Título: Memorias de verano Autor: Nerocles Portada: Luis Gabriel Trejos Publicado en: Agosto 2007
Varios miembros de la Sociedad guardan desde hace varias décadas un terrible secreto. Descúbrelo en "Memorias de Verano"
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Durante los días de la Segunda Guerra Mundial un grupo de hombres misteriosos lucharon juntos como el primer supergrupo de todos los tiempos. Ahora algunos de los viejos héroes se unen a una nueva generación siguiendo adelante con el legado. Hoy la Sociedad de la Justicia de América sigue viva!
Justice Society creada por Sheldon Mayer y Gardner Fox
[Valencia, España - 1944]
-¿Esto es todo lo que Estados Unidos puede ofrecernos?
-¡No te quejes Carter y disfruta! Estas vistas son maravillosas y perfectas, mucho mejor que lo que veremos dentro de unos días, cuando entremos en combate.
Jay Garrick vestía un bañador negro de tirantes. Junto a él, Alan Scott había sido el más intrépido al meterse en el agua sin ni tan siquiera pensárselo. Aunque encontraba un poco fría el agua para su gusto, la había calentado con el poder de su anillo. Carter Hall aun vestía sus tejanos y no se le había pasado por la cabeza desprenderse de su camisa a cuadros.
-No pienso bañarme en esa agua. Mucho menos en un momento como éste. Nuestra misión...
-Ha sido aplazada – dijo Alan desde el agua-, ahora ven y tómate un merecido descanso. Mañana será otro día, difícil, pero debemos disfrutar del momento – Alan había salido ya y se había tumbado boca arriba, abriendo los brazos como si eso le relajase-. Vamos, quien sabe si mañana, cuando todo haya pasado, podremos volver a mirarnos a la cara.
-Prefiero no pensar en eso y, visto lo que pasará, no creo que merezca disfrutar con estas gentes – dijo refiriéndose a la gran cantidad de españoles que les rodeaban y les miraban con curiosidad, debido quizá a que ninguno entendía nada de lo que decían.
-Vivimos deprisa y de eso sé un poco chicos, para bien o para mal, cada momento que se nos da debemos disfrutarlo pues, haciendo lo que hacemos, ¿quién no asegura que mañana podamos volver a casa para cortar el césped?
-Je, supongo que cuando Jay Garrick saca una de las dos venas que le quedan de sabiduría y se pone a filosofear, hay que hacerle caso – Carter comenzaba a quitarse la camisa-. Fuera las penas, es momento de divertirse – se quedó en calzones y calló de culo hasta la blanda arena dándose prisa para quitarse los zapatos-. ¡Vamos!
[Estados Unidos – La Actualidad] [La Casa Blanca]
El presidente Luthor ojeaba el papeleo que le llegaba a su mesa bajo el sello de “asuntos internacionales”. Había estado consultando todos los archivos relacionados con metahumanos que sus antecesores le habían dejado. Hace dos semanas descubrió uno muy curioso, pero al que, incluso él, tenía acceso limitado por la mala conservación de los archivos y la falta de muchos de estos, pero había tres nombres claros: Green Lantern, Flash y Hawkman. El por aquel entonces presidente Truman lo había dejado escrito así: “El Poderoso, El Audaz y El Fuerte”. Desde que leyó aquello había tenido a un pequeño departamento de investigación indagando sobre el tema, el informe final había llegado esta mañana sobre su mesa.
[Estados Unidos, Cuartel de la JSA]
-Te digo Courtney que no tienes edad para ir a esa discoteca. Como miembro de la JSA tienes que dar cierto ejemplo, aunque sea de carácter moral.
-Mira, Terrific, tengo poderes cósmicos por dios y he ido a lugares más peligrosos que “la nueva discoteca dos manzanas más abajo”, estaré segura. Además, Hourman me acompaña.
-¿Cómo? -se sorprendió el aludido, que acababa de pasar por allí.
-Vamos Rick, debes tener ganas de una buena juerga. Es decir, cuando no hay emergencias, alguien debería tener ganas de hacer algo divertido.
-Podéis ir – intercedió Alan-. No es mala idea, Terrific, a veces necesitamos... relajarnos antes de que venga algo malo.
Hawkman, que estaba sentado en una silla, apoyado sobre la mesa cercana no dijo nada, simplemente miró a Alan durante un segundo
-Si no te sientes seguro – continuó Green Lantern- puedes ir con ellos, te deshaces un poco de tus problemas y te los creas, no creo que la chiquilla sea fácil de vigilar.
-Eso me parece mejor, escolta- Mr. Terrific sonrió.
-No sé si darte un abrazo o una patada, Alan, pero gracias.
-Marchaos ya...
Una vez se quedaron solos y las puertas de la habitación estuvieron cerradas, Carter se levantó y comenzó a andar de un lado para otro, sin decir más.
-¿Seguro que ha recibido el aviso?- preguntó.
-Claro, lo más probable es que esté hablando ahora con su mujer, despidiéndose.
-No seas tan catastrófico Alan, no sabemos nada de este asunto.
-Claro, todos los días recibimos una carta al cuartel dirigida a Green Lantern que solo dice “España 1944”.
-Eso no quiere decir nada.
-Por favor, lo dice todo. Nos citan para hablar de algo sucedido ese año, en España. Dime Carter, ¿Cuántas veces has estado en España en 1944?
Hawkman no supo qué decir pero antes de que pudiera seguir protestando percibió un reflejo carmesí, la entrada de su compañero Jay Garrick, Flash.
-¿Ha pasado algo? ¿Ha pasado algo?
-De momento nada, Jay, aún nada -Alan miraba por la ventana, había visto su llegada desde ésta-. He conseguido que Terrific, Star y Hourman abandonaran el lugar, y Kiera está en St.Roch trabajando en algún asunto del museo.
-¿WildCat? –Preguntó Carter-
-En un combate de boxeo y Canario Negro dijo que iba a Star City.
-Eso nos deja al mejor médico ciego del mundo y a un poderoso agente del Caos y del Orden cerca nuestro.
-Medianoche está en una convención y Fate... nadie lo sabe, cuando Hector quiere desaparecer, lo hace. Posiblemente se haya dejado caer por su torre. Estamos completamente solos.
-¿Entonces toca esperar?
-Así es, Jay – Alan dejó de mirar por la ventana y se volvió hacia su compañero-. La nota decía que nos veríamos aquí a las once y media. No había ni remitente ni nada, solo un sello, el del presidente.
-¿Luthor? -Carter cambió su cara. El único que había leído la carta era Alan y hasta el momento había omitido la mayor parte de los detalles de la misma. El saber que Luthor era posiblemente el hombre que la había enviado no hizo mas que ponerle más nervioso- ¿Nos vamos a fiar de una comadreja como Luthor?
-Primero, Carter, tranquilízate. Segundo, “no nos podemos fiar” porque simplemente Luthor no ha dicho nada, el sello podría ser falso, o venir de cualquier conspirador del gobierno, siempre los ha habido. Pero la nota – el sonido de un helicóptero frenó a Alan- ¿en la azotea?
Instintivamente Flash subió a toda velocidad y volvió en cuestión de un segundo.
-Bueno chicos, creo que ya podemos aclarar un punto, se trata de Luthor. Ha llegado el Presidente –al terminar de decir esto unos cuantos hombres vestidos elegantemente, pero que dejaban ver el bulto de un arma bajo su chaqueta fueron entrando apresuradamente en la sala-. Tranquilizaos, no es tan fácil entrar aquí, si vosotros habéis llegado hasta esta habitación es porque me he apresurado en desactivar las medidas de seguridad.
-Muchas gracias, Mr. Flash.
-Flash a secas, Sr. Presidente.
-Luthor a secas, por favor.
Hawkman no pudo contenerse un segundo más y se abalanzó levantado del cuello a Lex, el cual apenas se inmutó pues, como acto reflejo sus chicos cubrían ahora al hombre halcón.
-Déjale o...-insinuó uno de los guardaespaldas apuntando directamente a la cabeza de Carter-
-Señor Halcón, no hay que ser tan brusco, vengo en busca del conocimiento, nada más.
-¿De qué hablas? -Green Lantern tomó parte en la conversación por fin.
-Hablo de obtener información.
-¿Con qué propósito?
-La información es poder, Green Lantern.
-Y este hombre sin escrúpulos ya tiene mucho –intervino Hawkman-. Lo que quieres saber no está en los libros de historia.
-No, precisamente están en algunos de los archivos de la Casa Blanca, todos muy desordenados y de manera que lleven a la confusión a la hora de buscarlos. Creo que todos, a excepción de mis chicos, sabemos mas o menos de lo que hablamos. Vamos, sois héroes, al contármelo solo prestaréis un servicio público mas. Además, ésta es la vía fácil, os podría llevar a declarar ante un juzgado si quisiera, pero por como estaban escondidos los archivos, querría guardarme vuestra historia para mí.
-Habla de justicia pero viene con tretas, Green Lantern echémosle ahora de aquí o...
-Si quiere escuchar la historia Sr. Presidente, sus hombres deberán abandonar la sala.
Al decir esto a Luthor le faltó tiempo para echar a sus acompañantes con una simple mirada, tras lo cual se acercó a la mesa donde antes había estado Hawkman (y donde ahora estaba su maza) y tomó asiento.
-Lo que estás apunto de escuchar –comenzó Alan- es una lección de lo que se podría llamar “Historia desconocida del mundo contemporáneo” y sucede justo antes de que tu padre piense siquiera en tener un pequeño Lex. Por algún motivo, Truman, incluso antes de ser presidente ya nos había cogido “admiración” o “cariño” a los tres, nunca supimos por qué, pero había solicitado de nuestra presencia en más de una ocasión siendo senador, ya fuera para la guerra, o incluso para algún acto público. Cuando se convirtió en presidente, la cosa supongo fue a más. De todas formas, supongo que ninguno de nosotros esperábamos acabar como lo hicimos aquel verano...
[España - 1944]
“...Como siempre se nos acomodó cerca de la operación que debíamos realizar, no sabían nuestras identidades y debido a un incidente la primera vez que solicitaron nuestros servicios, durante el cual Flash inspeccionó la zona y encontró a varios agentes del gobierno, simplemente tuvieron que fiarse de nosotros cada vez que aparecíamos. La casa u hotel normalmente era para cuatro personas, siempre se reservaba una habitación más en caso de acomodarnos en un hotel por si había una emergencia decían. Teníamos por correo a la mañana siguiente de establecernos nos llegaba dinero y los armarios estaban repletos de ropa de diferente talla y estilo...”
-Ha llegado una carta mientras estábamos fuera – Carter fue el primero en darse cuenta, sobre el escritorio de la habitación de hostal donde estaban, un sobre con el sello de los Estados Unidos había sido dejado en su ausencia-. Jay podrías...
...de vez en cuando lo hacíamos, supongo que el miedo a exponer a nuestros parientes siempre hacía que surgiera esa sensación de vigilancia. Jay en cuestión de un segundo podía cubrir un kilómetro cuadrado sin dejarse un lugar por ver...
-No hay nada, Carter. Vamos, abre la carta -insistió Jay.
..Y abrió la carta. Nos daba las indicaciones finales de la misión que debíamos realizar en aquella ocasión. Debíamos dirigirnos a un portaaviones estadounidense que se situaba cercano a nosotros, allí saldríamos hasta Italia, dispuestos para nuestro cometido...
-Estas instrucciones deben estar equivocadas – protestó Hall lanzando la carta al suelo antes de habérsela leído en voz alta a sus compañeros. Alan utilizó su anillo para recogerla-. Hacemos esto por “patriotismo” pero no a este nivel.
-Es una orden directa de Washington –Alan apretó la carta con todas sus fuerzas-. Debemos hacerlo.
-¿Pero qué dice la carta demonios?
Le expliqué a Flash la situación. La cual tú conocerás conforme sucedió, sabrás la verdad. En el portaaviones nos dieron el punto exacto a donde debíamos dirigirnos, dormimos aquella noche abordo. A la mañana siguiente nos levantamos temprano. En aquellos años los héroes no eran tan corrientes como hoy día, y en cierta forma nuestro tratamiento se balanceaba entre la admiración y el trato que se le daba a los freaks de un circo de rarezas, curiosamente en ese momento recordé mi estancia hacía unos meses en Florida donde casualmente había visitado uno de esos antros, la mujer barbuda y el enano levantador de pesas. Les degradaban y ellos así se dejaban.
“Céntrate en la historia, Green Lantern” -sugirió Lex.
Como quieras, total, sabía que no entenderías nada de aquellos años. A la mañana siguiente estábamos en Italia.
[Italia -1944]
Acabamos en una cordillera italiana, en la cual se supone, habían acampado miembros de la SS, acogidos por el Duce, pero que según nuestra información, se infiltrarían de manera totalmente ilegal en la región vaticana, donde buscarían uno de los famosos objetos místicos de los que se dice Hitler era un entusiasta.
“¿Lo era?”-preguntó Lex-
Supongo que si. Sea como fuera, nadie debía vernos. En aquellos años los héroes americanos no eran bien vistos en la Italia de Mussolini, al menos en lo que quedaba de ella, por aquellas fechas Mussolini ya no gozaba del mismo poder y su fascismo solo abarcaban una zona de Italia, precisamente donde estábamos nosotros . Se nos consideraba enemigos de la nación, contrincantes contra la supremacía europea. La guerra casi había acabado prácticamente, pero a nosotros aún nos quedaba una misión que realizar.
-Esto cada vez me gusta menos. Las órdenes...
-Debemos cumplirlas, Hawkman, así de sencillo.
-Alan, estoy con Carter, no me gusta la pinta que tiene esto. Hasta ahora sólo nos hemos encontrado con niños y viejas. Por lo que hemos visto lo único que pudiese haber por estas montañas es un pueblo, o más bien, yo lo definiría como aldea... medieval.
Pese a las disputas seguimos, subiendo a pie bañados por la luna para no llamar la atención, así nos lo habían pedido. Incluso Flash iba a nuestro ritmo, el ataque debía ser compacto.
“Sigue” -Luthor se impacientaba, llevaba diez minutos esperando oír el desenlace, que era lo que realmente buscaba, la historia en sí, su misión. Pero Green Lantern apenas había revelado nada. Luthor valoraba mucho el tiempo y en diez minutos se puede invadir un país o destruir el mundo.
Bueno, finalmente llegamos y lo encontramos. La misión: destruir el campamento. El problema era mas grande, el campamento era un pueblo situado en una montaña, los soldados no eran exactamente de la SS, pero eran peligrosos, mucho. El problema grande vino después, mujeres y niños, repartidos por todo el pueblo, hacían vida normal. La segunda parte del problema grande nos era más conocida, ¿te suena el nombre de Ultra-Humanita?
“Claro”
Uno de los personajes mas peligrosos que jamás he conocido y uno de los más antiguos “villanos” si así se le puede llamar, yo le llamaría escoria. El Humanita supo de nuestra llegada y varios de sus sirvientes, los cuales habían sido mejorados en reflejos y fuerza gracias a su ciencia pudieron contrarrestarnos, manteniéndonos fuera del pueblo. Había construido una empalizada de madera, y las torres de vigilancia iluminaban el cielo. Además armaron a algunas mujeres con más lanzas de madera. Eres un hombre listo Luthor, sabrás que mis poderes...
“Si, nada de madera”
Bien. Solo Flash podía introducirse en la zona, pero hasta para él habían medidas. En aquellos años la tecnología no era como ahora y si un arma tenía que destruir algo lo hacía, además de llevarse al infierno todo lo que estuviera al lado del objetivo. Un campo vibracional para a Flash, el dolor le era inmenso llegando incluso a romperse un par de dedos en su primer intento por entrar al poblado. Siempre nos preguntamos que hubiera pasado si Starman o el Dr.Destino nos hubiera acompañado aquella vez, supongo que todo hubiera sido más fácil, pero el gobierno siempre nos eligió a nosotros. Solos. En una ocasión recuerdo intentar hacer que Wildcat nos acompañara, pero se negaron.
“Acaba tu historia de una vez, Green Lantern”
El tono de Luthor no le gustaba a ninguno de los presentes, en especial mucho menos a Carter Hall, Hawkman. Si le contaban la historia, si le permitían estar allí era por su cargo y porque sabían, que sabiéndolo él, nadie mas se enteraría ya pues Luthor era un receloso guardián de sus secretos. Alan se serenó.
Finalmente, tomamos la decisión más vergonzosa que pudimos. Comprende Luthor, recibíamos órdenes de la Casa Blanca, estábamos en guerra.
“Lo entiendo.”
Verás, finalmente destruimos el lugar.
“Define destruir.”
Si se busca en cualquier mapa de la región aquel pueblecito, simplemente no aparece. Si viajas al norte de Italia, escucharás la leyenda de una ciudad pérdida, una leyenda moderna.
“Creada, podría decirse, por leyendas modernas. Dime Green Lantern, seguro que lo sabes, ¿Cuántos civiles murieron ese día?”
Flash comenzó a correr, alrededor del pueblo. Estaba exactamente situado sobre una planicie. Hawkman mientras destrozaba los árboles que lo rodeaban que me pudieran estorbar. Yo mientras, esperaba.
Finalmente todo estaba dispuesto, Hawkman se me quedó mirando en el aire, con ojos un tanto tristes por la decisión (casi lloros, se permitió omitir Alan). Si con vibraciones y los frutos de la madre tierra creían que podían detenernos, con algo parecido les hicimos caer. Gracias a los poderes de Flash conseguimos desestabilizar la zona a un nivel imperceptible en un primer momento, la tierra temblaba bajo sus pies y ellos apenas se daban cuenta. Luego utilicé mi poder, creo que como nunca lo había usado hasta entonces, el esfuerzo, la voluntad que tuve que poner en aquella ocasión fue agotadora. Poco a poco fui sumergiendo las energías de mi anillo bajo tierra. Poco a poco me fui extendiendo como las raíces de los árboles que daban la madera necesaria para detenerme, agitando poco a poco la tierra. Flash aumentó su velocidad, yo incremente el movimiento energético. Piedra y tierra se pulverizaron en un instante, volviéndose una papilla sobre la que nada se sostenía. Finalmente todo se sumergió bajo tierra, tanto máquinas como hombres. Más de quinientas personas censadas en el pueblo pudimos comprobar más tarde, mujeres, niños, por no hablar de los hombres que habían sido utilizados por el Ultra-Humanita.
“Encantador” – dijo satisfecho Luthor-
[La actualidad – Cuartel de la JSA]
El cuartel de la JSA había sido testigo de muchas cosas a lo largo de su reciente existencia. Quizá esta fuera una de las que mas desearía olvidar si tuviera recuerdos o sentimientos. Luthor se levantó bien complacido.
-Gracias “héroes”, los archivos de América están un poco mas llenos y completos gracias a vosotros - para ninguno pasó desapercibido el tono al decir héroes.
-Nos obligaron, Luthor, eran órdenes del presidente, ¿lo entiendes?
-No tienes que disculparte, Halcón. En la guerra todo está permitido, incluso los genocidios. No os preocupéis, vuestro secreto estará bien guardado.
Luthor comenzó a salir entonces por la misma puerta por la que había entrado media hora antes. Los miembros de la JSA que estaban junto a él ni se molestaron en mirarlo, dudaban entre si habían hecho bien o no al contarle la historia. Todos callaron mientras la puerta por la que se iba chirriaba.
-Gracias, chicos.
Pudieron oír el helicóptero yéndose al igual que había venido. Nadie dijo nada. Tras unos minutos en silencio, al ver que el silencio se hacía ya demasiado incómodo, Hawkman abrió el pico.
-¿Podemos estar seguros? Quiero decir, ¿el secreto está seguro con él, Alan?
-Lo estará.
Jay dudó de la palabra y la voz de su compañero.
-Es una rata, no podemos estar seguros. Si el secreto saliera a la luz pública...
-No lo hará. Si lo hace sabe qué se habrá ganado...
-¿La muerte?-sentenció Carter inseguro- No podemos hacer nada, nada más que rezar, por que por una vez Luthor resulte noble y no desvele lo que pasó hace tanto, en verano.
FIN
Justicia para todos
Bueno, pues aquí un especial de la JSA que escribo incluso antes de que se inicie la serie regular. ¿El motivo? Soy un fan. Vale, no tengo ni la edad ni los recuerdos que muchos podáis tener sobre el grupo, pero realmente su última encarnación me ha encantado y siento bastante respeto por toda esa cantidad de personajes clásicos de la Edad de Oro de DC. Ante la espera a poder leer los números de José Luis Miranda, al cual sigo con mucho gusto en su Wonder Woman, me decidí a hacer mi propio número, esperando al menos contentar así a los otros fans de este emblemático grupo. Lo que siento es que no pudiera meter a todo el grupo en esta historia, solo a los personajes que yo he considerado apropiados. La historia está encuadrada en el verano de 1944, casi un año antes de que acabara la Guerra. He intentado encuadrar todo para que las fechas no se contradigan con la historia real (Truman no fue elegido Presidente hasta la muerte de Roosevelt, en abril del 44, por ejemplo. La situación de Italia en este preciso momento también tuve que buscarla para no meter la pata y cosas así). Si alguna fecha o dato falla mis más sinceras disculpas, pero me lo puedo haber saltado. Sin más espero que os haya gustado esta historia, que no busca nada más que entreteneros y haceros pasar un buen rato. Nos vemos.
Nerocles
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