

-¡Chica!- el Caballero Luna la zarandeó levemente-. ¡Reponte!

-¡Ya!- Spiderwoman le empujó ligeramente-. Estoy bien... sí... estoy bien...

-De acuerdo- el vigilante volvió la cabeza para vigilar el combate de Veneno contra Marta Plateada, luego volvió a mirar a Spiderwoman y centró después su atención en la caída Jessica Jones-. Tengo que ver cómo está. ¡Ve allí, chica, y golpéale fuerte hasta que caiga!

Spiderwoman asintió y voló hacia la zona de combate mientras Spector bajaba a Jessica del techo y la colocaba, con cuidado, sobre el suelo de asfalto de la calle; parecía inconsciente y tenía algo de sangre en la cabeza. El Caballero Luna se percató de que había golpeado con la cabeza en una de las esquinas del techo del coche.

-¡Jessica, Jessica! ¿Puedes oírme?

La chica no respondió. Spector se quitó uno de los guantes y le comprobó el pulso y la respiración: parecía estar solo desmayada debido al fuerte golpe.

-¿Me oyes?- dijo Spector al pequeño comunicador que llevaba en el oído izquierdo.

-Alto y claro, Marc- le respondió Microchip.

-¿Has logrado despistar a la policía?

-No se acercarán al lugar hasta que tengáis bien atado a Veneno, pero no podré mantenerles lejos de allí siempre por más cambios de semáforos y desvíos en sus radios que haga.

-Lo sé.

-Aun así, en esos edificios que te rodean vive gente, Marc.

-Lo sé.

-Se despertarán y la armarán buena. Eso sin contar con los costosos daños, los inocentes en peligro, los...

-Entendido; rápido y certero. Es Veneno, no Corredor Cohete. Danos un respiro, Micro.

-Os lo doy, pero estáis luchando contra él en una área urbana.

-Lo sé- repitió Spector-. Con Capa hubiésemos evitado esta mierda. Mantente a la escucha.

El Caballero Luna no esperó respuesta alguna, ni la tuvo. Comenzó a andar hacia la zona de la pelea, en la que Veneno esquivaba los ataques voladores de la tercera Spiderwoman mientras se mantenía estratégicamente alejado del lanzallamas de Marta Plateada.

-¡Apártate!- gritó la mercenaria a la joven Spiderwoman.

Haciendo caso omiso a su compañera, Mattie Franklin lanzó otro puñetazo a Veneno que este esquivó, contraatacando con una patada que estrelló a la heroína contra el suelo. Spiderwoman soltó un ligero quejido justo antes de que Veneno se lanzase sobre ella y le atizase varios veloces y fuertes puñetazos.

-¡¿Por qué hoy en día nadie sabe no vestir de araña?!- Veneno recibió uno de los puñetazos de la chica en plena cara, sonrió y siguió golpeándola-. ¡Buen golpe, chica! ¡Lo escribiremos en tu lápida!

De repente, una ráfaga de fuego rodeó a Veneno por toda la espalda. El monstruo lanzó un aullido que despertó a varios vecinos de la zona y les aterrorizó. Veneno se volvió hacia Marta Plateada solo para recibir una nueva ráfaga de fuego que le dio en plena cara. Spiderwoman aprovechó aquel momento para soltarle una potente patada en pleno estomago, arrojándole contra un coche cercano.

-¡Marta!- gritó el Caballero Luna acercándose a las dos mujeres-. ¡Espera con el dedo en el gatillo!

El vengador de Khonshu volvió la cabeza para ver a Shang-Chi tras uno de los coches cercanos esperando su momento. Un gesto de asentimiento por parte del experto en artes marciales le indicó al Caballero Luna que estaba preparado y que el Merodeador había tomado posiciones.

-¡Argh!- gruñía Veneno frente a Spiderwoman, Marta Plateada y el Caballero Luna, mientras el fuego que le quedaba por encima se extinguía poco a poco debido a los violentos manotazos que le había dado-. ¡Nos comeremos vuestro corazón, pandilla de fracasados! ¡¿Esto es todo?! ¡Nos hemos enfrentado a los Vengadores y vencimos!

-Estoy empezando a hartarme de comentarios de los Vengadores- susurró Marta Plateada-. ¿Le doy otra ración de lanzallamas?

-Aún no- le dijo Spector-. Es el turno de Hobie.

Veneno flexionó sus piernas, dispuesto a saltar sobre ellos y destrozarlos. El Caballero Luna y sus compañeras se preocuparon durante una fracción de segundos, todo lo que necesitó Hobie Brown, el Merodeador, para salir de las sombras que le ocultaban y lanzar varias cápsulas de cristal sobre Veneno, esparciendo su contenido, gasolina, sobre él.

El Merodeador se alejó, pero no fue lo bastante rápido. Eso le dio tiempo a Veneno para lanzar una de sus telarañas y agarrar a su enemigo de su capa morada.

-¡Ahora!- gritó el Caballero Luna.

Marta disparó un torrente de fuego con su lanzallamas que impactó de lleno en Veneno que soltó de golpe al Merodeador y comenzó a moverse con violencia, como si estuviese ejecutando una terrible y grotesca danza, mientras no dejaba de aullar y gritar de dolor, sintiendo Brock el miedo y el dolor del simbionte en cada fibra de su ser. A esas alturas de la pelea, varias personas habían encendido las luces de sus casas, observaban el espectáculo horrorizadas, llamaban a la policía o lo grababan todo.

Agonizando y gritando de dolor, Veneno fue corriendo hacia los impresionados héroes. Spiderwoman fue la primera en actuar, saliendo al paso de Veneno y golpeándole duramente con sus manos. La noche se llenó de trozos ardientes de simbionte que volaban por todas partes. Con Spiderwoman peleando con Veneno cuerpo a cuerpo, Marta Plateada no podía seguir disparando su lanzallamas.

-¡Maldita chica!- protestó la mercenaria.

-Déjala- le dijo el Caballero Luna-. Puede que esté lo suficientemente debilitado y caiga con los golpes de la chica.

Spiderwoman bloqueó un brutal puñetazo del incendiado Veneno. Para su sorpresa, el fuego que tenía sobre su simbionte se iba apagando, y el alienígena se iba curando poco a poco.

-En cuanto la chica se aparte, dale de nuevo con el lanzallamas- le dijo el Caballero Luna a su compañera mercenaria a la vez que miraba hacia el Merodeador, para que se preparase para su siguiente ataque-. Merodeador lanzará otra de sus cápsulas de...

Spiderwoman voló hacia ellos a causa de un potente golpe de Veneno. Los dos se agacharon solo para ver como la chica se empotraba contra un coche cercano y como Veneno saltaba junto a ellos. Con una de sus garras, destrozó el lanzallamas de Marta Plateada, con cuidado de no alcanzar las pequeñas bombonas, a la vez que de una patada arrojaba al Caballero Luna a unos metros lejos de él.

-¡No sois más que perdedores!- rugió el monstruo arrancando todo lo necesario al arma de Marta para que no pudiese funcionar-. ¡Estúpidos suicidas!

Aprovechó que el Caballero Luna estaba en el suelo para lanzarle varias de sus telarañas y atarle de pies y manos. De un guantazo, arrojó a Marta Plateada al suelo. La mujer degustó su propia sangre en sus labios, pero decidió que no iba a morir allí y a manos de aquella criatura sedienta de sangre. Sacó una pistola y vació el cargador en el pecho de Veneno, aún sabiendo que no le iba a hacer nada, pero con la esperanza de entretenerle lo suficiente como para que alguien acudiese en su ayuda.

-¡Las balas no pueden dañarnos!

Veneno sintió una patada en uno de los costados y vio a Shang-Chi a su lado. Rugió y a medio abrir su boca, alguien le desgarró el rostro, dañándole lo suficiente como para soltar un pequeño quejido de dolor y sentirlo levemente en su rostro humano. El Merodeador estaba a su izquierda y Shang-Chi a su derecha.

-¡¿Eso es lo que tenéis?! ¿Alguien que sabe artes marciales y un ladrón? ¡Somos Veneno!- el criminal esquivó con facilidad otro ataque de las garras de adamantium del Merodeador-. ¡Somos los mejores!

De una sola patada, paró el nuevo ataque del Merodeador, que se quedó de rodillas en el suelo, gruñendo de puro dolor y sintiendo como escupía sangre dentro de la máscara. Shang-Chi evitó con presteza los primeros puñetazos de Veneno; no tendría ningún poder especial, pero su experiencia y sus años de entrenamiento le hacían un oponente único y mortal para cualquiera de sus enemigos.

El maestro del kung-fu se echó hacia atrás, evitando una de las garras de Veneno, momento que aprovechó Spiderwoman para lanzarse contra él, salida de la nada y golpearle en la cara con sus dos puños a la vez. Veneno retrocedió hacia atrás, Shang-Chi aprovechó para ocuparse del Merodeador, Marta Plateada se levantó lista para recuperarse, el Caballero Luna intentaba liberarse de sus fuertes ataduras y Spiderwoman no dio ningún tipo de descanso a su enemigo.

Mientras Veneno recibía los potentes ataques de la joven superhéroina conocida en su vida civil como Mattie Franklin, los demás tomaban posiciones alrededor del recién liberado Caballero Luna. El enviado de Khonshu sacó una de las jeringas que tenía preparadas para inyectársela a Veneno y se la señaló a los demás.

-Hay que inyectarle esto o nos destrozará.

-¡Eso es muy fácil decirlo!- rugió Marta Plateada limpiándose la sangre de la boca-. ¡Hemos perdido el lanzallamas!

-Debemos rodearlo ahora que está siendo acosado por Spiderwoman- afirmó el Caballero Luna sin darse por vencido a pesar de la perdida del arma principal-. En cuanto veáis que la chica puede caer, atacad a Veneno y retroceded. Tenemos que dejar al aire alguna parte del cuerpo de Brock para poder clavarle la jeringuilla.

Todos asintieron y se dirigieron hacia la pelea que mantenían Veneno y Spiderwoman. Spector agarró a Shang-Chi antes de que fuese con los demás.

-Vigila a Jessica e intenta que despierte; su ayuda nos vendría bien.

-De acuerdo- asintió el oriental yendo a por la detective.

El Caballero Luna se dirigió a su vez hacia la zona de la pelea, la cual se volvía más brutal a cada minuto que pasaba. Veneno sentía los fuertes golpes de la chica, que no dejaba de volar y usar su sobrenatural fuerza contra él a base de puñetazos, pero Veneno tenía algo de lo que carecía la tercera Spiderwoman: experiencia. Veneno sabía donde moverse, cómo esquivar y dónde golpear exactamente para que sus ataques surtieran mejor efecto del que tenían los de su rival.

El criminal envuelto con el simbionte alienígena alzó sus brazos cruzados, bloqueando un doble puñetazo de la chica. De un cabezazo paró en seco a Spiderwoman, arrojándola al suelo, visiblemente atontado y sintiendo un extraño crujido en su nariz. Veneno levantó una de sus garras, dispuesto a arrancarla la cabeza un segundo antes de que Marta Plateada le colocase el cañón de una de sus enormes armas en la sien izquierda y disparase.

El impacto hizo rodar a Veneno unos metros lejos de Spiderwoman. Marta Plateada echó un vistazo rápido a la chica para ver si estaba bien y centró su atención en Veneno, al que comenzó a disparar sin piedad. El Caballero Luna y el Merodeador se acercaron a la joven Spiderwoman, ayudándola a ponerse en pie.

Veneno se levantó con velocidad y empezó a saltar de un lado a otro, esquivando las ráfagas de las armas de Marta Plateada que intentaba minimizar los daños colaterales a las estructuras civiles. Se echó a un lado para evitar una de las telarañas de su enemigo, sin dejar de disparar en ningún momento, hasta que Veneno se lanzó sobre ella, destrozando sus armas y atándola con telaraña suficiente como para que no se liberase con facilidad.

-¡Se acabaron los juegos, perdedores!- rugió la criatura encarándose con la tercera Spiderwoman, el Caballero Luna y el Merodeador.

Los tres atacaron a la vez, la chica y el Merodeador por los laterales y el Caballero Luna por el centro. Zarcillos de simbionte surgieron del pecho de Veneno, agarrando al Caballero Luna y parando su ataque a la vez que el criminal cogía con sus manos las cabezas de Spiderwoman y el Merodeador y las chocaba, dejando inconsciente a Hobie Brown al instante y atontando a la superhéroina. El Caballero Luna consiguió zafar uno de sus brazos y golpear a Veneno en la cara con uno de sus puños. Aquel acto hizo esgrimir una monstruosa sonrisa a Veneno, pero sirvió para distraerle y que Spiderwoman destrozase los zarcillos que mantenían agarrado al Caballero Luna, quien se agachó de inmediato ante una de las zarpas de Veneno, que reaccionó antes de lo que pensaban los dos miembros de los Caballeros.

-¡Estáis hartándonos!- exclamó el monstruo, enfadado, sin dejar de lanzar puñetazos, intentando alcanzar con sus garras a sus dos enemigos-. ¡Nos comeremos vuestros...!

-¡Ni se te ocurra decir eso!- gritó Spiderwoman soltándole un gancho de derecha en plena mandíbula y callándole al instante.

Tambaleándose hacia atrás, Veneno no vio llegar al Merodeador quién le rajó la espalda, arrancando un enorme trozo de simbionte con sus garras de adamantium. Sin darle tiempo a reaccionar, el Caballero Luna le arrojó varios de sus dardos cortantes a la cara, al mismo tiempo que Spiderwoman le incrustaba sus dos puños en pleno estomago. Veneno comenzaba a estar rodeado, sus enemigos no le dejaban espacio para respirar o pensar en su siguiente movimiento y el simbionte aún se resentía del brutal ataque con fuego al que había sido sometido por la mercenaria Marta Plateada.

Actuando con rapidez, Veneno agarró uno de los puños de Spiderwoman y aplastó a la chica contra el suelo a la vez que de una potente patada, lanzó al Caballero Luna hasta donde estaba Shang-Chi intentando despertar a Jessica Jones. El criminal se volvió hacia el Merodeador, quien empezó a sentir un intenso frío que le recorría la espina dorsal: estaba solo y el miedo amenazaba con dominarle.

-¡Veamos si eres lo bastante valiente!- Veneno agarró a su rival por el cuello y, con su lengua, le arrancó la máscara, dejando al descubierto el asustado y confundido rostro de Hobie Brown-. ¡Aquí está la cena!

-¡No!

Spiderwoman voló hacia él, sacudiéndole una patada en la cabeza, lo que provocó que Veneno soltase a Hobie Brown, quien fue proyectado varios metros hacia atrás de una patada del monstruo, el cual se volvió, en cuanto se hubo deshecho del Merodeador, hacia Spiderwoman, dispuesto a matarla. A unos metros de allí, el Caballero Luna se levantaba tras el tremendo golpe, ayudado por Shang-Chi.

-Tenemos problemas- murmuró Spector.

-Ya lo veo- respondió Shang-Chi-. Puedo ayudar.

-Tenemos que clavarle el inhibidor de dopamina y...

-¡Spector!

Tanto el Caballero Luna como Shang-Chi se volvieron hacia la furiosa voz femenina que había oído; Jessica Jones se levantaba, furiosa y malhumorada, dispuesta a sacudir a Spector.

-¡Me has usado!

-No tenemos tiempo, Jessica- afirmó el Caballero Luna.

-¡Quítate la máscara para que no tenga que mancharte ese jodido disfraz de carnaval, capullo!

-¡Te he dicho que tenemos...!

Una telaraña salida de la nada, envolvió a Shang-Chi ante la asombrada mirada del Caballero Luna y Jessica Jones. Los dos se volvieron a tiempo de ver a Veneno dirigiéndose hacia ellos, con expresión hambrienta en su monstruoso rostro y agarrando el cuello de Spiderwoman con una de sus garras.

-¡¡¡Segundo asalto!!!- rugió la bestia negra.

-¿Tienes algún plan?- preguntó Jessica en un susurro a Spector.

-Hay que inocularle este inhibidor de dopamina- el Caballero Luna le enseñó la jeringuilla que tenía en la mano izquierda.

-¿Vas a colocar a ese monstruo?

-Inhibe la dopamina en el cuerpo humano, una sustancia necesaria para la unión humano/ simbionte- el Caballero Luna se la pasó-. Tú tienes poderes que yo no tengo.

-¡Una mierda!

-Si no se la clavas se nos comerá a los dos y hay que salvar a la chica.

Veneno corrió hacia ellos. Jessica Jones agarró la jeringa y tanto el Caballero Luna como ella se prepararon para el choque con el criminal que seguía subestimando a la tercera Spiderwoman. ¿Quizás porque no la conocía? ¿Quizás porque veía en todos ellos un puñado de perdedores que apenas podían plantarle cara?

La chica le sacudió un puñetazo en el costado que tenía más cerca. Veneno perdió el equilibrio y Jessica Jones aprovechó para sacudirle un golpe con todas sus fuerzas en plena cara, arrancando un buen trozo de simbionte y dejando al aire parte de la cara y el cuello de Eddie Brock. La detective acercó velozmente la jeringa, pero Veneno fue más rápido, agarró la mano con la que la sostenía y la aplastó. Arrojó a la tercera Spiderwoman contra Jessica Jones, apartándolas de su camino, mientras trataba de recuperarse; no contaba con que tenía al Caballero Luna justo a su espalda.

El blanco vigilante agarró a Veneno del cuello y aprovechó que la zona del simbionte que había arrancado Jessica Jones seguía sin regenerar para clavar en el cuello de Brock otra jeringa con inhibidor de dopamina.

-¡Nooooooo!- gritó Brock notando como su simbionte se replegaba sobre si mismo y permanecía inerte sobre su cuerpo, como un traje negro ajustado a su propia musculatura; ya no era Veneno, y no lo sería en bastante rato.

-Buenas noches, Brock- dijo el Caballero Luna antes de soltar una patada en la cara al ex-periodista y dejarlo inconsciente sobre el suelo-. Perdedor...

Spiderwoman y Jessica Jones se acercaron a él, sin perder de vista al caído Brock. Lo habían logrado; un puñado de perdedores había vencido a uno de los más peligrosos criminales que existían y lo habían hecho sin ayuda, solo contando unos con otros.

-¿Cuánto durará así?- preguntó Spiderwoman respirando con dificultad e intentando no caerse al suelo debido a la pesadez que sentía en las extremidades.

-Un buen rato; a la inconsciencia súmale el inhibidor de dopamina. Le pondremos otro dentro de dos horas, para asegurarnos de que sigue tranquilo- el Caballero Luna se subió levemente la máscara para escupir un poco de sangre, se la volvió a poner bien y miró a Jessica Jones-. Buen golpe. Nos vendría bien que estuvieses en...

-¡Cállate, cerdo!- le espetó la mujer-. ¡Me has utilizado! ¡¿Verdad?! ¿Fue desde el principio o se te ocurrió sobre la marcha? ¡¿Fue al ver que no le encontraba?!

Spector no respondió. Sentía las miradas acusadoras de sus compañeros, incluso de los que estaban cansados, heridos y atados por las telarañas de Veneno. No le sorprendió ver como la detective se alejaba del lugar sin dirigirle una palabra más; eso significaba que estaba muy, pero que muy enfadada con él. La falta de sirenas de policía de fondo no le sorprendió; Microchip era muy bueno haciendo su trabajo y, esa noche, había hecho un gran trabajo, sin ninguna duda.



Epilogo. Torre Spector, niveles inferiores.

El Caballero Luna entró en la celda después de que se abriese la puerta de seguridad que conducía a la misma y que solo él podía abrir. Entre las tinieblas de la pequeña habitación diseñada para contener prisioneros, Eddie Brock, con varios grilletes y cadenas por diversas partes de su cuerpo, levantó la cabeza, dando la bienvenida al ex-mercenario con una mirada de indignación y frustración. Su simbionte seguía inerte sobre él, como si tuviese un traje muy ajustado totalmente negro; la segunda inyección de inhibidor de dopamina que le había administrado Spector media hora antes aún seguía funcionando en su organismo.

Brock flexionó todos los músculos de su cuerpo, como si tuviese alguna oportunidad de romper sus cadenas aún sin su simbionte. Spector notó la rabia en sus ojos, incluso le pareció poder olerla en el ambiente opresivo de aquella celda de la que solo él conocía su existencia. Supuso que de estar él en el lugar de Brock, sentiría la misma rabia, la misma frustración al verse de rodillas, humillado y derrotado, frente a su enemigo.

-Tranquilízate, Brock- murmuró Marc Spector-. No servirá de nada que te excites. El inhibidor de dopamina que recorre tu cuerpo ha sido mejorado desde que lo usase por primer vez el doctor Yao (6) para evitar la unión entre humanos y simbiontes.

-Te crees muy listo... Marc Spector.

El Caballero Luna dudó en si seguirle el juego o no, pero, finalmente, se levantó la máscara, mostrando su auténtico rostro (o su cara humana, puesto que su auténtico rostro correspondía a su psique, dominada por el Caballero Luna) ante Eddie Brock.

-No sabía que conocías mi identidad- reconoció Marc.

-Guardo muchos secretos en mi cerebro- Brock no sonrió.

-Estoy seguro de ello- aquello interesó al ex-mercenario, pero dejó el tema a un lado para ocuparse de lo que le había llevado hasta esa celda-. ¿Sabes por qué te hemos vencido?

-Haciendo trampas- protestó Brock-. Déjanos libres, sin cadenas, sin inhibidor de dopamina y verás cómo te comemos los sesos.

-Trampas... puedes llamarlo así si quieres, pero te hemos vencido porque estábamos preparados y tú no. Es así de simple.

-Has usado a esa tal Jessica Jones.

-Sí- admitió Marc-. Para capturarte, para enseñarte quién manda aquí.

Brock tiró violentamente de las cadenas, intentando librarse de ellas para agarrar a su enemigo y hacer que se arrepintiese de las palabras que acababa de pronunciar.

-¡Nosotros protegemos a los inocentes!

-¡No protegéis a nadie!- le espetó Marc-. ¿Y toda esa gente asesinada? ¿No eran inocentes? ¡Tonterías de psicópata perdedor!

-¿Tú nunca has matado a nadie, Spector? Sabemos que sí; conocemos muchas cosas de tu pasado y no eres el angelito que dices ser.

-Últimamente, todo el mundo parece saber mucho de mi- Spector sentía que podría dar un puñetazo al siguiente que dijese que sabía mucho más de él de lo que esperaba-. Nunca he dicho que sea un angelito. ¿No te extraña estar aquí, en vez de estar ya en la Balsa, con los demás perdedores que creen ser alguien, Brock?

-Algo nos hemos preguntado...

-Deja a tu dormido simbionte, Brock. Te quiero a ti, solo a ti, para que decidas por ti mismo. Eres un psicópata, pero tienes razón en decir que no soy un ángel, precisamente. Ninguno de los que te hemos capturado lo somos y necesitamos ayuda para limpiar las calles.

-Creo que sabemos por dónde vas- Brock le miró con aspecto más tranquilo.

-Eres un tipo listo, Brock, así que te lo pondré fácil: únete a nosotros, obedece mis órdenes al pie de la letra y no te entregaré a las autoridades para que pases toda tu vida en una celda, compartiendo cárcel con gente a la que odias y te odia.

-Podríamos escapar de nuestra celda.

-Usaré todos mis recursos para que te presten la máxima atención allí dónde te encierren. Igual que puedo usar todos mis recursos para mantenerte aquí, con nosotros, para que seas nuestra arma secreta y, con el tiempo, borrar todos tus pecados que podrían llevar a las autoridades a interponerse en nuestro camino por su afán en detenerte.

-Estás mintiéndonos.

-Ésta oferta expirará dentro de unos minutos. ¿Qué me dices?

Eddie Brock se lo pensó durante unos instantes antes de volver a hablar.

-¿Cómo sabes que no os traicionaremos?- una cruel sonrisa surcó su rostro-. Es posible que os comamos los sesos en cuanto nos saquéis de aquí.

-No lo creo. He oído que cumples bien los tratos que haces- Spector le devolvió la sonrisa a Brock-. He oído que con Spiderman lo hiciste.

Brock soltó un suspiro de resignación que le siguieron varios minutos más de silencio en los que el ex-periodista pensó en una respuesta que dar. Al final, una sola palabra salió de sus labios a la que Marc Spector asintió, le estrechó una de sus manos encadenadas y salió de la celda, cerrando la puerta tras de si y sintiendo que una pequeña parte de él, había vendido un pedazo de su alma. El Caballero Luna acalló dicha parte en unos breves segundos.

Continuará...



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Referencias:
1 .- Se refiere a Randall Spector, hermano de Marc Spector, y que se convirtió en el Caballero Sombra. Acabó asesinado por Punisher
2 .- Efectivamente; Capa, Puñal, Morbius, Vigilante Nocturno, la Gata Negra, y Spiderman, colaboraron con Veneno para detener a Matanza, Grito, Carroña, Demoduende y el doble diabólico de Spiderman. Esto lo vimos en “Matanza Máxima”, famoso crossover arácnido de los 90.
3 .- Ver el último número de “Matanza Máxima”.
4 .- Las razones de esa orgía de sangre solo las saben el propio Veneno y Spiderman, cuando lo averiguó en el número 12 de “Veneno: La caída de la araña” en Action Tales
5 .- Ver “Veneno: La caída de la araña” en Action Tales
6 .- Ver “Veneno: El juicio” donde el doctor Yao creaba el inhibidor de dopamina, una sustancia que es necesaria para la manifestación del simbionte en un humano. Poco después, en dicho especial, se descubría que si los poseedores de un simbionte se excitaban, el inhibidor de dopamina no funcionaba y podían volver a manifestarse los simbiontes. Parece que Marc Spector ha logrado solucionar el problema

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