| Título: Capítulo 12 Autor: Luis Guillermo del Corral Portada: Ag Nakamura Publicado en: Mayo 2017
"Todo héroe, tarde o temprano necesita aliados. fuerzas ajenas a la suya propia. ¿Llegará Battle Hopper a tiempo de librar la última batalla contra Birugenia?"
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Sancta Sanctorum del Doctor Extraño
Battlle Hopper, para la inmensa mayoría de quienes la habían visto llevando sobre ella a Kamen Rider Black, era tan solo un vehículo y nada más. Una motocicleta de inusual belleza incluso. Pero tan solo una máquina, un artefacto, una cosa, un mero vehículo que transportaba al héroe de un punto a otro de su guerra contra los malvados.
Quienes pensaban así o creían tales ideas como verdaderas se equivocaban del modo más absoluto e ignorante. Desconocían la asombrosa maravilla tras aquella apariencia de vulgar medio de transporte del héroe a quien tanto admiraban.
Battlle Hopper era un ser vivo.
Única entre maravillas, había sido creada por la brujería tecnológica de Gorgom como montura para el Rey Secular que tras vencer al otro, debería convertirse en el nuevo Rey de la Creación. Pero la huida de Kamen Rider Black la convirtió en instrumento de justicia y enfrentamiento contra sus creadores.
Única entre maravillas, había sido creada por la brujería tecnológica de Gorgom como montura para el Rey Secular que tras vencer al otro, debería convertirse en el nuevo Rey de la Creación. Pero la huida de Kamen Rider Black la convirtió en instrumento de justicia y enfrentamiento contra sus creadores.
Ahora, a un universo de distancia, permanecía en el hogar del Hechicero Supremo de la Dimensión de la Tierra, en un garaje que minutos antes no existía. Elementales de una dimensión mecánica la atendían, poniendo a punto su motor tecnomágico con infalible diligencia.
En el umbral de aquel extraño garaje se hallaba el Doctor Extraño contemplando a aquellos seres, semejantes a un retorcido cúmulo de circuitos. A pesar de su amplia experiencia con las más increíbles formas de vida, nunca dejaba de fascinarle lo sencillo que era tratar con muchas si tan solo se aplicaba un mínimo de cortesía y sentido común.
Los elementales mecánicos se alejaron espantados con chillidos binarios y un zumbido de conexiones sobrecargadas. Battle Hopper se agitaba de un lado a otro con prolongados y frenéticos bocinazos y fuertes destellos carmesíes de sus focos, que parecían los ojos de un enorme insecto.
Los elementales mecánicos se alejaron espantados con chillidos binarios y un zumbido de conexiones sobrecargadas. Battle Hopper se agitaba de un lado a otro con prolongados y frenéticos bocinazos y fuertes destellos carmesíes de sus focos, que parecían los ojos de un enorme insecto.
Stephen Extraño frunció el ceño. Tenía una absoluta certeza, pero juzgó mejor asegurarse. Con la zurda efectuó un complejo gesto. Tanto, que si un simple mortal tratara de replicarlo, sus dedos literalmente se romperían por nueve sitios diferentes.
Nebulosas runas con colores de neón salieron despedidas de las falanges del mago. En rápida sucesión se estrellaron contra el chasis de la moto que también era un ser vivo. No hubo palabras, pero le hechicero Supremo supo al momento que era lo que había excitado de tal manera a su huésped.
Nebulosas runas con colores de neón salieron despedidas de las falanges del mago. En rápida sucesión se estrellaron contra el chasis de la moto que también era un ser vivo. No hubo palabras, pero le hechicero Supremo supo al momento que era lo que había excitado de tal manera a su huésped.
Entró en el garaje, dejando libre el umbral. Con un gesto de firme decisión, señaló al otro lado, dejando ver uno de los grandes pasillos del sancta sanctorum.
-Ve. Si tu compañero te necesita y ha reclamado tu presencia, es ahí donde eres necesaria.
Battlle Hopper emitió un bocinazo más estridente, molesto y agudo que los demás.
-Juro por los Vishanti que tu camino estará libre de obstáculos y contratiempos. ¡Ve, Battlle Hopper! -La capa se arremolinó en torno a las piernas del mago con la corriente levantada por la moto al ponerse en marcha con un bramido de su motor y salir disparada. Stephen escuchó un quejido de Wong al descubrir el paso de la motocicleta sobre una alfombra que había ornado los salones de Valusia en los días del Rey Kull.
Sin mirar atrás, abandonó el garaje extradimensional y lo cerró de modo hermético. Tenía que apresurarse. Había hecho una promesa y tenía que cumplirla.
Calles de Nueva York
Los vecinos de Nueva York, sin importar el barrio, estaban acostumbrados a ver maravillas, prodigios y hechos insólitos. Eso no evitaba la sorpresa al ser testigo directo de tales sucesos. Aquella jornada, cientos de personas, si no miles, fueron testigos presenciales de uno de tales hechos.
Una moto verde y negra, con focos, antenas y embellecedores que la daban el inequívoco aspecto de un saltamontes, circulando a una temeraria velocidad, sin motorista que la controlase. Todo vehículo que hubiera podido suponer un obstáculo en su camino se apartaba a tiempo. Era como si una misteriosa fuerza les avisara justo a tiempo.
En la misma fracción de segundo, coches, furgonetas, camiones de reparto, bicicletas o imprudentes peatones se detenían o aceleraban su paso. Todos en la precisa fracción de segundo que evitaba un catastrófico accidente. También, todos captaron el fugaz borrón de Battlle Hopper cruzándose con ellos.
Incluso cuando comenzó a circular en dirección contraria, las circunstancias conspiraron para facilitar su frenética carrera y evitar que ningún transeúnte inocente fuera atropellado por la arrolladora carrera de la máquina viviente.
En la misma fracción de segundo, coches, furgonetas, camiones de reparto, bicicletas o imprudentes peatones se detenían o aceleraban su paso. Todos en la precisa fracción de segundo que evitaba un catastrófico accidente. También, todos captaron el fugaz borrón de Battlle Hopper cruzándose con ellos.
Incluso cuando comenzó a circular en dirección contraria, las circunstancias conspiraron para facilitar su frenética carrera y evitar que ningún transeúnte inocente fuera atropellado por la arrolladora carrera de la máquina viviente.
Una madre fue arrastrada en el último segundo por sus hijas de regreso al interior de una tienda de comics. Un taxista cerró la puerta de su vehículo en el último segundo y un camión de bomberos frenó justo ante el edificio en llamas al que debían acudir.
Casi ajena a su entorno, Battlle Hopper continuaba su marcha sin obstáculos de ningún tipo. La sensación de cercanía de Minami Kotaro era más y más fuerte. De vez en cuando emitía prolongados bocinazos de angustia. El lazo que le unía a Kotaro era fuerte y profundo, como el atribuido a los hermanos gemelos. Misterioso, fascinante y muy real.
Casi dudando, dio un giro brusco, subiendo a la acera a su izquierda. Apenas encontró unas escaleras que bajaban hacia la casi inabarcable red de metro neoyorquina, descendió disparada por las mismas, espantando a quienes contemplaron su fulgurante desplazamiento hasta el andén. Instantes después, se dejaba caer en las vías y se perdía de la vista humana al adentrarse en los túneles.
No existía la duda en su mente tecnomágica. En el pasado había acudido al auxilio de Kamen Rider Black a los más dispares lugares. Y los más terroríficos.
Casi ajena a su entorno, Battlle Hopper continuaba su marcha sin obstáculos de ningún tipo. La sensación de cercanía de Minami Kotaro era más y más fuerte. De vez en cuando emitía prolongados bocinazos de angustia. El lazo que le unía a Kotaro era fuerte y profundo, como el atribuido a los hermanos gemelos. Misterioso, fascinante y muy real.
Casi dudando, dio un giro brusco, subiendo a la acera a su izquierda. Apenas encontró unas escaleras que bajaban hacia la casi inabarcable red de metro neoyorquina, descendió disparada por las mismas, espantando a quienes contemplaron su fulgurante desplazamiento hasta el andén. Instantes después, se dejaba caer en las vías y se perdía de la vista humana al adentrarse en los túneles.
No existía la duda en su mente tecnomágica. En el pasado había acudido al auxilio de Kamen Rider Black a los más dispares lugares. Y los más terroríficos.
Sancta Sanctorum del Doctor Extraño
El hechicero Supremo permanecía en el interior del círculo mágico, con las piernas cruzadas y una expresión hierática y tensa. De los pebeteros que rodeaban el círculo se elevaban espesas espirales de humo, a pesar de que nada contenían que pudiera arder o ser consumido.
Abrió los ojos de un modo exagerado y exhaló el aliento que había contenido durante el largo y prolongado momento que había estado ejerciendo su místico poder. Se detuvo antes de llamar a Wong. Recordó que le había dado libre el resto del día para que pudiera acudir a un orfanato en el que trabajaba como voluntario.
Abrió los ojos de un modo exagerado y exhaló el aliento que había contenido durante el largo y prolongado momento que había estado ejerciendo su místico poder. Se detuvo antes de llamar a Wong. Recordó que le había dado libre el resto del día para que pudiera acudir a un orfanato en el que trabajaba como voluntario.
-Supongo que hoy me tendré que hacer la cena yo, después de todo -murmuró para sí mismo-. Con un ademan, el círculo se disolvió en los adoquines del sótano y los pebeteros ahogaron los vapores que emanaban de ellos. Con un chasquido de sus dedos que resonó como un fiero latigazo, los pebeteros bailotearon hasta un armario cercano, que abrió sus puertas de obsidiana de par en par para recibirles.
>>Yo he hecho todo lo que estaba en mi poder para ayudar a esa fascinante máquina. El resto depende de ella... y de la victoria del Espíritu de la Venganza y Kamen Rider Black sobre Birugenia y sus planes.
Con un suspiro de cansancio, Stephen Extraño comenzó a subir las escaleras del sótano. En aquellos momentos lo que más le apetecía era una taza de té bien caliente.
Subsuelo de Nueva York
Battlle Hopper se introdujo por un desvío que conducía a uno de los muchos tramos abandonados del metro de aquella ciudad. No hubo testigos de aquella última parte de su casi desesperada carrera. Y era bueno aquello, porque quien hubiera contemplado lo que a partir de aquel momento sucedió, podría haberse trastornado de una irremediable manera.
Aun con todo el peligro que sabía tenía que afrontar, no albergaba dudas de ningún tipo. Siempre había acudido rauda y fiel a la llamada de su compañero. Y siempre se habían alzado con la victoria. Siempre.
Avanzaba por un túnel demasiado parecido al del lugar donde fue creada por los Tres Sacerdotes de Gorgom. Continuó sin disminuir su temible velocidad. Al fondo del túnel distinguió un numeroso grupo de mutantes de Neo Gorgom.
Alzó su rueda delantera, rampante y feroz y embistió sin detenerse.
Continuará...
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No sabia que habian hecho un crossover entre kamen rider y ghost rider. Pinta Interesante
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