La Vision nº05

Título: El cazador cazado
Autor: Lobo Rojo
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Septiembre 2005

Los caminos de Lobo Rojo, el guerrero indio, y La Visión, el androide vengador, por fin se cruzan y, siguiendo la tradición superheroica, este primer encuentro será todo menos amistoso.
Posee un cuerpo artificial que le dota de enormes poderes: controla su densidad, posee una mente computerizada y una joya solar capaz de absorver y emitir grandes cantidades de energía.  Y sin embargo es su alma humana y compasiva lo que le convierte en uno de los Héroes Más Poderosos de la Tierra. El es...
Creado por Roy Thomas y John Buscema

Resumen de lo publicado: Por orden de un nuevo Gran M, mercenarios de Maggia dirigidos por Leopoldus están eliminando a los antiguos líderes de la Organización criminal. La Visión se vio envuelto en el caso cuando el Segador sobrevivió a uno de estos ataques y decidió tomarse la venganza por su mano. El caso se hizo más personal cuando dos amigos del vengador, Norman Webster y Darby, resultaron heridos por una explosión dirigida a Joseph Manfredi. En sus investigaciones la Visión descubrió que el Segador había sido reclutado por una célula de SHIELD dirigida por el teniente Edward S. Chance. Infiltrado en la base de estos se vio obligado a luchar junto al Segador contra los Hermanos Sangre. Tras la derrota de los aliens el teniente Chance fue informado del atentado contra uno de sus detenidos, Marko, el Hombre Montaña, que costó la vida a dos de sus agentes.


Hoy, 22:05 horas

Hombre pobre... hombre rico... pordiosero... ¡Ladrón!

El hombre con el maletín bajo el brazo corre a través de los oscuros callejones temeroso de las sombras, mientras, el viento y las gotas de lluvia azotan su rostro.

Doctor...Abogado...policía...¡Androide vengador!

Una mano enguantada en amarillo atraviesa la pared tras él. Un rostro carmesí repleto de ira le observa sin piedad. La lluvia y el viento implacables parecen pasar a través de él, y en verdad lo hacen...

¡Cuidado con la Visión!

El hombre artificial parece flotar hacia su asustada víctima. La presa, sin soltar su paquete, mete la mano libre en su gabardina. Un brillo metálico. ¡Dos detonaciones! ¡TRES! Los proyectiles no fallan el blanco y sin embargo, impactan en el muro tras la furia vengadora.

¡La llegada de Lobo Rojo!

Observa como la víctima está indefensa ante la fantasmal figura flotante. Conserva la calma. Todo ha sido estudiado al milímetro. Tensa su arco... apunta... y una flecha sale disparada.

El cazador cazado.

No vio venir el proyectil hasta que fue demasiado tarde. La flecha no le tocó, pasó a través de su cuerpo y se clavó en el suelo. Algo afectó su cerebro computador y perdió el control de su densidad recuperando su masa normal. Cayó al suelo con estrépito entre los cubos de basura. Periódicos de días pasados hicieron de colchón. Vio cómo su presa escapaba por el otro extremo del callejón. Pensó en Ojo de Halcón cuando una segunda flecha se pegó como una ventosa a su cuerpo solidificado. Buscó a su atacante y vio una figura familiar en uno de los tejados cercanos. No era el arquero vengador, sino una silueta con máscara de lobo, alguien a quien recordaba como aliado. Intentó dar un paso y cayó desplomado al suelo. La flecha adherida a él había absorbido la reserva de energía solar que alimenta su cuerpo artificial. Vio como Lobo Rojo descendía de los tejados y se dirigía amenazador hacia él, acompañado de su fiera mascota lupina, y armado con un afilado cuchillo en su mano derecha. La situación le recordaba la imagen del piel roja a punto de arrancarle la cabellera al rostro pálido caído, como ya había visto alguna vez en algún Western.


Ayer 9:00 horas. Instalaciones secretas de SHIELD bajo Manhattan.  

Hace apenas cinco días, la base Prevención, fue testigo de una batalla entre la incómoda alianza formada por el hombre artificial conocido como la Visión, y su mortal enemigo el Siniestro Segador, contra los vampiros gemelos del espacio exterior, los Hermanos Sangre. Hoy, en la sala de guerra de la base, parece que esa incómoda alianza va a hacerse más permanente.

- Antes de nada quiero dar la bienvenida a nuestro nuevo colaborador externo, la Visión, miembro de los Vengadores, al que SHIELD ha facilitado credenciales para poder acceder a nuestra base, y de quien esperamos grandes aportaciones para nuestra operación principal. Si quieres tomar asiento Visión... –dijo cortésmente el Tte. Chance.

- Gracias teniente. Caballeros... – Miró a los oficiales de SHIELD sentados en torno a la mesa mientras intentaba modular su voz natural dándole un tono más amable. Sus ojos se posaron en el Segador y su voz, aunque casi imperceptiblemente cambió para dirigirse a él en un tono más sombrío. - Eric...

- ¡Que te den...! – Contestó Williams.

- Bien, - retomó la palabra Chance – como todos sabéis hace cinco días, mientras la Visión nos ayudaba a detener a los Hermanos Sangre y salvar la vida del Segador

- Me las hubiera arreglado solo... - murmuró el Segador.

- ¡Silencio Williams! ¡Estás aquí porque considero importante y útil que estés! En realidad para esta reunión solo necesito a mis oficiales de confianza y a la Visión, así que si vuelves a interrumpir, se te escoltará de regreso a tus aposentos.

Eric Williams miró a Chance sorprendido de su arrogante postura. Bajó la cabeza y decidió seguir el juego al agente de SHIELD.

- Como decía, hace apenas cinco días, cuando los Hermanos Sangre invadieron estas instalaciones, alguien aprovechó para atentar contra la vida de uno de nuestros detenidos. El sujeto en cuestión era Marko, el Hombre Montaña, que creíamos poseía información interesante para nuestra operación. En el atentado, dos de nuestros hombres, los agentes Connery y Watkins, resultaron asesinados. Por el contrario, Marko sobrevivió al ataque aunque permanece gravemente herido en nuestra enfermería y no ha recuperado la consciencia desde entonces. ¿Cross?

El agente Cross, lugarteniente de la base y su responsable de seguridad continuó la explicación. - Lamentablemente no sabemos quién lo hizo, ni cómo. Los tres hombres yacían en el suelo de una de nuestras salas de interrogatorio, envenenados. La fortaleza de Marko le permitió sobrevivir aunque sus constantes vitales son débiles. Connery y Watkins, que permanecían de guardia junto a él no tuvieron tanta suerte. Es una lástima, ambos eran dos buenos agentes... y amigos. – dijo emocionado. – Como responsable de la seguridad de esta base, juro que no descansaré hasta que descubra al culpable de estas muertes, sea interno o externo de SHIELD, no importa su graduación o condición.

- ¿Qué tipo de veneno usaron? – El silencio se hizo en la sala ante la pregunta de la Visión. Cross miró al teniente Chance y este intervino.

- Me temo vengador que la respuesta a tu pregunta ha de permanecer clasificada hasta que SHIELD haga las comprobaciones pertinentes y mis superiores me den permiso para informarte. Ni siquiera mis ayudantes lo saben.

El rostro de la Visión aparentó indiferencia, pero en su interior la curiosidad le consumía. Le chocaba la facilidad con la que Chance le había concedido credenciales para acceder a la base Prevención, ahora veía que obtener información de SHIELD no iba a ser tan fácil como pensaba. Al menos podría vigilar al Segador de cerca, tal y como le prometió a Simon.

- ¿Patterson? – Cedió el turno Cross.

- Permítame presentarme, Visión, agente Donald Patterson, experto en comunicaciones y logística, y tercero al mando en esta operación. Nuestros informadores descubrieron como hace varias semanas el asesino llamado Leopoldus se entrevistó con Marko, el Hombre Montaña para ofrecerle un trato que desconocemos. Actualmente sabemos que Leopoldus es el lugarteniente de un misterioso personaje, un nuevo “Gran M”, que intenta acceder al control absoluto de la organización criminal Maggia y por ello ha ordenado la ejecución de todo aquel que pueda hacerle sombra. – Mientras la voz de Patterson sonaba, los hologramas de los rostros de Leopoldus y sus víctimas se materializaban en el centro de la mesa de reuniones, y flotaban en movimientos de rotación y traslación, como si del plano de un sistema estelar se tratase. Al Segador se le ocurrieron un par de comentarios sarcásticos, pero prefirió callar ya que el asunto de Maggia, le interesaba, y sobre todo vengarse del ataque de Leopoldus. Patterson proseguía su explicación.

- La noche en que decidimos detener a Marko para interrogarle, los Vengadores, Ojo de Halcón y Hércules se nos adelantaron y el sujeto terminó durmiendo en comisaría [1].

- ¿Se sabe algo de “Gran M” o de Leopoldus? – Preguntó el Segador. Los oficiales miraron a Chance que comenzó a responder.

- No tenemos ninguna pista sobre “Gran M”. Deducimos que es alguien con gran poder económico, pero desconocemos si tiene o no antecedentes. Por lo que sabemos podría ser desde Wilson Fisk a Bill Gates... En cuanto a Leopoldus... ¿Patterson?

- Mis hombres llevan buscando intensivamente información sobre este hombre desde que nos enteramos que había comenzado sus operaciones en los Estados. Su rastro está bien cubierto, sin embargo... – Miró a Chance, buscando su aprobación – Descubrimos que hace un año fue el único superviviente de una expedición que penetró en la nación Africana de Wakanda. Naturalmente los servicios de seguridad del reino de Pantera Negra han ocultado todo tipo de información, sobre los métodos utilizados, así como las intenciones de Leopoldus y sus mercenarios. No obstante, suponemos que buscaban Vibranium. – Cross pidió la palabra y preguntó.

- ¿Puedo sugerir, que el vengador aquí presente, amigo personal del rey T´Challa, use sus contactos para despejar algo de la niebla que cubre este asunto?

- Bien, los Vengadores mantenemos un voto de respetar los asuntos personales del resto de los miembros del equipo...

-¡Ja! – exclamó el Segador, - ¿Ves, Chance? el robot no te va a ser tan útil como esperabas.

... No obstante, puedo preguntarle sobre el tema. Otra cuestión será lo que la Pantera Negra juzgue oportuno informarme. – Terminó de apuntar la Visión.

- Perfecto. No podemos pedir más en ese aspecto. –Contestó Chance. – Prosigamos...

- Este es, Danniel Truman, un ejecutivo de alta seguridad de ROXXON OIL, sabemos que va a acudir a una cita con Leopoldus, ha de realizarle una misteriosa entrega mañana a las 10 de la noche. No sabemos qué, pero sospechamos que puede ser algún tipo de tecnología...

El rostro de Truman despertó extrañas sensaciones en la Visión. No recordaba haber visto jamás a ese hombre, ni siquiera su nombre le sonaba, y sin embargo, algo en él revolvió su interior. Un sentimiento de rechazo. ¿Por qué? Se preguntó. Debía solicitar a Chance su historial para examinarlo más detenidamente.

- ¿Alguna sugerencia? – Preguntó Chance.

- Sabemos que Leopoldus consigue sus esbirros de las academias del Supervisor. ¿Alguna posibilidad de que nuestros agentes dentro de estas puedan infiltrarse en los comandos de Leopoldus? – Comentó Patterson.

- Complicado. SHIELD hace tiempo que dejó de infiltrar agentes en las operaciones del Supervisor, no salía rentable. Los alumnos de sus academias generalmente nunca se enteran de nada ya que se les suministra la mínima información, y sus jefes únicamente les usan de carne de cañón. Si queremos sacar información de estos esbirros recurrimos a los métodos tradicionales, dinero, alcohol, droga, mujeres...

- Tenemos aquí a uno de los clientes habituales del Supervisor. Podría sugerir un acercamiento en esa línea.

- Me parece interesante – Dijo Chance.

Todos miraron a Eric Williams. Este miró a la Visión, su odio por él se incrementó todavía más.


Ayer, 12:15 horas

La torre que alberga las oficinas de la sucursal de Empresas Fireheart se eleva en el mismo corazón de Manhattan. Es un lugar de oficinistas y secretarias, donde por lo general no sucede nada más extraordinario que el atasco de una fotocopiadora, el bloqueo de un ordenador o la caída de Internet. O sea, lo rutinario. Al menos esto es lo que pensaba Johnny Doságuilas cuando vino de su Nuevo México natal para ejercer el cargo de relaciones públicas de la empresa. A las 12:00 tenía una cita con William Talltrees, a la que este llegó con puntualidad pese a las objeciones de seguridad al intentar impedirle pasar con su animal de compañía. - No se permiten perros, señor - – No es un perro, es un lobo- Afortunadamente el presidente de la compañía, Thomas Fireheart había dado órdenes expresas de que tanto Talltrees, como su mascota, “Lobo” fueran tratados con el protocolo diseñado para altas personalidades. Sin embargo, la reunión anterior se había prolongado, por lo que Tommy Doságuilas no llegó a la sala de espera VIP hasta las 12:15 horas.

- Señor Talltrees perdone que no haya podido llegar antes, pero es que la reunión anterior se prolongó...

El veterano piel roja, miró de arriba a abajo a Johnny Doságuilas mientras acariciaba la cabeza de su fiel compañero “Lobo”.

- ¿Tenéis todo lo que mi E-Mail indicaba que necesitaba? – preguntó con rotundidad.

- Sí señor. Nuestro presidente Thomas Fireheart ordenó personalmente que todas sus peticiones fueran satisfechas. Aquí tiene el dossier, toda la información ha sido recopilada especialmente por mí.

Lobo Rojo tendió la mano y tomó la carpeta. Afortunadamente no era un disquete, ni un CD, por lo cual podría leerla tranquilamente en la intimidad de la habitación de la pensión en la que se alojaba. Ansiaba quitarse el traje y la corbata que vestía para la ocasión. Hubiera preferido encontrarse cara a cara con el Puma en cualquiera de los tejados de la ciudad, pero este se hallaba ausente de Nueva York. Probablemente ejecutando una de esas sucias tareas de asesino mercenario que él repudiaba. Sin embargo, Puma era el guardián de su tribu del mismo modo que él, imbuido por el espíritu de Owayodata, era el protector de los Cheyennes. Esto convertía al Lobo y al Puma, tan diferentes entre sí, en algo tan íntimo como hermanos. Thomas Fireheart no podía negarse a colaborar con uno de los guardianes de El Pueblo, y por ello ponía todos sus recursos a su disposición.

- Muchas gracias. – Dijo mientras echaba un vistazo y pasaba las páginas a gran velocidad.

- También el Señor Fireheart nos ha ordenado que le entreguemos esto. Ha sido preparado especialmente por nuestros técnicos de la planta 13.

La planta 13 era la dedicada a investigación y desarrollo recordó Lobo Rojo. Observó con meticulosidad el maletín que se le entregaba, lo abrió. Miró a Johnny Doságuilas, y mientras lo volvía a cerrar comentó satisfecho.

- Espero que lleven manual de instrucciones.


Ayer a las 12:30 horas

En la base Prevención, tras un par de intensas horas realizando las pertinentes estrategias y comprobaciones, las puertas de la sala de guerra se abrieron y los agentes abandonaron la sala. El Segador fue escoltado a sus aposentos, mientras los agentes Cross y Patterson se dirigieron a sus destinos.

- Visión, puedo hablar contigo un momento – Dijo Chance solícitamente mientras le acompañaba hasta la salida.

- Por supuesto teniente.

- Verás, solo quiero comentarte que confío plenamente en ti. Espero que no quebrantes ninguna norma de seguridad de la base. Sin embargo soy plenamente consciente de que estos asesinatos han sido efectuados por alguien perteneciente a SHIELD. Y ahí es donde cuento contigo, pues sé que tú no tienes nada que ver con estas muertes. El agente Cross está muy susceptible después de este suceso, y que tú te infiltraras tan fácilmente aquí el otro día, no ayuda en nada a su historial como jefe de seguridad, así que...

- ¿Sospecha de Cross, teniente?

- Sospecharía hasta de mi madre si estuviera en esta base en el momento del crimen, vengador.

- Comprendo. Intentaré que mis investigaciones no despierten dudas, ni solivianten ánimos. Es todo lo que puedo decir.

- No podría exigir más. Estaremos en contacto.

- Hasta luego teniente. –Dijo mientras se elevaba intangible y desaparecía a través del techo.


Ayer a las 13:00 horas.

En la puerta del Hospital Memorial, Norman Webster era conducido por un celador en una silla de ruedas hacia la salida.

- Bueno, Norman, estarás contento, por fin puedes irte a casa. – dijo el empleado del hospital

- Sí, solo me gustaría hacerlo por mi propio pie, en vez de en esta condenada silla de ruedas. – Contestó con tono amargado. Norman se iba triste del hospital. Le daban el alta sí, pero todavía faltaban un par de semanas hasta que pudiera ponerse en pie y valerse por sí mismo. Encerrado en su apartamento no podría salir por sus propios medios, dependería de un asistente social y de ninguna manera podría visitar el hospital para ver como evolucionaba Darby. Darby, la dulce y pobre Darby. Pensó en la posibilidad de que Victor Shade estuviera a su lado cuando despertase y los celos se lo comieron vivo [2].

- ¡Norman! ¡Norm!

La voz de Victor Shade le sacó de su ensimismamiento. Levantó la cabeza y allí estaba él, como siempre, con su gesto serio y meditabundo.

- Hola, Norman, la doctora Foster me dijo que te daban el alta hoy y pensé que necesitarías alguien que te acompañase a casa.

- Eh, gra-gracias, Victor. – Contestó Norman sorprendido. La actitud de Victor no dejaba de sorprenderle. Siempre parecía distanciado y abstraído, sin embargo nunca dejaba de ser solícito y amable. Era todo un contraste, le recordaba a alguien..., pero no lograba ubicarlo.

Mientras empujaba la silla de ruedas hacia el coche de alquiler que la Fundación Maria Stark, le había procurado, Victor Shade continuó su charla con Norman.

- Darby me contó que no tenías parientes, que estabas solo en la ciudad, así que cuando supe que salías hoy y que todavía no podías andar, me tomé la libertad de llamar a unos amigos para facilitarte las cosas.

Norman no podía dar crédito a sus ojos. ¿Quién se creía este tipo que era para entrometerse así en su vida? ¿Es más, cómo sabía que no tenía parientes en la ciudad? No recordaba habérselo dicho a Darby... Bueno, puede que sí, en una de esas noches en la que se habla de lo divino y lo humano ante una botella de vino... Pero no tenía recuerdo de ello. Claro, que... sino... ¿Cómo iba a saberlo Victor?

- He contactado con una persona que además se ocupará de que no te falte de nada, es una vieja amiga, una asistente social, te gustará...

- Ya. – Contestó Norman con - Estoy deleitado.

En un principio la Visión había pensado recurrir a la Fundación Maria Stark, pero luego pensó que sería mejor mantener a Norman alejado de toda relación con organismos ligados a los Vengadores. Su segunda opción fue pensar en su compañero vengador, Sam Wilson, el Halcón, pero no estaba seguro de si seguía ejerciendo. Además, la identidad del Halcón era públicamente conocida, por lo que esta opción era todavía más desechable que la primera. Finalmente creyó haber encontrado la solución.

- Nos espera en la puerta del edificio donde vives – dijo Victor mientras cerraba la puerta del vehículo.

- “El edificio donde vives” – murmuró socarronamente Norman. Y el coche arrancó en dirección a su casa.


Ayer a las 13:15 horas

En el Hotel en el que se alojaba, en la intimidad de su habitación, Lobo Rojo estudiaba el dossier que Industrias Fireheart le había entregado. En una esquina del cuarto, “Lobo” devoraba un suculento y jugoso filete de buey crudo. En los documentos que sostenía, Talltrees encontró centenares de indicios que confirmaban sus sospechas. De alguna manera, durante los últimos meses una serie de operaciones ilegales encubiertas, robos, sabotajes y asesinatos, habían sido llevados a cabo por la corporación que intentaba hacerse con los terrenos de El Pueblo, la ROXXON OIL y por su operativo especial... la Visión. Su viejo aliado.


Al mismo tiempo.

- Permítame que conste mi protesta, teniente Chance – Dijo con firmeza el jefe de seguridad de la base Prevención de SHIELD. – Ya es bastante arriesgado tener a un demente como Williams recluido en esta base para además permitir que un vengador campe por sus respetos. Eso podría poner en peligro toda nuestra operación...

- Cross, la Visión ya descubrió esta base por sus propios medios. –replicó el teniente – Podíamos expulsarle y prohibirle el acceso. ¿Cree que no volvería?

Cross calló.

- Podíamos arrestarle, eliminarle incluso. De tener éxito, ¿Cuánto hubieran tardado los Vengadores, en seguir su rastro? No lo dude Cross, tarde o temprano hubieran dado con nosotros.

- Sí pero... de ahí a ofrecerle libre acceso... – contestó el encargado de seguridad.

- De esa manera controlaremos mejor sus idas y venidas y podremos mantener mejor el secreto de gran parte de nuestros objetivos. Créame Cross, -prosiguió Chance – el Tío Sam ha invertido muchos recursos en esta base y sus hombres para arriesgarnos a perderlo sin obtener resultados. Déjeme que le diga que, primero Nick Furia y luego la Comandante Carter depositaron su plena confianza en mí. De ninguna manera pienso defraudarles.


Ayer a las 14:00 horas

Miró el reloj impaciente. Victor se retrasaba media hora. No era habitual en él, excepto..., excepto el par de ocasiones en que las emergencias de los Vengadores le requerían. Entonces ya no llegaba. Se miró en el reflejo del escaparate y se arregló el pelo. Estaba nerviosa como una colegiala. Miró hacia el callejón más cercano, lo normal siempre era que Victor saliese de ellos, caminando impoluto, como si nada. Se preguntó si las facultades olfativas del vengador le permitirían oler el perfume que había estrenado para la ocasión. Laura Lipton, observó con sorpresa como un coche aparcó a su lado y de su interior salió inesperadamente el hombre que estaba esperando.

- ¿Se trata de sorprenderme siempre Vic? – Dijo ella con una sonrisa divertida.

El vengador contestó perplejo.

- Hola Laura, Perdona no entiendo que me quieres decir.

- Nada, solo que siempre apareces por donde menos espero. – Ignoró el temblor de sus piernas y añadió- ¡Que buen aspecto tienes! – Y le abrazó con cariño mientras le plantaba sendos besos en las mejillas - aunque claro, tú siempre puedes hacer trampa. – Dijo con complicidad, pues sabía perfectamente que se hallaba ante una imagen holográfica que escondía el verdadero aspecto de la Visión.

- Tú...tú sí que estás preciosa... – se atrevió a decir la Visión mientras observaba sus brillantes ojos.

- ¡Ejem, ejem! – El carraspeo de Norman Webster, todavía en el interior del coche interrumpió a la pareja.- Todavía estoy aquí. ¿Me recordáis? Soy, yo, el inútil.

- Oh, Laura, este es Norman Webster. El amigo que necesita ayuda. Norman, esta es Laura Lipton, la amiga de la que te hablé.

“Es guapa, sabe elegirlas el muy cabrón” – Se dijo Norman mientras intentaba incorporarse del asiento trasero.

- Hola Norman – Saludó Laura tendiéndole la mano. – Encantado de conocerte, Vic me ha hablado muy bien de ti.

“Lo que faltaba otra a la que tiene encandilada”, “Tendrá morro, pero si no sabe nada de mí, Darby nos presentó hace poco más de una semana” [3]

- En-encantado, Laura. Muchas gracias por venir.

- No hay de qué. Hay pocas cosas que pueda negar a este hombre – dijo mientras cogía de la mano a Victor.

De pronto la Visión se sintió azarado, si su piel o su disfraz holográfico pudieran sonrojarse lo hubieran hecho.


Ayer a las 14:15 horas

Talltrees terminó de leer el dossier, lo dejó a un lado y se dirigió hacia la esquina donde “Lobo” se había echado. Con rollo de papel higiénico limpió los restos de grasa que la comida de este había dejado sobre el piso. Observó la calidad de la habitación. No tenía que esforzarse mucho, tampoco era necesario que dejase el suelo más limpio de lo que lo encontró. Arrojó el papel al retrete y tiró de la cadena. Al menos el inodoro no estaba atascado. Se dirigió hacia el maletín que Tommy Doságuilas le había entregado. Lo abrió para observar su contenido. Allí, en su aterciopelado interior, se hallaban acomodados los dispositivos especialmente preparados para la ocasión por los técnicos de Industrias Fireheart. Estudió el primero de ellos, una sofisticada punta de flecha. El dossier especificaba que una vez disparada emitiría una frecuencia ultrasónica capaz de afectar al cerebro electrónico de la Visión, haciéndole perder el control de su densidad durante dos minutos por lo menos. Con cuidado la volvió a depositar en el maletín. Tomó el segundo aparato. Otra punta de flecha, en esta ocasión diseñada para absorber la energía solar del objeto con el que impactara. ¿Cómo lograban diseñar estas cosas? Se preguntó. El tercer objeto le era más familiar, aunque no el material del que estaba hecho. Un cuchillo con la forma característica de los que usaban los antiguos guerreros Cheyennes, pero confeccionado de una las más modernas aleaciones elaboradas por el hombre, el Adamantium. El dossier de Fireheart, sugería usar la afilada hoja para arrancar de la frente del vengador el rubí que allí se alojaba.

Dicho así, todo parecía muy fácil.


Ayer a las 14:30 horas

-¡No estáis a lo que deberíais estar caballeros! – Leopoldus esquivó fácilmente al hombre armado que le atacaba por su flanco izquierdo. Bloqueo la cuchillada del que le asaltaba por el derecho y volteándole sobre su cabeza lo situó como escudo protector ante el disparo de un tercer atacante. – Y eso, en nuestro negocio, se paga... incluso en nuestras sesiones de entrenamiento. – Dijo mientras arrojaba al hombre malherido contra el que le había disparado. Con dos rápidos golpes dispusieron del tercer atacante. El equipo de médicos procedió a atender las heridas y contusiones de los tres derrotados esbirros mientras una bella fisioterapeuta facilitaba a Leopoldus una toalla para secarse el poco sudor que su metabolismo había segregado. A continuación el mercenario se tendió en la camilla del gimnasio. Sus hombres colocaron ante él un par de monitores portátiles con los que inició sus comunicaciones, mientras la masajista comenzaba a trabajar su espalda. - Leopoldus, ¿Estás ahí? – Dijo la voz de “Gran M” desde uno de los monitores. La figura en sombras del nuevo líder de Maggia apenas podía vislumbrarse a través de la pantalla, y mucho menos su rostro.

- Aaaah..., “Gran M”, mi jefe preferido. ¿Qué se te ofrece?

- No te pago para que te relajes, mi eficiente empleado. Necesito que me informes de cómo está la situación de nuestros próximos objetivos.

- Bueno... Cabeza de Martillo no ha dado señales de vida desde que le volamos su preciosa mansión. Tengo a mis chicos preparados, poseemos un plan infalible para poner en marcha en el momento que localicemos a Nefaria. Y en cuanto a Silvermane..., nadie sabe nada del cyborg. Puede que muriera o fuera desactivado hace meses, sobre todo dado que su hijo Joe se hizo cargo del negocio.

- No te confíes. Tú y tus hombres habéis hecho un gran trabajo, pero no os despistéis, todo aquel que llega hasta lo más alto en Maggia, posee una infinidad de recursos que lo convierten en una posible amenaza para mis planes. - Unnh... Descuida jefe...ehhh... Tengo todas las bases vigiladas. - Espero que así sea, Leopoldus. Me cuestas bastante y quiero un servicio perfecto. Volveré a contactar mañana a la misma hora contigo. – Y el monitor se puso blanco, tras lo cual, Leopoldus usando su mando a distancia, inició otra conversación.

- ¿Supervisor, estás ahí? – preguntó- Venga Super... - Leopoldus, mi distinguido cliente, que se te ofrece. ¿Alguna anomalía en mi último envío? – El rostro enmascarado del instructor de esbirros y supervillanos apareció en la pantalla. - No, todos resultan tan tontos y obedientes como siempre, y sobre todo prescindibles. Es respecto a la sesión especial privada. Mantenemos la cita acordada, a la misma hora y en el mismo lugar. ¿No?

- Sí. No obstante te he enviado un correo. Una serie de videos y películas que quiero que estudies antes de la próxima sesión. Son muy educativos. - Oohhh, el “profe” me manda deberes. - Pagas para que te enseñe y soy el mejor. Procura venirte con la lección aprendida. Sino será doloroso. - Ok, teacher, nos vemos. – Y la pantalla volvió a quedarse en blanco, para dar paso a una nueva comunicación.

- Bien, bien, mi misterioso informador. ¿Conseguiste el material que ando buscando? - He conseguido hacer una copia especial para ti. Nadie en ROXXON OIL sabía de la existencia de estos diseños. Todos los creían perdidos tras la debacle de la Corporación Brand, sin embargo unas cuantas horas de investigación por mi parte dieron un óptimo resultado. ¿Tienes el dinero? – Como con Gran M la imagen no era clara, y la voz sonaba distorsionada. - Claro que lo tengo. La cantidad exacta. – Dijo con cortesía, para a continuación pasar a un tono más serio y casi amenazador. – Solo por tu bien espero que el género se halle en óptimas condiciones y me sea de utilidad. - Por supuesto. La entrega se hará mañana, en el lugar y la hora ya acordados. – Ahora fue el misterioso interlocutor el que cortó la comunicación. Leopoldus sonrió y se quedó pensativo. Podía ser una trampa, no había garantías de seguridad, pero si le entregaban lo que buscaba, el precio y el riesgo le merecían mucho la pena. Sus planes parecían avanzar a pasos agigantados.


Ayer a las 15:00 horas

- Bueno, Vic, me debes una. – Dijo Laura Lipton, mientras abandonaban la casa de Norman Webster.

- En verdad le estoy agradecida, Mrs. Lipton. – Contestó el vengador de incógnito.

- ¡Venga, Victor, Visión,...! No adoptes ese tono formal conmigo. Somos amigos. – Contestó ella.

- ¡Perdón Laura! Muchas gracias por encargarte personalmente del caso de Norman. Es un buen hombre. –

- Tú sí que eres un buen hombre Visión, y un hombre muy interesante - prosiguió ella – Pero no me voy a conformar con un simple gracias. Me debes una cena. ¿Qué tal esta noche?

- No. Me temo que entro de guardia en la Mansión de los Vengadores dentro de treinta minutos .Estaré ante el monitor de los Vengadores durante las próximas 24 horas.

- ¿Cuándo entonces? – Insistió ella.

La Visión permaneció callado. Tras considerarlo unos instantes, contestó. - Esta semana no puedo. Pasado mañana parto con los Vengadores a Eslorenia. Aunque es un viaje de rutina, puede que no volvamos hasta el día siguiente. No obstante – y adoptó un tono de agradecimiento – Seguro que un noche de la semana próxima.

- Me conformo con eso, chao. – Y se despidió depositando un suave beso en los labios del sintozoide.

Sus labios eran cálidos, analizó el vengador durante unos segundos. A continuación se dirigió al callejón más cercano. Allí desconectó su forma holográfica y flotó en dirección a la Mansión de los Vengadores.

Durante el vuelo pensó en Laura Lipton. Era la viuda de Alexander Lipton, un hombre cuyas pautas cerebrales sirvieron para restablecer la conexión entre los recuerdos almacenados en su memoria y su parte emotiva [4]. Una vez fue establecida la conexión entre sus sentimientos y su memoria, las pautas de Lipton quedaron suprimidas, ahogadas por su propia personalidad. O al menos eso creía hasta ahora, ya que no podía evitar sentir cariño y atracción por Laura. Ese beso había despertado extrañas sensaciones en él, recuerdos como de un sueño olvidado. Pensó en Wanda, hacía nueve días que no sabía nada de ella. La lógica le decía que debía de estar preocupado, y sin embargo...

Sumido en sus pensamientos, la Visión alcanzó la mansión de los Vengadores. Los sensores de seguridad reconocieron su identidad y le permitieron el libre acceso. Atravesó las paredes hasta la sala de comunicaciones y saludó al vengador que allí se hallaba.

- Buenas tardes Dane Whitman. ¿Alguna novedad?

El Caballero Negro miró a la Visión. - Al menos hoy has aparecido. – Le dijo con tono de reproche.

- Sigues ofendido por que no acudiese a la emergencia del Proyecto Pegaso [5]. Tal y como te dije pudisteis solucionarla. Tenías Vengadores suficientes.

- Si no fuera por las vidas que salvaste en el incendio del Palatino, y por los informes facilitados por bomberos, policía y SHIELD, te puedo asegurar que hubiera puesto en marcha una Corte Marcial en tu contra, Visión. Has tenido suerte. – Y tomando su casco, su capa y su espada encantada, abandonó la habitación, advirtiéndole. – No fuerces tu suerte, Vengador.

La Visión apenas vio salir de la habitación a Whitman se conectó al sistema de comunicaciones de la Mansión. Tras comprobar que no tenía mensajes de Wanda, pasó a ver cómo iba su partida de ajedrez. Recibió la jugada de su contrario, y al ver su rey en jaque, tras observar el resto del tablero, hizo la única jugada que se le permitía para poner a salvo la ficha, pulsó Responder y la jugada fue enviada.

A continuación, tal y como le había sugerido al teniente Chance, intentó contactar con Pantera Negra en Wakanda. La frecuencia privada de los Vengadores fue contestada por Taku, jefe de comunicaciones y hombre de confianza de T´Challa, dado que el monarca se hallaba ausente. Ante la pregunta de la Visión sobre una posible incursión invasora rechazada hace aproximadamente un año, Taku vaciló un instante, parecía dispuesto a contestar cuando la comunicación fue interceptada por W´Kabi, el jefe de seguridad de la Corte. W´Kabi fue cortes pero tajante.

- Lo siento vengador, pero me temo que es una cuestión que por razones de seguridad está más allá de mis competencias o de las de Taku responder. No obstante, me comprometo a transferir tu consulta a nuestro monarca y que sea el hijo de T´Chaka el que juzgue la viabilidad de darte una respuesta.

- Será suficiente. Gracias. – Contestó el sintozoide.

Durante el resto de su jornada de guardia, el vengador repasó los acontecimientos que habían sucedido en el mundo. Desde las noticias normales emitidas por los medios de comunicación, a los informes personales enviados por los Cuatro Fantásticos, el Capitán América u otros héroes afiliados, sobre las últimas aventuras vividas. Nada de Wanda, nada de Maggia, ni del hombre llamado Leopoldus.

A punto de terminar el turno una comunicación del Teniente Chance le confirmó la reunión entre Leopoldus y el extrañamente familiar Daniel Truman. Un archivo adjunto le facilitaba el historial del operativo de ROXXON. Tras estudiarlo, una luz se abrió en la mente de la Visión. Ahora sí que no podía faltar a la cita.


Hoy a las 21:55 horas

El cielo amenazó tormenta durante toda la tarde, ahora, a escasos minutos de llegar al lugar de la cita, un viejo almacén en la zona portuaria, las primeras gotas comenzaban a caer. Leopoldus miró su reloj, no le gustaba nada el agua. Si esta reunión no fuera tan esencial para sus planes la anularía. Vio parpadear los faros de un coche a lo lejos. Tres destellos largos, uno corto. La señal. Se dirigió hacia allí.


Danny Truman estaba nervioso. No era normal que sus jefes le mandaran solo, sin equipo de apoyo, a una reunión de este tipo. No era el modo de operar de ROXXON. Vio al que parecía su contacto, el hombre del maletín en el sitio indicado. Encendió las luces y emitió los destellos acordados. Tres destellos largos, uno corto. La figura se dirigió hacia él.


Camuflados en el interior de una nave espía de SHIELD, el teniente Chance, el Segador, la Visión y dos agentes de SHIELD, observan la situación. El hombre que debía ser Leopoldus se dirigía hacia el coche donde espera Daniel Truman. El rostro del operativo de ROXXON reverbera en la mente de la Visión... y su sonrisa. Recuerda esa sonrisa delante de él, y ve como ante ella aparece el cañón de una pistola apuntando a su cabeza. ¡BANG! Recuerda caer sin dejar de ver la sonrisa. Recuerda morir, y su interior se llena de ira.

- ¡Visión! ¿Qué demonios? – grita el Teniente Chance.

No hay tiempo, la Visión intangible atraviesa el suelo de la nave espía de SHIELD, se coloca sobre el coche donde Leopoldus y Truman acaban de reunirse y tras aumentar su peso considerablemente se deja caer sobre el capó del coche.

- ¡Tú! ¡Tú me mataste! – dice dirigiéndose a Daniel Truman.

De entre las ruinas del coche salen atontados sus dos ocupantes. Leopoldus agarra con celo su objetivo. El agente de ROXXON coge el maletín con el dinero. Del cielo desciende la nave espía de SHIELD. Leopoldus al verles aparecer, ordena por su comunicador.

- ¡Equipos D y E, entrad en acción ya! – Un depósito de agua se abre automáticamente y desde él una batería dispara contra la nave espía de SHIELD. Al mismo tiempo, de uno de los contenedores del muelle sale un vehículo anfibio que se dirige a recoger a Leopoldus.

Mientras la nave de SHIELD impactada realiza un aterrizaje forzoso sobre las aguas del Hudson, el teniente Chance se esfuerza por salvar lo que puede de la operación. - ¡Visión, nuestro objetivo es Leopoldus! Por lo que más quieras no le dejes escapar. -

La Visión permanece indeciso, Leopoldus corre hacia el vehículo anfibio, Truman se pierde por un oscuro callejón. La Visión hace su elección y flota cual espectro vengador tras el segundo. Desde los tejados Lobo Rojo observa a su presa y escoge una flecha.


Hoy a las 22:06 horas

El cuerpo de la Visión, inmóvil y sin energía se halla indefenso mientras el cuchillo de adamantium de Lobo Rojo se dispone a arrancar su joya solar. Lobo Rojo observa a su presa, recuerda su antigua amistad y duda unos instantes. Sus ojos se fijan en los periódicos que les rodean, agitados por el viento, hace acopio de fuerzas y asesta el golpe. ¡CLACK! Está hecho. Ya no tiene remedio.


Hoy a las 22:08 horas

Tras su aterrizaje forzoso, el teniente Chance, el Segador y sus hombres desembarcan. El vehículo de Leopoldus ha desaparecido. Tampoco hay rastro de Danny Truman. Desde el callejón por el que desapareció perseguido por la Visión. Un lobo gruñe. El pelotón se acerca con precaución al lugar.

- Tranquilo “Lobo”, son amigos... – Dice una voz.

Los focos de los agentes de SHIELD iluminan el callejón, ante ellos se halla un lobo salvaje que les mira con recelo, un poco más allá, un hombre ataviado con adornos de Piel Roja, al que Chance reconoce como Lobo Rojo, ayuda a incorporarse al sintozoide que poco antes estaba indefenso. En el suelo una flecha partida y un cuchillo de adamantium clavado entre las dos mitades. Los viejos periódicos que no se han pegado al suelo por la lluvia siguen bailando al son del viento.

En el suelo, justo donde se hallaba la cabeza de la Visión, el Daily Bugle de hace ocho días. Su titular, El vengador conocido como la Visión rescata a dos decenas de personas del trágico incendio del Palatino. La fecha, la de la misma noche que uno de los asesinatos de los que Lobo Rojo le creía culpable. Si era inocente de este, también lo podía ser de los otros. Eso desvió la mano vengadora del Cheyenne.

- ¿Visión, qué ha ocurrido? – preguntó Chance indignado - ¿Qué te hizo reaccionar así? ¿Qué pasó con Truman?

- Me mató... Truman me mató...

- ¿Qué estás diciendo? ¿Te ha herido?

- No, a mí no. A Alexander Lipton. Truman mató a Alexander Lipton.


Hoy a las 22:30 horas

En la enfermería de la base Prevención de SHIELD, rodeado de las más altas medidas de seguridad, el Hombre Montaña se debate en su delirio, mientras sus labios susurran un nombre– Senaquerib - inaudible para los oídos cercanos

Continuará...


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Referencias:
1 .- Ver Los Vengadores 3.
2 .- Norman no sabe que Victor Shade y la Visión son la misma persona. Cuando en La Visión 3, el vengador rescató a Norman y a su novia Darby del incendio que les condujo al hospital, ella que conoce su secreto, llamó a la Visión, Vic. Norman malinterpretó que Darby en su delirio llamaba al hombre que amaba.
3 .- Norman Webster fue buen amigo de la Visión y la Bruja Escarlata en la maxi-serie de 12 números publicada en 1985-86. Su amistad se interrumpió cuando Norman tuvo una aventura con Crystal, la mujer de Mercurio, el hermano de Wanda. En nuestro número 1, Darby, amiga de Victor Shade, y conocedora de su doble identidad, presentó al vengador a su nuevo novio que resultó ser Norman.
4 .- En Avengers Spotlight 40 (Enero 1991) se descubrió que el sistema operativo de la Visión necesitaba pautas cerebrales humanas para poder funcionar a pleno rendimiento. El especialista en Inteligencia Artificial, Miles Lipton le grabó los encefalogramas de su hijo asesinado, Alex Lipton.
5 .- Ver Los Vengadores 2-4 y La Visión 2,3

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