Los Titanes nº20

Título: Atracciones fatales
Autor: Roger Corbera
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Octubre 2014

Los intentos de Flamebird por reformar a los Titanes continúan siendo infructuosos. Nadie parece apostar ya más por el grupo. ¿Que decisión tomará cuando quien acuda solicitando su ayuda sea una vieja aliada y ahora enemiga?
Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y madurar. Son algo más que simples "ayudantes". Son la próxima generación de los mayores héroes del mundo. Son....
Creados por Bob Harney, George Kashdan y Bruno Premiani

Resumen de lo publicado: Halcón, Bushido, Bumblebee, Hero Cruz... Flamebird incluso ha acudido a Nightwing con el fin de "resucitar" a los Titanes y nadie parece interesado en unirse al grupo. ¿Se resignará ella a ver morir el grupo?

“Queridos amigos/as de los Titanes,

Soy Flamebird, líder del grupo.

Las últimas crisis que hemos tenido nos han obligado a cerrar temporalmente nuestra Torre en Nueva York. Sé que corren rumores de que el grupo está desaparecido, pero no estéis tristes porque… ¡LOS TITANES SE MANTIENEN UNIDOS, AHORA Y SIEMPRE!

Sólo que estamos temporalmente sin base, sin jet, sin dinero y sin nada


Tras tachar la última frase, Flamebird se quedó mirando la pantalla de su Tablet. Borró también el párrafo anterior. Se quedó sólo con “Queridos amigos/as de los Titanes”. La misma frase en la que llevaba atascada una semana. Pensó un segundo y volvió a escribir:

“La falta de dinero y las maniobras sucias de Lex Luthor nos han dejado sin casa y sin nada. En sentido auténtico. Por eso pido que recordéis todas las veces que hemos salvado esta ciudad y el mundo y mandéis un donativo a”

Volvió a tacharlo. No. No. NO. ¿Cómo iban a pedir donativos por internet los Titanes, como si fueran la Wikipedia? Decidió empezar de nuevo:

“Apreciado visitante, soy…”

-¡Bette! ¿No vienes? ¡Te estás perdiendo el final de la serie! ¡Barnie Stintson va a darle el “sí quiero” a Robin!- La mención de “Robin” le hizo levantar la vista. La voz de Garfield Logan llegaba desde el comedor.

-¿Qué? ¿Se casan en serio? ¡Esperadme, ya vengo!- sin soltar la Tablet, corrió del dormitorio a la otra sala.

Al lado de Gar, su mutuo amigo Grant Emerson les pidió silencio: su novia Toni estaba dormida acurrucada con la cara en su hombro.

-¿Qué hacías?- le dijo Gar haciéndole sitio en el sofá y pasándole las palomitas.

-Intentar el escribir el mensaje final de la web de los Titanes.

-¿Vas a cerrar la web?- se sorprendió Gar masticando palomitas a dos carrillos. Bette se mordió una uña.

-Apenas sé manejarla. Y no puedo mantenerla.

-Pues tampoco vale tanto.- opinó Grant en voz queda, apartando suavemente el pelo del rostro de Toni.

-Creo que Grant sabe informática. Podría llevarla él.- sugirió Gar. Bette empezó a frotarse el entrecejo con los nudillos, acumulando frustración.

-Eh, eh, a mí no me metas…- empezó a protestar Grant.

-¡No puedo tener la web abierta! Recibo cada día quinientos mensajes de todo el mundo. ¡Me escriben unos diciendo que han visto a Voodoo y Radius en Calcuta, otros que han perdido a su perro en Central Park, que quieren que vayamos a su fiesta de cumpleaños, que su hijo tiene poderes y se ha fugado de casa! Ni siquiera sé qué decirles cuando me preguntan qué ha pasado con el equipo “de verdad”.

Hubo un segundo de silencio mientras los dos chicos asimilaban la información.

-¿Si ellos eran el equipo de verdad, nosotros que somos? ¿El equipo de reserva? – preguntó Grant.

-Más bien el Segundo Equipo.- opinó Gar rumiando maíz semi-tostado del fondo del cubo de palomitas.

-¿O sea, que jugamos en la Liga de Segunda?

-¿Qué hago con la web?- preguntó Flamebird mirando fijamente la Tablet.

-No, la Liga de Segunda son Hawkman y esos pringados de esa JLA que hay ahora(1). – Soltó Garfield.

-Ja, ja, muy bueno… Pero que conste que yo soy suplente, no titular.

Flamebird se puso en pie, provocando una lluvia de maíz semitostado sobre la alfombra, y se fue del cuarto con un “AARGH”. Los dos chicos se miraron sin entender.

-Mejor me voy con ella. Ta luego. - Garfield se transformó en una gacela y se fue tras Bette.

Grant iba a decir algo, pero la cabeza de Toni había resbalado suavemente por su pecho hasta llegar a su falda. Y era tan mona cuando dormía acurrucada, que prefirió quedarse allí acariciándole el pelo. Enamorado hasta las cachas. Tenía la casa por fin libre, tenía una buena serie en la tele, y a su novia en el regazo. ¿Qué más se podía pedir?

“Oh, Toni. Nada puede estropear ese instante de felicidad…”



"… Salvo Flamebird, por supuesto.”

-Ten cuidado, nena, que les dejas sin vasos.- se oyó la voz de Garfield desde la cocina.

-¡Perdonad, chicos, sólo intentaba salir por la ventana!

-Pero no grites, que tienen vecinos… y identidad secreta…- masculló Garfield.

Y con ello, claro está. Toni se despertó. Frotándose los ojos, se desperezó como una gata. Grant admiró su belleza plateada en un silencio resignado.

-Hola, cariño…- le dio un besito breve, demasiado breve.- ¿Se han ido ya Gar y Bette?

-Puesss… Sí, no querían despertarte.- “Pero lo han conseguido igualmente, esos cabrones”.

-Hey, me he perdido la serie. ¿Por qué no me has despertado?

-Es que… dormida pareces un ángel.- Por esa cursilería cualquiera de sus exnovias se le hubieran reído en la cara, pero Toni le dio otro beso.- Pero seguro que está en internet, podemos volver a verlo, tú y yo solos, y…

-Lo siento, cari. Pero se me ha hecho tarde y mañana tengo sesión de fotos. Mejor me voy yendo, ok?

-Pero…- otro beso sello el asunto. Y Toni se fue. Grant se quedó solo y cabreado en el sofá.

¿Por qué tenía que irse Toni siempre?

¿Por qué siempre estaban cada dos por tres Gar y Bette en su casa tocando las narices? Vale que eran amigos. Pero empezaba a dudar que fueran TAN amigos.

¿Por qué Bette siepre tenía que fastidiarle cualquier momento con Toni? Y lo bueno era que lo hacía sin querer, no a posta. Era una gafe terrible.

¿Por qué Bette siempre llevaba el traje de Flamebird a todas horas? ¿Se creía realmente que podía continuar los Titanes ella sola? ¡Si por lo menos dejara de salir y entrar por las ventanas!


Mientras, por los tejados de New York, Flamebird se columpiaba entre los edificios seguida de un loro verde.

-¿Hoy toca patrulla nocturna?- preguntó el loro con la voz de Gar.

-Hoy no. Llevo semanas haciéndolo y sólo he visto chavales orinando en un callejón y vendedores de maría. Nueva York no es tan chunga como los turistas creen.- se detuvo en un tejado.- Y la poli nunca me pasa datos. Se posó sobre un tejado con un salto elegante.

-Bueno, estás empezando.- Gar se transformó en hombre verde de nuevo.- Ya te harás una reputación con el tiempo.

-¿De verdad lo crees, Gar?

-Claro. Flamebird es mi heroína favorita. Y lo digo porque es cierto. ¡Ya me ha salvado la vida dos veces! Ni Superman puede decir eso.

Se miraron sonriendo. Se acercaron. Se fundieron en un beso. El viento hacía ondear la capa de Bette y mezclaba su media melena rubia con el pelo verde de Gar. Tras un minuto, ella se separó.

-Me voy.- dijo Bette entonces.

-¿¡QUÉ¡? ¿Por qué? Si acabamos de empezar… ¿Es por las fotos que me mandó Jillian? Te aseguro que…

-No, no. No es eso. Digo que dejo Nueva York. Tengo que ir a Blue Valley, Nebraska. Y antes tengo varias paradas.

-¿Vas al pueblo de Kid Flash? ¿Por qué?

-Están juzgando a Magenta por sus crímenes, y se ve que un fiscal ambicioso la acusa de unos asesinatos que cometió allí… Bueno, eso dice. Su abogado dice que es importante que declare a su favor.

-Pero… Creo que no conoces de nada a Magenta. ¿Qué vas a declarar?

-Nada, pero donde voy yo, vas tú. Y tú si la conocías cuando era una heroína.

-No sé. ¿Cuándo es la primera vista?

-Pasado mañana.

-Pero nena… Tengo la entrevista para el biopic de Robotman, y una junta de Industrias Dayton. Ya iré a Blue Valley para el juicio de verdad.

-Pues yo pensaba llevar mi salto de cama de Victoria Secret, y quizá concederle una entrevista para la web Titanes un famoso héroe verde… Pero si tú no puedes… ¿Crees que Green Lantern sí podrá ir?

Garfield tardó dos segundos en decidirse. Lo que tardó en abrir la boca y decir:

-Allí estaré, nena. ¡No le fallaré a una vieja Titán como Magenta! (aunque ahora esté loca).

-¡Gracias, ranita! Estaré en el Holliday Inn de Blue Valley, habitación 103.

“¡Ya me ha vuelto a liar!”.

-… Mejor me voy que ya es tarde.- se transformó en un halcón y desapareció en el cielo nocturno.

Flamebird se quedó sola sonriendo. Quizá no tenía poderes verdaderos… Pero sus poderes de rubia guapa no eran nada despreciables.

Hasta que reparó en algo muy importante.

-¡Oye! ¿Qué era eso de tu “Jilli-ex” y las fotos? ¡GARFIELD LOGAN vuelve aquí! ¡Sé que me oyes! ¡GAAARRR! ¡Puedes huir de mí pero no de mi whatsapp!

“Y ni siquiera me ha preguntado por mis otros viajes”. Tenía un largo camino antes de llegar a Blue Valley. Una gira de reclutamiento de Titanes. Su último disparo. “Después de esto me quedaré sin un dólar”. Y aunque encontrara Titanes, ¿de dónde sacaría dinero para un cuartel, un ordenador…?

“Bueno, ya me preocuparé por eso luego… Tengo mucho camino por delante”.


A 38 KM de la atmósfera de la Tierra.

Los cadáveres llevaban semanas flotando por la estación espacial. No es que le molestaran. Su campo de fuerza impedía que le tocaran mientras meditaba, y de alguna manera su presencia impedía que se sintiera solo.

-Pronto volveré a la Tierra.- dijo. Naturalmente no podían oírle porque estaban muertos. Y porque estaban en el espacio. Pero los psiquiatras siempre le habían recomendado hablar de sus sentimientos. Y tenían razón. Solo hacia falta un oyente entregado.

-Siempre me ha faltado algo. Mi poder es casi infinito. Pero siempre ha faltado el casi. Tras estos días de meditación, sé el porqué.

Uno de los cadáveres se desplazó lentamente, mirándolo con ojos desorbitados. Había sido en vida una agente del grupo terrorista HIVE(2). Una científica que trabajaba en armas de destrucción masiva en un ambiente controlado. Una vida fútil, porque ninguna arma sería nunca tan poderoso como él, su asesino. Sin duda lo supo cuando abrió la estación espacial como una lata de sardinas y desperdiciaron sus últimos segundos de vida usando contra él sus inventos. Ahora, muerta, servía a un más alto propósito: escuchar al futuro amo del mundo.

-Sí, voy a volver. A por ella. Todas las partes de mí claman por ello. Y eso es algo excepcional.

La capa y el yelmo fueron hacia él. Se ajustaron en torno a sus hombros y en su cabeza. Con ellos, se sentía como un rey. “Pronto seré un rey de verdad”.

-Volveré a por vosotros.- Dijo antes de irse. Los cadáveres sigueron su lenta deriva en la cripta orbitante.


Gotham City

Habían sido una docena los motoristas más violentos de la ciudad, armados con cadenas y barras de hierro, inmunizados contra el dolor por la cocaína, contra dos adolescentes vestidos de forma extraña, desarmados. La pelea no dejaba dudas. En menos de un minuto, Robin y Batgirl habían barrido toda la oposición. Salvo el último, que huía por el callejón mientras ataban a sus compañeros.

No llegó muy lejos, una silueta dorada y roja cayó sobre él desde una escalera de incendios y lo redujo en varios golpes.

-¡Tranquilos chicos!- saludó Flamebird atando al tipejo.- Lo tengo controlado.

-Le habíamos puesto un rastreador, Flamebird.- dijo Robin en tono irritado.- Tenía que llevarnos ante su camello.

-Oh…- Flamebird enrojeció.- Pues lo siento.

-No importa, tenemos más pistas que investigar. Nos vamos.- los dos dispararon sus cables a los tejados para irse.

-Esperad… Venía a ofreceros a los dos, Robin y Batgirl… Una oportunidad única: ¡uníos a los Titanes!

Ambos parecían sorprendidos, pero no halagados.

-Lo siento Flamebird. Pero estoy muy ocupado con Gotham y Blüdhaven.

-Pero siempre ha habido un Robin en los Titanes. Es una tradición. Tu oportunidad que puedes ser un auténtico superhéroe.

-Oye, creo que ya lo he demostrado mil veces. Contra el Joker, y el Rey Serpiente, y Bane, y Kobra. No tengo que demostrar nada más.

“Genial, ya he cabreado a otro”.

-¿Y tú, Batgirl? ¡Estuvimos juntas en Young Justice!- “Casi veinte minutos enteros” pensó para sí. - Sería genial volver a formar equipo, no?

-No.- Aquella chica nunca usaba polisílabos, y con aquella máscara negra sin rasgos era imposible conocer su expresión. Pero era una de las mejores artistas marciales del mundo.

-Pero… ¡los Titanes no sólo son un grupo! Son amigos, familia. Creo que necesitas más amigos. Hasta hay chicos guapos, ¿sabes?- dijo en tono picante. “Claro que Damage está cogido, y si se acerca a Gar le saco los ojos”.

-Ya tengo chico.- Batgirl tocó el hombro de Robin, éste sonrió y Flamebird lo entendió(3).

-Ah, vaya…

-Adiós, Flamebird.- Con eso los dos justicieros desaparecieron en las sombras de los callejones.

-Bueno, les tacho de la lista de candidatos.- dijo a los matones inconscientes.- Y tampoco les mandaré postales por navidad.


Washington.

Sobre los cielos encapotados de la capital de la nación, se iluminó un pequeño círculo de luz, en el que destacaba el gran símbolo de la “S” de Superman. Al lado del foco que proyectaba la señal, Flamebird esperaba.

Natasha Irons, la sobrina del superhéroe Steel, operaba desde la ciudad. Seguro que vería el símbolo e iría a investigar. Era una chica inteligente, una genio con armadura de combate. Sería muy útil. Y una chica curiosa no podría resistirse a investigar quien usaba el signo de su tío (Como homenaje y con el permiso de Superman). Y entonces la convencería de unirse a los Titanes. Ese era el plan.

Pasó una hora, dos horas, tres horas. Llegó el amanecer.

Quizá Natasha Irons no estaba en la ciudad. Quizá sospechaba una trampa. Quizá esa noche prefirió ir al cine. O quizá simplemente era un plan estúpido.

Flamebird apagó la señal y fue a buscar un taxi para el aeropuerto.


Interludio: Prisión de Iron Heights

-¿Fuma?

-No.

-¿Le importa que fume?

-Aquí no se puede fumar.

-No le estoy preguntando eso. Le estoy preguntando si a usted le molesta el humo.

-Aquí no se puede fumar.- gruñó el guardía con malos modos. Era un tipo enorme equipado como para aplastar el movimiento Occupy Wall Street él sólo: chaleco antibalas, casco con visor oscuro, porra de hierro, pistolón al costado.

Pero el pequeño abogado encendió el cigarrillo igualmente.

-Ya lo ha dicho la señorita, no estoy sordo. ¿Usted quiere?

-Apague eso o le echo de aquí a patadas.

-Si me echa de aquí le demando. Aparte mi clienta podrá alegar que le privaron de su abogado y del derecho a la defensa. Con lo que ganará el juicio. ¿Qué hará con usted el alcaide entonces?

El guardia lo sopesó un instante y volvió a su posición de firmes junto a la puerta.

-No está haciendo amigos aquí.- dijo su clienta en tono apagado.

-Eso ya lo descubrí cuando vi lo que te cobran por aparcar delante de este hotel Ritz. Bueno, vamos a ver…- sacó su ordenador portátil.

-Frances Kane… Nació usted en Blue Valley, Nebraska. Infancia normal. Adolescencia normal… Hasta los dieciocho años. Entonces llegamos a los hechos. El mismo día en que usted cumplió años, su padre y su hermano murieron en un accidente de coche del que usted, milagrosamente sobrevivió.

Frances inclinó la cabeza, de forma que su melena rubia ocultó su rostro.

-¿Recuerda lo que sucedió exactamente?

-No.

-¿No lo recuerda… O no quiere recordarlo?

-¿No quiero recordar la muerte de mi familia. ¿Quién es usted y porqué viene a hablar de… de eso?

-Me llamo Alan y soy su abogado de oficio. Y necesita un abogado de oficio porque su madre la ha denunciado en Blue Valley por la muerte de su padre y su hermano.

-¿Qué? ¿Mi… madre?

-Por su sorpresa veo que no le han hablado de ello.

-Me paso veintitrés horas al día en una cela de dos por tres metros. El campo supresor de poderes es tan potente que me tiene totalmente atontada: apenas distingo el día de la noche. Una hora al día puedo pasear por un patio de cemento donde se puede ver un trocito de cielo a través de una claraboya. Recuerdo que un guardia se plantó ante mi celda el otro día y estuvo hablando mucho rato. Recuerdo que usó la palabra madre varias veces, pero creía que me estaba insultando. Le dije que sí a todo para que me dejara en paz.

-Ya veo.- el abogado no parecía sorprendido. – Le haré un resumen. Hace una semana su madre presentó una denuncia ante los Juzgados de Blue Valley acusándola del asesinato de Edward Kane, su padre, y Billy Kane, su hermano pequeño. Según la demanda, usted usó sus poderes magnéticos para asesinarlos aquél día con un falso accidente. Y por lo que he leído, usted reconoció que sus poderes tuvieron que ver con que su coche saliera de la carretera y cayera por un barranco.

-Eso… Eso es absurdo… Yo no maté a mi familia… Yo… Yo les quería… ¿Por qué iba a matarles?

-La demanda afirma que usted quería cobrar la herencia de su padre y que usted es una supervillana demente y peligrosa. Y lo cierto es que tiene un historial impresentable. Ha intentado matar a Flash varias veces. Se ha unido a grupos criminales como los Villanos de Central City… Y a Raven en un par de ocasiones, cuando intentó invocar un archidemonio y traer el Apocalipsis. Al juez le va a encantar.

-¿Es usted mi abogado o el fiscal?

-Su abogado y su única esperanza. ¿Frances, porque no me cuenta lo que sucedió?

Magenta no quería recordar. Había hablado de ello con muchos psiquiatras, sin ningún resultado. Porque sacar otra vez recuerdos tan dolorosos? Suspiró y empezó otra vez.

-Mire… Yo me acababa de sacar el carnet de conducir y de conseguir entrar en la universidad. Mi padre y mi hermano quisieron celebrarlo. Mis padres se estaban divorciando. Mi madre nunca fue una mujer fácil. Era muy religiosa. Muy fanática. Iba a misa cada día, nos hacía rezar a todos juntos de rodillas… Era insoportable. Y cuando yo y mi hermano crecimos y quisimos un poco de libertad, fue aún peor. Sobre todo cuando mi padre se puso de nuestro lado. Casi cada día había una pelea a gritos.

“Por eso aquella noche fuimos a cenar y luego a dar un paseo con el coche. Yo iba nerviosa al volante… Nunca había conducido, claro, y menos de noche. Pero mi padre me iba diciendo que hacer e iba bien. Mi hermano quería alistarse en los marines, pero antes quería que fuéramos juntos de vacaciones a Nueva York. Mi padre decía que sí a todo. Ahora creo que iba a darnos ese gusto para que el divorcio nos sentara menos mal.

"Volvíamos a casa por una carretera desierta bordenado un alcantilado cuando… Todo enloqueció. De repente los frenos no funcionaban. Intenté usar freno de mano, pero tampoco funcionaba. Todo era una pesadilla… Ibamos a chocar contra el guardaraíles cuando éste se abrió como si fuera de papel. Yo grité y mi hermano gritó, y mi padre gritó… Y me desmayé."



“Cuando me desperté estaba flotando en el aire hasta la carretera. Olía a gasolina ardiendo. Llamé a mi familia, pero ya estaban muertos…

El abogado la escuchaba atentamente:

-¿Y luego?

-Creí que todo fue una especie de alucinación. Que simplemente salí despedida del coche cuando salió de la carretera. Intenté… Rehacer mi vida como pude. Mi madre simplemente enloqueció. Pasó de la religión al ocultismo. Se obsesionó con contactar con mi padre y mi hermano. Se dejó casi todo su dinero en médiums y timadores de toda clase. Llegó a creer que yo era un contacto con el otro mundo, porque creaba “poltergeists” cuando me hipnotizaban esos charlatanes… Estaba a punto de irme de casa cuando apareció Wally en mi vida.

-Wally debe ser Wallace West, alias el superhéroe Flash(4).

-Sí. Wally yo fuimos novietes en el instituto. Luego se hizo Kid Flash y se fue de Blue Valley. Y yo me quedé mucho tiempo llamándole con el pensamiento. Y volvió como un caballero andante cuando mis ataques casi destruyen mi casa. Finalmente tuve la madre de todos los ataques y casi destruí Nueva York en una tormenta de metal. Pero los Titanes consiguieron “desconectar” mis poderes. Mediante un inversor antimagnético.

-Sus ataques… ¿Sólo los tenía estando en trance?

-No sabría definirlo. Mis poderes simplemente se desbocaban. Brotaban de mí sin control. Yo me volvía una nube difusa en medio de un tsunami… No sé definirlo mejor.

-Según su historial, su episodio más grave arrancó toneladas de metal de Manhattan, hizo volar un barco de pasajeros. Y sucedió estando usted en la torre de los Titanes. ¿Sabe si tienen datos?

-Los Titanes me dijeron que se borró todo por efectos del pulso electromagnético.

El abogado chasqueó la lengua y borró algo de sus apuntes.

-Y entonces empezó su carrera de superheroína.

-No empecé ninguna carrera. Intenté vivir una vida normal. Volver a la universidad.

-¿Y su madre?

-Intentó apuñalarme en mitad del ataque. Luego me acusó de ser una poseída y un diablo y se fue. No he vuelto a verla.

-Ajá. – más apuntes en el ordenador.- No la denunció, supongo.

-No. Era mi madre.

-Lástima. Veo aquí que sus intentos de una vida normal no funcionaron mucho…

-El primero, no. Ver a Wally me despertó sentimientos por él que creía muertos. Volvimos a vernos. Luego le secuestraron unos villanos y tuve que formar un grupo de Titanes improvisado para salvarle.

-Y entonces sí fue una superheroína… Magenta.

-Intentaba no serlo. Pero Wally quería una supernovia para Kid Flash. Luego murió su tío Barry y él ocupó su lugar como Flash. Además le tocó la lotería nacional.

-Eso suena más a final feliz que un problema.

-Para nosotros fue el fin. A Wally se le multiplicaron los humos. Casi me obligó a ir a vivir con él. Él era siempre Flash, y no entendía que para mí lo primero era ser Frances Kane. Así que le dejé con una nota.

-Eso duele.

-No fue fácil para mí tampoco. Pero para mí los poderes eran como la pistola que mató a mi familia. Siempre que los usaba temía que volvieran a desbocarse. Nunca me sentí cómoda con ellos.

-Luego empezaron sus problemas.

-Puede decir “mis locuras”. No me ofendo. Tengo asumido que soy una enferma mental. Es el primer paso de la curación… aunque yo no paso del primero.

-Cuénteme un poco como han sido.

-No puedo porque apenas recuerdo lo que sucede cuando los tengo. Puedo pasarme semanas y meses actuando normalmente, tratando de estudiar, de trabajar, de salir con gente… Y de repente algo se rompe y… entonces es cuando tengo que hacer daño a alguien. Sobre todo a Wally.

-¿Le odia?

-No… sí… No lo sé. Cuando estoy loca lo culpo de todo lo que me ha pasado. De no estar ahí siempre para salvarme, como la primera vez. Pero cuando estoy racional sólo quiero perderlo de vista para siempre. Estoy harta de amargarle la vida.

-Ha atacado usted a Flash por lo menos tres veces y causado destrucción por cientos de miles de dólares.- Frances asintió.

-No obstante la primera vez que atacó a Flash éste la curó de su estado con un campo magnético.

-Ajá. Wally dijo que los polos negativos y positivos afectaban mi conducta. Aunque no es precisamente un genio científico.

-Su segundo ataque, en cambio, lo provocó esa tal Raven… Y sólo fue la primera vez, lo ha vuelto a hacer hace poco(5).

-Mire, algunos foros dicen que fui una titán, otros lo niegan. Lo cierto es que si soy una titán, la única que está peor de la cabeza que yo es Raven.

-Según he podido comprobar, no es el único titán que ha tenido problemas debido a las manipulaciones de esa Raven. Leo aquí que un tal Deathwing también ha tenido graves problemas psiquiátricos debido a sus ataques.

-¿Qué pretende? ¿Alegar control mental? Ya lo han intentado mis anteriores abogados sin éxito. Me han mirado científicos del derecho y del revés y su diagnóstico ha sido siempre el mismo: libre de influencias externas. O sea que si estoy loca es solo por mi causa.- concluyó con amargura. El abogado dio una calada a su cigarrillo. No era el primer cliente que tenía que había perdido la esperanza. Una vez se entraba en el sistema penitenciario, era difícil salir.

-Lo que pretendo alegar es posesión demoníaca.

-¿Cómo? ¿Espera que un tribunal se crea eso?

-¿Porqué no? La magia existe. Muchos tribunales han aceptado el testimonio del Doctor Fate sobre eventos sobrenaturales. Si los Tribunales no aceptaran la existencia de la magia, tipos como el brujo Faust no estarían en la cárcel. Puedo encontrar precedentes… Pero también necesitaré expertos que declaren.

-Pues no tengo el número de Zatanna.

-Claro que no. Pero confiaba en que tuviera el de los Titanes.

-He intentado matarlos varias veces. No se porqué deberían ayudarme.

-Porque son héroes. Creen en la bondad humana. Frances, usted debe convencerse de que no es una criminal. Siempre que ha causado el caos no estaba usted en sus cabales.

-Entonces tal vez merezca estar encerrada. Antes de que mate a nadie.

-¿Conoce Arkham Asylum? El sistema actual no cumple los requisitos para curar la salud mental de nadie. Creo que ahora que está libre de influencias externas, puede hacer más bien ahí fuera.

-Se olvida usted que no siempre he estado “poseída”. Maté a mi padre y mi hermano, ¿se acuerda? Y todo sin culpa de Raven. Simplemente no controlaba.

-¿Por esa época no volvió a verse con Wally West, alias Kid Flash?

-Que, si no engañan mis fuentes, era novio de la tal Raven, ¿no?

-Bueno… No, Raven hizo que se enamorara de ella mentalmente.

-Ahí lo tiene. Sus problemas fueron culpa de la manipulación mística de esa Raven. Seguramente inconsciente por parte de ella. Fruto de sus celos por su amistad y su antiguo romance.

-¿Espera que un tribunal se crea eso?

-¿Porqué no? Historias más raras de control mental hay. Muchos héroes se han librado de acusaciones de homicidio por esas razones.

-Me cuesta de creer.

-Pues crealo, Frances. Usted cree que ha tenido problemas, sí. Pero de mi punto de vista el peor problema ha sido no tener un buen abogado. Lo demás… bueno, se arregla con superhéroes. Usted es una buena persona y merece ser libre.

-Me cuesta creerle.- el abogado le dio unas palmaditas en la mano.

-Pues es cierto. Apúnteme esos teléfonos…- le pasó un papel.

-Perfecto. Tendrá noticias mías.

El abogado le estrechó la mano y se fue. El guardia la llevó de vuelta a su celda. Sentada en la litera metálica, Frances Kane se permitió un atisbo de esperanza. Sentía el zumbido del anulador de poder. Pronto pensar sería tan doloroso que sólo podría tenderse y morder la sábana gimiendo de dolor. Pero había una esperanza de que el resto de su vida no fuera así. ¿Sería posible que aquél abogado… y los Titanes… la salvaran otra vez?


En un vuelo comercial de New York a Omaha (Nebraska).

-No entiendo porque vamos a Blue Valley por ese estúpido juicio de Magenta.- suspiró Damage.

-Una titán se juega pasar años en la cárcel. Yo no lo llamaría estupidez.- replicó Argent.

-Según la página web no entra en la categoría de miembro, sino en la de aliada… Y en la de villana también. Esa chica es una bomba de relojería, Toni.

-Dice el tipo que destruyó la mitad de Atlanta de una explosión(6).

-Sólo destruí el centro y… Bueno, vale. Touche. Pero… ¿Qué haremos allí? No la conocemos.

-Sí la conozco. En el Imperativo Technis luchamos juntas.

-Lucharon todos los Titanes. Lo más cerca que estuvisteis de conoceros fue cuando salisteis en la foto de grupo del final.

-¡Mira Grant!- Toni empezaba a enfadarse.- Si no quieres, no vengas. Pero déjame hacer lo que debo.

-Venga, nena. Tengo derecho a opinar, ¿no? Será como unas vacaciones. Sólo tenemos que declarar un día y luego podemos ver Nebraska. Serán nuestras primeras vacaciones, además.

Toni apoyó la cabeza en su hombro. No quería decirle a Grant la auténtica razón de su viaje. Una pesadilla espantosa en la que había visto morir a un titán. No era supersticiosa, pero sabía que lo sobrenatural existía en su loco mundo, creyera en ello o no. Tenía que ir a Blue Valley y luchar como nunca.


Juzgado de Blue Valley, Nebraska

-¿Jura o promete decir la verdad, con la ayuda de Dios?

-Lo juro.- dijo Flamebird solemnemente.

-Usted declara ser Flamebird, miembro del supergrupo de los Titanes.

-Así es. Declaro bajo el amparo del Acta Keene de 1978 sobre…

-Nadie ha impugnado su testimonio, señorita. Y además eso debe hacerlo el abogado.- dijo el juez en tono duro.- Responda a las preguntas del fiscal.

-¿Usted considera que la acusada, Frances Kane, alias Magenta, es una heroína?

-Así es. Ha ayudado a los Titanes en varias ocasiones.

-¿No es cierto que hace poco intento matarles, junto con otra titán, Raven?

-Bueno, sí, pero…

-Ha dicho que sí, suficiente. Gracias. Y dígame. ¿No ha intentado matar a otros titanes como Flash en varias ocasiones?

-Siempre ha estado bajo influencias externas. Primero fueron…

-Ya hemos oído el testimonio de Flash al respecto, muchas gracias. Usted no estuvo en esas ocasiones, así que no puede declarar lo que no conoce.

-He visto otras personas poseídas por Raven y sé que no son ellas mismas. Mi propio novio, ese chico verde de ahí.- señaló a Garfield entre el público.- estuvo poseído, y me atacó.

-Ya, pero aquí no estamos tratando de ese asunto, señorita. Sino de la muerte del padre y el hermano de la señorita Kane. ¿Usted estuvo presente en esos incidentes?

-No, pero…

-¿Puede decir que viera que estuvo bajo influencias exteriores?

Flamebird miró a Frances Kane. La chica rubia parecía resignada a su destino. Flamebird ya le dijo al abogado que veía difícil que su testimonio sirviera. Incluso el testimonio de Gar había servido de poco (pese a que él sí conoció a Frances cuando era heroína).

-No, yo no puedo…- se calló un segundo para esquivar un bolígrafo que pasó girando al lado de su cabeza. Buscó con la mirada al agresor cuando vio que a en la sala sólo había víctimas de un extraño fenómeno: toda clase de objetos metálicos salían disparados: gafas, maletines, muletas, relojes con su dueño aún sujetados a la correa. Entonces las bigas de la pared gimieron, gritaron y se rompieron. Una oleada de poder la hizo rodar por el suelo.

-Creo que yo sí puedo responder a esa pregunta, señoría.- dijo el doctor Polaris.

Continuará
Referencias:
1.- Ver nuestra serie Liga de la Justicia (y no le digáis a Hawkman lo que Garfield va diciendo de ellos ¿ok?)

2.- H.I.V.E. (Hierarchy of International Vengeance and Eliminations) también conocida en España por un tiempo como La Colmena.
3.- Ver nuestras historias de Batgirl y Robin.
4.- Ver episodios anteriores.
5.- Damage es un biorreactor que genera continuamente energía. Si no la utiliza para obtener sus superpoderes, tiende a liberarla en forma de explosión. Asi fue cómo provocó la explosión a la que se hace referencia.
6.- En una de sus primera apariciones, Damage perdió el control de sus poderes y voló parte del centro de Atlanta con la explosión.

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  1. "Cuando se piensa en historias de superheroes, por regla general, se espera que las historias estén cargadas de acción; partiendo de esta premisa uno pensaría que un episodio sin acción no es una historia de superheroes, pero Roger ha demostrado lo contrario con este número y el anterior. Asistimos en ambos a los infructuosos intentos de Flamebird de reunir de nuevo a los Titanes, especialmente después de los eventos de la saga previa. La gracia radica en el hecho de que nos vemos inmersos en la cotidianidad, en el otro lado del mundo que nos saltamos en los comics y los fic. Vemos el hecho de que los héroes tienen vida, status y prioridades y esto los condiciona, los hace humano. Creo que el mayor logro de estos episodios radica en ese punto, pero no solo en ello, sino en el hecho cierto de que tarde o temprano la situación dará un vuelco, y espero que este a la altura. En fin, tremendo relato, me ha dejado con ganas de más y la portada es toda una obra de arte."

    Comentario publicado originalmente por el usuario "William Darkgates" con fecha 12/10/2014

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