Los Defensores nº19

Título: ¡Doble Lucha!
Autor: John Schneider
Portada: Jose Baixauli
Publicado en: Octubre 2012

Todo se complica en el conflicto de los Defensores en el espacio cuando aparece en escena el señor de la dimensión oscura: ¡Dormammu!
El Doctor Extraño. Hulk. Estela Plateada. Namor. Poderosos guerreros que no encajan en ningun lugar. Cuatro héroes que se reúnen sólo cuando la Tierra se enfrenta a las mayores amenazas. Ellos son el "no-grupo" más famoso de la historia. Ellos son...
Creado por Roy Thomas y Ross Andru

El Hechicero Supremo contempla a su recién aparecido adversario con una calma fruto de años de meditación. Sin quitar ojo de su fatigada compañera, se sitúa entre ambos para protegerla y ante todo distraer la atención del todopoderoso Dormammu, antiguo señor de la Dimensión Oscura.

- Sabía que acabarías por volver, la única incógnita era cuándo. Las criaturas sedientas de poder como tú siempre vuelven, pues nunca aprenden la lección de la humildad.

- Dice el orgulloso protector de esta dimensión, el mismo que ha permitido que se haya activado un artefacto que ha posibilitado mi ansiada venganza.

- Y tú, el poderoso Dormammu, estabas tan furioso por tu última derrota, que no te importó usar un medio ajeno para entrar en esta dimensión.

- JAJAJA

La risa estentórea del señor de la dimensión oscura estalla como una serie de explosiones concatenadas, una traca siniestra cuyo objetivo es amedrentar a sus enemigos. Los soldados shi’ar retroceden cautelosamente, para tomar posiciones bajo la guía de Kilowog, al que no le impresiona la nueva amenaza. Con el anillo presto, pero procurando no gastar la escasa energía que le resta, organiza sus fuerzas buscando la estrategia más efectiva.

- Desplegaos, no debemos ofrecerle objetivos fáciles. Quiero que tenga que pensarse el atacarnos y que nosotros podamos concentrar nuestro fuego en él. Lo bueno de vérselas con alguien tan grande es que ofrece un blanco perfecto.

El temible Dormmammu apenas les dedica una mirada antes de ignorarlos como una banda de insectos aunque Kilowog le intriga, puede sentir que no pertenece a esta dimensión. Otro viajero errante, aunque eso sea lo único que tienen en común pues el destronado amo de la Dimensión oscura se ve muy por encima del alienígena del anillo verde.

- No he sido el único que ha empleado este artefacto para viajar, Extraño, ¿o ya te has olvidado de tus amigos? Si no has perdido facultadas desde nuestro último encuentro debería poder percibir sus rastros y por débil eco que llega desde su actual localización, no lo están pasando bien. Quizás quieras ir a rescatarlos.

- ¿Es eso una oferta de paz? ¿Acaso el temible Dormmammu no desea la revancha? Me cuesta creer que la sensatez supere a tu furia, reconozco que no sería la primera vez pero no dejaría de sorprenderme.

- Un gobernante debe saber tomar decisiones y no dejarse llevar por la ira. No obstante, tienes razón. Tenemos una cuenta pendiente y la voy a cobrar ahora mismo. Eres libre de enviar a tus compañeros a rescatar al resto, pero tú…SENTIRÁS MI IRA.

Una llamarada conjurada por el temido Dormmammu es la plasmación más elocuente posible del resentimiento que ha ido acumulando en su vagar por dimensiones, a menudo desiertas de vida y magia. Tan sólo los escudos del bondadoso Serafín evitan que el Doctor Extraño y la Hermana Nada sean abrasados.

Un rayo plateado impacta en el derrocado señor de la Dimensión Oscura, un toque de atención cortesía del ex heraldo del devorador de mundos.

- Tus amenazas no me impresionan, te hemos derrotado con anterioridad(1) y volveremos a hacerlo.

- Siervo sin amo, tu osadía te costará…

Un temblor originado en el interior del artefacto interrumpe la frase, de la que de todas formas ya conocían el final. El temido Dormmammu se estremece, pues intuye que el mismo mecanismo que lo ha salvado de un eterno vagar por dimensiones áridas y miserables podría volverse contra él y enviarle a algún lugar ignoto, como hizo antes con cierto gigante y dos miembros de los Defensores.

Al ser absorbidos por el artefacto, se precipitaron a un vacío lleno de luces brillantes, dejando atrás el portal por el que había entrado su descomunal enemigo cerrado. Éste, que parecía tan desorientado como ellos, parecía haber perdido todo interés por pelear y estaba más preocupado por hallar una salida. Arrastrándolos con él, se precipitó al interior de una luz especialmente cegadora y es ahí donde nos reunimos con el Exterminador de Demonios y Mantis.

El lugar es un océano esmeralda que se extiende hasta donde alcanza la vista. Por doquier hay bloques de un material rugoso flotando, a modo de islotes. La criatura los observa a través de sus tres ojos plateados y avanza saltando. Mantis y el Exterminador le siguen a una prudente distancia.

- ¿Crees que el grandullón se ha olvidado de nosotros?

- Esta cree que tiene ahora prioridades más acuciantes.

- ¿Volver junto a sus amos?

- Puede, si es que sabe quiénes son y no es tan sólo una marioneta accionada a distancia.

- Ahora mismo así es justamente cómo me siento.

- No desesperes, esta está segura de que saldremos de este extraño mar.

Como si estuviera atento a lo que decían, el gigante se detiene de pronto en uno de los islotes y se da la vuelta, dirigiendo sus tres ojos hacia ellos. Abre su boca, dejando a la vista los remolinos de rocas afiladas, y levanta ambos brazos hacia un cielo opaco, carente de estrellas.


Muy lejos, a través del ojo de un cíclope, el androide conocido como Dynamic Man pregunta intrigado a su compañero.

- ¿Qué le ocurre al gigantón? ¿Es que se ha perdido o no sabe qué hacer? Si le tiene miedo a esos dos que ha llevado consigo, le perderé cualquier respeto que pudiera tenerle.

- El truco de la capa le ha hecho daño y acaba de comprender que está muy lejos de su hogar, está acostumbrado a recibir órdenes y eso es exactamente lo que está reclamando.

- Podrías ordenarle que nos libre de esos dos, esa mujer verde me da mala espina.

- Y con razón, sé lo suficiente sobre ella para saber que no quiero que se entrometa en nuestros asuntos, así que considera tu petición aceptada. –Hace un gesto con las manos sobre el ojo. – Eso nos deja el otro frente abierto.

- ¿Crees que tendrán la decencia de liquidarse mutuamente y dejar el aparato operativo?

- ¿Y perder la ocasión de poner a prueba nuestra creación frente al poder combinado del Hechicero Supremo y del temido Dormmammu?

- Tienes razón, pero ¿cómo harás para que unan sus fuerzas? Ahora mismo parecen más bien decididos a resolver sus diferencias.

- Mira y disfruta.


Mantis es la primera en darse cuenta de que el gigante ha cambiado de planes.

- Esta cree que debemos prepararnos para combatir.

- ¿Qué?, ¿y cómo puñetas se supone que vamos a hacerlo? Estamos en otra dimensión, solos y ese bicho creo que nos supera.

- Tu capa es la clave.

- Genial, gracias a mi capa hemos acabado aquí…

Antes de que pueda completar la frase el gigante salta hacia la isla en la que están ellos. Sus ojos brillan con una determinación que había perdido al ser absorbido por el aparato. Aparato al que miran con igual preocupación sus compañeros y Dormmammu. Stephen Extraño toma la palabra como líder del grupo y protector de nuestra dimensión.

- Sabes tan bien como nosotros que ese artefacto es una grave amenaza. En otras circunstancias enviarte de vuelta a tu merecido vagar entre dimensiones sería mi prioridad, pero aquí y ahora, no lo es.

- No soy estúpido, mago, además quiero saber quién está tras ese artefacto y si liberación tiene algún motivo oculto. Soy el Amo de la Dimensión Oscura, no un vulgar peón al que manejar a capricho.


En la superficie del aparato, centro de sus miradas, vuelven a surgir portales. El primero en avistar la nueva oleada de criaturas es el ex heraldo de Galactus, que reacciona descargando rayos de energía cósmica sobre el artefacto. Como antes, los daños son reparados, aunque el tiempo y esfuerzo que le suponen parecen haber aumentado. El resto toma buena cuenta de este detalle y atacan al unísono. No hace falta dar indicaciones. Tienen un objetivo común y la variopinta manada de monstruos que brota del artefacto son todo lo que necesitan ver para poner a un lado sus diferencias. Unos tienen alas de las que desprenden dardos de luz, otros vuelan girando sobre sí mismo mientras que algunos se propulsan como cohetes. El fin es el mismo para todos, potentes descargas de energía y magia que los pulverizan.

Kilowog, que ha agotado las energías del anillo mejorando el armamento de los soldados shi’ar, ahora los encabeza, demostrando su valía como estratega.

- Patético, ¿qué pretendes con esto?, ¿Qué se cansen de machacarlos y se dejen ganar?- pregunta un Dynamic Man que no disimula su decepción.

- Tranquilo, amigo mío, lejos de mi intención el decepcionarte o quedar mal ante nuestros generosos anfitriones.

- Entonces…

- Si vas a preguntar si es una estratagema, espera y lo verás en un rato, pero antes quiero ver los cadáveres de esa loca que habla de sí misma en tercera persona y de ese oportunista que se hace llamar Exterminador de Demonios.


La realidad hace añicos las expectativas del Hechicero cuando al cambiar el escenario que muestra el ojo del cíclope se topan con el gigante caído, decapitado.

- ¿¿¿¿QUUUUEEEEEEÉ DEMONIOS?

- No quiero ser entrometido, pero ahí sólo veo un cadáver y no es ninguno de los prometidos.

El ojo acerca la imagen del caído hasta que distinguen las formas de dos humanos. Una mujer verde y un hombre encapuchado, el hombre está sentado, visiblemente cansado mientras que la mujer examina lo que parece un trozo de las rocas que formaban los “dientes” del gigante.

- Eso fue…por los pelos. No me gustaría tener que repetirlo

- Esta te dijo que tu capa era la clave y así ha sido.

- Y yo reconozco que tenías razón, pero preferiría no tener que repetirlo. Lo cual nos deja un peliagudo asunto.

- Oh, esta se olvidó de contarte parte del plan, cuando teletransportaste la cabeza…

- Casi muriendo en el proceso…

- Su destino no fue dejado al azar…

- ¿Eh?

- Esa criatura estaba en contacto con alguien que le daba órdenes.

- ¿Se la hemos enviado?

- En efecto, y deberían estar a punto de recibirla.


Una conmoción, seguida de gritos y alarmas saltando por doquier anuncian de forma diáfana la llegada de la cabeza. Dynamic Man reacciona con una risotada, mientras que su compañero frunce el ceño. Varios soldados Kree entran para comunicarles lo que ya se imaginaban, una cabeza se ha materializado de la nada y ha impactado como un bólido contra su base.

- ¿Está todo bajo control o tenemos que buscar un nuevo sitio en el que trabajar?

Un oficial kree recién llegado responde.

- Hemos contenido los daños, pueden seguir con su labor, les hemos garantizado su seguridad y pensamos seguir haciéndolo. No importa lo que nos arrojen.

- Me gusta su convicción, ahora déjenos a solas, tenemos trabajo.

- ¿Por quiénes empezamos?

El Hechicero extiende su mano izquierda y sonríe, formando una mueca espeluznante al plegar los retales que forman su cara. Un vórtice se forma sobre Mantis y el Exterminador de Demonios.

- Quieren volver a casa. Bien, pues que vuelvan, así les podremos dar una lección a todos a la vez. Se acabó dividir nuestra atención en dos escenarios, ahora nos centraremos en uno y el artefacto mostrará todo su potencial.

- Suena de maravilla.

Mientras hablan los dos defensores son levantados en el aire y luego absorbidos por el vórtice, para ser escupidos inceremoniosamente de vuelta a su universo. El Exterminador de Demonios intenta no vomitar sus entrañas y su compañera, la enigmática Mantis, observa las cenizas que flotan alrededor del artefacto. No tienen tiempo de darles la bienvenida cuando esas mismas cenizas empiezan a girar a gran velocidad. Un instante después, Estela Plateada los ha puesto a salvo junto a Kilowog y los soldados shi’ar. La Hermana Nada siente que algo se está preparando en el artefacto y se lo hace saber al Hechicero Supremo, que confirma sus temores. Dormmammu se sitúa a su lado, preparado para seguir luchando.

- Extraño, dime, ¿qué crees que nos tiene preparado nuestro enemigo?

- Lo ignoro, por lo que hemos visto hasta ahora, ese aparato es una encrucijada de dimensiones, cualquier cosa podría salir de su interior.

- Algo tan peligroso no debería existir.

- Por eso debemos inutilizarlo.

La ceniza forma un anillo sólido en torno al artefacto. Los portales se han transformado en pantallas y un único rostro aparece en todos. El del Hechicero.

- ¿Os gusta mi creación? Hasta ahora la he estado probando, ha llegado el momento de ponerla a trabajar de verdad. Hasta nunca.

Las pantallas se apagan una a una y un rugido sustituye a la voz del Hechicero. Los portales vuelven a abrirse, pero esta vez se prolongan hacia fuera, como embudos y brotan de ellos surcos de una oscuridad violácea que se propagan hasta alcanzar el anillo formado por las cenizas. Al entrar en contacto se estabilizan y de la oscuridad brotan criaturas que desafían cualquier descripción, horrores cambiantes que hacen que las anteriores criaturas parezcan juguetes. Esta vez el artefacto no se ha limitado a traer seres de otros lugares, esta vez es una dimensión lo que ha entrado por los portales, una dimensión viva y hambrienta.

- Que los Vishanti nos protejan.

- Tenéis a Dormmammu a vuestro lado, es todo lo que necesitáis.

Continuará...


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Referencias:
1 .- Ver Los Defensores nº07

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