Los 4 Fantásticos nº07


Título: "Cuando Reed encontró a Susan"
Autor:  Francisco Corbacho
Portada: Edgar Rocha
Publicado en:  Enero 2004

Después de la amenaza de Lestav, Reed y Susan, rememoran el día en que se enamoraron. La calma antes de la tormenta...
 Un brillante científico, su mejor amigo, la mujer que ama y el temperamental hermano de la misma! ¡ Juntos, afrontaron los desconocidos terrores del espacio exterior... Y los rayos cósmicos les transformaron en algo más que simples humanos!... ¡ Mister. Fantástico, la Cosa, La mujer Invisible, y la Antorcha Humana! Ahora, son los 4 Fantásticos y... ¡El mundo nunca volverá a ser el mismo!
STAN LEE y ACTION TALES presenta
Creado por Stan Lee& Jack Kirby


Resumen de lo publicado: Después de regresar de su aventura con Lestav, en los restos de la base de operaciones de nuestros héroes siguen en solitarias ruinas hasta que una creciente luz acaba por deslumbrarnos. Regresan los Cuatro Fantásticos con su hija.


- Veo que todo sigue como lo dejamos.

- Bueno, si todo está bien, creo que tengo un rodaje que continuar, el productor me va a matar.

La Antorcha se enciende y se marcha volando.

- Johnny, espera. –es inútil, ya sólo es una mancha brillante en el cielo- este hermano mío siempre tan...

- Déjalo, Susan, hemos vivido una racha muy turbulenta y nos vendrá bien desconectar un poco. ¿Ben, me ayudas a poner en orden este estropicio? ¿Ben? ¿Se puede saber dónde está Ben?



Ben camina por las calles de Manhattan, con su puro, hacía ya tiempo que se había marchado.

- Estoy seguro de que en estos momentos me estarán sugiriendo que les ayude a ordenar la base. Está podrido de dinero pero es incapaz de contratar a alguien para que se encargue, o podría inventar un robot que lo haga por mí.
Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeep

-¿Quién demonios?

Ben coge el comunicador.

- ¿Ben? Demonios, no me acostumbro a ver tu jeta humana. Te voy a pasar una dirección, si te pasas por ahí antes de que anochezca, yo estaré ahí para darte tu maldita identidad falsa.

-Vale, Nick, considera perdonada todas las deudas del pócker.

Nick dice algo convenientemente ininteligible.


Mientras, en la base, Susan y Reed están ordenando los enseres más básicos.

- Reed, mira, tu pipa.

- Vaya, la estaba buscando. ¿Dónde estaba?

- Dentro de esta caja metálica...

Reed la coge suavemente.

- Habría que limpiarla, claro que ya no fumo.

- Menos mal, lo cierto es que cuando una crece, el olor del tabaco le resulta menos... interesante.

- Pues, si no recuerdo mal, esta pipa me la regalaste tú.

- No me lo recuerdes.


Pero ambos recuerdan, fue hace mucho tiempo ya, Reed era un prometedor estudiante de 23 años, hospedado en casa de la Sra. Storm, la tía de Susan. Susan vivía ahí también, con su hermano, por decreto del juez.

- Reed buenas tardes, señora Storm, lamento haberme retrasado, me quedé revisando unas correlaciones moleculares que no me convencían y...

- No hace falta que se explique, por más que lo intentara, nunca podría comprenderle. La cena está en la cocina, recogí el salón hace ya una hora.

- No se preocupe, procuraré no hacer demasiado ruido.

- Vaya, es raro.

- ¿El qué, señora Storm?

- Que mi sobrina no haya bajado para recibirle casualmente, está enamorada de usted.

-¿Qué dice señora Storm?

- Ja, ja, ja, no te preocupes, Reed, sé que eres un buen muchacho. Mi sobrina sólo tiene doce años, está en esa edad en la que se enamora de sus profesores o los inquilinos guapos e inteligentes que hospeda su tía.

- Señora Storm...

- Estás colorado, desde luego, si una niña de doce años te saca los colores, no quiero pensar lo difícil que te resultará entablar una amistad con una mujer.

Reed entra en la cocina. Encuentra una sopa, la calienta y comienza a comer. Pasan unos minutos antes de darse cuenta de que en un rincón, sola, mirando la ventana, está Susan. A los doce años, la sutilidad es un don desconocido por cualquier niño. Por supuesto que Reed se había percatado del enamoramiento de su vecina, encontrando la situación incómoda, siempre había procurado evitarla con educación, pero el único resultado había sido el de crear a su alrededor un aura enigmática que la hechizaba aún más. Pero por primera vez, ella no se había dado cuenta de su presencia. Se limitaba a estar apoyada en el alféizar, mirando la noche, con una pipa en la mano. No era la Susan que él conocía, alegre, sencilla, llena de vida.

- ¿No eres muy joven para fumar? –preguntó Reed, observando la pipa de Susan.

- Era de mi padre. Johnny no le recuerda bien y yo ya estoy empezando a olvidarle; lo único que recuerdo es su olor, siempre olía a tabaco de pipa. Ésta era su pipa.

- Echas de menos a tu padre.

- Todos dicen que es malo.

- ¿Tú les crees?

- No, él era muy bueno. Pero la gente no le conoce, no sé por qué dicen eso de él. Cuando voy al colegio, me señalan con el dedo, me tiran bolas de papel y al final, mi hermano acaba siempre metiéndose en pelea con todo el mundo.

- Sé cómo te sientes, sé lo que es estar solo y que juzguen tu forma de ser sólo por cuatro ideas simples. Cuando tenía tu edad, no tenía amigos, en el colegio los matones me golpeaban por ser el más listo. Nadie quería ser mi amigo. Siempre estaba solo. ¿Sabes lo que hacía cuando me sentía mal o me golpeaban?

- No, el qué.

- Me imaginaba cosas imposibles, como que yo estaba hecho de goma y entonces, cuando me golpeaban, el puño les rebotaba y se caían. Otras veces, miraba las estrellas y me imaginaba lo que sería estar tan lejos de aquí...

- Yo también me imagino cosas, ¿Sabes qué me imagino?

- No.

- Imagino que puedo hacerme invisible y me puedo proteger con una burbuja invisible e irrompible.
Entonces nadie puede hacerme daño ni señalarme, porque nadie podría tocarme ni verme.

- Tienes imaginación, y eso es bueno. La imaginación es la base de todo lo que logremos, pero también tienes que tener en cuenta que aquí hay un mundo en el que vivir. No debes esconderte detrás de tus fantasías porque si no, te perderás cosas maravillosas que te aguardan, como yo tampoco debería haber imaginado lo mío. No debemos escondernos del mundo, porque siempre estaremos a oscuras. Es como las tortugas, si se metieran en su caparazón, para estar seguras, no podrían ir a ninguna parte.

- ¿Cuándo saliste del caparazón?

- Confieso que a veces, cuando me siento inseguro, pienso en cosas igual de absurdas o incluso, exploto hasta los límites esa fantasía; pero tardé mucho en hacerlo, digamos que un día conocí a un amigo. A un gran amigo que se llama Ben. Como tú también conocerás a alguien, a un gran amigo o amiga.

- Gracias –sonríe Susan.

Reed se ha marchado, dejando a su vecina un poco menos triste y susurrando para su adentro “ya he conocido al hombre que me sacará del caparazón”.

La Antorcha vuela hacia los estudios, pensativo:

- Espero que sea suficiente excusa el salvar el universo para que el director no se enfade conmigo. Guau, es genial volver a recuperar el control de mi llama, esto me ha servido para comprender al pobre Ben. De hecho, creo que controlo el fuego a unos niveles mayores de los que creía que podría tener. Quizás me haya acomodado y nunca intentara comprender los límites de mi poder hasta que me convertí en un peligro. Reed me lo insinuó muchas veces, hay que reconocer que mostró mucha paciencia conmigo, pese a las trastadas que le he hecho pasar...
Johnny recuerda, era sólo un niño de diez años, bajaba por la barandilla a toda velocidad gritando...

-Aquí llega la Antorcha Humanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Al pie de la escalera le espera Susan, con los brazos cruzados.

- Te vas a hacer daño, Johnny.

- Joder, Sussy, déjame respirar.

- Has dicho un taco, eso te lo han enseñado los amigos esos con los que te juntas ahora. Se lo voy a decir a tía...

- Vale, vale, qué quieres.

- Necesito tu ayuda, Reed se va a ir a vivir muy lejos de aquí y quiero regalarle algo antes de que se vaya. Métele esta cajita en la maleta.

- ¿Sigues enamorada de ese viejo?

- No es un viejo y a ti no te importa lo que yo sienta por nadie. ¿Te colarás en su habitación o no?

- Cierra su puerta con llave.

- Sí, ya lo sé. Pero también sé que esos amigos con los que te juntas te han enseñado a abrir puertas, te he visto abrir puertas de coches y ponerlos en marcha enredando en los cables, que se lo voy a decir a...

- Vale, vale, lo voy a hacer y tú dejarás de espiarme.

- De acuerdo, pero no me parece bien lo que haces y un día te meterás en un lío. Por cierto, ¿No te gustaba Namor?

- Eso era antes, ahora odio el agua, prefiero a la Antorcha Humana, es más rápida y guay...

Momentos después, Johnny se mete en el cuarto de Reed, la maleta está modélicamente ordenada, saca una cajita y se dispone a meterla cuando...

- ¿Qué le va a regalar la tonta de mi hermana?

Inspecciona la caja y descubre una pipa.

- Es la pipa que siempre tiene en sus manos con un cartucho de tabaco. Se me ocurre una idea.
Johnny desenvuelve el cartucho y lo esparce por la maleta con la pipa incluida. Vuelve a cerrarla.

-Ojalá pudiera ver la cara que pondrá el novio de mi hermana. Je, je.

-¿George Kapplang? –exclama Ben en el bar- Estarás de broma.

- Claro que no –responde Nick- si te pareces un montón a Cary Grant, sólo que eres más bajito, gordo, calvo y feo. Pero por lo demás, eres idéntico.

- Nick...

- Escucha, Shield ha estado muy atareada intentando contener a Matanza y a Hidra1 a la vez, como para hacerle favores a un viejo jefe jubilado. Así que confórmate con esto, por cierto, no tendrás un habano...

- Ya no fumo, lo estoy dejando.

- Esto es el colmo, primero me cuentas tu vida, después, quieres una identidad secreta y ahora has dejado de fumar... Ben, o eres un Skrull o te has echado una novia.

- Ninguna de las dos cosas, sencillamente, la gente cambia...

- Si no fuera por qué sé que eres muy poco interesante, pensaría que eres homosexual, viene una chica a verte y me pides que me quede de carabina contigo.

- Ben, no se trata de una chica, sino de la sobrina de Mrs. Storm, es una niña que se encaprichó
conmigo y ahora viene a visitarme y como no quiero que se haga...


Una llamada al timbre interrumpe en ese momento. Reed acude a abrir la puerta, no puede terminar la frase, ante sus ojos una bellísima mujer, elegantemente vestida deja sin palabras ni respiración a Reed.

- ¿Reed? ¿Eres tú? Te recordaba más alto. Claro que por entonces yo sólo tenía doce años...

-...

- ¿No te alegras de verme? ¿Interrumpo algo importante?

- ....

- Si quieres, me marcho. Sólo venía a saludar, he venido aquí a buscar trabajo de actriz, en el instituto destaqué en las obras de teatro y me dije, voy a probar suerte, a fin de cuentas... Reed, ¿Te encuentras bien? Estás blanco.

- ...

- Mi amigo se encuentra bien, soy Ben Grimm, trabajo con él en un proyecto, sólo estaba aquí de paso, tengo que marcharme ahora mismo. De hecho, deberías pasarte más a menudo, no sabes lo bueno que es ver a Reed sin palabras.

Reed le suelta una aterrada mirada de pánico. Ben cierra la puerta tras él y se marcha sonriendo.

- Con el tiempo me lo agradecerá –mientras baja las escaleras, encuentra a un chico rubio, de unos dieciséis años mirando los buzones- ¡Eh! ¿Qué haces? Te tengo calado, sé quién eres, uno de esos chicos de la calle Yancy que me han seguido hasta aquí, si os conoceré yo, pues ahora verás con quién te las gastas.

Ben sale corriendo detrás de Johnny pero el chaval es mucho más rápido y lo deja atrás con facilidad, o lo hubiera conseguido si Ben no hubiera alcanzado una manguera de un jardinero y le hubiera dado un remojón.

- Al menos esto te servirá de escarmiento.

Johnny se ve hecho una sopa. Aprieta los dientes.

- La has cagado, gorila, no tenía nada personal contra ti, sólo estaba averiguando en qué piso estaba mi hermana, pero ahora esto es la guerra.

Johnny corre hacia él y le pega con toda su fuerza.

- Niño, mi tía Petunia me pega más fuerte cuando me como su tarta de manzana, para derribar al gran Ben Grimm, el hombre de piedra del equipo de fútbol de Columbia, hará falta algo más que una torta de nenaza.

- Maldito gorila –vuelve a golpearle.

- Da gracias a que no tienes edad suficiente para recibir algo que no sean unos azotes, porque si no...
Unos transeúntes que pasan por ahí se suman a la fiesta.

- Dale duro, lo conocemos por los periódicos, es el hijo del Dr. Franklin Storm, va camino de ser un criminal como su padre.

- Mi padre no es un criminal, mi padre...

El tipo coge a Johnny sin problemas, es corpulento más que Ben y está custodiado por otros dos tipos.

- Tu padre es un criminal y ten cuidado lo que haces, porque yo no tendré miramientos con un niñato ricachón como tú...

- Esto lo colma, en el barrio en el que me crie la mitad de los padres de mis amigos estaban en chirona, mi hermano estuvo en chirona. Pero aún así nadie permitía que se metieran con ellos, ¿Sabes por qué?

- ¿Por qué?

- Porque entonces llegaba ¡La hora de las tortas!

Ben saca a Johnny de las zarpas del matón, pero éste le pega un puñetazo con toda su fuerza. Los otros dos se suman y comienzan a golpearle. Ben aguanta los golpes y entonces.

- Ahora me toca a mí –grita. Uno a uno va respondiendo todos los golpes recibidos hasta dejar al matón noqueado en el suelo y a sus dos amigos con los ojos morados en estampida.

- Gracias –responde Johnny- te debo una, ha sido increíble ¿Cómo has aguantado tantos golpes?

- Concentración, lo aprendí en el fútbol, en esos momentos me mentalizaba: eres un muro de piedra, un hombre de piedra, nadie te va a mover de ahí, el dolor no existe, eres el más fuerte... y conseguí convertirme en la figura del equipo.


Reed continúa arreglando el desbarajuste, Susan está pensativa.

- Reed, ¿Pensaste en algún momento que todo esto iba a ser así? Sin ir más lejos, no hace ni media hora nos enfrentamos al resultado de un mundo en el que Psicoman consiguió pervertirme hasta llegar al punto de matarte...

- No fue Psicoman, en esa realidad fue Malicia un enemigo de la Patrulla X.

- En cualquier caso, ¿Imaginaste que nuestras vidas iban a ser así?

- Pues, he de reconocer que sabía que mi vida hubiera sido atípica, pero hasta estos niveles, no ¿Es que te arrepientes?

- No, amor, no me arrepiento, nunca me arrepentí de amarte.

Susan recuerda aquel reencuentro.

- Llevo aquí media hora y sigues sin dirigirme la palabra, ¿Pasa algo?

-Lo siento, estás muy cambiada, tú estás distinta...

- Ya no soy una niña.

- Eso salta a la vista.

Minutos de incómodo silencio.

- Creo que no debí haber venido. Me arrepiento de haberlo hecho, me siento ridícula, está claro que te incomodo... Yo, lo siento.

Susan se marcha, pero Reed baja las escaleras tras ella.

- Susan.

Ella levanta la vista.

- ¿Querrías cenar esta noche conmigo?

Ella sonríe.

- ¿Te viene bien esta noche?

- A las ocho.

La cena sigue siendo silenciosa. Pero más distendida para Susan.

- Reed, ¿En qué piensas?

- En nada...

- Dilo, si continúa este silencio, me volveré loca, estoy demasiado nerviosa como para ponerme a...

- Pensaba en una teoría, verás, he retomado algunas ideas que ya había apuntado cuando estaba en la universidad, es sobre un material alterado molecularmente, se trata de conseguir un pseudo sólido a partir de una organización molecular no convencional. Conformación inestable de elementos paramoleculares mejor dicho. Hoy he estado calculando ciertas variables y se podría llevar a cabo, daría lugar un material muy resistente a las temperaturas y con gran capacidad elástica...

- ¿Vuelves a pensar en cosas elásticas? ¿Una especie de goma?

- Pues... es un modo impropio de decirlo así, tendría primero que calcular la densidad, aunque mis primeras elucubraciones...

- Te sientes inseguro.

Reed se queda callado. Le ha leído la mente.

- Susan, eres tan joven y tan adulta a la vez. Estoy tan nervioso, tan abrumado, es todo tan impredecible, lo cierto es que sí, me siento inseguro cuando estoy contigo...

- Pues es curioso, yo a tu lado, me siento segura.

Se cogen las manos.

- Por cierto, esta tarde empecé a fumar en la pipa que me metiste en la maleta y que llenó de tabaco toda mi ropa. ¿Qué significaba eso? ¿Estabas enfadada?

- ¿Yo? No, sólo significaba que voy a tener que matar a mi hermano con seis años de retraso...


Susan encuentra un papel, es el mensaje de Maya.

- Cariño, creo que vamos a tener que alertar al equipo, mira lo que he encontrado.

- Llegarán demasiado tarde, humana –interrumpe una voz- cazar a los 4F separados va a ser más fácil y vosotros sois las primeras víctimas.

De las sombras emergen varios skrulls. Una de ellos lleva un anillo que brilla intensamente hasta envolver en un poderoso rayo de energía a los desprevenidos Reed y Susan...

Continuará

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Referencias:
1 .- En la saga: El regreso de Matanza en Spiderman 1-3 aquí mismo en Action Tales.

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