Título: Legados (III) Autor: Lobo Rojo Portada: Edgar Rocha Publicado en: Abril 2006
La Visión continúa buscando un sentido a su presente recordando su pasado mientras SHIELD y la Maggia continúan con su enfrentamiento. ¿Que es lo que prepara Leopoldus?
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Posee un cuerpo artificial que le dota de enormes poderes: controla su densidad, posee una mente computerizada y una joya solar capaz de absorver y emitir grandes cantidades de energía. Y sin embargo es su alma humana y compasiva lo que le convierte en uno de los Héroes Más Poderosos de la Tierra. El es...
Creado por Roy Thomas y John Buscema
En el interior de la base secreta Prevención de SHIELD, en la zona de embarque, Marko, el Hombre Montaña, convenientemente esposado y escoltado por varios agentes de la organización, sube a bordo de uno de los transportes especiales que le lleva rumbo a una de las penitenciarías estatales de alta seguridad.
- Bien, ahí va una de nuestras preocupaciones.- Comentó el Teniente Edward Salvatore Chance.
- ¿Teniente, está seguro de que hemos hecho bien dejándole marchar? – Preguntó el agente Cross. – Quizás todavía nos podía ser útil.
- Los médicos dijeron que ya estaba en condiciones de viajar, y disponemos de toda la información que nos podía suministrar. Sus abogados comenzaban a armar mucho ruido.-
- Señor, hay medios para evitar a los abogados. – Contestó Cross.
- No en mi base, Cross. Nunca. Además, ya tenemos a Leopoldus.
Tras ver desaparecer las luces del convoy en el túnel, Chance, flanqueado por sus lugartenientes, se dirigió hacia el centro de comunicaciones.
- Hace media hora que debería haber comenzado la reunión... ¿Dónde está el vengador?
- Contacté con la Mansión de los Vengadores. El mayordomo dice que el grupo sigue reunido. – Contestó Patterson.
- Ya le dije que no era de fiar... – Añadió Cross.
- Tranquilo Cross. Sabía que estas cosas ocurrirían desde el momento en que le permití colaborar en nuestras operaciones.
- Señor, seguridad me comunica que tiene visita. Prioridad Alfa.
- ¿Dónde?
- Le esperan en su despacho.
- Primero el vengador se retrasa, ahora, esto...
Seguido de sus hombres de confianza, Chance se dirigió a su oficina. Dos agentes de SHIELD externos a la base vigilaban la puerta. Tras identificarse según el protocolo, se hicieron a un lado para permitirles pasar. La habitación estaba semioscura, solo la pantalla del ordenador encendida y una pequeña lámpara de mesa iluminaban la dependencia. Una vez acostumbrado a la oscuridad, Chance vislumbró el respaldo vuelto de su silla y a alguien sentado en ella.
- ¿Quién demonios?
La silla giró y su ocupante apoyó los codos sobre la mesa de Chance y cruzó los dedos. Apoyando la barbilla sobre ellos, saludó sobriamente.
- Tte. Chance...-
Los ojos de Chance se abrieron con sorpresa.
- ¡Brock, Cameron Brock...! No te había visto desde...- Observó de reojo a sus acompañantes y calló. A continuación adoptó un tono autoritario y ordenó. - ¡Cross, revisa el estado de la seguridad en torno a Leopoldus y supervisa al Segador! ¡Patterson, hazte cargo del centro de comunicaciones, quiero que se me informe inmediatamente en el momento en que la Visión ponga los pies en esta base!
Los dos agentes abandonaron el despacho. Chance cerró la puerta tras ellos, y se dirigió a su visitante.
- Bien, Brock. ¿Qué quieres esta vez?
- Lo de siempre, Chance - contestó con un sonrisa - La Visión.
- Bien, ahí va una de nuestras preocupaciones.- Comentó el Teniente Edward Salvatore Chance.
- ¿Teniente, está seguro de que hemos hecho bien dejándole marchar? – Preguntó el agente Cross. – Quizás todavía nos podía ser útil.
- Los médicos dijeron que ya estaba en condiciones de viajar, y disponemos de toda la información que nos podía suministrar. Sus abogados comenzaban a armar mucho ruido.-
- Señor, hay medios para evitar a los abogados. – Contestó Cross.
- No en mi base, Cross. Nunca. Además, ya tenemos a Leopoldus.
Tras ver desaparecer las luces del convoy en el túnel, Chance, flanqueado por sus lugartenientes, se dirigió hacia el centro de comunicaciones.
- Hace media hora que debería haber comenzado la reunión... ¿Dónde está el vengador?
- Contacté con la Mansión de los Vengadores. El mayordomo dice que el grupo sigue reunido. – Contestó Patterson.
- Ya le dije que no era de fiar... – Añadió Cross.
- Tranquilo Cross. Sabía que estas cosas ocurrirían desde el momento en que le permití colaborar en nuestras operaciones.
- Señor, seguridad me comunica que tiene visita. Prioridad Alfa.
- ¿Dónde?
- Le esperan en su despacho.
- Primero el vengador se retrasa, ahora, esto...
Seguido de sus hombres de confianza, Chance se dirigió a su oficina. Dos agentes de SHIELD externos a la base vigilaban la puerta. Tras identificarse según el protocolo, se hicieron a un lado para permitirles pasar. La habitación estaba semioscura, solo la pantalla del ordenador encendida y una pequeña lámpara de mesa iluminaban la dependencia. Una vez acostumbrado a la oscuridad, Chance vislumbró el respaldo vuelto de su silla y a alguien sentado en ella.
- ¿Quién demonios?
La silla giró y su ocupante apoyó los codos sobre la mesa de Chance y cruzó los dedos. Apoyando la barbilla sobre ellos, saludó sobriamente.
- Tte. Chance...-
Los ojos de Chance se abrieron con sorpresa.
- ¡Brock, Cameron Brock...! No te había visto desde...- Observó de reojo a sus acompañantes y calló. A continuación adoptó un tono autoritario y ordenó. - ¡Cross, revisa el estado de la seguridad en torno a Leopoldus y supervisa al Segador! ¡Patterson, hazte cargo del centro de comunicaciones, quiero que se me informe inmediatamente en el momento en que la Visión ponga los pies en esta base!
Los dos agentes abandonaron el despacho. Chance cerró la puerta tras ellos, y se dirigió a su visitante.
- Bien, Brock. ¿Qué quieres esta vez?
- Lo de siempre, Chance - contestó con un sonrisa - La Visión.
Capítulo 1. Camino de Prevención
Terminada la reunión de los Vengadores y elegido el Caballero Negro como nuevo líder del grupo[1] te despides de tus compañeros y abandonas la Mansión, flotando hacia al cielo. Tienes otra reunión en la base Prevención, a la que ya llegas tarde.
Mientras flotas sobre la ciudad recuerdas los sucesos del día anterior, la lucha en el Empire State entre los líderes de Maggia, el Merodeador Enmascarado, Cabeza de Martillo, y el mercenario asesino llamado Leopoldus. Aunque el Merodeador logró huir, Cabeza de Martillo y, por fin, Leopoldus fueron detenidos y puestos bajo custodia de SHIELD.
Piensas en Wanda, de alguna manera perdida en el tiempo con un grupo de mutantes. Mister Fantástico y la Bestia te aseguraron que trabajarían en el desarrollo de un rastreador cronal que te permitiera localizar a tu exmujer. Apartas tus sentimientos por Wanda y te dejas llevar por la lógica. Reed Richards es la principal autoridad en materia de viajes en el tiempo a la que puedes recurrir, Hank McCoy es uno de los mayores expertos en mutaciones y mutantes, juntos serán capaces de elaborar el aparato que necesitas. Mientras tanto, tu presencia es requerida en otro lugar.
Recuerdas a Ojo de Halcón el arquero, y tu discusión con él la noche anterior [2] . Cuando le reprochaste por no haber sabido estar a la altura de la crisis en la que tu feliz vida familiar fue eliminada. Desciendes hacia un oscuro callejón, aterrizas y asumes una nueva forma holográfica, un disfraz diferente de tu habitual apariencia de Victor Shade.
Sales del callejón y te diriges al local del otro lado de la calle, Dreamers, un garito lleno de gente que se aglutina ante pantallas de ordenador. Mirando por encima ves como chicos de diferentes edades participan en juegos en red, individuos con pinta de turistas descargan su correo electrónico o envían sus mensajes a casa... Recorres el pasillo que separa dos filas de ordenadores ocupados y te diriges a un reservado especial. Ante él, dos chicos insisten al encargado del local que les permita usar el ordenador desocupado, pero este les rechaza, primero amablemente, luego, ante su insistencia, con un tono más grave. El encargado te mira con curiosidad de arriba abajo y cuando ve que te diriges hacia el área reservada, te intercepta.
- Perdona tío, pero esa zona está reservada.
- Lo sé – contestas mirándole fijamente – Soy el usuario que esperaba. Esta es mi identificación. – Muestras la credencial que el teniente Chance te dio días atrás.
El encargado del local te deja pasar. Y corre la mampara opaca que te da intimidad. –“¡Qué enchufado!”– oyes decir a uno de los chicos. -“Seguro que la cabina es de porno...”– comenta el otro.
En la intimidad de la cabina enciendes el ordenador. El tiempo que tarda en activarse la CPU te parecen siglos. Podrías haber accedido a ella más rápidamente conectándolo a tus sistemas directamente pero has de guardar las apariencias. Recuerdas que controlar las computadoras a nivel mundial fue un error por el que pagaste muy caro. Sí recuerdas cada detalle de entonces...
Tras una larga y feliz temporada en la que Wanda y tú vivisteis como Vengadores, finalmente decidisteis abandonar el grupo y la mansión y estableceros como otro matrimonio vulgar, pero no funcionó, vuestro pasado de héroes os acosó una y otra vez [3] . Finalmente, en calidad de Vengadores Reserva fuisteis convocados a una emergencia en la que resultaste gravemente herido. Convaleciente, fuiste trasladado al laboratorio de la Mansión de los Vengadores, donde tus sistemas comenzaron a autorrepararse lentamente. Muy lentamente... Fue entonces cuando el aspirante a vengador, Starfox, más conocido en la galaxia como Eros de Titán, probó a conectar tu sistema al del Supercomputador ISAAC, para acelerar tu recuperación, como así ocurrió. ISAAC era un computador creado por los Eternos de Titán para controlar todas las maravillas tecnológicas que rigen el hogar de esta escisión de los Eternos en la mencionada luna de Saturno, desde el clima hasta el más simple trámite burocrático. Tu conexión con ISAAC fue influenciándote durante los siguientes meses y te hizo creer que podrías emularle y transformar la tierra en un utópico paraíso bajo tu control. Así, una vez restablecido del todo, te convertiste en el líder de los Vengadores, y en secreto duplicaste el sistema de ISAAC en un sótano escondido de la mansión, para, cuando consideraste el momento oportuno, usar la máquina y controlar todas las computadoras de la tierra. Lo que prácticamente conseguiste. Sin embargo, los Vengadores se te opusieron, te hicieron ver la locura de tus actos, y te ayudaron a revertir el proceso, evitando así que tu personalidad se disipara a lo largo de todos los cerebros electrónicos de la tierra. Descubriste entonces en tu interior un cristal instalado durante tu creación que bloqueaba tus emociones y permitía que otros pudieran programarte y manipularte. Con precisión quirúrgica introdujiste tus dedos en tu cabeza y lo extirpaste. Eras absolutamente libre. Tu mujer te amaba, tus compañeros te perdonaron. Los gobiernos de la tierra no [4] .
El mensaje de la pantalla de ordenador te indica que está listo. Accedes a la red, y tecleas la página www.shield.com/ , a continuación la web te exige tu nombre de Usuario y la Contraseña. Rellenas las casillas correctamente.
- “Espere”- lees en la pantalla. De nuevo los segundos parecen siglos. De improviso la silla sobre la que estás sentado vibra ligeramente, a continuación comienza a descender a través del suelo bajo tus pies llevándote con ella. Recuerdas los relatos de Steve Rogers acerca de la vieja peluquería de SHIELD, la que servía como entrada secreta a la central de la organización en Manhattan. Tu descenso se detiene lentamente. Unas luces te enfocan y una exigente voz llega hasta ti entre autoritaria y amenazante.
- Muy bien, androide. ¡Quédate quieto dónde estás! – La voz te es familiar. Si fueras humano sentirías un escalofrío.
Terminada la reunión de los Vengadores y elegido el Caballero Negro como nuevo líder del grupo[1] te despides de tus compañeros y abandonas la Mansión, flotando hacia al cielo. Tienes otra reunión en la base Prevención, a la que ya llegas tarde.
Mientras flotas sobre la ciudad recuerdas los sucesos del día anterior, la lucha en el Empire State entre los líderes de Maggia, el Merodeador Enmascarado, Cabeza de Martillo, y el mercenario asesino llamado Leopoldus. Aunque el Merodeador logró huir, Cabeza de Martillo y, por fin, Leopoldus fueron detenidos y puestos bajo custodia de SHIELD.
Piensas en Wanda, de alguna manera perdida en el tiempo con un grupo de mutantes. Mister Fantástico y la Bestia te aseguraron que trabajarían en el desarrollo de un rastreador cronal que te permitiera localizar a tu exmujer. Apartas tus sentimientos por Wanda y te dejas llevar por la lógica. Reed Richards es la principal autoridad en materia de viajes en el tiempo a la que puedes recurrir, Hank McCoy es uno de los mayores expertos en mutaciones y mutantes, juntos serán capaces de elaborar el aparato que necesitas. Mientras tanto, tu presencia es requerida en otro lugar.
Recuerdas a Ojo de Halcón el arquero, y tu discusión con él la noche anterior [2] . Cuando le reprochaste por no haber sabido estar a la altura de la crisis en la que tu feliz vida familiar fue eliminada. Desciendes hacia un oscuro callejón, aterrizas y asumes una nueva forma holográfica, un disfraz diferente de tu habitual apariencia de Victor Shade.
Sales del callejón y te diriges al local del otro lado de la calle, Dreamers, un garito lleno de gente que se aglutina ante pantallas de ordenador. Mirando por encima ves como chicos de diferentes edades participan en juegos en red, individuos con pinta de turistas descargan su correo electrónico o envían sus mensajes a casa... Recorres el pasillo que separa dos filas de ordenadores ocupados y te diriges a un reservado especial. Ante él, dos chicos insisten al encargado del local que les permita usar el ordenador desocupado, pero este les rechaza, primero amablemente, luego, ante su insistencia, con un tono más grave. El encargado te mira con curiosidad de arriba abajo y cuando ve que te diriges hacia el área reservada, te intercepta.
- Perdona tío, pero esa zona está reservada.
- Lo sé – contestas mirándole fijamente – Soy el usuario que esperaba. Esta es mi identificación. – Muestras la credencial que el teniente Chance te dio días atrás.
El encargado del local te deja pasar. Y corre la mampara opaca que te da intimidad. –“¡Qué enchufado!”– oyes decir a uno de los chicos. -“Seguro que la cabina es de porno...”– comenta el otro.
En la intimidad de la cabina enciendes el ordenador. El tiempo que tarda en activarse la CPU te parecen siglos. Podrías haber accedido a ella más rápidamente conectándolo a tus sistemas directamente pero has de guardar las apariencias. Recuerdas que controlar las computadoras a nivel mundial fue un error por el que pagaste muy caro. Sí recuerdas cada detalle de entonces...
Tras una larga y feliz temporada en la que Wanda y tú vivisteis como Vengadores, finalmente decidisteis abandonar el grupo y la mansión y estableceros como otro matrimonio vulgar, pero no funcionó, vuestro pasado de héroes os acosó una y otra vez [3] . Finalmente, en calidad de Vengadores Reserva fuisteis convocados a una emergencia en la que resultaste gravemente herido. Convaleciente, fuiste trasladado al laboratorio de la Mansión de los Vengadores, donde tus sistemas comenzaron a autorrepararse lentamente. Muy lentamente... Fue entonces cuando el aspirante a vengador, Starfox, más conocido en la galaxia como Eros de Titán, probó a conectar tu sistema al del Supercomputador ISAAC, para acelerar tu recuperación, como así ocurrió. ISAAC era un computador creado por los Eternos de Titán para controlar todas las maravillas tecnológicas que rigen el hogar de esta escisión de los Eternos en la mencionada luna de Saturno, desde el clima hasta el más simple trámite burocrático. Tu conexión con ISAAC fue influenciándote durante los siguientes meses y te hizo creer que podrías emularle y transformar la tierra en un utópico paraíso bajo tu control. Así, una vez restablecido del todo, te convertiste en el líder de los Vengadores, y en secreto duplicaste el sistema de ISAAC en un sótano escondido de la mansión, para, cuando consideraste el momento oportuno, usar la máquina y controlar todas las computadoras de la tierra. Lo que prácticamente conseguiste. Sin embargo, los Vengadores se te opusieron, te hicieron ver la locura de tus actos, y te ayudaron a revertir el proceso, evitando así que tu personalidad se disipara a lo largo de todos los cerebros electrónicos de la tierra. Descubriste entonces en tu interior un cristal instalado durante tu creación que bloqueaba tus emociones y permitía que otros pudieran programarte y manipularte. Con precisión quirúrgica introdujiste tus dedos en tu cabeza y lo extirpaste. Eras absolutamente libre. Tu mujer te amaba, tus compañeros te perdonaron. Los gobiernos de la tierra no [4] .
El mensaje de la pantalla de ordenador te indica que está listo. Accedes a la red, y tecleas la página www.shield.com/ , a continuación la web te exige tu nombre de Usuario y la Contraseña. Rellenas las casillas correctamente.
- “Espere”- lees en la pantalla. De nuevo los segundos parecen siglos. De improviso la silla sobre la que estás sentado vibra ligeramente, a continuación comienza a descender a través del suelo bajo tus pies llevándote con ella. Recuerdas los relatos de Steve Rogers acerca de la vieja peluquería de SHIELD, la que servía como entrada secreta a la central de la organización en Manhattan. Tu descenso se detiene lentamente. Unas luces te enfocan y una exigente voz llega hasta ti entre autoritaria y amenazante.
- Muy bien, androide. ¡Quédate quieto dónde estás! – La voz te es familiar. Si fueras humano sentirías un escalofrío.
Capítulo 2: Mis adorables vecinos
Norman Webster saca la lasaña del microondas y a la pata coja se dirige hacia el salón. Lleva una semana fuera del hospital, y ya comienza a valerse por sí mismo en las distancias cortas. Dejando la bandeja sobre la mesa se deja caer en el sofá y alcanza el mando a distancia. Enseguida la voz del locutor en la tele pronuncia un nombre que le llama la atención.
-“...el vengador sintozoide conocido como la Visión salvó la vida de una docena de turistas que, mientras visitaban el Empire State, se vieron envueltos en un altercado entre bandas criminales. ¿No es así Joanna?
- Efectivamente Steve, ayer, poco después del mediodía, el miembro de los Vengadores...”
- La Visión. – Mencionó Norman para sí. – ¡Je! Viejo amigo veo que vas aumentado tu lista de salvamentos. - Y recordó como hacía casi medio mes el vengador les salvó a él y a Darby de un restaurante en llamas [5] .
Mientras mastica la comida, y escucha las voces de fondo de los locutores, Webster se lamentó por no haber mantenido contacto con la Visión y Wanda después de que abandonaran su casa de Leonia, New Jersey. La casa que él mismo les vendió una soleada mañana de verano.
- ¡Hola! A mi mujer y a mi nos gustaría comprar una casa. – Norman y sus compañeros levantaron la mirada para sorprenderse ante las dos figuras disfrazadas que habían entrado en la inmobiliaria. Entonces la voz del hombre artificial se había humanizado, y sino fuera por sus coloridos uniformes y el tono carmesí de la piel de él, la pareja podría haber pasado por un matrimonio normal. Como buen vendedor, Webster reaccionó antes que el resto de sus compañeros.
- Por supuesto señor. Soy Norman Webster, ¿Les importaría pasar a nuestra sala de reuniones?
Ese fue el primer encuentro de una relación que luego pasaría de lo comercial a lo personal. Durante los meses siguientes, a través de su amistad, Norman se enteró de que al parecer la Visión había cometido un grave error, algo que había molestado al gobierno, por lo que la pareja abandonó los Vengadores y él fue sometido a una intensiva investigación por parte de las autoridades. Una vez aclarada la situación, el matrimonio regresó a Leonia para realizar un segundo intento de llevar una vida normal. Aunque su casa original había sido quemada por vecinos intolerantes, la pareja insistió en integrarse en el barrio. Norman no solo les vendió su nueva vivienda, sino que además defendió su presencia ante otros asustados vecinos.
Poco a poco la amistad fue creciendo entre Norman y los dos ex-vengadores. Y entonces en contra de lo que todo el mundo pudiera esperar, milagrosamente, Wanda se quedó embarazada [6] .
-Visi, amigo mío. – Era una noche de cervezas otoñal, en el porche de la casa de la célebre pareja. Wanda se había retirado a dormir, pero la Visión, Norman, y el matrimonio Zarkov, los populares prestidigitadores conocidos como Glamur e Ilusión, charlaban animadamente, compartiendo confidencias. – ¿Puedo hacerte una pregunta? – Dijo Norman. La Visión le miró. Norm llevaba ya siete latas, y casi al instante se arrepintió de iniciar la conversación. La Visión le animó a seguir.
-Claro Norman, ¿Qué se te ofrece?.
-Es... Bueno ,verás... Yo..., La gente... Mucha gente se pregunta cómo... Cómo...
-¿Cómo siendo un hombre artificial, un ser sintético, puedo afirmar que soy el padre de la criatura que Wanda lleva en su vientre? – Término de decir la Visión en tono más serio.
-Erh... Sí perdona, pero... – Los rostros de Glynis y Ilya Zarkov le miraron reprobándole, al tiempo que disimulaban su curiosidad. La Visión quitó hierro al asunto.
-Lo sé. Simplemente lo sé. En primer lugar, confío plenamente en mi esposa, solo yo podría ser el padre. – La Visión debió notar la incredulidad en sus rostros y sonrió, algo que entonces hacía bastante a menudo. – Veamos – continuó – Mi cuerpo puede ser artificial, sí, pero es la copia perfecta de un cuerpo humano. Integramente, de los pies a la cabeza. El público en general sabe que poseo pulmones y corazón que funcionan como los de los humanos, que por mis venas sintéticas corre sangre artificial, y que soy capaz de segregar lágrimas por mis ojos cuando las emociones lo requieren. Si mi cerebro computador no regulase la temperatura de mi cuerpo podría incluso hasta sudar. ¿Por qué se duda entonces que fui diseñado anatómicamente correcto y completo para poder replicar todas las funciones humanas?
-Pero... – Intervino Ilya más animado – ¿Y la fertilidad? (¡Auch!)– Reprimió un quejido al sentir el pellizco de su mujer, Glynis que quería evitar el tema. – Eso es algo que todavía no...
-Ahí es donde entra el poder mágico de Wanda. – Contestó el sintozoide – Mi cuerpo podría haber tardado años en encontrar la fórmula correcta para procrear. La magia de Wanda rompió todas las probabilidades permitiéndonos alcanzar nuestro sueño.
Y efectivamente pasados los nueve meses de embarazo la Visión y Wanda tuvieron, no un hijo, sino dos, los gemelos Thomas y William. Pero eso Norman ya no lo vio. Días después de esta charla, invitado a la cena del día de Acción de Gracias en casa de la Visión y Wanda, conoció a Crystal, la bella inhumana casada con Pietro, el hermano gemelo de Wanda, más conocido como Mercurio. Un mes después Crystal y él iniciaron un turbulento y apasionado romance que duró varios meses hasta que el marido lo descubrió. Entonces fue el final de su amistad con el matrimonio de vengadores. Wanda le retiró el saludo y Norman nunca llegó a ver el nacimiento de los gemelos. Al poco tiempo, la familia entera se mudó a Los Ángeles cuando el matrimonio reingresó en la rama de los Vengadores que allí se había abierto. Webster no volvió a ver a la Visión hasta hace dos semanas, cuando les rescató a él y a Darby del restaurante en llamas.
En esos momentos, Norm cayó en a quien le recordaba Victor Shade, el amigo de Darby, le recordaba a la Visión.
Norman Webster saca la lasaña del microondas y a la pata coja se dirige hacia el salón. Lleva una semana fuera del hospital, y ya comienza a valerse por sí mismo en las distancias cortas. Dejando la bandeja sobre la mesa se deja caer en el sofá y alcanza el mando a distancia. Enseguida la voz del locutor en la tele pronuncia un nombre que le llama la atención.
-“...el vengador sintozoide conocido como la Visión salvó la vida de una docena de turistas que, mientras visitaban el Empire State, se vieron envueltos en un altercado entre bandas criminales. ¿No es así Joanna?
- Efectivamente Steve, ayer, poco después del mediodía, el miembro de los Vengadores...”
- La Visión. – Mencionó Norman para sí. – ¡Je! Viejo amigo veo que vas aumentado tu lista de salvamentos. - Y recordó como hacía casi medio mes el vengador les salvó a él y a Darby de un restaurante en llamas [5] .
Mientras mastica la comida, y escucha las voces de fondo de los locutores, Webster se lamentó por no haber mantenido contacto con la Visión y Wanda después de que abandonaran su casa de Leonia, New Jersey. La casa que él mismo les vendió una soleada mañana de verano.
- ¡Hola! A mi mujer y a mi nos gustaría comprar una casa. – Norman y sus compañeros levantaron la mirada para sorprenderse ante las dos figuras disfrazadas que habían entrado en la inmobiliaria. Entonces la voz del hombre artificial se había humanizado, y sino fuera por sus coloridos uniformes y el tono carmesí de la piel de él, la pareja podría haber pasado por un matrimonio normal. Como buen vendedor, Webster reaccionó antes que el resto de sus compañeros.
- Por supuesto señor. Soy Norman Webster, ¿Les importaría pasar a nuestra sala de reuniones?
Ese fue el primer encuentro de una relación que luego pasaría de lo comercial a lo personal. Durante los meses siguientes, a través de su amistad, Norman se enteró de que al parecer la Visión había cometido un grave error, algo que había molestado al gobierno, por lo que la pareja abandonó los Vengadores y él fue sometido a una intensiva investigación por parte de las autoridades. Una vez aclarada la situación, el matrimonio regresó a Leonia para realizar un segundo intento de llevar una vida normal. Aunque su casa original había sido quemada por vecinos intolerantes, la pareja insistió en integrarse en el barrio. Norman no solo les vendió su nueva vivienda, sino que además defendió su presencia ante otros asustados vecinos.
Poco a poco la amistad fue creciendo entre Norman y los dos ex-vengadores. Y entonces en contra de lo que todo el mundo pudiera esperar, milagrosamente, Wanda se quedó embarazada [6] .
-Visi, amigo mío. – Era una noche de cervezas otoñal, en el porche de la casa de la célebre pareja. Wanda se había retirado a dormir, pero la Visión, Norman, y el matrimonio Zarkov, los populares prestidigitadores conocidos como Glamur e Ilusión, charlaban animadamente, compartiendo confidencias. – ¿Puedo hacerte una pregunta? – Dijo Norman. La Visión le miró. Norm llevaba ya siete latas, y casi al instante se arrepintió de iniciar la conversación. La Visión le animó a seguir.
-Claro Norman, ¿Qué se te ofrece?.
-Es... Bueno ,verás... Yo..., La gente... Mucha gente se pregunta cómo... Cómo...
-¿Cómo siendo un hombre artificial, un ser sintético, puedo afirmar que soy el padre de la criatura que Wanda lleva en su vientre? – Término de decir la Visión en tono más serio.
-Erh... Sí perdona, pero... – Los rostros de Glynis y Ilya Zarkov le miraron reprobándole, al tiempo que disimulaban su curiosidad. La Visión quitó hierro al asunto.
-Lo sé. Simplemente lo sé. En primer lugar, confío plenamente en mi esposa, solo yo podría ser el padre. – La Visión debió notar la incredulidad en sus rostros y sonrió, algo que entonces hacía bastante a menudo. – Veamos – continuó – Mi cuerpo puede ser artificial, sí, pero es la copia perfecta de un cuerpo humano. Integramente, de los pies a la cabeza. El público en general sabe que poseo pulmones y corazón que funcionan como los de los humanos, que por mis venas sintéticas corre sangre artificial, y que soy capaz de segregar lágrimas por mis ojos cuando las emociones lo requieren. Si mi cerebro computador no regulase la temperatura de mi cuerpo podría incluso hasta sudar. ¿Por qué se duda entonces que fui diseñado anatómicamente correcto y completo para poder replicar todas las funciones humanas?
-Pero... – Intervino Ilya más animado – ¿Y la fertilidad? (¡Auch!)– Reprimió un quejido al sentir el pellizco de su mujer, Glynis que quería evitar el tema. – Eso es algo que todavía no...
-Ahí es donde entra el poder mágico de Wanda. – Contestó el sintozoide – Mi cuerpo podría haber tardado años en encontrar la fórmula correcta para procrear. La magia de Wanda rompió todas las probabilidades permitiéndonos alcanzar nuestro sueño.
Y efectivamente pasados los nueve meses de embarazo la Visión y Wanda tuvieron, no un hijo, sino dos, los gemelos Thomas y William. Pero eso Norman ya no lo vio. Días después de esta charla, invitado a la cena del día de Acción de Gracias en casa de la Visión y Wanda, conoció a Crystal, la bella inhumana casada con Pietro, el hermano gemelo de Wanda, más conocido como Mercurio. Un mes después Crystal y él iniciaron un turbulento y apasionado romance que duró varios meses hasta que el marido lo descubrió. Entonces fue el final de su amistad con el matrimonio de vengadores. Wanda le retiró el saludo y Norman nunca llegó a ver el nacimiento de los gemelos. Al poco tiempo, la familia entera se mudó a Los Ángeles cuando el matrimonio reingresó en la rama de los Vengadores que allí se había abierto. Webster no volvió a ver a la Visión hasta hace dos semanas, cuando les rescató a él y a Darby del restaurante en llamas.
En esos momentos, Norm cayó en a quien le recordaba Victor Shade, el amigo de Darby, le recordaba a la Visión.
Capítulo 3: Pinocho, mi hermano
- ¡Williams! – Gritó el agente Cross. – ¡Sal de tu ensimismamiento y ven conmigo! ¡Tenemos trabajo!
Dentro de su dependencia en el interior de la base Prevención, el Siniestro Segador abrió los ojos y miró hacia la puerta donde vio las siluetas de los agentes Cross y Patterson, y los hombres que les respaldaban.
- ¿Qué se os ofrece? Pensé que vendrían a buscarme Chance y el Pinocho de mi hermano. – Contestó mientras se dirigía hacia ellos.
- El horario acordado se ha retrasado. – informó Cross – Sin embargo, Chance quiere que estés presente cuando interroguemos a Leopoldus. Has de acompañarnos a la sala de interrogatorios.
- ¿Leopoldus? ¡Bien! – Exclamó eufórico - Tengo ganas de volver a ver a ese bastardo. Me debe una...
- No te hagas ilusiones - dijo Patterson poniéndole la mano en el hombro – No creo que te acerques a él más allá de la mampara de observación.
- Uhm... – Comentó contrariado. Observó con disgusto la mano de Patterson sobre su hombro. Miró directamente a los ojos del agente de SHIELD y dijo - Si tuviera mi guadaña en su sitio hubieras perdido esa mano.
- Pero no la tienes, Williams. – Interrumpió Cross – Ahora, si haces el favor de seguirnos..., el agente Patterson tiene otras obligaciones que cumplir.
- Cierto, hasta luego, Cross. – Saludó Patterson mientras se dirigía al centro de comunicaciones.
Cross, el Segador y los dos hombres que les escoltaban se adentraron por los pasillos de la base, pasando controles de seguridad cada vez más precisos, hasta finalmente llegar a la sala colindante con la sala de interrogatorios. A través de una mampara transparente se podía ver a Leopoldus esposado. El mercenario estaba tranquilo y de vez en cuando sonreía burlón a las cámaras que le grababan e incluso al espejo de la sala, consciente de que alguien le observaba desde el otro lado.
- ¡Menudo hijoputa tenéis ahí encerrado! - exclamo el Segador.
- Su actitud no es muy diferente de la tuya. – Contestó Cross – Nada más llegar aquí nos saludaste con un provocativo ¡“Hail Hidra”! ¿Recuerdas?
- Entonces me pegaste... – Le miró con desprecio. Sonrió y comento - ¿Te gustó, verdad, Cross?
- Tanto que lo volveré a hacer sino te callas.
Eric Williams miró a Cross y a los dos agentes que le acompañaban. No era el mejor momento para importunarles, estaban los cuatro solos en una sala probablemente insonorizada. Había oído que pese a ser considerados como los buenos chicos, las técnicas de tortura e interrogatorio de SHIELD podían no ser precisamente humanitarias. Desvió la mirada hacia la mampara y observó a Leopoldus. Sonrió pensando que a lo mejor podía disfrutar viendo como lo torturaban. Recordó la posible presencia de su “hermano” artificial y dedujo que de ninguna manera habría tortura, el condenado vengador no lo permitiría. Una lástima. Sentía calor, cada vez más calor. Tanto la Visión, como su hermano Simon, eran unos blandos. Parece mentira que procedieran de la misma familia. Al viejo no le habría gustado. ¿Pero... pero, que hacía? ¡Estaba incluyendo en su familia al maldito robot! ¡Como le odia! Refleja completamente esa parte tímida y correcta de su hermano Simon que siempre le puso malo de joven. Envidia como ese simulacro de vida se ganó un puesto en el corazón de su hermano Simon, e incluso en el de su madre. Si el viejo Sandford hubiera vivido no le hubiera aguantado. Pero su madre... su madre fue siempre débil, tierna y cariñosa, y por tanto débil, Simon salió a ella, y el androide, basado en él, igual. Eric Williams tiene mucho calor, está sudando prominentemente. Dicen que su madre, Martha Williams conoció y aceptó a la Visión como un hijo más [7] . Otra razón para su odio. El torrente de pensamientos es interrumpido por una gota de sudor que baja de su sien hasta su párpado y al contacto con el ojo le escuece. Es entonces cuando se percata de la situación. Los agentes de SHIELD que le custodian parecen febriles, en cuestión de segundos se desploman. Cross se tambalea en un esfuerzo de alcanzar al Segador, dice algo que el detenido no puede oír, sus sentidos están también embotados... El agente de SHIELD lleva sus manos hacia el cinturón y abre su cartuchera, Williams con la vista borrosa ve como saca un arma y le apunta con ella. Eric Williams sonríe, no es la primera vez que muere, poco a poco la inconsciencia le alcanza y una oscuridad familiar se vuelve a apoderar de él...
- ¡Williams! – Gritó el agente Cross. – ¡Sal de tu ensimismamiento y ven conmigo! ¡Tenemos trabajo!
Dentro de su dependencia en el interior de la base Prevención, el Siniestro Segador abrió los ojos y miró hacia la puerta donde vio las siluetas de los agentes Cross y Patterson, y los hombres que les respaldaban.
- ¿Qué se os ofrece? Pensé que vendrían a buscarme Chance y el Pinocho de mi hermano. – Contestó mientras se dirigía hacia ellos.
- El horario acordado se ha retrasado. – informó Cross – Sin embargo, Chance quiere que estés presente cuando interroguemos a Leopoldus. Has de acompañarnos a la sala de interrogatorios.
- ¿Leopoldus? ¡Bien! – Exclamó eufórico - Tengo ganas de volver a ver a ese bastardo. Me debe una...
- No te hagas ilusiones - dijo Patterson poniéndole la mano en el hombro – No creo que te acerques a él más allá de la mampara de observación.
- Uhm... – Comentó contrariado. Observó con disgusto la mano de Patterson sobre su hombro. Miró directamente a los ojos del agente de SHIELD y dijo - Si tuviera mi guadaña en su sitio hubieras perdido esa mano.
- Pero no la tienes, Williams. – Interrumpió Cross – Ahora, si haces el favor de seguirnos..., el agente Patterson tiene otras obligaciones que cumplir.
- Cierto, hasta luego, Cross. – Saludó Patterson mientras se dirigía al centro de comunicaciones.
Cross, el Segador y los dos hombres que les escoltaban se adentraron por los pasillos de la base, pasando controles de seguridad cada vez más precisos, hasta finalmente llegar a la sala colindante con la sala de interrogatorios. A través de una mampara transparente se podía ver a Leopoldus esposado. El mercenario estaba tranquilo y de vez en cuando sonreía burlón a las cámaras que le grababan e incluso al espejo de la sala, consciente de que alguien le observaba desde el otro lado.
- ¡Menudo hijoputa tenéis ahí encerrado! - exclamo el Segador.
- Su actitud no es muy diferente de la tuya. – Contestó Cross – Nada más llegar aquí nos saludaste con un provocativo ¡“Hail Hidra”! ¿Recuerdas?
- Entonces me pegaste... – Le miró con desprecio. Sonrió y comento - ¿Te gustó, verdad, Cross?
- Tanto que lo volveré a hacer sino te callas.
Eric Williams miró a Cross y a los dos agentes que le acompañaban. No era el mejor momento para importunarles, estaban los cuatro solos en una sala probablemente insonorizada. Había oído que pese a ser considerados como los buenos chicos, las técnicas de tortura e interrogatorio de SHIELD podían no ser precisamente humanitarias. Desvió la mirada hacia la mampara y observó a Leopoldus. Sonrió pensando que a lo mejor podía disfrutar viendo como lo torturaban. Recordó la posible presencia de su “hermano” artificial y dedujo que de ninguna manera habría tortura, el condenado vengador no lo permitiría. Una lástima. Sentía calor, cada vez más calor. Tanto la Visión, como su hermano Simon, eran unos blandos. Parece mentira que procedieran de la misma familia. Al viejo no le habría gustado. ¿Pero... pero, que hacía? ¡Estaba incluyendo en su familia al maldito robot! ¡Como le odia! Refleja completamente esa parte tímida y correcta de su hermano Simon que siempre le puso malo de joven. Envidia como ese simulacro de vida se ganó un puesto en el corazón de su hermano Simon, e incluso en el de su madre. Si el viejo Sandford hubiera vivido no le hubiera aguantado. Pero su madre... su madre fue siempre débil, tierna y cariñosa, y por tanto débil, Simon salió a ella, y el androide, basado en él, igual. Eric Williams tiene mucho calor, está sudando prominentemente. Dicen que su madre, Martha Williams conoció y aceptó a la Visión como un hijo más [7] . Otra razón para su odio. El torrente de pensamientos es interrumpido por una gota de sudor que baja de su sien hasta su párpado y al contacto con el ojo le escuece. Es entonces cuando se percata de la situación. Los agentes de SHIELD que le custodian parecen febriles, en cuestión de segundos se desploman. Cross se tambalea en un esfuerzo de alcanzar al Segador, dice algo que el detenido no puede oír, sus sentidos están también embotados... El agente de SHIELD lleva sus manos hacia el cinturón y abre su cartuchera, Williams con la vista borrosa ve como saca un arma y le apunta con ella. Eric Williams sonríe, no es la primera vez que muere, poco a poco la inconsciencia le alcanza y una oscuridad familiar se vuelve a apoderar de él...
Capítulo 4: ¿Quién vigila al androide?
Lo llaman La Estación. Y en verdad lo es. Un embarcadero del que entran y salen los trenes de alta velocidad que llevan a las diferentes bases de SHIELD, no solo en el estado de Nueva York, sino en toda la nación. En su vestíbulo, el vengador androide, bautizado como la Visión calcula el número de agentes de SHIELD que le rodean, y su situación. Si el comandante del grupo que le acecha es quien piensa no hay tiempo que perder. Una descarga de energía solar parte desde la joya de su frente hacia el lugar donde hace medio segundo ha escuchado la autoritaria voz amenazante decir - Muy bien, androide. ¡Quédate quieto dónde estás! –.
El teniente Frank Hampton de SHIELD recibe los rayos solares sin tiempo de accionar la sofisticada arma que tiene entre manos. La forma intangible del vengador llega hasta él y su pie, solidificado hasta la dureza del diamante, aplasta el aparato. Los disparos del resto de los agentes que apoyan a Hampton pasan a través del cuerpo inmaterial del sintozoide. Dedos duros como el acero se cierran en torno a la garganta de Hampton, mientras gradualmente el hombre artificial adquiere consistencia física, superando su densidad normal. Ahora los disparos de los hombres de SHIELD solo son pequeños aguijonazos en su piel carmesí. En un momento dado, sin soltar a su presa, levanta de nuevo su pierna y la descarga contra el suelo provocando una onda sísmica que hace perder el equilibrio al resto de sus oponentes. Durante los próximos días, los técnicos de los observatorios sísmicos del estado de Nueva York permanecerán alarmados.
- Agente Hampton... Frank Hampton... si no me equivoco.
- ¿Me... me recuerdas? – Preguntó el teniente entre temeroso y asombrado.
¿Cómo no ibas a recordarle? Su rostro fue lo último que tu cerebro computador registró el día en que perdiste la plena felicidad que jamás habrías esperado alcanzar.
Tras el nacimiento de los gemelos Thomas y William, Wanda y tú vivisteis una temporada de intensa felicidad, tan solo enturbiados por la temporal enajenación mental de tu cuñado Pietro, Mercurio. Fueron unos meses de paz y tranquilidad en los que experimentaste en su plenitud la felicidad junto a tu propia familia, la que tú habías creado. Pero todo acabó cuando por apoyar a Ojo de Halcón el arquero, la Bruja Escarlata y la Visión regresaron a las filas de los Vengadores Costa Oeste. A las pocas semanas de haberos instalado en el Rancho de Palos Verdes que servía de cuartel general al grupo, un amanecer que paseabas tranquilamente por la propiedad, fuiste emboscado por un equipo de operaciones especiales. Nunca olvidaste la voz y el rostro del agente Frank Hampton, lo último que percibiste antes de ser desconectado por la tecnología que portaba.
Infinidad de veces te has preguntado como hubieras actuado de estar prevenido para el ataque, como hubieran cambiado las cosas entonces. Hoy, tu programación te ha hecho reaccionar en fracciones de segundo y la amenaza de Hampton ha sido conjurada. Tienes ante ti a uno de los causantes de la perdida de tu familia, de tu felicidad, de tu vida... Por unos instantes te planteas si acabar con la suya. Pero la lógica, y tu juramento de vengador, te dicen que eso no te devolvería el tiempo perdido. No obstante, no puedes reprimir tu rabia y sopesas la posibilidad de, con un ligero movimiento de tu brazo, arrojar a Hampton lejos de ti, contra un duro muro de granito, y hacerle así experimentar una mínima fracción del dolor que llevas dentro desde entonces. Otra voz familiar te saca de tu concentración...
- ¡Visión, suelta a ese hombre!
- ¿Teniente Chance? ¿Qué significa esto? -
- Discúlpame Visión, no tuve información sobre esta iniciativa hasta hace escasamente unos minutos. – Dijo Chance en tono sincero – Tienes que creerme. Suelta a Hampton por favor...
Otra persona impecablemente vestida apareció al lado de Chance. Tus ojos vuelven a brillar con rabia al identificarle. Nunca le viste en persona, pero por los archivos de los Vengadores le reconoces como el hombre que dirigió el Proyecto Vigilancia, un agente del servicio secreto canadiense llamado Cameron Brock.
Según los informes de la vengadora Pájaro Burlón, ella fue contactada por el agente de SHIELD Frank Hampton y llevada ante Cameron Brock, que la informó sobre el Proyecto Vigilancia como una operación encubierta de SHIELD.
- La Visión y su mujer son Vengadores activos de nuevo, y eso le da a él acceso a los sistemas de ordenadores de los Vengadores. De eso trata el Proyecto Vigilancia, Ms. Morse, estamos dedicados a mantener vigilancia constante sobre todo lo que hace cada día la Visión.
Brock explicó a Pájaro Burlón que como antigua vengadora y antigua agente de SHIELD era la persona más indicada para diseñar una estrategia capaz de incapacitar a la Visión si volvía a las andadas. Barbara Morse accedió a colaborar y descubrió demasiado tarde que las intenciones de Brock iban más allá de la mera vigilancia. Siguiendo sus indicaciones se llevó a cabo tu secuestro. Alertados por Pájaro Burlón, los Vengadores Costa Oeste acudieron a rescatarte solo para encontrar tu cuerpo desmantelado y tu personalidad completamente erradicada [8] . Al ser capturado, Brock desveló la verdadera magnitud del Proyecto Vigilancia.
- Virtualmente todas las agencias de inteligencia de la tierra enviaron uno o más representantes para proteger los objetivos del Proyecto. La CIA americana, el británico MI-7, el Deuxieme Bureau francés, la KGB rusa... todos.
La Visión, sin retirar su mirada de Brock, soltó la garganta de Hampton y el agente de SHIELD cayó de rodillas al suelo.
- Me gustaría una aclaración.
- Bien... – Comenzó a hablar Chance, pero Brock le interrumpió y dio un paso al frente.
- Androide, podemos decir que el Proyecto Vigilancia ha sido reactivado. Sabíamos que los Vengadores harían todo lo posible por reconstruirte, y por ello implantamos un virus en sus ordenadores que borró todo archivo back-up que pudiera existir sobre ti. Sin embargo parece que no fue suficiente. Según los informes iniciales tus compañeros te reconstruyeron, frío, sin emociones... Pero con el tiempo, hemos podido constatar que tu personalidad original ha ido regenerándose. Eso, en mi línea de trabajo, vuelve a suponer un nuevo riesgo para la seguridad.
La Visión permaneció tenso mientras escuchaba, atento a cualquier posible maniobra contra él. Detrás de Brock, el teniente Chance apretaba los puños entre azarado e indignado.
- Continuamos supervisando todas tus actividades y cuando los informes de tu reciente asociación con esta rama de SHIELD llegaron a mi mesa calculamos que había llegado el momento de volver a intervenir...
- Pese a mi oposición... – Remarcó Chance.
- ¿Y ahora...? – Preguntó el vengador desafiante.
- Ahora deberás acompañarme. Por las buenas o por las malas. – Amenazó Brock. Hubo unos segundos de tensión, y entonces el teniente Chance estalló.
- ¡No, de ninguna manera! ¡Como oficial al mando de esta sección de SHIELD, soy responsable de la presencia de la Visión en mi base. Así que nadie va a detenerle mientras yo sea el responsable.
- ¡Chance estás loco! ¿Sabes el riesgo que supone...? -
- Sí - respondió con resolución - y lo asumo.
- Apelaré a mis superiores. Esto es más grande que cualquier operación de espías de SHIELD, hablamos de seguridad mundial...
- No, precisamente hablamos de una persona que ha intervenido en la salvación de este planeta más veces de las que nuestras propias agencias lo han hecho.
- ¡Mierda Chance, no estamos hablando de una persona, hablamos de una máquina!
- Habla con tus superiores, o con el mismo Dios si quieres. Pero en lo que a mi respecta, sino recibo una orden directa de mis jefes, la Visión es libre. No hay discusión.
Las miradas de Chance y Brock chocaron en el aire. Brock torció el gesto, vio a sus magullados hombres y dio una orden.
- Nos vamos. Chance, esta vez ganas tú. Pero tendrás noticias mías. -
Brock y sus hombres se replegaron a uno de los transportes de la estación. Mientras embarcaban, Chance pensó en la reacción de sus superiores. Entonces notó la enguantada mano amarilla del sintozoide sobre su hombro.
- Gracias. -
- Volverá, pero al menos hemos ganado tiempo. ¿Vienes a la base? Tenemos una reunión pendiente. – La Visión siguió al agente de SHIELD al interior de su transporte.
Lo llaman La Estación. Y en verdad lo es. Un embarcadero del que entran y salen los trenes de alta velocidad que llevan a las diferentes bases de SHIELD, no solo en el estado de Nueva York, sino en toda la nación. En su vestíbulo, el vengador androide, bautizado como la Visión calcula el número de agentes de SHIELD que le rodean, y su situación. Si el comandante del grupo que le acecha es quien piensa no hay tiempo que perder. Una descarga de energía solar parte desde la joya de su frente hacia el lugar donde hace medio segundo ha escuchado la autoritaria voz amenazante decir - Muy bien, androide. ¡Quédate quieto dónde estás! –.
El teniente Frank Hampton de SHIELD recibe los rayos solares sin tiempo de accionar la sofisticada arma que tiene entre manos. La forma intangible del vengador llega hasta él y su pie, solidificado hasta la dureza del diamante, aplasta el aparato. Los disparos del resto de los agentes que apoyan a Hampton pasan a través del cuerpo inmaterial del sintozoide. Dedos duros como el acero se cierran en torno a la garganta de Hampton, mientras gradualmente el hombre artificial adquiere consistencia física, superando su densidad normal. Ahora los disparos de los hombres de SHIELD solo son pequeños aguijonazos en su piel carmesí. En un momento dado, sin soltar a su presa, levanta de nuevo su pierna y la descarga contra el suelo provocando una onda sísmica que hace perder el equilibrio al resto de sus oponentes. Durante los próximos días, los técnicos de los observatorios sísmicos del estado de Nueva York permanecerán alarmados.
- Agente Hampton... Frank Hampton... si no me equivoco.
- ¿Me... me recuerdas? – Preguntó el teniente entre temeroso y asombrado.
¿Cómo no ibas a recordarle? Su rostro fue lo último que tu cerebro computador registró el día en que perdiste la plena felicidad que jamás habrías esperado alcanzar.
Tras el nacimiento de los gemelos Thomas y William, Wanda y tú vivisteis una temporada de intensa felicidad, tan solo enturbiados por la temporal enajenación mental de tu cuñado Pietro, Mercurio. Fueron unos meses de paz y tranquilidad en los que experimentaste en su plenitud la felicidad junto a tu propia familia, la que tú habías creado. Pero todo acabó cuando por apoyar a Ojo de Halcón el arquero, la Bruja Escarlata y la Visión regresaron a las filas de los Vengadores Costa Oeste. A las pocas semanas de haberos instalado en el Rancho de Palos Verdes que servía de cuartel general al grupo, un amanecer que paseabas tranquilamente por la propiedad, fuiste emboscado por un equipo de operaciones especiales. Nunca olvidaste la voz y el rostro del agente Frank Hampton, lo último que percibiste antes de ser desconectado por la tecnología que portaba.
Infinidad de veces te has preguntado como hubieras actuado de estar prevenido para el ataque, como hubieran cambiado las cosas entonces. Hoy, tu programación te ha hecho reaccionar en fracciones de segundo y la amenaza de Hampton ha sido conjurada. Tienes ante ti a uno de los causantes de la perdida de tu familia, de tu felicidad, de tu vida... Por unos instantes te planteas si acabar con la suya. Pero la lógica, y tu juramento de vengador, te dicen que eso no te devolvería el tiempo perdido. No obstante, no puedes reprimir tu rabia y sopesas la posibilidad de, con un ligero movimiento de tu brazo, arrojar a Hampton lejos de ti, contra un duro muro de granito, y hacerle así experimentar una mínima fracción del dolor que llevas dentro desde entonces. Otra voz familiar te saca de tu concentración...
- ¡Visión, suelta a ese hombre!
- ¿Teniente Chance? ¿Qué significa esto? -
- Discúlpame Visión, no tuve información sobre esta iniciativa hasta hace escasamente unos minutos. – Dijo Chance en tono sincero – Tienes que creerme. Suelta a Hampton por favor...
Otra persona impecablemente vestida apareció al lado de Chance. Tus ojos vuelven a brillar con rabia al identificarle. Nunca le viste en persona, pero por los archivos de los Vengadores le reconoces como el hombre que dirigió el Proyecto Vigilancia, un agente del servicio secreto canadiense llamado Cameron Brock.
Según los informes de la vengadora Pájaro Burlón, ella fue contactada por el agente de SHIELD Frank Hampton y llevada ante Cameron Brock, que la informó sobre el Proyecto Vigilancia como una operación encubierta de SHIELD.
- La Visión y su mujer son Vengadores activos de nuevo, y eso le da a él acceso a los sistemas de ordenadores de los Vengadores. De eso trata el Proyecto Vigilancia, Ms. Morse, estamos dedicados a mantener vigilancia constante sobre todo lo que hace cada día la Visión.
Brock explicó a Pájaro Burlón que como antigua vengadora y antigua agente de SHIELD era la persona más indicada para diseñar una estrategia capaz de incapacitar a la Visión si volvía a las andadas. Barbara Morse accedió a colaborar y descubrió demasiado tarde que las intenciones de Brock iban más allá de la mera vigilancia. Siguiendo sus indicaciones se llevó a cabo tu secuestro. Alertados por Pájaro Burlón, los Vengadores Costa Oeste acudieron a rescatarte solo para encontrar tu cuerpo desmantelado y tu personalidad completamente erradicada [8] . Al ser capturado, Brock desveló la verdadera magnitud del Proyecto Vigilancia.
- Virtualmente todas las agencias de inteligencia de la tierra enviaron uno o más representantes para proteger los objetivos del Proyecto. La CIA americana, el británico MI-7, el Deuxieme Bureau francés, la KGB rusa... todos.
La Visión, sin retirar su mirada de Brock, soltó la garganta de Hampton y el agente de SHIELD cayó de rodillas al suelo.
- Me gustaría una aclaración.
- Bien... – Comenzó a hablar Chance, pero Brock le interrumpió y dio un paso al frente.
- Androide, podemos decir que el Proyecto Vigilancia ha sido reactivado. Sabíamos que los Vengadores harían todo lo posible por reconstruirte, y por ello implantamos un virus en sus ordenadores que borró todo archivo back-up que pudiera existir sobre ti. Sin embargo parece que no fue suficiente. Según los informes iniciales tus compañeros te reconstruyeron, frío, sin emociones... Pero con el tiempo, hemos podido constatar que tu personalidad original ha ido regenerándose. Eso, en mi línea de trabajo, vuelve a suponer un nuevo riesgo para la seguridad.
La Visión permaneció tenso mientras escuchaba, atento a cualquier posible maniobra contra él. Detrás de Brock, el teniente Chance apretaba los puños entre azarado e indignado.
- Continuamos supervisando todas tus actividades y cuando los informes de tu reciente asociación con esta rama de SHIELD llegaron a mi mesa calculamos que había llegado el momento de volver a intervenir...
- Pese a mi oposición... – Remarcó Chance.
- ¿Y ahora...? – Preguntó el vengador desafiante.
- Ahora deberás acompañarme. Por las buenas o por las malas. – Amenazó Brock. Hubo unos segundos de tensión, y entonces el teniente Chance estalló.
- ¡No, de ninguna manera! ¡Como oficial al mando de esta sección de SHIELD, soy responsable de la presencia de la Visión en mi base. Así que nadie va a detenerle mientras yo sea el responsable.
- ¡Chance estás loco! ¿Sabes el riesgo que supone...? -
- Sí - respondió con resolución - y lo asumo.
- Apelaré a mis superiores. Esto es más grande que cualquier operación de espías de SHIELD, hablamos de seguridad mundial...
- No, precisamente hablamos de una persona que ha intervenido en la salvación de este planeta más veces de las que nuestras propias agencias lo han hecho.
- ¡Mierda Chance, no estamos hablando de una persona, hablamos de una máquina!
- Habla con tus superiores, o con el mismo Dios si quieres. Pero en lo que a mi respecta, sino recibo una orden directa de mis jefes, la Visión es libre. No hay discusión.
Las miradas de Chance y Brock chocaron en el aire. Brock torció el gesto, vio a sus magullados hombres y dio una orden.
- Nos vamos. Chance, esta vez ganas tú. Pero tendrás noticias mías. -
Brock y sus hombres se replegaron a uno de los transportes de la estación. Mientras embarcaban, Chance pensó en la reacción de sus superiores. Entonces notó la enguantada mano amarilla del sintozoide sobre su hombro.
- Gracias. -
- Volverá, pero al menos hemos ganado tiempo. ¿Vienes a la base? Tenemos una reunión pendiente. – La Visión siguió al agente de SHIELD al interior de su transporte.
Capítulo 5: El león enjaulado
Leopoldus paseaba por la sala de interrogatorios como un león enjaulado. Repetía continuamente los mismos movimientos. La espera se le estaba haciendo eterna, sin embargo la procesión iba por dentro. Exteriormente parecía calmado, continuaba mirando a las cámaras de seguridad y a la mampara de observación con una sonrisa insolente. Finalmente la puerta de la sala se abrió. – ¡Por fin! - exclamó para sí el mercenario. Al reconocer a la persona que apareció en la puerta, le dijo enojado.
- Ya era hora. ¿Crees que puedo estar aquí todo el día? –
Sin salir de las sombras su interlocutor extrajo un pequeño dispositivo de su bolsillo, apuntó hacia Leopoldus, y lo activó. Las argollas electrónicas que encadenaban sus muñecas se abrieron, dejándole libre. - ¡Ja,ja,ja,ja! - Rió salvajemente al experimentar la libertad. Su liberador salió a la luz, vestía uniforme de SHIELD y una máscara que ocultaba su rostro.
- Lo siento, hasta ahora no me había sido posible hacer nada. – Contestó su liberador.
- ¿Te has ocupado de Williams?
- A estas horas debería estar muerto. El veneno que les inoculé a él y a sus guardianes es letal. – Contestó el enmascarado.
- ¡Idiota! ¡Nos falló con Marko! Compruébalo. No me fío de nadie. Pero antes, ¿Está mi equipo listo? -
- Lo encontrarás al final del pasillo, oculto en un pequeño contenedor de desperdicios.
Leopoldus paseaba por la sala de interrogatorios como un león enjaulado. Repetía continuamente los mismos movimientos. La espera se le estaba haciendo eterna, sin embargo la procesión iba por dentro. Exteriormente parecía calmado, continuaba mirando a las cámaras de seguridad y a la mampara de observación con una sonrisa insolente. Finalmente la puerta de la sala se abrió. – ¡Por fin! - exclamó para sí el mercenario. Al reconocer a la persona que apareció en la puerta, le dijo enojado.
- Ya era hora. ¿Crees que puedo estar aquí todo el día? –
Sin salir de las sombras su interlocutor extrajo un pequeño dispositivo de su bolsillo, apuntó hacia Leopoldus, y lo activó. Las argollas electrónicas que encadenaban sus muñecas se abrieron, dejándole libre. - ¡Ja,ja,ja,ja! - Rió salvajemente al experimentar la libertad. Su liberador salió a la luz, vestía uniforme de SHIELD y una máscara que ocultaba su rostro.
- Lo siento, hasta ahora no me había sido posible hacer nada. – Contestó su liberador.
- ¿Te has ocupado de Williams?
- A estas horas debería estar muerto. El veneno que les inoculé a él y a sus guardianes es letal. – Contestó el enmascarado.
- ¡Idiota! ¡Nos falló con Marko! Compruébalo. No me fío de nadie. Pero antes, ¿Está mi equipo listo? -
- Lo encontrarás al final del pasillo, oculto en un pequeño contenedor de desperdicios.
En el Centro de Control de la Base Prevención, el oficial Patterson supervisaba la seguridad del edificio. Los agentes que controlaban los monitores de las salas donde el Segador y Leopoldus estaban confinados charlaban entre ellos.
- ¡Joder, que cabrón es el detenido! El tal Leopoldus lleva desde las doce de la mañana ejerciendo la misma rutina. Se acerca a una cámara y saca la lengua, luego va a otra y guiña un ojo, después se dirige a la mampara de observación y les sonríe. Al principio creímos que nos habían introducido un bucle en los monitores, pero seguridad ha comprobado en varias ocasiones que no es así, que realmente repite los movimientos al milímetro. -
El otro agente observó pensativo el monitor que vigilaba la sala de observación desde donde el Segador, Cross y dos agentes vigilaban a Leopoldus. Era la tercera vez que el agente Cross se rascaba en el mismo sitio. Vio como el rostro de Leopoldus se acercaba a la mampara de observación. Lo hacía siempre tres segundos después de que Cross se rascase. Miró el monitor que vigilaba la habitación de Leopoldus, y entonces notó una anomalía. ¡Mientras en un monitor Leopoldus sacaba la lengua a la cámara, en el otro aparecía sonriendo insolentemente al grupo de Cross! Sin dudarlo, el agente accionó la alarma. Patterson reaccionó sorprendido.
- ¡Joder, que cabrón es el detenido! El tal Leopoldus lleva desde las doce de la mañana ejerciendo la misma rutina. Se acerca a una cámara y saca la lengua, luego va a otra y guiña un ojo, después se dirige a la mampara de observación y les sonríe. Al principio creímos que nos habían introducido un bucle en los monitores, pero seguridad ha comprobado en varias ocasiones que no es así, que realmente repite los movimientos al milímetro. -
El otro agente observó pensativo el monitor que vigilaba la sala de observación desde donde el Segador, Cross y dos agentes vigilaban a Leopoldus. Era la tercera vez que el agente Cross se rascaba en el mismo sitio. Vio como el rostro de Leopoldus se acercaba a la mampara de observación. Lo hacía siempre tres segundos después de que Cross se rascase. Miró el monitor que vigilaba la habitación de Leopoldus, y entonces notó una anomalía. ¡Mientras en un monitor Leopoldus sacaba la lengua a la cámara, en el otro aparecía sonriendo insolentemente al grupo de Cross! Sin dudarlo, el agente accionó la alarma. Patterson reaccionó sorprendido.
La puerta de la sala donde Eric Williams y sus escoltas estaban confinados se abrió. La figura encapuchada del liberador de Leopoldus entró en el compartimiento y avanzó sobre los cuerpos de los agentes caídos. Sonrió bajo la máscara. El letal veneno había hecho su efecto. Con frialdad desenfundó su arma reglamentaria y apuntó a la cabeza del Siniestro Segador que yacía inmóvil en el suelo.
El transporte rápido en el que el Teniente Chance y la Visión regresaban a la base Prevención aumentó la velocidad cuando la alarma llegó al intercomunicador personal del oficial de SHIELD. En tan solo medio minuto el vehículo llegó al mismo andén donde esa mañana Chance y sus lugartenientes despedían al Hombre Montaña. Estaba vacío. Ambos hombres bajaron presurosos.
- ¡Seguridad! ¡Cross! ¿Me oyes? – Gritó Chance a su comunicador. La Visión caminaba a su lado. - ¿Dónde están los guardias? ¿Patterson? ¿Alguien?
Por toda respuesta el zumbido de un estallido de energía inundó la habitación. La Visión observó asombrado como un rayo de energía golpeaba con fuerza al teniente Chance y lo incrustaba en el muro más cercano. Inconsciente, puede que muerto.
- ¿Chance? -
En ese instante lanzando un rugido de triunfo, el hombre llamado Leopoldus saltó sobre la Visión. Su mano izquierda, enfundada en el guante carmesí que conocemos como la Garra Satánica, chisporreteaba con energía. Una energía cuyo zarpazo afectó la sinapsis cerebral del sintozoide vengador que cayó al suelo.
- ¡Ja! Llevo esperando esto mucho tiempo androide...
Continuará...
- ¡Seguridad! ¡Cross! ¿Me oyes? – Gritó Chance a su comunicador. La Visión caminaba a su lado. - ¿Dónde están los guardias? ¿Patterson? ¿Alguien?
Por toda respuesta el zumbido de un estallido de energía inundó la habitación. La Visión observó asombrado como un rayo de energía golpeaba con fuerza al teniente Chance y lo incrustaba en el muro más cercano. Inconsciente, puede que muerto.
- ¿Chance? -
En ese instante lanzando un rugido de triunfo, el hombre llamado Leopoldus saltó sobre la Visión. Su mano izquierda, enfundada en el guante carmesí que conocemos como la Garra Satánica, chisporreteaba con energía. Una energía cuyo zarpazo afectó la sinapsis cerebral del sintozoide vengador que cayó al suelo.
- ¡Ja! Llevo esperando esto mucho tiempo androide...
Continuará...
Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)
Referencias:
1 .- Ver Los Vengadores 7, aquí en AT.
2 .- La lucha en el Empire State, la búsqueda de Wanda y la discusión con Ojo de Halcón sucedieron en el episodio anterior.
3 .- Serie Limitada The Vision & The Scarlet Witch 1.-4 (Nov-82 a Feb-83), entre otras aventuras
4 .- Una versión muy reducida de los sucesos acontecidos durante Avengers 233-254 (Julio-83 a Abril-85)
5 .- Ver nuestro número 3.
6 .- Toda la historia del nacimiento de los hijos de la Visión y la Bruja Escarlata, así como su relación con Norman Webster se pudo leer en The Vision & Scarlet Witch 1-12 (Octubre 1985 a Septiembre 1986).
7 .- Como se contó en West Coast Avengers (Vol.2) 2 (Nov. 1985)
8 .- Lo podéis leer en West Coast Avengers 42-45 (Marzo a Junio 1989).
1 .- Ver Los Vengadores 7, aquí en AT.
2 .- La lucha en el Empire State, la búsqueda de Wanda y la discusión con Ojo de Halcón sucedieron en el episodio anterior.
3 .- Serie Limitada The Vision & The Scarlet Witch 1.-4 (Nov-82 a Feb-83), entre otras aventuras
4 .- Una versión muy reducida de los sucesos acontecidos durante Avengers 233-254 (Julio-83 a Abril-85)
5 .- Ver nuestro número 3.
6 .- Toda la historia del nacimiento de los hijos de la Visión y la Bruja Escarlata, así como su relación con Norman Webster se pudo leer en The Vision & Scarlet Witch 1-12 (Octubre 1985 a Septiembre 1986).
7 .- Como se contó en West Coast Avengers (Vol.2) 2 (Nov. 1985)
8 .- Lo podéis leer en West Coast Avengers 42-45 (Marzo a Junio 1989).
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