Ironman nº09

Título: Reconstrucción (I)
Autor: Lobo Rojo
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Febrero 2010

Algo malo ocurre con Ironman y será necesario la colaboración de muchos de sus aliados y amigos para tratar de solucionarlo. ¡Comienza la reconstrucción de Ironman!!
Prólogo:

La figura acorazada del vengador conocido como Iron Man desciende hacia la sede de Soluciones Stark manteniendo una titubeante trayectoria, hasta que, finalmente, como si fuera una marioneta a la que hubieran cortado los hilos, o un hombre que ha llegado al límite de su fuerzas, el pesado cuerpo cae sobre el terreno asfaltado, rebotando sobre la roca hasta detenerse en seco a los pies de la puerta principal del edificio.

“¡Tony!”, “¡Jefe, cómo te encuentras?”

Las voces de sus empleados y amigos parecen oírse en la lejanía. Los ojos entrecerrados de Tony Stark ven a través de las ranuras de su casco como las figuras de Sandra Singer y Tom Blake se acercan hacia él con gesto preocupado. El dolor que siente su cuerpo es intenso. Semiinconsciente se apoya en el corpulento Blake y camina como puede hacia el interior del edificio.

- ¿Qué ha pasado? – Pregunta Singer.

- Me enfrenté a los malos…

- ¡Te advertimos que no fueras, que esperases a estar repuesto de tus heridas! ¡Te llevaste la peor parte en el combate entre El Destructor y los Vengadores(1)! – Le chilló Singer alarmada.

- Cuando comenzaste a reparar la armadura no pensamos que fueras a utilizarla tan pronto. – Le recriminó Tom Blake. – Tío, te han dado una buena…

- Te equivocas, ¡coff…! ¡coff…! Vencí. ¿Acaso no soy… el, invencible… Iron Man? – Y sonrió dolorosamente bajo la máscara de metal.

- Lo que eres es “el incorregible Iron Man”. Arriesgar tu vida así… - Replicó Sandra.

- Era el momento de acabar con Jason Hammer y su conspiración. No nos molestará más… (2)

Minutos después en el despacho personal de Anthony Stark, el maltrecho millonario comenzó a despojarse de su armadura.

- ¡Ups! Jefe, parece que tu traje de lata pierde aceite… - Señaló Blake al ver un líquido verdoso desparramarse sobre el suelo del despacho. - ¿No será inflamable?

- Es el “Líquido H”... – Contestó Stark. – Inofensivo, aunque todavía no se si esta alfombra persa pensará lo mismo…

- Llamaré al servicio de limpieza. – Comentó Sandra dirigiéndose al intercomunicador.

- No, todavía no. – Le interrumpió Stark - Primero voy a sentarme, y disfrutar de un buen bourbon. Tengo la garganta seca…

Blake y Singer se miraron contrariados mientras su jefe, cojeando, se acercó hacia el mueble bar. Tras abrirlo, Stark acarició con los dedos su colección de botellas, musitando una canción, sus perspicaces ojos se detuvieron en una botella en especial, no por su contenido, sino por el reflejo deformado que aparecía sobre su superficie. Tres figuras habían entrado en la habitación sin que nadie le hubiera advertido de ello. Las reconoció por el rabillo del ojo.

- ¿Vosotros? – Dijo intentado ocultar su vergüenza. – Sed bienvenidos, queridos amigos. – Ante él se hallaban mirándole con severidad, la doctora Jane Foster, médico de los Vengadores, y en ocasiones del propio Stark, y dos de sus más viejos amigos y camaradas de armas, Steve Rogers, el Capitán América y Henry Pym, Chaqueta Amarilla.

- Tony, tenemos que hablar… - Dijo el héroe de las barras y estrellas.

Un elegante millonario, playboy, extraordinario inventor y un poderoso industrial, es Tony Stark... Pero cuando se viste su metálica armadura, se convierte en la más poderosa máquina luchadora del mundo
Creado por Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby

- Torbellino, Dave Cannon, era inicialmente un criminal con el poder de girar sobre sí mismo a altas velocidades, lo que le llevó a asumir el nombre de Trompo Humano, y enfrentarse a mi amigo Henry durante sus días de Hombre Gigante. Su enemistad con Pym le llevó a enfrentarse a los Vengadores en multitud de ocasiones a lo largo de su carrera... Recientemente asaltó el Museo de Ciencias Antiguas en un intento de apoderarse de una valiosa obra de arte, y allí fue donde se enfrentó a dos de mis armaduras dirigidas por control remoto. En los viejos tiempos no hubiera sido enemigo para un Iron Man en plenas condiciones, pero…

- No lo achaques al alcohol, Tony, Cannon resultó ser un mutante, y sabes perfectamente que a medida que dominan mejor sus poderes se convierten en una caja de sorpresas. – Dijo el interlocutor de Stark.

- Es cierto, Len, Torbellino ya no era una mera peonza humana de “pega y corre”, ahora era capaz de crear tornados de diversas intensidades, lo cual supuso un verdadero desafío para las UCR…


- ¿UCR?

- Unidades de Control Remoto. Las armaduras vacías… - Stark tragó saliva. Miró hacia el mueble bar de la sala, vacío. Y siguió hablando. – El caso es que me vi obligado a intervenir personalmente…

- ¿Cómo estabas? ¿Sobrio, ebrio?

- Me… me había… servido una copa al levantarme… apenas dos sorbitos… No pensé que fuera a afectarme… Luego me ofrecieron otra en el plató de TV donde me entrevistaban antes de salir a escena, lo normal… No pensaba actuar como Iron Man.

- Pero lo hiciste…

- Sí, era una emergencia… Así que abandoné la entrevista y me dirigí al museo. La sangre se me heló cuando los mismos sistemas de la armadura que yo mismo instalé, me avisaron que daba positivo. No les hice caso, los desconecté, no podía permitir que Torbellino causase más daño. ¡Había vidas en juego!

- ¿No pensaste que tu intervención empeoraría las cosas?

- Sí. Siempre lo hago. Creo que es algo todos los aventureros hacemos. Pero la perspectiva de que algo malo suceda por mi inacción me parece peor… Una vez allí, no me podía detener.

- Eso es cierto…Pero, el caso es que, combatir con los reflejos abotargados por el alcohol contra un villano superveloz no es una de las mejores ideas…

- Enfrentarse a seres que te superan en poder, con todas las probabilidades en contra es una constante en nuestras vidas, y no por ello dejamos de hacerlo. ¿Len, cuántas veces has intentado detener a Hulk?

El doctor Leonard Samson miró fijamente a Tony Stark.



- Ms. Singer, he estado revisando su historial. – Comentó la Leyenda Viviente de la 2ª Guerra Mundial. – Es impecable… - Los ojos azules de Steve Rogers se clavaron en los de la mano derecha de Tony Stark intentando escudriñar su interior..

- ¿Pero? – Sandra Singer se sentía incómoda al ser examinada tan exhaustivamente. – ¿Qué es lo que no le gusta?

- Impecable. Tan perfecto que llegué a sospechar la posibilidad de que fuese un agente de SHIELD encubierto. Una charla con la actual directora de la organización desmintió mi teoría.

- ¿Cómo sabe que SHIELD no intentaría mantener mi tapadera?

- Lo sé. – Contestó el líder de los Invasores mientras recordaba su charla con Sharon Carter. – Lo que me lleva a preguntar más directamente ¿Para quién trabaja usted, Ms. Singer?




Tom Blake degustaba una cerveza en el bien provisto bar que Tony Stark reservaba para sus invitados. Mientras saboreaba su refrescante trago observó como la doctora Jane Foster se acercaba hacia él. Era una mujer muy guapa.

- ¿Quiere tomar algo doctora Foster? – Ofreció él.

- Una Coca Light, pero ya me sirvo yo. – Dijo alargando el brazo hacia el congelador.

La doctora se fijó en las tres botellas vacías que Blake ya había consumido. Miró de arriba abajo a Tom.

- ¿Usted es…?

- Blake, Tom Blake…, un buen amigo de Tony. Y su actual guardaespaldas.

- Cuando era enfermera trabajé una larga temporada para un Doctor Blake, Donald Blake.

- Puede que seamos parientes. Los Blake somos una familia muy extendida…

- La suya también… Pero no en los USA

- ¿Europeos? Creo que tengo algún primo lejano…

- Muy improbable que sea Donald… Su familia es muy selectiva. No se ofenda. - Dejó la lata en la barra. Y miró como Tom apuraba la botella hasta al fondo. - ¿Conoce a Tony desde hace mucho?

- Erh, sí… - Dijo dejando la botella en la barra. - Desde críos…. Nuestros padres eran amigos. - ¡De adolescentes saqueábamos sus bodegas! –Sonrió recordando aquellos tiempos.

-¿Sabes que Tony no debe beber? Es alcohólico…

- ¡Venga! Sólo disfruta de la bebida cuando se relaja… ¡Puede dejarlo cuando quiera! Si le afectase tanto no podría mantener todo esto… - Dijo señalando el lujo que les rodeaba.



En un laboratorio cercano, el doctor Henry Pym inspeccionaba las notas que tenía ante él, mientras el bioquímico hispano Floren Smith le miraba con nerviosismo.

- ¿Así que esto es el famoso “Líquido H”? – Comentó Pym sin levantar la vista de los documentos.

- Eh, sí, señor… Un fluido que inunda la armadura de Iron Man y los pulmones de su ocupante, suministrándole el oxígeno que necesita. Al sellar la armadura se solidifica en una forma gelatinosa que sirve de protección para su portador.

- Diseñado absolutamente por ti., ¿No, Smith?

- Sí señor. Es un líquido inofensivo…

- Dime, cuando lo diseñaste… ¿Sabías quien era el hombre que pilotaba la armadura?

- No. La identidad de Iron Man no era pública, solo la sabía el señor Stark.

Pym calló unos instantes. Hasta hace relativamente poco, casi nadie sabía que Tony Stark e Iron Man eran la misma persona. Solo los Vengadores más veteranos, y algunos de los colaboradores más íntimos de Tony. Obviamente Floren Smith no era uno de ellos.



– El Torbellino… Cuéntame como se desarrolló el combate. –Inquirió Leonard Samson.

- No fue muy diferente de muchas otras peleas. Él me arrojaba objetos pesados mediante sus tornados, y yo los evitaba e intentaba mantener a la gente a salvo. Cometí un error… Disparé dos proyectiles contra él sin tener en cuenta que los desviaría fácilmente con sus vientos contra cualquier edificio cercano. Afortunadamente no murió nadie… - Se mordió el labio. -En ese momento. – Stark permaneció callado unos momentos. Samson preguntó.

- Continúa, ¿Qué pasó después?

- Sufrí nauseas. Mi estómago se revolvió y Cannon aprovechó para lanzarme un autobús. A duras penas lo esquivé…

- ¿Y entonces…?

- El vehículo impactó contra el edificio tras de mí y causó un desprendimiento. Los sensores de mi armadura me indicaron que los signos vitales de una persona acababan de apagarse…

- ¿Qué hiciste?

- Tuve un estallido de rabia. Me lancé contra Torbellino con todas mis fuerzas, superé sus vendavales y lo cogí por su casco arrastrándole hasta los límites de la biosfera.

- ¿Sentiste ganas de matarlo?

- Por supuesto.

- ¿Por qué no lo hiciste?

- No... No soy un asesino…

- Eso es cierto.

- ¿Qué?

- No eres un asesino. Intentaste ayudar, Torbellino te lanzó un autobús y tú lo esquivaste. El autobús causó un desprendimiento que mató a Jenny Montoya. Pero fue Dave Cannon quien lo arrojó, no tú…

- Pero, si yo no hubiera intervenido… Montoya estaría viva.

- Y si Dave Cannon no fuera criminal también. Tú intentabas hacer algo bueno, él no. ¿Y si en su próximo crimen muere otro inocente…? ¿Te sentirás culpable por no haberle matado? Tony, no eres un asesino.

- Pero había bebido…

- Sí, ese es otro problema que tenemos que tratar, y probablemente el más duro y más difícil de solucionar. Pero ahora estamos analizando tu sentimiento de culpa. Déjame que te explique, Tony, si a una persona le arrojan un objeto, instintivamente se aparta. Pocos son los que se detienen a pensar que ocurrirá si lo esquiva. Nadie está obligado a recibir el impacto. Dejémoslo claro, no eras un policía de servicio bebido, lo cual sería sancionable, sino una persona con unas copas de más intentando ayudar…

Por la mente de Stark pasó una imagen de años atrás de un vagón de tren cargado de gas tóxico y como su intento de ayuda casi desencadena una catástrofe. Aquello sí que realmente fue culpa suya…


- ¡Bien! ¡Creo que ya es suficiente por hoy! – Dijo el psiquiatra. – Creo que ha llegado el momento de relajarse y descansar. – Samson abrió la puerta de la habitación a Stark, y esta se inundó con la radiante luz solar. - ¿Dime, Tony, de verdad toda esta isla es tuya? - Samson y Stark acababan de salir del interior de un bungalow y ante ellos se desplegaba una extensa playa rodeada de palmeras a un lado y el mar Caribe al otro. Diversos bungalows se erigían a lo largo de la costa

Sí, claro, ¿Tú no tienes la tuya? – Bromeó - Todo el mundo debería tener una. – Y entornó los ojos enfrentándose al sol y la brisa marina. - Disfruta de la playa Doc. El quinjet de regreso a la civilización saldrá después del mediodía.



- Stark. – Contestó Sandra Singer con seguridad- Anthonny Edward Stark, ese es mi jefe. Él paga mis cheques y para él trabajo.-

El Capitán América miró a la mujer ante él. Era una mujer bonita, muy del estilo de Tony. Se preguntó si entre los dos habría algo que no sabía. .

- …Y no, no me he acostado con él, si eso es lo que piensa “mi Capitán”. – replicó ella como adivinándole el pensamiento - ¿Alguna pregunta más? Si no las tiene, me gustaría salir a disfrutar de la playa y el mar. Creo que me lo he ganado…

Rogers miró a la mujer ante él. No estaba seguro que pensar sobre ella. Lo cierto es que Stark siempre se había hecho rodear de colaboradores eficientes y él no tenía ninguna prueba contundente, tan solo sospechas.

- Adelante Ms. Singer. Disfrute del sol y del mar. Pero sepa una cosa, Tony Stark es un buen amigo mío y estaré vigilando que no le ocurra....

- Tony Stark es un hombre que sabe cuidarse, y que no necesita ningún tipo de niñera. Como usted debería saber mejor que nadie Mr. América… – Le interrumpió ella antes de abandonar el bungalow en el que estaban.

- ¡Uff! – Exclamó l Capitán América al verla marchar. - ¡Realmente Tony sabe elegirlas!



- ¡Está usted muy equivocado, Mr. Blake! – Gritó la doctora Foster indignada. – Tony Stark ha sufrido al menos dos crisis alcohólicas en la última década. La segunda de ellas le arruinó, y le hizo perder todo lo que tenía. –calló unos instantes y prosiguió. -Es cierto que bajó al infierno y regresó. Tuvo suerte, el 90 % se quedan en el camino. – Miró al hombre ante él y suavizando el tono continuó. - Tom, pareces un buen hombre, dices que eres un buen amigo de Tony. No puedes estar bebiendo de esta manera a su alrededor, es, es una tentación… Que no necesita.

Tom Blake se quedó callado durante unos minutos sin saber que decir. El busca de la doctora Foster sonó en ese momento.

-¿Dr. Pym…? Henry, sí ahora mismo voy hacia allí.



Tony Stark caminaba descalzo por la orilla del mar, su orilla. Su mente pensaba en la posibilidad de diseñar una nueva armadura, y en las nuevas innovaciones tecnológicas que esta podría tener. Visualmente quizás debería cambiar el rojo y dorado por otra combinación… Bueno, ya lo vería cuando estuviese manos a la obra. Hacía calor y tenía sed… Estaría bien una cerveza fría, si Tom no se las había bebido todas, pero tendría que conformarse con un refresco o mejor con un zumo de frutas exóticas…No estaban las cosas para pegar un trago, no con tanto invitado. El sonido de su móvil le interrumpió. Reconoció el número enseguida.

- ¿Pepper? Cariño, cuéntame….. ¿Cómo ha ido todo?...... ¿Están a punto de firmar?....... ¡Eso es fantástico! ¡Sabía que podía contar contigo y con Happy!....... Mándame un e-mail con las condiciones a negociar. Lo miraré y veremos en que podemos ceder…..…En cuanto vuelva a Nueva York tendremos que reunirnos a celebrarlo….Sí, sin alcohol, por supuesto… Un beso muy fuerte y un abrazo de oso a Happy. Os he echado de menos un montón. …. Sí, yo también os quiero…..Nos vemos pronto.

El brillante industrial cortó la comunicación, su paseo durante la conversación le había llevado hasta el determinado bungalow al que se dirigía. Aunque todos tenían la misma apariencia externa, en su interior cada uno estaba diseñado y decorado para un propósito, fuese lúdico, científico, o de cualquier otro tipo. En este caso, al penetrar en su interior el vengador dorado se encontró ante un verdadero y sofisticado hospital dotado de los más avanzado aparatos tecnológicos. Al verle llegar dos bellas enfermeras salieron a recibirle esbozando amplias sonrisas.

- ¡Mr. Stark! No le esperábamos. –Dijo una.

- ¡Tony, que buen aspecto tienes! – Añadió la segunda, más familiarizada con el hombre que pagaba sus cheques.

- Patty, lo que vuestros cuidados y los de la doctora Foster no puedan conseguir…

- Buenos días Shirley, - Dijo sonriendo a la más nueva. – Y por favor, llámame Tony. – Luego, cambiando el gesto conciliador por otro más preocupado, preguntó. - ¿Cómo está el paciente?

- Está totalmente fuera de peligro. Y he de decirte, Tony, que emplea prácticamente los mismos trucos para flirtear que tú. – Informó la enfermera Patty.

- Tiene las manos un poco largas, Señor Stark. – Añadió Shirley. – Incluso escayolado.

- Tony, llámame Tony, por favor Shirley. – Dijo sonriendo. - ¿Puedo pasar a verle?

- Por supuesto, le vendrá bien. –

Tony Stark pasó a la siguiente sala, en ella, en medio de una comodísima cama de hospital, se hallaba postrado otro de sus más queridos amigos…

- ¡Rhodey… ¿Cómo te encuentras veterano? – Saludó alegremente el inventor.

Al verle llegar, el aburrido estado de ánimo de James Rhodes(3) cambió, y una amplia sonrisa iluminó su rostro.

- ¡Tony, viejo! ¡Perdóname que no me levante a darte un abrazo, pero es que estás escayolas no me permiten grandes movimientos!

- Eso no es lo que dicen tus enfermeras… - Bromeó él, - ¿Cómo te encuentras? - Y se sentó a su lado mientras se estrechaban las diestras como gesto de amistad.



En otro Bungalow de la isla, este acondicionado con un moderno laboratorio, el Doctor Henry Pym reunido con la doctora Jane Foster y el psiquiatra Leonard Samson observaba un video protagonizado por su paciente, anfitrión y sobre todo, amigo, de Tony Stark.

"Mi chip me permite controlar varias facetas de mi vida y por supuesto las seis armaduras de Iron Man, pero claro, también tengo acceso a Internet, por lo que mis sistemas neuronal o nervioso podrían ser atacados por algún tipo de virus preparado exclusivamente para ello. La solución fue muy sencilla, me hice instalar un antivirus que se actualiza junto con los códigos de seguridad cada doce horas. Asegurándome así, la protección contra un posible ataque externo a mi cerebro. Tras solucionar este tema me vino otra duda, la magia o los ataques psíquicos. Para lo primero solo tuve que hablar con Stephen Extraño, más conocido como Dr. Extraño, quien me protegió contra cualquier tipo de magia o hechizo, y para lo segundo me implanté un sistema de protección que no permite a las personas con poderes mentales entrar en mi mente. Así que no hay de qué preocuparse, nada puede afectar mi cerebro."

- Excepto él mismo - dijo Samson.

Henry Pym y Jane Foster hicieron ademán de escucharle. Samson se interrumpió un instante al notar a otra persona en el quicio de la puerta tras ellos.

- Continúa Len. - Dijo el Capitán América muy interesado en las conclusiones del psiquiatra.

- Está claro, tener un microchip incorporado a su cerebro que le permite desviar su atención a varias cosas a la vez, como manejar varias armaduras, aunque en un principio no parecía tener efectos secundarios, disminuía su concentración mental, - Miró a todos los presentes para ver si seguían su razonamiento - y por tanto, debilitaba su fuerza de voluntad, algo que Tony necesita mantener al 100 % para enfrentarse a diario a su problema con el alcohol. En definitiva, Stark se había protegido de influencias externas, pero no de sí mismo.

- Así que su peor enemigo era él mismo. – Aseguró Steve Rogers. – Nuestras sospechas sobre sus nuevos ayudantes eran infundadas…

- No del todo, Capi. – Intervino Chaqueta Amarilla. – Tal y como sugeriste, analicé el trabajo del nuevo bioquímico de Stark, Floren Smith, esencialmente su principal invención, el “Líquido H”…


Ahora todos los presentes miraron atentamente al mejor bioquímico del mundo.

- El trabajo de Smith es fenomenal…, Floren supo desarrollar un fluido con unas propiedades asombrosas, de cara a la protección y mejora del hombre que vistiese la armadura de Iron Man. El problema es que jamás pensó que ese hombre fuese un alcohólico anónimo. Y cuando Stark reveló su identidad no se detuvo a pensar en sus posibles consecuencias…

- Explícate, Hank. – Le pidió el Capitán América intrigado.

- Steve, el “Líquido H”, el compuesto en el que se sumergía Stark al integrarse en la armadura, actuaba a través de los poros de la piel, y le provocaba una sensación de euforia y desinhibición que tenía el mismo efecto que esa primera copa que los alcohólicos deben rechazar a toda costa. Potenciaba su adicción al alcohol, incitándole a tomar otra copa cada vez que se despojaba del traje de combate.

- Si su concentración se dispersaba por el chip multitareas… y su euforia aumentaba... – Comentó en alto el veterano de la 2ª Guerra Mundial.

- Tony había entrado de nuevo en el círculo vicioso que todo adicto debe evitar. – Añadió Jane Foster.

- Y del que es muy difícil volver a salir... – Afirmó Samson.



A escasos metros del bungalow laboratorio, de nuevo en la playa, Tony Stark paseaba de nuevo por la orilla en dirección a otro de sus sofisticados bungalows. Tras visitar a su amigo James Rhodes, ahora en su mente daban vuelta las posibles innovaciones que podía efectuar en la armadura de Máquina de Guerra. El sonido de su móvil le sacó de su ensimismamiento. Leyó quien le llamaba, “Patricia Sanders”. Sonrió, tuvieron una cita hace ya más de un mes, y la prensa del corazón no perdió la oportunidad de atribuirles un romance. Fue una noche divertida. Mientras contestaba se percató de que Tom Blake caminaba hacia él.

- Tony, yo… - comenzó a hablar Blake, pero el gesto de Stark mientras atendía la llamada le conminó a callar, y a que le siguiera hacia el bungalow al que se dirigía.

- ¡Patty querida! ¿Cómo estás?...Sí, sí, yo también te he echado de menos… Fue fantástico, ¿Verdad?... ¿Repetirlo? ¡Por supuesto!...Ahora mismo no estoy en Nueva York….No, no se cuando voy a volver... ¿Trabajo? No, no, una cura de reposo… Sí, sí, estoy bien, lo peor ya pasó... ¿Un pase de modelos, en el Caribe? ¿Cuándo?... La semana que viene. Pues, precisamente estoy en la zona… Mira Patty, no te prometo nada, pero si me es posible me acercaré… Sí, sí te prometo que lo intentaré…De verdad… Bien, besos también para ti.

Tony cortó la comunicación. Miró entonces a Tom. Los ojos de este estaban algo rojizos, y se le notaba preocupado. Stark se preguntó que le podía pasar. Se detuvieron en la puerta del bungalow.

- ¿Tom, todo bien?

- Erhh... no se Tony. – Contestó él. – Haay algo que meee tiene preoqiupado.

- Dime, Tom. – Contestó el científico mientras intentaba evitar el aliento a cerveza que salía de su boca.

- Tus…tus amigos, Tony. – Dijo preocupado. – Tus amigos…

- ¿Qué les ocurre a mis amigos, Tom?

- ¿Es… están int-tentando i-investigar mi pasado? – Sus ojos enrojecidos se clavaron en las pupilas azules de Stark.

- Tom…pasa dentro y hablaremos. – El dúo desapareció en el interior del bungalow.



- Así que entonces, lo más conveniente sería extirpar el chip del cuerpo de Tony, y convencer a Stark para que prescinda del “Líquido H”.- Concluyó la doctora Jane Foster.

- Habría que convencerle. – Añadió Leonard Samson. – No podemos obligarle ¿O sí?

- No será difícil convencerle. – Comentó Chaqueta Amarilla – Tony siempre ha sido un hombre cabal. - Se fijó en el roso serio del Capitán América. – ¿Sucede algo Steve? Pareces preocupado. ¿Crees que Tony se negará?

- Eh, no, no. – Contestó el veterano. – Seguro que en cuanto informemos a Tony de la situación, él mismo se pondrá en manos del cirujano. Y luego además hará una armadura mejor.

- ¿Entonces?

- He estado investigando el historial de sus nuevos amigos y colaboradores y hay algo…




El potente ruido de una gran explosión en el exterior interrumpió las palabras de Steve Rogers.

En meros segundos el Capitán América saltó fuera del bungalow-laboratorio. Casi sin pensarlo, llevado por el instinto natural que se cultiva a lo largo de una vida de peligros, su indestructible escudo pasó de su lugar de reposo en la espalda hasta su brazo derecho. Ante sus ojos uno de los bungalows de la playa ese hallaba en llamas, y una columna de humo negro se erigía sobre él. Mientras evaluaba la situación escuchó el peculiar zumbido de las alas de Chaqueta Amarilla revoloteando a su alrededor. Sintió la corpulenta figura de Doc Samson acercándose a ellos.

- ¿Hank, ese bungalow es el que creo que es?

- Sí Capi, el que contenía el laboratorio personal de Tony...

- ¡Mirad, allí arriba, entre el humo, una figura! – Señaló Samson.

Todos los presentes vieron como sobre los restos humeantes del bungalow personal de Stark, una figura se mantenía tambaleante, indecisa, en el aire. Una figura que todos conocían bien… la figura acorazada de… ¡IRON MAN!

- Nooo, no voy a dejar que os entrometáis en mi vida! – Chilló el vengador dorado.



Sandra Singer corría hacia el lugar de la explosión, mientras terminaba una conversación por el móvil. – Zanahoria tengo que cortar. Parece que ha sucedido algo grave… Sí una explosión… No, los héroes todavía están aquí…. Sí el Capitán América también y ya te he dicho que sospecha demasiado. ..Tú me metiste en esto, sácame… Oye mira, tengo que colgar, hay una crisis… Ya hablaremos cuando termine.

A Sandra Singer nunca le gustó venir a esta isla. Sí, era un recinto privado y contaba con sus propias medidas de seguridad, pero ella era una profesional, y con Stark habiendo revelado su identidad secreta al mundo, un montón de amenazas supersofisticadas podían tenerle como objetivo. ¿Qué habría causado la explosión, un ataque aéreo? ¿Un satélite láser?

Según llegaba observó como el Capitán América y Doc Samson salían del laboratorio bioquímico, supuso que probablemente Pym revolotease en torno a ellos a tamaño insecto. Algo había destruido el laboratorio personal de Stark. Sobre los escombros pudo vislumbrar a su jefe chillando amenazador.


Un rayo repulsor impactó contra el escudo del Capitán América. El héroe de las barras y estrellas apenas parpadeó tras el impacto y haciéndose cargo de la situación ordenó a sus compañeros. – ¡Hank, Samson, está fuera de sí! ¡Hemos de reducirle sin hacerle daño!

En ese instante, otro repulsor acertó en el hombro de Doc Samson haciéndole caer al suelo.

- ¡Uf! Parece que él no va a tener los mismos reparos que nosotros. – Dijo el titán de cabello verde mientras se reincorporaba. – O control…

Ahora Chaqueta Amarilla volaba alrededor de Iron Man. Sus aguijones biolelectricos apenas hacían mella en su acorazado oponente. Pym lo sabía, tan solo buscaba crear una distracción.

Instintivamente el brazo de Iron Man se agitó en el aire, y a duras penas el hombre insecto esquivó el manotazo. Entonces el escudo del Capitán América golpeó con dureza al vengador acorazado, que perdió el control de su vuelo y aterrizó estrepitosamente.

- ¡Mi turno! – Avisó Samson.

- ¡Samson, no! – Intentó advertirle el Capitán América.

Demasiado tarde, Doc Samson saltó sobre el caído vengador con la intención de retenerle pero este se revolvió furioso y colocó sendas palmas de sus manos sobre el pecho del poderoso siquiatra. El chasquido de los repulsores sonó de nuevo, y el cuerpo de Samson voló repelido con fuerza por encima de la playa hasta hundirse en el mar a un kilómetro de la isla.

- ¡Tony, por favor, cálmate. – Intentó conciliar Steve Rogers. Chaqueta Amarilla creció a tamaño normal a su lado.

- ¡Dejadme en paz! – Gritó fuera de sí mientras les embestía torpemente. Rogers y Pym lo esquivaron con facilidad. Ninguno podía creer la situación en la que se encontraban...

Un pequeño gemido llamó entonces su atención. Provenía de las ruinas humeantes.

- Hank... – Comenzó a hablar el Capitán.

- ¡Estoy en camino, Capi! – Contestó Pym mientras reducía su tamaño para aumentar su velocidad de vuelo y buscar la causa del sonido.

El legendario supersoldado detuvo con su escudo el puño derecho del vengador dorado, y a continuación agachó la cabeza para esquivar el izquierdo. Aprovechó el movimiento de su contrincante para desplazarle por encima de sí y arrojarle estrepitosamente contra el suelo.

Mientras, Chaqueta Amarilla volaba sobre los escombros buscando el origen del gemido. Tras unos segundos localizó una figura semienterrada. A escasos metros se oía la voz del Capitán América dirigirse al enloquecido Iron Man.

- Al principio creí que tus movimientos erráticos eran causa del alcohol. Pero me doy cuenta por tu forma de moverte de que no es así…

Pym adquirió primero el tamaño normal, pero pronto se percató de que necesitaría más fuerza para retirar los escombros que atrapaban al herido. Adquirió tamaño gigante y clavando los dedos en los escombros comenzó a retirar material. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar la identidad del rescatado. Steve Rogers seguía hablando mientras esquivaba con facilidad los golpes del vengador dorado.

-… Te mueves así porque no sabes manejar el traje que vistes ¿Verdad, Tom?

El gigantesco Chaqueta Amarilla portaba en sus brazos a un seminconsciente Tony Stark.

- No…, no destruiréis mis esperanzas. – Amenazó Tom Blake desde detrás de la máscara de Iron Man. – No os dejaré. – Proclamaba mientras inútilmente intentaba golpear al Capitán América.

- ¡Tom, para ya! – Gritó Tony Stark.- ¡Detente, por amor de Dios!

- No os dejaré… - Dijo Tom sollozando. - Nonononono. – y cayó de rodillas al suelo desesperado.

Sandra Singer y Jane Foster se acercaron al grupo mientras Tony Stark procedía a desconectar las salvaguardas de la armadura, para despojársela a su viejo amigo.

- Parece que llegamos tarde. – Sonó una voz femenina sobre ellos. Todos los presentes alzaron la mirada para vislumbrar dos siluetas de pie sobre un reluciente objeto flotante. Una mujer pelirroja, y una brillante figura masculina en cuya metálica piel se reflejaban los rayos del sol del Caribe y a quien los héroes conocían muy bien.

- ¿Estela Plateada, qué hace aquí? – Preguntó Henry Pym.

Los ojos de Anthonny Edward Stark se abrieron de asombro al reconocer a la mujer que acompañaba al antiguo Heraldo de Galactus.

- ¿Bethanny? ¿Bethanny Cabe(4)?

- ¡Hola zanahoria! – Saludó divertida Sandra Singer a la antigua novia de Stark. – ¡Veo que al final te decidiste a venir!



Los minutos pasan. Tras los saludos, llegan las explicaciones. Todos tienen mucho que aclarar. Reunidos en el amplio bungalow que Stark emplea para grandes recepciones, el afortunado inventor explica a sus amigos algunos de los últimos acontecimientos, mientras un avergonzado Thomas Blake es incapaz de levantar los ojos del suelo.

- Tom es un buen amigo. – Resuena la voz de Stark. – Tan bueno, que, como guardaespaldas estaba dispuesto a asumir la identidad de Iron Man para reemplazarme. Desconocíamos que el Líquido H interactuaría con las cervezas que había tomado y le haría perder el control… Afortunadamente nadie resultó dañado… Ya ha pasado todo. Os pido por favor que no tengáis en cuenta el comportamiento de Tom. Yo asumo la responsabilidad de sus actos.

Stark calló unos instantes y miró a sus invitados por si alguno quería preguntar algo. Nadie lo hizo. La historia de Stark no cuadraba. La mirada que se cruzaron el Capitán América y Tony confirmó a Pym que había algo más. Pero nadie se atrevió a preguntar.

La charla deriva por otros derroteros. Tony Stark ha sido informado por Henry Pym, Jane Foster y Leonard Samson sobre el efecto que el “Líquido H” tiene en su fisiología y las incompatibilidades psicológicas que el Chip multifunciones injerto en su cráneo le causa. Y eso le lleva a tomar otra decisión.

- Está claro que debo prescindir del “Líquido H”. – Dijo con preocupación. No podía olvidar la muerte de Jennifer Montoya - Tendré que diseñar otra Armadura. Quizás cambie los colores. - Sonrió con optimismo. - En cuanto al chip. Ahora mismo estoy utilizándolo para acordar su extracción con el mismo equipo médico que me lo injertó. Será una de las últimas veces que lo utilizo.

El Capitán América sonrió al ver a su viejo aliado tomar las decisiones correctas. Notó como alguien se le acercaba por detrás y una mano suave y firme se posaba en su hombro.

- ¿Capitán América? – Dijo la voz que pertenecía a Bethanny Cabe.

- ¿Miss Cabe? – Steve Rogers conocía a la encargada de seguridad del cuartel general de los Defensores desde los tiempos en que estaba relacionada con Stark.

- Creo que ya conoce a mi amiga Sandra Singer… - Explicó Bethanny. – Una de mis mejores amigas y una de las mejores profesionales en el campo de la seguridad, aprendimos juntas, yo misma se la recomendé a Tony. Es una persona de toda confianza.


- Su historial era impecable. – Contestó el Capitán. – En SHIELD no sabían nada, y eso me llevó a sospechar…

- Su historial impecable es cierto y si no hay más sobre su vida es precisamente por su profesionalidad. – Contestó Bethanny. Ambos observaron que Sandra Singer se había acercado hasta ellos.

- Disculpe mis sospechas Ms. Singer. – Expresó Steve Rogers, - Algo externo estaba afectando a Tony, y tanto usted como Blake eran los recién llegados...

- Disculpas aceptadas, Capitán. Yo también hubiera actuado igual. En cuanto a Blake…

- Perdone Ms. Singer – Interrumpió el Capitán - pero el doctor Pym me requiere. ´

La reunión de amigos se prolonga durante unas horas en las que el personal doméstico de la isla Stark sirve comida y bebidas (no alcohólicas) a su patrón y sus invitados. Hasta que finalmente llega el momento de las despedidas.

Estela Plateada y Bethanny Cabe son los primeros en partir sobre el tablero cósmico del primero. Luego, Doc Samson, la Doctora Foster, el Capitán América y Chaqueta Amarilla suben a bordo del quinjet de los Vengadores.

- Hank, dile al Caballero Negro que cuando regrese a Nueva York, Iron Man estará dispuesto para militar de nuevo junto a los Vengadores. – Se despidió un agradecido Tony Stark mientras Chaqueta Amarilla cerraba la escotilla. - Da recuerdos a todos en la Mansión y un abrazo especial a Jarvis. Dile que no se preocupe, que estoy muy bien... Y estaré mejor.

El quinjet abandonó la isla rumbo a Nueva York. Tony Stark le observó alejarse hasta desaparecer. Entonces se volvió a sus empleados, Sandra Singer y Tom Blake que todavía permanecían a su lado.

- Sandra, sigues siendo la encargada de seguridad de mis negocios. ¿Verdad?

- Sí, Tony.

- Bien, mañana a primera hora quiero una reunión en el bungalow oficina. Tenemos mucho trabajo por delante. Así que descansa bien esta noche.

- ¡Buenas noches, jefe!

- Tom… - Y se volvió a al hombre con actitud enojada.

- Yo… Tony, lo siento mucho… Tuve miedo y… perdí el control.

Stark recordó la escena que aconteció en la puerta de su laboratorio personal unas horas antes.

- ¿Es… están int-tentando i-investigar mi pasado? – Sus ojos enrojecidos se clavaron en las pupilas azules de Stark.

- Tom…pasa dentro y hablaremos. – El dúo desapareció en el interior del bungalow.

- No tienes por qué preocuparte Tom, el Capitán América es de toda… - Antes de que pronunciara la palabra confianza sintió un dolor agudo en la cabeza y cayó inconsciente.


Podía deducir que Tom, dominado por el pánico, le golpeó y en un intento de protegerse quiso acceder a la armadura de Iron Man. El Líquido H aumentó el efecto del alcohol que había ingerido esa tarde, y se volvió todavía más inestable e irreflexivo. La pobre excusa dada a sus amigos apenas había sido creída, sin embargo, todos respetaron su teoría.

- ¿Cómo pretendes que mantengamos la tapadera de que eres mi guardaespaldas si casi me matas? He tenido que mentir a mis mejores amigos… por ti. ¡No vuelvas a ponerme en esa situación o lo lamentarás!

- Lo… lo siento.

- Está bien. Vete a descansar, mañana hablaremos…

Tony Stark quedó solo y mientras caminaba hacia su residencia particular en la isla se preguntó cuanto tiempo podría mantener la historia de Tom Blake. Una vez dentro de su bungalow privado notó que no tenía sueño. Abrió el mueble bar, miró su selección de botellas de gran reserva, sonrió, y optó por un refresco de cola. Mirando la lata, se dirigió hacia su mesa de dibujo. Allí comenzó a trabajar en los diseños de su nueva armadura, lo haría hasta que le llegase el primer bostezo. Esa era en realidad su pasión, su verdadera adicción.

Continuará…

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Próximo Número: La nueva vida de Tony Stark e Iron Man continúa. Algo más sobre el misterio de Tom Blake. Más viejos amigos, y también enemigos.

Referencias:
1 .- Durante la saga de El Crepúsculo de los Dioses, Iron Man combatió junto a los Vengadores contra el Destructor en Los Vengadores 13. Con su armadura averiada continuó colaborando con el equipo a través del sistema de comunicaciones desde la enfermería de la Mansión durante Los Vengadores 14-16.
2 .- Sucedido en el número anterior
3 .- James Rhodes, Máquina de Guerra, resultó gravemente herido durante el Crepúsculo al enfrentarse junto a otros héroes y villanos contra la monstruosa amenaza de Mangog, como se puede leer en Spider-Man: Crepúsculo 2 y 3
4 .- Bethany Cabe es una antigua guardaespaldas e investigadora privada que trabajó al servicio de Tony y terminó convirtiéndose en su amante. Ha sido uno de los dos grandes amores de Tony y, a pesar de haber roto, continúa siendo una de las personas más próximas a él. Fue creada por David Micheline y Bob Layton en Ironman vol. 1 #117 USA en 1978

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