Los Invasores nº05


Título: Soledad en Compañía
Autor: Miguel Ángel Naharro
Portada: Manu Mutante
Publicado en: Sep 2003

Una enloquecida Thundra aparece en la ciudad causando el caos y los Invasores tendrán que detenerla e intentar hacerla entrar en razón ¡si no acaba antes con ellos!

El primer grupo que lucho por la libertad durante la segunda guerra mundial. Un grupo que inspiro a generaciones de héroes. Ahora los héroes han decidido volver a primera línea.

Stan Lee y Action Tales presentan a
Creado por
Roy Thomas, Sal Buscema y Frank Robbins



Resumen de lo publicado: Un mendigo es convertido en cenizas por una misteriosa figura. A su vez, Aarkus asiste al asesinato de el dueño de una tienda, vengándolo y prometiendo que la hija del hombre estaría siempre bajo su protección. En La Hidrobase todo se prepara para remodelar las instalaciones para que sean el cuartel general de los Invasores. Valerie Cooper, el enlace de el grupo con los Usa y con la ONU visita la isla artificial, entrando en la habitación de Druida y descubriendo que esta era un portal a un bosque de Inglaterra. Druida le produce cierta inquietud a Valerie. El capitán América habla con la Avispa, para tomarse un permiso  indefinido de los Vengadores, para poder estar con los Invasores. Union Jack recibe la vista de su viejo amigo y ex -compañero en los Caballeros de Pendragón, el Profesor Hunter, alías Albión. Union le explica a Hunter sus sentimientos sobre Spitfire. Por la noche, todos se reúnen en una cena en la playa, y brindan por el futuro.


Dimensión de Polemachus.

En el palacio de la Capital había mucho transito estos días. Sin embargo, en una de las más lujosas habitaciones una persona se encontraba más sola que nunca. Su nombre era Tundra, la reina de este reino extradimensional. Pero era una reina triste y melancólica en los últimos tiempos. Creía haber alcanzado la felicidad con el hombre llamado Arkón, durante un tiempo el amor, por primera vez, lleno su corazón, dejando de lado el combate y la lucha permanente que había en su vida desde que nació.

Desde que los Vengadores ayudaron a liberar Polemachus del Destructor 1, Arkón había cambiado. Lentamente, se volvió amargado, triste, como si por primera vez el peso de la corona fuese demasiado grande para el. El hombre orgulloso, fuerte y noble con el que se había casado ya no estaba. En su lugar, en el trono de Polemachus se sentaba un Rey inseguro, que abandonaba gran parte de su obligaciones a favor de sus consejeros, desatendiendo a su pueblo y a sus deberes. Su actitud hacia ella también cambio, parecía como si ella solo fuera un estorbo para el, como si ya no contara en su vida. Se sentía una carga para el. Durante los últimos días había reflexionado y dado vueltas a la cabeza sobre todos estos hechos. Y lo peor eran los rumores. Se rumoreaba en la corte que Arkón concedía sus favores a varias doncellas de palacio.

Eso era algo que no iba a tolerar. Había decidido marcharse y volver a la Tierra. Para no volver nunca más.

Entro en la armería personal de su esposo, y se adueño de uno de los rayos de transporte de Arkón. Después, se dirigió a las cuadras de palacio.

Allí descansaban los saurios que usaban como transporte. Se acerco a Gladia, su montura preferida y le acaricio el cuello. Le puso la silla de montar y se subió en ella.

Gladia rugió con alegría, pues sabia que salían de viaje.

Thundra  lanzo el rayo contra el suelo y ambas desaparecieron en una explosión de luz.

Unos momentos antes, muy lejos de Polemachus. Una figura observa varias imágenes en el agua burbujeante de un enorme caldero de hierro. Contempla como Thundra se prepara para partir y  hace un gesto hacía ella justo en el instante en que desaparece en el haz de luz.

Ella comienza a reír, con una risa que helaría la sangre en las venas de cualquier ser vivo que oyese.

Algo se poso en la ventana. Se acerco complacida y acaricio el lomo del cuervo negro.

El pájaro y ella cruzaron una mirada. Y el cuervo negro se elevo de nuevo en el firmamento.


- Son excelentes, hace mucho que no veía unas muestras tan destacables.

- Hace tiempo que no me dedicaba a ello, falta de tiempo, ya sabe, así que estoy un poco oxidado.

Beverly Williams observó con su atención al hombre que tenia en frente. Rubio, ojos azules, grande y fuerte, se notaba que era habitual de un gimnasio. Su rostro era afable y su sonrisa era encantadora.

- Me ha dicho que se llama Rogers ¿verdad?.

- Steve Rogers, en efecto. Contesta el cortésmente

- Veo que ha trabajado en Marvel comics, dibujando la serie del Capitán América 2¿cómo es que dejo de trabajar para una de las grandes editoriales? podría haber llegado a ser una de las grandes estrellas de la industria.

- A veces uno debe de tomar decisiones, y en ese momento, primaban otras cosas de mi vida, que creí más importantes. Ahora, me ha vuelto el gusanillo, como se suele decir, y creo que es el momento oportuno de recuperar algo que fue importante para mí. Y su editorial, AT Comics, creo q puede ser el sitio idóneo para ello.

 Beverly guardo las laminas y las páginas de Steve en su carpeta y se las entregó.

- Ah, ya veo, supongo q estoy más oxidado de lo que pensaba.

- No, al contrario, Steve, creo que tu eres exactamente la persona que estábamos buscando, bienvenido a  bordo.- Le dijo ella con una encantadora sonrisa mientras le ofrecía la mano.

- No se arrepentirá, Srta. Williams.

- Por favor, llámame Beverly o Bev.

- De acuerdo, Beverly.

- ¿Tu dirección es? Necesito saberla para que el guionista te envié las historias, y para tenerte localizado.

- Oh, aún no tengo piso, hoy mismo tengo que mirar unos cuantos, pero espero que en breve me instale.

- Bien, pues te doy mi tarjeta y en cuanto te instales llámame.

- De acuerdo, en breve tendrás noticias mías.

Beverly siguió con la mirada a su nuevo empleado. Dibujar, dibujaba bien, pero era tan guapo que

seguramente lo hubiese contratado igualmente. Intento apartar esa idea de su mente. El divorcio de Matt, su marido, estaba reciente, demasiado. El dolor era aún algo cercano a ella, no podría sufrir de

nuevo como había sufrido. Aún no estaba preparada.

Mientras tanto, Steve Rogers también conocido como el Capitán América se sentía contento, contento y feliz. Por primera vez en mucho tiempo empezaba a pensar que volvía a tener una vida propia. Aunque ser el Capitán América le quitaba mucho tiempo, echaba en falta el ser un hombre normal, como cualquier persona. Tener un trabajo, amigos ajenos a su identidad superheroica, quizás volver a encontrar alguien a quien querer. Le venían a la mente los felices momentos con varias mujeres de su vida, las recordaba y echaba de menos, Sharon, Bernie, Rachel 3. Todas ellas fueron una parte importante de su vida, como Steve Rogers y como Héroe abanderado.

Miró el reloj, en un rato había quedado con Joey. Debería darse prisa, si no quería llegar tarde.

Precisamente en ese momento, al otro lado de la ciudad, Joey estaba intentando alquilar un piso para Steve y el.

- Mmm no serás un jovenzuelo de esos que se pasa todo el dia drogado¿verdad?.

- Señor Hall, yo y mi compañero somos dos personas normales, no le causaremos problemas.

- Mmm¿y no seréis una pareja gay por casualidad? no me gustaría tener a degenerados en uno de mis apartamentos.

Joey suspiró. Sin duda, vivir en este apartamento iba a ser toda una experiencia.

El señor Hall le recordaba a un antiguo maestro de escuela que tuvo de niño ,se pasaba todo el dia gruñendo, como si estuviese peleado con el mundo.

- Le aseguro que no somos ningunos degenerados.

El señor Hall gruño, no muy convencido.

Joey analizo el apartamento. Era relativamente barato, no querían llamar la atención, así que por eso mismo no buscaban nada demasiado lujoso. Era cómodo, sencillo, acogedor, tenia espacio suficiente para Steve y el, y además contaba con la ventaja de tener una claraboya por donde podrían salir por el tejado sin levantar sospechas. A pesar de contar con un casero gruñón y cascarrabias, se quedarían el apartamento.

En cuanto se entero de que Steve quería trasladarse a la ciudad, y no vivir en la Hidrobase decidió que el haría lo mismo. Como en los tiempos de estudiante, compartirían apartamento. Y quizás, solo quizás, el vivir en la ciudad le apartaría de la mente a Jackie. Y quien sabe, igual encontraba una chica que le hiciese olvidar a su compañera de grupo.

- Señor Hall nos lo quedamos.

- Bien, ejem, son dos meses y medio por adelantado...

Hall le entrego las llaves, mientras contaba los billetes que le había entregado Joey le explicaba las normas de conducta y demás cosas, ante el evidente disgusto del inglés.


El General Bochler, el Standarten del Führer estaba muy enfadado. Su mejor soldado del Escuadrón Blitztrasse, la Antorcha, había caído en combate y lo traían a Nuevo Berlín para repararlo. No eran buenas noticias, desde luego.

Un soldado se acerco poniéndose firme ante el General, su superior.

- Standarten Führer, nuestro Führer quiere comunicarse con usted urgentemente.

El soldado le entrego una esfera metálica y se marcho.

La esfera flotó por encima del General y comenzó a girar, brillando con una luz azulada, con destellos de varis matices distintos.

La superficie de la esfera se torno transparente, apareciendo en ella un rostro grotesco, deformado por el odio, sus ojos rojos, sin pupilas visibles brillaban de ira. Sin lugar a dudas, el Führer no estaba contento.

- Bochler, mis informes me indican que un sujeto de otra dimensión ha visitado nuestro mundo. Procede de un mundo que es muy interesante para una futura conquista...

- ¿Vamos a iniciar una campaña para invadir otros mundos?, señor, creo que antes deberíamos aplastar a la resistencia y después ya centrarnos en otras cosas.

- ¡¡Silencio!! La resistencia será aplastada en breve, así como todo el que se revele, incluidos Asia y África caerán bajo mi mano...

Bochler mostró preocupación en su rostro. Durante años, en Europa, una pequeña resistencia, llamada el Escuadrón de Vencedores les había dado algún que otro dolor de cabeza, pero no eran nada en comparación con los reinos de Kang y Apocalipsis, que se habían hecho con el control de Asia y África respectivamente. Desde entonces, la tensión entre los bandos era evidente, pero la sangre no había corrido, excepto alguna que otra pequeña escaramuza. La fase final de la conquista del reich estaba cercana.

- Heinrich Zemo estará al mando de tu Escuadrón, a ti te necesito para otros planes.

- ¡Debo protestar, señor! Zemo no tiene ni la experiencia ni el control sobre...

De pronto, Bochler empezó a sentir una intensa agonía, como si cientos de cuchillos le atravesasen el pecho, se doblo de dolor.

- No te atrevas a contradecirme, yo se lo que es mejor para todos nosotros... Tu estarás al mando de las nuevas tropas de elite de nuestros ejércitos. Zemo se trasladara en unos días, a ti te quiero en breve en el cuartel general de los ejércitos, en Roma.

El dolor cesó. Y el General asintió en silencio.

En el mismo mundo a muchos kilómetros de ahí. En el cuartel secreto del Escuadrón de Vencedores. Nathaniel Richards observaba unos gráficos  en 3D que reflejaban los movimientos de tropas del ultimo mes y medio.

- ¿En que piensas, Nathan?.

Era Bob Grayson, también conocido, por amigos y enemigos como el Cruzado. Sus bandas quánticas brillaron levemente al retirar el aura energética que protegía a su portador.

- Creo que están tramando algo, Bob, algo grande.

- Siempre están tramando algo, Tovarish.- Dijo una voz familiar.

Coloso, Cruz de Hierro y Gilgamesh habían regresado de una misión en el este de Europa.

- Nuestros enemigos no tienen honor ninguno, mataron otras dos mil personas en los campos del este.- Comentó con tristeza el Eterno.

- ¿Habéis tenido noticias de Jan?.- Dijo la voz de Hank Pym.

Todos, incluido Gilgamesh, se estremecieron al oír la voz de su amigo y compañero, con un tono metálico y frío. Aún no se habían acostumbrado a ver a su amigo con su nuevo cuerpo. Tras una de las ultimas misiones, en confrontación con el Escuadrón Blitzstrasse, había sido herido de gravedad y no sobrevivió. Nathan tuvo tiempo de transferir la mente de Pym al cuerpo de su creación, al cuerpo de Ultrón.

Tardarían bastante tiempo en acostumbrarse.

- No, Hank, la ultima comunicación fue hace unas cinco horas4. Creo que Gilgamesh y sus dos muchachos deberían reunirse con Spider, cerca de Nuevo Berlín, y ayudar a Jan, quizás su misión es más peligrosa de lo que supuse.

- ¿Con Spider? ¿ese loco arrogante?.

- Sí, Hank, Spider es aliado nuestro, debes recordarlo.

- No te preocupes, Hank, Cuidaremos de tu chica.- Dice Cruz de Hierro


Norman era policía en New Yersey desde hacía más de quince años. Nunca había tenido ningún altercado de importancia, ni siquiera un leve tiroteo en todos sus años de servicio en el cuerpo. Era algo de lo que estaba orgulloso, no le gustaba meterse en problemas. Claro que a veces, los problemas vienen a uno.
Un resplandor muy intenso le hizo cerrar los ojos. Cuando los abrió hubiese deseado no hacerlo. Ante el se encontraba una especie de Dinosaurio montado por una amazona.

Se frotó los ojos por si estuviera soñando. No era así.

En el instante que tardo en traspasar las barreras dimensiónales entre Polemachus y la tierra, algo había cambiado en Thundra. Para ella, la Tierra se había convertido en Machus, donde los hombres esclavizaban a las mujeres con crueldad. Su visión de las cosas estaba distorsionada. Para Thundra todos eran enemigos y debían ser castigados

De un atlético salto, bajo del lomo de Gladia, levantó un coche sin aparente esfuerzo, y con un grito de rabia lo lanzó contra unos escaparates.

En una cafetería a unas manzanas de allí. Una guapa camarera les tomaba nota a Steve y a Joey.

- Un café, un croissant y un trozo de esa tarta de manzana que tiene tan buena pinta. Dijo Joey.

- Solo un café.

Esperaron a que se marchara la camarera.

- Entonces ya tenemos piso, bien. Espero tener pronto trabajo.-Comento Steve con una sonrisa.

- Es curioso, nunca se me paso por la cabeza el que tuvieras otra vida, aparte de la de ser una leyenda viviente.

- Somos héroes, sí, pero tambien somos personas de carne y hueso. No lo olvides nunca, compañero.

- Claro, supongo que es lo habitual, hasta spiderman tendrá una vida normal, apuesto que a que es un tipo adinerado con su aracno cueva y todo...

- ¿Sabes que estaba pensando? Que tras la marcha de Namor nos falta algo de músculo en el grupo. Quizás debería de llamar a Herc, a lo mejor no le importaría unirse a nosotros.

- ¿Herc? ¿Hércules? Estas acostumbrado a hablar de Dioses como si fuera lo más normal del mundo, yo no creo q me acostumbre tan fácilmente a estas cosas.

La expresión de Steve cambio de un instante a otro.

- ¿Qué ocurre?.

- ¡ La TV! ¡mira!

En la pantalla de la pequeña televisión se veían imágenes de un cerco policial, y tras ese cerco, una mujer vestida de rojo, y armada con una cadena estaba destrozándolo todo.

Steve se levantó y dejo un par de billetes en la mesa.

- ¡ Es Thundra! tenemos que marcharnos, creo q no esta lejos de aquí.

Salieron de la cafetería y en un callejón cercano se cambiaron.

- Muy ingenioso, Capi.

- ¿El que?.

- Lo de guardar el escudo en la carpeta de dibujo.

- Union, no es el momento...

El Capitán América encendió el comunicador que tenia en el guante.

- Phestos, tenemos un problema aquí en la ciudad, Union y yo trataremos de resolverlo, pero no nos vendrían mal refuerzos.

- Enseguida estaremos ahí, Capitán.

- Vamos, Joey, no tenemos tiempo que perder.



Unos minutos antes en la Hidrobase.

Phestos se encuentra trabajando en uno de los almacenes. La puerta se abre y de ella sale Spitfire.

- En un instante, vuelvo, Phestos.

Tras salir esta a supervelocidad, se escucha la voz de Lykena. Que acaba de aparecer con su forma holográfica.

- Lleváis varios días  pasando mucho tiempo juntos, me voy a empezar a poner celosa...

- Lykena... Estamos trabajando en algo muy importante.

- ¿Más importante que yo?.- Dice ella con tono triste.

- Sabes que eres la única mujer en mi vida.- Le dijo con una sonrisa el eterno.

Jackie se servia un poco de café en la cocina. De pronto, unas manos taparon sus ojos.

- ¿Quién soy?

- ¡ Jim! No deberías hacer eso, podría haberte golpeado pensando que eras un enemigo.

- Jackie, ¿te apetece que salgamos algún dia? Podemos cenar, y luego ya se vera...

- No se si eso estaría bien.

- ¿Qué ahí de malo? Somos dos personas adultas ¿qué puede ocurrir? Nada no deseemos que  ocurra.

Jackie observo atentamente a Jim, había algo distinto en el. No sabría decir el que, pero lo notaba distinto. Enseguida se lo quito de la cabeza. La atracción que creía sentir hacia Jim igual tenia que ver con esos pensamientos. En los primeros años en los Invasores estaba locamente enamorada de el, un amor de juventud, algo que creia olvidado, sin embargo después de verle tras tantos años, había despertado algo en ella que pensaba perdido. Tenia razón ¿qué podría pasar?.

- De acuerdo, Jim, acepto...

En ese momento sonó la señal de emergencia.

- Que inoportuno.- Comenta Jim

Spitfire y la Antorcha se reunieron con Phestos y el resto de compañeros .

El eterno dice:

- El Capitán América ha informado de una amenaza para la ciudad, alguien llamado Thundra, he estado intentando contactar con el edificio Baxter para hablar con Reed Richards ,para tener más información sobre la tal Thundra, a petición del Capitán, pero nadie contesta 5.

- No tenemos tiempo, marchémonos.- Dice Druida

La policía trataba de contener a la enloquecida amazona sin éxito. Thundra los sacudía como a insectos.

El teniente Leydecker no sabia como acabar con esto, tenia a varios de sus hombres heridos. ¿Por qué esto no seria Nueva York con todos sus supertipos?.

Una mano se posó en su hombro. Era el Capitán América.

- Teniente, ya nos ocupamos nosotros.

Thundra sujetaba a uno de los policías por el cuello, levantándolo varios palmos del suelo. En locura no veía a un hombre asustado, si no a un asesino cruel y despiadado.

- Os matare a todos, repugnantes bastados.


- ¡ Suéltalo, Thundra!

Esta se giró hacia la voz, sin reconocer al abanderado Invasor. Con furia arrojo al policía contra el Capi, que lo cogió al vuelo.

- Esta dama tiene que aprender modales.

Union lanzó un golpe que impacto contra el bello rostro de la amazona. Esta ni se inmuto, lo apartó con su mano como si fuera una mosca.

Esta cayo aturdido cerca del saurio llamado Gladia. Esta abrió sus inmensas fauces, en ese momento un familiar escudo golpeó en la cabeza de la criatura.

Union Jack rodó por el suelo hasta apartarse de las dos.

- No somos rivales para ella.

- No te preocupes, Capi, hemos llegado.- Era la voz de Spitfire desde el comunicador.

Un muro de llamas rodeó a Thundra. Era la Antorcha. En el aire estaba la Dédalo, la nave de Phestos.

Thundra miró hacia la antorcha, enarboló su cadena y la arrojó contra el androide, la cadena se enrollo en sus piernas, atrapándolo.

- Debo matar a todos los enemigos- Dijo esta enloquecida

- ¿Pero que?

Ella tiro de él y lo golpeó contra el suelo.

Una estela dorada y roja giró a una velocidad increíble y golpeó a la amazona. En menos de un segundo recibió más de cien golpes.


- Déjame a mí.

Era Aarkus, que había aparecido envuelto en una nube de humo delante de ella. El Ykraiano golpeó con dureza , y Thundra salió disparada contra una camioneta, atravesándola con fuerza.

El Capi se acercó a Druida y le dijo:

- Eso solo lo aturdirá, Thundra ha sido capaz de aguantar mano a mano con la Cosa, es evidente que algo le ocurre en su mente, es tu especialidad, viejo amigo.

- No digas más, Capitán.

Mientras la Antorcha encerraba a la montura de Thundra en una jaula de llamas. Union Jack dio una patada a la amazona, aún aturdida por el golpe recibido por Aarkus. El rostro de la mujer se tornó una mueca de rabia y le hizo una presa al héroe inglés, quedando este totalmente inmovilizado.

- ¡ Joey! Gritó Spitfire.

Sin que Thundra lo advirtiera, Druida se acercó levitando a ella. Cuando se quiso darse cuenta, las manos del místico se posaron en su sien.

Esta sintió como si una descarga eléctrica sacudiese su cuerpo y soltó a Union Jack.

Druida cerró los ojos y se adentro en su mente. Leyó sus memoria como un libro abierto. Hasta que encontró el problema.

Abrió los ojos y observó a sus compañeros que lo rodeaban.

- ¿Qué es lo que le ocurría?.-Preguntó Spitfire.

- No lo se exactamente, le han manipulado la mente, lo único que se con seguridad es que es de origen místico, pero su origen me esta vedado

- Mal asunto.- Dijo el Capi

Thundra despertó, mirando con sorpresa a los héroes.


- ¿Dónde estoy? ¿qué a ocurrido?. Solo recuerdo que utilice el rayo de Arkón para venir a este mundo, después...

En ese momento se desvaneció.

- No os preocupéis, su mente esta en shock, ha recibido un duro trauma hoy, Capitán ¿qué hacemos con ella¿ ya no será ningún peligro, lo garantizo

- Supongo que nos la podríamos llevar a la Hidrobase.

- No se si a Val le hará mucha gracia cuando regrese de Washington.- Comenta Spitfire

- Asumo la responsabilidad. Yo hablare con las autoridades.

- ¿ Y que hacemos con la montura?.- Pregunta la Antorcha.

- Creo que deberíamos llevárnosla, si la dama se despierta y no esta igual se enfada, y créeme, aún me duelen los huesos, prefiero no verla enfadada. Además, parece muy dócil ahora.

Como confirmando su afirmación, Gladia lamió el rostro del abanderado inglés.

- ¡Puag! Esto me pasa por hablar.


Una hora después en la Hidrobase.

Valerie Cooper entra en la sala de reuniones, donde sólo se encuentra el Capitán América.

- ¿Dónde esta?

- En la enfermería, Druida dice q necesitara un poco de tiempo para recuperarse.

- No da buena imagen que demos cobijo a locas homicidas, Capitán.

- No estaba bien, estaba siendo controlada de algún modo, no causara problemas. De hecho, estaba pensado en reclutarla.

- ¿Qué?

- Desde que se fue Namor al grupo le falta poder bruto, creo que Thundra nos vendría muy bien.

- Mmm no se si es buena idea, pero me temo que vas a ser inflexible con esto ¿verdad?

- Exactamente.- Dice el Capi con una sonrisa

La imagen del Capitán y Valerie Cooper se mueve y se distorsiona en el agua cuando una mano femenina se introduce en el agua. Sin duda, Druida es todo lo que esperaba y más. Pronto llegaría el momento, muy pronto...

Alguien entró en la sala.

- Ama, te reclaman.- Dijo Jerome

-¡Aparta! .–Su cara adopto una expresión de profundo asco. . Tengo cosas más importantes que hacer.-

- Pero ama...

Ella comenzó a reír con una risa cruel y macabra.

- Eres un viejo, un viejo tonto y inútil, estoy cansado de ti ¡ me das asco, Jerome!.

Este se protegió el rostro con las manos y comenzó a llorar como un niño.

- Eres como una rata pequeña y asustada y eso serás a partir de ahora.-

 Recitó  unas las palabras en un idioma que ya era antiguo cuando apareció el hombre . Jerome empezó a retorcerse, a encogerse y ha transformarse en una rata de pelaje blanco. Ella la cogió con una mano y sonrió divertida.

- Serás una divertida mascota, más divertida que antes ¡ha, ha, ha ,ha !.

Dejo a “Jerome” en el suelo y este salió corriendo de la habitación.

Desde un pequeño rincón, una rata que fue un hombre llamado Jerome  miraba a quien fue su ama y ahora como siempre fue , su dueña y señora, de espíritu, cuerpo y alma.

Próximo número: Primer anual del grupo!

Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)


Referencias:
1 .- Los Vengadores Vol.IV #16 al 18
2 .- En la recordada Etapa de Mark Gruenwald en el Capitán América
3 .- Sharon Carter, Bernie Rosenthal y Iguana, respectivamente.
4 .- En el pasado Invasores #03
5 .- Para saber por que no contesta Reed Richards leer los 4 Fantásticos #4 , también en ACTION TALES.

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