Daredevil nº05

Título: Equilibrio (y V): Estado de Nueva York, Rey de Reyes
Autor: Parménides
Portada: Parménides
Publicado en: 


Vive en una noche eterna, pero la oscuridad está llena de sonidos y olores que otros no pueden percibir. Aunque el abogado Matt Murdock es ciego, sus otros sentidos funcionan con una agudeza sobrehumana... Abogado de día, vigilante de noche... El Hombre sin miedo
Creado por Stan Lee y Bill Everett


Resumen de lo publicado: Tras un período de reflexión y aprendizaje en Japón, recuperándose de la pérdida de fe y de confianza en sí mismo, Daredevil comprende que sus hiper-sentidos dependen directamente de su equilibrio interior. Al volver a New York para afrontar sus propios demonios y debilidades se encuentra con una ciudad al borde de la ebullición a causa de escándalos económicos, sociales, judiciales y de las próximas elecciones a gobernador del Estado. En medio de todo ello, y con Kingpin moviéndose entre las sombras, Daredevil se enfrenta a Gabriel, quien semanas antes le inflingió la más dolorosa de las derrotas y ahora le rompe por segunda vez el bastón...

El humo de la pipa parecía no molestar a Madeleine Matthews. Sin embargo, Ben Urich no parecía sentirse del todo cómodo con el utensilio que utilizaba ahora para fumar. Siempre había sido fumador de pitillos. Negros como el carbón, del mismo color del que tendría, con toda certeza, los pulmones. Y lo de la pipa había sido, como se diría, un capricho. No fue por razones de salud. “Ensucia menos la tráquea”, le había dicho su mujer. Ni por sabor. “Ya verás cómo lo notas”, le anunció su estanquero habitual. Fue más bien cuestión de imagen. En la redacción, alguien le había sugerido que la pipa parecía transmitir más autoridad, y desde que se le había metido en la cabeza el puesto de jefe de sección que quedaba vacante el mes que viene, había alterado inconscientemente alguno de sus hábitos y había adquirido otros. Aspiró hondamente la pipa, sujetando la base con la mano izquierda y, antes de soltar el humo, le preguntó a su entrevistada:

- ¿Así que alguien bueno y decente?

La Sra. Matthews formaba parte del selecto grupo de personajes que Ben entrevistaba para el proyecto periodístico-antropológico al que se había prestado. Por las noches, Ben no dejaba de repetirse que el proyecto era interesante por sí mismo, una oportunidad de tomar el pulso a la sociedad y política actual, en clave de reportaje. Pero tanto él como su conciencia sabían perfectamente que había aceptado el encargo para ganar puntos ante la cúpula directiva. El puesto de jefe de sección ya le estaba haciendo cambiar inconscientemente muchas cosas. Quizá demasiadas. La Sra. Matthews continuó.

- Sí, sí, bueno y decente. Estoy harta de pasearme temiendo que pase algo malo. No quiero tener esta sensación constantemente. Y tampoco la quiero para mi hija.

- ¿Qué quiere para su hija? –indagó Ben.

- Quiero que se levante por la mañana, se vista y pueda ir al colegio por sí sola, sin tener miedo de que la asalten, la molesten, o que le vendan... algo en cualquier esquina. Para ello, es necesario honradez, saber lo que se hace, y ser decente.

- ¿Cree que con estas cualidades hay suficiente?

- Bueno, debería ser también alguien contundente. Alguien a quien no le temblara la mano a la hora de impartir justicia. ¿Sabe qué? Me estoy dando cuenta de que tengo muy claro el perfil de persona que sería el gobernador ideal. Alguien como Daredevil.



Daredevil estaba observando atentamente mientras él y Gabriel daban vueltas uno alrededor del otro. Como en la primera ocasión que se enfrentaron, parecían buscar los puntos débiles del otro, en una suerte de danza de la muerte. Gabriel continuaba bailando como si ningún movimiento sobrara en sus gestos, como agua fluyendo.

De repente, saltaron de cara, el uno contra el otro. Daredevil golpeó por arriba para ser bloqueado por Gabriel con el brazo izquierdo. Al mismo tiempo, Gabriel descargaba con fuerza un directo al estómago del Hombre sin miedo quien, con una rapidez felina, esquivó el golpe gracias a una ligera finta de cintura mientras estaba en el aire. Antes de caer, agarró a Gabriel por el brazo que le había bloqueado el primer golpe y lo arrastró para sí. Gabriel perdió ligeramente el equilibrio, lo suficiente como para recibir un fuerte rodillazo en las costillas cuando ambos recuperaron el contacto con el suelo. ¡CHUNK! Un ligero gemido se le escapó de los labios ¡UNGHHH!

- Has mejorado, demonio –afirmó con una cierto aire de superioridad.

- Todo es cuestión de actitud.

El Hombre sin miedo repasó el escenario donde estaban luchando. Necesitaba de cualquier elemento que le pudiera suponer una ventaja. Así como en la pelea de la fábrica, Gabriel había hecho uso de todos los trucos a su alcance para “cegarle” todos los sentidos, Daredevil quería aprovechar al máximo las posibilidades que la despejada azotea de la Torre de Kingpin podía ofrecerle. Que no era mucho, la verdad. Un par de salidas de aire a ras del suelo. Varios tubos con el cuello torcido que contaban con ventiladores a modo de boca. La telaraña que conformaban un grupo de antenas empinadas hacia el cielo. Una pequeña caseta con una puerta que sin duda era la entrada al tejado. Y bajo sus pies, baldosas rojizas que perdieron hace tiempo su bronceado en favor del hollín. El suelo se alargaba hasta el final del tejado, sin barandas ni rebordes que ofrecieran una seguridad ficticia al visitante ocasional. Solamente alguien con mucha confianza podía pasear por el borde sin que le invadiera una mareante sensación de vértigo. O alguien sin miedo. Esa podría ser la ventaja de Daredevil.

Gabriel se deslizó con suavidad por abajo, tratando de alcanzar a Daredevil con una patada en las piernas, pero éste saltó con rapidez para, con un salto mortal hacia adelante, situarse a la espalda del primero. Desde allí, golpeó con fuerza la nuca de su oponente, que fue despedido hacia adelante.

Gabriel se frotó la nuca, tratando de ocultar un cierto asomo de preocupación que ensombrecía su rostro. Daredevil no había sido capaz de tocarle en la anterior pelea y ahora, en cambio, le había golpeado con autoridad dos veces. Tal como el mismo Daredevil había afirmado, una nueva actitud parecía haberse adueñado de sus movimientos. Era cierto. Algo había cambiado, estaba mucho más metido en la pelea que la otra vez.

- Bueno, bueno, bueno... ¡fíjate como está el demonio! Parece que ahora ya no pierdes aceite –dijo, burlonamente, Gabriel.

El talante provocador de Gabriel salió a relucir nuevamente. “Perder aceite”, pensó Daredevil. “¡Qué burdo intento de provocarme aludiendo a la homosexualidad!”... aunque... la frase también le recordaba poderosamente a la historia que Agua le había contado del campesino de Babilonia que preguntaba sobre el Equilibrio y lo conocía a través de una cuchara de aceite. ¿Conocería Gabriel esa historia? ¿Se referiría Gabriel a la recuperación del Equilibrio? Y lo más inquietante, dado que Gabriel había manifestado un profundo conocimiento de su contrincante ¿Conocería, de alguna manera, a Agua? Como una flecha, un pensamiento recorrió la mente de Daredevil, con la forma del rostro de Agua diciéndole unos días antes:

“Otros como tú lo han buscado”

¿Habría ido Gabriel a buscar el equilibrio en el monasterio de la Casta antes que el propio Daredevil?



- Dígame, Mr. Marks, ¿cómo le gustaría en definitiva que fuera el nuevo gobernador del estado? –preguntó Ben Urich, tras realizar una fuerte pipada.

- Nada complicado. Me revienta la corrupción. Nos hemos chupado escándalo tras escándalo, y estoy harto de ello. Sí, me gustaría que fuera alguien puro. Alguien que sea puro como un monje.



Demasiados interrogantes y distracciones para el mismo momento. Daredevil despejó su cabeza de todas las dudas que se le agolpaban, recordando las enseñanzas de Agua: Equilibrio, orientación y enfoque. Necesitaba concentrarse en la pelea. Nada más.

Se acercó con decisión a Gabriel, y éste lo recibió con una lluvia de ataques de puño. Daredevil esquivó, bloqueó y fintó como pudo, hasta que una patada circular frenó su avance. Pero sin echarse atrás, Daredevil continuó con su acoso a través de una importante variedad de golpes hacia su contrincante, al que cada vez le costaba más pararlos. Finalmente, lo derribó. En el suelo, Gabriel giró sobre sí mismo un par de veces hasta ponerse fuera de su alcance. Se puso en pie nuevamente.

Entonces empezó un intercambio de golpes de karate. Ataque, defensa, ataque. Nadie daba cuartel ni nadie lo recibía. Varias veces sufrió Daredevil impactos por parte de su oponente, quien, por otro lado, no recibió con menos frecuencia. ¡KRAK! ¡POK! ¡THUDD!

La burlona cara de Gabriel estaba más tensa que nunca. Las muecas que solía dedicarle al Hombre sin miedo se habían torcido en un rictus de seriedad y concentración. Gotas de sudor perlaban la frente de ambos contendientes y la tensión en el ambiente parecía echar chispas. La concentración de ambos parecía poder segar la atmósfera, oscureciendo cualquier evento que ocurriera alrededor. Súbitamente, Gabriel espetó:

- ¿Te había costado mucho hacer este otro bastón? Parecía bonito, pero la fragilidad debería ser barata.

Daredevil no contestó porque enseguida se dio cuenta de que Gabriel estaba intentando utilizar otra estrategia para cobrar ventaja. El comentario era un anzuelo psicológico para desestabilizarlo emocionalmente, para enrabietarle o hacerle perder los nervios. Sin embargo, Daredevil vio claramente las intenciones de su oponente y ni se inmutó. Esto significaba que llevaba bien la pelea. Contraatacó verbalmente:

- La diferencia entre tú y yo es que no has cambiado desde nuestro último encuentro. Mientras tú te escondías yo estaba buscando. Mientras tú estabas distraído, yo me he encontrado.

- ¡Vuelve el demonio hablador!

- No vas a vencer esta vez. Yo sé lo que voy a hacer. Tengo claros mis objetivos. Y mi objetivo principal es acabar contigo.

- ¡Tonterías! ¡Tú no sabes nada! Vas dando vueltas, vas dando tumbos mientras te golpean de un lado y otro. Tu vida privada está jodida, demonio. Tu vida profesional también está acabada. Y tus días como justiciero, el cobarde justiciero que perdió ante Gabriel y luego corrió a esconderse, están llegando a su fin.

Gabriel había caído en la trampa. Su excitación iba creciendo y creciendo, y las bravatas fueron tomando el lugar del análisis de la situación. Gabriel se sintió momentáneamente más fuerte, con más confianza. Pero era una confianza ficticia, nacida de la adrenalina del momento, y no del conocimiento de las propias capacidades frente a su enemigo. Daredevil había cambiado en las últimas semanas, y el error de Gabriel fue no darse cuenta a tiempo. El héroe de rojo contestó:

- ¿Quién está llegando a su fin? ¿El hombre que se rehace a sí mismo, o quien corre a esconderse a las faldas de su amo?

Gabriel se crispó y su respiración se aceleró. Bingo. Había dado en la diana. El tiro a ciegas que Daredevil había probado resultó. Ese comentario era hiriente. Ya sospechaba que Gabriel podía formar parte de un entramado más complicado, que estuviera junto a alguien que le hubiera dado la información necesaria para derrotarle la primera vez, alguien que le hubiera mostrado el camino de debilitar varias de sus facetas. Pero estaba claro que a Gabriel, que era un espíritu libre, no le gustaba recibir órdenes, ni que se le recordase que actuaba por indicación de otros. Daredevil prosiguió por ese camino:

-¿Qué te pasa? ¿No sabes lo que hay que hacer ahora? ¿No hay nadie que te diga cuáles son mis debilidades actuales? Sin amo no eres más que un perro rabioso sin bozal.

El desarrollo de la pelea, los golpes recibidos y los hirientes comentarios provocaron que Gabriel estallara por dentro. Daredevil podía escuchar como la tensión fluctuaba y se aceleraba la inyección de adrenalina.

En ese momento, el Hombre sin miedo experimentó nuevamente esa sensación que había sentido el día anterior. La sensación de controlar más allá de sus capacidades lo que pasaba a su alrededor. Concentrándose en Gabriel, podía escuchar no solamente el latido de su corazón, sino mucho más allá, con mucha más profundidad. Cómo se contraían y se dilataban sus venas. Como aumentaba la cantidad de catecolaminas en su sangre. Cómo los tejidos musculares se hinchaban con la llegada de más flujo sanguíneo. Cómo el aura de su enemigo se oscurecía, ofuscándose su razón al mismo tiempo, para dar paso al lado más animal. Gabriel se desencadenaba. Había perdido esa capacidad inaudita de moverse con tanta facilidad. Se descuidaba. Su equilibrio interno estaba ahora muy lejos de la homeostasis. Sus movimientos eran ahora previsibles y su rabia alimentaba el voraz apetito de ego que se le había despertado. La sonrisa volvía a asomar por su rostro. Saltó hacia Daredevil, con las piernas por delante, mientras gritaba: -¡Prepárate, ciego!

El héroe ciego esquivó con facilidad el ataque con una voltereta hacia atrás, con la que aprovechó para soltar su pierna al mismo tiempo. Gabriel fue alcanzado con brutal violencia en el rostro. La sonrisa fue sustituida por sangre.

Enrabietado todavía más porque notaba el sabor salado del rojo flujo, Gabriel se empecinó en atacar de cualquier manera la posición del Hombre sin miedo. Se acercaron al borde del tejado. Una y otra vez Daredevil fue esquivando sus golpes, mientras soltaba de vez en cuando el antebrazo, el puño, el codo o la pierna para propinar una fuerte réplica a su contendiente. Gabriel estaba enloquecido. La sangre y el sudor salpicaban su rostro y manchaban su pecho. El intercambio se alargó en esta ocasión por interminables minutos, aunque parecía claro que cada golpe de Gabriel era más débil que el anterior, mientras que Daredevil se mantenía en armonía.

En el último ataque furibundo de Gabriel, una finta de Daredevil puso al primero en una situación precaria. Perdió el equilibrio y cayó por el borde del tejado, mientras dejaba escapar un grito de sorpresa. ¡Se caía del tejado de la torre!

-¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

Pero la rapidez de reflejos de Daredevil le permitió, en el último momento, atrapar por un tobillo al caído Gabriel. Viéndose sujetado de esa manera, sintiéndose humillado y completamente derrotado, Gabriel se desinfló.

- Suéltame, demonio, suéltame. Déjame caer.

- Ni lo sueñes, Gabriel. No puedo dejarte caer, aunque créeme, me gustaría. Y no sería la primera vez que lo hago, te lo aseguro [1] . Pero antes tienes que responder ante muchas cosas. La primera de ellas, el atentado en el despacho de Nelson & Murdock.



- ¿Fisk? ¿Wilson Fisk? –la voz de Ben Urich dejó notar un ligero sobresalto.

- Sí, sí, Fisk. El empresario. Ya le he dicho que necesitábamos a alguien que se hubiera hecho a sí mismo. Creo que Fisk no lo ha tenido nada fácil, pero ahí está. Uno de los importadores de especias más importantes de América y uno de los hombres más influyentes de New York.

- ¿Qué es lo que más admira de Fisk, Mr. Luke?

- El hecho de que haya superado su ceguera y su intento de asesinato. Es un hombre de negocios, como le digo, que no lo ha tenido nada fácil y ha sabido sobreponerse. Ha sabido ganarse el respeto y hacerse un hueco en el difícil New York.



A la mañana siguiente de la derrota de Gabriel, y al mismo tiempo que Ben entrevistaba a Mr. Luke, un hombre que pesaba más de ciento cincuenta kilos se recostaba sobre el respaldo de su carísimo asiento. Llevaba pulcramente un traje blanco con camisa negra y su rostro estaba vestido con una resplandeciente sonrisa. Sus ojos ciegos no pudieron ver cómo alguien que había escalado fatigosamente la torre, llegaba a la ventana de su despacho. Sin embargo, en el momento en que el enmascarado puso la primera mano en el alféizar de la ventana, de algún modo, lo supo. Wilson Fisk puso las manos tras la nuca, descubriendo todavía más su enorme panza, en un gesto de tranquilidad y superioridad. Los animales suelen mostrar su vientre como muestra de confianza, cuando están seguros de que el otro no los va a atacar. Así se sentía Fisk ante el recién llegado y jadeante Daredevil.

- Tendré que instalarte un ascensor exterior algún día ¿no? Escalas la pared demasiado a menudo y eso puede acarrearme serios problemas con la comisión de riesgos laborales.

- No juegues conmigo, Fisk. Ya sabes por qué he venido.

- Tranquilo, hombre, tranquilo. Entre ciegos, debemos ayudarnos.

- Tengo a Gabriel. Lo atrapé ayer en el tejado de esta torre, tu torre. ¿Te ayuda esto a recordar algo?

Fisk cambió de postura, tanteando sobre la mesa en busca de un cigarro y un encendedor, sin perder su sonrisa. Mientras se lo encendía, continuó: -Antes que digas ninguna estupidez, quiero que tengas esto –Fisk abrió un cajón de su mesa y sacó una carpeta azul, que lanzó a los pies del Hombre sin miedo. Daredevil recogió los documentos.

-¿Y bien?

- Son las pruebas necesarias para demostrar que Falcon Radio y cualquier empresa de mi propiedad ya no tienen nada que ver. Falcon Radio es una emisora independiente dirigida por el Sr. Maltés. Estos documentos ratifican que cualquier movimiento empresarial o criminal –Fisk alteró su tono al decir esta última palabra- que él haya hecho durante las últimas semanas no tiene nada que ver conmigo. Lo cual no me parece mal, dado que es mi emisora WFET, y no Falcon Radio, la que está arrasando en audiencia. Y esto significa que las cosas se están haciendo bien en mi casa.

- Muy conveniente, Fisk, muy conveniente.

- No sé de qué me hablas. Tienes a Gabriel, bien. Lo atrapaste en mi tejado. Esto es puramente circunstancial. Pero juguemos a suponer...

- ¿A suponer qué? –Daredevil inquirió amenazadoramente.

- Supongamos, por un momento, que este tal Gabriel haya puesto la bomba en tu despacho... Supongamos, por un momento, que este percance hace que Nelson & Murdock, o “Seguros el Arca”, da igual, tenga que pagar una impresionante cantidad de dinero a la Inmobiliaria Mary Astor... Supongamos, por un momento, que es “Mary Astor”, quien ha contratado realmente a Gabriel para poner la bomba... Supongamos, por un momento, que Mary Astor pertenece a Falcon Radio... Pues bien, fin de las suposiciones. Falcon Radio pertenece a Maltés. Punto final.

Kingpin, había desgranado, una por una, todas y cada una de las sospechas y suposiciones que Daredevil tenía sobre el asunto. Si esos documentos desvinculantes eran ciertos, cualquier relación de ese turbio asunto con Kingpin quedaba cortado de raíz. ¿Pero cómo sabía Fisk todo aquello? Había hablado en el terreno de las suposiciones, lo cual significaba que no había afirmado nada, pero nadie tiene tanta intuición como para dar en el clavo de manera tan acertada sin información de primera mano. ¿Estaría realmente detrás de todo aquello?

- Pero... ¿Cómo sabes tú todo esto?

- Mira, héroe... ¿Es esto lo que me venías a contar? Burdas sospechas, suposiciones basadas en tu pobre visión de las cosas. Métete esto en la cabeza. Falcon Radio ya no tiene nada que ver con Wilson Fisk. ¿Qué relación tengo yo con todo esto? Estoy tratando de abrir mercado, como un honrado empresario audiovisual, en el terreno del entretenimiento, y tú vienes a mi casa a arrojar estúpidas sospechas para manchar mi nombre. Soy un empresario ciego, que ha sufrido mucho para tirar esto adelante. ¿Por qué me quieres mezclar? ¿No merezco una segunda oportunidad? ¿Nacer otra vez como persona? ¿Acaso tú no la tuviste?

Fisk ya estaba jugando al “pobre cieguito, nadie me quiere”. Pero ahora tenía un muro infranqueable como defensa. De todos modos, Daredevil recordó otra cosa...

- ¿Te suena el nombre de Jude S. Carriot? Es el vigilante jurado del edificio siniestrado que vio como las cámaras de seguridad grababan a Nelson abriendo la ventana por donde entró Gabriel. Debido a la explosión, casualmente no quedó nada grabado de la entrada de este último. Todo muy conveniente ¿verdad? Este hombre trabajaba para ti en el pasado ¿qué dices a eso?

- El Sr. Carriot trabajaba para WFSK, ahora Falcon Radio. Nuevamente, ninguna relación conmigo. Cualquier referencia que necesites sobre su pasado, deberías preguntársela al Sr. Maltés. ¿Necesitas contratar vigilantes de seguridad?

Daredevil se iba quedando sin argumentos. Parecía que realmente Fisk estaba limpio. Aunque todo continuaba siendo muy... conveniente. Como si todo hubiera estado preparado desde el principio. Daredevil intentó una última dirección.

- Hacía un tiempo que no volvías a esta torre ¿Qué ha pasado con el despacho que utilizabas últimamente? –Daredevil estaba sugiriendo que era Kingpin “el mafioso” y no Fisk “el honrado empresario audiovisual” quien tenía delante.

- Mira, con la de inseguridad que hay últimamente, uno nunca exagera a la hora de tomar precauciones. Esta torre es uno de los lugares más seguros de Manhattan. No quiero que me pongan una bomba en mi lugar de trabajo... –Fisk remarcó estas últimas palabras, con una mueca agresiva, para resaltar la ironía que contenían. Había toreado con soltura el anzuelo que Daredevil le había echado.

Como San Pedro, Fisk había negado tres veces cualquier vinculación con el asunto. Sus argumentos parecían sólidos como columnas, pero Daredevil no podía evitar una ligera sensación de sospecha. Aunque... ¿no estaba juzgando a Fisk por su pasado? ¿no estaba siendo injusto con él? El talante cristiano del Hombre sin miedo apretaba fuerte. ¿No se merecía una segunda oportunidad? ¿Sabría Fisk aprovecharla? ¿O uno no cambia nunca?

- Te estaré vigilando. Siempre tendré un ojo pendiente de ti –avisó Daredevil.

- ¿Un ojo? Lo dudo.

El héroe ciego apenas tuvo tiempo de encajar el sarcasmo acerca de su ceguera, cuando Fisk concluyó la conversación.

- Y ahora te agradecería que te fueras por donde has venido. Entrar en propiedad privada sin permiso es un delito. Además, si no recuerdo mal, dentro de poco tienes que estar presente en un juicio, y el hecho de que hayas atrapado a quien infringió precisamente esa ley va a ayudar a demostrar tu inocencia ¿no?

Fisk tenía razón. Al menos, Daredevil tenía al culpable efectivo, Gabriel, y al que quizá podría estar detrás de todo, Maltés. El juicio estaba ganado.

Y además ¿no sería esta una prueba suficiente para la ciudad de que estaba en buenas manos? ¡La ciudad debía tener confianza en el futuro! Este era el símbolo que Daredevil estaba buscando, el símbolo que Urich le había demandado, el modo de devolver la confianza y la fe de la gente en ellos mismos y en sus gobernantes.

Así que Daredevil saltó por la ventana y despareció de la habitación. En una hora continuaría el juicio de “Seguros el Arca” contra Nelson & Murdock y tenían muchas cosas nuevas que contar.



Mientras Matt y Foggy aportaban las pruebas concluyentes y los testimonios que darían una vuelta de 180 grados a su juicio, Ben Urich estaba realizando la última de las muchísimas entrevistas que se había chupado esos días acerca de las próximas elecciones a gobernador. Miss Johannes había llevado la agradable conversación con tranquilidad y sencillez. Su tono de voz era afable pero entusiasta al mismo tiempo. Entusiasmo que acentuó al dar el nombre del que para ella sería el candidato ideal.

- ¡Matt Murdock! Ese es para mí el arquetipo de candidato ideal. Lo vi en televisión hace unos días, a raíz de ese juicio en el que están involucrados. Pero me parece un hombre noble, firme e inteligente. Transmitía tranquilidad y serenidad. La honradez parecía ser su rasgo más distintivo. Sí, definitivamente, me quedo con Murdock.

Como reacción a las palabras de su entrevistada, Ben dejó escapar una sonrisa que el humo de la pipa ocultó parcialmente. Estaba totalmente de acuerdo con ella.



Foggy colgó el teléfono, con una cara de ambigüedad que transmitía su estado interior de duda. En ese momento, Matt llamó a la puerta y entró. El despacho que Noel Archibald les había dejado desde el siniestro todavía les servía de base de operaciones, aunque podrían volver a sus antiguas oficinas en una semana. Las reparaciones estaban muy bien encaminadas.

- ¿Cómo ha ido, socio? –le preguntó Matt.

- Ese perro contratado por Fisk me ha dejado un sabor agridulce, ¡mecachis! Al llamarle para decirle que habíamos decidido definitivamente no trabajar para ellos, él me suelta “que ya no hacen falta, que no se molesten en contestar”.

- Claro, al haber podido desvincularse de Falcon Radio sin nuestra ayuda, ya no tenía sentido que mantuviesen su oferta de trabajo.

- Ya, Matt, pero no me digas que no da rabia el que te digan que ya no haces falta cuando tú los vas a rechazar. Es como aquellas chicas del instituto, que cuando pasaba de ellas, ya tenían otro novio. Aunque ya no me gustaran ¡no veas las rabietas que cogía!

- De todos modos, gracias a las pruebas encontradas por Ben, al menos pudimos librarnos de la pesadilla del juicio.

- Sí, gracias a las pruebas de Ben... pero sobre todo, gracias a que cierto terrorista angelical decidió finalmente confesar que fue Falcon Radio, a través de la empresa fantasma Mary Astor quien lo había contratado... y obviamente, todo ello gracias a que cierto héroe diabólico pudo atraparle...

- No te creas, Foggy, que han sido unos de los días más duros de mi vida. Aunque también me han servido para aprender tantas cosas de mí mismo...

- Tendrás que contarme ese rollo del equilibrio otra vez, porque no lo pillé cuando me lo contaste el otro día. A veces tienes unos rollos filosóficos que me sobrepasan. Pero tendrá que ser otro día. Hoy, simplemente, ¡disfrutemos de la victoria!

Foggy estaba ebrio de alegría, puesto que horas antes habían conocido el veredicto final del juez Chalmers. Con las pruebas que Daredevil trajo, más las sospechas que Ben había diseminado acerca de la virtualidad de la Inmobiliaria Mary Astor e Injun Sabini, no fue difícil demostrar que había fuertes intereses por parte de alguien más en el siniestro del edificio. La puntilla fue la entrega de Gabriel, quien, manso como un corderito y totalmente roto, no tuvo reparos en confesar que fue Maltés, la cabeza visible de Falcon Radio, el que lo contrató. Debido a la separación de las empresas Fisk, Maltés había decidido que era necesaria una buena inyección de dinero para revitalizar la empresa radiofónica, dinero que podía ser conseguido con relativa facilidad a través del seguro que tenía suscrito por “Mary Astor”. Una “Mary Astor” que ya había sido fundada con la entera intención de servir a este propósito.

La idea de vincular a Nelson & Murdock estaba hecha simplemente con el propósito de desviar las sospechas y tener un cabeza de turco. Es por ello que sobornaron a Jude S. Carriot, quien ya había trabajado anteriormente bajo las órdenes de Maltés, para que borrara la parte de la cinta donde Gabriel entraba en el edificio, mientras mostraba el desliz de Foggy dejándose la ventana abierta.

Pero con todas las pruebas aportadas, Unger no tuvo más remedio que claudicar ante la magnitud de la evidencia, y cambiar la acusación hacia Falcon Radio, Inmobiliaria Mary Astor y Maltés. Se cerraba, por tanto, el caso de “Seguros el Arca” contra Nelson y Murdock, para abrirse uno nuevo. Gabriel estaba ya entre rejas y se había emitido una orden de búsqueda y captura para Maltés, quien, por el momento estaba ilocalizado, aunque era cuestión de tiempo que lo atraparan. Además, todo el asunto supondría la muerte empresarial definitiva para Falcon Radio por la mala prensa que todo el asunto arrastría. Tanto mejor para Fisk, que pensaba lanzar nuevamente la WFET a través de las ondas radiofónicas, además de mantener su plataforma televisiva. A él también le había salido muy bien la jugada. En él pensaba Matt cuando Foggy le sorprendió:

- ¡Despierta momio! No te quedes como un pasmarote. Esto tenemos que celebrarlo de alguna manera.

- Moderación, Foggy, moderación. Aunque ya no tengamos que pagar los desperfectos, todavía tenemos que recuperar el tiempo perdido. Hemos perdido mucha información en el atentado y tendremos que trabajar de firme para recuperar el tiempo perdido. ¡Volvemos a necesitar clientes!

- Dios proveerá, Dios proveerá... –añadió Matt con cierta dosis de humor negro.

El teléfono sonó. Foggy descolgó el aparato, pensando que se trataría nuevamente del representante de Fisk, llamando para mearse en su cara o algo por el estilo. Pero el tono de voz, completamente eufórico y estridente, pertenecía a otra persona. Incluso sin un superoído como el suyo, Matt hubiera podido oír perfectamente la conversación, tal era el volumen utilizado por el que llamaba. Era Noel Archibald. Era curioso que aunque trabajaran a menos de veinte metros, Archibald, que era teatral como él solo, prefería siempre hablar por teléfono en lugar de venir al espacio que les había cedido.

- ¡Foggy, Foggy, Foggy! ¡Niño! ¡HAW, HAW, HAW! –un perro faldero de casa bien era el mejor paralelismo para sus emocionados gritos- ¿Cómo estás muchacho? ¡Ya me han dado las noticias! ¡Enhorabuena a ti y al ciego, caramba! –Archibald era uno de esos empresarios y políticos hechos a sí mismo, sin moderación verbal ni contención en las formas. Era directo, sencillo y hábil en el cuerpo a cuerpo. Como un tertuliano de cabeza hueca y afilada lengua, de los que tanta fama han conseguido en los programas de entretenimiento -¡E-N-H-O-R-A-B-U-E-N-A! ¡Gritemos todos chicos! –Matt oyó como Archibald despegaba sus labios del teléfono para dirigirse, seguramente, a todos los empleados que en ese momento tendría alrededor. Archibald continuó con su griterío, jalonado por voces de fondo que, seguramente deberían estar pensando hasta qué punto les interesaba tener contento a su jefe: -¡Dadme una F! ¡Dadme una O! ¡Dadme una G! ¡Dadme otra G! ¡Dadme una Y! ¡¡¡FOOOOOOOOOOOOOOOGGGGGYYYYYY!!! –Foggy estaba absolutamente avergonzado al otro lado de la línea telefónica, pero era un buen relaciones públicas y, por la razón que fuera, Archibald le había cogido cariño. Así que aguantó estoicamente el ridículo que Archibald estaba haciendo a su costa. –Foggy, Foggy, amigo, ¡esto hay que celebrarlo!

Por primera vez en toda la retahíla de gritos y efusivas felicitaciones, Foggy pudo interrumpir, aunque sólo momentáneamente, el vendaval que suponía Archibald.

- Sí, precisamente estábamos diciendo con Matt que...

- Sí, sí, sí, sí ¡Feeeeeeeeestivaaaaaaaaaaall! ¡Nos vamos de fiesta! Pero antes déjame darte una noticia –cambió de tono, adoptando un aire más solemne. –He estado hablando con los chicos que dirigen la campaña y hemos decidido presentaros una oferta para que trabajéis para nosotros. ¡Nos irá bien contar con vuestra fama y vuestra buena imagen! ¿Qué me dices, chico? ¿Querréis el ciego y tú trabajar para nosotros?

A Foggy se le iluminó la cara, mientras Matt pensaba que aquello parecía llovido del cielo. Parecía cosa de la diosa Fortuna. O del azar. Y mientras Matt pensaba en si existía o no el azar, no pudo evitar levantar la mirada y mirar el gran azul, a través de la ventana.

¿Es todo una prueba de fe?



“REMITE EL CAOS AL ACERCARSE LAS ELECCIONES –

Por Ben Urich-

NEW YORK- La Cocina del Infierno ha sobrevivido nuevamente a otro de los episodios dramáticos que su dantesco nombre parece provocar. Tras unas semanas de dudas e incertidumbre, parece que la moral de la ciudad vuelve a remontar el vuelo. Las elecciones a gobernador del Estado están en el horizonte, encarándose con más luz y optimismo que antes. La ola de calor y suciedad provocadas por las altas temperaturas y la huelga del personal de limpieza público respectivamente, habían sumido al popular barrio neoyorkino en una vorágine aparentemente sin fin de evidente dejadez. Los índices de criminalidad se dispararon: en la comisaría del distrito se denunciaron el triple de agresiones, violaciones, robos, asesinatos y conductas violentas que el mes anterior. El escándalo salpicó también a eminentes personalidades de la ciudad, como los abogados Nelson & Murdock, que fueron acusados de provocar la explosión que destruyó su bufete. Y esa no fue la única explosión, puesto que la ahora ya cerrada fábrica de jabones “Elegante” sufrió también un tremendo atentado que destruyó parte de su maquinaria. Nuevos negocios habían levantado el vuelo bajo sospechas de corrupción o sobornos, como era el caso de Falcon Radio y la nueva WFET. Asuntos turbios con fines económicos se relacionaron con importantes Inmobiliarias. Hasta el popular héroe local, Daredevil, pareció desaparecer del mapa durante estas semanas de necesidad. Días oscuros asolaron la ciudad.

Afortunadamente, parece que la dirección del viento ha hecho un giro copernicano y ahora sopla una nueva brisa sobre New York. El aliviante descenso de las temperaturas del domingo ha tenido un efecto premonitorio y, como fichas de dominó, las demás penurias han ido solucionándose de una manera u otra. Durante lo que llevamos de semana, parecen haber bajado espectacularmente los índices de criminalidad del distrito, a lo que puede haber colaborado decisivamente la reaparición de Daredevil. El hombre sin miedo ha resultado representar una suerte de catalizador de emociones, ya que su re-entrada ha coincidido con la resolución del caso Nelson & Murdock, encontrando al verdadero culpable y destapando una compleja trama económica entre la mafia local. La trama implica directamente al director de Falcon Radio, que está en busca y captura, con los atentados al propio despacho de Nelson & Murdock y al de la fábrica de jabones, junto con el asunto de la inmobiliaria fantasma, “Mary Astor”.

La ciudad parece recibir ahora con los brazos abiertos y las heridas cerradas el cambio que supondrán las elecciones, y la confianza generalizada acompañará hoy, el último día de precampaña, a la presentación de los últimos candidatos que acudirán a las urnas. PÁGINAS 2 a 4, EDITORIAL y OPINIÓN (en páginas interiores)”
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EPÍLOGO

- Así que todo es cuestión de equilibrio, ¿eh? –le decía Foggy a Matt mientras trataba sin éxito de sostener un lápiz, perpendicularmente a la palma de su mano.

- Exactamente, y es algo a tener en cuenta si quiero ir más allá en la percepción de las cosas. Creo que voy a pasarme una temporada experimentando. Ahora mismo, me estoy concentrando en tus calzoncillos. En los días que hace que no te los cambias y esa asquerosa mancha de...

- ¡Matt! –Foggy le lanzó el lápiz al ciego, mientras éste se reía de forma estentórea.

- Bueno, hablando en serio, ahora soy verdaderamente consciente de todo lo que ocurre a mi alrededor. La profesora de la que te hablaba, Agua, me descubrió las limitaciones que nosotros mismos nos ponemos a nuestras habilidades. En mi caso, los sentidos. Esto va más allá de oír simplemente la tele del vecino. Mucho más allá. Es la primera vez que me siento realmente conectado perceptivamente a todo. Estoy hasta nervioso...

- ¿Verdaderamente conectado? Yo pensaba que siempre lo habías sentido así. Es realmente difícil imaginarse lo que debes estar sintiendo. Debe ser fantástico. ¿Y dices que de verdad es la primera vez?

- Bueno, no. He estado... nervioso otras veces.

- Eres un idiota. Un fan de Woody Allen idiota –pero Foggy no pudo evitar reírse. Matt continuó:

- Nah, en serio. Es como algo que nunca hubiera podido imaginar, como comprarte un equipo de música nuevo con el que puedes hacer tantas cosas... La sensación es fascinante. Quiero llevarme al límite, expandir, crecer, ir más allá.

- Claro que si tus sentidos se expanden demasiado, ¿no llegará un momento en que te puedes saturar? ¿Qué pasará cuando necesites descansar, listo? ¿Podrás desconectar tu “equipo de música” tan fácilmente como pulsar el botón “off”?

- No he pensado demasiado en ello. Pero no te preocupes. Me explicaron que en una película, un tipo dormía en un tanque insonorizado relleno de líquido que lo aislaba de los estímulos externos.

- Veeeeeeengaaaaaaaaa, ¡no digas tonterías!

En ese momento, interrumpiendo la conversación, alguien llamó a la puerta.

“¡Adelante!”. Era Elaine.

- ¡Chicos! ¡No os lo vais a creer! ¡Venid a ver esto! ¡Rápido!

Salieron los tres del despacho con celeridad, y Elaine les guió hasta la sala de comunicaciones. Se habían reunido algunos de los empleados que trabajaban para Archibald y todos tenían la cara desencajada de asombro ante lo que veían en la pantalla. Estaban mirando la WFET, donde una locutora estaba emitiendo un especial informativo.

- “...comunicado oficial, la decisión de nuestro presidente, Wilson Fisk, de aportar su responsable contribución a la creciente confianza de toda la sociedad y de los neoyorkinos en particular, ha iluminado el panorama electoral. Ya es oficial, entonces. Wilson Fisk se presentará a las próximas elecciones a gobernador del Estado”.

La locutora continuó hablando, pero pasó más de un minuto antes de que Foggy y Matt se dieran cuenta de que todavía tenían la boca abierta.

FIN

David Cortadellas Vilardosa "Parménides"
Barcelona, Abril-Julio del 2003

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Referencias:
1 .- Daredevil dejó caer a Bullseye en una “situación en las alturas” parecida, en el mítico DD 181 USA, en la etapa Miller.

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