Star Trek la serie original nº01

Título: Las Voces de Al-Niyat (I): Bajo la luz de Antares.
Autor: Sikileia
Portada:r
Publicado en: Marzo 2006


El espacio, la ultima frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, buscando nuevos mundos, nuevas civilizaciones, para llegar hacía donde ningún hombre ha llegado jamás.
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:
Creado por Gene Rodenberry


Nota: Esta historia esta situada poco después de Star Trek la película (1979)
 
El cielo de Al-Niyat V, en la constelación de Scorpius, comenzaba a teñirse de azul índigo. Daba comienzo así la noche en aquel planeta, que tenía fama de ser uno de los más hermosos espectáculos de la Galaxia por la grandiosidad de sus auroras. Cada noche, bellísimas bandas irisadas se entrelazaban como sutiles zarcillos entre las distantes estrellas. Entre ellas destacaba la de Antares, a la que los alniyatianos consideraban el Ojo que Todo Lo Ve o dicho en su lengua, Nya Am-Karal.

Hacía poco que este planeta se había incorporado a la Federación y sólo después de una larga guerra interdinástica que había enfrentado a los Ramaq y a los Zubal, guerra instigada desde la sombra por los romulanos, los cuales apoyaban a su conveniencia a los distintos clanes a cambio del dilitio(1) presente en la superficie del planeta.

Este mundo, situado en los lindes de la Zona Neutral. Era un jugoso pastel galáctico codiciado por todas las potencias ya que explotar –o conquistar- Al-Niyat V sería disponer de la única fuente abundante de este mineral en este brazo de la Galaxia.

Los alniyatianos tenían, además, rasgos protovulcanianos: cejas hacia arriba y orejas puntiagudas además de una tez azulada que los podría hacer emparentar casi con los andorianos y esta similitud racial era la excusa perfecta que buscaban los romulanos desde hacía decenios para hacerse con el control del planeta e imponer un régimen pretoriano. De ahí que N’Zaiss, hija de L’Kar, del Clan de los Zubal, pidiera el arbitraje y la protección de la Federación Unida de Planetas ante lo que consideraba una injerencia romulana en los asuntos interinos de su mundo y por tanto, una flagrante violación de la Primera Directriz. Ella, asimismo, habría de ser la figura que pacificase el planeta y lo liberase de la atroz guerra fraticida. Pero no todos estaban de acuerdo con esa decisión y concretamente L’Nier del Clan de los Ramaq, encabezaba una oposición armada en las montañas sagradas de Za-ra-dok, lugar que albergaba desde antiguo unas estatuas a las que los observadores federales terrestres allí radicados habrían de llamar “Las Cariátides”.

Las Antiguas Crónicas hablaban de que en Za-ra-dok descendería del cielo, una vez vuelto de su viaje de mil ko-an-lar o años cósmicos, Zar-kha-dum, el Constructor de las Cariátides y que él habría de volver a gobernar a su pueblo en un clima de paz y convivencia, de ahí que L’Nier lo escogiese por su alto valor simbólico como base de su guerrilla. El caudillo rebelde estaba apoyado por Romulus y eso era una suposición fuera de duda ya que por vez primera en la historia de Al-Niyat V se veían disruptores y cañones fásicos entre las armas empleadas por el clan de los Ramaq.

Por ello, N’Zaiss recurrió a la Federación. Era la Fecha Estelar 7625.8…

En la Tierra, se ofreció como árbitro neutral, el andoriano Zandhi-Baar, que sería el encargado de dirimir las diferencias entre los Zubal y los Ramaq. Viajaba en la nave insignia de la Flota, la reluciente USS ENTERPRISE, comandada por James T. Kirk, quien además era el enviado oficial del Consejo de la Federación, presidido por el Almirante Nogura, del cual había recibido las órdenes pertinentes de velar por la seguridad de los alniyatianos amantes de la paz; sin embargo, no podrían de momento usar la fuerza, ya que iban como meros observadores.

James T. Kirk observaba la majestuosidad del cielo alniyatiano orlado de astros y bandas aureolares desde las playas de Zhom-qis-naar. El mar se perdía infinito y rielante, entre las primeras brumas nocturnas a la vez que por el lejano horizonte se alzaban las dos lunas de Al-Niyat V, llamadas por sus nativos U’Tai y Kayl. Una suave brisa marina mecía los cabellos del recién nombrado almirante mientras que el perenne rumor de las olas y un suave olor a salitre le sumergió en una sensación extraña, casi familiar… era como si alguien le llamase por su nombre ¿Quizás eran las sirenas de Homero, Escila y Caribdis, que volvían de su reino quimérico a arrebatar con sus hipnóticos cantos a un nuevo Ulises?

-¡Jim! ¡Jim! ¿Qué hace usted ahí parado? ¿Acaso ha visto un fantasma? –Le reprochó una voz detrás de él ¡Le hemos estado buscando por todas partes!

Reconoció aquella voz. Era la del Dr. McCoy que venía acompañado por Spock, Zandhi-Baar, Chekov y algunos oficiales de seguridad. Kirk se encogió de hombros sin decir palabra; aquella voz le había cogido por sorpresa y le había devuelto al mundo real casi de manera violenta. Los miró uno por uno y comentó, mirando de reojo a su jefe médico:

-Dr. McCoy ¿Le gusta invadir la intimidad de los demás, verdad? –Respondió con voz irónica- Bueno, -se justificó- no hacía nada malo, tan solo mirar un poco las estrellas.

-Jim, con el debido respeto… -le espetó serio el médico de la ENTERPRISE- Me halaga que de vez en cuando nos demuestre su vena poética, pero las normas de la Federación son muy rígidas al respecto; estábamos preocupados por su integridad física y más en un planeta tan políticamente inestable como éste.

-Es una pena que detrás de tanta belleza se esconda tanto sufrimiento y dolor… ¿No lo cree así, Spock? –dijo Kirk con voz apagada.

-Por desgracia, así sucede, almirante. Pero es algo inevitable; todos los seres deben experimentar el dolor para también así conocer la felicidad, la paz. Es la eterna constante de los opuestos que se da en el Universo. –Respondió con un tono grave el oficial científico.

-Menos en Vulcano, allí todo es perfecto ¿no, Spock? –puntualizó un socarrón McCoy.

-Agradezco su apostilla, doctor. Pero permítame recordarle que mi mundo también sufrió los rigores de la violencia y la barbarie no hace mucho. –Respondió fríamente el vulcaniano.

-… Barbarie que terminó con la llegada de Surak y la consolidación de su filosofía del IDIC y la lógica. Gracias a ello, Vulcano llegó a ser el mundo que hoy todos conocemos –continuó explicando Zhandi-Baar.

-En efecto, así fue, delegado Zhandi-Baar. –Contestó Spock –Pero ahora teníamos que tratar otro tema: Almirante, N’Zaiss, la líder de Al-Niyat V, quiere reunirse aquí y ahora con Ud. y Zandhi-Baar a solas para conversar acerca del inicio de las futuras negociaciones para la pacificación de su mundo…

-Y ¿por qué no a bordo de la USS ENTERPRISE? –Preguntó intrigado Kirk- Sería más seguro…

-¡Mira quién habla de seguridad! –comentó entre dientes el médico.

Kirk miró a McCoy muy seriamente sin decir nada.

-De todos modos, ésta es una zona relativamente tranquila –cortó Spock- Pero para estar seguros he traído conmigo a Chekov y algunos oficiales de seguridad que velarán por su integridad.

De repente, el comunicador del vulcaniano sonó.

Una dulce voz femenina estaba al aparato:

-Capitán Spock, aquí Uhura desde el ENTERPRISE. Le comunico que N’Zaiss está preparada para ser transportada a la superficie. Esperamos su visto bueno.

Spock levantó su mirada hacia el almirante y el andoriano:

-¿Almirante? Piden permiso para que N’Zaiss sea transportada a la superficie. –Repitió el oficial científico.

-Permiso concedido. –contestó Kirk.

Un rato después una intensa luz azulada bañó instantáneamente las caras de Jim y su grupo. En segundos se materializaron las siluetas de tres personas. Era N’Zaiss, acompañada por dos alniyatianos. Kirk fue el primero en reaccionar y tendió la mano protocolariamente hacia la líder de los Zubal:

-Gran Líder, sea bienvenida entre nosotros. Venga por ahí; supongo que ya conoce a algunos de los aquí presentes.

-Desde luego, almirante, ya he tenido la ocasión de hablar con algunos de ustedes allí en la Tierra: Delegado Zandhi-Baar… Dr. McCoy… Capitán Spock… y Ud., joven ¿cómo se llama? –preguntó a Chekov la alniyatiana con curiosidad.

-Teniente Pavel Chekov, señora, para velar por su seguridad.

-Almirante Kirk… Caballeros… les presento a mis consejeros L’Ran y L’Kud.

-Es un placer. -dijo el almirante de la USS ENTERPRISE- Vengan por aquí. Spock, vaya a tomar el mando del puente. Dr. McCoy, acompañe a Spock a la nave. –Y cogiendo el comunicador añadió: ¿Scotty? Le habla Kirk…

Se oyó por el comunicador una profunda voz con acento escocés:

-Aquí Scotty ¿Almirante? ¿Es usted?

-Sí. –Interpeló serio Kirk- Spock subirá al puente para relevarle. Sube también McCoy con él. Transpórtelos enseguida arriba. Corto y cierro.

-Jim… ¿Cuántas veces le he dicho que no me gusta ver mis moléculas esparcidas por ahí sólo porque lo diga us… .

El doctor no logró finalizar la frase. En una fracción de segundo un rayo azul cobalto le descorporeizó en dos haces al igual que a Spock.

-Como siempre hay gente que se resiste a los avances del progreso, y mi buen McCoy no es una excepción. –Se justificó Kirk encogiéndose de hombros mientras sonreía a la líder alniyatiana.

La regente de Al-Niyat V rió entre dientes y comentó mirando a sus asistentes:

-En mi séquito hay gente a las que le va el protocolo amanerado y los rituales antiguos. Pero yo creo que lo único que hace es entorpecer la espontaneidad de las relaciones. ¡Ah! –Añadió tras suspirar profundamente- ¿no cree, almirante, que hay que renovarse de vez en cuando? Como ahora, quería mantener con ustedes una reunión informal, aquí por ejemplo, bajo las estrellas…

-Eeh… Sí… ¿por qué no? –respondió un cada vez más sorprendido Kirk, que comenzaba a quedar fascinado por la personalidad de la joven N’Zaiss.- “Menos mal que no están ni McCoy ni Spock” –pensó aliviado el almirante- “a estas alturas ya me estarían recriminando esto y aquello…”

Zandhi-Baar estaba incómodo y nervioso, miraba a todos los lados posibles, como si unos ojos sobrenaturales lo estuvieran observando y añadió:

-Si no es molestia, almirante Kirk, querría subir a bordo de la ENTERPRISE, no me siento demasiado bien; no sé, no estoy acostumbrado a la presión atmosférica de su mundo, líder N’Zaiss. Preferiría aplazar esta reunión para mañana. Almirante ¿viene? Lo digo por su seguridad… Nunca se sabe… -matizó con voz misteriosa y temblorosa.

-No se preocupe, delegado Zandhi-Baar Pero ¿Por qué ese miedo? ¡Está pálido! Vaya a enfermería y que le vea el Dr. McCoy –sugirió Kirk- Y por mi seguridad no se moleste, aquí estarán los asistentes de N’Zaiss y los oficiales de seguridad para protegernos ¿verdad, Chekov? –concluyó el almirante mientras miraba a su oficial ruso.

-Sí… -respondió un avezado Pavel mientras movía el dedo índice de su mano derecha- Precisamente las primeras guardias de corps nacieron a orillas del Volga, en San Petersburgo, y fueron creadas por el zar…

-¡Chekov! –Interrumpió Kirk- Las lecciones de Historia para después… no hace falta impresionar con su lealtad a nadie… Le creemos. En cuanto a Ud., Zandhi-Baar, daré orden de que le transporten enseguida.

-Gracias, almirante.-dijo el andoriano con una voz de denotaba un gran alivio psicológico.

Zandhi-Baar desapareció de la vista de Kirk y N’Zaiss en cuestión de minutos. Entonces N’Zaiss pidió un poco de intimidad para poder hablar con Kirk y ordenó a sus asistentes que la vigilaran desde lejos. Kirk ordenó otro tanto a Chekov y los suyos. Después tras una pausa, N’Zaiss habó con Kirk:

-James… No me gusta que se entrometan en mi vida privada. Desde pequeña tanto L’Ran como L’Kud han sido para mí como unos padres… En su día los nombró mi padre L’Kar antes de morir con la misión de aconsejarme e instruirme hasta mi mayoría de edad. Pero ahora que la he pasado desde hace años, no sé cómo quitármelos de encima. Quiero ser más libre, Jim… Pero estoy coaccionada por ellos. No sabes cuánto me costó recurrir a la Federación para que arbitrara en nuestra pacificación y nos guiara en el camino hacia la paz.- Y tras decir esto miró por un instante las estrellas y luego al rostro, lleno de claroscuros por efecto del resplandor lunar, del almirante de la ENTERPRISE.- Kirk, la duda me come viva por dentro… No podía hacer otra cosa… Durante años mi pueblo ha sufrido mucho ¿No es hora que busquemos la paz y la felicidad para todos? Los primeros en oponerse a mi decisión fueron mis dos asistentes L’Kud y L’Ran y no digamos el clan rebelde de los Ramaq…

-N’Zaiss, -respondió con admiración James T. Kirk.- Has hecho algo único. Por primera vez, te has comportado como una persona madura. Has visto la realidad en la que vivía tu pueblo y como diría mi buen Spock “has seguido sabiamente los dictados de la Lógica”. Es algo natural, N’Zaiss. Ya va siendo hora que encuentres tu lugar en esta vida ¿no lo crees así? Olvídate de tus asistentes y sé tú misma: ¡la Gran Líder N’Zaiss! Debes ser fuerte, habrá muchos que se opongan pero deberás resistir.

-¿Cuánta gente ha muerto por culpa del poder, Kirk? Y ¿cuánta más habrá de serlo en nombre del abuso de poder?

-No, N’Zaiss, tú eres la esperanza para tu pueblo. Tú eres portadora de vida –añadió sonriendo el terrestre- Yo mismo me sorprendí y me pregunté cómo era posible que en este mundo tan paradisíaco, tan perfecto como es el tuyo, la gente no fuera feliz y el dolor existiese. Todavía no he encontrado las respuestas y quizás la única solución sea creer que todo es posible, tener paciencia y esperar: “Si lloras porque el sol se va, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”, escribió una vez un poeta de mi mundo hace siglos… y pienso que tenía mucha razón, N’Zaiss… Fíjate en el cielo, en ‘tu’ cielo… ¿Ves esa estrella roja, allí hacia el Septentrión? –añadió Kirk señalando con su índice derecho un punto luminoso bermellón. A lo que N’Zaiss asintió.- A esa estrella, en la Tierra, la llamamos Antares ¿Sabes por qué la llamamos así? Su nombre significa “lo contrario a Ares”, y Ares, en la mitología de mi mundo, era el Dios de la Guerra y de la Sangre… Pero en tu planeta, N’Zaiss, Ares, la Guerra, no debe existir. Esa estrella debe ser el Dios de la Paz… ¿no?

-Eso que has mencionado, Kirk… ¡Es tan bello! –respondió emocionada la alniyatiana- Nosotros la llamamos Nya Am-Karal, el Ojo que Todo lo Ve y ésa es la morada del Constructor, el que erigió las estatuas de los montes Za-ra-dok, las “Cariátides” que velan día y noche su regreso. “Y algún día –comenzó a recitar con voz solemne.- El Constructor volverá para reclamar su legado, sobre una carroza voladora blanca. Y reinará para siempre como Señor del Trono, en Za-ra-dok. Y con el retornará la Edad de Oro para Sha-Vor-Ta’U…”

-¿ Sha-Vor-Ta’U? –repitió con extrañeza el almirante- ¿Qué es eso?

-El mundo en el que estamos, James… Al-Niyat V si lo prefieres llamar así… Pero lo triste es ver cómo el fanático de L’Nier se ha apoderado de los Montes Za-ra-dok en nombre de Zar-kha-dum, el Constructor y lo usa para sus fines… ¡Ay, Kirk! ¿Ves por qué me lamento continuamente? ¡Enemigos, enemigos por todos lados!

-Yo estoy contigo, N’Zaiss, así que no tienes nada que temer…

La líder alniyatiana volvió a mirar las estrellas. Antares estaba en su cenit, esplendorosa, junto con las otras estrellas de su constelación. De repente, las lágrimas fluyeron por su rostro. Miró de reojo a James T. Kirk y se precipitó sobre el cuerpo del almirante. Una necesidad instintiva hizo que Kirk la abrazase contra su cuerpo. N’Zaiss hizo lo mismo y allí, a orillas del mar, bajo la égida del Ojo que Todo Lo Ve, la pasión y el amor comenzaron a derramarse sobre el Universo y sobre Al-Niyat V, tan necesitada de felicidad. Dos seres fundidos en uno solo, en una especie de mandala tántrico, en una recreación sensorial del IDIC vulcaniano. Ying y yang. Eros. Inmortalidad. Éxtasis.

Kirk suspiró profundamente; la dicha salía de él como un torbellino de fuego devorando todo resquicio de miedo y dolor. Y entonces observó a N’Zaiss, que yacía acostada sobre la fina arena. Parecía una antigua estatua griega, quizás Venus, tan frágil, tan bella y atractiva. Luego se aproximó agachándose hasta la alniyatiana, apartó sus sedosos cabellos de plata de la frente y la besó en la cara. Y N’Zaiss, abrazándole alrededor de su cuello, cerró los ojos y se abandonó con él al goce de los sentidos…

Las luminarias celestes, que formaban la geometría de las constelaciones, brillaban intensas, silentes y eran testigos mudos de un nuevo orden de cosas en esa parte de la Vía Láctea.

CUADERNO DE BITÁCORA. FECHA ESTELAR 7636.8 Turno de guardia nocturno. Spock grabando en ausencia del capitán.

“Desde hace días, la nave estelar USS ENTERPRISE está orbitando Al-Niyat V, planeta situado cerca de la Zona Neutral, en el corazón de la Constelación de Escorpio, y desde hace un tiempo, nuevo miembro de la Federación. Para asegurar la pacificación y a requerimiento de la Gran Líder de los Zubal N’Zaiss, la Federación ha enviado como observador al delegado andoriano Zandhi-Baar con la orden explícita de defender los derechos de los nuevos ciudadanos federales de Al-Niyat V de una posible intromisión romulana en este sector. A tal efecto se ha designado a la nave insignia de la Federación, la USS ENTERPRISE esta importante misión. Sin embargo, la reciente toma de los montes de Za-ra-dok por parte de L’Nier, del clan rival de los Ramaq, y presumiblemente con ayuda romulana, ha vuelto a poner en peligro el proceso de pacificación de este planeta.

El uso, asimismo, de armas romulanas supone una descarada violación de la Primera Directriz ya que el orden lógico evolutivo situaría a las armas alniyatianas en el equivalente terrestre de la época de la invención de la pólvora. De todos modos, esto no es familiar ya que algo parecido sucedió con los klingons hace años en otro planeta que visitamos en la fecha estelar 4211.4 Entonces, la Federación aprovisionó con armas a uno de los bandos de ese planeta puesto que esa vez eran los klingons los que amenazaban la seguridad de ese cuadrante de la Galaxia. Ahora la situación vuelve a darse con un planeta que además es miembro reciente de la UFP.

El capitán, el delegado Zandhi-Baar junto con algunos observadores federales terrestres llevan desde hace unos días sobre la superficie de Al-Niyat junto con la Gran Líder N’Zaiss para observar in situ las repercusiones que está teniendo la sublevación de L’Nier en los montes de Za-ra-dok. La población alniyatiana está visiblemente alterada ante la nueva situación y ya ha habido conatos de violencia entre los partidarios de la Gran Líder y las antiguas facciones Ramaq que han acatado el proceso de pacificación. Dado nuestro estatus de meros observadores nos es imposible por ahora intervenir por la fuerza en los asuntos de este planeta. Es por ello por lo que estamos a la espera de las órdenes del Almirante Nogura con la que podría ser efectiva la ayuda solicitada por la Gran Líder N’Zaiss en virtud del artículo 34 de los Estatutos de la Federación. Mientras, nos van llegando noticias sin confirmar sobre la presencia en los últimos días de contingentes romulanos en este planeta que están asesorando y apoyando con material bélico a las tropas de L’Nier…”


CUADERNO DE BITÁCORA. ANEXO.

“Sería interesante desde el punto de vista científico, estudiar el metabolismo y la fisiología protovulcaniana de los alniyatianos. Según mis conjeturas, es posible que Sargón realizara hace más de medio millón de años la colonización de este planeta. Una conclusión aparentemente lógica si tenemos en cuenta el mito que subyace en la memoria colectiva de los habitantes de este mundo acerca de los Constructores de las Cariátides, las estatuas sagradas de los montes Za-ra-dok., y que los describen como unos seres procedentes del cielo y que descienden a la tierra a bordo de unas naves voladoras de color blanco. Resulta fascinante cómo casi todos los mundos de esta Galaxia separados entre ellos muchos años-luz comparten entre sí los mismos mitos. Quizás el propio origen sargoniano que desde siempre he atribuido a los nativos de Vulcano se encuentre aquí, entre los propios alniyatianos. Asimismo, es interesante reseñar las particularidades lingüísticas de este planeta ya que cuenta con un dialecto muy parecido al vulcaniano y al romulano. Un buen ejemplo de ello es el cómo denominan los alniyatianos a su propio mundo: SHA-VOR-TA’U, un topónimo que nos lleva sin duda a asociarlo con el Vorta Vor de los romulanos y más lejanamente, con el Sha-ka-ree vulcaniano. También resultan fascinantes los prefijos con los que comienzan los nombres propios masculinos y femeninos de los habitantes de Al-Niyat, otro rasgo que me hace pensar en los patronímicos de mi mundo….”

CUADERNO DE BITÁCORA. ADDENDA.

“Según la información consultada en la biblioteca de a bordo, Al-Niyat V fue descubierta casi por casualidad en el 2224 por la expedición científica de la S.S HELVETIA comandada por el Dr. Alois Delclaux, la cual debido a la aparición de una supernova en el trayecto que les llevaba a la colonia Gamma Librae III, ordenó hacer una corrección de rumbo para evitar la destrucción de su nave. En esa nueva ruta a seguir estaba la estrella Al-Niyat que albergaba un sistema solar de 11 planetas, siendo el quinto de ellos un planeta de clase M con dos lunas y habitado por una población humanoide con un grado de desarrollo tecnológico pre-industrial. Sin embargo, el primer contacto ya lo habían establecido los romulanos unos veinte años atrás, a pesar de que este sector de la Vía Láctea le correspondía a la Federación, en virtud del Tratado de Algerón del 2160… Sin duda, la causa más lógica de esta intromisión romulana son los yacimientos de dilitio y otros extraños minerales presentes en la superficie de este planeta lo cual es una fuente estratégica de ingresos para la potencia que se adueñase de ese orbe.

Durante estos últimos 50 años, Al-Niyat ha sufrido una guerra interdinástica de cuyos devastadores efectos se está recuperando ahora. A pesar que desde hace cinco años hay firmado una especie de armisticio, pero que casi nunca se cumple, entre los Zubal y los Ramaq y desde hace dos, Al-Niyat es miembro de la UFP; sin embargo, el fantasma de la guerra parece amenazar de nuevo a este apacible planeta así como la posibilidad, ya demostrada, de una nueva invasión romulana en este sector..”


Apenas el vulcaniano hubo terminado, una voz con tono socarrón se oyó a sus espaldas:

-¡Vaya, Sr. Spock! Con que considera a los alniyatianos como especimenes de laboratorio.

El oficial científico levantó su ceja derecha y dándose la vuelta, contestó secamente:

-Así que, Dr. McCoy, me ha estado escuchando…

-Naturalmente, Spock… Me extraña que esas orejas de trasgo suyas no hayan percibido mi presencia.

-Agradezco sus elogios acerca de la capacidad auditiva de mis orejas, precisamente el que estén en punta favorece y mucho esa cualidad…

-Abuelita, qué oreja más grandes tienes… -rumió irónico el médico de la ENTERPRISE.

-¿Decía algo, doctor? –inquirió un intrigado Spock.

-No se ofenda… Es un viejo dicho terrestre. Y dígame, Spock ¿Sabe algo del capitán? Con esa jovencita sólo Dios sabe lo que puede estar pasando por ahí…

-No desde hace unas horas. La última llamada fue a las 19:00 Tiempo Universal/ 22:00 Hora Local de Alniyat V. Volverá a llamar dentro de dos horas aproximadamente. Y en lo concerniente a la “juventud” de N’Zaiss, le diré que tiene el equivalente a 36’568 de sus años terrestres. Su metabolismo es muy parecido al de los vulcanianos, es más ralentizado que el de los humanos.

-Ni me recuerde que usted es el secreto de la Eterna Juventud. –gruñó McCoy.- Spock ¿Usted cree que el capitán está sólo de negociaciones ahí abajo con N’Zaiss? Supongo que también dispondrá un poco de tiempo libre… ya me entiende, Spock, como decía aquel antiguo proverbio terrícola de finales del siglo XX: “Haciendo el amor y no la guerra”. –Dijo, mientras una sonrisa picarona se dibujaba en la comisura de sus labios.

-Dr. McCoy ¿Qué entiende por “tiempo libre”? Ésa es una definición muy pintoresca que desconozco…

-Diversión, Spock, ocio… con una chica que le guste. Vamos, ¿por qué no lo consulta Ud. en la biblioteca de la nave? ¡Ah, claro, Spock! Ud. tiene su tiempo libre cada 7 años, con el Pon Farr…(2)

-Gracias por su aclaración, aunque en Vulcano desconocemos ese concepto de “tiempo libre”. Nuestro “tiempo libre” lo empleamos en otras disciplinas más fructíferas.

-No me extraña, Spock. Ustedes se reprimen durante 7 años, luego lo sueltan todo de golpe y no hay quien les controle… ¡Ah! Ni me recuerde, Spock, que usted ha sido uno de los pacientes más asiduos que han pasado por mi enfermería. -Contestó McCoy elevando su mirada hacia el techo y bufando profundamente.

Spock ni se inmutó. Como si McCoy no estuviese, comenzó a actuar como guiado por un sexto sentido. Sentado en el sillón de mando, los dedos de su mano se movieron frenéticamente a lo largo de los botones del cuadro de mando. Después, repentinamente, se levantó y se encaminó al puesto científico que en ese momento estaba ocupado por un joven teniente junior en prácticas, de origen griego, pero nacido en la colonia de Marte, llamado Stavros Elytis.

-Bien, Sr. Elytis, ¿tiene ya las lecturas de la composición gaseosa de la superficie del planeta?

-Sí, capitán. Precisamente ahora el ordenador está recopilando los datos de la sonda geoestacionaria. Enseguida los resultados estarán en la pantalla de su ordenador.

-Pida a la computadora un análisis exhaustivo del Polo Sur de Al-Niyat V.

McCoy estaba que no salía de su asombro. Spock continuaba ahora paseándose entre la consola científica y el sillón de mando, y lo más sorprendente era que su semblante denotaba una aparente y fría tranquilidad. Por el contrario, Stavros Elytis estaba visiblemente nervioso.

Al final, el médico no pudo reprimirse y habló:

-Spock ¿Se puede saber qué demonios está pasando ahí fuera? ¿Qué significan esas idas y venidas por todo el puente? ¿Y ese cambio repentino de actitud? ¿Es que quiere que le añada el término “desdoblamiento de personalidad” a su ya largo historial médico?

-Doctor, -le dijo con tono severo el vulcaniano- le agradezco que se preocupe por mi salud. Pero lo que me parece que aquí está en juego es algo más que mi bienestar físico y espiritual. Son las vidas del capitán, la de los observadores federales y las de millones de alniyatianos.

-No le entiendo, Spock…

-Desde hace dos semanas, Dr. McCoy, venimos detectando una composición anormal de compuestos gaseosos diliti-oléicos a 35.000 metros sobre el nivel del mar en el Polo Sur de Al-Niyat V. Al principio, pensábamos que era como consecuencia de la explotación minera aquí en la superficie del planeta; algo parecido a lo que sucedía en su mundo durante la Era del Petróleo. Sin embargo, la contaminación gaseosa por esta causa era mínima. Ahora, de repente, los índices de contaminación gaseosa se han disparado en el Polo Sur mientras que en el Polo Norte se mantienen igual… Compare si no, esos dos gráficos de ahí, en la parte izquierda de la pantalla…

Los ojos azules de McCoy se fundieron con las líneas verticales y multicolores de la pantalla durante varios segundos. Sin querer, una expresión de admiración brotó de sus labios:

-¡Fascinante! ¡Cómo es posible, Spock…? –dijo mientras su cabeza se movía en dirección de la del vulcaniano.

Spock, en silencio, se limitó a levantar una ceja.

-¿Por qué está tan callado? ¿Es que no le gusta que emplee su vocabulario personal? Eso es egocentrismo, Spock.

-Doctor, déjese de teorizar conmigo y aplique una deducción lógica a lo que acaba de ver. Esas variaciones gaseosas sólo pueden ser producidas por algo o alguien situado en esa altitud.

-¿Una… nave…? –titubeó el médico.

-Correcto, doctor. Una nave… y posiblemente, una nave romulana con dispositivo de ocultación.

-Maldita sea, Spock ¡Hay que hacer algo! ¿O va a esperar a que sus primos de sangre verde les digan su “hola” particular a sus familiares?

-No sé a qué se refiere, doctor. Hay que actuar, sí, pero hemos de ser cautos y discretos para evitar poner en peligro la integridad del capitán y sobre todo la de millones de alniyatianos. Y aún hay más… Desde el último contacto con el capitán, todos los miembros de la expedición han respondido, todos menos uno: el delegado Zandhi-Baar. Por eso también le digo que hay que ser meticulosos y pacientes.

-¡Qué dialéctica más relajante la suya, Sr. Spock! Pende la espada de Damocles sobre… bueno, debajo de Al-Niyat V y encima me pide paciencia…

La estabilidad mental de Leonard H. McCoy se agotaba por momentos.


La sede de las negociaciones de paz se encontraba en Qal-be Aynud o el “Corazón del Universo” como llamaban los alniyatianos a la capital de su mundo. Situada al sur del Ecuador de Al-Niyat V, Qal-be Aynud, gozaba de un clima excepcional la mayor parte del año. Aprovechando un momento de descanso antes de la última sesión del día, Kirk y N’Zaiss paseaban por los jardines que rodeaban el edificio que albergaba las reuniones de la Federación, una rara avis arquitectónica que recordaba a las pagodas tailandesas.

Kirk vestía el nuevo traje federal blanco y gris en tanto que la Gran Líder llevaba una túnica vaporosa y ligera de delicado color sepia. Mientras, en el cielo, la estrella Nya Am-Karal fue la primera en aparecer y la brisa tropical comenzaba a impregnar la atmósfera nocturna con delicados aromas.

-Me alegra que las negociaciones estén progresando, Kirk. Es increíble que hasta hayamos conseguido una tregua indefinida por parte de los insurrectos de L’Nier ¿Sabías que los primeros peregrinos Zubal ya están viajando a los Montes de Za-ra-dok?

-¿Ves, N’Zaiss, cómo sí todo era posible? “Aunque me parece que estas negociaciones han progresado demasiado rápido –pensó para sí el almirante. Y a continuación añadió: Ahora, el siguiente paso será el ser la Gran Líder de tu pueblo y gobernar con justicia y equidad.

-Ya… Es un camino que Zandhi-Baar y tú habéis contribuido a abrir… pero cuando os vayáis ya no será lo mismo…

-Tienes dos leales consejeros, L’Kud y L’Ran, ellos sabrán asesorarte después de nuestra partida. Además, como mundo que es socio de pleno derecho de la UFP, Al-Niyat también podrá aportar al progreso y la paz en la Galaxia y viceversa… Entonces ¿qué sentido tendría estar aquí ayudándoos? –concluyó Kirk sonriendo de nuevo.

-Sí, lo sé, Jim… pero ninguno de los dos quiere que Al-Niyat sea de la Federación… Y últimamente se han mostrado muy reticentes conmigo…

-Son gajes del oficio… Pero sería también interesante que supieras escuchar a otras personas, N’Zaiss, no lo dejes en manos de esos validos… se están aprovechando de ti… -Tras una pausa, Kirk miró a la alniyatiana y cambió el tono de la conversación: N’Zaiss ¿Qué leyenda es esa del Constructor?

-¿La leyenda del Constructor? Si quieres te la recitaré al modo de los monjes Sun-Chan, los maestros con quienes la memoricé: “Cuando no existían el Antes ni el Después y el Kha-taar, la Oscuridad, lo invadía todo, Zar-kha-dum despertó de su largo Sueño que duraba mil ko-an-lar o eternidades. Vio que el Vacío lo cubría todo y su alma se llenó de tristeza. Y lloró. Pero sus lágrimas no eran de agua, sino de Luz, luz líquida que era llevada por las corrientes del Vacío que las desperdigaba por doquier. El destino quiso que la primera lágrima saliera mezclada con la sangre coagulada de tantos ko-an-lar de letargo y así nació Nya Am-Karal –Antares-. Cuando el llanto de Zar-kha-dum terminó, el Demiurgo se dio cuenta de que el Vació había desaparecido y que miríadas de puntos de luz le rodeaban. Y decidió visitar una por una esas lágrimas cristalizadas en luz y en cada una de ellas dejó una Na-Pa-Dhaam o Perla de Soplo de Vida, como recuerdo de su victoria sobre la Oscuridad. Así nacieron los mundos que pueblan el Aynud o Universo…”

Kirk estaba perplejo ¿Qué le podía sugerir el vocablo Zar-kha-dum? Esas historias de dioses, demiurgos o héroes que descendían del cielo ya las había oído en otras partes dichas por seres de otros mundos y en muchas lenguas. Y recordó entonces la historia de Sargón… ¿Eran Zar-kha-dum y Sargón el mismo personaje? Fonéticamente, los nombres sonaban parecidos al igual que la trama de la historia era terriblemente familiar al almirante de la ENTERPRISE. Y continuó dejándose llevar por la cadencia de la voz de N’Zaiss, quien seguía relatándole la leyenda:

-“… Y en varios de los mundos del Aynud floreció la Vida. De Lo Más Elemental a Lo Más Complejo. Pero vio que estaba solo y entonces de un trozo de nácar del Na-Pa-Dhaam y de la propia Luz de su Esencia creó al Oi-maa, el ser que le haría compañía, el primer humanoide conocido y lo llamó L’ni Aynud, “El Hijo del Universo”. Y le dio la inmortalidad, el secreto del Na-Pa-Dhaam. Pero el ser Oi-maa, quiso desafiar en poder a su Demiurgo y se alió con el Kha-taar, el Vacío Oscuro para destruir la creación de Zar-kha-dum, el Dios Durmiente. Entonces, el Demiurgo sumió al ser Oi-maa en un sueño cósmico de mil ko-an-lar y le arrebató la parte nacarina del Na-Pa-Dhaam y la sustituyó por tierra, el más bajo de los materiales del Aynud. Cuando el ser Oi-maa despertó, su cuerpo comenzó a disolverse quedando tan sólo una chispa de luz divina. Zar-kha-dum se entristeció de nuevo; L’Ni Aynud era demasiado perfecto pero a la vez imperfecto. Entonces recreó de nuevo a L’Ni Aynud pero de tierra, nácar de Na-Pa-Dhaam y luz. Este nuevo ser moriría pero también sería inmortal ya que dentro de sí llevaba el hálito de vida del Na-Pa-Dhaam y la chispa de luz, esencia del divino Zar-kha-dum. Y creó a la compañera del ser Oi-maa, su otro yo, y la llamó N’maa Aynud. Y ellos fueron los padres de muchos de los seres que pueblan el Aynud.

“Y así comienza la historia de Sha-Vor-Ta’U, recogidas en hojas de palma Rutaam por el primer escriba de Za-ra-dok, L’Zhoor: ‘Y a Nya Am-Karal (Antares), Zar-kha-dum regresó, la Estrella Roja mezcla de luz y sangre, y en Nya Am-Karal estableció su morada. Y la Gran Estrella se convirtió en el Ojo de Za-khar-dum. Y desde allí arrojó al azar, hacia una de las estrellas cercanas, la última de las perlas Na-Pa-Dhaam y ésta fue a caer en Sha-Vor-Ta’U, Al-Niyat V. Y quiso Zar-kha-dum ver cómo florecía la perla recién caída en su nuevo mundo y permaneció allí mil ko-an-lar y vio que este mundo era perfecto. Y decidió que sería un buen hogar para L’Ni Aynud y para N’maa Aynud, los padres de todos los seres Oi-maa que pueblan el Aynud. Y descendió con ellos desde el cielo en una resplandeciente nave blanca y se posaron en Za-ra-dok. Y permaneció con ellos hasta su muerte. Y Zar-kha-dum construyó en Za-ra-dok en su honor un cenotafio al que precedía en su entrada unas estatuas que representaban a los padres de los Oi-maa del Aynud y al primer linaje de su descendencia aquí en Sha-Vor-Ta’U.’ (Y cuenta L’Zhoor que estas estatuas cantan eternamente la gloria de Zar-kha-dum y que sólo los iniciados pueden oírlas, pero que aquel que no esté preparado y oiga los cánticos prohibidos, las Voces de Al-Niyat, se perderá para siempre en el Vacío del Kha-taar.)

“Y hecho esto, Zar-kha-dum regresó a las estrellas. Pero aseguró que volvería.

“Y ésta es la profecía del retorno de Zar-kha-dum que el escriba L’Zhoor recogió en hojas de palma Rutaam para las generaciones venideras de los Oimaa de Sha-Vor-Ta’U: ‘Y después de muchos ko-an-lar llegará un momento que el Vacío domine la luz de sus almas. Entonces, sólo entonces, el Constructor volverá para reclamar su legado, sobre una carroza voladora blanca. Y reinará para siempre como Señor del Trono, en Za-ra-dok. Y con él retornará la Edad de Oro para Sha-Vor-Ta’U”.
Y así acaba, Kirk, toda la leyenda que rodea al Constructor. -dijo N’Zaiss.

-Es preciosa.-Comentó embelesado el almirante que permanecía sentado junto a la alniyatiana.- Si Spock hubiera estado aquí hubiera dicho que era “fascinante”… A bordo del ENTERPRISE, tenemos dos historiadores Mathew Néel, un humano de la Colonia de Procyon III y Xir, un Betelgeusiano que están recogiendo conjuntamente mitos y leyendas de todos los planetas de la Galaxia; si lo deseas, N’Zaiss, puedes contarles esta leyenda que me acabas de narrar…

-No se sabe a ciencia cierta la antigüedad de la misma… Milenios… Siglos… No lo sé… Además, cada clan se atribuye para sí la parte que más le conviene. Por ejemplo, los Zubal consideramos que la parte del Retorno de Zar-kha-dum es una interpolación del texto original hechas por los Ramaq para legitimar sus pretensiones de gobierno sobre Al-Niyat Y los monjes custodios del texto, los Sun-chan, tienen todo un corpus de comentarios al párrafo referente a las Voces de Al-Niyat y tienen extraños rituales místicos con los que inician a unos cuantos neófitos para que sepan oír esos cánticos celestiales. Esos monjes me enseñaron a mi algunas de sus técnicas de meditación pero nunca las supe poner en práctica; es más, me aburrían… Ahora esos monjes Sun-Chan están del lado de L’Nier y son los que le han metido a ese fanático toda esa mitología del monte Za-ra-dok, las Voces y el retorno de Zar-kha-dum a nuestro planeta.

-Eso no es nuevo, N’Zaiss… Hace casi 300 años, en la Tierra, todavía se mataba en nombre de la fe. Mi mundo era un caos cosmológico de dioses y creencias y por ellas se moría. Pero todo cambió, porque el Oimaa de la Tierra se dio cuenta de que más allá de los nombres y los rituales subyacían unos valores comunes y eternos: tolerancia, libertad, no violencia, respeto y compasión por tu prójimo y tu entorno, saber distinguir la diversidad como elemento unificador y enriquecedor del Todo y no como obstáculos que nos separan… Cuando conocimos a otros Oimaa del Aynud, la creencia en estos valores se reforzó y el ser oimaa humano vio cómo su propia dimensión espiritual y cognoscitiva aumentaba hasta límites insospechados, y ese Universo, el Aynud, fue nuestra vía al Todo, al Zar-kha-dum terrestre.

-Los textos nuestros de Zar-kha-dum, como ves, ya hablaban de un Universo poblado de criaturas con la misma esencia que la de los alniyatianos, quizás diferentes entre ellas, pero iguales en espíritu… Si las cosas en Sha-Vor-Ta’U hubieran evolucionado de otra manera, quizás tendríamos una base filosófica más similar a la de los vulcanianos, una vía al conocimiento interior más empírica y racional y menos emocional, mágica y onírica… He hablado con gente de ese mundo, especialmente con su oficial científico y me entusiasmaron sus ideas sobre la lógica y el IDIC…

-Spock es un alma noble. -Murmuró emocionado Jim Kirk.- En mi mundo hubo monjes-guerreros y él es la parte de monje que hay en mi vida de guerrero… También los capitanes de naves estelares necesitamos oír de vez en cuando esas Voces de Sha-Vor-Ta’U y a veces, pienso de haberlas oído durante mis viajes… Una leyenda de mi mundo hablaba de algo parecido, Ulises, tal vez uno de los primeros Oimaa humanos, durante uno de sus viajes a través de los mares, llegó a un brazo de agua que separaban dos islas. A cada lado, siempre vigilantes y al acecho, dos mujeres de rasgos humanoides pero con alas de ave y cuerpo de pez, Escila y Caribdis, esperaban a los navegantes. Cuando éstos llegaban a ese estrecho, esos seres, llamados por nosotros sirenas, comenzaban a entonar unos cánticos tan bellos que hipnotizaban a eses marinos y por causa suya los barcos terminaban naufragando entre los escollos de esas islas. Pero Ulises consiguió burlar a la muerte y escuchó el canto de las Sirenas y lo consiguió haciéndose atar a lo alto del mástil de su nave y ordenando a sus hombres que se taparan los oídos con cera para que no pudieran sucumbir al canto de Escila y Caribdis y que hicieran caso omiso de sus gritos. Así, logró derrotar a las Sirenas que por vez primera no tuvieron víctimas… Sin embargo, el propio Ulises viviría con el eterno anhelo de escucharlas otra vez…

-
Una historia interesante, como la de las Cariátides de Za-ra-dok. “A veces, decía un poeta alniyatiano, la Belleza es el Espejo de la Muerte…

Sin embargo, éstas serían sus últimas palabras, y casi proféticas, de la Gran Líder de Al-Niyat V, ya que de repente algo veloz precedido por un zumbido sesgó el fresco aire del jardín. N’Zaiss se dio cuenta de que una flecha de cerbatana ramaq iba contra el corazón de James T. Kirk y con violencia apartó al almirante colocándose a modo de parapeto encima suyo. La flecha impactó en la espalda de la alniyatiana quien cayó pesadamente sobre el cuerpo del terrícola. Un aturdido Kirk se percató de que algo se movía sigilosamente detrás de la maleza. Eran unas figuras de orejas puntiagudas y tez azulada. Sin duda, eran alniyatianos.

El almirante dio la vuelta a la herida N’Zaiss; la flecha la había atravesado de parte a parte y había perforado el pulmón izquierdo de la joven Líder. Un reguero de sangre verdeazulada manchaba la delicada túnica de la alniyatiana, mancha que aumentaba al salir la sangre a borbotones con cada latido del corazón. Por lo menos, continuaba viva… Y oyó la voz, muy débil de N’Zaiss:

-¡Jim…! ¡Jim…! Esta flecha iba para ti… Es una flecha ramaq con veneno Nas-ghol… al que no sobrevive nadie… Vela por mi hermano L’Waq… Él debe continuar mi camino… Hazlo por la paz… por Zar-kha-dum… , por los Oi-maa de Sha-Vor-Ta’U…

-¡N’Zaiss…! ¡Dios mío…! –gritó con rabia e impotencia mientras la apretaba contra sí.- ¡Resiste… Te salvarás! Después la depositó blandamente en el suelo; una gran mancha azulada cubría parte del traje federal gris y albo de Kirk.

-Jim… Estaré siempre contigo… Nuestro amor durará tanto como la estrella Nya Am-Karal… Adiós…

Los ojos de la alniyatiana se cerraron para siempre. Había muerto.

Kirk estaba solo. Hizo ademán de coger su fáser pero no lo tenía a mano. En las sesiones negociadoras estaba prohibido llevar armas y todas las partes cumplían con ese requisito. Intuía, además, que los asesinos estarían ahí, al amparo de la oscuridad, acechando para intentar matarle. Intentó correr hasta el límite del jardín para buscar a Chekov o L’Kud… pero no encontró a nadie… Es más, alguien había cerrado las puertas que comunicaban el jardín con el interior del edificio y había convertido aquel espacio en una ratonera. Era una especie de verja negra rematada en puntas afiladas. La única alternativa posible era saltarla para acceder al comunicador de emergencia que había dentro de la Sala de Juntas… Así, sin pensárselo dos veces, el almirante de la USS ENTERPRISE saltó ágilmente la verja. Se acordaba todavía de los tiempos de la Academia cuando tenía que saltar obstáculos parecidos. Todo parecía ir bien hasta cuando oyó un zumbido que pasó rozando arriba de su hombro izquierdo. Otra flecha ramaq… Ya faltaba poco para superar la verja, sin embargo, otros zumbidos, casi instantáneos, siguieron al primero y éstos si hicieron diana en Kirk. Un fortísimo grito salió de su garganta… Dos flechas ramaq de color azul habían atravesado el antebrazo y el hombro izquierdo del almirante. Dos regueros de sangre manaban de las dos heridas y confluían en una mancha vertical que mojaba toda la manga de su traje. EL dolor era insoportable y al poco rato sintió cómo se le iba entumeciendo el brazo. Los sentidos se le escapaban a su control.

A duras penas consiguió cruzar la verja pero el precio fue alto: en la caída se hizo una torcedura en el pie derecho… Corrió como pudo cual un desesperado hacia la sala donde estaba el comunicador de emergencia y abrió rápido un canal:

-¡ENTERPRISE! ¿Me reciben?¡Aquí Kirk! ¿ENTERPRISE? –gritó desesperado- ¡Maldición!

Nada. Sólo interferencias. Kirk probó con otros canales sin éxito y lo intentó una enésima vez:

¿ENTERPRISE? ¡Al habla Kirk! ¡Respondan!

Una voz familiar le respondió. Kirk respiró profundamente, aliviado… Era su primer oficial:

-¡Aquí Spock! ¿Almirante?

-Sí, Spock. Soy yo… ¡Rápido, dígale al Dr. McCoy que vaya preparando un equipo de emergencias para ser trasportado a estas coordenadas… Nos han atacado unos alniyatianos ramaq con flechas emponzoñadas… No sé si N’Zaiss está muerta. A mi también me han dado, Spock, aunque mis heridas no revisten gravedad… Ella está peor que yo… Que le acompañe un grupo de seguridad de al menos una docena de hombres… Hay aquí cuatro o cinco que están intentando darme caza… Desee prisa, Spock…

-¡Enseguida, Jim! ¿Qué le ha pasado? ¡Intente aguantar! –le animó Spock.-Ya van de camino…

-¡Rápido, fijo la señal para que nos localicen…!

Pero otra voz que no le resultaba tan familiar le interrumpió la frase de manera brusca y agresiva:

-¡Quite las manos de ese comunicador, almirante, y póngalas en alto!

Kirk obedeció. El dolor al levantar el brazo izquierdo le embargó por todos lados… Todavía tenía las flechas clavadas en el hombro y antebrazos…

Continuará...


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Referencias:
1 .- Dilitio: Mineral con múltiples utilidades, principalmente son usados para controlar el flujo de combinación de materia-antimateria. La colisión de un chorro de materia con otro de antimateria en un cristal de dilitio genera un plasma que sirve de fuente de energía para los motores Warp que permiten a las naves estelares viajar más rápido que la luz.
2 .- Pon-Farr: Término Vulcano que indica el tiempo de buscar pareja. Aunque los Vulcanos viven bajo los estrictos códigos dictados de la lógica, su civilización entra en el Pon-Farr cada 7 años de su edad adulta. Durante este período, interrumpen su alimentación y sueño si no se les permite regresar a casa a tomar pareja. Las mismas están elegidas desde el nacimiento. En caso de haber dos pretendientes, se apela al Koo-Ut-Kal-It-Fe, donde se debe elegir: matrimonio o reto. Este ritual se denomina Rupture en las mujeres.

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