Showcase nº25: Stargirl

Título: Desembotellando la rabia
Autor: Karen Aguilar
Portada: Ernesto Treviño
Publicado en: Enero 2017

Un tranquilo excursión escolar siempre puede derivar en una excitante aventura... sobre todo si eres las fabulosa Stargirl! Karen Aguilar regresa a su personaje fetiche y nos narra una nueva y divertida aventura
Quizás ella empezase todo esto por las razones equivocadas pero hoy por hoy es la una mas que digna portadora del legado de los Starmen. Puede tener sus raices en el pasado pero ella es el rostro de toda una nueva generación de héroes. Ella es
Creada por Geoff Johns y Lee Moder

Dentro de un hogar común y corriente, como cualquiera de Blue Valley, Nebraska. La puesta de sol luce hermosa desde el tejado.

Ahí una joven observa la maravilla de la naturaleza. Aquel milagro estelar que sustenta la vida con el calor que brinda. El sábado fue fácil para ella, persiguiendo a un asaltante que huía del banco con el motín en mano. Fue muy fácil para Stargirl. Levantó el vehículo sin esfuerzo alguno con el rayo de levitación de su vara cósmica.

El día de hoy, domingo, fue agradable para ella terminar su tarea y descansar. Relajándose ahora para el día siguiente. Pues aunque físicamente se encuentra descansada, mentalmente tiene mucho encima. Pues las superheroínas también se deprimen por asuntos del corazón.

Courtney Whitmore, por más que lo desea, no puede dormir temprano. Una parte de su vida se ha ido de nuevo. Y finalmente después de tres horas, ella queda dormida.

Y al día siguiente. Lunes por la mañana.

Y el día comenzó de una manera desastrosa…

-Court. Hija. Ya levántate. –Dijo la señora Barbara Whitmore mientras recogía las cortinas de la habitación.

Cuando mi mamá me despierta entre semana, sólo significa una cosa.

-¿Dormí de más? –Pregunta moviendo las sábanas hacia un costado.

-Dormiste de más. –Responde terminando de retirar las sábanas de encima de su hija, aún recostada.

-¡Dormí de más! –Termina de reaccionar la chica ante la afirmación de su madre. Levantándose bruscamente de la cama.

-Cámbiate rápido, el desayuno esta ya abajo y no saldrás con el estómago vacío.

Dormí de más. Toda la noche pensando en amigos que ya no veo. Romances fallidos y recientemente inalcanzables. Tres semanas desde que Vero se fue, me reconforta cuando hablamos por teléfono. Ambas nos extrañamos mucho.

Debo de dejar de pensar demasiado en mi soledad social, mi familia es buena y no todos pueden decir que trabajan hombro a hombro con superhéroes.

Me vestí lo más rápido que pude. Puse sobre mi mochila mi traje de Stargirl. Sí por mí fuera, no lo llevaría a todos lados, pero la experiencia me dice que es mejor llevarlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no llevarlo. Alan Scott me enseñó eso también, pero para él es más fácil, solo ordena a su anillo cambiar de ropa y listo.

Y bueno, honestamente, después de todo el caos que tuve que lidiar hoy… No me arrepentí de traer mi uniforme y el cetro cósmico.


Una vez lista en cuanto al vestido y peinado. Bajo las escaleras para ir a la mesa. Una vez ahí, tomó un vaso de leche y un pan tostado. Dejando parte de su desayuno en su lugar.

-Momento, jovencita. No vas a ir a ninguna parte sin terminar todo.

-Pero, má. Se me esta haciendo tarde. De hecho, pensaba en llegar volando hasta allá.

-¿Sin tu máscara puesta? ¿Y sí alguien te ve aterrizar por ahí?

-No si lo hago en la azotea y muy, pero muy rápido.

-Mmmmmm. Sí vas a ir “muy, pero muy” rápido, tienes tiempo de terminar tu desayuno entonces, señorita. ¿O deseas que niegue de último momento tu permiso escolar para ir de excursión?

-Está bien. –Y diciendo eso, comenzó a cucharear su cereal.

Madres. ¿Quién puede contra ellas? Lo bueno era que no sería la última en llegar tarde. En días de excursiones, siempre dan tolerancia cerca de media hora de lo acordado.

Por un breve minuto pensé en llegar volando hasta allá de no alcanzarlos. Pero no quería eso. Warren me pidió si nos podíamos sentar juntos en el autobús. Es mil veces mejor que volar por ahí en solitario.


-Listo —una vez obedeciendo a su mamá—. Saldré por la ventana volando. –Se despidió de su madre de un beso en la mejilla. Al mismo tiempo su padrastro, quien recién estaba regresando a casa entro a la cocina.

-Toma, chiquilla. Para que los compartas en el camino. –Dijo Pat Dugan ofreciéndole una bolsa de panecillos.

Ella los tomó y se despidió de él con un abrazo. Agradeciéndole el gesto.

-¡Los veré pronto! ¡Me despiden de los niños! ¡Los quiero! –Dijo sonriente subiendo las escaleras. Una vez en posición, emprendió vuelo a una gran velocidad para no ser vista.

-Hay que aprovecharla, amor. El tiempo vuela y dentro de poco se nos va a la universidad. –Decía Pat mientras miraba por la ventana.

-Sí, quizás hasta se cambie el nombre a Starwoman. Ahora, vayamos a ver a Mike y a Patrecia para prepararles el desayuno.

Mike Dugan, el hermano menor, le tocaba entrar un poco más tarde de lo usual al colegio. Mientras que Patricia Lynn Dugan es una bebé.

Y en los cielos, nadie se percató de que había una adolescente recorriendo el paisaje a una altura muy considerable.

Mientras vuelo por los aires, es muy satisfactoria la sensación de sentir el viento en la cara. Los rayos del sol rodeando mi cuerpo. VER TODO DESDE ABAJO Y SENTIRSE TAN PEQUEÑITA.

Sus pensamientos son cálidos y tenues. Una vez estando justo sobre el techo de su escuela a más de 150 metros de distancia, Stargirl voló en picada muy rápido. Para luego frenar y amortiguar su descenso.

Abrió la puerta y bajó. Compactando su vara para guardarlo al engancharlo en su cinturón, el segundo accesorio en su arsenal.

¡Ja! En realidad así fue. No era la última en llegar tarde. Otros chicos vinieron poco después e mí.

-Muy bien, Courtney. Entra, dentro de poco nos vamos.

Estaba muy emocionada por muchas cosas. Iríamos de excursión a San Francisco. Primero al Museo de Arte Moderno y luego pasaríamos un rato en el Parque Nacional Muir Woods.

-Claro, señora Foster. –Courtney le daba el permiso firmado por sus padres. Ella entro y con la mirada buscaba al chico que la hacía suspirar. Sólo que él le ayudo haciéndole una señal.

-¡Hey! –levantó la mano derecha para indicar donde estaba—. Te aparte el lugar, el de la ventana, como te gusta. Pensé que ibas a llegar antes.

-Sí, es que no pude dormir muy bien que digamos, Warren.

-Yo tampoco. No es que me entusiasme tanto visitar el Museo de Arte Moderno, pero al menos servirá para distraernos un poco. ¿Todavía extraño a Veronica, sabes? A veces cuesta trabajo pensar que se haya ido.

-Sí… lo sé.

Warren es mi amigo. Mi más grande amigo en la escuela hoy en día. Y para mi significa más que eso. Estoy enamorada de él, pero hubo algo muy breve entre ella y Veronica. No sé si pueda competir con ella para que este chico ciego se fije en mí. Para colmo, él está enamorado de mi alias. Definitivamente no puedo competir contra mí misma.

Se me ocurrió algo para cambiarle el tema de conversación, pero la vida se encargó de eso cuando…


En ese momento una chica hizo su aparición abordando el transporte. Ella no se había presentado durante un mes a clases. Y claro, sus faltas fueron justificadas por sus padres. Ella tomaba clases particulares durante esas cuatro semanas. Ahora ella se reintegra a su escuela, pero no es la misma persona.

-¡Hola, Erika! –saludo Courtny a su nueva compañera—. ¿Cómo has estado todo este tiempo?

Ella pasó de largo sin saludar a su compañera de clases. Y de igual forma, hizo con sus amigas.

-¡Erika! Te estábamos esperando para…

Desprecio sentarse cerca de ellas. Prosiguiendo hasta la parte trasera del autobús. Sentada al lado de aquellos con los que casi nunca, o nunca, ha dirigido palabras.

-¿Qué le habrá sucedido?

-No lo sé, Warren. Supongo que habrá de darle tiempo. –Contesta ella a su amigo, escuchando susurros de otros ante lo sucedido.

La situación extraña paso minutos después. Me determiné a tratar de acercarme a ella en el museo. Sólo tres veces he tratado con Erika más allá de los libros y las tareas en equipos.

Pasan algunas horas, varios compañeros comenzaron a aburrirse y recurrieron a sus videojuegos portátiles, o a sus teléfonos inteligentes. Las selfies también se practicaron dentro del autobús. Yo no suelo recurrir a la tecnología para atacar el aburrimiento. Y no lo digo por el hecho de que no pueda sentirme aburrida al lado de Warren, sino que prefiero el trato cercano con la gente. Tener una conversación en persona que por un chat, a menos que vivan muy lejos, claro.

Durante el camino, poco a poco todos sacamos algo de almorzar. Compartimos Warren y yo los panecillos que me dio Pat. Y a su vez él me da de sus sándwiches. Es agradable compartir con aquellos a los que quieres. Es lo que a menudo Pat dice. Y es demasiado cierto.

No sólo por los alimentos, sino también por esos bellos y amenos momentos. Siempre es bueno ir a volar de vez en cuando al lado de Jade. Hacer caritas a mi hermana para que se ría, o inclusive (me atrevo a escribirlo) ayudar a mi hermano en sus tareas difíciles. ESTE MOMENTO ENTRE AMIGOS SI NO ES TAN DIFERENTE.

Y estar con Warren, ya sea por un momento breve o uno largo como esté, siempre es saludable.


-No lo sé, en realidad me comienza a agradar la serie de los zombies. Y mira que yo…

-Tú no le tienes tanta paciencia a los zombies, lo sé, lo sé, Warren. Aunque creo que prefieres la serie más por la protagonista que por la trama.

-Je, me conoces bien, amiga. Sólo que sí, la trama esta vez me ha atrapado. Además, ¿no ocurre lo mismo entre tú y la saga Crepúsculo? ¿Eh? –Warren cuestionaba a su amiga picándole suavemente las costillas para hacerle cosquillas.

-He He. ¡Oye! ¡Con Robert Pattinson y Taylor Lautner no te metas! –Reprocho en juego tomando a su amigo del cuello con un brazo y con el otro frotándole ligeramente los nudillos contra su cabeza. Claro, en juego.

Que tu mejor amigo sea el chico que te agrada. Y que jugueteando te haga cosquillas, hace que desaparezca toda inseguridad con él. Difícilmente tartamudeas o te sudan las manos cuando te le acercas.

Amistades como estás son las que no quieres arruinar cuando pretendes algo más que una amistad. Pero como me dijo Power Girl una vez… Llega el momento en que necesitas arriesgarte para ganar. SÓLO QUE EL MOMENTO (creo) AUN NO HA LLEGADO.


Entre risa y risa. Ambos estudiantes olvidan y se despejan de los motivos que han provocado ciertos dolores. Warren el que su amiga y amada se marchará a otro lado a vivir. Con el alter ego de Stargirl, ciertamente la situación es mucho más profunda. El Captain Marvel, sus primeros amigos Maria y Joshua; este último con un breve romance. Y recientemente su amiga Veronica. Quedando cerca y a la vez tan lejos de Warren.

Pero como se ha notado. Al menos por ahora, ambos jóvenes disfrutan estar libres de esos sentimientos de melancolía.

De pronto, Courtney volteaba hacia atrás para mirar a Erika.

-¿Sigues vigilando a Erika? Es la tercera vez que la observas. ¿Le pasa algo?

-No. Es sólo que me parece extraña su actitud. No me saludo a mí ni si quiera a sus mejores amigas. ¿Crees que le haya pasado algo? –Pronuncio estas oraciones sin despegarle la vista a la chica. Pues ella permanecía siempre mirando hacia la ventana, ignorada por las chicas a su lado.

Aparentemente ella lo había provocado.

-Tienes razón. ¿Te parece sí intentamos hablarle cuando salgamos?

-Desde luego. Pero si ha rechazado a sus amigas… ¿qué posibilidades tenemos nosotros? Como sea, intentémoslo.

En verdad no me gustaba verla así. No nos hablamos demasiado, aunque lo he intentado. Recuerdo que cuando recién llegue a Blue Valley, ella me hablaba con normalidad, teníamos una buena relación como compañeras y nunca se portó grosera conmigo.

Aun de lejos, ambas nos saludábamos con una sonrisa. Inclusive una vez evite que la asaltaran como Stargirl. Noqueé a aquel tipo y destruí su arma. Cuando me ofrecí para quedarme con ella en cuanto llegara la policía, ella huyó corriendo. Dijo que tenía que llegar a casa y tomar sus medicinas. La verdad parecía muy agitada en ese momento. Supongo que sí necesitaba sus medicinas.

Luego vino un hombre mayor caminando lo más rápido que podía. Él fue testigo ocular desde una esquina de la calle. Vino la policía y pudimos presentar cargos con el ladrón. Todavía aquel maleante se atrevió a pedirme mi autógrafo el muy descarado.


Pasaron los minutos mientras el vehículo viajaba en el tráfico. Llegar a San Francisco desde Nebraska era un viaje muy largo. Así que el autobús hiso una parada programada en una alameda, en donde podrían caminar y sentir el aire fresco. Y a las pocas horas, pronto aquel grupo de estudiantes iría a comer en un restaurante que los recibiría con un descuento especial de estudiantes del 50%.

Ya cuando todos estaban satisfechos, de nuevo irían al autobús, pero esta vez todos lo bordarían de una manera distinta. Puesto a que allí tendrían que dormir el resto del camino, el director determino que para evitar malentendidos de cualquier tipo, los chicos se sentarán en los asientos traseros, mientras todas las chicas en los delanteros.

-Bueno, Court. Espero que puedas dormir y descansar esta noche. Yo por mi parte, corro el riesgo de despertarme con una terrible torticolis en el cuello.

-Bien. Espero que ese no sea el caso. Iba a retarte a correr unas carreritas. Jejeje. –Dijo ella mientras entraba primero junto con las demás chicas al autobús.

Cuando nos despedimos, trate de ubicar a Erika, pero fue de las primeras en entrar. Pues desde mi asiento, vi que ella se sentó hasta el frente, justo al lado de la profesora.

Salude a Martha, mi compañera de asientos de esta noche. Platicamos sobre películas, después ella empezó a leer un libro. Yo preferí escribir estas palabras hasta que finalmente nos quedamos dormidas.


La noche era tranquila. No había ningún percance hasta el momento. El chofer del vehículo conocía muy bien la ruta designada para llegar a un hotel en San Francisco, donde se hospedarían y descansarían por unas horas, preparándose para luego dirigirse al museo.

Y a la mañana siguiente. Una hora después de que ya todos despertaron del autobús, el chofer se estaciona en el lugar designado a las afueras del hotel.

-Muy bien. Muy bien, chicos —decía el director una vez todos salieron del autobús —. Aquí tengo una lista sobre cómo se distribuirán en cada habitación. Primero pasen y dejen sus cosas.

Del hotel salió el dueño del lugar, el cual es un primo del director. Ambos pudieron negociar que los precios del hospedaje fuesen accesibles para los estudiantes. El director siempre trataba de pensar en todo, pero él ni nadie, imaginaba el peligro que ocurriría en pocas horas.

Y cuando llegaron a su destino, el Museo de Arte Moderno. Todos bajaron alegres de estar ya fuera y estirar las piernas, una vez más.

-¡Uhhh! Sí que me hacía falta estirar las piernas. Y lo mejor de todo, el día esta soleado y hermoso. –Courtney estiraba su espalda mientras salía del vehículo junto con Warren.

-Sí, será genial pasar al parque nacional después de ver todo el museo, Court. ¿Pudiste dormir anoche? Cómo que yo no tanto.

-En un principio no, pero después de que casi terminara de escribir en mi diario…

-¿Tienes un diario?

-Sí, ¿qué tiene que haga eso? Jeje.

-No, nada de malo. Sólo que a veces me fastidio de escribir tanta tarea, no creo que me quedaran ganas suficientes para hacerlo en un diario. Además de que tengo una pésima ortografía.

-Sip. Bastante mala por cierto. –Dijo en un tono juguetón de burla.

-¡Oye! ¡Basta ya! –Respondió Warren a manera de juego.

Todos los estudiantes bajaban poco a poco. Y se reunían frente al museo. La adolescente con poderes estelares vio de pronto a Erika bajando por las escaleras. A excepción del chofer y el profesor, ella fue la última en salir.

Erika caminaba y todos también la evitaban, era obvio que ella no quería estar cerca de alguien. Y por consiguiente, ella permanecía distante.

Caminaba sin mirar a sus compañeros. En cambio, una lluvia de murmuraciones hacia ella sonaba muy despacio. Lo que Warren y Courtney escuchaban no era nada agradable. Murmullos sobre “¿qué le ha pasado?” “No me quiso hablar en el hotel.” “Qué lástima que nos tocó compartir habitación con ella.” O “que rara se ha vuelto”. Y Courtney no supo de qué manera acercarse a ella al escuchar aquellos murmuros.

El profesor, el segundo a cargo de la excursión, hablaba con un guía para contratarlo. Y desde ese lugar, una estudiante lo observa con recelo. Algo que nadie nota.

Mientras, no muy lejos de aquella enfadada estudiante. Asombrada, Stargirl dijo a su amigo.

-Mira. Este edificio es admirable. –Ella miraba las fuentes al exterior de la instalación. Y sin dejar de mirar al cielo, ella sonreía por el momento.

Dos horas nos llevó recorrer el museo. Contemplando las obras del lugar. Desde las más hermosas como The Flower Carrier de Diego Rivera, Woman with a Hat de Henri Matisse y Lake George de Georgia O`Keeffe. Hasta las más impactantes como Les valeurs personnelles o Violin and Candlestick. De entre todas, esas me agradaron más para hacer mi reporte y análisis.

Y en el recorrido, Erika seguía sola, permanecía con el grupo, pero muy atrás de todos. Sus amigas la miraban como si quisieran acercársele. Y ella las miraba ahuyentándolas con la mirada.


El guía realizaba su trabajo. Hasta que se estableció un tiempo de 15 minutos de descanso antes de finalizar el recorrido. Aprovechando, algunos se sentaron en las bancas y unos más fueron a los sanitarios.

Stargirl se estaba lavando las manos, y cuando salió de ahí, intervino en algo que presencio.

-¡Oigan! Déjala en paz, Ferni. No busques pleitos con Erika y con nadie más. –Dijo ella tras ver a Ferni, otra compañera de clase, empujar a Erika hacia la pared.

-Yo sólo quería saber que le pasa a ella, Whitmore. Pero –Ferni agregó—, ella es tan esquiva y me desespere.

-Eso no te da ningún derecho a empujarla contra la pared. –Replicó mientras la malhumorada estudiante se marchaba.

-Como sea.

Cuando Ferni nos dio la espalda y se fue. Erika se reincorporó para seguir en sus asuntos. Le pregunte si estaba bien, y sólo dijo que sí. Marchándose también diciendo que quería estar sola. Después de todo, habría más oportunidad para intentar alcanzarla en el parque.

Y como cuarenta minutos después, volvimos al autobús. Para llegar a nuestro siguiente destino, el Parque Nacional Muir Woods. No quedaba tan lejos del museo. La verdad es que era nuestra parada más esperada en esta excursión, no sólo por las maravillas de la naturaleza, sino porque queda bien para pasar el tiempo con aquellos que quieres.

Antes de llegar, se podían observar los árboles tan altos y majestuosos. Secuoyas gigantes con casi un milenio de vida. No por nada fue declarado monumento de la nación en 1908. Eso junto con el paisaje citadino del Puente Golden Gate es de San Francisco lo que más impacta.


De nuevo, se repite la mecánica de bajar y esperar a que llegue algún encargado de los visitantes.

-Bien, chicos. Estoy seguro de que ustedes no desean perderse aquí dentro. Por lo que sólo tienen que seguir los caminos marcados en los mapas que nos han dado en la entrada. –El profesor dijo mientras se distribuían el resto de los supervisores, pues un solo hombre no podría manejar por sí mismo a casi setenta adolescentes.

A este punto de la excursión, cada quien decidía dónde comer, siempre y cuando no se alejaran demasiado del resto. Así que las mochilas fueron abiertas para sacar las bebidas y alimentos. No sin antes tender una manta sobre el suelo.

Este paseo sirve de maravilla para el par de amigos. Se han liberado de momento de sus ataduras emocionales. Y actúan como lo que son. Amigos.

El problema en ello era que nuestra chica con un alias heroico sabe, que la idea de trascender a algo mayor que una amistad con Warren, volvería a acecharla.

-Mira, Erika al menos se ha sentado en el mismo grupo que Jake y Alice.

-Sí, pero no hace por platicar, Court. Como si no se esforzara –Argumento Warren.

Y antes de que su amiga sugiriera acercarse a ese grupo para tratar de reintegrar a Erika de una vez por todas. Llego Ferny, la misma grosera del museo. Y con intenciones dudosas.

-Hola, chicos. ¿Qué es lo que esta rara les ha dicho desde que está con ustedes? –los dos chicos, Jake y Alice se voltearon a verse—. Apuesto a que nada. A mí tampoco me dirigió la palabra en el museo.

-Uhh. Hola, Ferny. ¿Sabes? No me agrada que vengas a mí para que hables en ese tono hiriente. –Jake, un chico conocido por decir las cosas como son y sin adornos, dijo intentando meter algo de sensatez a la prepotente Ferny.

-¿Palabras hirientes dices? Sólo pongo en manifiesto lo que es obvio, digo, por si ustedes no lo han notado con ella. –señaló a Erika, quien permanecía en silencio—. ¿Ven? Ni siquiera me dice algo.

-No importa, Ferny. Si Erika no desea hablar, es por algo y respetamos que no lo haga aún, pero al menos decidió acercarse a nosotros y eso ya es algo. Digo, sé que tú no tienes decencia para tratar bien a las personas, por sí no lo has notado.

Y así, es como se marcha Ferny, frunciendo el ceño y balbuceando sobre la decencia.

-Esa Ferny, siempre se quiere salir con la suya.

-Sí, Alice. Es como un dolor de muela.

-Gracias, chicos. Por hacer que se fuera y no me molestara.

-No es nada, Erika. Si necesitas tiempo para hablarnos, es lo que tendrás de nosotros.

No sé qué pasó exactamente, pero las intenciones de Ferny siempre son las mismas. Se necesita ser muy astuto para revertirle las cosas y hacer que se vaya del modo que lo hizo. Y de un momento a otro, las cosas se pusieron muy extrañas…

Cuando la chica caminaba con un gran enojo, quería estar sola. ¿En verdad es tan odiada como para que sus “amigas” estén con ella únicamente por conveniencia? Pero ahora, su mente rondaba más en el asunto de sus calificaciones.

Sus padres son adinerados y pocas veces, ella sarcásticamente da a entender que puede comprar inclusive una buena calificación. Cosa que ha hecho por cuarta vez. Que mal que un profesor capaz y honesto no tuvo preció ante su oferta.

Es por ello que ella está aquí. Con la esperanza de trabajar y conseguir justamente una mejor calificación que no sea 7. Para ganar créditos extra. Situación que la ha enfurecido bastante. Trabajar para un 8 de calificación, porque no pudo comprar el capricho de un 9 o 10.

-Señorita Ferny Verheiden —dijo el profesor—. ¿A dónde cree que va?

-Sólo voy a pasear un rato sola. –Su comportamiento apenas y lo podía manejar. Estaba hablando con la razón de su profundo enojo.

-Bien, pero no se aleje bastante, en 20 minutos nos iremos a reanudar el paseo. ¿Puedo confiar en usted?

-No quiero perderme de un ocho, señor Eduars. ¿Qué le hace pensar que deseo perderme en San Francisco? –Ferny hablaba con verdad, pero por dentro, quería explotar en rabia. Todo ese sentimiento negativo tuvo que tragárselo. Y fingir que no guarda recelo a su profesor, aunque este lo percibe.

Caminó por unos seis minutos, se sentó en una roca. Notó desde ahí, que una secuoya tenía una marca extraña en su tronco como a unos diez metros de altura. No dio importancia a ello, pero se acercó a aquel árbol para recargar su espalda en él.

Ella sintió algo extraño cerca de ese árbol. Como si algo le dijera que tenía que estar del otro lado del tronco. Y en su curiosidad, así fue. Estuvo frente al otro lado del tronco y algo más. Inexplicablemente sintió que debía escarbar ahí para remover una piedra de 13 kilos. Una vez conseguido eso, rápidamente ella cayó en un agujero.

Como si esa roca removida fuera la apertura de la cerradura a un agujero bajo tierra. La chica aterrizó sobre un montón de tierra, toda la que había bajo sus pies y sobre el techo de una cueva extraña. Una habitación pequeña con paredes de ladrillo muy antiguo, en las cuales se miraban extraños símbolos. En las esquinas colgaban antorchas que no habían sido encendidas en mucho tiempo.

Ella se impactó demasiado. Se encontraba en una cámara antigua y muy profunda. En la cual, parte del techo exponía un pequeño hoyo que permitía el paso de la luz al interior. Mismo hoyo por el cual la chica entro. Ferny se levantó y soltó aquella chamarra que abrazó durante su descenso sorpresivo.

-¿Qué es aquí? –Murmuro tratando de hallar sentido a lo que pasó.

Camino al otro extremo de la cámara, donde hallo cuatro objetos sobre una barra de granito. Del mismo material de los ladrillos y el techo. Los objetos eran un anillo negro, un par de brazaletes de cristal azulado y una máscara de oro.

Sin más que poder hacer por el momento, ella no se preocupa por salir o pedir auxilio. Antes de eso, Ferny Verheiden piensa en tocar esos instrumentos de joyería antigua. Limpia el polvo de su descubrimiento asombroso. Comienza colocándose los brazaletes cristalinos, sintiéndose realmente poderosa.

Creyendo que ha de verse como toda una reina de historia portándolos. Se coloca la máscara y la sensación de poderío aumenta indescriptiblemente. Y finalmente sin saberlo, se coloca el objeto más peligroso de los tres, ese anillo negro. Desembocando en algo trágico para lo que fue alguna vez su mente.

Una explosión toma lugar. La cámara oculta vuela en pedazos en un destello de oscuro morado. Ferny sería la responsable indirecta de ello. Su mente, cuerpo y energía ahora ya no son de ella, sino de aquellos accesorios que ha usado.

-¿Qué está… sucediéndome…? –Pregunta ella mientras la oleada de energía recorre su piel. Descargando potentes truenos morados desde sus brillantes palmas ahora negras.

El viento se hacía notar en el movimiento de su cabellera pelirroja. Y entendiendo lo que ha pasado, siente extensiones delgadas de roca negra entrando en ella.

Su fas estaba cubierta por la máscara dorada, pero podía percibirse su rostro, su mirada transformada. Sus ojos ahora negros por completo. Una mirada de odio puro.

Su vestimenta fue alterada. Cubierta de su cuerpo de lo que parecía ser una roca mineral como obsidiana, que emergían directamente del anillo. Usando unas botas negras por arriba de las rodillas. Unos guantes del mismo material negro extendiéndose casi hasta sus codos, manifestando garras como parte de los guantes en la región de sus uñas.

El tronco de su cuerpo, sobrepuesto de su blusa y pantalones blancos, esas ramificaciones nacientes desde aquellas botas generaban una especie de extraño bikini sobre su ropa. Cubriendo su pecho a modo de armadura.

Todo aquel atuendo negro y extraño la protegía y se extendía en todo su cuerpo como un armazón efectivo. De sus botas hebras como ramificaciones se extendían sobre el costado de los muslos hacia la cintura para cubrir esa región, de ahí más ramificaciones extendiéndose en sus costados y alcanzando su pecho. Para que del pecho cubierto, aún más ramificaciones alcanzaran el cuello y extendiéndose por la espalda alta hacia sus brazos y esos guantes negros. Todo su cuerpo alcanzado con esa roca gracias al anillo oscuro.

Los brazaletes de cristal quedaban sobrepuestos a los guantes, sobre ese material negro y brilloso. En cuanto a su máscara recién adquirida, esta no cubría por completo su rostro, pero sí hacía imposible distinguirlo. Las ramificaciones negras cubrirían parcialmente su rostro también, pero la máscara dorada parecía impedirlo. Salvo por sus ojos completamente negros.

En verdad que era todo un espectáculo poder ver esa repentina transformación exterior. La cual sería responsable de una destrucción descontrolada. Después de todo, la transformación más terrible resulto ser la que tomó sitio en la mente de esta chica.

Un mar de sensaciones de gran poderío y una gran oleada de energía la han llenado al desborde de su control y dominio propio.

-Sí… -Dice una vez que su voluntad queda a merced del caos materializado en objetos. Caminó hacia la cima de una pila de rocas pesadas, tomo aire viendo al cielo con una mirada oscura y siniestramente maléfica.

-¡Síiiii! –Grito despegando hacia los cielos provocando una explosión que fulmino aquella pila de rocas. Dejando un buen hueco en el lugar.

La explosión resonó bastante en el parque nacional. Desde luego fue notada por el grupo estudiantil y los visitantes cercanos.

-¿Qué? ¿Qué está pasando? –Pregunta una chica cerca de Courtney contemplando algunos destellos púrpuras. Y posteriormente, diminutos fragmentos de roca caían esparcidos en la periferia. Demasiados pequeños como para infligir algún daño grave.

Y de un momento a otro, las cosas se pusieron muy extrañas… que tuve que ponerme en alerta ante cualquier percance. Fue una explosión muy fuerte. Estoy segura de que no soy la única en sentir las vibraciones del estallido en mi pecho.

-Oh, no. ¿Y si se trata de un ataque terrorista? –Dijo un chico mirando desesperadamente a su entorno.

-De acuerdo, muchachos –hablo una de las profesoras—. Sin entrar en pánico, volvamos al autobús mientras los encargados investigan que está ocurriendo.

Una segunda explosión se hizo notar, esta vez fue un par de árboles los que fueron volados en pedazos. Y ese momento fue aprovechado por la heroína del lugar para no sólo investigar.

No vi que regresara Ferny. Tuve que cerciorarme de que este bien. Active mi cetro cósmico mientras que cambiaba mi ropa civil al uniforme. He adquirido la misma práctica en hacer el cambio igualando a los más veloces bomberos de Chicago.

-Tengo que hallar a Ferny. Acompáñame, Walter –Pidió el profesor Eduards al director—. No vi que se reintegrara al grupo.

-Descuide, señor. Sólo descríbame como es la chica y yo la buscaré.

-¿Stargirl? –Dijo con asombro inesperado el director.

-La misma. Volaba por aquí cuando me percate de las explosiones. Ahora dígame como es la…

Ella no pudo concluir su idea debido a que fue interrumpida por una tercera explosión, mucho más cerca que las otras dos. Y es que justo detrás de ella, la responsable había aterrizado para desembotellar su odio.

Stargirl creo un muro de energía que se interponía entre fragmentos de roca, esta vez capaz de causar daño al impactarse contra alguien. Esa barrera sirvió demasiado bien para los dos profesores y el resto de los civiles tras ella.

Había demasiado en juego y no tenía ni la menor idea de lo que estaba enfrentando. Y aún tenía que hallar a Ferny. ¿De quién nos estábamos protegiendo? ¿Estaría bien Ferny donde sea que esté? Quizás y ya hasta se reincorporó al resto del grupo.

-No se preocupen -dijo a todos los que cubría —. Yo los protegeré mientras se alejan lejos de aquí. Y hallaré a la chica en caso de que no esté con su grupo, profesor. –Decía dirigiéndose ahora al profesor específicamente, cambiando un poco la voz, algo que hacia habitualmente para que no la reconocieran por esa vía.

-Bien. Sólo tenga cuidado usted también cuando vaya a ver qué es lo que sucede allá en el centro del parque.

-Lo haré.

No se oyeron más explosiones. Y en cuestión de segundos, saque a todos los que pude a las afueras del lugar. Y cuando mis tres profesores y yo llegamos hasta la zona de autobuses…

-¿La señorita Verheiden ya llegó? –Preguntan los profesores Parker y Eduards al mismo tiempo, mirando hacia sus estudiantes.

- ¡No! Aún no. –Responde una chica asustada.

-¡Y tampoco está Courtney! ¡La perdí de vista cuando ayude a Jason a levantarse! –Gritó Warren preocupado por su amiga. Pero sin poder evitar sonrojarse al ver a Stargirl lo más cerca que nunca había podido estar.

-¡Esto no puede estar pasando! –Replico el profesor Parker.

Entre tanto, en este cruce de palabras, Erika miraba a Stargirl sin que está se diese cuenta. ¿Qué pensamientos tendría esta chica hacia la adolescente con poderes estelares?

“Yo iré por ambas. Sólo quédense aquí y traten de resguardarse si hay más explosiones.” Fue lo único que pude decir para intentar calmar un poco la situación.

Genial. Aun debo pensar en que excusa inventar para mi escabullida. Cuando volaba para adentrarme al parque, escuche a Warren gritarme algo. “¡Tráelas pronto, Stargirl!” gritó.

Una parte de mi quiso voltear a verle. Otra más quería devolverle el grito y decirle que todo estaría bien. LA VERDAD ES QUE NO SÉ SI TODO ESTARÍA BIEN EN ESE PUNTO (además de que de haberlo hecho, se enamoraría más de Stargirl). Explosiones misteriosas, una compañera extraviada y al igual que muchos otros visitantes, en riesgo.


Volaba hasta donde se sintió la última explosión. Sin saber que vendría un gran desastre y una serie de sorpresas durante la próxima hora con veinte minutos.

Afortunadamente los encargados del parque evacuaron a todos los visitantes lo más pronto posible. Cuando repentinamente vio una figura demasiado extraña. Y sin dudarlo, la siguió hasta envolverla con un rayo tractor que la suspendió en el aire.

-Muy bien. ¿Quién eres? ¿Estás detrás de las explosiones? ¿O también estas buscando al responsable de ellas?

Mi error en ese instante fue… pensar que aquella chica con el destellante traje negro quizás era de las buenas. Alguna vez Jack Knight me dijo que no es bueno juzgar a las personas. Algo cierto, pero, ¿cuántos mal entendidos no ha habido entre superhéroes por creer que se topaban con el malo… cuando en realidad estaban ambos del mismo lado? Como sea, en este caso… ERROR.

-¿Y eso a ti qué te importa? Ahora, no me estorbes y hazte a un lado. –Y terminando esa oración, Ferny arrojo con su mano izquierda una ráfaga color morado oscuro. Lanzando a su objetivo muy lejos, cayendo y rodando estrepitosamente.

-¡Ahhhg! –gritó al recibir la ráfaga energética—. ¡Aghhhr! Uffgh –exclamo mientras caía al suelo y rebotaba sobre él.

Stargirl quedo desorientada, pero menos mal que la fuerza y resistencia aumentadas en ella gracias a su cinturón, más el efecto absorbente de energía de la vara cósmica… lograron que nuestra chica siguiera en condiciones de luchar. Ya que su agresora iba directo al área de autobuses.

La figura que una vez fue Ferny aterriza dejando dos huecos en el pavimento. Inclinando su columna al flexionar sus rodillas y extendiendo hacia atrás sus brazos. Para después dirigir su mirada negra y amenazante hacia una persona. Al profesor Eduards.

-¡Muy bien, profesorcillo de quinta! Usted me hizo perder la cabeza, ahora yo se la arrancaré a usted. –Su voz era pura en agresión, como si de un momento a otro fuera capaz de escupir serpientes literalmente por la boca. Se acercó corriendo hacia él con una gran rapidez.

Escasamente por fortuna, no lo pudo tocar ni un poco. Pues otro rayo cósmico intervino. Esta vez protegiendo al profesor y a sus estudiantes cubriéndolos bajo un domo amarillo transparente.

-No sé quién seas, pero no harás más daño hoy.

-¡De nuevo tú! Para ser la segunda vez… ¡Ya me harté de ti! –Ahora volvió a lanzar sus ráfagas, fallando esta vez cuando Stargirl los esquivó.

-¡Veamos que tienes ahora! –Generando un rayo anti gravedad combinado con uno tractor de su cetro, envolvió a la enfurecida chica y la arrojo hacia un muro.

A lo cual se levantó de inmediato para dar una gran patada en su pierna junto con un puño a su abdomen, lo cual la obligo a aterrizar del dolor y dejándola al borde de la inconsciencia. Ferny de nuevo se enfocaría al responsable de su enojo y frustración.

-Te dejaré para después, niñita tonta.

Warren estaba impactado. Le costaba aceptar que era muy probable que su heroína favorita no fuese obstáculo para la única villana que ha conocido personalmente en su vida… posiblemente la última en su vida.

Erika no sabe qué hacer, está muy asustada ante lo que ve. De alguna forma ella desea participar a favor del bien, pero no está muy segura de nada. De igual modo, los profesores presentes desean hacer algo, pero no saben qué.

Y sólo uno de ellos en particular está en aprietos. El profesor Edwards ve algo familiar en la expresión exagerada de odio. Y eso lo asocia con algo que sucedió la semana pasada. Cuando una de sus estudiantes intento sobornarlo con buen dinero para tener un 9 o 10 en sus notas. Sólo que, este fue el primero en rechazar esa oferta, advirtiéndole que si deseaba créditos extra, tendría que ir obligatoriamente a la excursión escolar. Cosa que no era de su agrado para esta estudiante furiosa por dentro.

Y finalmente, lo comprende y deduce.

-Espera… ¿Eres…? ¿Eres la señorita Ferny Verheiden? ¡Por favor, no me mates! –Se atreve a preguntar temerosamente y a suplicar, al estar sujetado del cuello por la chica, levantado docenas de metros, pues ella comenzó a volar en cuanto sujeto a su presa.

-Ha ha. Miren ahora quien está suplicando. Y le diré una última cosa, puede dejar de llamarme Ferny. ¡Ahora yo soy lo que siempre he sido! ¡Puede llamarme Diva! –Y una vez dicho, lo tomo con ambos brazos sosteniéndolo sobre su cabeza… y lo lanzó fuertemente hacia el suelo.

-¡No! ¡De nuevo tú! ¡Debí de haberte matado primero! –Grito de furia al ver que sorpresivamente, Stargirl se reincorporaba para evitar la caía de la víctima.

-Descuide, señor. Está a salvo. –Dijo volando lejos del alcance de su agresiva rival. Estando ella persiguiéndolos.

-Ya no tiene que preocuparse por una de mis estudiantes, Stargirl. La que me ha atacado es una de ellas.

-¿Está usted seguro?

-Sí. Ella es Ferny Verheiden, se hace llamar ahora Diva. No sé cómo se ha transformado en, bueno, usted sabe. En eso. Y todavía tengo a una estudiante más fuera de mi alcance. La señorita Whitmore.

-Mmph. Viene tras nosotros. Será mejor que volvamos a su autobús y quite el domo que hice sobre ellos. Así usted se podrá ir con sus alumnos mientras yo distraigo a su estudiante. Y descuide, también encontraré a Whitmore y pondré en calma a la estudiante que nos ataca.

-Gracias. No sé por qué, pero confió en usted, Stargirl.

Cuando la autonombrada Diva se dio cuenta de que su velocidad de vuelo no es tan eficiente comparada con la de Stargirl, comenzó a hacer uso de sus ataques a distancia. Ambos estaban protegidos por la energía estelar, además de que ninguno acertó al blanco, Diva no dominaba todavía el poder total y mucho menos, se adaptaba e ello.

-Con esto bastara por un momento. –Stargirl disparó un rayo de energía hacia Diva que la hizo caer.

Cuando llegamos al punto, retire el domo protector para que el profesor Eduards subiera. Le dije al chofer que los llevara lejos de aquí, al igual como se ha hecho con el resto de los visitantes. Y recalque mi palabra de que traería sanas y salvo a las dos estudiantes.

Aunque, ¿cómo mantener esa palabra cuando esas dos estudiantes “extraviadas” al parecer se enfrentarán?


-Ferny, detente. No sé lo que esté pasándote, pero puedo ayudarte. Podemos resolverlo, so…

-¡Ahora soy Diva! ¡Y no me interesa y no deseo volver a ser como antes! ¡Y no me lo impedirás! –Volvió a expulsar sus descargas moradas.

-Muy bien. Ya basta. Si quieres llegar a ellos, deberás pasar sobre mí. –Su campo de fuerza la protegió.

-¡Será un placer, Tonta Estrella!

-¡Es Stargirl!

No lo había pensado antes, pero sí. En efecto, ella era Ferny. Su cabellera pelirroja y su ropa bajo todo eso que… lleva puesto. ¿Qué son esos brazaletes y esa máscara? ¿De dónde los saco? No lo descubriría por mi propia cuenta.

Y así. Daría inicio una de las batallas más fuertes a las que Stargirl jamás enfrento por sí sola. Diva provoco una gran explosión que destrozo el escudo que creó, siendo arrojada hacia el interior del Parque Nacional.

-Ferny, no sé qué es lo que te sucedió, pero no dejaré que provoques más daño. Ni a las personas ni a este monumento. –regreso volando hacia ella, empujándola por los cielos con su propio cuerpo.

-Ya te dije que… ¡No soy Ferny! ¡Ahora soy Diva! –Y así es como volvió a detonarse. Ella sin daño alguno, en cambió para Stargirl, resulto un poco perjudicada, pudo haber sido peor si no tuviese sus dispositivos cósmicos. La heroína logro recuperar su orientación justo a tiempo.

Pues las dos chicas comenzaron a intercambiar rayos de energía. En un choque increíble de rayos amarillos contra una carga de rayos negros. Ambas fuerzas con destellos blancos al chocar. Era todo un espectáculo para aquellos que miraban desde abajo, incluyendo a los estudiantes de su escuela.

Miraban todos preocupados y con la misma pregunta, ¿Qué sucedió con Ferny y dónde está Courtney?

Allá arriba, aunque Stargirl podía soportar las explosiones intensificando su aura protectora. En cuanto a fuerza y resistencia eran iguales, pero Diva obviamente era mucho más feroz en ataque.

Su mirada totalmente oscura, su rostro expresando la ira mediante su boca que expone sus dientes a la vista.

Mi ventaja: ella actúa muy volátil y esta cegada de rabia. No puede pensar claramente y no podría saber lo que tramo si uso mi cerebro.

Mi desventaja: ella es de las que no se rinden hasta caer noqueadas. Aun no sé cómo traerla a la normalidad, sea lo que sea que le haya pasado. Y al parecer, conforme su enojo crece, la intensidad de su energía se incrementa.


Varios segundos contendiendo entre un choque de rayos. Hasta que Diva dejó de disparar, pero rápidamente voló hasta posicionarse a espaldas de Stargirl, luego la tomó de una pierna y la dirigió hasta hacer que su rostro chocara con su rodilla cubierta de roca. Después la lanzo hacia arriba para tratar de dispararle rayos salientes de sus manos, pero Stargirl se las ingenió en el momento.

Ella formó un escudo en forma de burbuja para protegerse de Diva. A lo que ella la empujo dentro de la burbuja para impactar contra el suelo. La burbuja protectora no cedió, pero Stargirl invirtió ahora la barrera protectora para rodear a Diva.

-Bien, “Diva”. Veamos que tienes ahora.

-¡Gheeee! –Exclamo de rabia para demostrar que podía salir de esto, porque en realidad podía.

Diva atravesó la barrera esférica creada por su contrincante, como si fuese un fantasma.

-¿Cómo es posible eso?

Ferny, ahora que se hacía llamar Diva, atravesó literalmente un campo de fuerza esférico y muy sólido como si este fuera un holograma. Y ahí estaba ella, saliendo de ahí y con los puños brillando intensamente en un color morado.

-¿Sorprendida?

-Un poco.

Quede sorprendida. Pero no lo admití. Tenía que pensar en cómo detenerla sin dañarla.

Y el combate ahora fue mano a mano. Puños y patadas. Stargirl, como ella ha pensado, tiene ventaja sobre ella. Sabe dónde y cuándo atacar, mientras que Diva solo es rabia y desea atacar cuando quiere.

Regularmente la vara cósmica nunca ha sido usada como un bate para golpear. Y esta vez, así fue también por el momento. Su portadora sólo tenía su brazo derecho libre para atacar y defenderse, Wildcat la entreno a ser tan buena con un solo brazo como con los dos.

Diva recibió más golpes de los que ella pudo acertar en el cuerpo de Stargirl. Así que, fastidiada, decidió detonarse literalmente. Y en esa detonación, se llevó volando a su enemiga tomada de su brazo, directo hacia algunas pilas de rocas.

Obviamente nuestra chica estelar no se dejó tan fácil ser aplastada contra la pila. Así que rodeo con un aura a su agresiva compañera para así, con esa aura dirigirla hacia las piedras. No se rompieron tantas, pues Stargirl contuvo en parte el impacto, no deseaba causar tanto daño a Ferny, pero ese trato no era mutuo. Y es que Diva notó que su obstáculo se estaba moderando.

-Vamos, chica. No te contengas tanto conmigo, mi armadura me protege y disminuyendo casi todo daño físico. ¿A ti qué te protege…?

Y continuaron repartiéndose golpes a puño cerrado y disparos de energía.

Tuve que alejarla lo más posible del Parque Nacional y de otras personas que pudieran estar cerca y sufrir algún daño. Así que la volví a encerrar en un campo y la lance tan alto e iba tras ella al instante.

Antes de que reaccionará de lo que estaba haciendo, dispare energía cósmica a su pecho. Sólo que ella volvió a atacar. Al menos ya la tenía tras de mí.

Volé muy rápido hacia el sitio de muelles. Mi destino era ubicar un área desolada a las orillas.


-No te servirá de nada que huyas, cobarde.

-No estoy huyendo, llevo la batalla a otro sitio, loca demente.

Volaban trescientos metros sobre la carretera, la misma que los autobuses escolares recorrían. Diva se percató de ello y pudo localizarlos fácilmente desde los aires.

-Ahora déjame llevar la batalla yo a modo de que aniquile dos pendientes de un solo golpe.

Pudo ver los autobuses. Deseaba matar al profesor Eduards. No se lo permitiré, seguro que habrá más muertes colaterales. El problema era que ella obtuvo más fuerza que yo. Agarrándome de los hombros y luego me dio un puñetazo en la espalda.

Cuando perdí de momento mi resistencia, me encontraba ya muy cerca de uno de los autobuses. E hice uso de que Ferny estaba muy bien protegida del daño. Así que la embestí con una gran descarga contra el pavimento. La vi rodando hacia atrás de nosotros.

Sólo restaba ir contra ella para dar más tiempo a los choferes de resguardarse mejor de la pelea.


En efecto, Diva se levantó sin un rasguño.

-¡Eso me dolió! No fue tanto la caída y el arrastre, sino también tu descarga. –Y sorpresivamente, de una patada arrojó a Stargirl al interior de uno de los autobuses en marcha, por lo que si fue un duro golpe.

Atravesé el techo del vehículo y por poco, de verdad lo sentí, casi atravieso el suelo del mismo. Y ahí estaba yo, esforzándome por recuperar pronto el aire y presionando mi estómago. Esa bruja me dio justo en el ombligo. DOLIÓ A HORRORES.

Los estudiantes no sabían que pasaría exactamente, pero el miedo dominaba sus rostros. Stargirl pudo ver que Warren se encontraba en otro vehículo, pero el profesor odiado sí estaba ahí mismo. Y en un momento, el miedo cobró otra acción contra ese autobús.

Pues Diva sujeto el autobús de la parte trasera, impidiendo que avance en lo absoluto. La tracción de las llantas no era útil en nada, sólo provocaba una nube de humo blanco, resultado de la fricción del caucho contra el pavimento.

-Deje de acelerar, chofer. Yo me encargaré de ella –dijo Stargirl–. Y cuando ambas estemos lejos, alcance a los otros autobuses. —Y rápidamente, una vez hecha la parte del conductor, ella lanzó de nuevo un gran rayo que la empujo directo hacia abajo.

No es de extrañarse que Diva ya se esperara esto. Era como si lo ansiara. Pues con una voltereta hacia atrás sobre sus hombros, se apoyó sobre una de sus rodillas y extendió sus brazos para dispararle ahora a ella.

Todo pasó tan rápido. Ella se hizo un poco más veloz. Apenas y la tumbe, se levantó e inmediatamente me disparo en cuanto escuche ese sonido “Fwooopfoo” que se escucha antes de disparar.

Su disparo hizo me lanzó al interior del autobús, su fuerza hiso que yo saliera rompiendo los cristales delanteros, cayendo varios metros delante del mismo. Luego fue por mí y me volvió a meter dentro de él por el mismo lado que salí. Oh, por cierto… SOLTÉ A FUERA MI VARA CÓSMICA.


-¡Miren todos esto! Vean –dijo sujetándola del cuello contra el suelo —. ¡Quiero que vean que su superheroína no será suficiente para salvarlos! –Su mirada era odio total, los músculos tensos en su rostro la reforzaba. Y se preparaba a dar su golpe final hacia la cabeza de su contendiente.

Sus palabras resonaron y literalmente retumbaron sobre los vidrios del vehículo. Los estudiantes y profesores estaban aterrados. Erika en lo personal, se pensaba demasiado las últimas palabras dichas por Diva.

La agresiva y poseída estudiante se preparó para dar fin a Stargirl. Hizo brillar su puño derecho mientras la sujetaba con la mano izquierda. Le daría un fuerte golpe cargado con la energía extraña morado oscuro. Por fortuna su víctima tenía más de un as bajo la manga.

-¡Toma esto, horrible chica! –Grito Stargirl.

-¡Agghrr!

La ingeniosa heroína hizo uso de una habilidad que le concede su cinturón cósmico. Expulsar destellos de energía en forma de estrellas, con las cuales aturdió y cegó por un instante a su enemiga momentánea.

El error que todos cometen, es que la vara es la única que me concede todas las habilidades que tengo, siendo que el cinturón es más que un adorno estilístico en mí uniforme. La verdad es que hasta yo, suelo preferir más exponer la vara que el cinturón, suelo olvidar cuan útil me resulta de todo momento.

Como el cegar brevemente a tus oponentes y sacarlos con tres buenos ganchos fuera de un autobús, como en este caso. Una vez las dos fuera, atraje mentalmente mi vara cósmica para empujarla hacia unos árboles.


-Ahora váyanse y alcancen al resto. Yo me ocupo —y recordó una cuestión—. Por cierto, la otra de sus estudiantes está a salvo en el parque. La traeré a ustedes cuando ponga a salvo a Ferny. –Dicho esto, se fue a encarar la batalla de nuevo.

Todos miraban por la ventana mientras se reanudaba la marcha del autobús. Y la mente de Erika tenía muchas dudas. Increíbles dudas en estos momentos.

-¡Tú! ¡Eres una desgraciada! ¡Mal nacida que..!

-Deja de maldecir, Ferny. Siempre supe que en cualquier momento explotarías, pero esto es absurdo.

-¡Ya te dije que yo ya no soy Ferny!

Esta se enojó mucho más. Lo que Stargirl esperaba que sucediese, ya que así perdería más los estribos y sabría cómo atacarla. Para poder llevarla hasta un área casi libre de algún civil.

Las dos cayeron sobre las aguas, se podía ver el puente Golden Gate desde lejos. Y a las personas huir de escena al ver que dos personas con poderes estaban luchando. Y fue ahí cuando Diva hizo un truco nuevo ante los ojos de Stargirl.

-Ahh. Caray. –Susurro al ver lo que su compañera hacía.

-Tu lucha contra mí habrá sido en vano. ¡Lo descubrirás!

Lo que Diva estaba llevando a cabo con el pensamiento, es en accionar su poder atribuido por la máscara. Crear fuertes corrientes de aire que le favorecerían. Una cortina de fuerte viento la rodeo, atrayendo varios objetos hacia ella, como grandes y pesadas rocas principalmente. Las cuales lanzaría estrepitosamente contra Stargirl.

Todo esto, se podía apreciar desde lo alto de la carretera. Los chicos del autobús perforado del techo podían mirarlo. Todos esperando a que fuese hecho lo que su superheroína les dijo. Que ella se encargaría de todo.

-Esto no se ve nada bien. –Siguió susurrándose ara sí misma.

Pensaba que no era justo. ¿Cuántos poderes más tenía esta chica ahora? Explotar, fue lo primero, luego disparar rayos y después atravesar mis campos de fuerza. ¿Ahora esto? ¿Manipular el viento a su favor de gran manera?

-¿Qué es lo que opinas ahora, chica lista? –Dijo Diva empujando con el fuerte viendo algunas rocas pesadas. A lo que a estas alturas, su objetivo ya se había protegido.

-¡Opino que me caías mejor cuando únicamente sabías explotar! –Su campo la protegió de esas piedras. Y a su vez, preparo el lanzamiento de un disparo que la arrojo tres metros hacia atrás.

Una de las ventajas que más apreció de la vara. Es que me puede proteger y me permite atacar al mismo tiempo. Aprecio bastante eso.

Las rocas todavía seguían rodeadas y suspendidas por los aires. En cuando Diva se levantó, dirigió todas las rocas hacia ella.

Su aura la protegería. Era un hecho, pero también el peso de todas ellas la sepultaría. Y una vez pasado esto, Stargirl extendió su aura y amplifico su poder para que generar un campo de calor intenso que fundiría a esas rocas. Dejando solamente una nube de humo muy delgada.

De nuevo, creo que me salí con la mía. Pues vi a Ferny/Diva enfadarse más. Aunque creo que cante victoria demasiado pronto. Ella dirigió su mano y con la otra dirigió su ráfaga de viento para empujarme hacia el mar. Tome todo el aire que pude antes de ser sumergida a la bahía.

Su viento impedía que intentara salir de ahí, pues hacia que el agua siguiera encima de mí. Y para mi sorpresa, un árbol me impacto contra mí para tocar el fondo. ESO ME SACÓ TODO EL AIRE Y EN VERDAD HIZÓ QUE ME PREOCUPARA BASTANTE.


Así es como fue. Diva pudo arrancar a un árbol mediano desde la raíz con su fuerte viento. Y lo lanzo a manera de que su base aplastara a Stargirl. Teniendo éxito en su idea. Empujando cada vez más y más el árbol hacia abajo con sus propias manos.

¡Necesitaba respirar! No cree una burbuja encerrando aire. No pensaba que me arrojaría un árbol ahora. El cinturón me protegió del impacto y al momento de que sentí el impacto en mi torso, cree un campo de fuerza. Tenía poco tiempo y ninguna idea para evitar morir aplastada tras quedar inconsciente a la falta de oxígeno.

Diva tenía una mirada muy maliciosa. Su expresión era totalmente nefasta. Estaba esperando que las aguas se tiñeran de sangre al escuchar un crujido. Eso es lo que pudo haber sido para su deleite, pero no fue así.

Ya que recibió un terrible golpe en todo su cuerpo que la empujo bruscamente hacia el suelo. Posteriormente fue pisada. El árbol fue retirado hacia un lado.

Casi al borde de la inconsciencia… no podía pensar ni recordar nada. Comencé a tragar agua y en ese instante, todo fue muy confuso para mí. Sentí algo jalándome hacia arriba y jadee tratando de tomar aire. Y lo que me jalo hacia la superficie me dejo a un lado recostada.

Escuche una voz, no supe que dijo. No miraba las cosas muy bien. Todo me daba vueltas. Tarde como medio minuto en recobrar al 100% la vista. Escuche de pronto como algo retumbaba en el suelo y en el aire, cuando se oía también como cuando un mazo choca contra un muro.

Y cuando pude ver perfectamente bien. La confusión creció más. En un instante creí que alucinaba, efecto secundario del casi ahogamiento total, pero no. Ahí estaba Diva siendo golpeada por otra chica en shorts y corpiño. Por una gigante chica como de diez metros de alto.

Y esa no sería la última sorpresa del día, pero sí la más inesperada.


Continuará...


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SHOWCASE te permitirá jugar con personajes “cogidos” por otros autores y que tienen serie propia en Action Tales. Tan sólo tienes que seguir unas sencillas reglas:
1. HISTORIAS QUE NO REQUIERAN CONTINUIDAD.: Historias icónicas, que el lector no tenga que leerse nada de antemano para entenderla. Tu historia debe de respetar la continuidad del universo DC y de Action Tales. Esto no es un “What if?” o un “Otros Mundos”, las historias deben de estar integradas en el Universo DC y deben de poder leerse por separado.
2. DIFERENTES PERSONAJES EN DIFERENTES EPOCAS: Pues eso, se puede escribir historias ambientadas en cualquier época del universo DC sobre cualquier personaje o grupo (héroes, secundarios o villanos). Puedes escribir historias ambientadas en la actualidad o en la época en la que Supermán no estaba casado, Barry Allen era Flash, Batman lideraba a los Outsiders, la Liga de la Justicia tenía su base en un satélite… Tú imaginación pone el límite. Sólo recuerda, las historias deben de ser icónicas, sin continuidad por lo que recomendaría encarecidamente que no estuvieran ligadas a “eventos” concretos.
3. NÚMEROS AUTOCONCLUSIVOS: Para favorecer la variedad de la serie, las historias deberán de ser autoconclusivas o como mucho, arcos arguméntales de DOS números. Si tu historia requiere más espacio, lo mejor es que le dediques una miniserie fuera de esta serie.

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