Marvel Knights nº05

Título: Entre Sombras (I)
Autor: The Stranger
Portada: Dimitri Patelis
Publicado en: Marzo 2007

El equipo formado por el Caballero Luna debe hacer frente a amenazas de primer orden. Llega Matanza y con él, el caos y la destrucción
Cuando reina el caos y los criminales campan por sus anchas, solo un grupo de solitarios héroes es capaz de hacer lo necesario para mantener la paz y seguridad urbanas. No salvan universos, ni planetas, ni al mundo...se dedican a salvar a la gente de a pie. No tiene nombre oficial pero nosotros les conocemos extraoficialmente como...
Creado por Chuck Dixon y Ed Barreto

Resumen de lo publicado:Reunido ya el grupo de héroes que buscaba, el Caballero Luna traza un plan contra los Ladrones Fantasma. Con la ayuda de sus asociados, los captura, no si antes enfrentarse a ellos.


La habitación era grande, más bien era enorme. En medio de ella había una larga mesa de color negro. En una de las paredes de la habitación había una pantalla blanca para diapositivas. Sentadas tras la larga mesa, se encontraban cinco personas a la espera de una sexta que tardaba en llegar, aunque era costumbre que tardase en llegar.

De los cinco, dos eran mujeres y tres hombres, todos situados a lo largo y ancho de la mesa. Frente a ellos, había un dossier y un vaso transparente con agua en su interior. Ninguno de ellos hablaba, ya que lo que tenían que hablar debían hacerlo con el sexto miembro, su líder.

La puerta se abrió y el hombre se sentó en su silla correspondiente, presidiendo la reunión. Cerró la puerta tras de si y sus ojos rápidamente se acostumbraron a la poca luz que había en la sala, que apenas dejaba ver los rostros de todos y cada uno de ellos. Se ajustó sus gafas antes de comenzar a hablar.

-Buenas tardes, caballeros- se volvió hacia las mujeres-. Buenas tardes, señoritas.

Todos inclinaron la cabeza ante el saludo. A continuación, alargaron sus manos hacia sus documentos y los abrieron.

-Bien, me gustaría saber si todo lo acordado la semana pasada se está cumpliendo- el hombre de las gafas miró al hombre que tenía a su izquierda-. ¿La vigilancia con los Vengadores sigue adelante?

-Por supuesto, señor. Sin ningún problema.

-¿Y con los Cuatro Fantásticos?- esta vez miró al hombre de su derecha.

-Tampoco hay problemas con ellos. Últimamente se mueven poco y cuando lo hacen siempre regresan al edificio Baxter.

-¡Ah! El doctor Richards y los suyos siempre tan predecibles. ¿Algún grupo más que deba preocuparnos?

-Los Defensores son los más difíciles de seguir pero a la vez son los que menos deberían preocuparnos- dijo una de las mujeres.

-Son los más poderosos- dijo el hombre de las gafas.

-Sí, pero siempre están ocupados lejos del edificio Tempo.

-Bien- el hombre señaló los documentos que tenía frente a él-. ¿Está aquí la información que pedí sobre esos Nuevos Defensores?

-Por supuesto, señor- contestó la otra mujer-. Datos personales de sus miembros, historia, poderes, últimas apariciones, amigos, familiares...absolutamente todo, como usted pidió.


-Estupendo. Y ahora, pasemos a otro tema. ¿Qué tal va la búsqueda del efectivo que solicité? Creo que debería estar para hoy si no m equivoco.

Un incomodo silencio se hizo en la sala. El resto del misterioso grupo comenzó a mirarse entre sí.

-¿Pasa algo?

-Hay un problema con el efectivo, señor- se atrevió a decir una de las mujeres.

-¿Un problema? Creía que ya lo tenían localizado en una región perdida de Sudamérica.

-Sí, le teníamos localizado pero alguien...que no entraba en nuestros planes se nos adelantó.

El hombre de las gafas guardó silencio durante unos minutos, dejando claro que le disgustaba bastante lo que ella había dicho.

-No me gusta nada lo que estoy escuchando.

-Sé que todo debería ser calculado al máximo y así fue, señor, pero...no contamos con...

-¿Con quién no contamos?

La mujer tragó saliva antes de contárselo.


Hace cuatro días.Torre Spector.

Marc Spector señaló la amplia y moderna pantalla que tenía frente a él. Una gran foto de un hombre pelirrojo y numerosos datos sobre él, aparecieron en la pantalla.

-Como os decía, este es Cletus Kasady, al que se conoce también como el asesino en serie metahumano Matanza- Spector miró a sus compañeros de equipo-. Creo que algunos os habéis enfrentado a él antes.

Unas leves miradas se dirigieron hacia Capa, que era el único de los allí presentes que se encontraba de pie. Los recuerdos sobre Matanza(1) afloraron rápidamente aunque igual de rápido se fueron. Todo aquello pertenecía al pasado, a pesar de que de nuevo tuviera que enfrentarse a aquel monstruo.

-Creía que Matanza estaba desaparecido- comentó Marta Plateada.

-Y así era. Sin embargo, gracias a nuestro genio informatico le hemos localizado- Spector se acercó hasta donde estaba Microchip y puso sus manos sobre sus hombros-. Le hemos encontrado en una recóndita región en Sudamérica. Parece ser que ha estado bastante ocupado, cargándose a la guerrilla local.

-Iba a preguntar cómo le habéis encontrado, pero...- Marta Plateada sonrió picaramente-. Supongo que nuestro genio es mucho genio.

-No ha sido ningún problema- Microchip sonrió-. Solamente he tenido que trastear con algunos satélites del Gobierno, de SHIELD y de la CIA...poco más.

-Repasemos lo que sabemos sobre Matanza- Spector hizo una indicación a Microchip, quien pulsó varios botones de uno de los teclados que tenía frente a él y la enorme y centrada pantalla cambió, para dar paso a nuevos datos sobre Kasady-. Cletus Kasady era un simple asesino en serie...

-Asesino de masas- dijo Hobie Brown.

Spector se volvió hacia él y con un gesto de impaciencia rectificó.

-Asesino de masas...aunque en realidad, da igual.

“Bien hecho, Hobie. Estupenda primera intervención”, pensó el hombre mordiéndose el labio inferior.

-La lista de victimas de Kasady ya era larga antes de encontrarse con el simbionte que le da sus poderes. Tan larga que incluso puede incluir a sus padres y con toda seguridad incluye a su abuela(2). Tarde o temprano tenía que pasar y acabó en la cárcel de Ryker, un sitio indebido para un chalado de su talla- Spector carraspeó y siguió hablando-. Allí, compartió celda con alguien...verdaderamente importante: Edward Allan Brock.

-Veneno- susurró Capa.

-Exacto. Eddie Brock estaba allí tras haber perdido a su simbionte, por lo que no suponía ningún peligro sobrehumano. Sin embargo, el simbionte de Brock le encontró, convirtiéndole en Veneno, pudiendo así salir de la cárcel. En lo que no reparó Brock es en que el simbionte había dejado parte de él en el agujero hecho en la celda...un hijo.

-El simbionte tuvo un hijo- dijo Mattie Franklin, la tercera Spiderwoman.

-Tuvo un hijo...de muchos, aunque eso es otra historia. Era el primer hijo del simbionte de Veneno que...

Spector volvió a callarse al ver como Mattie levantaba la mano como si estuviera en una clase de biología.

-Dime.

-¿Cómo puedes saber todo eso?

Microchip se volvió hacia ella, sonriendo.

-Vale- Mattie sonrió, sonrojándose.

-Como decía, fue el primer hijo de Veneno. Os podéis imaginar los resultados. Un asesino en serie...o de masas, unido a un simbionte que le dio poderes casi ilimitados. El resto de la carrera de Kasady como Matanza es historia. Su principal objetivo es el caos, así de simple. Este tipo no quiere conquistar el mundo, no quiere vengarse de alguien...salvo en contadas ocasiones y según nuestros datos siempre suele ser de Spiderman y de Veneno. No, este tipo no quiere nada de eso, solo quiere la muerte, el caos, la anarquía, la destrucción...así que será fácil capturarle y a la vez muy difícil. Fácil porque su falta de estrategia y planificación nos hace superiores a él...difícil porque puede ser bastante impredecible y porque sus poderes compensan cualquier plan que no haya concebido.

-¿Nivel de poder?- preguntó Marta Plateada.

-Los datos con los que trabajo sugieren que es tan fuerte como Veneno...e incluso más- dijo Microchip-. Imaginad que es más fuerte que Veneno y así redondeamos.

-Estupendo- Marta Plateada miró a Shang-Chi, que estaba su izquierda-. Nos vamos a enfrentar a un tipo que deberían atrapar los Vengadores.

-Pero le vamos a atrapar nosotros- rectificó Spector.

-En parte estoy de acuerdo con Marta- dijo Hobie Brown-. Es decir, la mitad de nosotros no tiene poderes y.-...bueno, es Matanza.

-¿Y?- preguntó Spector con cara de pocos amigos.

-¿Hay alguna razón por la cual no pasemos esos datos a SHIELD, a los Cuatro Fantásticos o a los Vengadores?- dijo Marta mirando a Hobie-. ¿Es eso lo que quieres preguntar?

-Exacto. Incluso...no sé...es un enemigo de Spiderman y...

-Entiendo tus dudas, amigo mío- dijo Shang-Chi.

-No son dudas...es solo que...

-Vamos a atraparle nosotros y punto. Los Vengadores están muy ocupados salvando al mundo de las megas chorradas cósmicas de turno. Nosotros nos encargamos de psicópatas como Kasady, nosotros le encontramos primero tras meses escondido...¿Alguna duda más con respecto a ese punto?

Hobie Brown calló ante las palabras de Spector. No vio a ninguno de sus compañeros con dudas, ni siquiera a la joven Mattie Franklin, así que decidió que no sería él el asustadizo del grupo. De todos modos, seguía pensando que qué iba hacer él contra un monstruo como Matanza. ¿Matarlo a insultos? ¿Aburrirle hasta la muerte?

-Mattie...¿Alguna duda?

Todos miraron a lo joven, que se apresuró a poner cara de dura y negar con la cabeza.

-Así me gusta- Spector siguió con su explicación-. Al ser un vástago del simbionte alienígena de Veneno, el simbionte de Matanza le da sus mismos poderes...más algunos más de propina. Tiene una enorme fuerza y una enorme agilidad. Kasady suele crear tentáculos y armas punzantes con el simbionte, el cual imita las telarañas de Veneno y Spiderman, así que cuidado. Si alguna vez os habéis enfrentado a Veneno y Spiderman ya sabéis lo que os podéis esperar en este punto concreto. Su resistencia y sus poderes de regeneración son sorprendentes así que no conseguiremos dañarle en serio con prácticamente nada. Puede cualquier ataque le distraiga y le haga daño, pero daños permanentes...no podremos conseguirlo.

-Fuego y sonidos fuertes- dijo Capa de forma tajante.

-Exacto- Spector le sonrió-. Solamente podremos dañar al alienígena y llegar a Kasady por medio del fuego y de los sonidos fuertes.

-El fuego es lo que más le afecta, según datos recientes- añadió Microchip.

-Además, es lo que mejor nos viene. Las armas sonicas cuestan muy caras y suelen recalentarse demasiado por un uso continuado y con Kasady creo que vamos a usarlas mucho.

-Creía que el dinero no era un problema para ti- dijo Marta Plateada sonriendo.

-No lo es. Tengo preparada un arma sónica para ti, Marta.

-Estupendo, tengo ganas de dispararle a algo.

-Tendrás tu oportunidad- Spector apagó el enorme monitor, dejando encendido los demás, de menor tamaño-. Salimos dentro de una hora y llegaremos allí en unos quince minutos, durante los cuales repasaremos el plan, aunque no es muy difícil de entender. Los que no tengan poderes, se mantendrán bien alejados de Matanza. No hace prisioneros, no os capturará y salvo que seáis Spiderman o Veneno no os soltará un aburrido discurso antes de mataros.

Spector señaló a Mattie.

-Quiero verte en primera línea. Eres la más poderosa del grupo y la que tiene más poderes. Matanza es un hueso duro de roer, así que quiero verte usando tus poderes al máximo. ¿Entendido, Mattie?

-Pero...

-Al máximo. No le matarás...si sabes tanto sobre Spiderman y sus enemigos, sabrás que Matanza no cae fácilmente. Te quiero continuamente volando a su alrededor, golpeándole y huyendo. Yo estaré a tu lado en primera línea, llevándote en el combate. ¿Entiendes?

-Entiendo.

Sin embargo, Spector vio algo en la mirada de la chica que no le convenció como esperaba. Vio un atisbo de duda, aunque no sabía muy bien por qué ni iba a preguntárselo. Sabía que cumpliría sus órdenes al pie de la letra, sabía que era poderosa, pero sabía que su juventud e inexperiencia la hacían apta para obedecer cualquier orden. Sí, era la más poderosa de todos ellos, pero al mismo tiempo, la más vulnerable.

-Capa, a ti te quiero cerca pero en la distancia, preparado para hacer escapar a cualquiera que entre demasiado...en contacto con Kasady. Marta Plateada y Merodeador...os quiero en la distancia, distrayéndole continuamente. Tú, Marta, llevaras el equipo de armas de microondas y la sónica. Tú, Hobie...he estado haciéndole unos cuantos ajustes a tu traje, así que no creo que tengas problemas en distraer a ese mal nacido de Kasady. Shang-Chi...te quiero, al igual que Capa, cerca pero manteniendo las distancias. Sé que no tengo que decirte cómo actuar en una pelea de este tipo, pero procura actuar con Matanza mediante llaves que le desequilibren y le confundan y sobre todo, estate preparado para cuando el simbionte deje paso al hombre. Nuestro objetivo es debilitar al simbionte. Sin el alienígena, Kasady no es nada. ¿Entendéis? ¿Nada?

Todos asintieron.

-Microchip se quedará aquí, por supuesto. Nos mantendrá informados por si se acercan algunos guerrilleros o por si SHIELD acaba por encontrar a nuestro objetivo y llega a por él. No debemos dejar que nadie se nos adelante, pero se trata de Matanza. Tenemos que ser rápidos pero cautelosos.

Todos volvieron a asentir, cada uno con un pensamiento distinto del asunto.

-Os quiero ver preparados dentro de una hora en la azotea. Aprovechad esa hora- Spector señaló a Hobie Brown mientras se levantaba de su asiento-. Hobie, antes de irte, acompáñame y deja que te enseñe las modificaciones que le he hecho a tu traje. Espero que no te molesten.

-Todo lo que me ayude a seguir vivo...

-Así se habla- Spector sonrió ante la actitud de su amigo y compañero de equipo.


Mattie Franklin miró la mascara entre sus manos. Ya hacía rato que se había puesto el traje, pero seguía mirando la mascara sin atreverse a ponérsela, porque eso significaba estar lista para irse y estar lista para enfrentarse a aquel monstruo. Spector sabía que ella conocía bien a todos los enemigos de Spidey y sí, los conocía bien a todos, por eso tenía cierto temor en el cuerpo. Había notado ese temor en los ojos de su compañero Hobie Brown, pero en él era algo lógico. Era un hombre normal y corriente, experimentado en el combate pero normal y corriente, con habilidades y un traje con utensilios y demás, pero un hombre al fin y al cabo. Por otro lado, ella tenía poderes ilimitados que apenas alcanzaba a entender y apenas había comenzado a explorarlos, pero su edad y su limitada experiencia en el combate, no le daban precisamente confianza. Los otros confiaban en ella, lo había visto en sus ojos y en su primera batalla todos juntos, pero no confiaban plenamente.

-Lo ven en mi mirada. Ven la duda- susurró mientras observaba los ojos de la mascara.

Se levantó de la cama, con la mascara aún entre las manos y salió de la habitación, cerró la puerta y al volverse, se dio de bruces con Shang-Chi.

-¡Perdón!- exclamó la chica al golpearse con el hombre.

-Tranquila, ha sido culpa mía. A veces soy demasiado silencioso.

-Bueno, yo también tendría que haberme dado cuenta.

-Sigo disculpándome yo.

Los dos se miraron y rieron durante unos segundos.

-No vamos a llegar arriba si seguimos disculpándonos- dijo Mattie.

-Aún no ha pasado la hora.

Mattie miró su reloj digital y soltó una especie de bufido sin creerse que tenía ganas de entrar en combate.

-¿Pasa algo?

-¿Por?- preguntó Mattie intentando evitar cualquier pregunta.

-Te noto nerviosa y pareces tener más prisa de lo normal.

-¿De lo normal?

-Bueno, eres una adolescente...vais corriendo a cualquier lado.

Mattie torció la boca en un falso gesto de enfado y burla. Ambos comenzaron a andar despacio por el largo pasillo.

-¿Tú ya estás listo?- preguntó la chica observando que Shang-Chi llevaba un traje rojo oriental.

-Sí. No me hace falta más.

-¿Cómo lo haces?

-¿El qué?

-Estar tan tranquilo. ¿Sabes a quién nos vamos a enfrentar?

Shang-Chi meditó durante unos segundos y asintió.

-La información que ha dado Spector ha sido precisa, más lo que ya sabía de Matanza que no se aleja demasiado a lo que ha dicho nuestro amigo.

-Pero no tienes poderes.

Shang-Chi la sonrió.

-Tú sí y mira cómo estás. ¿Eso es lo que me preguntas?

-Más o menos- Mattie agachó la cabeza, avergonzada porque su compañero supiera cómo se sentía.

-¿Crees que tienes que aparentar ser la más fuerte solo porque tienes poderes que los demás no?

La chica le miró fijamente.

-¿Eres también el psicólogo del grupo?

-Je. No, pero tu mirada y tu actitud lo dicen todo. No creo que los demás esperen eso de ti, de verdad.

-Yo creo que sí.

-Lo único que esperan es que estés ahí cuando hace falta. Solo eso.

-No les noto...totalmente confiados.

-Lógico. Eres la nueva...ninguno de nosotros ha oído hablar antes de ti y lo único que sabemos es lo que nos has contado y lo que te hemos visto hacer. Es cuestión de tiempo y darnos un margen para confiar en ti.

-Eso espero, pero sigo sin saber...

-¿Si no tengo poderes cómo estoy así de tranquilo?- Shang-Chi la miró seriamente-. El Merodeador es un tipo bastante inseguro, pero ha librado tantas batallas como Spector o yo mismo. Comenzó su carrera enfrentándose cara a cara a Spiderman e igualándole. Eso le da más meritos de lo que él cree. Marta Plateada es la confianza personificada y no tiene poderes, pero su valor y su fuerza interior son muy grandes. Capa por otro lado es tan joven como tu, aunque no lo aparente. Spector y yo hemos librado muchas batallas...tengo menos poderes incluso que nuestro compañero Hobie Brown, pero he vivido con el mal, he combatido al mal innumerables veces y créeme...es tan buena la experiencia como los poderes. Tu tienes poderes, yo tengo experiencia...una vez seas entrenada, imagínate lo que serás capaz de hacer.

Mattie asintió, entendiendo lo que quería decir su compañero y se puso la mascara.

-Gracias.

-De nada.

-Por cierto, Spector y tú sois amigos desde hace tiempo. ¿Verdad?

-Sí.

-He notado que te muestra mucho respeto.

-Nos respetamos mutuamente y confiamos mucho el uno en el otro. Hoy lucharás a su lado. Mi consejo: haz lo que te diga, porque sabe lo que se hace. Si dice que tienes que golpear a ese monstruo con todas tus fuerzas, hazlo. Sigue sus ordenes y siéntete orgullosa de pelear a su lado.

-Eso haré- afirmó la chica sonriendo tras su mascara roja.


Hobie Brown sonrió al agarrar los nuevos guantes que le había dado Marc Spector para su traje. Sonrió aún más mientras observaba las nuevas muñequeras con sus nuevos accesorios. Spector había hablado con él para reformar su traje de arriba abajo, sin embargo, Hobie se sentía muy orgulloso de haber construido su propio uniforme de batalla así que le había permitido algunas mejoras, pero nada más.

-Mindy, ¿has visto esto?

Hobie se levantó y se dirigió hacia su mujer, quien se encontraba en la mesa de una pequeña habitación que ella usaba como despacho para estudiar y llevar sus documentos de trabajo.

-Mira, las garras ahora son de adamantium. ¿No es fantástico?- Hobie le puso prácticamente en la cara las garras que usaba como armas-. ¿Las has visto? ¿Las has visto?

-Hobie, estoy trabajando.

-Sé que estás trabajando pero...¿Y las muñequeras? Tengo más dispositivos que nunca. Incluso me ha proporcionado un dispositivo para lanzar pequeñas cápsulas de gasolina y tengo una especie de mini-lanzallamas para combatir a ese monstruo de Matanza. No es mucho pero...

Hobie Brown calló su cháchara incesante al ver que su amada esposa apenas le hacía caso. Observó su expresión atenta en los documentos más que en él y supo enseguida que su mujer estaba enfadada por algo. Echó cuentas mentales rápidamente y entonces cayó en que ese algo solo podía ser una cosa.

-Cariño, si te ocurre algo...

-Lo único que me ocurre es que mientras tus amigos héroes y tú salís de fiesta, yo tengo que trabajar y no me dejas, Hobie- soltó su mujer sin despegar la vista de sus documentos.

Hobie Brown la miró con tristeza, fue al salón y terminó de ponerse el traje con sus nuevas modificaciones. Justo cuando iba a salir, se encontró con su mujer en la puerta de la enorme y grandiosa habitación, prácticamente un apartamento, que tenían en la Torre Spector.

-No vayas, Hobie.

-Mindy, ya lo hablamos cuando llegamos aquí. Son profesionales y...

-Sé a por quién vais. Estuve escuchando un poco y...es peligroso, Hobie.

-Somos un equipo y debo estar con ellos en todo momento.

-Pueden arreglárselas ellos solos, al menos sin ti. Spector tiene experiencia en esto, la chica de blanco es una mercenaria e incluso la jovencita puede hacer proezas que tú...nunca podrás. Sé realista, Hobie. Ese monstruo te va a matar. Déjaselo esta vez a ellos.

-Soy parte del equipo, cariño. Soy un héroe.

-¡Eres un hombre!- las lagrimas saltaron de los ojos de Mindy-. ¡Por favor, amor! Solo en esta ocasión...no quiero perderte.

Hobie la miró duramente a través de la mascara, se acercó a ella y la apartó con cuidado de su camino.

-Gracias por la confianza, cariño. Gracias por hacerme sentir más que un hombre.

Y salió dando un fuerte portazo.


Marta Plateada revisaba las armas que llevaba encima, mientras pensaba en el armamento de alta tecnología que Spector le daría para acabar con Matanza, cuando pasó por al lado de la habitación de Spector y oyó sonido de voces. Parecía ser Spector hablando, aunque no se escuchaba ninguna voz más.

-¿Marc?- Marta Plateada golpeó varias veces la puerta con suavidad, escuchando como su compañero paraba de hablar y se dirigía a abrirla-. ¿Estás solo?

Spector abrió la puerta. Estaba vestido como el Caballero Luna, a excepción de la máscara.

-¿Querías algo?

-Me ha parecido oír que hablabas con alguien.

-Repasaba mentalmente el plan a seguir.

-Bueno, entre que lo hemos hablado en la sala de reuniones y luego más tarde...creo que ya está todo más que repasado, Marc.

El ex-mercenario miró de soslayo a la mujer y observó la sonrisa que se dibujaba en sus bonitos labios.

“¿Marc?”, pensó el hombre extrañado con las buenas actitudes de Marta Plateada, actitudes que no le eran desconocidas, pero a las que no estaba acostumbrado.

-¿Te preocupa algo?- preguntó Marta Plateada mientras se dirigían al ascensor para ir a la azotea.

-Nada. Vamos a cazar a un psicópata y tenemos un equipo adecuado para ello.

-¿No te preocupan Hobie o la chica?

-¿Deberían?

-La chica sí.

-No la conoces.

-Solo he peleado con ella una vez y la verdad, estuvo a la altura con esos Ladrones Fantasma, pero nos enfrentábamos a simples ladrones de bancos.

-Ese tipo metalizado no me parecía un simple ladrón de bancos.

-Tampoco era un psicópata como Matanza.

-Ella sabe más de Matanza que todos nosotros juntos.

-¿Por qué es una fanática de Spiderman?- Marta sonrió de forma sarcástica-. ¿Por eso confías en ella?

-He combatido con ella dos veces y las dos ha demostrado su valor. Además, no es verdaderamente tan nueva en esto y sus poderes...

-Ni yo ni Shang-Chi tenemos poderes.

-Exacto, por eso sois en quien más confío, pero ella...hay mucho que explotar en esa chica.

-¿Y pretendes ser tú quien la explote?

-Exacto.

-Creo que en el ultimo momento puede fallar.

-Por eso estaré junto a ella.

-Como tu digas, Marc. Ahora, de lo único que tengo ganas es de ver esas enormes armas para destrozar a ese monstruo.

-Ahora las verás- Spector se puso la máscara nada más llegar al ascensor.


Los seis héroes llegaron en pocos minutos a la azotea del edificio, donde no había nada, simplemente una pequeña zona habilitada para el aterrizaje de helicópteros.

-¿A qué hemos venido?- preguntó Marta Plateada.

-A subirnos en eso.

El Caballero Luna apuntó a una zona supuestamente vacía con un pequeño mando a distancia y en pocos segundos, tras un flash, apareció el Lunacoptero, el vehículo aéreo personal del Caballero Luna.

-El Lunacoptero- susurró Spiderwoman.

-Exacto- el Caballero Luna miró a Marta Plateada, quien le devolvió la mirada con un gesto de disgusto que quería decir “Sí, sé que la chica sabe mucho”.

-Creía que nos teletransportaría Capa hasta nuestro objetivo- dijo el Merodeador.

-Yo creía lo mismo- añadió Capa.

-Sí, es la manera más rápida de llegar y la más rápida de que nos maten- el Caballero Luna se acercó a Capa-. Necesitamos tus habilidades en este combate y creo entender que si nos teletransportas hasta allí puede que estés demasiado cansado al llegar. ¿Me equivoco?

-De nuevo tienes razón- admitió el mutante.

-Gracias. Ahora, id subiendo. El Lunacoptero es lo bastante rápido como para estar allí en veinte minutos como mucho. Repasaremos lo planeado mientras tanto.

-¿No crees que corremos peligro de que alguien nos detecte?- preguntó Marta-. Créeme, soy experta en incursiones a otros países y pueden estar más preparados de lo que crees, Marc.

-Si tienen algo que nos detecte...merecen hacerlo.


Lejos de allí. Media hora después.

Cletus Kasady se recostó en la silla de madera, cuyo respaldo pegaba contra la pared de la cabaña. Sonrió psicóticamente mientras recordaba los últimos meses y toda la carnicería que había cometido impunemente.

Comenzó a relamerse los labios mientras su mente se detenía en cada macabro detalle, en cada decapitación, en cada muerte, en cada asesinato y nada ni nadie se había percatado de que estaba allí. En ese lugar, era libre de hacer lo que quisiera y lo que era aún mejor, de matar a quien le apeteciera. ¿Quién iba a darse cuenta del caos, la muerte y la anarquía en una región que sufría esas lacras desde hacía años?

Cruzó las piernas y puso sus manos alrededor de su cabeza, como si fueran una almohada. Miró de soslayo los cadáveres que había en la cabaña. Aquel no era un poblado de guerrilleros, ni de militares al servicio del gobierno del país...era un poblado de gente, de civiles. Los había disfrutado igual o aún más que los demás. Ya estaba harto de disparos, explosiones y gritos y era hora de simplemente los gritos y eso era lo que había estado degustando la última hora y media, hasta que el último de aquellos pueblerinos hubo exhalado su aliento final.

Abrió los ojos desmesuradamente y su gesto de felicidad se tornó en sorpresa al ver aparecer por la puerta de la cabaña a una mujer de pelo largo y blanco, con un traje de batalla igual de blanco.

-Vaya, tú no eres de por aquí- la sonrisa de Kasady se hizo mucho más ancha tras la sorpresa inicial y sobre todo al ver las armas con las que iba equipada Marta Plateada-. Tú cara me suena y tu cuerpo...me pone a cien, muñeca.

-¿Debo tomarme eso como un halago?- Marta le miró con asco y desprecio.

-Tómatelo como te dé la gana. Antes de que puedas dispararme con alguna de esas armas tan molonas, serás simplemente un cadáver más en mi lista. ¿Quién te envía? ¿SHIELD? ¿El gobierno del país?

-Pasaba por aquí.

-Y además con sentido del humor- Kasady aplaudió-. Me gustas...creo que tardaré en matarte y eso sí lo puedes tomar como un halago.

Marta Plateada contempló rápidamente la cabaña. Entre una pila de miembros arrancados, pudo descubrir algunos cadáveres de niños.

-Maldito monstruo...

-¿Monstruo? Lo dice la tía que viste de blanco. ¿Puede alguien ser más hortera?

Marta Plateada sonrió de forma enigmática.

-Puede que mis compañeros no compartan mi punto de vista.

-¿Tus compa...?

La pared tras Kasady explotó en mil pedazos, lanzando al asesino a los pies de Marta Plateada. Spiderwoman apareció tras el agujero de la cabaña.

-Vaya, una araña- el simbionte rojo y negro comenzó a fluir sobre Kasady y a transformarle en Matanza-. ¡Me encantan las arañas!

Marta Plateada le sacudió una fuerte patada en la cara antes de que pudiera transformarse. Kasady, atontado por la patada, no tuvo tiempo de reaccionar al rápido ataque de Spiderwoman, quien se acercó a él y le sacudió un potente gancho que lo hizo atravesar el techo de la cabaña y aterrizar sobre un jeep en mitad del poblado, partiéndolo por la mitad.

-¡Agh! ¡Eso ha dolido, zorra!- exclamó Matanza saliendo del montón de hierros que era el jeep.

-Y solo acaba de comenzar.

Matanza se volvió hacia la voz y se vio rodeado de un grupo de personas con extraños uniformes. Vio al Caballero Luna a un lado, mientras que más alejados se encontraban Capa y Shang-Chi. Al otro lado, el Merodeador esperaba expectante al siguiente movimiento del monstruo.

-¡Vaya, todo un equipo de guapos superhéroes!

Miró a un lado y vio como Marta Plateada y Spiderwoman se unían a sus compañeros.

-Creo que te confundes- dijo el Caballero Luna.

-¿Sois los Vengadores de reserva? ¿Esos que no han admitido por no superar la estatura media?- Matanza rió a carcajada limpia, sobrecogiendo a alguno de los miembros del grupo-. ¡Yo ya comía superhéroes mientras la mayoría de vosotros aún iba en pañales! ¡Traedme a Spiderman y Veneno y comenzaré a divertirme de verdad!

-Tendrás que conformarte con nosotros- el Caballero Luna se movió rápidamente, lanzándole varias de sus lunas cortantes.

A la vista de ese movimiento, sus compañeros reaccionaron instantáneamente, tal y como lo habían hablado. Matanza recibió las estrellas cortantes en pleno pecho, sin que estas le hicieran nada, rió como el lunático que era y el simbionte escupió las armas arrojadizas contra su dueño, que las esquivó por muy poco. Sin embargo, Kasady había dejado varios flancos por defender.

Marta Plateada apuntó el arma sónica contra él y disparó, aprovechando que estaba distraído con Spector. El arma vibró y disparó el sonido que guardaba contra Matanza, dándole de lleno y arrancándole numerosos gritos de dolor.

-¡Apágalo! ¡Apágalo!- gritaba el asesino mientras el simbionte se caía a trozos.

-¡No pares, Marta!- gritó el Caballero Luna.

Confiada, Marta Plateada siguió acercándose cada vez más a Matanza, mientras no dejaba de pulsar el gatillo del arma sónica. Entre gritos de dolor, Matanza esbozó una horrible sonrisa, alargó un tentáculo y destrozó de golpe el arma con la que Marta Plateada le causaba tanto dolor.

-¡Capa!- gritó el Caballero Luna.

Matanza se levantó, mientras el simbionte se regeneraba poco a poco y lanzó varios trozos puntiagudos de su traje contra la mujer. Capa se teletransportó rápidamente, cogió a Marta y volvió a desaparecer, para reaparecer a unos metros de allí.

-¡Conozco a ese mutante entrometido!- exclamó Matanza mirando a los demás-. ¡Esto ha sido una sorpresa! ¡Puede que al final sí que seáis un reto!

Matanza cogió varios trozos del jeep destrozado y se los lanzó al Caballero Luna y a Spiderwoman, que los esquivaron. El asesino dio un potente salto y aterrizó al lado del Merodeador.

-¡Tú serás un buen almuerzo!

Hobie Brown comenzó a sudar dentro de su traje, pero en cuanto el villano se movió, su instinto de supervivencia se activó, haciendo que se agachase. Movió con velocidad sus garras, arrancando un trozo de simbionte del pecho de Matanza.

-¡Esas garras duelen, fantoche!- Matanza dio una patada en pleno estomago al Merodeador, dejándole sin aliento-. ¡Es mi turno!

El psicópata creo con su simbionte un hacha en su mano izquierda y una gran cuchilla en la derecha. El Merodeador se lanzó contra él con las garras extendidas clavándolas en el pecho del asesino. Esta vez, atravesaron simbionte y carne humana.

-¡Yarghhhhhh!- el simbionte agarró las garras del Merodeador y le empujó contra la pared de una cabaña, atravesándola-. ¡Eso sí que ha dolido!

Matanza observó como su simbionte curaba sus heridas y se volvió justo para recibir un potente puñetazo de Spiderwoman que hizo saltar trozos negros y rojos del simbionte por todas partes. Matanza contraatacó con su cuchilla, solo para ver como la heroína la agarraba y la usaba para aplastarle contra el suelo.

-¡Buen movimiento, nena!- Matanza comenzó a deslizar el simbionte sobre Spiderwoman-. ¡Sin embargo, he jugado con los mejores!

-¡No!- chilló horrorizada Mattie mientras notaba como el simbionte alienígena rodeaba todo su cuerpo.

Matanza reía mientras se levantaba y veía como su enemiga caía ante los numerosos zarcillos de simbionte que la rodeaban, cuando un rayo de calor le dio en pleno rostro, destrozándole su cara monstruosa. Miró de soslayo y vio como Marta Plateada estaba frente a él, con una nueva arma.

-¿Es que ya no puedo matar a alguien...?

Marta apretó los dientes a la vez que el gatillo y un nuevo rayo de microondas salió despedido hasta el asesino, destrozando los tentáculos que rodeaban a Mattie, quien atontada, rodó por el suelo hasta estar a salvo.

-¡Capa, ve a buscar a Merodeador!- ordenó el Caballero Luna mientras se acercaba más aún al campo de batalla y al comprobar que su compañero no estaba por la zona.

Viéndose rodeado, Matanza intentó moverse hacia una zona segura, solo para verse asediado de nuevo por los ataques de Marta Plateada. Desesperado y sabiendo que si aquello seguía así, terminaría por perder, lanzó varias partes puntiagudas de su traje hacia la mercenaria.

-¡Cuidado!- exclamó Spiderwoman yendo volando hacia su compañera.

Sin embargo, llegó dos segundos tarde. Las púas de Matanza destrozaron el arma e hirieron en brazos y piernas a Marta. Spiderwoman se agachó ante su amiga y vio como una de las púas se le había quedado clavada en un muslo.

-¡Está perdiendo mucha sangre!- gritó Mattie Franklin.

El Caballero Luna se acercó a sus dos compañeras. Miró a un lado y a otro del poblado sin encontrar al Merodeador y a Capa. Señaló a Shang-Chi y este supo enseguida lo qué hacer.

-Estará bien- murmuró Spector agachándose sobre Marta-. Arráncale esa púa. Tú tienes más fuerza y le dolerá menos.

Spiderwoman miró hacia atrás para ver a Shang-Chi dirigiéndose hacia Matanza, quien se reía y disfrutaba con el espectáculo.

-¡Le va a matar!

-Sabe lo que hace, chica. Quítale esa púa y Capa la llevará a un lugar seguro. Tú y yo nos encargaremos de Matanza antes de que despiece a nuestro amigo. Puede ser una gran distracción, pero no aguantará mucho- dijo el Caballero Luna observando la herida de Marta Plateada.

Capa apareció de repente frente a ellos.

-¿Llamabais?

Spiderwoman sacó de golpe la púa, arrancándole un leve gemido de dolor a su amiga y compañera.

-Llévatela a un lugar seguro y vuelve aquí- ordenó el Caballero Luna-. ¿Y el Merodeador?

-En una buena posición- contestó Capa sonriendo.

Mientras tanto, Shang-Chi se acercaba al enloquecido Matanza con el mismo gesto tranquilo de siempre.

-¿Y ahora me envían a un doble de Jackie Chan para practicar?

El asesino lanzó unas cuantas carcajadas y lanzó un mandoble con su hacha que Shang-Chi esquivó con extrema facilidad. Dos mandobles más, dos volteretas en el aire y esquivados.

-¿No puedes estarte quieto y morir de una jodida vez?

Matanza soltó una estocada. Shang-Chi fintó, se acercó al asesino y le propinó una potente patada en la garganta. El villano se revolvió, lanzó un puñetazo que Shang-Chi bloqueó, le agarró el brazo y le hizo una llave marcial que provocó que Matanza se comiera el suelo de manera literal.

Kasady intentó dar una patada al asiático, el cual cogió el pie del asesino y lo retorció, doblándoselo de manera dolorosa. Matanza se volvió en el suelo a una velocidad vertiginosa y lanzó un tentáculo que sacudió a Shang-Chi en el pecho, aplastándole contra un camión cercano. El villano sonrió, mientras el simbionte colocaba su pie en su sitio.

-Ahora está mejor- se levantó creando garras en sus manos-. ¡Hora de pintar esto de rojo!

-No podría estar más de acuerdo.

Matanza se volvió solo para recibir un puñetazo en plano estomago por parte del Caballero Luna. Antes de poder reaccionar, Spiderwoman voló a su alrededor, propinándole un codazo en la cara. Spector siguió golpeando el estómago del asesino, mientras la chica le distraía.

-¡Estate quieta, zorra arácnida!

Matanza intentó agarrar al Caballero Luna, el cual le esquivó y siguió golpeándole. Spiderwoman voló de nuevo alrededor de Kasady, lanzándole puñetazos sin parar en el rostro. Si alguien estaba observando el combate, hubiera jurado que el Caballero Luna y Spiderwoman eran el equipo perfecto. La una era el arma y el otro el gatillo. Spector gritaba las ordenes y los movimientos a seguir y Mattie Franklin obedecía tal y como le había dicho Shang-Chi hora y media antes. Era normal que Matanza tarde o temprano se viera superado. Uno era experiencia y estrategia, la otra era poder y fuerza. El equipo perfecto.

Kasady alcanzó con una de sus garras el hombro derecho de Spector, salpicando con su sangre el suelo, pero aun así, el Caballero Luna siguió golpeándole en el estómago, llevándose trozos de simbionte en sus nudillos de cuando en cuando.

-¡Para!- exclamó Matanza viéndose superado por el continuo ataque de los dos héroes.

-No paro- el Caballero Luna le golpeó nuevamente-. No retrocedo, no esquivo, no evito...solo golpeo y sigo adelante.

Spiderwoman golpeó fuertemente la nuca de Matanza justo cuando este iba a morder la cabeza del Caballero Luna, quien no dejaba de golpear a pesar de haber sido alcanzado un par de veces ya por las garras de su enemigo.

-¡Parad!

Uno de los tentáculos de Matanza golpeó a Spiderwoman, lanzándola por los aires. La chica se recuperó rápidamente del golpe y paró en seco. El villano, viéndose liberado de su enemiga, dio un fuerte empujón al Caballero Luna, arrojándolo al suelo. Lanzó una telaraña a un jeep cercano y se lo lanzó a Spector.

-¡Te vendrá bien un viaje en coche, lunático!

En mitad del camino del coche a Spector, apareció Capa, quien absorbió el coche en la oscuridad de su manto. Cerró su capa y la volvió a abrir de repente en dirección a Kasady. El coche salió despedido, aplastando al psicópata contra una cabaña y destrozándola casi por completo.

-¿Estás bien?- preguntó Capa a Spector.

-Perfectamente. ¿Y Marta?

-Se ha hecho un torniquete y está bien.

-Estupendo. Ahora es hora de...

Ambos miraron hacia donde debía estar Matanza, quien se levantó de la pila de escombros, lanzándolos por los aires.

-¡Cariñooooooo! ¡He vueltooooo!

El Caballero Luna miró a Spiderwoman, dispuesto a seguir atacando con ella, cuando ambos, vieron como el Merodeador saltaba sobre la espalda de Matanza, salido de quien sabía dónde.

Hobie Brown clavó sus garras de adamantium sobre la espalda del villano, atravesando de nuevo simbionte y la carne de Cletus Kasady. Matanza se inclinó y lanzó al Merodeador a unos metros de él, mientras sangraba abundantemente por la espalda y la alienígena se esforzaba por curarle las heridas, aunque el combate le estaba pasando factura.

-¡Chiflado!- gritó Matanza yendo a por Hobie-. ¿No sabes que le puedes arrancar un ojo a alguien con eso?

Spiderwoman fue a volar contra Matanza, pero el Caballero Luna, con una señal, evitó que lo hiciera. En el aire, Mattie Franklin pudo sentir la mirada de Marc Spector en la suya propia, incluso a través de las máscaras de ambos.

El Merodeador vio acercarse a Matanza hasta él. Aquel monstruo iba a descuartizarle y él solo era un hombre...aunque un hombre con ingenio y con nuevas armas. Apuntó sus brazaletes hacia Matanza y lanzó cinco cápsulas con gasolina de cada brazalete. Las cápsulas se rompieron contra el cuerpo del asesino, desperdigando su contenido por su cuerpo.

-¿Qué demonios es...?- Matanza no pudo terminar la frase.

Hobie activó los lanzallamas de sus brazaletes y prendió fuego al asesino, que en segundos se convirtió en una bola llameante que corría sin control, sin saber dónde meterse.

-¡Socorro! ¡Que dolor! ¡Ayudadme!- suplicaba Kasady mientras el simbionte sucumbía a las llamas.

El Caballero Luna asintió a Spiderwoman, quien voló velozmente hacia Matanza y empezó a golpearlo contra el suelo, para terminar de atontarlo y apagarle a la vez. Una vez apagado, Spiderwoman volvió junto a Spector, dejando a Kasady malherido en el suelo. Poco a poco, el simbionte comenzó a intentar envolverle de nuevo.

-¿No le detenemos?- preguntó Capa.

-Ya lo hemos hecho- dijo Spector señalando a Shang-Chi.

El asiático se acercó a Cletus Kasady, ahora un humano normal y corriente.

-En cuanto el simbionte vuelva, os vais a...

Shang-Chi le sacudió un fuerte golpe de mano de canto en el cuello, dejándole inconsciente.

-Hablas demasiado.


Ahora.

El hombre trajeado y con gafas terminó de oír la situación sobre el efectivo que deseaba usar, pero ya no podía.

-Me está diciendo que hay un nuevo grupo de héroes...no, de vigilantes y que no hemos sido informados de ello...que no he sido informado y que, además, están interfiriendo en nuestros planes.

-Exacto...señor- murmuró la mujer.

El hombre carraspeó y siguió hablando.

-Quiero toda la información sobre ese nuevo grupo mañana mismo. Antes de la hora de cenar. Nada de la semana que viene. Este asunto ha adquirido prioridad máxima para todos. ¿Entienden? Y quiero una lista de efectivos que puedan sustituir al señor Kasady...con sus características de poder y psicológicas a ser posibles. Mañana mismo lo quiero todo.

Los demás asintieron.

-Tenemos que ver qué hacemos con esos...héroes o lo que sean.

Continuará...


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Referencias:
1 .- Capa se enfrentó a Matanza en la ya mítica saga “Matanza Máxima”.
2 .- Ver “Veneno: Matanza desencadenado” una de las series limitadas que se le dedicaron a Veneno

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