Flash nº 11

Titulo: Locura
Autor: Nerocles
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Octubre 2009

¡Nueva etapa con nuevo autor! El velocista escarlata sigue su carrera, en esta ocasión de la mano de Nerocles ¿Y qué mejor forma de empezar que echando un vistazo a los villanos que andaban desaparecidos?
Atrapado en un extraño accidente, al adolescente Wally West le alcanzó un rayo que lo bañó en una curiosa mezcla de productos químicos. Como a su mentor, su tío Barry Allen,  se le concedió el don de la súper velocidad. Tras la muerte de su antecesor, y tras años de entrenamiento como Kid Flash, Wally ha heredado la identidad del velocista escarlata. ¡Hoy porta el legado del hombre más rápido del mundo! Hoy Wally West es...
Wally West creado por John Broome y Carmine Infantino

[Keystone City]

Estaba con Linda cuando recibió la llamada. A veinte manzanas de su casa, un incendio había atrapado a todos por encima de la séptima planta. Un problema con la escalera de bomberos impedía evacuarlos desde las ventanas, la tercera planta era inaccesible para cualquier ser humano debido al fuego. Necesitaban a Wally West, necesitaban a Flash. Apareció ante el equipo de bomberos cuado escuchó la palabra incendio, sin llegar a escuchar los detalles que ahora necesitaba.

—¿Qué tenemos?—le preguntó al que parecía encargado de la situación, en aquellos momentos el jefe de bomberos, que tenía más autoridad debido su experiencia.

—Al menos treinta personas atrapadas por encima de la séptima, las que no percibieron el olor a quemado. No podemos alcanzarlos y he descartado la posibilidad de traer un helicóptero para dejar un equipo de rescate en la azotea, no sé cómo de afectada podría estar la estructura para que además las llamas se vieran avivadas. Es todo tuyo Flash.

Ascendió contra la gravedad por la fachada, pudiendo ver inmóviles los rostros de aquellos atemorizados que se agolpaban contra las ventanas. Tomaba como referencia la táctica planteada por la policía, aunque para él sería más sencillo. Su peso apenas se notaría sobre la estructura. Al abrir la puerta del tejado descendió, rastreando el nivel más alto de todos, aunque no encontró a nadie. Recordó que el edificio había salido por las noticias, los inquilinos se habían negado a desalojar pese a las advertencias del ayuntamiento sobre el mal estado del coloso de ladrillo, creían que nadie les atendería una vez pusieran un pie en la calle.

Siguió bajando escaleras hasta la siguiente planta. Tenía la certeza de saber que en algunos departamentos de ésta habían personas, las había podido ver durante la subida, pero igualmente echó una ojeada al resto.

—¿Hay alguien aquí?—preguntó por instinto, le era más fácil recorrer todas las habitaciones al entrar a la casa, pero entonces no se dio cuenta. Con su grito obtuvo una respuesta, un grito de una niña atrapada entre las llamas. Al agitar sus manos a supervelocidad consiguió desviar el fuego y tener acceso a la niña, indefensa. La cogió y sacó en brazos del edificio, dejándola cerca de una ambulancia y tocando el hombro de uno de los enfermeros impaciente por ayudar.

Flash repitió la operación las veces necesarias hasta comprobar que el edificio estaba vacío por completo. Incluso llegó a internarse desde la puerta de entrada, pasando a través de las llamas, desesperado por encontrar algún rezagado, pero no encontró nada. Finalmente dio por cumplida su misión y salió de nuevo al exterior, a hablar con el jefe.

—Ya no queda nadie, apaguen el fuego cuanto antes—dijo con un tono de voz que vacilaba entre la autoridad y la súplica—.

—Bien chicos, ¡Tenemos luz verde para movernos!¡Apagad el maldito fuego!

Y entonces Flash dejó actuar a los héroes, los que él consideraba héroes de verdad, los de a pie.

—Deberías dejar de hacerlo, ¿Sabes? Lo de dar todo por todos, no suele dar beneficios.
—¿Amo de Espejos?— Flash intentó tocar a la figura que tenía ante él, aparentemente con la forma de uno de sus recurrentes villanos, pero casi como esperaba, simplemente era una ilusión, enfocada desde una pequeña lámina reflectante situada en el suelo.— ¿Qué estás tramando?

—En realidad, nada. Te necesito, no yo solo, mas bien todos nosotros.

—Habla.

—Mira a través del espejo Wally...

Flash se acercó, con cautela. Podía tratarse de un truco para encerrarle, pero no era así. Al mirar a través del ingenio del Amo pudo ver cómo Plunder y el Hechicero del Clima peleaban.

—¿Qué demonios os sucede?

—Estamos algo agitados, es Heatwave, está fuera de control. Hará un par de semanas conseguimos un trabajo fácil. Nos contrataron para conseguir un agente bacteriano de unas instalaciones militares. Nos pagarían bien por el riesgo, así que aceptamos. Todo iba jodidamente bien, hasta que la cagamos. Uno de los seis recipientes que sacamos de las instalaciones cayó al suelo, frente a Heatwave, lo siguiente que vimos era al pobre desgraciado intentando quemar el compuesto pero supongo que era demasiado tarde, solo que no nos dimos cuenta.

—El efecto no fue inmediato, supongo.

—Así es —la imagen del Amo se volvió a alzar, haciéndose nuevamente tridimensional, a ojos de todos los presentes, real, pero en aquel preciso momento todos prestaban más atención al fuego que al propio Flash—. Tardó toda una semana. Tras entregar nuestro paquete nos pagaron, un poco menos, pero nos pagaron. Seguimos con nuestras vidas pero él... dios mío, él cada vez iba a peor. El primer día que le vimos pensamos que era una resaca, pero luego se volvió violento. Más vigoroso que nunca le rompió la mano al chaval, Trickster, sin parpadear. Se fue y no volvimos a saber más de él hasta hace dos días.

—El incendio en Central City.

—Correcto, obra suya.

—Los bomberos lo consiguieron apagar enseguida, pero las llamas reavivaron por la noche, estaba fuera, en una misión con la Liga. Vi las noticias por la mañana.

—Los detalles sobran, West. Necesitamos para a Heatwave tanto como tu, aunque creo que esta vez coincidiremos ambos bandos en que su salud es lo importante. Al grano entonces, ¿Aceptas un alto el fuego momentáneo?

Lo pensó un nanosegundo. Heatwave suelto por ahí podía resultar peligroso. Sin ningún indicio para seguirle la pista, podía resultar mortal en las próximas horas. Demasiadas vidas en juego.

—De acuerdo, ¿Dónde nos vemos?

—Primero investiga las instalaciones militares al sur de Central City, a nosotros no nos dirán nada, pero no teníamos ni idea de qué era lo que sacamos de allí. Seremos nosotros quienes contactemos contigo, mantente a la escucha.

La figura del Amo de Espejos se deshizo y la placa sobre la que se reflejaba su imagen no tardó en resquebrajarse, quedando inutilizable. Flash miró atrás unos segundos, intentando divisar alguna figura que quizá, con mala suerte, se le podía haber pasado por alto, pero no era así. Tras complacer sus inquietudes buscó la dirección correcta y comenzó a correr de nuevo.

Sabía perfectamente dónde estaba la base militar. Linda cubría la noticia el día en que comenzaron a levantar el primer cobertizo. El lugar había levantado enorme polémica debido a las protestas de un grupo de pacifistas, aunque rápidamente fueron acallados gracias a los trabajos que el ejército trajo consigo. Al cabo de unos segundos se encontraba a la entrada, advirtiendo a un joven uniformado de que quería ver a sus superiores.

—Lo siento, no tengo cita, pero estoy aquí por un asunto que requiere apuro.

Tras menos de un minuto intentando hacer entrar en razón al guardia apareció un tercer hombre tras la puerta de alambre.

—Es usted Flash, no se espera de usted otra cosa que no sea velocidad.

Parecía que estaba esperando, tras la verja. Se trataba de un hombre mucho más esbelto que el que vigilaba, también más maduro. Las condecoraciones sobre el uniforme también lo identificaban como un oficial de mucho más rango que el chico.

—¿A quién me dirijo?

—Sargento Donald Abott, a su servicio. Pase, le estábamos esperando desde hace unos días.

Tras abrir la verja el sargento invitó a Flash a subirse a un jeep y se dirigieron al hangar 9, según informó el militar.

—Has venido por la desaparición del compuesto XZD12JK-24.

—He venido porque un hombre ha enfermado a causa de algo que sacó de sus instalaciones, un hombre que ya estaba enfermo.

—En cuanto recuperamos las imágenes de las cintas de seguridad sabíamos que vendrías, era cuestión de tiempo.

—Me ahorraría mucho tiempo si comenzásemos a hablar del compuesto... loquesea 24.

—Mejor debería verlo por usted mismo.

El hangar estaba vigilado por un par de guardias, aunque su trabajo se centraba en defender el edificio de alguna incursión externa. Ni siquiera prestaron atención a Abott. Este por su parte se acercó hasta la compuerta, visiblemente blindada e introdujo una secuencia numérica en un panel, mientras en otro situado sobre el primero apoyaba su cabeza, dejando que un escáner examinara su retina.

Tras abrirse las compuertas solo se pudo ver un segundo muro negro, enorme. La única luz provenía de un túnel de unos cuatro metros de largo, donde volvía a haber una puerta, junto a otro panel. Avanzaron rápidamente y Abott volvió a repetir la operación para abrir.

—Bienvenido al futuro, Flash. El futuro de los hombres.

—¿Qué es esto?—se decidió a preguntar Wally una vez la puerta tras él estuvo completamente cerrada.

Tras tanta protección, en realidad no había mucho. Wally contaba al menos seis científicos, o doctores, o lo que fueran. Se dividían en dos grupos, atendiendo a un hombre y una mujer, los cuales vestían ropa deportiva de color negro, elástica. Diez hombres más, uniformados como los centinelas del exterior, mantenían la mirada al frente, sin inmutarse por la presencia del héroe y el sargento.

—La nueva policía de Keystone, primero. Luego, del mundo entero.

—Sigo sin entenderlo, empieza con las explicaciones.

—Nuestros dos primeros sujetos, puede que te suenen sus caras, se presentaron voluntarios desde la comisaría de Keystone. Alexander Jenkins y Emma Hawking.

—Nunca los he visto.

—Por supuesto, caras anónimas ayer, pronto los nuevos héroes del mañana. Durante años multitud de agencias, tanto públicas como privadas, han intentado dar con procesos que conviertan al hombre en héroes, metahumanos artificiales, sin procesos latentes ni casualidades cósmicas. Naturalmente, siempre hemos fallado. Dale a un hombre el poder para contener una explosión y lo utilizará para provocarla, la historia de siempre. Sin embargo, seguimos indefensos. Las amenazas de villanos, súper terroristas o aliens aumentan cada día y aunque no es conveniente crear metas como si fuéramos Dios, hemos tomado ciertas medidas.

—Continúa.

—La policía especial. Hemos desarrollado, si te gustan los cómics, lo que podríamos denominar un suero del súper soldado. Puede que no podamos detener a un Doctor Polaris o a alguien como Gorila Grodd, pero podemos contenerlos, ayudar a los que verdaderamente pueden solucionar problemas de esta magnitud, gente como tu.

—Habéis creado metahumanos... pero no tan “meta”.

—Básicamente es correcto. El equipo táctico y de apoyo perfecto. Desde Superman a Batman, nuestros chicos les respaldarán sin causar interferencias en sus actividades. Reflejos aumentados, resistencia aumentada, fuerza, agilidad y memoria aumentada. El poli del mañana nacerá en Keystone y se extenderá por el mundo.

—¿El gobierno del país sabe esto?

—Por supuesto, puedes revisar nuestras bases de datos sobre las autorizaciones. Es un proyecto conjunto, franceses y alemanes nos apoyan y una vez superados los test en suelo americano empezarán a suministrar el compuesto en Europa.

—Entonces hablemos de lo que ha pasado, desde mi punto de vista. Habéis creado una fórmula para crear tipos poderosos, solo que no la habéis sabido guardar bien y ahora un tipo que ya era peligroso se ha vuelto MUY peligroso.

—¿De qué hablas Flash?

—El hombre conocido como Heatwave se encuentra bajo el influjo de vuestra maldita fórmula. Un villano con tendencias pirómanas es más fuerte y por lo que me dices listo que antes.

—¿Heatwave? Entonces tenemos un problema. Lo que los villanos robaron no era el compuesto actual, si no una versión anterior. Una de las propiedades del suero es centrar al individuo en su función, pero no calibramos bien la porción de la fórmula dedicada a esto. Las primeras pruebas volvieron a Alex y Emma neuróticos, estrictos agentes del orden demasiado violentos. En Heatwave...

—Centrará su gusto por el fuego.

—Gradualmente, querrá más y más fuego. Cuanto más grande, más. Informaré a mis superiores Flash, si podemos ayudarte...

—¿Cómo se sale de aquí? No tengo tiempo que perder.

—Por supuesto —Abott se dirigió rápidamente hasta el panel de salida—. Si podemos ayudarte en cualquier cosa sólo llámame —le dio una tarjeta con su número mientras avanzaban hasta la puerta más exterior.

—No lo dude.

La estela de Wally se había perdido sobre la verja en cuestión de un suspiro. Estaba volviendo a Keystone, intentando centrar sus pensamientos en Heatwave. De por si ya era peligroso, pero si sus habilidades físicas y mentales habían ido en aumento desde hacía días, posiblemente se había vuelto letal. Comprendió entonces el porqué los villanos le habían pedido ayuda para tratar a su compañero. Faltaba menos de un segundo para llegar a la comisaría, pero aun eran cientos de metros.

Un rayo paró su carrera en seco.

—¿Hechicero?

Trickster, el Hechicero del Clima, el Amo de Espejos y Plunder aparecieron de la nada. De todos los allí presentes era a Plunder a quien más odiaba. No podía evitar pensar que, tras la máscara de aquel villano, la cara de su amigo, el agente Morillo, sonreía como el mismísimo demonio (1). No pudo hacer otra cosa que resignarse a detenerlo en otro momento, había dado su palabra de no emprender acciones contra ellos mientras buscaban a Heatwave. Tras dar las explicaciones pertinentes sobre el compuesto, se dignó a preguntar a sus propios villanos.

—¿Cuál es el plan chicos? ¿Cómo le encontramos?

—Será sencillo —el Amo hablaba siempre el primero, parecía encontrarse al mando de los villanos en aquel momento—. Simplemente observaremos y esperaremos a que encienda una luz.

—¿Esa es vuestra estrategia? ¿Pensáis dejar que vuelva a hacer una de las suyas?

—Registra la ciudad si quieres, nosotros ya lo hemos hecho. No hay rastro de él—vaciló Plunder al héroe.

—Podría hacerlo a la velocidad de la luz.

—Yo ya lo he hecho a la velocidad del espejo corredor, y nada. Conoce tus métodos y conoce nuestros métodos, sabe cómo permanecer oculto. Ahora ven.

El Amo de Espejos tendió su mano e hizo que Wally entrara en un portal invisible. De repente se vio en una de las dimensiones espejo, una llena de escaleras. Aunque no podía percibirlo, cada peldaño que subían eran varios metros que escalaban hacia el cielo.

Acabaron todos sobre una plataforma invisible, contemplando desde el puente que unía a Central City y Keystone.

—Es media tarde chicos, no veremos el fuego con claridad, le dará tiempo a escapar cuando queramos darnos cuenta—Flash llevaba media hora con ellos, intentando hablar lo menos posible, pero a veces su percepción del tiempo tal como la percibían el resto de seres humanos se desconectaba, por un minuto había pagado media hora de más, necesitaba empezar a hablar aunque fuera con los villanos.

—Entonces solucionaremos el problema de la luz.

El Hechicero del Clima, de sentado hasta el momento, como el resto, se levantó y miró al Amo de Espejos.

—Relaja las barreras dimensionales, vamos a nublar el día.

Flash se quedó mirando a ambos.

Blacksmith (2) nos enseñó a colaborar ¿Lo has olvidado? Ahora sabemos cómo combinar nuestros poderes.

—¿Puedes atacar desde estas dimensiones espejo?—preguntó directamente Flash al Hechicero.

—... no. Obviamente, no. Mis habilidades no son completas en otra dimensión, pero el truco de oscurecer el día no es demasiado difícil, puedo hacerlo desde aquí.

La varita del Hechicero brilló débilmente y todos los allí presentes pudieron ver cómo un gran cúmulo de nubes sobre las ciudades gemelas, interponiéndose entre la luz del Sol.

—¡Y la previsión para hoy es… nubes calientes!

—Cierra el pico, Trickster—dijo Plunder apuntando al joven con un arma—. Cierra el pico de una maldita vez. Nadie sabe lo irritante que puede ser tenerte pegado al culo todos los días.

—Culo culo culo.

—En serio, cierra el pico—Plunder le quitó el seguro a su arma.

—Genial, si Heatwave no arrasa la ciudad los estúpidos de mis villanos se matarán ellos mismos y oh, yo no podré hacer nada para evitarlo—bromeó Flash.

Frío lo solía decir, la única diferencia entre tu tío y tu es que al menos él nos respetaba. Nunca nos has tomado en serio y yendo no demasiado atrás, te darás cuenta que eso casi te cuesta tus dos queridas ciudades, con toda la gente que en ella habita. Nosotros nunca te subestimamos Flash, deja de tomarnos el pelo de una vez—sentenció el Amo de Espejos.

Un silencio incómodo se dio entre todos los allí presentes.


[Iron Heights]

—Alcaide Wolfe, otro intento de fuga por parte de Magenta frustrado sin ningún herido, señor.


—Bien hecho. Mandad a la dama recuerdos de mi parte, recordadle que está en Iron Heights. Pasemos entonces al siguiente. Tony Woodward (3), ¿estás listo para que te haga unas preguntas?


—Por supuesto alcaide, yo siempre estoy dispuesto.

Un flujo magnético mantenía al preso inmóvil. Su corpulencia y fuerza de nada servían contra Wolfe mientras la maquinaría funcionara.

—Permitidme caballeros, entrevistar al señor Woodward a solas.

—¿Señor?—uno de los guardias se sintió confundido por las palabras del alcaide.

—Salid inmediatamente

Los guardias salieron de la celda, aquejados por un leve dolor en sus extremidades, producto de los poderes de Wolfe (4).

—Bien, las cámaras dejan de grabar desde ya mismo Tony, así que más te vale ser buen chico si no quieres oxidarte más rápido de lo habitual (5) y seguro que no quieres más dolor, tu cuerpo no debe de estar unido del todo desde que Magenta te partió por la mitad.

—Si no sintiese el peso del mundo sobre mis hombros tu cabeza ahora mismo estaría en mi mano derecha, sostendría tu patético cuerpo con la izquierda.

—Encantador cabeza hueca, pero es lo de menos. Remontémonos algo más de un año atrás. Aun eras un buen hombre, no estabas atormentado por tu piel metálica y trabajabas en una fábrica, un buen trabajo, pero no tan bien pagado como debería, ¿verdad?

—Apenas lo recuerdo.

—Más te vale hacer memoria. Intentaste sacar un dinero extra, entraste en contacto con algunos tipos y por las noches transportabas un camión, presuntamente de reparto de periódicos de Keystone a Central City, ¿Recuerdas ahora?

—Trescientos dólares la noche, lo recuerdo.

—Perfecto. Sigamos. Aunque se suponía transportabas papel, lo que en realidad hacías era mover drogas, tecnología, dinero o armas, según convenía, de una ciudad a otra. Todo para nutrir de suministros a la extinta Red de Blacksmith. Tu jefa durante el levantamiento de las ciudades.

—No veo a dónde quieres llegar.

—Quizá no lo sepas, pero una de esas noches transportaste a una persona. Abraham Wolfe, mi hermano (6). Era poli en Central City, uno de los duros, de los buenos ¿Sabes? No mucha gente habla sobre esa noche, dicen que mi hermano era un corrupto al final de su carrera. Un poli corrupto que no supo mantener la boca cerrada, entonces se dio con la puerta en las narices. Molestó a quien no debía Tony, molestó a los que serían tus futuros compañeros, la Galería de Villanos.

—Lo recuerdo. Me esperaban en un viejo almacén en Keystone, a las afueras.

—¿Quiénes Tony? ¿Quiénes estaban allí? ¿Quién mato a mi hermano aquella noche?



—Dos malditas horas mirando y nada. Lo único que tenemos es un maldito día nublado—se quejó Plunder.

—El tiempo es bueno, siempre. Somos los hombres los que no sabemos apreciar lo que el cielo nos da—corrigió el Hechicero del Tiempo—. Confórmate con una buena nube, un buen Sol o el peor de los huracanes, los hombres poco tenemos que hacer contra el tiempo.

—¿Siempre os ponéis así de interesantes cuando estáis a solas?

—Normalmente hablamos de como sacarte del juego West, pero estamos guardando silencio por las circunstancias.

—Perfecto, Hechicero. Muchas gracias.

—Callaos un momento capullos y mirad, ¿Veis lo mismo que yo?

Plunder señalaba un pequeño punto sobre Central City, casi imperceptible a primera vista. Todos se quedaron mirando, aunque no hubo una reacción positiva hasta pasados los primeros tres segundos, cuando el fuego fue realmente visible. Heatwave había entrado en acción.

—Ya lo tengo—dijo Flash, dispuesto a irse corriendo—.

—Un momento West, el espectáculo solo ha empezado—la mano del Amo de Espejos detuvo al velocista, que se dio la vuelta. Vio como surgía un primer fuego, totalmente nuevo en la ciudad opuesta, Keystone. Tras un parpadeo un tercer incendio, al norte del que acababa de empezar. Antes de que nadie pudiera sorprenderse apareció un cuarto.

—Nos está esperando… Heatwave nos está esperando, ¿Cómo demonios salgo de esta dimensión Amo?—Flash apretó los brazos del villano. Lo que normalmente hubiera sido una respuesta violenta se convirtió en una educada indicación.

—Desciende por los escalones, encontrarás el portal abierto una vez abajo.

—De acuerdo, id a Central City, yo iré a Keystone ¿Entendido?

Wally desapareció, descendiendo imperceptiblemente por la escalera de cristal hasta dar con la salida. Mientras corría intentó hacer un mapa en su cabeza de los lugares que había visto arder. Uno, pensaba, debía ser la fábrica de cajas de Keystone, un blanco fácil y rápido si eres alguien a quien le gusta ver arder cosas. Si el otro se encontraba al norte no podía ser una fábrica o almacén, parecía mas bien estar emplazado en un sector donde sólo podían haber edificios normales y corriente, viviendas, según recordaba. Comenzó a notar como chispeaba, indicación de que los hombres a los que habitualmente se enfrentaban sabían cómo reaccionar en aquel momento. La lluvia sobre las ciudades gemelas ayudaría a sofocar los incendios, aunque no los extinguiría por completo.

—Perfecto chicos, seguid así—sonrió Flash complacido.

Comenzó un camino serpenteante, atajando entre callejuelas, evitando el tráfico, hasta llegar al primer incendio. Efectivamente se trataba de la fábrica de cajas de la ciudad. Los primeros empleados comenzaban a salir entonces, tampoco había dado tiempo a los bomberos a llegar. Apenas habían pasado un par de segundos desde que comenzó la carrera.

Empezó por evacuar a los que más alejados de la salida estaban, incluyendo al director de la fábrica, que se encontraba en un despacho apartado, subiendo unas escaleras metálicas. Cuando se aseguró que la mayoría estaba a salvo se paró un segundo a contemplar el panorama, buscando pistas. De repente pudo verlo. Al fondo.

—¡Heatwave detén todo esto! ¡Entrégate!

El villano no respondió nada.

—Si no lo haces por las buenas… —Flash se movió a gran velocidad, sin importarle atravesar algunas cajas, lo que provocaba alguna pequeña explosión. Esperaba capturar a su enemigo habitual y evacuarlo a la misma velocidad que al resto, pero cuando creía que por fin lo tenía entre sus manos, se desvaneció— será por las malas, ¿Pero qué?

No había rastro de él, pero en aquel momento, si no le tenía a la vista, dejaba de ser importante. Comenzó por desconectar la maquinaria, intentando evitar un desastre mayor. Mientras iba sofocando los fuegos mayores su cabeza fue divagando en otros asuntos ¿Acaso podía Heatwave moverse entre el fuego? ¿Crear ilusiones? La droga que le habían dado lo había mejorado, pero aun era experimental ¿Tenía Heatwave poderes latentes hasta el momento de ingerir la fórmula?

Siguió corriendo. Cuando por fin pudo oír la sirena de los bomberos salió rumbo al norte, ¿Cómo les iría al Amo de Espejos y al resto? ¿Habrían capturado ellos a Heatwave ya? En el bloque de edificios, al menos, ya habían llegado los bomberos.

—Que nadie entre, yo me ocupo de evacuar a todos—Flash advirtió al mismo jefe de bomberos con el que había tratado no más de tres horas atrás.

—De acuerdo —respondió éste—.

Siguió el mismo procedimiento que había utilizado con el primer edificio al que había acudido aquel día. Tenía memorizado el procedimiento y esta vez no se encontró con Heatwave, por lo que acabó en apenas dos segundos.

—Hecho jefe, todo suyo—dijo, con lo que volvió a desaparecer, corriendo rumbo a Central City.

No le costó demasiado encontrar los otros dos incendios, que ya estaban siendo controlados por sus accidentales colegas.

—¿Has tenido suerte corredor?—el Hechicero del tiempo sofocaba la mayor parte de los incendios, concentrando su lluvia.

—No sé si fue suerte, pero vi a Heatwave.

—¿Exactamente dónde?—Plunder permanecía inmóvil mirando lo que quedaba de las llamas. Era el único que no tenía ninguna forma de ayudar a sofocar el fuego. Incluso Trickster tenía algún que otro truco para evitar acabar carbonizado.

—Apareció unos segundos delante de mí, cuando quise alcanzarlo se esfumó como si nada.

—¿Cómo si fuera una ilusión? —el Amo de Espejos parecía exaltado— Atento West, calle Ecclestone número 16, Murray 42 y en el Mercado Central, un puesto que está cerrado, Mr. Spoo. ¡Corre West!

Una vez más estaba en marcha, prestando más atención a su instinto que a las palabras del Amo. Doscientos metros desde su punto de partida captó por completo aquellas palabras. Eran direcciones. Mr. Spoo estaba en Central City, por lo que fue el primer lugar que registró, sin llegar a encontrar nada. Tampoco tuvo suerte con la calle Murray, pero finalmente, medio segundo después, dio con Heatwave en la calle Ecclestone.

—Al fin, te encontré.


—Pensaba que nunca llegarías.

—No caí en la cuenta. Muchos incendios, en diferentes lugares, “hermosos” ¿Verdad? Pero no me daba cuenta, necesitabas verlos. Disfrutas viendo como arde todo Heatwave. Pero aquí se acaba todo, entrégate, puedo ayudarte.

—El Amo lo llama la Sala de Espejos. Simplemente había oído hablar de este lugar en una conversación, nunca me lo enseñó, por eso sabía que no se le ocurriría mirar aquí. Sin embargo yo, puedo verlo todo. Es hermoso sabes, el fuego. Danza y ruge, de la forma más graciosa que puedas imaginar.

—No necesitas convencerme Roy (7), pero yo puedo ayudarte.

—Ni quiero ni necesito ayuda, Flash. En cambio, tu...



La llamarada cegó al velocista, aunque sintió que el foco del calor rápidamente cambió de dirección, cambiando el estar enfocado a sus ojos para pasar directamente al suelo. El fuego de Heatwave podía fundir incluso las botas de Flash, frenándolo, por lo que Wally se puso en movimiento. No le gustaba retroceder, pero es lo que pedía la situación en aquel momento. A la velocidad del pensamiento el villano le tomaba la delantera. Pequeños explosivos convirtieron el suelo del lugar en un escenario de volcánico, el suelo estaba al rojo vivo.

Wally atravesó las llamas, para ver finalmente como Heatwave saltaba a través de uno de los espejos de la habitación, el único intacto en realidad, sin ninguna rotura ni deformación, que había permanecido tras él en todo momento. West no se lo pensó dos veces y siguió los pasos de su presa. La sensación fue extraña al introducirse en el espejo, diferente a la que había sentido junto al Amo y el resto de la Galería de Villanos aquella misma tarde. Se encontraba en al aire tras haber saltado literalmente, casi flotando, notando como sus movimientos casi se detenían, como si alguien hubiera pulsado el botón de pausa para luego mover la cinta hacia delante a cámara lenta. Eso le agobiaba.

En aquel momento sintió una mano sobre su hombro y todo volvió a la normalidad

—Perdona Flash, pero este lugar es nuestro último recurso de huída—la mano era del Amo de Espejos, al igual que la voz—. Aquí tus poderes no valen nada si yo no quiero.

Wally miró a un lado y a otro. El lugar era una reproducción exacta de Central City, pero, como había dicho el Amo, la única diferencia era que sus poderes le poco servirían allí.

Heatwave volvió a aparecer ante ellos. Aunque su instinto le decía que debía huir, su aumentado intelecto sabía que ya no tenía sentido seguir corriendo, no con Flash en un lugar abierto y sin tener un plan previo para detenerlo. Fue el Hechicero del Clima el primero en atacar a su amigo. La lluvia lo caló hasta los huesos, en un intento por reducir su capacidad.

—¿Estás loco Mardon (8)? Mi fuego no se extinguirá con unas gotitas de agua.

Trickster se adelantó, demostrando por qué era alguien a tener en cuenta, pese a sus alocadas acciones. Mientras Heatwave apuntaba al Hechicero el joven tramposo lanzó una extraña bola de color verdoso, con una puntería espectacular, dando en el gatillo de su ex compañero. Aquel producto rápidamente comenzó a crecer, cubriendo no solo el gatillo, sino también la mano de Heatwave.

—Productos paralizantes reserva de Trickster, ¿A que mola?

—No podrá con todos, ya no. Sobras aquí Flash, nosotros nos encargaremos de nuestro amigo, se acabó la tregua —El Amo de Espejos empujó a Flash, que cayó en un portal recién aparecido en el lugar, desapareciendo—. Vamos Mick, acabemos con esto.

Varios duplicados del Amo aparecieron detrás de Roy, sujetándolo e inmovilizando la mano que le quedaba libre. El Amo original dio seguidamente una orden, a la que respondía Plunder. El tirador rápidamente modificó una de sus armas, cambiando el cargador por una munición menos mortífera. Aquel somnífero podría derribar a un elefante en tres segundos, una ballena en cinco y posiblemente a un gran saurio en ocho o diez. Heatwave se desplomó instantáneamente.

—¿Y ahora qué?—preguntó el Hechicero.

—Necesitamos curar su enfermedad, o al menos su locura—respondió el Amo.

—¿Las instalaciones militares?

—Podrían estar esperándonos Mardon. Además, quizá sea el momento de reunir a los viejos amigos, ¿No sigue Alchemy en Iron Heights?
FIN



Referencias:
1 Debido a que viene de un mundo espejo, aparecido en el arco argumental Wonderland.
2. Blacksmith fue líder de los villanos recientemente, descubriéndose al mismo tiempo que, durante años, había mantenido una organización, la Red, que traficaba con todo tipo de artilugios para los villanos.
3. Nombre real de Viga.
4. Las habilidades de Wolfe consisten en la contracción muscular de los seres vivos, pudiendo generar espasmos dolorosos en otras personas.
5. Estando expuesto al aire, la oxidación que Viga sufre continuamente le causa un gran dolor. Esto pudo ser paralizado en un determinado momento gracias a los poderes magnéticos de Magenta.
6. Inédito en DC.
7. Mick Roy, auténtico nombre de Heatwave.
8. Mark Mardon, auténtico nombre del Hechicero del Clima.

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