Thor Señor de Asgard nº01


Título: El Lamento de los Dioses
Autor: Miguel Ángel Naharro
Portada: Joao Silveira
Publicado en: Enero 2005

Después del fallecimiento de Odín, el padre de todos, Thor tiene que despejar sus dudas sobre si quiere llevar el manto del liderazgo del reino dorado. Mientras tanto, Loki inicia una ceremonia que lo llevará por oscuros y macabros designios...
Ha tenido muchos nombres. Vingthor el lanzador, el hijo de la larga barba y enemigo de Hrodr. En su hogar ancestral Hymir le conoce como Veur. Compañero del infeliz Hrungnir le han llamado algunos. Al este del Elvigar, en tierra de gigantes, susurran el nombre de Hloriddi. Su padre le llamaba hijo. Su madre querido. Y bajo las bóvedas celestes es Thor Odinson, dios del trueno, temor de Jormungand.
Stan Lee y Action Tales presentan:
Creado por Stan Lee&Jack Kirby


Hay muchas maravillas en el universo. Flotando en un mar de estrellas se encuentra una de ellas, una
sin igual. La maravillosa Asgard, hogar de los dioses nórdicos. Las esplendorosas torres  y los hermosos paisajes del reino dorado alegrarían el corazón de cualquiera que los contemplase. Hoy no es así. En bifrost, el puente del arcoiris que comunica Asgard con Midgard se encuentra una solitaria figura. Heimdall oteaba el infinito, vigilando que nada perturbase la tranquilidad de su hogar, como llevaba haciendo desde hacia eones. Sin embargo por primera vez, deseo poder abandonar su puesto como guardián de Asgard y acompañar a su hermanos. Aunque la tristeza de la reciente perdida ensombrecía su corazón,  el centinela de Asgard, el guardián del puente del arcoiris  centro todos sus  sentidos en vigilar que nada amenazase el reino dorado.

En todo Asgard se guardaba luto. Bajo la tierra en Nidavellir, la tierra de los enanos, Eitri continuaba la forja de armas y objetos como siempre. Se paro un instante y dedico un pensamiento para el señor de los dioses. Los enanos no se solían  meter más que en sus propios asuntos, aún así pensó en como seria todo ahora que el gran padre de los dioses ya no estaba. Solo fue un momento, después continuó  supervisando el trabajo de los artesanos y herreros. Gundersheim, hogar de los trolls, los enemigos de Asgard. Allí frente a las llamas que apresaban a Orikal, Geirrodur el rey de los trolls se complacía ante la desaparición de su mayor enemigo. En Jotunheim, hogar donde moraban  los gigantes los más implacables enemigos de los dioses. Estos se reían a carcajadas y gritaban amenazas de muerte y destrucción para sus rivales, creyendo que la muerte de su líder traería el caos y la debilidad de sus odiados enemigos.
En las calles de la ciudad de Asgard se arremolinaba una cantidad de personas que ni los más viejos del lugar recordaban. Los ejércitos que venían de la batalla con los demonios de Surtur(1) se concentraban en los alrededores de palacio, al igual que toda clase de asgardianos, no importaba su clase o su edad. Todos lloraban la perdida del gran padre.
Las banderas hondeaban a media hasta y un gran número de visitantes de fuera del hogar de los dioses esperaban para asistir a la ceremonia de despedida de Odín.
En pocos lugares del cosmos se había reunido una concentración tal de poderes celestiales. Todos ellos habían venido a dar su pésame y a rendir homenaje al señor de Asgard. Los señores de los distintos panteones se encontraban ahí: Vestido con su mejor toga estaba Zeus del Olimpo, Dagda patriarca de los dioses celtas no lucia su sonrisa habitual, Manitú de los dioses indio-americanos, Osiris del panteón egipcio recordaba como Odín reencarnado en Atón salvo a los dioses egipcios de Set(2), Buluku de los dioses africanos, Svarog del panteón eslavo, Viracocha de los dioses incas y Vishnu del panteón hindú estos y el resto de señores de los panteones de dioses revivían como el señor de los asgardianos se enfrento a los celestiales para que estos no destruyesen la tierra (3). Todos tenían un ultimo pensamiento para su hermano celeste. Flotando a varios metros del suelo esta Uatu el vigilante que observaba inexpresivo y en silencio toda la ceremonia. Igual de silencioso estaba el devorador de mundos Galactus, bajo las miradas hostiles de la mayoría de asistentes. Eternidad, la representación del mismo universo también se hallaba presente, así como su compañera Infinito, la dama muerte asistía impasible. Los que los que están arriba y en la sombra, que son para los asgardianos lo que los asgardianos son para los humanos ocupan gran parte del firmamento(4).
Ningún dios había faltado al llamamiento para despedir a su padre. Balder, Sif, los tres guerreros, la encantadora, Lorelei, Tyr, incluso Hela, la diosa de la muerte ha acudido para mostrar respeto por su señor. Otros como Hércules, Billy Rayos Beta, Tarene o el robot Registrador de los Rigelianos no son asgardianos pero son bienvenidos en estos momentos de dolor.
Thor, el dios del trueno echaba en falta a uno. Solo a uno. Su hermanastro Loki había tenido el atrevimiento de no venir a mostrar el respeto que su padrastro merece. Tal atrevimiento merecería un  justo castigo, sin duda. En otro momento le ajustaría cuentas a su hermanastro.
El dios del trueno y la viuda de Odín, Frigga estaban ante el drakkar(5) donde descansaba el cuerpo del difunto padre de todos. Enfundado en su mejor armadura, cuyo color dorado brillaba con más intensidad que nunca, sus armas y tesoros de inmenso valor descansaban a sus pies. Cerca de él, los cadáveres de rechinante y triturador los dos carneros que tiraban del carro que conducía Odín  para enfrentarse a Surtur.
- Nobles asgardianos, valerosos guerreros. Las hebras del destino han querido que todo fuese así, hemos derrotado a Surtur, quizás para siempre. Sin embargo, la pena llena nuestros corazones. Nuestro señor, mi padre, ha perecido luchando, muriendo como un auténtico asgardiano y como un héroe. Fue un rey compasivo y justo con sus súbditos, un monarca que nos llevo siempre a la gloria y que siempre pensó en el bienestar de su pueblo por encima del suyo propio, fue mi maestro, mi guía y mi consejero, pero sobretodo fue mi padre.
Frigga gimió detrás de su hijastro recordando a su esposo. Entre la multitud de guerreros, Sif se estremeció al ver a su amado recordando a su padre.
- Que resuenen las trompetas y los cuernos del valhalla, pues nadie ha merecido más el ir al hogar de los valientes y los héroes que Odín. El padre de todos vivirá siempre en nuestros corazones y honrare y honrareis su memoria allá donde vayáis.
Dicho esto, encendió con una antorcha el drakkar.
- Que tu viaje sea glorioso, padre.

El drakkar empezó a moverse y deslizarse por el aire, envuelto en llamas. Todos los guerreros alzaron sus armas mientras el cielo se abría dejando ver a varias doncellas cabalgando en monturas aladas. Una bella valkiria, de cabellos rubios recoge tiernamente el alma de su señor. Brunhilda la valkiria elegida no podría desear mayor honor que la de custodiar el alma de su señor al paraíso del guerrero.
De las mejillas de Frigga caían lagrimas, Thor abrazo a su madrastra mientras ambos observaban marcharse el alma de Odín.

                                                     
En las fronteras de Asgard se alza desafiante una estructura retorcida y siniestra la cual animales y hombres evitan. La fortaleza es un reflejo de su amo, Loki el dios del engaño. Cánticos y una música estigia surgen de las profundas catacumbas de la morada del señor de las mentiras. El hermanastro del dios del trueno estaba con los ojos cerrados mientras dos esclavos pintaban sus cuerpo con extraños símbolos, este murmuraba frases apenas audibles. Un ruido le hizo abrir los ojos, varios de sus siervos habían entrado en la estancia, el ruido que lo había alertado provenía de lo que traían.
Una joven doncella de inmaculada belleza y que apenas seria una niña forcejeaba intentando escapar de sus captores. Loki sonrió al tiempo que con un gesto apartaba a los esclavos. Sujeto con sus manos la afilada y negra daga, admirando las inscripciones mágicas de su hoja y recitando un hechizo sobre la misma. Ya estaba todo apunto para el encantamiento que llevaba tanto tiempo preparado. Le resultaba irónico que en el dia del funeral de su padre se empiece forjar su mayor triunfo.
La joven asgardiana chillaba y gritaba, suplicando piedad, sin saber que sus suplicas caían en oídos sordos. Con un hechizo menor la dejo paralizada y se acerco a ella. Acaricio sus cabellos dorados al tiempo que la colocaba en el pulpito de piedra. Le desgarro el vestido dejando su hermoso cuerpo desnudo mientras ella le miraba con ojos llorosos y asustados.
Empezó a gritar versos en una antigua y oscura lengua a la vez que extendía los brazos.
loki
La energía mágica brotaba del cuerpo de Loki, rodeándolo en espirales. Los ojos del dios asgardiano se tornaron rojos cuando pronunciaba las ultimas frases del hechizo. En ese instante con un grito clavo la daga negra en el pecho de la joven, después abrió lentamente la carne para liberar el corazón aún palpitante, alzo el sangrante corazón y este ardió en llamas de un intenso color rojizo.
El hechizo estaba completado. Loki espero a ver sus efectos. Silencio. No parecía ocurrir nada.
- ¡Muéstrate! ¡ oh, mensajero del caos, avatar del Apocalipsis!
Una oscuridad empezó a reptar por el lugar, una oscuridad que parecía absorberlo todo a su paso. De su interior surgió una voz atronadora:

- ¿Quién ha abierto esta puerta? ¿Quién ha pronunciado mi nombre?
¿Quién me ha mirado a los ojos, allanándome el camino hacia su pensamiento?
Vienes a mi encuentro sorteando la barrera del miedo, poniendo lugar y hora para la inflexión de tus creencias.
Mi poder empieza cuando me aceptas, y perdura hasta el ocaso de los tiempos.
Soy la otra cara de la moneda, la oscuridad y la tempestad.
Soy la negación y el final.
- ¡¡¡Loki de Asgard te invoca!!!
Un aullido resonó por toda la estancia. Un aullido capaz de helar la sangre en las venas de un hijo de gigantes. De la oscuridad salió una forma negra y alada, con tres ojos color rojo sangre, la criatura toco suelo y cambio de aspecto, ahora era un hombre de piel aceitunada, cabello negro largo y liso, lo que más llamaba la atención era que no tenia ojos, sus cuencas estaban completamente vacías.
- ¿Qué es lo que tengo que hacer?.- Dijo Loki
- Debes ir al abismo de Mordek.
- El abismo de Mordek....
Incluso él había escuchado historias sobre el abismo. Un lugar de una maldad tal que hasta los demonios más viles lo evitaban. Si quería cumplir con sus objetivos su próximo destino debía ser el abismo de Mordek.

                                                          


Tras la ceremonia, en el salón de los héroes caminaba una figura cabizbaja. Miraba a las estatuas de los más grandes héroes que habían muerto por el reino dorado, preguntándose cuanto tardaría en ocupar un lugar entre ellas.
- Thor.
Era la voz de Sif. Su tono era de tristeza y de preocupación.
- ¿Te encuentras bien?.-  dijo mientras acariciaba el rostro como tantas veces había hecho.
- Mi bella dama, no te preocupes por mi bienestar. Que tu corazón no sufra por mi. En estos momentos tengo muchas cosas en mi cabeza y debo reflexionar sobre los acontecimientos que están por venir.
- Entonces te dejare con tus pensamientos, mi dios del trueno. No dejes que ensombrezcan tu alma.
- Milady.- Dijo para a continuación  besar su mano.


Cuando los pasos de Sif dejaron de escucharse, Thor apretó los puños y se encamino a uno de los balcones de palacio. Comenzó a hacer girar a Mjolnir y se lanzo hacia el cielo . Toda la rabia y el dolor contenido durante estos últimos días, toda la impotencia por ver muerto a su padre, toda la furia por no poder vengarlo, todo bullía por salir. Y dejo que saliese y dando rienda suelta a todos los sentimientos y  toda la furia del dios del trueno. Rayos y relámpagos, acompañados de un viento y una lluvia como no se habían visto en Asgard envolvían a Thor, una tormenta azotó todo el reino dorado y más allá de los nueve mundos. En Midgard, Jake Olson salía del hospital rumbo a su ambulancia y durante un instante miró al cielo y observo la furia de los elementos y un pensamiento cruzo su mente “Thor”. En los yermos montañosos al este de Asgard. Una figura corpulenta envuelta en una capa de piel no deja de vigilar la inmensa tormenta y decide que quizás es momento de que regrese al hogar. La colosal tormenta hizo que millones de seres de infinidad de esferas y planos se hiciesen eco del dolor del dios del trueno. Y por encima de la furia del trueno se podía oír aún más alto un grito  “¡Padre!”.

                                                    

En un lejano planeta, sentado en lo alto de una colina. Alguien observa la extraña tormenta que descarga su furia en este remoto lugar. Su origen no le es desconocido, el poder que la genera es enorme. De un golpe de su poderoso hacha destroza una roca en mil pedazos.
- Parece que es hora de que Desak, el destructor de panteones visite a los dioses de la tierra....
Y se marcho cruzando las capas de la atmósfera hasta el espacio y con la decisión firme de continuar con su legado.
                                                                                                    
Tras la tormenta llego la calma. Thor dejo que saliese de nuevo el sol y pensó en el futuro que estaba por llegar. Su sino parecía ser el mismo que el de su padre, el trono de Asgard era suyo por derecho ¿lo deseaba? ¿era digno?. Muchas dudas cruzaban por su cabeza estas ultimas horas. Sabia quien le podría dar consejo. Hizo girar su martillo y desapareció en un estallido de luz.
Nueva Jersey
Un golpe paso cerca de su cabeza, incrustando el enorme puño en la pared de detrás suyo. Con un gruñido la grotesca criatura conocida como Mr. Hyde destrozo la pared como si fuese papel.
- Déjalo, Hyde, deberías retirarte ya ¿Cuántas veces te han usado ya de saco de boxeo?
hyde
- ¡Maldito bastardo abanderado! ¡te arrancare la piel y te destrozare los huesos uno a uno!
El héroe de las barras y estrellas que todo el mundo conoce como el Capitán América dio un salto, giro en el aire y cayo en la espalda de Hyde. Lo golpeo con su escudo con un golpe seco, Hyde grito de dolor, agarro al Capitán y lo lanzo con fuerza contra la calzada. Este quedo algo aturdido – Me hago viejo.- Pensó
Hyde estaba más furioso que nunca y estaba doblando una farola con una facilidad pasmosa.
- ¿Necesitas ayuda, mi buen Capitán? Dijo una voz conocida detrás del villano.
Hyde se giro justo a tiempo para recibir un poderoso golpe cuya fuerza le hizo impactar contra varios coches.
- No hacia falta, Thor, me las apañaba bien.- Comento el capi con buen humor.
- ¡¡Argh!! Te voy a matar, diosecillo.- Grito este mientras apartaba los coches de un manotazo.
A continuación, sujeto uno de los coches y se lo arrojo al dios del trueno. Thor lo paro en el aire y lo dejo a un lado, justo a tiempo para recibir el impacto de la mole de Hyde. El villano agarro a Thor del cuello y lo elevo, el vengador  golpeo el rostro de Hyde con su pie. Tras soltarlo debido al tremendo golpe, con un rápido impacto de Mjolnir se quito de encima a su enemigo.
Con un grito de rabia, Mr. Hyde se abalanzó sobre el asgardiano descargando un poderoso golpe.
- Acabemos con esto.- Dijo Thor parando con su mano el brutal golpe , de pronto, le empezaron a brillar los ojos.
La forma de Hyde empezó a oscilar y a cambiar del terrible Mr. Hyde hasta el débil Calvin Zabo.
- ¿¿ Qué?? ¿Qué es lo que has hecho?
Sin esperar respuesta, Zabo intenta huir corriendo, pero un certero golpe del escudo del Capitán América se lo impidió.
El escudo vuelve como siempre a su mano y el Capi se acerca a su compañero y amigo.
- ¿Desde cuando puedes hacer esas cosas?
- Es una larga historia, Capitán, entreguemos a Hyde a las autoridades y conversemos.
Tras entregar a Hyde. Los dos vengadores se trasladan a la azotea de un edificio cercano. Un rato después,  tras una larga conversación donde el dios del trueno informa a su amigo de los acontecimientos que le han azotado últimamente, el abanderado vengador dice:
- Siento mucho lo de tu padre, Thor.
- Se que lo sientes de corazón. Eres uno de mis amigos mortales que más aprecio, Capitán, por eso busco tu consejo. Tras la muerte de mi padre, mi deber debería ser el de ceñirme el manto de liderazgo de Asgard, pero también me debo a la Tierra
- ¿Y que es lo que tu realmente quieres? Eso es lo que realmente importa, no lo que debas hacer, si no lo que tu deseas hacer.
- Mi deber esta con mi pueblo, pero no se si soy digno, no creo estar preparado para soportar semejante peso sobre mis hombros, viejo amigo.
El Capi sonrió y le puso una mano encima del hombro al dios del trueno.
- Thor, si hay alguien digno y con derecho de ser el señor de Asgard eres tu. No por derecho de familia, si no por que eres una persona de honor, valiente y honrado y tu querrás lo mejor para tu pueblo. Se que tu puedes liderar a los asgardianos muy bien y con el tiempo y experiencia lo harás tan bien como tu padre.
- Capitán, tus palabras me honran. Sin embargo,  durante mucho tiempo he pensado que el puesto de monarca no era para mi, incluso cuando desapareció mi padre le cedí el trono a Balder (6). ¿Qué es lo que ha cambiado ahora para que todo sea distinto?.
- Quizás, Thor, inconscientemente, pensabas que tu padre acabaría volviendo y no querías usurpar un lugar que le pertenecía por derecho. Ahora, sabes que no volverá y tu corazón y tu mente sabe lo que tiene que hacer. Lo que debes hacer.
capi
- Eres sabio, amigo mío, más que mucho dioses que conozco.
El dios del trueno pensó en los grandes momentos y aventuras que habían compartido, recordando incluso que durante un momento, su amigo había conseguido levantar a Mjolnir (7), lo que hacia que ambos tuvieran un vinculo especial.
- Me tengo que marchar, Capitán, da saludos a nuestros camaradas Vengadores.
- Ah, me temo que ya no estoy con los Vengadores, ahora estoy con mis antiguos compañeros los Invasores (8).
- Me extraño verte fuera de New York, ahora se por qué. Cuídate, viejo amigo.
Dicho esto empezó a hacer girar su poderoso martillo para marcharse, cuando el Capitán América le dijo:
- Entonces ¿ya has tomado una decisión, Thor?
- Me queda alguien que visitar antes de tomar la decisión final, pero me has ayudado mucho, viejo amigo.
El abanderado héroe observo como su camarada de armas desapareció envuelto en un vórtice de energía creado por su martillo encantado.

                         
                            

En el reino dorado.
Tarene la elegida, paseaba por las amplias estancias del palacio real. En su mente, reflexionaba sobre los últimos acontecimientos. En su reciente perdida de poder, al renunciar a él para que Odín pudiese enfrentarse al demonio del fuego Surtur (9).
Balder el bravo observo a la pensativa diosa, sabiendo que esta forma solo era una forma elegida por ella. Se acerco a ella y esta le sonrió.
- Balder.
- ¿Qué te aflige, Tarene?
Su bello rostro se ensombreció durante un instante.

- Siento que debo macharme, Balder.
- ¿Marcharte? Es un momento difícil para nosotros, tu lugar esta entre nuestra gente, Thor te enseñara y te guiara.
- Me gustaría quedarme, créeme. Sin embargo, debo irme, tengo que progresar, madurar y crecer.
Solo así conseguiré alcanzar mi destino.
- ¿Nos dejaras? El dios del trueno puede que necesite de tu ayuda, sin el padre de todos...
- El hijo de Odín es ahora capaz de enfrentarse a todos sus problemas y resolverlos, solo que aún no lo sabe.
La forma de la joven empezó a brillar de forma muy intensa, haciendo que el mismísimo dios de la luz tuviese que entrecerrar los ojos.
- Noble, Balder, haz saber a Thor que emprendo mi búsqueda, y que cuando llegue el momento, volveré...
Aumento el brillo por un instante y después desapareció.
Balder el bravo esperaba que la inesperada y repentina marcha de Tarene no fuese perjudicial y que no la echasen de menos en los tiempos que estaban por venir.
                                                           


En un lugar fuera de la realidad normal. Un paisaje que parece sacado de la descripción que cualquiera haría del paraíso. Enormes montañas, el sol brillando en un cielo azul y claro, aves de todo tipo volando para aquí y para allá. Cataratas de agua cristalina, animales de todas las especies conviviendo amigablemente. En este lugar apareció Thor, el dios del trueno. Era la primera vez que visitaba este lugar, aún así, de algún modo, le pareció extrañamente familiar. Como si fuese también su hogar. Y en parte, era así.
- Hijo mío.
Era una voz que no escuchaba desde hacía mucho tiempo, y que anhelaba oír.
Su dueña era una mujer de hermosura inconmensurable, su cabello largo y negro ondulaba grácilmente con la brisa. Su bello cuerpo estaba envuelto en una túnica de color verde, y en sus ojos se podría advertir una sabiduría y una vejez más antigua que cualquier ser en la tierra. Su padre la llamo Jord, los hombres la llamaron Gea, y Thor le llama:
gea
- ¡Madre! (10)
Ambos se fundieron en un tierno abrazo. El abrazo de una madre y de su  hijo.
- Cuanto tiempo te he esperado, hijo. Lamento enormemente la muerte de tu padre, aunque convivimos poco, le tenia en alta estima. Es una gran perdida para todos.
Gea sonrió. Y beso a su hijo en la mejilla.
- Se por qué has venido.
- Madre, se cuál es mi deber, sin embargo, algunas dudas me embargan. La sombra de mi padre es alargada y no creo poder estar a su altura, hizo tanto por nuestro pueblo, por el universo mismo, por mi, yo no sé si...
- Tu no eres tu padre, ni debes serlo, debes ser tu mismo, tu tienes el poder, el valor, la inteligencia y el corazón necesario para poder cumplir, hijo mío. Tu tarea no es la de seguir los pasos de tu padre, si no los tuyos propios, tu camino será largo y esplendoroso, créeme.
- Pero madre... Alguien debe protegerte...
- Muchos otros de mis hijos cumplirán tan noble tarea. Tú lo sabes bien, conoces y aprecias a muchos de ellos. Pero Odín sólo tenía un hijo que pueda reemplazarle.
- Tus palabras me llenan de fuerza, madre. Tienes toda la razón, es hora de apartar las dudas a un lado y asumir mi destino. A partir de ahora, seré el digno heredero del legado de mi padre.
Las manos de la diosa de la tierra acariciaron dulcemente el rostro de su hijo.
- Debes marcharte, te esperan ansiosos en el reino dorado, desean ver a su Rey.
- Volveré , madre, nos volveremos a ver. Lo prometo.
- Serás siempre bien recibido en mi casa, hijo.
Se abrazaron una ultima vez y Gea vio como su hijo se marchaba. No puedo evitar pensar en lo que estaba por venir, en los peligros y pruebas que esperaban a Thor y a ella misma. Esperaba que ambos saliesen victoriosos.                                                        
                                                           

Jóvenes, niños y ancianos caminan hacía la gran asamblea. Ya pasada la tristeza por la dolorosa perdida del padre de todos hoy es un día de jubilo para el pueblo, hoy se coronara al nuevo señor de Asgard.
- Niños, el león de Asgard puede derrotar a una legión de enemigos él solo pero no correr como una gacela.
 Volstagg se paro un instante a recuperar el aliento y a limpiarse el sudor de la frente.
- Padre, es que queremos ver la coronación ¡no queremos llegar tarde!.
Una enternecedora sonrisa se dibujo en el rostro del voluminoso asgardiano. Quien le había llamado padre era Kevin, que junto a Mick fue adoptado por Volstagg y su familia cuando un enemigo de Thor asesino a su madre. Los dos hermanos gemelos eran de Midgard (la tierra) y la adaptación al reino dorado y a su forma de vida había sido difícil, sin embargo, con el tiempo habían considerado a Volstagg y su familia como la suya propia, para él eran unos hijos más. Se les veía muy felices y contentos, sin duda ardían en deseos de ver al hijo de Odín.
Subió a Kevin a uno de sus hombros y dijo:
- Vamos, Kevin, alcanzaremos a Mitch y a Hildy, ¡Abrid paso a Volstagg, el león de Asgard y a Kevin su hijo!
Balder el bravo, Hogun, Fandral, lady Sif y Billy Rayos Beta conversaban mientras todo se preparaba para la ceremonia.
- Hace días no vemos a Thor ¿creéis que vendrá?.- Comento Fandral.
- La duda no es si vendrá, es si asumirá el cargo que le pertenece por sangre. Conozco bien a Thor, le gusta demasiado la libertad y siempre ha creído que el trono cortaría su ansia de aventuras.- Dijo Billy
- Quizás es hora de que siente la cabeza. Aún así, otras veces ha rechazado el trono y nada garantiza
que esta vez no lo haga, eso es cierto.- Dijo con preocupación Sif.
- Pues si no es Thor, tendrá que ser otro, mis días como señor de Asgard son cosa del pasado y aunque creo que cumplí con creces, no me sentí cómodo en el papel, sentía que no era el mío.
- Una lastima, amigo Balder, por que si no eres tú y si el hijo de Odín no asume el manto de liderazgo como tememos en cierta manera ¿Qué será de nosotros?.
La pregunta quedo en el aire sin que nadie se animase a contestarla.
Frigga miraba el cielo, intentaba que en este momento las lagrimas no aflorasen en su s ojos, pero era inútil. En otras ocasiones había creído perder a su esposo, pero el siempre regreso, esta vez no sería así
Si el heredero de Asgard , su hijo adoptivo, rechazaba el peso de la corona, como tantas veces en el pasado... ¿seria ella capaz de asumirlo? temporalmente quizás, y durante un tiempo la seguirían como señal de respeto a su difunto marido, más tarde o más temprano habría que elegir otro gobernante. Los cuernos de aviso la sacaron de sus pensamientos. Esperaba que todo se arreglase de la mejor forma.
La expectación era grande. Frigga se acerco al legislador y le puso en su manos el cetro de Odín.
- Pueblo de Asgard, nuestro amado monarca a perecido, y es hora de que nuestro destino sea conducido por quién es su derecho. Llamo a Thor, hijo de Odín, señor de la tormenta y el trueno.
Un silencio.
- Por segunda vez, llamo a Thor a que acuda a mi llamada.
Los amigos del hijo de Odín observaban la escena con temor. Si no acudía a la tercera llamada, se supondría que renunciaba al trono y que habría que elegir un nuevo candidato.
Vamos, Thor, asume tu destino. Pensó Sif.
Como en respuesta un trueno resonó en el cielo y girando su místico martillo de uru apareció Thor el dios del trueno.
- Yo el hijo de Odín he acudido como es mi deber. En el pasado no he asumido la responsabilidad que es mía, y en este momento de dolor mío y de mi pueblo he venido para asumir el manto de señor de Asgard y de vuestro monarca. Mía es la responsabilidad y mío es tal honor.
El tronador se arrodillo ante su madre adoptiva y ante el legislador.
El legislador levanto el cetro de Odín, este comenzó a brillar.
- Levanta, hijo de Odín. Este cetro te pertenece, así como el anillo de la regencia.
Frigga cogió la mano de su hijastro y le introdujo el anillo de la regencia en uno de los dedos, el anillo que durante milenios llevo Odín se adaptaba a la perfección al dedo de Thor, como si siempre lo hubiese llevado.
El legislador le dio el cetro de poder de Odín, Thor lo sujeto con fuerza y noto una sensación extraña, como si su mismo padre estuviese a su lado en este momento tan importante. Levanto el cetro por encima de su cabeza y este brillo con una intensidad y una fuerza que ilumino toda la zona.
- Como legislador del reino de Asgard, proclamo a Thor Odinson señor del reino dorado y todas sus tierras. Que las Nors lo protejan a él y al reino y guíen sus pasos.
Se escucha una gran exclamación cuando los asgardianos saludan a su nuevo monarca.
- Juro que honrare la memoria de mi padre y la vuestra, oh, pueblo mío. ¡ Por Asgard! ¡por Odín!
Todos repitieron el juramento al unísono. Y Thor noto la presencia de su padre a su lado. Y sabia que estaba feliz.
Acompañado de Frigga y de sus amigos, Balder, Sif y los demás, el nuevo señor de Asgard se traslado al salón de Odín, también llamado el salón del trono. El trono era grande e imponente, Thor no espero más y se sentó en él. A su lado acudieron Munnir y Huggin, los dos cuervos mensajeros de su padre, en sus pies se sentaron Freki y Geri, los dos lobos que antaño y durante eras cazaban con el padre de todos. El nuevo señor de Asgard sujeto a Gungnir, la lanza del cielo y se alzo. Cuando estaba apunto de dirigir la palabra a su madre adoptiva, noto algo extraño, el aire comenzó a crepitar y un haz de energía hizo aparición, a través suyo cruzaron tres figuras. Dos hombres y una mujer. Uno de los hombres era muy alto y fuerte, de cabello rojo y largo bigote, el otro hombre era voluminoso, de cabello y barba rubia, con la cara pintada con símbolos rúnicos, la mujer era una hermosa muchacha de largo cabello rojo y bellos ojos azules.
Enseguida los guardias reales sacaron las espadas de sus fundas, así como los tres guerreros, Sif, Balder y Billy Rayos Beta que se pusieron a la defensiva. Thor hizo un gesto para que se detuviesen, ya que los visitantes eran conocidos. Eran Dagda, el patriarca de los dioses Celtas, Leir el dios de la lanza y el rayo, la mujer le era desconocida. Dagda se adelanto y grito:
-¡¡Si no atiendes mi ruego, señor de Asgard, nuestros reinos y toda la realidad, la misma existencia, será engullida y annegada por la más completa oscuridad!!


Próximo número:  El Legado de Odín.
Agradecimientos: A Fran(Er Murazor), Floren, Pepe Quiles y muchos otros de los q seguramente me olvido.

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Referencias:
1 .- En los últimos números del vol. III de Planeta de Thor.
2 .- BM THOR#22
3 .- BM THOR #27 al 31
4 .- Aparecieron por primera vez en la miniserie X-Men-Alpha Flight
5 .- El drakkar o dragón era una embarcación vikinga que se usaba para las incursiones o combates
6 .- En el tomo THOR la Maldición de Hela 1 parte
7 .- En Capitán América&Thor#72
8 .- Desde el Invasores#1 de AT, claro.
9 .- En la mencionada saga de Surtur en los últimos números del vol. III de Thor.
10 .- Odín tuvo a Thor junto a Gea, la diosa de la Tierra, a la que llamo Jord. Para que su hijo tuviese un fuerte vinculo con Midgard(la Tierra).

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