Los Titanes nº22

Título: La ciudad donde nunca se duerme (I)
Autor: Roger Corbera
Portada: Alex García
Publicado en: Noviembre 2016

El Aeropuerto Internacional de Miami esta sufriendo el terrible ataque por parte del villano Shrapnel. Este es un trabajo para... ¿Los Titanes? ¡No! Hay un nuevo héroe en la ciudad y se llama Fast-Jack!!
Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y madurar. Son algo más que simples "ayudantes". Son la próxima generación de los mayores héroes del mundo. Son....
Creados por Bob Harney, George Kashdan y Bruno Premiani

Resumen de lo publicado: Comienza una nueva era para los Titanes. Flamebird reclama para sí el clásico nombre y lanza un reto a la nueva generación de héroes adolescentes para que se unan a ella.


Un mensaje del capitán anunció que tomarían tierra en el aeropuerto de Miami en cinco minutos. La azafata recorrió los pasillos del avión para asegurarse que todas las bandejas estaban levantadas y los asientos en posición. Eso último había pasado de moda hacía años, pues ahora los pasajeros estaban tan apretados en sus hileras que era imposible tirar un asiento atrás a menos que quisieras aplastar con el respaldo al pobre desgraciado que se sentara hacia atrás. Y Bette Kane, alias Flamebird, era incapaz de hacerle eso a alguien, no importa que se hubiera pasado el vuelo roncando como un leñador o silbando como una locomotora.

Su compañera de vuelo era el último fichaje de los Titanes, Traci 13(1). se había ofrecido a echarle un hechizo para que durmiera como un bebé. Bette había rechazado la oferta amablemente no le gustaba que usaran con ella la magia, incluso la benévola, después de ver como la brujería volvía locos a Titanes como Raven(2). Traci había aceptado su negativa con estilo; luego había lanzado el hechizo contra el el gordo silbador. Así habían podido conocer su faceta de roncador, con lo que la cosa no mejoró mucho. Luego discutieron sobre si brujería y magia eran lo mismo. Con lo cual la anciana sentada al lado de Traci la llamó zorra pagana. La joven hechicera hizo un deje de dedos y también la puritana abuela se sumió en un sueño agradable. Tanto que le cayó la dentadura.

— ¿Cuánto dura el hechizo de dormir?- preguntó Bette en susurros.

— Unas ocho horas.

— ¿Y no les dará problemas a las azafatas despertarlo?

Traci hizo una pompa de chicle con indiferencia.

— Con lo cara que cobran la Coca-Cola en esta línea, se merecen algún contratiempo de vez en cuando.

Bette tenía que reconocer que el vuelo había sido caro. Era lo que tenían los viajes no programados con antelación a otros estados. En especial cuando vives de un fondo de estudios que no ha dejado de menguar los últimos tiempos. Bette ya había renunciado a sus estudios, por lo que podía destinar el dinero que le legó su tía Kathy a su auténtica vocación: ser súper-heroína. Pero si no encontraba pronto otra fuente de ingresos, tendría que colgar la máscara y ponerse a buscar trabajo. Cualquier trabajo. Como si fuera una graduada cualquiera al terminar unos estudios inútiles para la vida real. En lugar de ser la líder de los mundialmente famosos Titanes(3).

Claro que, ¿qué eran los Titanes? Al principio fueron héroes adolescentes. Casi un club juvenil de los ayudantes de héroes famosos. Luego los niños crecieron y la idea se consolidó. Atrajo a otros jóvenes con poderes, pero sin relación con el mundo súper-heroico. Muchos de ellos perdidos y sin saber a dónde ir. Los Titanes les dio a todos un objetivo y un refugio. La idea había triunfado tanto que joven héroe y Titanes se habían convertido en sinónimos para mucha gente.

Pero todo eso había sido caro, muy caro. Bette nunca había visto los números, pero podía hacerse una idea. Las bases ultra-tecnológicas con piscina particular, las naves a reacción que gastaban en un solo vuelo lo que el avión donde iban en tres viajes, los tratamientos médicos para alienígenas, o simplemente los recambios de trajes y armas costaban millones. Pero Los Titanes siempre habían encontrado mecenas. Ya fueran la LJA, millonarios como Loren Júpiter o Mento, o incluso agencias del Gobierno… Fuera como fuera nunca había faltado el dinero. Su novio, Garfield, el titán llamado Beast Boy, se había ofrecido a pagar algunos gastos. Pero Bette se había negado. En primer lugar porque a Garfield no le sobraba tanto el dinero como pudiera parecer, y él mismo necesitaba pasta para promover su carrera de actor. En segundo lugar, y quizá más importante, no quería depender de él. Pero si la cosa seguía así, tendría que tragarse su orgullo. Ella no era millonaria ni conocía a nadie deseoso de malgastar millones en una causa humanitaria. Ni tenía forma de buscar entre los Fortune 500 algún benefactor. Así que tiraría de sus ahorros hasta que…

— ¿Te has dado cuenta que estamos girando?— dijo Traci de repente.

Era verdad: el aparato había vuelto a levantar el morro y en lugar de empezar el aterrizaje volvía a elevarse. El altavoz anunció que, debido a un problema técnico en las pistas de Miami, tendrían que aterrizar en otro aeropuerto cercano. Se levantó un coro de protestas airadas. Pero de reprente algo sacudió el aparato y se trocaron en exclamaciones de aprensión.

— Qué raro. No había ninguna turbulencia hasta ahora.— se apercibió Bette.

— Algo está pasando allí abajo. Lo noto.—murmuró Traci.

— ¿Qué notas… El mal?

— No. Una perturbación en la Fuerza. – fue la sarcástica respuesta.- El tarot me dijo que encontraría problemas nada más llegar a mi destino.

— ¿Crees en el tarot?

— En el que uso yo, sí. Sólo Tarot delviano. En el que sale en las revistas, no.

— Pasa algo gordo.

— ¿Lo notas en el corazón?— se burló Traci.

— Lo veo por esa ventanilla. Mira el humo. Ese fuego es de gasolina. Y esas sacudidas son explosiones.

Se miraron con frustración. ¿Qué podían hacer desde allí arriba, en un aparato presurizado? Bette ni siquiera tenía su traje (estaba en la maleta. Y sus armas habían tenido que mandarlas con un equipaje sellado). Traci se concentró en su magia, buscando alguna opción. Su compañera encendió el móvil discretamente, a ver si decían algo en las redes sociales…

La pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Miami era una zona de guerra. Había varios aviones reventados y esparcidos por doquier. Grandes charcos de combustible ardiendo. Heridos gritando. Sonaban disparos y explosiones. Para el supervillano Sharpnel(4) era como volver a casa.


En el Aeropuerto Internacional de Miami.

Lo habían contratado para matar una de esas insoportables divas de la música pop. Normandie Shields, Mormondy Shield, o como carajo se llamara. Una de esas niñas pijas que las discográficas convertían en “estrellas” menos, con substancia que el último pedo que se tiró él cuando aún era humano. Un puro fraude. Al parecer alguien debía odiarla aún más que él, porque le habían enviado medio millón para matarla, con medio millón extra si lo hacía públicamente. Eso para Sharpnel era ideal, porque con su aspecto de pila de chatarra retorcida y soldada para recordar vagamente un hombre, y su poder de explotar en mil pedazos de metralla incandescente, la discreción no era su fuerte.

Los servicios de seguridad del aeropuerto habían evacuado a toda prisa las terminales de pasajeros cuando empezaron las explosiones. Había habido momentos de pánico cuando algunas de las cristaleras se rompieron con las ondas expansivas. Pero por suerte nada grave… Salvo un niño perdido. Danny Bulanski tenía ocho años y era el menor de cuatro hermanos que habían venido de visitar su abuela. Su madre iba muy liada entre controlar los niños, el equipaje y discutir por teléfono con su marido, del que llevaba dos años intentando divorciarse o reconciliarse, según las fases lunares. Por eso hay que mirar la señora Bulanski con simpatía cuando se le escapó Danny en mitad de la multitud histérica, mientras intentaba controlar a los tres mayores y cinco maletas a la vez, mientras pedía ayuda vía celular al inútil de su Harold.

Pero Danny no tenía miedo. Protegido tras una máquina de bebidas derribada y con las entrañas de cien latas al aire, miraba la escena del drama con maravilla y miedo a la vez. Pronto aparecería un héroe, seguro. Siempre aparecían entonces. Seguro que sería su favorito. Su campeón. Siempre era el mejor. Denethor82 había dicho en un foro que ese tío era un manta. Que en Gotham tenían mil capas mejores. Pero Danny sabía que aquí, en Miami, nadie podía con él. Era más rápido que Flash, tenía más kii que Batman, era más ágil que Nightwing… Y creía en su héroe con todas sus fuerzas…

Sharpnel lo había intentado hacía dos semanas en Tampa Bay, pero se había entrometido otra niñata. Una latina pirada con poderes. Bronze o Bonza o algo así. La tal Shield o Shell escapó por el canto de un dólar. Por suerte un pajarito dijo a Sharpnel que aquella zorra pretendía coger un avión privado para hacer mutis mientras a él le echaban el guante. Así que, ni corto ni perezoso, el hombre de metal había atacado el aeropuerto. Poniéndose a reventar avioncitos de millonario hasta dar con el de su presa. Ahora iba a darle metralla de la buena (poca cosa más podía hacer con una chica guapa, con su cuerpo hecho de ferralla). Y luego a casa a gastarse la pasta.

Avanzó con sus pies enormes y deformes horadando la pista. Pasó por mitad de un incendio sin calentarse apenas. Allí estaba la estrella llorando. Con un pedacito de Sharpnel clavado en su pierna de bulímica. La mayoría de sus acompañantes (peluquera, representante, maquillador, etc) habían huido o se retorcían de dolor por el suelo. Pero un par de sus carísimos guardaespaldas con armadura de combate seguían a su lado. Como auténticos profesionales. Lástima que sus armas no letales no le hicieran efecto. Normandy había participado en muchas campañas de “Di no” a las armas de fuego. Y le había parecido contradictorio que la protegieran tipos con cañones láser o rayos de plasma. Así que solo llevaban equipo aturdidor y tásers, los mismos con que ahora le disparaban al pecho. A Sharpnel le gustaban los tásers. El cosquilleo era agradable. Casi como volver a tener piel. Apuntó a los dos valientes y decidió que los mataría deprisa. Con la chica, sin embargo, se tomaría su tiempo…


En el avión.

— Según Twitter, Metallo está atacando el aeropuerto. Dicen que intenta matar a Britney Spears.- susurró Flamebird.

— Oh. ¿Y deberíamos impedirlo?

— Por favor, apague el móvil. Puede interferir con los aparatos de abordo.— dijo en tono tajante la azafata.

— Sí, perdón… ¿Qué hacemos?

— Aquí no haremos nada. Tengo que intentar algo diferente. Tápame.

— ¿Eh?

— Que no me vean. Voy a hacer algo radical…

— ¿Así está bien?

— Así… está bien.— Y ante los ojos atónitos de Bette, Traci se abrió una vena de la muñeca con la uña.


En la pista incendiada

Antes que el villano pudiera explotar, algo golpeó contra un lateral de su cabeza, arrugándola como si fuera una bola de papel de estaño. Sharpnel se tambaleó a un lado, pero sin caer. Antes siquiera que ver quien le atacaba, explotó la mitad de su cuerpo. Sonó como un impacto de obús. Pero cuando se aclaró el humo vio que alguien avanzaba, protegido por un enorme cacho de avión que había usado como escudo. Fuera quien fuera era casi tan grande como él. No importaba, pensó Sharpnel mientras fragmentos de metal volaban hacia él para reconstituir su lado explotado y su cabeza se recomponía (el ojo, pero tardaría un poco más). Otra detonación y aquel capullo sería historia. Su escudo no aguantaría otra…

De repente su atacante soltó su protección y saltó. Un salto de más de tres metros en el que pasó por encima de la cabeza retorcida del villano, giró en el aire, y cayó limpiamente a sus espaldas. Pero no fue eso lo que sorprendió a Sharpnel, sino que el tipo (un supercachas con mallas rojas y azules) se había “deshinchado” a mitad de su acrobacia. Habría jurado que perdía músculo y estatura para volverse más esbelto y nervudo. Aun dudaba de sus sentidos cuando empezaron a lloverle golpes.

— Pierdes el tiempo, enano.- río el hombre de metal con su voz como el chirriar de dos ruedas dentadas.

— Me llamo Fast-Jack(5), tío. Y sé manejar engendros como tú.

Sharpnel se dio cuenta que era cierto. Cada golpe era preciso como un corte de bisturí, y con cada uno un pedazo de él caía al suelo. Pero en lugar de volver a unirse a su cuerpo, como pasaba normalmente, ahora quedaban inerte. Sharpnel recordó de repente una pesadilla que tuvo hacía años en lo que sucedía exactamente eso. Su propia esposa y sus hijas le atacaban con tijeras de cortar papel mientras él lloraba…

— ¡NOOO! ¡Muere, cerdo!— lanzó otra explosión. Pero de nuevo el tipo se escurrió; deslizándose entre sus piernas y salvándose así de acabar hecho papilla. Sharpnel habría podido explotar su cuerpo entero en todas direcciones, pero le daba miedo. ¿Y si no podía recomponerse luego?

— Es Faaast-Jaack.- Se burlaba de él mientras lo desmembraba a golpes.- Repite conmigo… F-A-S-T-….

Por todo el aeropuerto, las víctimas levantaban la cabeza para ver aquello y recuperaban la esperanza. Los trabajadores escondidos tras pilas de maletas le daban ánimos. Incluso los guardaespaldas que se apresuraban a sacar a Normandy Shields no pudieron evitar mirar por encima de sus hombros y desear su victoria. Muchos recordaron el vídeo viral de cuando Fast-jack venció a Mamut en Tallahasee. Claro que algunos dudaban que fuera el mismo. Entonces el héroe no tenía aquella pinta. Había sido un gigante de músculos hinchados que repartía golpes como cañonazos…

— Oh, mierda. — Fast-Jack notó como su mano crecía a mitad de un golpe. Lo que debía ser un golpe de precisión para cortar otra “loncha” del villano sólo abolló su cuerpo metálico. Y los golpes contundentes apenas afectaban a ese engendro. Necesitaba precisión. Pero era tan difícil con…

De repente Sharpnel le clavó en el pecho en expansión el muñón de su brazo izquierdo. No había podido esquivarlo con tanta masa que estaba ganando, y no tenía aun bastante densidad como para que no le hiriera el impacto. Notó como los hierrajos retorcidos se clavaban en su piel. Pero aun peor; notaba como el dolor iba avanzando hacia dentro. Como si fragmentos de Sharpnel cavaran dentro de su carne, buscando sus entrañas…

— No suelo comer así, chaval. Pero creo que te mereces que me salte los preliminares. Di adiós a tus pulmones, Fast-Jerk…

De repente se oyó un aleteo y dos patas terminadas en garras se posaron sobre la cabeza de Sharpnel. Un pájaro negro se había posado en su cabeza. Era tan raro que se le acercara un animal que el villano parpadeó. Pero entonces la extraña ave volvió a extender sus alas y plumas negras salieron disparadas contra el rostro del villano. Más como una nube de flechas que como una almohada reventada. Nada acostumbrado a la magia, Sharpnel tuvo un instante de miedo, recordando como los golpes de Fast-Jack le habían cortado a pedazos. Pero la nube pasó y él seguía intacto. El pájaro se había ido (¿Qué demonios fue eso?). Entonces recordó que iba a chuparle la sangre a ese mamón. Lo miró a los ojos para ver como moría… Y se dio cuenta que Fast-Jack sonreía.

— Me encanta una primera cita fuerte, tío. Pero también pienso…. Que los preliminares son lo mejor.

— ¡Sí!—dijo desde la terminal Danny Bulanski. No podía oír nada de lo que decían. Pero su aguda vista de niño reconocía la sonrisa audaz de un héroe. ¡Fast-Jack era el mejor! – ¡Acaba con él Jaack!

Sharpnel notó de repente algo extraño: aquel mamón no tenía sangre. Los zarcillos de metal que habían perforado su cuerpo no detectaban ningún fluido. Es más: notaba que la carne se endurecía a su alrededor, hasta el punto que habían quedado atrapados. ¡No podía apartarse de él! Tenía que explotar y liberarse. Pero notaba la cabeza pesada. Era como si aquellas plumas…

Fast-Jack decapitó el villano de un revés de su mano. Un golpe tajante que el villano no pudo resistir. La cabezota amorfa dio tumbos por el suelo, hasta que se detuvo en mitad de un charco ardiente. Allí el pájaro se poso encima suyo y empezó a picotearle los ojos rojos, mientras la mandíbula aun se movía.

LOL(6).— Fast-Jack estaba boquiabierto.— Supongo que debo darte las gracias, amigo…

Mejor dáselas sacrificando un carnero a Ares.— dijo una voz a sus espaldas. Una imagen espectral de Traci13 flotaba en el aire enrarecido.— Tú debes de ser el tío nuevo de Miami, ¿no? Flamebird me habló de ti. Crackerjack.

— Es Fast-Jack, preciosa. Pero tu puedes llamarme Jack.—dijo con una sonrisa seductora.

Creo que Crackerjack te queda muy bien, campeón. Creo que deberías buscar un médico.

— No te preocupes. Me curo rápido.- Eso era cierto. Sus profundas laceraciones ni siquiera sangraban y apenas se percibían en la piel. – Un momento, ¿has dicho Flamebird? ¿Cómo en “Flamebird de los Titanes”? ¿Entonces habéis venido a ficharme?—dijo antes de lanzar un grito de entusiasmo.

Bueno… Digamos que venimos a la entrevista final. Mira, me cuesta mantener este ectoplasma ahora mismo. ¿Podemos vernos en algún sitio?

— Mañana en el bar del hotel Miramar Playa. Una hora después de cerrar.

Ok. Allí nos vemos. Adiós. ¡Ah! Y piensa en serio lo del carnero. Uno de terracota también valdrá— Y con eso desapareció. El héroe juvenil se dio cuenta que el cuervo (o lo que fuera) también había desaparecido.

"Una chica sexy", pensó Fastjack. Se preguntó si todas las Titanes estarían como ella… Entonces oyó voces que le llamaban. Policías y bomberos se movían por la pista. Pero por delante de todos corría Normandy Shields, con el brazo vendado. Lo abrazó como si fuera el galán de la película, que se reencuentra con su gran amor después de mil peligros. Fast-Jack sonrió y se dejó querer mientras posaban abrazados para las primeras fotos.


En un vuelo dirigido al Aeropuerto de Fort Lauderdale

Flamebird estaba a punto de perder los nervios cuando Traci despertó. Había intentado vendarle la muñeca, pero aun medio inconsciente ella no se dejaba. Afortunadamente todo el mundo estaba ocupado mirando por las ventanillas o hablando para ver aquello. Pero la hemorragia la estaba asustando hasta casi la histeria cuando por fin Traci volvió en sí.

— ¿Qué ha pasado?- murmuró Flamebird.— ¿estás bien?

— Sí, sí… Hice una ofrenda de sangre y miedo a un dios, nada más. Luego proyecté mi ectoplasma.

— ¿Y no pudiste decírmelo? Casi me matas del susto.

— Es que el miedo que ofrecí era el tuyo, nena. Mi cuerpo es un altar… Casi literalmente.

— No entiendo nada.

— Ya te lo cuento luego… Estoy un poco amodorrada. He conocido a ese nuevo Fast-Jack, el pavo al que venimos a ver. Luchamos contra ese tipo que parece un vertedero de coches ambulante.

— ¿Metallo(7)?

— No sé. Supongo. ¿Puedes vendarme bien la muñeca? Voy a dormir un poco antes que aterricemos. Mañana hemos quedado con él.

Flamebird hizo lo que decía. “Otra vez que no sirvo para nada”, le dijo una vocecita en su cabeza. Pero era una opinión a la que cada vez hacía menos caso. Ya demostró lo que valía contra Polaris. Además de no haber estado ella Traci no hubiera podido disimular su conjuro. A saber qué hubiera entonces. Bueno, fuera como fuera pronto llegarían a Miami. Al parecer el Tarot tenía razón, y su estancia en la costa del Caribe sería de todo menos aburrida.


En el Aeropuerto Internacional de Miami

Danny Bulanski fue encontrado por su madre antes de lo que éste hubiera querido. Recibió muchos besos llorosos y una colleja importante. La bronca ya se la daría en casa su padre, que ya le dio un anticipo por teléfono. A Danny le hubiera encantado ir hacia la rueda de prensa que se improvisaba en la parte intacta, ver a Fast-Jack de cerca y quizá incluso hacerse un selfie con él. Hubiera sido genial: el mejor héroe del mundo y su fan número uno. Pero había sido tan genial verlo en acción. Había vencido al malo y se había llevado a la chica. Estaba seguro que cuando lo dijera en el foro fliparía. En el colegio lo envidiarían. Aquello había sido un sueño hecho realidad.

Continuará...

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Referencias:
1 .- Traci 13 apareció en nuestro último número. Para conocer más datos de ella, no dejes de visitar nuestra Wiki.
2 .- Para más señas, revisa nuestra saga TITANES: ALMAS ROTAS (Los Titanes nº14-18 aquí, en Action Tales)
3 .- Aunque llevaba ejerciendo como tal un tiempo, Flamebird es la líder oficial de los Titanes desde nuestro último número.
4 .- Shrapnel (Metralla) es el nombre de guerra de Mark Scheffer, cuyo cuerpo esta compuesto por diferentes piezas de metal organico que puede utilizar para que asuman cualquier forma que desee, incluyendo la habilidad de "hacerse explotar" y reconstruir luego su cuerpo. Fue creado por Erick Larsen para el Doom Patrol v2 #07 (1988).
5 .- ¿Quién es Fast-Jack? Amigo, no trates de buscarlo en Google que no lo encontrarás. Deberás seguir leyendo para poder enterarte... Jejejeje!
6 .- 6.- LOL es un acrónimo en inglés que significa Laughing out loud, Laugh out loud, o a veces Lots of laughs, traducido como «reírse en voz alta o reírse mucho tiempo» (es decir, a carcajadas), «muerto de risa», «reírse mucho» y «muchas risas» Esto... Si, los jóvenes hablan de esta manera. En fin...
7 .- Vale, ya hemos dejado claro que el villano de esta historia era Shrapnel. Entonces ¿por qué tanto insistir con lo de Metallo? Bueno, Shrapnel es un villano poco conocido y Metallo ha aparecido mas veces en la prensa gracias a su enemistad con Superman. Con la cantidad de supertipos que hay por ahí fuera en el UDC ¿no sería normal que el público solo se acuerde de aquellos más famosos? Pues eso...

1 comentario:

  1. Un número de lo mas interesante, la formación de un nuevo equipo siempre me llama la atención, y si mete algún personaje de creación propia más, algo me dice que Danny y Fast-Jack van a estar muy relacionados jejeje

    Pd: Brutal la portada, me encanta

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