Hulk nº10

Título: Hulk el Conquistador (I): ¡la Llegada de Hulk!
Autor: Miguel Ángel Naharro
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Marzo 2006

Hulk es arrastrado de nuevo al mundo subatómico de Jarella. K’ai, atraído por los rebeldes que se enfrentan a un tirano llamado Sha’kall y autoproclamado rey-hechicero del planeta ¿Podrá el goliath esmeralda ayudar a su pueblo?.
Atrapado en el corazón de una explosión nuclear, víctima de los rayos gamma, el Doctor Banner sufre una mutación que lo transforma en los momentos de tensión, miedo o ira, en la criatura más poderosa que jamás piso la Tierra...  Stan Lee y Action Tales presentan
Creado por Stan Lee & Jack Kirby


- ¿Dónde dejo esto, Bethany?

- Puedes dejarlo ahí mismo, Bruce.

Bruce Banner, lo que es lo mismo que decir  el increíble Hulk,  sujetaba una maquinaria de varias toneladas sin ningún esfuerzo. Para él era solo un juego de niños. Con cuidado, la deposito en el lugar indicado.

- Si no te supone molestia, quedan unos cuantos más para traerlos. Es un nuevo equipo, más avanzado, para mejorar las instalaciones del edificio Tempo.

- No hay ningún problema, pelirroja.

Bruce Banner se marchó, dejando a una ocupada jefa de seguridad de los Defensores, ocupada en asuntos burocráticos.

Banner entró en uno de los grandes almacenes que se encontraban en el sub-suelo, debajo del edificio y donde guardaban material diverso.

Cuando iba a levantar una enorme maquina, sintió un leve mareo y se llevó la mano a la cabeza.

- ¿Qué es lo que ....

No pudo terminar la frase. Todo se empieza a distorsionar, todo se hace más grande a sus ojos, no es lo demás lo que crece, si no él quien empequeñece. Su forma disminuye a una velocidad increíble, hasta que rasga el mismo tejido de este universo, dando paso a un universo en miniatura, a un microverso.

Despierta con un terrible dolor de cabeza, mirando a un lado y a otro. Se encuentra ante un hermoso y cautivador paisaje. Bosques frondosos, llenos de luz y alegría, altas montañas y un cielo claro. El lugar le era terriblemente familiar, aunque no podía recordar en que sentido. ¿Cómo había aparecido en este lugar? ¿qué es lo que estaba haciendo antes de llegar aquí? Hulk no lo recordaba. Bruce Banner ya no estaba, de algún modo, la fusión de Banner con el monstruo esmeralda se había deshecho. En su lugar solo quedaba Hulk.

Comenzó a caminar, pensando en explorar un poco la zona, cuando algo choco con él. Se giró con el ceño fruncido y con cara de pocos amigos. Una persona, envuelta en una capa sucia y desgarrada, y cuyo rostro estaba oculto por una capucha era quien tropezó con la persona equivocada.

El Goliat lo agarró del cuello y lo elevó en el aire.

- ¡Tu! ¡dime donde estoy!

- Por favor, no quería molestaros...Tik... Me persiguen, no me di cuenta de que estaba ahí...Tik

El suelo comenzó a temblar y de entre los árboles surgieron dos figuras monstruosas. Dos aberraciones que parecían una extraña y maligna mezcla entre un perro y un jabalí, con un tamaño gigantesco.

Hulk lo dejo de nuevo en el suelo, y se encaro a las monstruosas criaturas.

- Bien, necesito un poco de acción para desahogar todo el enfado acumulado y os ha tocado.

Una de las criaturas gruñó y se lanzó a embestirlo. Hulk paró el enorme morro del animal con sus propias manos y lo arrojó hacía el cielo.

- Buen viaje.

Antes de que pudiese reaccionar, el segundo animal la mordió una de las piernas. Hulk sintió como los colmillos se hundían en su piel. Con sus dos puños impacto con fuerza en el rostro de la criatura, lo cual hizo que la bestia mordiese con más fuerza. Se escuchó el sonido de chisporreteo de energía y el aberrante animal quedó completamente inconsciente. Hulk se liberó de las mandíbulas del cadáver de la criatura y se incorporo.

- Mmm supongo que te debo dar las gracias.

- No hay de que..Tik


Se quito la capucha y pudo observar que llevaba una especie de casco, del que surgían dos antenas, como las de un insecto. La piel que quedaba expuesta era de color verde. Tenía tres dedos en las manos y en los pies y sujetaba una especie de lanza tecnificada.

 - Me llamo Bicho(1) y ...

Hulk se dio la vuelta y se empezó a alejar. Bicho corrió tras él.

- ¿Por qué te marchas?...Tik Pensaba que ya éramos amigos, que viajaríamos juntos por estas tierras inhóspitas...Tik y además...

Hulk  y Bicho se pusieron frente a frente. Con los dientes apretados y los ojos inyectados en sangre. Bicho tragó saliva.

- Primero, yo no tengo amigos. Segundo, ya se donde estoy, esos eran warthos, o sea que estoy en K'ai, el mundo subatómico de Jarella (2) tercero¡ ¡¡ ¡Cállate!!!

- Si, señor... Tik

-Tu no eres de aquí, la gente de K’ai tiene tu mismo color de piel, pero tu eres distinto.

- Soy un forastero...Tik Soy un insectívoro, vengo de otro mundo, estoy de visita en este lugar... Tik

- Por casualidad no sabrás que demonios hago yo aquí, ¿verdad?

Bicho movió la cabeza negativamente.

- Me lo imaginaba. Puedes acompañarme, si quieres, pero mantente calladito ¿de acuerdo?

-¡No te arrepentirás!...Tik Juntos descubriremos las maravillas de este mundo sin par, cantaremos y beberemos, pelearemos y...

- ¡He dicho que calladito!


En un castillo que se alza como una sombra amenazadora sobre los territorios cercanos. Esclavos eran azotados sin piedad, mientras el guardia reía tranquilamente. Un grupo de caballeros con armaduras de hierro entraban en sus protegidas y fortificadas murallas.

Su líder, se bajó de su montura, y subió por unas escaleras que llevaban al interior del palacio. En un trono a cuyo alrededor estaban empaladas las cabezas de sus enemigos, el rey hechicero Sha’kall movía su mano y un pobre desgraciado flotaba por encima suyo, surcado de mil heridas y cuya sangre manaba a borbotones.


El jefe de la guardia personal hizo una reverencia ante el trono. Sha’kall con un gesto el hechizo se esfumo y el cuerpo cayó desplomado, casi sin vida en el suelo del salón del trono.

Sha´kall se levantó. Su cabeza estaba completamente afeitada, se apoyaba en una retorcido bastón de madera, en algunas partes de su cuerpo  y el rostro tenía unas extrañas pústulas, quizás como síntoma de una enfermedad que le afectase.

- Mi señor.

- He notado una extraña energía extradimensional en mis dominios. Alguien ha venido de más allá de los mundos conocidos.

- ¿Un intruso? No os preocupéis, mi señor, lo encontraremos y lo eliminaremos.

-¡No! traédmelo vivo. Quien lo mate sufrirá mil tormentos bajo mi mano.

El caballero se estremeció dentro de su armadura y asintió lentamente.

Sha´kall observó como su siervo se marchaba mientras pensaba en lo que estaba por venir. Decidió ir a las salas de tortura, a interrogar a algunos de los insurrectos que habían atrapado unos días atrás.

En los mazmorras solo se escuchaban gemidos, quejidos y alaridos de dolor. En las penumbras solo se iluminaba levemente por una pequeña luz de las antorchas, los interrogadores calentaban hierros y afilaban sus utensilios con minuciosidad. Colgado por los brazos, una persona, maltrecha y delgada, con cara enfermiza, hinchada y amoratada. Una de sus cuencas estaba vacía, y las uñas de sus manos habían sido arrancadas. Tenía marcas de heridas por todo el cuerpo. Se mantenía apenas consciente.

- Déjame a mí.- Dijo Sha’kall.

El interrogador se apartó, mientras el rey-hechicero sujetó un pequeño cuchillo.

- Pobre infeliz, dime donde están apostadas las fuerzas de Dekar, y te garantizo una muerte rápida e indolora.

El prisionero abrió su único ojo y clavo su mirada en Sha’kall.

- T-Tirano. Y tras decir esto, le escupió en pleno rostro.

- Tu has decidido. –Dijo mientras se limpiaba la cara.

Movió levemente su bastón y una luz azulada bañó al prisionero.

- Ahora no morirás. Sufrirás una agonía eternamente, dolores un millón de veces más grandes de los que has sufrido serán tu compañía, te arrancaremos la piel a tiras y seguirás vivo, jugaremos con tus órganos y le daremos de comer tu carne a los perros, pero no morirás... Esta será tu condena.

- Continua el interrogatorio.

Se marchó escuchando los gritos de sufrimiento y desesperación a sus espaldas.


Bajo la lluvia caminaban dos figuras solitarias que caminaban por las calles de la ciudad. Hulk se había tapado con una enorme capa y una capucha que Bicho robó para que su alejarse de mirada curiosas. La ciudad estaba sucia, con gente mendigando por la calle, los habitantes andaban temerosos, con cara de asustados. La pobreza parecía dominar en este lugar, la pobreza y el miedo

¿Qué es lo que había ocurrido? La ultima vez que visito este mundo, un culto en su nombre, dominaba la sociedad, matando y torturando en su nombre, hasta que regresó y acabo con su culto(3). Pensaba que las cosas se arreglarían entonces. Esta claro que no fue así. Entonces vio algo que destacaba en el centro de la plaza. Una gran estatua lo presidía todo. Estaba descuidada y desgastada, pero aún así era impresionante. Una hermosa mujer, vestida elegantemente, con una espada, saludaba  a sus súbitos.
- Jarella.- Murmuró en voz baja.

La visión de la estatua, fue como si una mano se cerrase sobre su dolorido corazón para Hulk. El recuerdo de este hermosa mujer, la reina guerrera que conquisto el corazón del hombre y del monstruo, que independientemente de su aspecto, le amó y le quiso con locura. Cuando todo el mundo le odiaba y le perseguía, ella fue la única que le dio cariño y comprensión. Su sonrisa, el brillo de sus ojos, su cabello rubio al viento, su ternura, su lealtad y su coraje. Todo ello y mucho más estarían  grabados a fuego en su alma para el resto de sus días. Recordaba como si fuese ayer, como llegó por accidente a este mundo subatómico y como liberó al pueblo de K’ai del ataque de los warthos, Jarella lo proclamó salvador de su gente y lo tomó por esposo. Como si el destino quisiese separarlos, una y otra vez era obligado a separarse de su amada y regresar a la Tierra. Cuando ella le acompañó en uno de sus regresos, quedó atrapada en nuestro mundo, ella murió al dar su vida para salvar a un niño indefenso durante el enfrentamiento entre Hulk y Cripto Man. Hulk le lloró durante largo tiempo y su corazón permaneció triste y apesadumbrado, sintiéndose culpable de la muerte de su compañera. (4)

- ¿Tienes hambre?...Tik

El vació que sentía en el estomago le decía que le sentaría bien comer y beber algo.

Se acercaron a una pequeña posada. Dentro, estaba llena de humo y la música de un bardo ambientaba el local. Una camarera algo entrada en carnes, servia cerveza y comida a las masas. Se sentaron en una mesa situada al fondo, intentando pasar desapercibidos.

- ¡Camarera! Pan, carne y cerveza para mi compañero y para mi...Tik

- ¿En que piensas, amigo?... Tik

- Pienso en que veo el miedo en sus ojos, y quien lo provoca lo pagara muy caro.

- ¿Te importa esta gente?...Tik- Preguntó el  insectívoro con curiosidad.

Hulk se quedó pensativo. Pocas personas significaron realmente algo para él. Betty, Rick Jones, Jarella... Durante un tiempo, cuando estuvo en K’ai junto a Jarella, este fue su pueblo, y sus habitantes le querían. ¿Qué si le importaban? Era su pueblo, por la memoria de su querida Jarella y por el bienestar de sus súbditos, averiguaría que es lo que estaba pasando.

La camarera les sirvió los platos. Bicho se cortó un trozo de carne y se lo llevó a la boca, mientras recordaba como había llegado a este lugar. La nave que pilotaba se estrelló en un valle a unos kilómetros de esta ciudad. Sus compañeros Micronautas tardarían al menos unos días en llegar, ya que estaban en una misión lejos de aquí.

La ultima vez que visitó este mundo, apenas pudo verlo(5), así que pensó que sería bueno intentar divertirse un poco y descubrir las maravillas que pudiese tener ocultas K’ai.

Mientras ambos comían, no se percataban de que estaban siendo observador por una silenciosa figura. Esta figura se dio cuenta de que un grupo de soldados entraron riendo y armando jaleo.

- ¡Posadero! ¡El mejor vino y tu mejor guiso para los héroes de la patria!

Dos asustados clientes desalojaron una mesa y los soldados ocuparon su lugar. Cantando canciones, riendo a carcajadas y armando mucho escándalo.

La camarera se acercó a la mesa, para repartir el vino cuidadosamente, en las copas de los soldados.

- ¿Por qué no te sientas con nosotros, guapa?

- N-no p-puedo, e-estoy c-casad-da y...


- ¿Acaso quieres ofender a un soldado del imperio de K’ai?

La figura se removió inquieta en su asiento, y puso su mano en la empuñadura de su arma.- Lo van a estropear todo- Pensó.

- Será mejor que dejes marchar a la chica.

Los soldados dejaron de reír y todo el mundo se quedó en silencio en la posada.

Uno de los soldados se levantó y se dirigió hacía el lugar de donde vino la voz.

-¿Quién se atreve a levantarle la voz a un soldado, a un guerrero?

- Yo me atrevo.- Dijo Hulk mientras se incorporaba. – Dejad a la chica en paz.

- Hacedle caso, si no queréis que se enfade...Tik

- Eres grande, amigo, eso te lo concedo, pero no serás rival para una patrulla de soldados del ejercito real de K’ai.

Con una velocidad asombrosa para alguien de su masa, la mano del goliat esmeralda agarró la cabeza
del guerrero y lo lanzó con fuerza contra una de las mesas.

El resto de soldados desenvainaron sus armas y se lanzaron contra ellos. Bicho dio un salto increíblemente ágil y en el aire disparó su lanza-cohete, dejando aturdido a dos de ellos. Hulk se desprendió de la ropa que lo ocultaba. Los soldados quedaron asombrados ante el titán que tenían ante ellos. Un murmullo fue saliendo de los labios de los clientes de la pequeña posada ante la visión de Hulk.

- Se ha echado todo a perder.- Dijo la figura que había estado observándoles desde hacía un buen rato. Se bajó la capucha, dejando al descubierto el hermoso rostro de una mujer, con una larga y sedosa melena rubia.

Las espadas se rompieron contra la piel de Hulk, con un simple golpe dejó incapacitados a tres de ellos, los otros dos intentaron huir, pero fueron detenidos por una bella mujer armada con una espada curva.

- Tenemos que marcharnos, ya lo has estropeado todo.

-¿Y quien se supone que eres tu?

La mujer le lanzó una mirada desafiante. Y vio algo en esa mirada, en ella, que le recordaba poderosamente a Jarella.

- Soy Jezabel, salgamos de aquí y te lo explicaré todo.

Hulk y Bicho salieron tras Jezabel, que miraba a un lado y a otro, nerviosa. Al salir, muchas personas se quedaron mirando a Hulk asombradas. Jezabel vio como una escuadrilla de soldados venía en su dirección.

- ¡Hay que salir de este lugar!

- Agarraos fuerte.

Antes de que Jezabel pudiese replicar, él y Bicho fueron agarrados por Hulk y los tres se impulsaron en el aire, perdiéndose su figura en el firmamento.

- ¡Bájanos! ¡maldito monstruo hiperdesarrollado!- Decía Jezabel mientras golpeaba el brazo de Hulk.

- Creo que me estoy mareando...Tik

- Como quieras, guapa.

El coloso de color jade aterrizó con un estruendo en suelo firme.

- Esto era un error desde el principio, ya se lo dije a Dekar, y él me...

-¡¡Silencio!!- Le gritó en plena cara Hulk.- Vas a contarme que es lo que ocurre y que demonios hago en este lugar ¡Ya!

Jezabel asintió.

- Como recordaras, la última vez que visitaste nuestro mundo, dejaste al mando a un trío de magos que prometieron traer estabilidad a K’ai. Y así hubiese sido de no entrar en juego Sha’kall. Era un hechicero, quizás el más poderoso que jamás halla pisado este mundo. Adoraba a los dioses oscuros, y con su poder, y el de su legión de caballeros de hierro, conquistó  K’ai en un suspiro. Derrotó a los ejércitos leales al triunvirato de magos y con sus propias manos asesino a dos de ellos, a Whully y Booly, Gorsham consiguió escapar. Desde entonces, Sha’kall ha gobernado con mano de hierro, imponiendo el culto a los dioses oscuros, cuyos sacerdotes sacrifican al pueblo y ofrecen su sangre a los demoníacos dioses del rey hechicero Sha’kall. El miedo, el hambre y la represión es lo que domina al pueblo. Solo un pequeño grupo, liderados por el general Dekar y el mago Gorsham, ha ido reuniendo un ejercito para alzarse contra el dictador.

- No sabia nada de todo esto, de haberlo sabido yo...

- Gorsham convenció al general de que solo tendríamos una leve esperanza de victoria con tu presencia a nuestro lado. Así que invocó un hechizó para traerte de nuevo a este mundo.

- Pero algo falló.

- Sí, es extremadamente difícil usar magia para los que no son el rey-hechicero gracias a un campo inhibidor que afecta a todos los practicantes de la misma. Lo consiguió,. Pero apareciste a kilómetros de distancia de nuestro asentamiento. Enviaron a varias patrullas a interceptarte, ante de que te descubriesen y perdiésemos el elemento sorpresa. Recuerda que eras un dios para mi gente, la noticia de tu regreso correrá de boca en boca

- ¿Era? Algo me dice que no te caigo bien ¿me equivoco?

- Tu tienes la culpa de la muerte de nuestra reina, de Jarella, eso es algo que jamás te perdonaré mientras vivas. Cumplo ordenes y te llevaré con nuestras tropas, pero eso no hará que te perdoné ni que no desee que nunca hubieses venido.

Hulk detectó mucho rencor en sus palabras.

- Mmm son interesantes estas ruinas y estos símbolos...Tik

Ambos se volvieron a donde estaba el micronauta, observando dos monolitos de piedra, con extraños símbolos e inscripciones.

Jezabel se acercó corriendo y examinó los símbolos con atención.

- ¿He hecho algo?...Tik- Comentó Bicho.

- Te dije que estabas mejor callado, insecto.

- No soy un insecto soy...

- No me di cuenta donde estábamos, salgamos de aquí, estamos en peligro.

- Yo no veo ninguna amenaza, ni soldados. Tampoco te tienes que preocupar de ellos, yo puedo aplastarlos sin ningún problema.

- No lo entiendes, estamos en un lugar maldito, un lugar corrupto donde los muertos anhelan acabar con los vivos...

Del suelo comenzaron a surgir cuerpos, eran cadáveres en descomposición, con armaduras y armas sucias y abolladas, con un fulgor rojizo y maligno que iluminaba sus cuencas vacías.

- ¡Por la fuerza enigma! ¿Qué son esas cosas?...Tik

- Son el ejercito del conde Urko. Uno de los más grandes ejércitos del reino. Fue derrotado por Sha’kall, pero para él no fue suficiente vencerlos. Tras matarlos, les condeno eternamente a ser almas en pena, ni muertos ni vivos, consiguiendo solo la paz mediante las almas de los vivos. Esa es su condena, su pena y su maldición.

- Un remake de la noche de los muertos vivientes no me detendrá.

Cientos de guerreros muertos habían salido del subsuelo, y no dejaban de surgir y aumentar en número.

Los frágiles cuerpos de los guerreros malditos, se desmoronaban ante los puños del gigantesco piel verde, pese a ello, se le tiraban encima, agarrándole del cuello, de los brazos y de la espalda, y intentando clavar sus armas en el cuerpo de su enemigo.

Bicho se movía con rapidez, esquivando las espadas y hachas, y destruyendo a los guerreros que podía con el fuego de su lanza cohete. Jezabel cortaba brazos, piernas y cabezas con la afilada hoja de su espada.

- Son toda una legión, acabas con uno y dos más ocupan su lugar.- Dijo Hulk mientras aplastaba a uno con su pie.

Algunas puntas de lanzas y de espadas, se habían clavado en su piel, algo a lo que apenas le dio importancia, en el fragor de la pelea. Hasta que empezó a sentirse mal.

- No puede ser, no me puede haber herido.- Decía al tiempo que de un movimiento de uno de sus enormes brazos derribaba a media docena de muertos andantes.

- No son criaturas normales con las que luchamos, sus armas, al igual que ellos, están malditas, no son armas comunes.

- A buenas horas.

- Si no salimos de aquí, estamos perdidos, ¡su número no deja de crecer!

 Jezabel, Bicho y Hulk formaban un circulo, flanqueados por una inmensa marabunta de guerreros malditos que parecía no tener fin.


- Como solía decir en los viejos tiempos ¡Hulk aplasta!

Y golpeó con todas sus fuerzas en el suelo, este se sacudió como si un terremoto de alta intensidad sacudiese la misma tierra. Una buena parte de l ejercito infernal cayó derribado ante la onda expansiva de semejante impacto.

De repente,  una enorme sombra alada  se extendió sobre ellos. Hulk, Jezabel y Bicho miraron hacía el cielo.

- ¿Qué diablos?


En el centro de la sala, había una mesa redonda, la mesa no parecía construida, si no que asemejaba crecer del mismo suelo, raíces y lianas enroscadas en los asientos, y en el centro de la mesa, un árbol retorcido y muerto, con la escalofriante apariencia de un alma en pena,  sufriendo terriblemente y gritando por toda la eternidad.

Una puerta, con un marco de piedra, con bestias horrendas dibujadas en ella, se abrió, con el quejido de la misma al ser abierta.  Diez figuras envueltas en túnicas y capas negras como la noche.

Del techo colgaban varios cuerpos, jóvenes doncellas, que aún vivían, aunque notaban como la vida se les escapaba muy lentamente de sus jóvenes cuerpos, caía en forma de sangre en unos recipientes preparados especialmente para recibir la esencia de la vida.

Sha’kall extendió los brazos, en una de sus manos, un largo y retorcido cuchillo. Una neblina, una nube oscura se extendió por la habitación, en su interior, formas se movían, ojos inhumanos y crueles observaban dentro de ella. Los dioses oscuros aullaban y gritaban, con una voz semejante a la de miles de almas gritando al unísono.

- ¿Cuándo tendremos nuestro pago? ¿Cuándo se nos dará lo prometido?

- Pronto, muy pronto, mis amos. La deuda será pagada con creces. Como anticipo, tened estas almas jóvenes e inocentes para vuestro disfrute.

De los cuerpos de las doncellas, salió una luz que se dirigió hacía la nube, si alguien observase atentamente, vería rostros descompuestos por al pánico y gritando en la oscuridad. Los dioses parecieron aceptar el ofrecimiento, se retiraron momentáneamente complacidos.

El rey-hechicero Sha’kall recibió a un sirviente que le dijo algo al oído.

Sha’kall sonrió.

- El regreso del dios Hulk. Por fin alguien con quien medir mi poder.

Continuará...

Próximo Número: El destino de Jezabel, Hulk y Bicho! El despliegue de poder de Sha'kall! Y mucho más!

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Referencias:
1 .- Bicho, miembro de los Micronautas, los héroes del microverso
2 .- Mundo situado a un nivel subatómico que, no hace demasiado, fue fusionado junto al microverso, sub-atómica y otros universos sub-atómicos
3 .- En Hulk#351-352 USA
4 .- La llegada de Hulk a K’ai sucedió en Hulk #140 USA. La muerte de Jarella se contó en Hulk #205 USA
5 .- Capitán Marvel vol. V #05

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