Los Vengadores nº17

Título: El poder de las estrellas (Prólogo)
Autor: Lobo Rojo
Portada: Juan Andrés Campos
Publicado en: Octubre 2009

Tras el Crepúsculo de los Dioses, la vida continúa y los Héroes MásPoderosos de la Tierra se ocupan de sus quehaceres cotidianos. Pero...¿Qué es cotidiano para un Vengador? Desde luego, leer el horóscopo no.Aunque más les valdría con el Zodiaco a la vuelta de la esquina.

- ¡Abrid paso, polizontes! – William Taurens, el criminal más conocido por el alias de Hombre Toro, embistió de cabeza contra la barricada formada por los coches patrulla que rodeaban la sede del First Community Bank de Yonkers en el condado de Westchester y atravesó como si nada los obstáculos sin variar un ápice su trayectoria. Sus puños asían con fuerza dos inmensas sacas de dinero cuyo peso habría hecho crujir los huesos de la espalda de hombres de corpulencia normal. Afortunadamente los escépticos agentes de policía que estaban atrincherados tras los vehículos tuvieron tiempo de apartarse. Las pocas balas que fueron disparadas rebotaron contra su impenetrable piel. Sin detenerse a mirar, el Hombre Toro continuó su desenfrenada carrera. - ¡Ja,ja,ja! ¡Otro golpe perfecto! - ¿Cuántos llevaba ya? ¿5? ¿6?, la policía del condado había sido incapaz de detenerle, pensó regocijado mientras enfilaba el horizonte vacío, y observaba como el sol a su espalda alargaba su sombra sobre la carretera. Fue entonces cuando se fijó en la mancha emergente que surgía en el asfalto junto a la propia. Primero fue un pequeño punto negro, luego fue creciendo hasta adquirir un volumen parecido al suyo. Por el rabillo del ojo notó una forma silenciosa que volaba a su izquierda.

Sin detenerse, echó un vistazo al extraño objeto recién llegado, era lo más parecido a una moto voladora cuyo motor apenas profería sonidos. Pero fue el aspecto de su jinete lo que más le llamó la atención. Era un hombre que vestía un símil de cabeza de lobo sobre el rostro, y que iba ataviado con vestimentas de piel roja, tal y como había visto en multitud de películas. No sabía que se trataba del más nuevo miembro de los Vengadores, Lobo Rojo, el Espíritu de Owayodatta en la tierra.

Sin mediar palabra el héroe Cheyenne colocó su montura mecánica a la altura del atracador de bancos, equiparó sus velocidades y activó el piloto automático. Entonces de un salto cayó sobre la espalda del Hombre Toro y lo asió fuertemente por los cuernos.

La escena que se desarrolló a continuación era una mezcla de otras tantas como las que hemos podido ver en multitud de ilustraciones de la caza del bisonte norteamericano a manos de los bravos guerreros del pueblo piel roja. Aunque tampoco estaba exenta de las reminiscencias del popular espectáculo del rodeo tejano. La carrera continuó durante medio minuto hasta que finalmente ambos contendientes rodaron por el suelo, con tal mala fortuna para el Cheyenne que una de las sacas robadas le golpeó con fuerza y se partió.

Enfurecido, el Hombre Toro fue el primero en reaccionar. La vista de las sacas de dinero rotas y su botín desperdigado por el suelo, no hizo sino aumentar su rabia y velocidad. Lobo Rojo, atontado del golpe, a duras penas esquivó un potente manotazo del villano. El segundo golpe le alcanzó de lleno. Entonces se dispuso a empitonarle.

Antes de que pudiera hacer nada, una fuerza irresistible sujetó al taurino criminal y le levantó en vilo para arrojarle a unos metros de distancia.

El Hombre Toro se sorprendió al ver ante sí la imponente figura del Primer Héroe, su traje azul, su capa roja, su gallarda figura, no podía dar crédito a lo que veía.

- No eres él… - Dijo el recién llegado con tono de desilusión.

- Desde luego, tú, sí que no eres tú... – Espetó el Hombre Toro con desprecio mientras iniciaba su embestida.

Gilgamesh, el primero de los héroes, comenzaba a estar arto de la situación. Sus compañeros eternos Sersi y Duende le habían aconsejado vestir este traje con la intención de que el público le mirase como el héroe que quería ser. Sin embargo, por las reacciones de la gente, algo no estaba saliendo bien. Nadie parecía tomarle en serio. Y eso le enfurecía. Observó como el villano ante él estaba cada vez más cerca tomaba velocidad, notó como el suelo retumbaba ante las pisadas de su imponente contrincante. Apretó su puño derecho con fuerza, y lo descargó con toda su furia. William Taurens no sitió el dolor del golpe hasta unas horas después, cuando despertó en el interior de un furgón especial que, escoltado por un destacamento de Guardias, le llevaba a una de las penitenciarías de máxima seguridad.

- No era él... – Comentó Gilgamesh, mientras ayudaba a Lobo Rojo a levantarse. - ¿Estás bien, mi amigo?

- ¡Buff! – Dijo tocándose la cabeza. – Creo que sí… No tengo nada roto, solo pequeñas magulladuras. – ¿Así que no era él? – William Talltrees observó como varios vehículos habían llegado hasta el lugar. Agentes de policía rodeaban al inconsciente Hombre Toro, mientras que los chicos de la prensa comenzaban a hacer su trabajo. Un hombre trajeado destacó entre la multitud, se dirigía hacia ellos. – Mira Gilga, debe ser el detective al mando… Si quieres, ya me ocupo yo, le diré que Jarvis le enviará los informes…

Para su sorpresa, el hombre trajeado ignoró al vengador piel roja y se dirigió al eterno.

-Señor… ¿Gilgamesh? ¿Es ese su nombre legal?

- ¿Legal? Es solo uno de los muchos por los que se me ha conocido... - Contestó el coloso intrigado.

- Bueno, permítame que me presente, soy Jerome Thompson, y pertenezco al bufete de abogados, Peribáñez, Thompson, y Miranda, representamos al cliente que posee los derechos legales sobre los colores e insignia del uniforme que está usted vistiendo. Tenemos orden de comunicarle que no tiene derecho a vestir pública y regularmente este disfraz, en el ejercicio de sus funciones heroicas, pues su marca registrada no le pertenece. Le hago entrega delante de la prensa aquí presente del aviso que le ordena el cese del uso de este uniforme. También hemos mandado copia a la Mansión de la 5ª Avenida donde creemos que usted reside. En deferencia a los servicios prestados a la comunidad, y al prestigio que Los Vengadores tienen como héroes, nuestro cliente no tomará medidas legales por el uso indebido de la marca durante las últimas semanas, no obstante no está dispuesto a continuar permitiendo la infracción del uso incorrecto de su marca.

Y tras entregar su advertencia legal al Héroe Olvidado, el señor Thompson atendió a los medios de comunicación presentes con una sonrisa, mientras los dos vengadores permanecían tras él estupefactos.


Y llegó un día en el que los héroes más poderosos de la Tierra se unieron contra el enemigo común...¡Aquél día nacieron los Vengadores!... Para combatir aquellas amenazas que ningún superhéroe podría derrotar en solitario.
Creado por Stan Lee y Jack Kirby


Nueva York. Mansión de los Vengadores.

- Jake, Taylor. – Despidió el Caballero Negro a sus dos invitados. – De nuevo, muchas gracias por vuestra ayuda, y por la molestia de haceros venir aquí otra vez. Jarvis, si haces el favor de acompañarles hasta la puerta.

Los civiles Jake Olson y Taylor Madison se despidieron desanimados del actual líder de los Vengadores. Desde que terminó la amenaza llamada el Crepúsculo de los Dioses, habían visitado la Mansión de los Vengadores media docena de veces para contar siempre la misma historia, y aportar siempre los mismos datos.

- Mr. Olson, Ms. Madison... – El eficaz mayordomo les acompañó al exterior del gabinete de trabajo de Dane Whitman, y, cerró la puerta tras él. Whitman se quitó el casco, entrelazó los dedos hincó los codos sobre la mesa y se dirigió a su compañera Janet Van Dyne.

- ¿Tú qué opinas Jan? Todavía no habías oído la historia de primera mano.

- Es tal y como comentabas en los informes, Dane. Al parecer Hércules se ha convertido en el nuevo señor del Hades [1] .

- No quería comentarlo delante de Taylor, pero tengo la sospecha de que probablemente esto está relacionado con su repentino cambio de salud. – Miró la pantalla del ordenador sobre su mesa. – El chequeo médico al que los escáneres la han sometido durante sus diversas visitas a la mansión demuestra la total desaparición del cáncer que la inundaba y eso solo puede ser efecto de magia sobrenatural.

- Hérc, se sacrificaría por ella sin dudarlo. Aceptaría sin pestañear una eternidad en cualquier infierno por su bienestar. Además, también explicaría el interés de Tifón por proteger a la amada de Herc. El que sería su nuevo señor… [2] - Añadió la perspicaz Avispa.

- Y que hacemos ahora… ¿Invadimos el infierno grecorromano? -

- Sin duda, Hércules lo haría por nosotros. Pero… no se detendría a pensar, antes... -

- ¡Maldición, Avispa, no estamos preparados! La Visión ha sido forzado a abandonar nuestras filas, ni siquiera está en la Tierra [3] . Stark, tras solucionar sus asuntos personales [4] , está enclaustrado, probablemente rediseñando su armadura… Apenas conocemos a Gilgamesh y Lobo Rojo, no podemos embarcarles en una misión suicida… Quedamos Chaqueta Amarilla, Ave de Fuego, tú y yo… Carecemos del poder…- Se mordió la lengua, pues se dio cuenta al ver el rostro de la Avispa que había metido la pata.

- Yo… sabes que no tengo poderes. Ahora mismo, no soy útil para el grupo.

- ¡Tonterías, Janet! Si no lo fueras no te habría citado aquí para que escuchases a Olson y Taylor en persona. Eres nuestra mejor estratega, y nuestra mejor relaciones públicas, y eso significa que aún eres útil para este equipo. Mira esto… - Y le tendió uno de los papeles sobre su mesa…

Janet Van Dyne, leyó el membrete que hacía referencia al bufete de abogados, Peribáñez, Thompson, y Miranda. Tomó el papel en sus manos y lo leyó detenidamente. Sonrió y miró a Whitman.

- Alguien va a necesitar un uniforme nuevo… - Su rostro se endureció. – Diseñar uniformes, ¿Para eso crees que valgo?

- Por dios, Jan no lo tomes por ahí… Solo quería mostrarte que hay un montón de asuntos de los Vengadores que necesitan ser administrados desde una óptica más civil.

- Para eso está la Fundación María Stark…

- Pero ellos no saben a ciencia cierta lo que necesitamos. Tú, sí. Es más, estoy notando una serie de fallos burocráticos en la Fundación. Janet, - dijo tomándole la mano. - te quiero en mi equipo porque te considero uno de los Vengadores más eficaces, y eso va más allá del alcance de tus poderes. Además necesito tu respaldo para la cumbre en la ONU de mañana, y lo sabes…

Ella retiró la mano y agradeciendo el gesto de confianza contestó.

- Está bien Dane, me lo pensaré… Mientras tanto, y volviendo al problema de Hércules, mi consejo sería intentar localizar a Thor, y comenzar una campaña de reclutamiento para invadir el Hades, o incluso el mismo Olimpo. Ya estuvimos allí antes y volvimos…

- Esa es la Avispa a la que quería oír. – Sonrió Dane Whitman.


Bahía Hudson.

Durante las últimas dos horas el quinjet de los Vengadores ha estado posado sobre las tranquilas aguas de la bahía. Ahora, en su interior, dos eminentes científicos, considerados ambos los mejores expertos en sus respectivos campos, terminan de sacar conclusiones a los estudios que han realizado.

- Todos los análisis de las muestras recogidas son positivos, Dr. Pym. Tanto la fauna como la flora de éste área se encuentran en perfecto estado…

- En el perfecto estado que se requiere para habitar las aguas contaminadas que rodean el puerto de Nueva York… - Contestó el vengador llamado Chaqueta Amarilla. – ¿No, Dr. Newell?

- Sí, a eso me refería exactamente. - replicó el héroe conocido como Mantarraya - Pero por favor, llámame Walter.

- Sólo si tú me llamas Hank… - Sonrió Pym mientras se sentaba en el asiento del piloto y se preparaba para despegar.

Mantarraya cerró la escotilla y procedió a sentarse junto al veterano vengador. Se quitó entonces la máscara continuó la conversación.

- ¿Sabes, Hank? Me halaga que los Vengadores pensarais en mí cuando el ayuntamiento de Nueva York os solicitó un estudio biológico sobre las posibles repercusiones ambientales que la aparición y desaparición de un volcán podía tener sobre que el ecosistema de Hudson…

- Mira Walter, no somos los Vengadores solo por nuestros superpoderes, muchos de nosotros también somos los mejores expertos en nuestros campos científicos. Y tú, el doctor Walter Newell, eres uno de los más prestigiosos oceanógrafos del mundo. Seguramente habríamos recurrido a ti, aún sin tu equipo de Mantarraya, y sin tu condición de vengador reserva. – Y el quinjet tomó altura - ¿Dónde quieres que te deje? ¿En la Hidrobase?

- No te molestes, ya he transferido los datos recogidos de mi uniforme a las computadoras del quinjet. – Contestó Walter Newell – Estoy pensando que regresaré a casa volando por mi propio pie… erh…poder.

- ¿Estás seguro? No es ningún problema… - Contestó Pym, pero ya el doctor Newell se había puesto en pie. Los dos científicos vengadores estrecharon sus manos en señal de despedida, y el Vengador ocasional llamado Mantarraya saltó de la nave desplegando sus alas hacia el cielo.

Durante unos instantes Chaqueta Amarilla observó a Newell alejarse hacia donde debía estar la Hidrobase. Mientras le miraba pensaba en lo que había dicho. ¿Cuántos científicos apasionados de su especialidad habían terminado involucrándose en el mundo de máscaras y capas que ahora les rodeaba? ¿Cuántos eran héroes? ¿Cuántos villanos? ¿Cuántos tenían tiempo para dedicarse en verdad a su campo científico? Se dio cuenta de que envidiaba a Walter Newell, pues era de los pocos que había sabido mantenerse al margen de la vida aventurera, dedicando la mayor parte de su tiempo a la investigación de lo que más quería, el Océano. Y eso no le libraba de vivir de vez en cuando interesantes aventuras.


A varios kilómetros de la ciudad de Nueva York, Bonita Juárez, aparentaba dar lo que podríamos considerar un tranquilo paseo por el campo. Vestía una cazadora marrón sobre una camisa a cuadros roja y negra, unos vaqueros ajustados y zapatillas deportivas, su larga melena negra estaba recogida por una cinta roja que daba forma a una coleta. Pensaba en el giro que su vida había dado desde que se integro de pleno en los Vengadores. En parte añoraba su Nuevo Méjico natal, y su trabajo con las clases más desfavorecidas en la parroquia del padre Miguel, pero también encontraba cada vez más excitante su vida como vengadora. Su paseo fue interrumpido por una valla de alambre de espinos, coronada con un cartel que indicaba “Propiedad Privada, Prohibido el paso”. Siempre había seguido las reglas estrictamente, sin embargo hoy su misión para los Vengadores recomendaba no hacer caso de este tipo de restricciones. Tras cerciorarse de que nadie alrededor la vigilaba usó sus poderes flamígeros para sobrevolar la cerca y aterrizar al otro lado. Sonrió al comprobar que era capaz de controlar sus poderes para evitar dejar marcas de quemaduras en los lugares de despegue y aterrizaje. Se maravilló ante la eficacia de las moléculas inestables de las que estaba confeccionada su ropa civil. Miró la larga colina ante ella. Allá en lo más alto se podía atisbar el observatorio astrológico que había venido a investigar.

Recordó la reunión en la que fue nombrada vengadora en pleno derecho [5] . Aquel mismo día se le asignó al vengador llamado Quasar la misión de investigar las propiedades y el estado de cuentas del legado de Cornelius Van Lunt, alias Tauro, fundador del grupo criminal Zodiaco. Lamentablemente, el vengador cósmico abandonó la tierra sin tener tiempo de continuar sus investigaciones. Por ello Dane Whitman, le ha pasado a ella la tarea de recabar la información. Hasta ahora su búsqueda ha sido infructuosa... Había visitado ya diversas oficinas y almacenes, y en ninguna de ellas había encontrado la más mínima evidencia que las relacionase con actividades criminales ni con la aparición del nuevo individuo que ha reclamado la identidad de Tauro. Sin embargo, unos albaranes que intentaban pasar desapercibidos, indicaban la adquisición y transporte de determinada tecnología avanzada hasta ese lugar. Algo raro, si teníamos en cuenta que la propiedad estaba catalogada como abandonada.

Ave de Fuego continuó su caminata hacia la cumbre, siempre bajo la fachada de una excursionista despistada, pero sin bajar la guardia.


En el hangar situado en la última planta de la Mansión de los Vengadores, Zachary Moonhunter [6] terminaba de poner a punto uno de los quinjets, cuando escuchó como las compuertas se abrían y la nave pilotada por Chaqueta Amarilla aterrizaba suavemente.

- Buenos días Dr. Pym. ¿Qué tal el vuelo?

- Fantástico Zack, no se que hiciste en los mandos, pero va suave como la seda…

El sonido de otro motor amortiguado atrajo la atención de ambos, Lobo Rojo, a lomos de la montura atómica del Caballero Negro penetraba en el hangar. Tras él, un hosco Gilgamesh aterrizaba por su propio poder de vuelo. Moonhunter y Pym se sorprendieron al verle llegar totalmente desnudo.

- ¿Qué demonios? - exclamó Pym.

Gilgamesh se limitó a saludar con un huraño - ¡Buenas tardes! - Y desapareció por el ascensor.

Lobo Rojo aparcó su montura y saltó al suelo con una sonrisa.

- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué va desnudo? – preguntó Chaqueta Amarilla.

- Es una curiosa historia, puedes leerla aquí, - dijo con tono divertido mientras entregaba al científico el mandato de los abogados. – Gilga quería quemarlo, pero lo rescaté a tiempo.

- ¿Qué tal la montura? – Preguntó Moonhunter, mientras Pym leía el documento. En esos momentos, “Lobo”, la mascota del Cheyenne vengador penetró en el hangar por la escalera de acceso.

- ¡Aquí, “Lobo”, bonito! – Llamó el Espíritu de Owayodata a su fiel compañero. – ¿La montura mecánica? Fantástica. Mucho más fácil de manejar que esos malditos trastos. – Dijo señalando los quinjets.

- No los pilotaste mal para ser tu primera vez. – Recordó el instructor – Aunque claro, un experto jinete como tú, á la fuerza tiene que sentirse más a gusto sobre este tipo de montura.

- ¿Debemos encargar entonces otra para ti? – Intervino Pym.

- ¿Se puede? – Contestó Lobo Rojo excitado.- ¿De verdad?

- Sí, por supuesto. Incluso se puede tunear a tu estilo, adaptar a tu arsenal, e incluso diseñar un pequeño habitáculo en la grupa para que puedas llevar a “Lobo” contigo.

- Sería fantástico.

- ¿Qué tal vuestra cacería? ¿Algún rastro de Tauro?

- Una pista falsa. El atracador de bancos que detuvimos resultó ser un villano llamado el Hombre Toro… Eso contribuyó a exasperar los ánimos de Gilgamesh.


Varias plantas más abajo, en el hospital de la mansión, yace el cuerpo inmóvil de Monica Rambeau, más conocida como la vengadora Fotón. Hace ya semanas que permanece en este estado inerte [7] . Sus padres, Frank y María, se sienten desesperados, y ya no les sirven de nada las amables palabras de consuelo que el líder de los Vengadores, intenta utilizar.

- Señor Caballero. – Expresó Mr. Rambeau. – Agradecemos sus palabras, pero María y yo hemos estado pensando… Deberíamos buscar ayuda exterior. Un hospital o una clínica especializada… Hemos hablado de hipotecar nuestras propiedades, con el dinero podríamos contratar…

- Mire Mr. Rambeau… - le interrumpió el Caballero Negro. – Nuestras instalaciones presentan más garantías que cualquier hospital o clínica convencional con la que puedan contactar. Los gastos además están cubiertos… Por favor, le pido que no pierdan la esperanza. Confíen en nosotros. Tenemos a los mejores especialistas trabajando…

- No dudo de su sinceridad, pero en el tiempo que llevamos aquí, no se ha avanzado nada, y… - calló un momento avergonzado, y miró alrededor. – En este lugar, continuamente suceden cosas, peligros, ataques… Tememos por la integridad de nuestra niña…

El Caballero Negro se disponía a contestar a Frank Rambeau, pero Janet Van Dyne intervino.

- Tiene razón, Mister Rambeau. La Mansión de los Vengadores puede no ser el lugar adecuado para el bienestar de Monica… Hemos estado tan ocupados con las continuas crisis que afectan al mundo de los Vengadores, que no nos hemos dado cuenta. –

- Janet, te repito, no hay otro sitio mejor preparado tecnológicamente…

- También lo sé Dane, pero eso no quita parte de razón a Mr. Rambeau. Y todos queremos lo mejor para su hija. ¿Verdad?

El Caballero Negro asintió.

- Entonces, ¿Qué sugieres?

- Busquemos un lugar fuera de la Mansión. Traslademos a Monica y sus padres a un tranquilo lugar en el campo, donde podamos trasladar toda la tecnología necesaria, y los mejores especialistas… ¿Se puede hacer, no?

Dane Whitman iba a alegar el exagerado gasto que ello supondría, pero una mirada a la consternada pareja de padres le hizo callar sus reservas. De nuevo asintió. Sonrió, este era el tipo de cosas para las que Janet era mejor que él.


- ¿Hola, Hay alguien ahí? – Bonita Juárez había llegado al abandonado observatorio astrológico, y tras dar unas vueltas a su alrededor, se acercó a llamar a la puerta con aire despistado. Tras insistir varias veces y no recibir respuesta, se planteó fundir la cerradura y entrar a echar un vistazo. Pero recordó que estaba ante una propiedad privada, y que su estatus de vengador no le permitía realizar tal acción. Una cosa era saltarse una valla, y caminar por el campo sin causar daños materiales, otra, echar una puerta abajo sin motivo.

Decidió entonces que volaría hasta la cúpula del observatorio e intentaría vislumbrar algo desde las ventanas superiores. Envuelta en una llamarada de fuego, de nuevo sin dejar marcas en el suelo, ascendió hasta la cúpula. Se sintió afortunada cuando descubrió que la parte superior constaba de un amplio ventanal, probablemente diseñado para que sus ocupantes pudieran ver la inmensidad del cielo estrellado sobre sus cabezas. En un primer momento pensó que los cristales eran ahumados, de esos que impedían que desde el exterior se pudiese ver el interior, pero no al revés. Entonces al acercarse, se dio cuenta de su error. Los cristales estaban oscurecidos desde el interior, casi como si hubieran estado sometidos a una gran temperatura. Acercó intrigada el rostro al cristal en un intento de atisbar el interior, y quedó horrorizada por lo que vio. Ahora tenía motivos para allanar la propiedad, y fundiendo el cristal con sus llamas así lo hizo. En ningún momento se percató de que un misterioso personaje había estado observándola durante los últimos minutos desde un bosquecillo cercano.

El panorama en el interior del Observatorio era desolador. Al menos media docena de cadáveres carbonizados yacían en su interior. La vengadora tuvo que reprimir nauseas, y unas inmensas ganas de llorar ante lo que estaba testificando. De inmediato sacó de su bolsillo la tarjeta-comunicador y procedió a contactar con sus compañeros en la Mansión.

- ¿Bonita, estás bien? – Preguntó Henry Pym tras escuchar los detalles del terrible hallazgo.

- Sí, Hank. Es solo que no esperaba encontrar esta masacre… – Dijo intentando aparentar entereza. – Todos están carbonizados… Pero no hay restos de fuego.

- ¡Bien, aguanta, compañera! ¡Nos ponemos en marcha…!

Bonita Juárez se disponía a contestar, cuando notó que en el suelo se proyectaba la sombra de alguien que la observaba desde lo alto del observatorio. Sin perder un segundo se giró y emitió una llamarada contra el techo sobre ella. Este se quebró, y una figura vestida de negro y púrpura cayó al interior del observatorio.

Haciendo gala de una agilidad extraordinaria, el recién llegado sacó una flecha del carcaj que llevaba a su espalda y la disparó contra el techo del observatorio. Un cable sujeto al proyectil sirvió para que el individuo amortiguara su caída y rodara por el suelo hasta quedar tendido en él. Ave de Fuego reconoció el estilo sin dudarlo, y le recriminó aliviada.

- ¡Clint Barton! ¡Casi me matas del susto! – Y se acercó a ayudarle a incorporarse.

Confiada por la presencia de un amigo, la vengadora recibió una contundente patada en el estómago propinada por el arquero caído. Atontada, pudo ver que su atacante no era quién ella creía.

- No me llamo Clint. – Dijo el desconocido mientras tensaba el arco y la apuntaba con una flecha especial. – ¡Me llamo, SAGITARIO!


- ¡Todos a bordo del Quinjet! – Gritó Chaqueta Amarilla. – ¡Ave de Fuego nos necesita, algo ha interrumpido la comunicación!

Lobo Rojo y “Lobo” subieron sin rechistar, el Caballero Negro seguido de la Avispa salían del ascensor en ese momento. Por la escalera surgió Gilgamesh.

- ¡Gilgamesh haz el favor de vestir al menos un taparrabos! – Ordenó el Caballero Negro.

Con una simple orden mental, el Eterno manipuló los átomos alrededor de su cintura para formar una faldilla grecorromana.

- Jan… - Dijo Hank a la Avispa.- No sabemos lo que vamos a encontrar… Te pediría…

- Que me quede atrás. – Contestó ella – Si, lo sé. De todas maneras ya he hablado de ello con Dane… Tengo que preparar la reunión en la ONU. Tened cuidado.


Ave de Fuego miró fijamente a Sagitario el arquero. Su equipo básicamente no era muy diferente del de su compañero Ojo de Halcón, sin embargo la sonrisa cruel que iluminaba su rostro distaba mucho de parecerse al gesto burlón del veterano arquero vengador.

- ¿Sagitario?, desde luego, el arco y las flechas son un buen detalle, Pero… ¿No deberías ser un centauro?

- A veces… - Murmuró como respuesta y disparó su flecha.

Sin parpadear, Ave de Fuego emitió una pantalla de fuego que fundió la saeta.

- ¡Vaya, eres rápida! - Contestó el arquero disparando otras dos más, pero la vengadora las evitó elevándose hacia el cielo dejando una estela de fuego tras de sí.

Desde la altura, Bonita Juárez se dispuso a envolver a su contrincante en un círculo de fuego, pero una tercera flecha pasó a su lado, desplegando a sobre ella una red de cables de acero. Antes de que las mallas la enredaran, la vengadora emitió una llamarada de tal intensidad que el metal se licuó y cayó como lluvia de fuego sobre el arquero. Sagitario evadió con agilidad el hirviente diluvio, mientras sacaba de su carcaj otra flecha.

“Debo pasar a la ofensiva”, se dijo la vengadora y descargó desde sus manos una ráfaga de fuego que hizo que su contrincante tuviera que buscar cobijo para evitar ser alcanzado.

De nuevo tres flechas salieron del arco de la encarnación del símbolo del Zodiaco. La primera de ellas alcanzó el techo del observatorio provocando un desprendimiento de ladrillo y metal, que Ave de Fuego fundió, la segunda estalló antes de alcanzar a la vengadora provocando una explosión luminosa que hubiera cegado a alguien cuyos ojos no estuvieran acostumbrados a la intensidad del resplandor de las llamas a flor de piel, la tercera, en cambio, impactó de lleno en el estómago de la chica, expulsando una espuma antiincendio que se propagó por todo su cuerpo, enfriándolo y atajando así su habilidad para convocar llamas. Bonita descendió en espiral mientras se preparaba para amortiguar el impacto.

- ¡JA! – Exclamó Sagitario victorioso al verla rodar por el suelo y quedar inmóvil. Tras lo corrió a rematarla. – ¡Así aprenderás a no desafiar a tus superiores…!

El villano se agachó confiado a comprobar el estado de la vengadora, y ese fue su error. -¿Superiores? – Contestó indignada mientras le propinaba un puntapié en la boca del estómago que le dejó sin respiración. Antes de que pudiese reaccionar, Ave de Fuego descargaba un par de puñetazos sobre Sagitario, tal y como había aprendido en el adiestramiento básico de los Vengadores.

Pero Sagitario no se amilanó y usando su arco como bate, golpeó con él en la cabeza a la vengadora, y sin detenerse se lo colocó sobre la garganta y comenzó a ejercer presión con objeto de estrangularla. Atontada, Ave de Fuego sujetó con ambas manos el arco para evitar ser asfixiada. Solo tenía una oportunidad… Tras unos segundos giró el cuerpo sobre sí misma y ambos cayeron al suelo rodando.

El arquero, contrariado, se arrastró como pudo lejos de la medio asfixiada Bonita, y colocó otra flecha en el arco.

-¡Esta vez no estás en condiciones para fundirla! – Y tensó el arco, que inesperadamente se quebró por dos partes, para sorpresa de Sagitario y alivio de Ave de Fuego.

- ¡Maldición…! ¿Cómo es posible? – Gritó perplejo. No se había dado cuenta que durante su forcejeó con la vengadora, esta, intentando no ser estrangulada, había aplicado el poco calor que podía generar a través de sus manos debilitando la estructura de su arco, que finalmente se partió al ir a ser utilizado.

De nuevo Ave de Fuego procedió a golpear con fuerza el rostro de su enemigo, que volvió a besar el suelo.

Desde el suelo, Sagitario observó como el cuerpo de Ave de Fuego comenzaba a humear. El efecto de la espuma anti incendios con el que la había cubierto estaba pasando. Tenía que pensar algo rápido para recobrar la ventaja. Notó que algo distraía levemente a la vengadora, a lo lejos a través de la cristalera del Observatorio, unos centímetros sobre la línea del horizonte un pequeño punto negro iba creciendo lentamente hasta conformar la silueta de una nave familiar. El villano zodiacal reconoció el quinjet de los Vengadores. Era pues la hora de retirarse. Accionó un pequeño dispositivo ubicado en la hebilla de su cinturón al tiempo que extraía de los compartimentos en sus tirantes sendas puntas de flecha trucadas.

La proximidad de la llegada de los refuerzos relajó las defensas de Bonita Juárez, pues no fue capaz de impedir los movimientos del arquero. Con la rapidez de un malabarista prestidigitador, Sagitario arrojó una cabeza de flecha a los pies de Ave de Fuego, y aunque esta contuvo la respiración a tiempo, no pudo evitar que sus lacrimales resultasen afectados por el gas que la cápsula desprendió. La otra punta de flecha cayó entre los dos contendientes elevando una pantalla de humo negro que termino de imposibilitar la visión de la vengadora.

- ¡Volveremos a vernos, guapa! ¡Te lo prometo! – Gritó el arquero mientras emprendía la huída. En el exterior del observatorio, Sagitario se detuvo un instante como buscando algo. Entonces apareció, guiada por el sistema ups ligado a la hebilla de su cinturón su vehículo particular. Una montura voladora. Dio un salto sobre ella y se despidió. - ¿No querías un centauro? ¡Aquí lo tienes!

- ¡Esto no acabará así! – Chilló Ave de fuego. Y haciendo acopio de sus energías internas descargó por sus brazos una intensa llamarada en dirección al fugitivo, alcanzándole de lleno en la espalda. Mientras se alejaba, el carcaj de Sagitario comenzó a echar humo, una intensa y creciente humareda negra que dejaba como rastro tras de sí. Cuando sobrevolaba el bosquecillo desde el que había estado espiando antes a Ave de Fuego, Sagitario pareció perder el control de su vehículo y se precipitó envuelto en humo y llamas hacia el suelo. Una sonora explosión retumbó en los oídos de a vengadora.

- ¡NOOO! – Chilló la vengadora alarmada.- ¡Dios mío, perdóname! No quería…- y se santiguó pensando en la vida que creía haber eliminado. Sin fuerzas para volar, Bonita Juárez corrió hacia el bosquecillo en llamas. A su lado, el quinjet de los Vengadores comenzó el aterrizaje.


Mansión de los Vengadores.

- ¿Señor Parks?, Me temo que los Vengadores ahora mismo no están en casa. – Se excusó amablemente Edwin Jarvis.

Arthur Parks, el antiguo Láser Viviente, se encontraba en el exterior de la puerta principal de la mansión, miró al mayordomo fijamente y contestó con suavidad. – Ya me lo imaginaba Jarvis, vi despegar el quinjet mientras venía hacia aquí. Tan solo quería agradecer a los héroes la segunda oportunidad que me han dado. Su testimonio favorable y los abogados de la Fundación María Stark me han conseguido la condicional...

- Me alegro por usted señor. Espero que sepa aprovechar su nueva vida. – contestó el mayordomo dispuesto a despedirle.

- ¡Espera Jarvis! ¡Déjame terminar…! - Rogó el antiguo villano. – ¡Tengo que realizar servicios a la comunidad…! Y… y había pensado… - dijo vacilante. - Me…me gustaría ofrecer mis servicios para ayudar a Fotón… Ella me salvó a mí… Se lo debo…

Jarvis miró con compasión al redimido criminal.

- Mira, traigo los formularios para la solicitud… Silverclaw, tu propia ahijada, me ha avalado.

Al oír el nombre de su querida Lupe, el imperturbable rostro de Jarvis casi pareció alterarse. Con un gesto solemne extendió la mano para aceptar la solicitud. Comprobó la firma de Guadalupe Santiago, y leyó todo el documento. En secreto se lamentó de que Lupe no le hubiera dicho nada.

– Todo parece estar en orden. – Comentó al terminar de leer. – Haré llegar a los Vengadores su solicitud, Señor Parks.

- Es todo lo que pido Jarvis… ¡Muchas gracias!

- Ahora, si me disculpa. Tengo asuntos que atender. Buenos días señor.

- Hasta la vista, Jarvis. – Dijo el antiguo Láser Viviente encaminándose a hacia la verja de la calle.

Al otro lado de la puerta, en el interior de la mansión, Janet Van Dyne, releía los documentos que Jarvis acababa de recoger.

- Gracias por impedirle el paso, Jarvis. No me apetecía nada volver a ver a Parks.

- Lo comprendo Miss Van Dyne. – Contestó el leal mayordomo, pues sabía muy bien que la enemistad del Láser Viviente con los Vengadores se originó cuando el villano se obsesionó con la Avispa y la raptó. – No obstante, si me permite… - comenzó a decir.

- Dime, Jarvis.

- El comportamiento de Arthur Parks durante las semanas que estuvo recluido en la mansión, fue excepcional, y llegó incluso a ser de utilidad durante las crisis con Ultron y el Crepúsculo… Creo que…

- Lo sé, Jarvis, lo sé. – Dijo ella mordiéndose los labios. – Y también sé que sus conocimientos científicos podrían ayudar a encontrar un tratamiento para Mónica. Es solo, que personalmente no me siento a gusto cerca de él. Y mucho menos ahora que carezco de poderes…


- Ni rastro de Sagitario, ¿Cómo es posible? – Preguntó Ave de Fuego. – Su carcaj estaba ardiendo, le debió estallar en la espalda… - Dijo Bonita preocupada.

- No necesariamente, Bonita, - la mano de Chaqueta Amarilla se posó sobre su hombro en ademán tranquilizador - por lo que has descrito, su equipo no era muy diferente del de Ojo de Halcón. Quizás su carcaj también tenía un dispositivo de seguridad para eyectar en caso de que hubiera riesgo de explosión.

- ¿De verdad? – Interrogó la chica más aliviada.

- Diseñado por el propio Stark. – Intervino el Caballero Negro. - Sería de estúpidos o de suicidas transportar esa cantidad de explosivos en la espalda sin salvaguardas. Y ni Clint Barton ni sus compañeros lo somos.

- Hablando de Clint, ¿Sabemos algo de él?

- Nada desde que estuvimos en Washington [8] , - Contestó Whitman.

- Es raro no tener noticias. Seguro que durante el Crepúsculo no se quedó cruzado de brazos, siempre informa, aunque sea para vanagloriarse de su última victoria.

- Es preocupante. En cuanto regresemos a la Mansión intentaré contactarle.

- Seguro que la existencia de un arquero criminal atrae su atención… ¡Je! Ya estoy viendo su cara… - Sonrió Pym.


La noche se pone sobre Nueva York mientras los Héroes Más Poderosos de la Tierra regresan a su cuartel general. Al mismo tiempo, en el corazón de la ciudad una silenciosa y solitaria figura se desplaza de tejado en tejado con inusitada agilidad. Es el hombre llamado Bengala el que, al igual que el tigre del que toma el nombre, acecha a su presa por la jungla de asfalto y granito. Abajo, en la acera, Natacha Romanoff, alias la Viuda Negra, parece llegar tarde a una cita.

El asesino mercenario observa a la espía entrar en un edificio, y se jura así mismo que esta vez no se le escapará, como ya ha ocurrido en varias ocasiones durante los últimos días. Duc No Tranh, recuerda las instrucciones del agente Henry Peter Gyrich, del Consejo Nacional de Seguridad sobre la Viuda Negra. “La neutralizarás y la traerás ante mí, cueste lo que cueste”. A cambio, él y su familia podrán establecerse legalmente en territorio estadounidense. Sin embargo, acorralar a la vengadora sin llamar la atención no es tan fácil como parece. La ha visto actuar junto al diablo rojo, un enmascarado con el que no querría volver a enfrentarse [9] . Afortunadamente, a la distancia que se hallaba, los extraordinarios sentidos del defensor de la Cocina del Infierno no le detectaron. Estaba asombrado ante la eficacia de la Viuda para despistarle, ningún día repetía rutinas, se alojaba bajo diversos alias falsos tanto en hoteles lujosos como pensiones cutres, e incluso prostíbulos, y se oculta bajo las más variopintas pelucas y disfraces, cambiando incluso de lenguaje corporal. Afortunadamente, Bengala contaba en esta ocasión con el respaldo del servicio de inteligencia de Gyrich que más tarde o temprano volvían a localizar a la presa, generalmente en las inmediaciones del bufete de Nelson y Murdock, o como ahora, cerca del alojamiento de su viejo compañero y mentor, Ivan Petrovitch Bezukhov.

En el interior del edificio que Bengala vigilaba, en el apartamento alquilado a nombre de Ivan Petrovitch, la Viuda Negra se reunía con su antiguo chófer, y con un tercer hombre.

- Agente Kerns - Saludó la Viuda Negra. – Espero que tenga una buena razón para convocarme bajo estas circunstancias…

- Con sinceridad, dada la situación dudaba que apareciese, Miss Romanova. – Comentó Lee Kearns. – Muchas gracias.

- He venido por Ivan. – Dijo sonriendo a su fiel compañero. – Es una de las pocas personas que se que no me va a tender una trampa. – Petrovitch permaneció cruzado de brazos y le devolvió la sonrisa al tiempo que la guiñó un ojo.

- El agente Kearns, tiene información importante para ti pequeña zarina… Si no me pareciera importante, todavía estaría buscando tu rastro...

- Hubiera recurrido a los Vengadores, Furia, o el despacho de Murdock… - Comentó Kerns.

- Canales todos lentos y menos fiables que Ivan. – Pensó la Viuda, y pasó a preguntar. - ¿De qué se trata Kerns?

- Se que durante las últimas semanas se ha convertido en blanco de diversas agencias de seguridad, y su cabeza ha sido puesta a precio. Tengo pruebas de cómo fue inculpada, y se como demostrar su inocencia.

- Siga Kerns, me tiene intrigada…

- ¿Miss Romanova, ha oído hablar de El Koljos?


La noche pasa y amanece rn la ciudad de Nueva York. Hoy puede ser un gran día para las Naciones del Mundo. Se inicia una cumbre mundial en la sede de las Naciones Unidas en la que los máximos dirigente mundiales van a debatir sobre los problemas que acucian actualmente a la humanidad. La crisis económica mundial, la energía sostenible, la degradación del medioambiente, la proliferación del armamento nuclear, las causas y efectos de los recientes acontecimientos provocados por el que se ha dado en llamar el Crepúsculo de los Dioses…

La Sede de la Organización Mundial está situada en un emplazamiento de más de 7 hectáreas en el lado este de Manhattan. Es una zona internacional que pertenece a todos los Estados Miembros de la organización. Para su correcto mantenimiento y orden la ONU dispone de sus propias fuerzas de seguridad, cuerpo de bomberos y administración postal. Como es natural, ante el evento que se prepara en el día de hoy, el centro de mando de las fuerzas de seguridad hierve de actividad, y los protocolos se revisan una y otra vez.

- ¡Estoy esperando su informe, teniente Perkins!

- Todos los hombres están preparados en su posición, señor. El horario se está cumpliendo tal y como habíamos planeado. Todos los objetivos están cubiertos.

- ¿Están los escoltas listos para acompañar a cada invitado al lugar indicado?

- ¡Sí, señor!

- Supongo entonces que una vez los altos mandatarios irrumpan en el edificio de la Asamblea General, los cuatro edificios formarán una fortaleza inexpugnable.

- ¡Sí señor! No podrá entrar ni salir ni una mosca del perímetro sin su consentimiento.

- Bien, bien… - Dijo el superior a su subordinado. – ¿Y el equipo de seguridad anterior?

- ¿El que hemos remplazado? – dijo sonriendo - Nadie hallará sus cuerpos… - Y al mismo tiempo pasó sus dedos por su cuello en ademán degollador.

- Entonces todo está saliendo, tal y como habíamos planeado. – Y estiró las manos hacia su casco de combate para colocárselo.

- ¡En tan solo cuestión de unas horas los máximos dirigentes de todas las naciones del mundo serán testigos del poder estelar que TAURO y el ZODIACO poseen, y si son inteligentes no dudarán en inclinarse ante nuestra presencia!

Y tras ajustarse su cornuda máscara y despedir a su lugarteniente, el hombre vestido de toro se quedó mirando extasiado como, allá en el horizonte, el astro solar parecía salir de las aguas del Atlántico para saludarle en el día que sus cartas astrales habían señalado como el de su máximo triunfo.

Continuará...

Próximo Número:
Está claro, Tauro hace a los miembros de la ONU una oferta que no podrán rechazar, esto es, si los Héroes Más Poderosos de la Tierra no tienen algo que decir.


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Referencias:
1 .- Durante la saga del Crepúsculo, Jake Olson, encarnación mortal de Thor ahora independiente de este, fue consciente de la actual situación de Hércules, concretamente durante los sucesos narrados en Los Vengadores 13 y Thor 11.
2 .- En realidad Tifón protegió a Taylor para obtener de Hércules la conmutación de su condena en el Hades
3 .- A partir de La Visión 13
4 .- Como vimos en Iron Man 8. Y a la espera de un Iron Man 9
5 .- Fue en Los Vengadores 7
6 .- Moonhunter fue durante una temporada el piloto personal del Capitán América, ahora ha sido contratado por la Fundación Maria Stark como instructor de vuelo de los nuevos miembros de los Vengadores, como se vio en La Visión 13
7 .- Fotón quedó en coma en Los Vengadores 9. Desde entonces su cuerpo permanece estabilizado en la enfermería laboratorio de la Mansión de los Vengadores
8 .- En Los Vengadores 11 (AT)
9 .- Bengala se enfrentó al Hombre Sin Miedo en Daredevil 258 (Sep 1988)

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