Star Trek Spotlight nº04

Título: El Gambito de Dante (V y VI)
Autor: Guillermo Moreno
Portada:
Publicado en: Agosto 2012

¡Dos nuevas historias! la Uus Hermod persigue a la nave de Dante hasta el espacio de Bay-Lang, donde las dos naves iniciaran una contienda, la capitana Matsumoto no se detendrá hasta capturar a Dante ¡Sea como sea!
El espacio, la última frontera... Estas son las aventuras de los miembros de la Flota Estelar, hombres y mujeres valientes consagrados a velar por la seguridad de la Federación Unida de Planetas, a defender sus principios y virtudes... y a explorar, llegando donde ningún hombre ha llegado jamás.
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:
Creado por Gene Rodenberry


El Gambito de Dante Cap. V

Bay-lang, con toda su hermosura se manifestó ante él. Era, como recordaba, una esfera aguamarina, única y vibrante, y a su vez su más grande anhelo. Durante siglos, su casta había regido aquel mundo, ahora todos habían sido asesinados o desplazados, por las castas inferiores. Ideales corruptos como la igualdad, la democracia y la libertad habían infectado su mundo, sembrándolo de muerte y caos y sobre todo alejándolos de su Dios. Pero ahora él estaba allí, todo eso cambiaria.

— ¡Oh amada mía!— dijo — te muestras ante mí, vulnerable, temerosa y aun con el velo sobre tu rostro, pero no temáis, pues soy un cándido hombre y un tierno esposo. — masculló mientras observaba al planeta a través de la pantalla.

Pudo ver como los satélites de defensa y otras patrullas que se movían en su órbita sincrónica, sin saber que su gigantesca nave: la Restitución, se hallaba allí lista para desplegarse. Se preparaba para dar la orden de descubrirse, en su mente ya se veía como vencedor. Ninguna nave del planeta, ni los satélites de defensa o las minas orbitales podrían hacerle frente a su nave, la cual tenía la mejor tecnología que los Romulanos y sus aliados, podían ofrecer.
Una vez que destruyera las defensas descendería con su nave a cierta altura y desde allí se transportaría a la superficie con sus tropas de choque. Los fieros Nausican, los brutales Gorns, los silenciosos Remanos y claro está los soldados Dacteri de la casta guerrera. Todos ellos parecerían a su confundido pueblo, como demonios, terribles bestias surgidas del averno, pero tan disciplinados y plegados a la voluntad de él, que nadie dudaría de sus cualidades paranormales… NO, paranormales, no. Divinas.

—Señor los sensores detectan una firma de energía inusual, es una nave estelar. —dijo el oficial táctico.


El Gambito de Dante Cap. VI

Una Kuriko con el ceño fruncido, observó como aquella nave se descubría. Tal como había predicho, Dante se revelaría antes de saludar. —Eres como un pavo real. — masculló ella mientras observaba con detalle el chasis.

La nave del dacteri, tenía una forma inusual, le recordaba en cierta medida a las naves del Dominion. Estas tenían las barquillas Warps incorporada a la parte posterior de la nave, dándole el aspecto de la parte posterior de un insecto. Igual que aquellas naves, la de Dante tenía una retaguardia amplia, que se unía a otra parte un poco más pequeña al frente, de la cual surgían a su vez cuatro largas extremidades, parecidas a tentáculos. Kuriko y muchos de los miembros de puente pensaban que tal vez estaban viendo la nave desde atrás y no por delante; pero sabían que los sensores no se equivocaban.
Todo con Dante era inusual, aquella era la razón por la cual lo odiaba. Hacía mucho tiempo, mientras se llevaban las pláticas de paz, donde la Federación medió entre el Directorio de Bay-Lang y la Unión Cardassiana, allí una complaciente Kuriko cedió al candor de un joven paje llamado Dante.
Recordaba aquellas fechas, como si fuese ayer, pues eran sin duda un estigma que ella cargaba. Tratando de ser obsequiosa, había bajado la guardia y dejado que aquel joven inusual e interesante la envolviese en su red, en poco tiempo ella y otros miembros de la tripulación, habían sido seducidos por su encanto. No sabía cuál había sido la intensidad, que la relación de Dante y los otros tripulante habían tenido, pero la de ambos había sido realmente intensa. Dante, la había entendido a cabalidad, la había leído como a un libro y había dicho lo que ella quería escuchar. El dacteri se había percatado, que ella, como todos los individuos en puestos de verdadero poder, estaba realmente sola. Conociendo aquel defecto, se había decidido a llenarlo o mejor dicho a fingir que lo llenaba.

Kuriko evocó las largas e intimas conversaciones, los besos y las caricias, los momentos de debilidad y las promesas. Y no pudo hacer nada más que sentir asco y odio. Frente a Dante había vuelto a ser la niña desvalida que había perdido a su padre a temprana edad; frente al dacteri, había sido ella de verdad. Aquello no habría sido pernicioso con otro hombre, además habría sido hasta deseable, lo único malo era que aquel hombre se había aprovechado de esa situación.

El chasquido del saludo sacó al capitán de su ensoñación, y mecánicamente ordenó que el mensaje se transmitiera a la pantalla principal.

—Capitán Matsumoto— dijo obsequiosa y alegremente el alienígena. — ¿a qué debo el placer?

—Señor Dante, usted estaba bajo arresto por crímenes cometidos contra la Federación Unida de Planetas. Prepare su nave para ser abordada o en su defecto entréguese por las buenas.

—No reconozco ninguna autoridad Federal— replicó el aludido— Y, a estas alturas de la vida, querida mía deberías saber que no respondo ante nadie. Yo tengo una mejor oferta, saca tu nave del soberano espacio de Bay-Lang, donde no tienes jurisdicción y dejaré que esto pase como un incidente menor.

—No está usted, en situación de negociar— replicó Kuriko sin perder la compostura.

—La Restauración es superior a la Hermod, no me amenace. Además, si hace algo usted estaría violando los valores de su federación, los cuales sino me falla la memoria, todos tienen en alta estima.

Kuriko sonrió frente aquella respuesta; Dante le recordaba que la conocía muy bien. Se sentía seguro y orgulloso o fingía estarlo, pero en el fondo ella sabía que no era así. —Sabes que te estoy leyendo como a un libro, tienes miedo y por eso te vales de esos artilugios legales— se dijo la capitana

—No lo advertiré de nuevo. Entréguese o comenzará algo que no podrás detener. Obviamente tu plan ha fallado, ríndete y tendré piedad de ti. Estarás más seguro y cómodo en nuestra prisiones. Te protegeremos de tus amos romulanos, como el indefenso cachorro que eres.

— ¿Cómo te atreves, mocosa?— replicó el dacteri, realmente furioso. — ¿Cachorro? ¿Cachorro? ¿Cachorro? ¿Cachorro? ¿Cachorro? ¿Piedad? ¿Piedad? ¿Piedad? ¿Piedad? ¿Piedad? Tú serás la cachorra, te capturare y te pondré un gran aro al cuello, te tendré desnuda y haré que toda la tripulación…

Dante no pudo terminar de proferir sus amenazas, pues a una señal suya la capitana le había cortado en seco.

—Alerta Roja, todo el mundo a sus estaciones de batalla. — Ordenó una sonriente Kuriko.

Continuará…
Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario