Los Vengadores nº10

Título: ¡¡Jefes!!
Autor: Lobo Rojo
Portada: Rafael Gónzalez
Publicado en: Marzo 2007

El Caballero Negro intenta sacar adelante al grupo tras los últimos acontecimientos, tenemos de vuelta a Ojo de Halcón, y de invitados especiales a la Viuda Negra y el Capitán América. Además un viejo y olvidado enemigo regresa a la sombra del Crepúsculo ....
Y llegó un día en el que los héroes más poderosos de la Tierra se unieron contra el enemigo común...¡Aquél día nacieron los Vengadores!... Para combatir aquellas amenazas que ningún superhéroe podría derrotar en solitario.
Creado por Stan Lee y Jack Kirby

En el interior de la Mansión de los Vengadores, en un laboratorio transformado en habitación de hospital, Frank y Maria Rambeau se consuelan mutuamente mientras observan el cuerpo inmóvil de su hija Monica, la vengadora llamada Fotón. Todavía no pueden creer que ella, su niña, tan vital y despierta yazca inerme, sin movimiento.

Absortos en su dolor, los acongojados padres apenas notan que la puerta tras ellos se abre ante una atlética figura enmascarada, para cerrarse tras su paso.

El recién llegado observa la situación con compasión. Nota como las lecturas de los monitores indican encefalograma plano en el vengador caído. Recuerda los camaradas perdidos a lo largo de su vida, y tras permanecer unos segundos en respetuoso silencio por fin se atreve a hablar.

- Mrs. Rambeau... Mr. Rambeau...

La pareja se percata entonces de que no está sola. Sus vidriosos ojos se abren con asombro al ver la gallarda figura que se halla ante ellos. El enmascarado siguió hablando.

- Sé que no hay palabras que sirvan para mitigar su dolor. Solo quiero ofrecerles mi apoyo incondicional y pedirles que no pierdan la esperanza. Monica es una luchadora, y estoy seguro de que los Vengadores van a poner todos los medios que tienen a su alcance para devolverle la salud lo antes posible.

Al escuchar estas palabras de aliento, las lágrimas inundaron el rostro de la compungida madre. Por su parte, Frank Rambeau solo pudo expresarse con un fino hilo de voz...

- ¡Gra...gracias, Capitán América!

La leyenda viviente de la 2ª Guerra Mundial puso sus brazos sobre los hombros de la pareja y esbozando una sonrisa de simpatía permaneció en silencio junto a ellos durante unos minutos.


Hace apenas unos días los Vengadores se enfrentaron en las calles de Nueva York al criminal conocido como Veneno [1] . El resultado no fue muy favorable para los Héroes más Poderosos de la Tierra. Hoy, su líder el Caballero Negro repasa las imágenes de la batalla en la pantalla visora de su gabinete de trabajo.


- ¡Un desastre!, ¿Para esto reformé los Vengadores? – Exclamó indignado Dane Whitman. – No puedo verlo otra vez. – Pulsó el mando a distancia y la pantalla se apagó. Se levantó y se dirigió hacia la enfermería.

Mientras bajaba en el ascensor pensó en el terrible golpe moral que había supuesto para sus compañeros el estado en que Fotón se encontraba. Desde hacía una semana Monica Rambeau yacía en coma sin que nadie, ni médico, ni científico, dentro o fuera del grupo, pudiera aportar una solución a su estado.

Whitman salió del ascensor para darse de bruces con el mayordomo Edwin Jarvis y la doctora Jane Foster, médico de cabecera del equipo. La vista de la doctora recordó al Caballero otro de los asuntos de los que no tenía ninguna pista. La desaparición de Hércules.

- Doctora Foster... – Saludó Whitman.

- Acompañaba a la doctora a su despacho, señor Caballero. Aunque me ha dado los partes sobre los diversos heridos, ambos opinamos que, por cortesía, un informe directo al presidente de los Vengadores sería más apropiado.

- Gracias a ambos. – Contestó agradecido y aliviado. Lo último que necesitaba era que el personal de mantenimiento comenzase a ignorarle.

- ¡Eh, Nottingham! - Interrumpió una voz, que aunque no fuese sonora y familiar de por sí, era reconocible. Solo Ojo de Halcón el arquero llamaba al actual líder de los vengadores aludiendo al eterno rival de Robin Hood.

- Ojo de Halcón, ¿Qué deseas? ¿Qué tal tu brazo?

- Mi brazo bien, la doctora ya me ha dado el alta. – Dijo exhibiendo una sonrisa agradecida a Jane Foster – Quería hablar contigo, es sobre mi provisión de flechas...

Jarvis le interrumpió.

-Ya me he ocupado yo, señor Ojo de Halcón. Esta misma mañana he vuelto a llamar a los responsables de su producción en la Fundación María Stark y he manifestado nuestra queja e indignación ante el retraso en la entrega que el último pedido que realizamos está sufriendo. Si quiere que vuelva a llamar...

- Sería conveniente, no puedo ir a salvar el universo disparando solo astillas afiladas... Un par de flechas sónicas, incendiarias, o de ácido hubieran venido bien contra Veneno.

- Jarvis, Ojo de Halcón, - les dijo el líder de los Vengadores - ¿Por qué no volvéis a insistir con los proveedores mientras la doctora Foster me da los partes médicos?

El arquero y el mayordomo se alejaron charlando por el pasillo,

- ¿Señor, he de asumir que ha vuelto de nuevo a las filas de los Vengadores?

- No, Jarv, estoy solo de visita. Diablos, en realidad solo vine a por flechas cuando la emergencia de Veneno sonó...


En la profundidad del espacio exterior, a incontables kilómetros de la tierra una figura humana se mueve entre las estrellas rodeado de un halo dorado que le permite respirar y sobrevivir a las heladas condiciones del vacío exterior. Su nombre terrestre es Wendell Vaughn, pero es conocido universalmente como Quasar, el Protector del Universo.

Hoy, mientras vuela en dirección a un objetivo determinado, su mente lucha por contener la pena que invade su corazón. Mientras su trayectoria devora miles de kilómetros por segundo, recuerda su charla con el líder de los Vengadores escasas horas antes.

- La semana pasada los Sh´Iar y los Baadon... Otro día serán los Kree, o los Skrulls... o vete a saber que especie ¿Por qué siempre tenemos que acabar litigando con razas de otra galaxia?

- ¿Qué es lo que te preocupa, Dane? – preguntó Quasar.

- No tenemos jurisdicción... ni aliados, fuera de nuestra biosfera. Cada vez que un grupo de aliens viene a la tierra en son de guerra, nos valemos por nosotros mismos para rechazarles. No importa si además amenazan al resto del universo. Ahora, si un terrestre adquiere poderes que parecen poner a otras razas en peligro, rápidamente multitud de seres de razas, credos y colores se unen para condenar a la bola de barro en la que vivimos. Han arrasado nuestro satélite vigía... No se, - Dijo frotándose la barbilla - Creo que deberíamos comenzar a reaccionar.

- ¿Qué sugieres?

- Deberíamos intentar establecer alianzas con otras razas, la tierra no puede estar sujeta continuamente a los designios de un Concilio Intergaláctico cuando es considerada una amenaza y en cambio ser ignorada cuando está en peligro...

- Necesitaríamos un embajador. Alguien que nos representara y abriera camino...-

- ¡Exacto! Había pensado que tal vez tú...

- ¿Yo? Hay otros Vengadores más capacitados, Dane. – Contestó Wendell azorado –Seguramente Starfox, puede que incluso Dragón Lunar, tienen más experiencia...

- Ambos han vivido fuera de la tierra más de la mitad de sus vidas. Además sus poderes mentales levantarían suspicacias. Nos tiene que representar alguien que conozca la tierra, y que además inspire confianza. Tu reputación de Protector del Universo te convierte en el más indicado para la tarea.

- Pero... Aquí soy necesario.

- Por supuesto Wendell, eres uno de los Vengadores más válidos, pero a la larga esta misión podría ser vital. Los Vengadores siempre nos las hemos arreglado para sobrevivir en circunstancias peores que en las que nos hallamos ahora.


El primer héroe vuela patrullando sobre la ciudad, su capa roja se agita ante el viento, y los neoyorquinos le señalan asombrados desde el suelo. No pueden creer que sea de verdad. Ante su presencia dos hombres mayores comentan con simpatía.

- Debe ser el anuncio de su próxima película, ¿No crees Stan? No puede ser real...- Dijo el hombre del puro.

- Desde luego que no es real, Jack, sino, lo hubiéramos hecho nosotros. – contestó el de gafas y bigote. – Es más como lo que nos contaban Jerry y Joe, aquel personaje, como se llamaba...

El sonido de una potente explosión a varias manzanas de allí interrumpió su conversación. En las alturas, la figura de rojo y azul cambió la trayectoria de su vuelo y se dirigió hacia el lugar del estallido. Aterrizó con firmeza y seguridad, impregnado del halo de confianza que solo desprenden los mitos vivientes. El escaparate de la sucursal bancaria ante él estaba hecho añicos. Solo le bastó una mirada a su interior para percatarse de que los cuerpos de los guardias jurados del local yacían en el suelo inconscientes mientras finos hilos de humo, probablemente gas, se evadía por el escaparate roto. Avanzó con determinación para encontrarse con media docena de enmascarados que abandonaban el lugar cargando con un sustancioso botín distribuido en pesadas sacas. Los bandidos le observaron escépticos.

- ¡Ja! De todos los payasos disfrazados que pululan por esta ciudad, nos encontramos de cara con el que menos miedo nos podría dar. Este tipo no existe. – Dijo uno.

- ¿E... estás seguro? - Contestó otro – Ultimamente he oído cosas.

- Comprobémoslo. Si existe será a prueba de balas. – y con toda la frialdad de un asesino profesional el ladrón enmascarado apuntó a bocajarro al héroe que avanzaba hacia ellos y apretó el gatillo. - ¡BLAM! – Los ojos del atracador se abrieron asombrados al ver al héroe indemne. El puño de la figura de azul fue lo último que vio antes de perder la consciencia. Uno a uno, sus compañeros cayeron junto a él, todos excepto uno.

- Bien héroe, te crees muy grande, pero eso es por que todavía no te has enfrentado a mi. - dijo una voz detrás de el hombre de azul.

Pese a su rapidez, el bienhechor fue incapaz de esquivar la embestida de su enemigo. Sintió un golpe seco en la espalda que le hizo perder el equilibrio y le levantó del suelo, su capa fue atravesada por dos objetos afilados al tiempo que su ropa era rasgada y su carne era arañada por estos. Sin poder mirar atrás, sabía que había sido embestido y ensartado por alguien con cabeza cornuda, pensó en los demonios y los minotauros a los que se había enfrentado antaño, pero antes de que pudiera reaccionar, su enemigo, con un simple giro del cuello, le arrojó diez metros al otro lado de la calle. Se incorporó con rapidez preparándose para una segunda embestida, pero su oponente permaneció en pie ante él, sin moverse. Era un hombre vestido con una pesada armadura, probablemente la fuente de su poder, que, como ya había adivinado, y sentido, vestía en su cabeza un casco que evocaba la forma de toro.

- ¿Qué me dices ahora, héroe? - gritó el villano desafiante – ¡Pareces muy poderoso y sin embargo no eres nada ante el poder de Tauro! - Y las puntas de los pitones de su casco comenzaron a brillar.

El héroe voló hacia el villano, pero a una orden mental de este, la cornamenta emitió sendas descargas de energía que, fusionadas en un rayo más poderoso, alcanzaron al bienhechor, frustrando su vuelo y quemando su piel. La figura de azul cayó al suelo de nuevo, esta vez más aturdida.

- ¡Nadie puede resistir el poder estelar del Zodiaco! – Vociferó el hombre llamado Tauro ante la multitud de transeúntes curiosos que se habían ido agolpando a su alrededor. Y a una señal suya, un sofisticado ciclomotor, con cornamenta al frente y símbolos de su casa del zodiaco en los laterales, llegó hasta él. Sin apenas esfuerzo, Tauro cogió tres de las pesadas sacas con dinero, montó en su vehículo y despreciando a sus caídos esbirros, escupió sobre la capa roja del héroe caído, para, a continuación, abandonar el lugar sin que las autoridades pudiesen seguir su rastro.

En un par de minutos, el héroe se levantó tambaleándose, su piel ya se estaba regenerando, emprendió el vuelo en persecución del villano, pero no halló ni rastro.


Sobre las aguas del Océano Atlántico flota protegida por los más modernos sistemas de camuflaje la nave fortaleza voladora, Potemkim V, cuartel general ambulante del grupo de hombres sin patria soviéticos que forma parte de la organización conocida como el KOLJOS. Desde su sala de guerra el general Yuri Brevlov supervisa las operaciones que sus agentes están realizando.

“Informe del Agente Dínamo desde Eslorenia:

A espaldas de la Comunidad Europea, el Agente Dínamo y un equipo de agentes están inspeccionando el terreno en busca de posibles vestigios de la tecnología de Brigada Negra, guardián de Eslorenia, a quien Ultrón destruyó cuando el megalomanico robot aniquiló a toda la población [2].

Horrorizado ante el recuerdo de la masacre, Brevlov se pregunta si la República de Eslorenia hubiera resistido mejor el ataque de haber continuado perteneciendo a la URSS. Quiere creer que sí.“

“Informe del coronel Anskar:

El grupo de agentes bajo mi mando logró infiltrarse en la multinacional ROXXON OIL y eliminar toda traza de los diseños robóticos del doctor Kort. Lamentablemente, aunque el propio Kort activó y controló el único prototipo existente del robot, este fue destruido en un enfrentamiento con el Increíble Hulk y el enmascarado nativoamericano llamado Lobo Rojo.

No hay informe del doctor Kort sobre este asunto, pensó Brevlov. Era extraño, Karl Kort siempre ha sido un hombre meticuloso. A excepción del grave error que truncó su carrera de espía. ¿Podría ser que su reencuentro con Hulk abriese viejas heridas? [3] Brevlov apuntó en su agenda la necesidad de hablar personalmente con Kort y realizarle una evaluación sicológica”.

“Informe del Camarada Guardián:

Sin noticias. Actual misión en marcha. Petición de silencio absoluto."

Frunció el ceño. Recordó que había ordenado al equipo de Albertovitch que esperase el mejor momento antes de dar el paso definitivo para conseguir su objetivo. Parece que alguien había determinado que ahora la situación era propicia. Sólo podía esperar.


En el despacho del líder de los Vengadores, la doctora Foster terminaba su informe...

- ...y Fotón permanece estable, su constantes vitales funcionan perfectamente, es su mente la que no responde. Actividad cerebral cero. Por último, los pacientes Arthur Parks y Miguel Santos. Ambos están físicamente bien de salud.

- ¿Y sus poderes? – Preguntó Whitman.

- Me temo que eso queda lejos de mis competencias como doctora, Caballero. – contestó ella. - Soy médico, pero en la facultad de medicina no estudiamos la fisiología de seres capaces de acceder a determinadas formas de energía. Terminado el examen físico pertinente les envíe al laboratorio del Doctor Pym.

- Bien, gracias, doctora Foster. – Whitman notó la presencia de alguien al otro lado de la puerta entornada.

- Doctora Foster, Caballero... – La atlética figura del Capitán América estaba en el dintel de la puerta del gabinete de Whitman.

- ¡Capitán América! – exclamó Jane Foster.

- ¿Puedo pasar señor presidente? – Preguntó educadamente el legendario héroe de la segunda Guerra Mundial. – Sólo quería interesarme por el estado de los heridos.

- Capi, por favor... – Dijo el Caballero al tiempo que le invitaba a pasar con la mano. Mientras Jane Foster informaba al Capitán América, Dane Whitman observó al líder más efectivo de los Vengadores. Se preguntaba que pensaría Rogers de su mandato, su equipo parecía estar cada vez más disperso.


Miguel Santos se concentró con intensidad. – ¡Unnnh! – Pero solo un gemido aislado salió de su garganta. Al otro lado de la mampara de observación dos de sus compañeros vengadores le observaban con interés.

- Nada – Indicó Chaqueta Amarilla .– Ni una pequeña chispa. – Dijo mirando a la Visión.

- Curioso – Contestó el sintozoide – Parece que su corta estancia cautivo de los Baadon ha segado la relación del Rayo Viviente con el campo eléctrico al que antes conectaba para convocar sus energías. ¿Un efecto psicológico de su cautiverio? ¿o físico?

- No lo sé, Visión. Necesitaríamos realizar un estudio más detallado... Y ahora no tenemos tiempo... - Contestó Pym intercambiando una mirada de complicidad. – Ya sabes...

- Doctor Pym, me temo que ahora no es el momento – Contestó la Visión al percatarse de que Miguel Santos, envuelto en un albornoz, venía hacia ellos.

- ¿Y bien, doctor Pym? ¿Qué me ocurre?

- Verás Miguel, nada grave... Estás completamente sano. Es solo que parece que has perdido tus poderes. O al menos la capacidad de acceder al campo eléctrico del que los extraes.

- Y eso... – dijo pensativo - ¿Es temporal, o será permanente?

- Comentaba con la Visión que con tiempo podríamos realizar más pruebas, y lo haremos, no te quepa duda, pero ahora mismo nos hallamos inmersos en una serie de experimentos que no admiten demora. El estado de Fotón y otros asuntos...

- Me encuentro bien, Hank, como hace mucho tiempo que no me encontraba. Si tenéis prioridades puedo esperar. Además... tengo exámenes inmediatos. Puedo estudiar durante la espera.

- De todas maneras no dudes en avisarnos si notas algo extraño. –sonrió Pym mientras le acompañaba a la puerta del laboratorio. Tras despedir al vengador hispano, regresó al interior del laboratorio y procedió a cerrar los accesos herméticamente.

- Acabo de sellar el laboratorio herméticamente, nada podrá entrar ni salir de aquí hasta el amanecer. Del mismo modo los Firewall más sofisticados impiden que cualquier información de nuestras computadoras pueda propagarse al exterior. Estamos completamente aislados para llevar a cabo nuestra operación.

- ¿Podemos proceder, Henry?

- Dame unos segundos y comenzaremos, Visión... – Henry Pym accionó un interruptor y un panel del laboratorio se deslizó para dejar a la vista del vengador artificial la reluciente figura de...

- ¿Iron Man?

- Di más bien una de sus armaduras, Visión. – Comentó Pym mientras rociaba con un spray la dorada y roja armadura. – Los asuntos personales de Tony le mantienen demasiado ocupado actualmente para colaborar con nosotros, sin embargo me ha confiado esta armadura para casos de emergencia...

- ¿La vestirás? – Pregunto con curiosidad impropia el sintozoide.

- No, no es mi estilo. – Puso sus manos sobre el metal del traje, y este comenzó a disminuir de tamaño. – Lo llevaré conmigo, y en casos de emergencia, Stark vía satélite siempre podrá tomar control del traje y unirse a nosotros. – Con delicadeza, Pym colocó la diminuta armadura vacía en una cápsula que guardó en su cinturón.

- ¡Et voila! Ya podemos comenzar a trabajar en nuestros asuntos, Visión.

Y ambos Vengadores comenzaron a operar sobre las máquinas del laboratorio.

Imperceptible para los dos héroes, desde el rincón opuesto del laboratorio la diminuta figura alada de Janet Van Dyne les observaba trabajar intrigada.


En Washington D.C., bajo el edificio donde residen las oficinas administrativas del Comité para Actividades Superhumanas se extienden kilómetros cuadrados de galerías y búnkers donde el gobierno atesora sus más preciados secretos. Uno de ellos, calificado como de Alto Secreto y Máxima Seguridad contiene un pequeño arsenal en el que se conservan muestras de la tecnología confiscada a los más variados supervillanos que han amenazado la nación. Hoy, el agente Henry Peter Gyrich, acompañado de dos oficiales de seguridad y dos técnicos especializados, terminaba de dar el visto bueno al inventario.

- Bien, veo que todo está correcto. – Dijo con su habitual tono grave mientras firmaba los formularios. Los responsables del búnker respiraron tranquilos.

Fue entonces cuando las puertas del ascensor del final del pasillo se abrieron. De su interior salieron tres hombres con paso decidido. El primero de ellos, vestido de militar, ostentaba los galones de teniente, los otros dos, vestían la armadura esmeralda de los Guardias, el personal destinado a la vigilancia y custodia de criminales con poderes sobrehumanos. El teniente saludó militarmente con aire marcial, al tiempo que se cuadraba.

- ¡Agente Gyrich! ¡Se presenta el teniente Wayne!

- ¿Qué diablos? ¡Esta es una zona de alta seguridad! ¿Cómo han accedido hasta aquí?

- Tenemos órdenes señor. Hemos venido a recoger cierto material. – dijo mientras tendía sus acreditaciones y sus permisos al celoso agente.

Gyrich observó la documentación. Un joven militar de carrera impecable, unas órdenes para hacerse cargo de determinado arsenal bajo su responsabilidad. Todo parecía correcto, sin embargo, no había llegado hasta donde había llegado fiándose del primer documento que le entregaban.

- Nadie me dijo nada. – Dijo levantando la mirada de los papeles - Lo que equivale a que nada puede salir de aquí hasta que haya hecho las comprobaciones pertinentes. Y después... – Sonrió - las comprobaciones pertinentes sobre las comprobaciones pertinentes. Así que vuelvan al ascensor y esperen en la zona de invitados, mientras confirmo sus referencias.

- Sí señor. - Wayne sonrió amablemente, y miró con franqueza a los ojos detrás de las gafas de sol. Tras saludar, él y sus dos hombres regresaron al ascensor seguidos por la suspicaz mirada de Gyrich.


- ¡Bien, Steve, di lo que piensas! – Dijo Whitman cuando la doctora Foster abandonó el gabinete. – La he cagado...

- Calma Dane, reconozco que las cosas no han salido todo lo bien que podíamos esperar.

- El doctor Harkov murió...

- Lamentablemente. Pero hicisteis todo lo que pudisteis, y ahora no tiene remedio. No había manera de que pudierais saber que él era el objetivo de los Baadon. Mira Dane, como líder de los Vengadores no debes dejarte llevar por la autocompasión o el sentimiento de culpabilidad, has de centrarte en lo que todavía puedes hacer. Monica está viva, y no dudo que los Vengadores harán todo lo posible por restablecer su salud. Tienes a los mejores especialistas trabajando en ello. La idea de enviar a Wendell en misión diplomática al espacio exterior se nos tenía que haber ocurrido a los Vengadores hace ya tiempo tras nuestras primeras experiencias galácticas, pero has sido tú el que ha tomado la decisión...

- Hércules ha desaparecido... Sin pistas.

- Lo encontraréis... – dijo con una sonrisa - ¿Dime, qué medidas has tomado para buscarle?

- Contacté con Natalia Romanovaf. Está investigando todas las posibilidades.

- ¿La Viuda Negra? - Pese a su predisposición afable, el Capitán América no pudo ocultar un gesto de contrariedad.


El Protector del Universo continuaba su ruta entre las estrellas impertérrito ante la inconmensurable belleza del paisaje estelar que atravesaba. Su mente retrocedió a sus últimas semanas en la tierra. Recordó como tras reincorporarse a los Vengadores, en una visita a su pueblo natal de Oakland, se reencontró con su antiguo amor de juventud, Veronica Gruenwald [4] . Tras varias citas la llama se reavivó. Hace dos días, mientras cenaban...

- Oh, Wendell soy tan feliz. Es casi lo que había deseado.

- Bueno, no creo que nunca imaginases que tu novio del instituto sería un Vengador.

- Sabía que serías un héroe. Siempre fuiste una buena persona con una tendencia enfermiza a ayudar a los demás. Te imaginaba como, policía o bombero, Super-héroe y Protector del Universo es solo un paso más en el escalafón.

Se miraron a los ojos radiantes de felicidad. Durante los últimos días la conexión entre ambos había sido envidiable, parecían hechos el uno para el otro. Durante el resto de la velada hablaron y se rieron, vaciaron sus corazones, compartieron confidencias, se besaron... Con las primeras luces del amanecer ella le dijo.

- Cásate conmigo.

Se sonrojó. No supo que decir. Consideraba que su vida aventurera era un handicap para establecer una relación duradera, y sin embargo, si había una mujer en el universo con la que compartir su vida era aquella que tenía ante él. Finalmente habló...

- Bromeas... ¿verdad?

- No. Lo digo muy en serio. Toda la vida soñé con compartir mi vida con otra persona, establecerme, formar una familia, tener niños... En el instituto fantasee contigo. Ahora... – le cogió suavemente de la mano - ... ahora no eres una fantasía, eres una realidad.

“Tener niños” la dulce voz de Veronica Gruenwald todavía resonaba en la mente del Protector del Universo. La lágrimas empañaron sus ojos y marcaron un surco sobre sus mejillas.


- ¡Natalia, cómo me alegro de verte! – Dijo el arquero mientras abrazaba efusivamente a la bella exespía soviética.

El achuchón de su antiguo novio recordó a la Viuda Negra otros tiempos, cuando ambos eran amantes y forajidos.

- Hola Clint, - dijo contestando con cariño al saludo – No esperaba encontrarte aquí. Me alegro de verte.

- Dane me dijo que estabas investigando la desaparición de Hércules. Alguna noticia...

La Viuda Negra se mordió el labio inferior, miró profundamente a los ojos de su antiguo amante, y contestó.

- Me temo que nada. Iba ahora a informar a Dane.

- Permíteme que te acompañe hasta su despacho. – Contestó el arquero ofreciendo su brazo galantemente.

En el gabinete del líder de los Vengadores, la voz del Capitán América aconsejaba al Caballero Negro

-...sin lugar a dudas la Viuda Negra es la mejor espía de este planeta, sin embargo, por lo que me has comentado, la desaparición de Hércules está relacionada con Loki, el hermanastro de Thor, y eso queda más allá de las capacidades de Natalia, deberías haber contactado con el Doctor Extraño, o, por supuesto, con Thor, ¿sabemos algo de él?...

Mientras escuchaba a la Leyenda de la 2ª Guerra Mundial, Dane Whitman se acarició el mentón pensativo. De alguna manera sabía que cuando contactó con Natalia para encargarle la búsqueda de Hércules, la idea le pareció lógica... Sin embargo ahora, las palabras de Steve Rogers le hacían darse cuenta de que había enfocado mal el asunto. ¿Por qué? [5] . La voz del Capitán América le devolvió a la realidad.

- ¿Dane? Preguntaba si querías que convocase a Druida...

"Convocar a Druida... Fue útil en Eslorenia, pero su presencia molestaba a sus compañeros [6]" . - Pensó Dane, - "Sin embargo con Wanda desaparecida, era el único místico que tenían a su alcance. A no ser que Stephen Extraño estuviese disponible. Casi lo preferiría."

En ese mismo instante la Viuda Negra y el arquero llegaron a la habitación...

- ¿Das tu permiso intrépido líder? – Bromeó Ojo de Halcón, mientras dejaba pasar a la esbelta exespía rusa por la puerta ante él.


Arhur Parks llevó el vaso de agua a su boca y saboreó la frescura del líquido cristalino. Disfrutó de la sensación de apreciar la bebida recorriendo su garganta y descendiendo hacia su estómago. Detrás de él, el mayordomo Jarvis depositó en una mesita cercana una bandeja con la jarra, las vitaminas y unos aperitivos.

- ¡Ahhh, que delicia...! – Exclamó el antiguo Láser Viviente, mientras se estiraba y palpaba su propio cuerpo desde los pectorales hasta los genitales.

- ¡Ejem! – Carraspeó el discreto sirviente.

- ¡Oh! Jarvis, disculpa, años transformado en una forma de energía inmaterial me han hecho olvidar algunas reglas elementales de decoro.

- No importa señor Parks, lo comprendo, si no me necesita continuaré con mis deberes en otro lugar de la mansión.

- Esta bien, Jarv. Pero no te vayas muy lejos. Mi estómago gruñe con ganas de volver a probar algo más de tus suculentas comidas.

Jarvis abandonó la habitación que los Vengadores habían puesto a disposición del convaleciente Arthur Parks. Una vez en el pasillo comprobó que los sensores de seguridad estaban calibrados para avisar de los movimientos del antiguo villano, y de cualquier manifestación de energía que pudiese desatarse a su alrededor. El rostro del mayordomo se entristeció al pensar en la situación de Monica Rambeau, su gesto se endureció al pensar que Parks era en parte culpable de su situación.

- Es duro, ¿verdad, Jarvis? – El mayordomo reconoció la suave voz de Bonita Juárez, Ave de Fuego, que estaba de pie al final del pasillo.

- Miss Ave de Fuego, no comprendo...

- Debe ser difícil, lo es incluso para mi conciencia cristiana, tener que atender y cuidar a la persona culpable del dolor de uno de los tuyos...

- Desde luego, ésta no es precisamente una de las tareas más agradables que he acometido como mayordomo de los Vengadores. Pero la señorita Fotón arriesgó su salud por salvar la vida de este... este villano. Como vengadora, hizo lo que tenía que hacer. Yo... no puedo ser menos, y he de cumplir con mi deber más allá de mis sentimientos personales.

- Eres un hombre admirable Jarvis. – Dijo ella poniéndole la mano sobre el hombro.


Hace unas semanas

Sobre los tejados de Manhattan, Cyrus Black [7] corría por su vida. El sudor, mezclado con lágrimas, regaba su cara. Las cosas no podían haber salido tan mal. Recordaba como hace unas horas dirigía su culto de acólitos en una ceremonia mística. La muchacha virgen yacía desnuda sobre el pentagrama invertido, su afilado cuchillo rajó el vientre de la joven y un reguero de sangre borboteante fluyó por los canalillos que componían el pentagrama. La sala estaba sellada y sin embargo una pequeña brisa comenzó a circular transformándose primero en viento y luego en torbellino. Las velas que iluminaban la estancia se apagaron, y sin embargo un punto luminoso impidió que la oscuridad cubriese la habitación. Una brecha dimensional se había abierto y a través de ella penetraba el rayo de luz. Poco a poco la luz se fue expandiendo a medida que el portal se abría para dar paso a una musculosa figura humana. Un hombre desnudo atravesó la habitación y se situó en el centro de ella. Contempló el cadáver de la chica en el suelo. Miró a los acólitos alrededor y en un violento ataque de furia agarró a dos de ellos por sus túnicas y los atrajo hasta él. Entonces quebró los huesos de sus cuellos y sonrió. El portal por el que había venido se cerró. Se hizo la oscuridad seguida de gritos de dolor. Cuando uno de los acólitos logró encender una antorcha, había más cadáveres a los pies del recién llegado. Blandiendo sus dagas los acólitos restantes atacaron al hombre desnudo como si tuvieran una posibilidad. Cyrus Black no lo dudó y abandonó el lugar. Ahora estaba a unas escasas dos manzanas del santuario del Doctor Extraño, su odiado enemigo, y puede que su única salvación. Paró a tomar aliento, se concentró y con esfuerzo cruzó levitando hasta el tejado cercano. Había despistado a su perseguidor. O eso creía. Avanzó con cautela por la azotea. De improviso un poderoso brazo le agarró del cuello y le levantó en vilo, el hombre desnudo estaba ahí, sonriendo cruelmente. Sin soltarle el cuello acercó su cabeza a sus labios y le cuchicheó en el oído.

- El hombre reina donde antaño reinaron Ellos, pero pronto Ellos reinaran donde ahora reina el hombre. Tras el invierno viene el verano, y tras el verano viene el invierno... esperan pacientes y confiados pues saben que volverán a reinar sobre la Tierra.

- ¡No... no me hagas daño! – suplicó el místico – ¡Yo te traje en nombre de Ellos! ¡Yo te liberé!

- Y así, Ellos me lo ordenan. – Y con un repentino giro de su brazo el hombre musculoso arrojó al debilitado místico por encima del borde de la azotea hacia la calle. El cuerpo de Cyrus Black impactó contra el asfalto sin que sus poderes pudieran hacer nada para evitarlo. Desde su elevada posición, su atacante observó la postura de muñeco roto en la que él había quedado. Sonrió satisfecho, entonces miró el mundo a su alrededor, y como si viese a alguien invisible para nuestros ojos mortales, clamó al cielo.

- ¡Me habéis liberado, y en gratitud,... tal y como acordamos, yo... que antaño dirigí a las victoriosas Legiones del Imperio Romano, dirigiré vuestros ejércitos, aquí, en la tierra, arrasando a todo aquel que se oponga a mi paso! ¡Así lo jura el guerrero más fiero que la tierra conoció, así lo jura...el Berserker [8] !. –


- ...una cosa es segura, el interrogatorio y las investigaciones que hice en torno a Taylor Madison, corroboran lo que los exámenes físicos habían confirmado. Es la verdadera Taylor. – Concluyó la Viuda Negra, y en tono resignado añadió – Siento no haber sido de más ayuda en lo que respecta a Hércules...

- Está bien Natalia, diste lo mejor de ti. Como siempre. – Contestó Dane Whitman. Sus ojos saltaron fugazmente de uno a otro de sus compañeros presentes en la habitación, el Capitán América... Ojo de Halcón... la Viuda Negra... Los tres habían sido líderes del grupo en algún momento de su historia, y los tres habían realizado un trabajo ejemplar. Incómodo ante el silencio imperante en la sala, el Caballero Negro buscó palabras con las que romper el hielo.

- No tenemos medios para contactar con Asgard... – Volvió a pensar en porqué había llamado a Natalia – Apunto la sugerencia de Steve de llamar a Druida, pero, con sinceridad, Capi, preferiría intentarlo primero con el Doctor Extraño.

- Tú decides, pero ya sabes , si necesitas ayuda de los Invasores...

- Gracias, Capitán, pero este es un asunto de los Vengadores. – Lo que le faltaba a su liderazgo, que los Invasores tuvieran que rescatarles... Pensó que ya iba siendo hora de terminar la reunión. Miró la hora, habían pasado toda la tarde discutiendo y planificando.

- Tengo una reunión con la Comisión de Actividades Superhumanas en Washington a primera hora de la mañana. Me convendría dormir un poco, antes de tomar un quinjet y plantarme ante el agente Gyrich.

- ¿Tan urgente es? – Preguntó el arquero.

- Tengo varios temas importantes que tratar con el gobierno. Principalmente los actuales estatus de Iron Man, y la Visión...

- ¿La Visión? Conozco los problemas de Iron Man por la prensa [9] , pero... ¿Qué pasa con la Visión?

- ¿Recuerdas cuando las agencias de inteligencia mundiales le consideraron una amenaza y se organizaron para desmantelarlo y borrar su personalidad?

- Sí. – Contestó el arquero mordiéndose los labios. – Yo era el líder de los Vengadores Costa Oeste, y Visi estaba en el grupo. Realizaron la operación bajo mis narices. – Apretó los puños con rabia.

- Pues han vuelto a considerar que la Visión es un riesgo para la seguridad mundial y ya han efectuado un par de intentos de detenerle [10] . No estoy dispuesto a tolerar que se trate así a un vengador, quiero presentar mis quejas y saber cual es la postura oficial de la Comisión y nuestro gobierno al respecto.

- Estoy de acuerdo, Dane. – Declaró el Capitán América – Es más, me gustaría acompañarte, todo el apoyo que podamos dar a nuestro compañero...

- Yo también quiero ir... – añadió Ojo de Halcón – No estoy muy orgulloso de mi comportamiento en la ocasión anterior. Yo era el jefe del equipo cuando la personalidad de la Visión fue borrada. Ha tardado años en recuperarse.

- Lo que sin duda ha sido el motivo para que las agencias de inteligencia hayan vuelto a considerarle una amenaza, ya que vuelve a ser el de antes. – Comentó la Viuda Negra – Como experta en materia de agencias a mi también me gustaría ir a Washington...

El líder de los Vengadores miró a sus compañeros. Hubiera preferido ir solo, pero todos tenían motivos lógicos para acompañarle. No podía negarse. - ¡Está bien, os quiero a todos a bordo del quinjet a primera hora de la mañana!


En la soledad del espacio exterior Quasar, el vengador cósmico, detuvo su vuelo. Necesitaba unos segundos para despejarse. “Tener niños”. Recordó la noche anterior en el laboratorio médico de la Mansión de los Vengadores. El diagnóstico de la doctora Foster ensombreció su corazón.

- La Visión dedujo que si los Baadon te tenían marcado como Objetivo 3 tenías que estar relacionado en algún modo con los Guardianes de la Galaxia. Se me ha permitido acceder a muestras de ADN obtenidas de sus diversos miembros durante la etapa que vivieron asociados a los Vengadores en nuestro Siglo, y efectivamente es así. El guardián llamado Halcón Estelar es a todas luces, descendiente tuyo.

- ¿Soy padre?

- Serás, o más concretamente, según me explicó el doctor Pym, lo serás en una realidad alternativa. – y entonces calló, pensando en cómo dar la siguiente explicación.. Quasar notó su reticencia.

- ¿Doctora Foster, qué sucede?

- La batería de pruebas que te realizamos después de ser bañado con la radiación con la que te rociaron los Baadon. Demuestra que estás completamente sano...

- Pero... – Dijo impaciente.

- Wendell, has... has sido esterilizado. Ja... jamás podrás tener hijos. Lo siento mucho.

En el espacio exterior las bandas quantum chisporrotearon en las muñecas de su portador. Un gesto de desesperación y desconsuelo inundó el rostro del Protector del Universo. En la soledad del cosmos nadie podía oír su grito de consternación.

Los niveles de energía en sus brazaletes aumentaron hasta límites insospechados y su figura comenzó a brillar. Su patente desesperación estaba a punto de hacerle perder el control de las bandas quantum. Tenía que tranquilizarse. Haciendo acopio de su fuerza mental, Wendell Vaughn fue recanalizando los excesos de energía, hasta apagar el brillo que amenazaba con consumir su cuerpo. Reconsideró su situación y su responsabilidad principal. Estaba en una misión diplomática que podía ser de vital interés para la tierra y sus compañeros Vengadores. Quizás para el propio Universo. No podía permitirse perder el control. Era el Protector del Universo, era un vengador...

Suspiró y continuó volando hacia su destino hasta que su estela dorada se consumió en la lejanía del vacío espacial.


Amanece en la tierra, la noche ha sido larga y dura. En el interior de la Mansión de los Vengadores, en uno de sus más complejos laboratorios, el doctor Henry Pym y el sintozoide Visión terminan su arduo trabajo informático.

- Ahí lo tienes Visión, ya te dije que los dos juntos podríamos hacerlo. – Afirmó Chaqueta Amarilla satisfecho.

La Visión miró con interés la maquinaria ante él, su mente computerizada analizaba los códigos binarios que inundaban la pantalla.

-Así que es esto...

- Sí vengador, lo hemos logrado. Tenemos ante nosotros el código binario que compone Los protocolos Ultrón. El programa informático que reactiva una y otra vez al megalomaniaco robot. Lo hemos logrado – Y ambos se vengadores se quedaron como hipnotizados observando la pantalla, mientras en ella los signos 1 y 0 formaban el malévolo rostro de una de las mayores amenazas de la humanidad.

Un escalofrío recorrió la espalda de la maravillosa Avispa. Sospechaba que Pym y la Visión tramaban algo, pero no podía imaginar que tuviera que ver con la resurrección de uno de los peores enemigos de los Vengadores.

Continuará...


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Referencias:
1 .- Ver Veneno: La Caída de la Araña 7, por Stranger, en Action Tales, por supuesto.
2 .- Avengers (Vol.3) 19 y 20 (IX y X - 1998)
3 .- Si quieres saber a que se refiere, lee Marvel Team-Up 7, protagonizado por Hulk y Lobo Rojo, aquí, en Action Tales.
4 .- Como pudisteis leer en nuestro número 6.
5 .- Alterar la realidad y borrar de la continuidad alguna colección de ACTION TALES tiene estas cosas. Yo, como guionista, y Dane como líder de los Vengadores, queríamos usar para esta investigación la conexión que Natalia mantenía con Asgard en la desaparecida colección en la que la Viuda participaba, pero el autor de esa serie abandonó y pidió que se retirasen sus fan-fics, yo cambié la dirección de mis planes y Dane ha quedado como un tonto
6 .- Ver números 5 y 6 de esta serie
7 .- Viejo enemigo de los Defensores y el Doctor Extraño
8 .- ¿Alguien le recuerda de Avengers 207 y 208 (1981)?
9 .- Ver la serie de Iron Man en Action Tales.
10 .- Ver La Visión 9 y 10, aquí en Action Tales.

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