Star Trek La Nueva Generación nº07


Título: El Nuevo Orden
Autor: John Schneider
Portada: Moisés López
Publicado en: Enero 2014


El capitán tiene que asistir a la férrea vigilancia del Almirante Stoner sobre su persona, a la vez que comienzan las tensiones entre su tripulación y los miembros de los Elite Force asignados a la nave ¿Es el inicio de un nuevo ordén en la Flota Estelar?.
“La Uss Enterprise, la nave insignia de la Federación Unida de Planetas entra en una nueva era, con nuevas peligros, nuevas aventuras y nuevas amenazas a las que enfrentarse.”
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:

Creado por Gene Rodenberry

 

 



 

- Si no le conociera mejor, Capitán, estaría tentado de pensar que su pequeña excursión a ese planeta misterioso era su manera de dar largas al alto mando de la Federación. – El oficial que pronuncia estas palabras mira con indisimulada desconfianza al capitán de la Enterprise, una actitud que parece compartida por el resto de los presentes en lo que teóricamente era tan solo una vista rutinaria para poner al Capitán Picard al corriente de las nuevas directrices de la Federación. La presencia destacada del Almirante Stoner es un claro indicativo de lo contrario. A diferencia del resto, su gesto denota un profundo desprecio y una ira reprimida a duras penas.
 
- Me disculpo si he dado esa impresión, como capitán de la Enterprise me limité a dar prioridad a nuestra misión, explorar nuevos mundos, ir a…
 
- Nos conocemos de memoria ese discurso, Capitán Picard, ¿incluye esa trascendental misión convertir a la humanidad en el objetivo de amenazas como los Borg?, ¿o es solo un añadido?
 
- Si lo que pregunta es si explorar el espacio conlleva riesgos, sí, es cierto y así ha sido así desde que el primer ser humano se adentró en un lugar inexplorado. Por otra parte, si creen que no salir ahí afuera y quedarnos en nuestros hogares, va a mantener esas amenazas fuera, con todos mis respetos, viven en una fantasía. El encuentro con los Borg era inevitable. Si nosotros no vamos, ellos vendrán y no estaremos preparados.

Las miradas de los oficiales se centran en el almirante Stoner, que apenas disimula el placer que siente al tener en sus manos a uno de sus enemigos. A diferencia del ex Almirante Bowers, no tiene pensado degradar a Picard, le reserva algo más doloroso.
 
- Esa actitud irresponsable suya es la causa de que estemos aquí, Capitán Picard. El espacio es un lugar peligroso y durante demasiado tiempo nos hemos aventurado por él sin la gente adecuada, confiando en aventureros y soñadores como usted mismo o el Capitan Kirk. Es hora de que en las naves de la Flota Estelar vaya gente preparada, que sepan hacer lo necesario en situaciones que pongan en peligro a la humanidad.

- ¿Qué quiere decir eso?, ¿la Federación no se fía de los hombre y mujeres que ha formado en sus academias? ¿Es eso?

- Capitán Picard, está malinterpretando las palabras del Almirante Stoner.

- Dígame cómo debo tomarme su intervención, ¿acaso no cuestiona la capacidad de mi tripulación y por extensión de toda la Flota?

- No es eso, simplemente quiere decir que durante mucho tiempo han tenido que tratar con situaciones que les superaban y han hecho lo que han podido. Esta guerra con los borg nos ha convencido de que nuestras naves necesitan personal especializado en situaciones de alto riesgo.

- ¿Me equivoco si supongo que ese personal será seleccionado por el Almirante Stoner y responderá directamente ante él?

- Capitán Picard, ¿tiene miedo de que le quite el control de la Enterprise?

- ¿Debería tenerlo, Almirante Stoner?

- Alto, esto no sirve de nada. Regrese a su nave, allí se encontrará con la unidad de Elite Force designada para su nave junto a su nueva misión. Deben inspeccionar un planeta que fue ocupado por los borg durante la guerra y asegurarse de que no hayan dejado alguna trampa.

- Aunque no creo que sea el mejor uso que se le pueda dar a la Enterprise, acepto la misión.

- Capitán Picard, no está en posición de escoger las misiones. Si no está de acuerdo, siempre puede regresar a la Tierra y cuidar los viñedos de su familia. - Añade Stoner con una sonrisa cínica.

Picard se reserva su réplica, pues sabe que sólo causaría más problemas con el alto mando de la flota y abandona la sala, apretando los puños. Las cosas no van cómo le gustaría, el Almirante Stoner se ha convertido en una héroe, el hombre que es infiltró entre los Borg y ahora está usando su poder para imponer su visión de la Federación. Le queda el consuelo de conserver la Enteprise, pero ¿qué le espera en su nave? ¿Cómo será esa unidad de Elite Force?
No tiene que esperar mucho, un intercambio de gritos en varios idiomas, aderezados de coloridos insultos y maldiciones zanja sus dudas. Han llegado los hombres de Stoner y van a ser una fuente constante de conflictos. Sin darle tiempo a pensar cómo afrontar la situación, un risueño Feynmann aparece a su lado.
 
- Los trogloditas ya están a bordo.
 
- No creo que les guste que les llame así.
 
- Lo sé. - El oficial científico sonríe como un niño pillado haciendo una trastada.
 
- No crea que estoy conforme con su presencia pero le aviso que tendremos que aguantar su compañía, lo queremos o no.
 
- Eso también se aplica a ellos, Capitán, no pienso cambiar mi conducta porque Stoner haya decidido mandar a unos matones a la Enterprise.
 
Picard suspira con una mezcla de desesperación y admiración por su oficial científico.
 
- Bueno, usted procure no volar la nave en uno de sus experimentos, por lo que consigo entender, yo voy a estar muy ocupado evitando una pelea en mi propia nave.
 
 

El ambiente en la sala de oficiales está caldeado, siendo los principales protagonistas de la agitada discusión el jefe de la unidad de Elite Force, un texano de mandíbula cuadrada y el oficial de seguridad Zak Kebron, en torno a ellos están sus respectivos subordinados. El primer oficial La Forge intenta poner orden, mientras echa de menos más que nunca su viejo puesto. Ezri Dax, que ha desistido y sólo quiere ir a la enfermería a atajar de raíz un incipiente dolor de cabeza, es la primera persona en notar la llegada de su capitán y suspira de alivio.

- Señor, le necesitamos, han entrado estos… soldados, sí, soldados, y cualquiera diría que vienen a tomar el mando de la Enterprise. No entendemos que pasa y el oficial Kebron…

- No es necesario que me lo explique, cualquiera que esté en la nave está al tanto de su discusión. -

Situándose entre los dos elementos más activos, que a duras penas contienen las ganas de liarse a puñetazo limpio, pone su mejor tono de oficial superior. - ¡Basta, silencio, y esto va para todos! Están en mi nave y no voy a tolerar este tipo de comportamiento.
El rostro del oficial de seguridad cambia de color a una velocidad de vértigo y las palabras se le atragantan. No sabe si pedir explicaciones, pedir disculpas, o hacer las dos cosas a la vez. La consejera Dax ve la oportunidad de ayudar y tocándole en el brazo derecho, le hace una señal que deje al Capitán tomar el control de la situación. La Forge suspira, aunque se siente un poco mal por no haber podido cortar el escalamiento del choque con los “chicos” de Stoner.

- ¿Qué es lo que ocurre? - Pregunta Picard el jefe de la unidad de Elite Force, cuyo rostro se recupera muy despacio del acalorado intercambio dialéctico con Kebron.
 
- Soy el oficial Jonathan Boxley, señor, y he sido asignado junto a mi unidad a la USS Enterprise para ocuparnos de la seguridad y bienestar tanto de la nave como de su ocupantes.
 
- Me acaban de informar de su incorporación, así que entenderé que su llegada ha cogido por sorpresa a mi tripulación. Pero eso no explica esta gresca, impropia de adultos, y mucho menos de oficiales de la Federación.
 
- Su oficial de seguridad tiene la cabeza tan dura como parece, se niega a dejarnos hacer nuestro trabajo.
 
- Oficial Kebron, ¿qué tiene que decir a eso? Y sopese bien sus palabras, ya sabemos que tiene un vocabulario extenso y variado en lo que concierne a  manifestar su desagrado.
 
- Capitán, pretenden que les entreguemos el control total de la seguridad de la nave e imponer sus protocolos. Si accedemos a su petición, no entiendo qué sentido tiene mi puesto ni el de los que están bajo mi mando.
 

- Tiene toda la razón, Oficial Kebron, pero debe saber que hay mejores maneras de plantear su disconformidad. En mi ausencia, puede hablar con el primer oficial, aquí presente.

Kebron se sonroja al ver a La Forge, que disimula una sonrisa.

- Oficial Kebron, si no supiera que su dedicación al puesto puede llegar a cegarle, me sentiría un poco
ofendido. Ignorar a un oficial superior no es de buena educación ni aconsejable, especialmente cuando dicho oficial comparte su opinión. Creo que hablo por todos si pregunto ¿Qué diablos hace realmente la Elite Force aquí? Creo que hemos demostrado que nos valemos por nosotros.

- Esa actitud irresponsable es la que nos pone en peligro todo el rato, ¿no han tenido suficiente con la última guerra con los Borg? Si no fuera por el Almirante Stoner…
 
- No necesitamos que nos narre las hazañas de su superior, Oficial Boxley. - Le corta Picard. - Participamos en esa guerra e hicimos nuestra parte, así que no venga a darnos lecciones. Además, su labor no es tal como la ha presentado, su papel es ocuparse de la seguridad en situaciones de riesgo como misiones o conflictos militares, no en el día a día de la nave, que seguirá siendo supervisada por el oficial Kebron. Si tiene alguna duda, le sugiero que lo consulte con el Alto Mando. No pienso permitir que desautoricen a mis oficiales.
 
El oficial Boxley contiene una expresión no precisamente respetuosa y tragándose la bilis, responde.
 
- Puede que nos hayamos sobrepasado en nuestras atribuciones, pero lo hemos hecho con el mejor interés de la Enterprise en mente, queremos que la seguridad de esta nave y la tripulación que alberga sea máxima. Estamos a sus órdenes. - A un gesto suyo, sus subordinados se cuadran en formación.
- La Forge, asigne camarotes a la Elite Force, espero que puedan hacerlo sin provocar más incidentes. En cuanto estén instalados, oficial Boxley, debe presentarse en el puente. Nos dirigimos a investigar un planeta que puede albergar restos de la ofensiva borg, justamente el tipo de escenario para el que están ustedes aquí.
 
- Así se hará, Capitán.
 
- Eso espero, no se olviden quién es el Capitán de esta nave. El Almirante Stoner es su superior y comprendo que le deban lealtad, pero en la USS Enterprise responden ante mí.
Tras despedirse con el clásico saludo militar, la unidad de Elite Force sale tras el primer oficial, al que se ve más relajado. Zak Kebron mira al suelo como pidiendo que se lo coma, consciente del problema que pudo haber creado. La consejera Dax le mira con comprensión y, tras un breve instante, sigue a Picard al puente.
 
 
 
 
Al entrar, todos les miran con un gesto expectante, tras haber seguido la crisis con la Elite Force, parte gracias al sistema de comunicación de la nave y parte por el elevado volumen que fue la tónica de la discusión. La presencia de la doctora Crusher al principio llama la atención de Picard, pero reacciona al momento.
 
- Puede volver a la enfermería, se ha resuelto la situación sin heridos.
 
- Cualquiera lo diría. Oficial Kebron, debo decir que tiene unos pulmones bien potentes, no creo que haya esquina por remota que sea de la nave a la que no hayan llegado sus palabras, que por otra parte creo que todos compartimos. No me gusta esto de la Elite Force y estoy convencida de que el Capitán tampoco los ve con buenos ojos, ¿o me equivoco?

- Son una imposición del Almirante Stoner, una medida de hechos consumados. No me gusta ni el concepto ni su forma de llevarlo a cabo. Sin embargo, por el momento, no nos queda más que obedecer. Señor Icheb, creo que va siendo hora de poner rumbo a nuestra nueva misión. Ya habrá tiempo de hablar del “nuevo orden” de la Federación.

- Rumbo al planeta Kazeuri Sigma marcado.

- Adelante. ¿Qué sabemos de nuestro destino? ¿Oficial Dax?
 

- Es un mundo poco desarrollado, habitado por una civilización con capacidad básica de navegación warp, principalmente dedicados al comercio. Fue arrasado por los borgs en su última ofensiva, los supervivientes fueron acogidos en otros mundos y bases estelares. Nuestra misión consiste en buscar y neutralizar rastros de borg, para que puedan regresar.
 
- Una misión perfecta para ver de qué madera están hechos los soldados que nos ha enviado Stoner, ¿no cree, oficial Kebron?
 
- Sí, aunque espero que se manejen mejor que discutiendo, sus argumentos eran insustanciales y sus insultos lamentables.
 
- No tardaremos en verlo, yo también quiero verlos en acción.

En los camarotes, esos mismos soldados de los que hablan descargan su equipaje bajo la mirada curiosa y atenta de La Forge.

- Veo que venís bien provistos. - Comenta cuando sacan armas de gran calibre.

- Debemos estar preparados para lo peor.


La Forge no responde pero anota mentalmente el tipo de armamento y se pregunta si no acabarán usándolas contra ellos. Conociendo a Stoner, bien podría intentar apoderarse de la Enterprise, si bien primero buscará una excusa. ¿Cuál podría ser? ¿Locutus? Es uno de los fantasmas que les persigue desde hace tiempo, el otro gran fantasma es la pérdida de Data. Un recuerdo doloroso que le asalta demasiado a menudo, pues su amigo era el que debía estar en su puesto.
Boxley ve en el rostro de La Forge vulnerabilidad, igual que lo vio en el temperamento de Kebron y sonríe por dentro. Será mucho más fácil de lo que esperaba. La Enterprise será lo que siempre debió ser, la orgullosa nave insignia de una Federación liderada por los humanos, dedicada a la salvaguarda de sus fronteras. El tiempo de ir por el universo, explorando de forma irresponsable y temeraria ha terminado. Y todo empezaría con una misión de reconocimiento.
A varios años luz de distancia les espera un mundo arrasado, teóricamente sin vida, pero lleno de actividad. Los borg pasaron y se fueron, no encontraron nada que despertara su interés, pero los restos que dejaron sí lo hicieron con alguien que hacía mucho tiempo que esperaba, tanto que ya no recordaba su propio nombre, lo cual no impidió que viera una oportunidad donde el resto sólo veía una catástrofe.


Continuará…


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