La Vision Annual nº01

Título: El fin del juego
Autor: Lobo Rojo
Portada: Lobo Rojo
Publicado en: Junio 2008

¡La Visión contra el Hombre Maravilla! ¡Leopoldus contra el Segador! ¡Maggia contra Shield! ¡y Muchas e inesperadas sorpresas más! ¡Nuff said!

Posee un cuerpo artificial que le dota de enormes poderes: controla su densidad, posee una mente computerizada y una joya solar capaz de absorver y emitir grandes cantidades de energía.  Y sin embargo es su alma humana y compasiva lo que le convierte en uno de los Héroes Más Poderosos de la Tierra. El es...
Creado por Roy Thomas y John Buscema


Eres la Visión, el vengador artificial, y te hallas semiinconsciente en el suelo. Tu cerebro computador intenta por todos los medios contrarrestar el dolor del golpe recibido y poner en marcha tus sistemas de movilidad. Quieres cambiar de densidad para hundirte en el suelo y ponerte a salvo, mientras te recuperas, o adquirir la dureza del diamante para soportar mejor el castigo que se te va a infligir. Tus ojos ven acercarse una figura borrosa, o en tu caso deberíamos decir pixelada, tu cerebro deduce que pertenece a Simon Williams, El Hombre Maravilla, tu hermano. Un hermano que bajo el control del Conde Nefaria está dispuesto a matarte con sus propias manos. Vives la situación como el humano que vive una pesadilla y quiere despertar para que todo acabe. ¿Alguna vez has soñado? Todo es inútil, ninguna parte de tu cuerpo responde y los puños de tu esclavizado hermano se levantan para destruirte. Te preguntas si ha llegado el fin.

A cientos de kilómetros de allí, en uno de los laboratorios escondidos del Pensador al que los hombres llaman Loco, este criminal observa a través de diversos monitores la situación del vengador sintético, mientras juguetea con un pequeño aparato en sus manos. Un artilugio que a nosotros, con un coeficiente intelectual normal, simplemente nos recordaría un mando a distancia. Sin apartar la mirada de la docena de pantallas que tenía ante él, el científico comenzó a disfrutar del sonido de su propia voz.

- Planteamiento: La Visión, El Hombre Maravilla y el Siniestro Segador se infiltraron en la reunión de Maggia, en la que el misterioso “Gran M” pretendía hacerse con el liderazgo de todas las familias. Al verse sorprendido, “Gran M” convocó su as en la manga, un esclavizado y superpoderoso Conde Nefaria. Sin embargo, el aspirante a líder no contaba con que la presencia de Simon Williams, un ser de energía iónica, alimentaría los poderes de Nefaria permitiéndole escapar a su control. Del mismo modo, el poder del Conde Nefaria sobre criaturas de energía iónica ha esclavizado a alias El Hombre Maravilla al que ha ordenado aniquilar a su compañero vengador, la Visión, quien sorprendido por un poderoso golpe de su aliado, yace inconsciente e indefenso en el suelo. El Hombre Maravilla se dispone a descargar sus puños sobre él. ¿Posibilidades de que reciba ayuda?

- Dato 1: El cadáver del Siniestro Segador yace en el suelo, con el cuello roto por el Conde Nefaria. 0% de probabilidades de ayuda.

- Dato 2: La unidad de SHIELD que apoyaba a los héroes se ha visto forzada a entrar en acción deteniendo a todos los presentes. Sus agentes están demasiado ocupados para el rescate. 5% de probabilidades de ayuda.

- Dato 3: El oficial al mando de la operación, el teniente Edward S. Chance, encabezaba un grupo de Mandroides que combate con Nefaria. 1% de probabilidades de éxito.

- Dato 4: “Gran M” y su lugarteniente, el mercenario Leopoldus no ayudarán. Están demasiado ocupados buscando una salida.

- Dato 5: El Supervisor y el terrible Chapucero, anfitriones y valedores de la reunión de las familias, tampoco ayudarán, no hay motivo económico ni satisfacción personal para hacerlo.

- Dato 6: Diversos contendientes, espoleados por la avaricia, aceptaron la recompensa que Lotus Newmark, actual cabeza de la rama de Maggia en la Costa Oeste, ofrecía por la cabeza de su odiado enemigo El Hombre Maravilla. Lamentablemente, Jack O´Lantern, la Anguila y Ciclón solo lograron retrasar unos segundos a Williams. Lotus lo haría de buen grado, pero carece de los poderes necesarios [1] .

- Hipótesis: Los continuos golpes de El Hombre Maravilla podrían causar daños irreversibles al cuerpo del androide. Daños que irremediablemente afectarían los planes que tengo para él y que tan brillantemente he ideado.

- Conclusión: Para mis planes necesito a la Visión en perfecto estado. No debe sucederle pues ningún daño.

- Afirmación: Me veo obligado a intervenir. - Y dicho esto, apuntó el dispositivo que tenía en la mano contra los monitores ante él, como aquel que va a cambiar de canal.


Desde el pequeño Heli-Transporte que servía como base de comunicaciones para toda la operación, el agente Jonathan Cross, mano derecha del teniente Chance y segundo al mando de la operación de SHIELD, supervisaba la misión. Desde el primer momento Cross había presentado objeciones al plan de Chance, pues encontraba bastantes irregularidades en él. En primer lugar, todas las divisiones de SHIELD habían recibido órdenes estrictas en contra de actuar al unísono con el vengador llamado la Visión, pues su capacidad para interactuar con computadoras suponía un riesgo para la seguridad. También, desde hace relativamente poco, una orden de SHIELD restringía el uso de armaduras Mandroide, ahora únicamente permitido a personal especializado de la organización [2] .

Sin embargo, Chance había tenido acceso no solo a un Mandroide, sino a una unidad completa de armaduras de este tipo. El mismo teniente vestía una armadura clase Omega, un prototipo de Mandroide cuya existencia pocos mandos conocen. Si Chance no contase con la autorización necesaria esto debería tener repercusiones en la base Prevención a corto plazo. Aun así, Cross sabía que no podía objetar nada, al menos hasta que terminase esta misión. Su deber era seguir las órdenes de su inmediato superior y solo finalizada la operación presentar sus informes, incluyendo en ellos las objeciones e inconveniencias surgidas durante esta.

El oficial observó como, de acuerdo con la estrategia planeada, las fuerzas de elite de SHIELD bajo su mando se habían distribuido a lo largo de la carpa. Por su transmisor, el lugarteniente de Chance recordó a sus tropas las directrices de la misión.

- ¡Mantened acordonada la zona y proceded a la detención de todos los presentes, pero de ninguna manera interfiráis en la operación de los Mandroides o de los dos Vengadores, al menos mientras uno de ellos permanezca en pie. – Y pensó para sí. “Y si caen, dudo que tengáis alguna oportunidad contra sus vencedores”.


En esos instantes, el Conde Nefaria dejaba caer al suelo los dos Mandroides que acababa de derrotar. Miró con curiosidad al recién llegado ante él. Vestía una armadura de Mandroide, un modelo similar a los que ya había abatido, pero algo más alto y voluminoso. El saludo de su ocupante - Volvemos a encontrarnos señor conde… – había llamado la atención del aristócrata italiano. El antiguo líder de Maggia entornó los ojos en un intento de vislumbrar el rostro tras la mampara de cristal tintado que formaba el visor de la armadura. Era inútil, no podía identificar al hombre en el interior de la sofisticada coraza.

El teniente Chance miró a Nefaria y recordó la última vez que le vio, por un momento pareció que todavía estaba allí sonriente y victorioso al otro lado de los opresores barrotes del calabozo K. Recordó a Rick, Bill y los demás. Cuando los Vengadores acudieron a rescatarles los matones de Nefaria no tuvieron nada que hacer contra ellos. Thor, Iron Man, el Capitán América, el Hombre Gigante y la Avispa derrotaron a los miembros de Maggia sin apenas pestañear. Todo iba bien hasta que él lo fastidió. En su afán de ayudar, su desmedido impulso juvenil le hizo ponerse en peligro, y como resultado la maravillosa Avispa resultó gravemente herida [3] . Esa fue la última aventura de la Brigada Juvenil junto a los Vengadores. Y todo por su culpa. Tras todos estos años la sonrisa despectiva y confiada de Nefaria continuaba resultándole odiosa.

- ¡Luchino Nefaria, en nombre del gobierno de los Estados Unidos, y por la autoridad que el Consejo de las Naciones Unidas y SHIELD me confieren, queda bajo arresto, acusado de homicidio, chantaje, destrucción de la propiedad privada y resistencia a la autoridad! – Exclamó el teniente Chance, trago saliva y ocultando su preocupación volvió a gritar con voz autoritaria – Vienes por las buenas, o...

Nefaria sonrió divertido, y movió el dedo índice en señal de negación.

- ¡Tsk, tsk, oficial! ¿Dónde están sus modales? Uno nunca debe tutear a sus superiores. ¿Ya no les enseñan eso en la academia de SHIELD? Es preocupante... Pero lo que es más preocupante - dijo adoptando un tono y una postura amenazante – ¡ES QUE TE ATREVAS A DIRIGIRTE A MI POR MI NOMBRE DE PILA, PULGA INSIGNIFICANTE!

Un par de rayos láser brotaron de las pupilas de Nefaria en dirección a Chance, este sintió el impacto de la energía contra el campo de fuerza que le rodeaba. Sino fuera por esa protección, la aleación de omnium superdenso de la que se componía su armadura se hubiera fundido y los láseres habrían atravesado su carne y probablemente algunos de los órganos vitales bajo su cavidad pectoral. “El campo de energía absorbe la energía láser que Nefaria emite, pero no podrá aguantar mucho más”. Se dijo el agente de SHIELD. “He de canalizar el calor y la luz producidas en mi beneficio, pasando a la ofensiva”. Y levantó el brazo izquierdo para disparar a través de él tres descargas de plasma calorífico contra el confiado Conde.

La oleada de calor frenó momentáneamente a Nefaria. Chance suspiró aliviado. Vestía una armadura de Mandroide clase Omega, a la que los agentes que conocían su existencia, apodaban en broma el Supermandroide. El prototipo había sido enviado en una ocasión a la Base Gamma, donde fue utilizada entonces por el coronel Glenn Talbot para intentar detener al increíble Hulk. Estaba en fase de pruebas, y el coloso esmeralda demostró entonces que todavía le faltaban bastantes ajustes para poder estar a su altura [4] . Su creador y diseñador, Anthonny Stark había dejado el proyecto inacabado, tras una crisis de conciencia que llevó a transformar Industrias Stark en Stark International y a desviarse de la producción de municiones y material bélico para dedicarse exclusivamente al desarrollo de las comunicaciones, la electrónica y las nuevas fuentes de energía. SHIELD mantuvo los diseños en su poder y continuó desarrollando el modelo en secreto, bajo su supervisión... ¡OOOps!… No hubo tiempo de hacer nada, el puño de Nefaria golpeó a velocidad vertiginosa la armadura de Chance derribándole y abollando la protección a la altura del estómago. El criminal aristócrata avanzó dispuesto a rematar a su presa.


Simon Williams miraba indefenso el cuerpo de la Visión mientras avanzaba hacia él. Una pequeña chispa en su interior rogaba porque algo ocurriese y desviase su atención de las órdenes de su amo. El problema era que nadie de los presentes, salvo el propio Nefaria, era lo suficientemente poderoso para detenerle. De reojo observó el cuerpo de su difunto hermano, el Siniestro Segador, estaba completamente inmóvil. ¿o no? le pareció verle temblar un momento, pero la necesidad de cumplir con la tarea ordenada evitó que pusiese más atención en ello.

A escasos metros de ellos, el mercenario llamado Leopoldus agazapado tras los restos de los demolidos Dreadnought, sopesaba cual sería su siguiente paso. Había sido contratado para proteger a “Gran M”, pero su prioridad siempre había sido la supervivencia. La llegada de SHIELD no suponía gran problema, pero Nefaria podía ser demasiado para él y sus hombres. Notó a alguien aproximándose a su espalda. Sus agudos reflejos le permitieron esquivar una afilada hoja que pasó escasos centímetros por encima de su cabeza, exactamente donde antes tenía su cuello. Ágilmente recuperó su posición y sus ojos asombrados no pudieron dar crédito al reconocer a su enemigo. El Siniestro Segador se hallaba tras él, de pie, con el cuello doblado, pero dispuesto a saldar viejas deudas.

- ¡Tú! ¿Nunca mueres, maldito? -

- Estuve allí. – Se jactó Eric Williams – Pero aprendí el camino de vuelta. – Lentamente los músculos y huesos de su cuello iban acoplándose a su configuración original.

Leopoldus saltó para esquivar el siguiente ataque de Eric Williams. Y sacó su cuchillo. - ¡Veremos si tu cabeza vuelve a pegarse a tu cuerpo cuando acabe contigo!

En ese mismo segundo los puños de El Hombre Maravilla se descargaron con toda su fuerza sobre el cuerpo inconsciente de la Visión. La mente de Simon horrorizada le decía que era una locura lo que estaba haciendo, sin embargo el influjo que su amo ejercía sobre él era irresistible.

Allí, a los pies del iónico vengador, la forma inconsciente de la Visión permanecía indemne sobre un suelo abollado y agrietado. Simon Williams, recordó de nuevo las órdenes de su amo - “¡termina con el robot, y luego mata a todos los que puedas!”. Mientras la Visión estuviera vivo no podía dejar de golpear, así que sus brazos atravesaron una y otra vez el cuerpo inmaterial del sintezoide golpeando sucesivamente el suelo bajo él.

El Segador y Leopoldus fueron separados por la onda de shock causada por la conmoción del impacto. Los agentes de SHIELD y los diversos criminales presentes perdieron pie con el temblor de tierra causado y acto seguido se vieron obligados a guarecerse de los múltiples fragmentos de roca y hormigón que se repartieron desde el suelo hacia toda la carpa.

El Pensador Loco desde su cubil, sonrió satisfecho.


Para fortuna del teniente Chance, los golpes de Simon Williams provocaron una providencial onda sísmica que hizo perder pie a Nefaria, mientras que el Supermandroide, gracias a los giroscopos automáticos ubicados en su armadura, mantuvo el equilibrio. Chance aprovechó la oportunidad y disparó una serie de proyectiles conmocionadores desde los cañones de sus antebrazos. Los pequeños misiles detonaron al impactar con el poderoso villano.

Nefaria parpadeó molesto ante el derroche de luz y sonido a su alrededor. - ¡Pagarás por esto, hombrecito! ¡Pelaré tu armadura y te arrancaré los brazos de cuajo!

- Brown, Palmer, ¿Estáis en posición? – Susurró Chance por su intercomunicador en una de las frecuencias de SHIELD.

- Palmer preparado. - Contestó una voz.

- Teniente, necesitaré dos minutos. – Contestó el agente Brown - El movimiento sísmico ha descalibrado los instrumentos.

- ¡Brown, no tenemos tiemp…! – Chance no pudo continuar. Nefaria había saltado sobre él y había incrustado sus dedos en la placa pectoral de su armadura.

- ¡Te arrancaré el corazón!

Chance no contestó, se limitó a redirigir la energía eléctrica de la armadura en un intento de electrocutar al Conde. Nefaria rió al sentir el cosquilleo de los miles de voltios recorrer su cuerpo.

- ¡Ja! ¿Crees que e librarás de mi con cosquillas, como si fuera un niño? – Y aplicó más presión con los dedos.

- ¿Brown, maldición, te falta mucho? – preguntó Chance mientras aumentaba la intensidad del voltaje. No hubo respuesta. No había contado con que con todo el sistema eléctrico desviado hacia la figura de Nefaria, las comunicaciones se bloquearían. Para su pesar, el aristócrata no parecía afectado. Entonces sucedió lo peor, la armadura comenzó a emitir chispas, y Chance, a pesar de su traje aislante, experimentó descargas eléctricas de intensidad variable a través de su cuerpo.


Mientras se ponía en pie, Eric Williams miró hacia su hermano Simon. - El control de Nefaria sobre sus víctimas debe ser total – pensó – El dulce Simon está golpeando al robot sin ningún escrúpulo. ¡Je! Tendría gracia que consiguiera hacer lo que yo siempre he querido. – Consideró un momento la ironía de la situación, y su sonrisa se transformó en mueca de preocupación. – ¡No, no deb…!

Fue entonces cuando vio como el hombre llamado Leopoldus apuntaba su arma contra él. Apenas tuvo tiempo de girarse. El disparo atravesó su capa y un agente de SHIELD tras él recibió el impacto de lleno.

- ¡Maldito mercenario…! – Masculló apretando los dientes.

Por toda respuesta Leopoldus le apuntó con su mano izquierda, y de su muñequera voló una ráfaga de proyectiles afilados en dirección a Williams.

El rotor instalado en la guadaña del Siniestro Segador comenzó a girar a alta velocidad y la lluvia de cuchillas se estrelló contra la hoja giratoria. Williams vio como Leopoldus llevaba su mano derecha al cinturón y arrojaba algo hacia sus pies.

Sin pensarlo, la encarnación de la muerte alzó el brazo con su guadaña todavía girando, y saltó hacia arriba. Con su hoja emulando la hélice de un helicóptero, el Segador ascendió, alejándose de la onda expansiva provocada por el explosivo arrojado por su enemigo.

Entonces fue Leopoldus el que se vio obligado a buscar cobijo, pues media docena de agentes de SHIELD comenzaron a disparar contra él. El asesino profesional se arrojó de nuevo tras los restos de uno de los Dreadnoughts desguazados al tiempo que contestaba al fuego enemigo. Tenía que buscar la manera de salir de allí.


- ¡AAArrrghh! – Chilló Simon Williams mientras sus puños continuaban machacando el suelo bajo su intocable compañero.

A kilómetros del lugar, el Pensador Loco continuaba su soliloquio, mientras observaba el juego de pantallas ante él memorizando todos los acontecimientos.

– Fue una suerte que SHIELD hiciera brecha en los dispositivos de seguridad del Chapucero, pues aunque personalmente no me habría sido difícil infiltrarme en ellos, la pericia de Phineas T. Mason [5] es tal que seguramente habría detectado mi intrusión, y habría indagado sobre mi identidad, poniendo en peligro mi anonimato. En el momento que SHIELD intervino pude acceder a las cámaras de seguridad de la carpa, para hacerme así con una perspectiva total del desarrollo de los acontecimientos. – Miró el cronómetro en su pulsera. – Calculo que al sintezoide todavía le queda un minuto para estar operativo. – Afirmó.

Los golpes de Simon Williams, el hombre del que proceden tus pautas cerebrales, ni siquiera te afectan, pero su ira creciente, de algún modo te influye. Eres la Visión, el vengador artificial, y tu mente consciente intenta recuperar el control del resto de tu cuerpo. Las imágenes pixeladas que captan tus sensores ópticos van adquiriendo cada vez más resolución según van llegando a tu cerebro computador. Sabes que has cambiado a tu estado intangible involuntariamente, lo que te ha salvado la vida, y mientras lentamente terminas de recuperar el control de tus miembros, te preguntas también si habrás recuperado el control sobre tu propia densidad. Realizas un movimiento, y entonces, acosado por el continuo martilleo de los golpes de El Hombre Maravilla, simplemente abandonas el suelo y flotas, recuperando tu estabilidad.

- ¿Estás despierto? Da igual que huyas, encontraré la manera de tocarte. – Chilló El Hombre Maravilla intentando encubrir su impotencia.

Entonces lo sabes. Adquieres la certeza de que cuando El Hombre Maravilla te golpeó tus sistemas vitales se bloquearon y quedaste inconsciente a merced de tu atacante. No había manera de ponerte a salvo, ni mucho menos de alterar tu densidad para protegerte. Y sin embargo ocurrió. Tu cuerpo se volvió intangible con tal precisión que ni te hundiste en el suelo, ni flotaste en el aire, lo que te confirma una de las posibilidades que habías comenzado a considerar recientemente. Una fuerza externa es capaz de alterar tu densidad a su antojo. Una fuerza que parece interesada en mantenerte indemne, dada su oportuna intervención.

Ves a Simon Williams saltar contra ti y atravesar de nuevo tu flotante y etéreo cuerpo para aterrizar en el suelo detrás de ti, y te preguntas si podrás presentar batalla, o tus circunstancias te han convertido en un mero espectador de los hechos. Para comprobarlo vuelas en dirección a Simon y extiendes tu brazo izquierdo hacia él, mientras echas hacia atrás el derecho. El Hombre Maravilla se tensa mientras tu izquierda atraviesa su pecho, pues ya ha experimentado anteriormente el dolor que puedes infligir al solidifícalo en su interior… ¡y lo ha resistido!, por lo que se prepara para hacerlo de nuevo.

En el último instante cambias de estrategia, el brazo que atraviesa a tu oponente nunca llega a solidificarse, y es tu puño derecho el que solidificado a máxima densidad golpea con fuerza a tu gemelo de forma iónica.

- ¡UUUnnhhh! – Oyes quejarse a Simon mientras cae hacia atrás. Tu estrategia ha dado resultado, y el control sobre tu densidad parece estar otra vez bajo tu dominio. Tus pies solidificados se posan en el suelo.

Ves a El Hombre Maravilla saltar contra ti como impulsado por un resorte. Su embestida es inútil, de nuevo tu intangibilidad le hace quedar en ridículo cuando pasa a través tuyo y rueda por el suelo maldiciendo.

En su ira el vengador iónico arranca grandes porciones de suelo que usa como proyectiles contra ti. El primero se hace añicos contra tu cuerpo super-denso, el segundo ya atraviesa tu forma intangible. Notas como la trayectoria del tercero pondría en peligro a los agentes de SHIELD y miembros de Maggia tras de ti, y usas tus rayos termoópticos para fundirlos. Son solo unos breves segundos pero es el tiempo que Simon necesitaba. Ya no está ante ti.

- ¿Dónde…? – Comienzas a preguntarte.

- Detrás tuyo hermanito. – Mientras fundías el proyectil, El Hombre Maravilla voló en arco sobre ti y alcanzó el mismo objetivo hacia el que iba el peñasco. Te das la vuelta y tu corazón se congela al ver al hombre que podrías ser tú, sujetar con cada mano los cuellos respectivos de dos de los agentes de SHIELD presentes

- Simon, suéltales y escucha…

- ¡No! ¡Escucha tú, Visión! Enfréntate a mí como un hombre, sin trucos de fantasma, o quebraré los cuellos que ahora sujeto en mi mano.

No puedes dar crédito a lo que ven tus ojos. ¿Tal puede ser el influjo de Nefaria sobre Simon Williams que es capaz de transformarle en un frío asesino?


Desde su púlpito, “Gran M” veía como todos sus grandes esquemas naufragaban. Su demostración de fuerza había fracasado, tal y como la presencia del Segador y el falso Merodeador Enmascarado habían atestiguado. Su as en la manga, el esclavizado Conde Nefaria se había convertido en otro contratiempo, y para colmo, la intervención de SHIELD podía conducir a su detención, al descubrimiento de su verdadera identidad, y al final definitivo de los planes que tan bien había elaborado durante los últimos años. El control de Maggia había dejado de ser una prioridad… mantener su secreto y la libertad era ahora su principal objetivo. Se preguntó por las clausulas que había pagado al Supervisor y al Chapucero.

- ¡ “Gran M”, señor…!- le interrumpió una voz. Un joven ataviado con el uniforme característico de los esbirros del Supervisor había llegado hasta él. – Señor, me llamo George, el Supervisor me ha ordenado que me encargue de su evacuación. – Dijo mientras le colocaba un curioso brazalete. – Si hace el favor de seguirme.


Acuciado por la intensidad creciente de las descargas eléctricas, el teniente Chance redirigió la energía hacia los acumuladores de reserva de su sofisticada armadura.

Las comunicaciones seguían sin funcionar. El Mandroide intentó golpear al Conde con su brazo derecho, pero los superreflejos de este le permitieron evitar el golpe sin dificultad. Chance notó como las yemas de los dedos de su contrincante avanzaban a través de su coraza cada vez más cerca de su cuerpo. No quiso pensar en lo que harían cuando alcanzase su piel.

- Parecías conocerme… – Se burló el conde. – Hubiera sido mejor que no volvieras a encontrarme. - Y sin ningún esfuerzo levantó la armadura del suelo con un solo brazo.

- Entonces, ¿No me recuerdas? – Preguntó Chance.

Picado por la curiosidad, Nefaria acercó el rostro al visor del casco de la armadura. Tras él podía vislumbrar los rasgos de su ocupante. No recordaba para nada al agente de SHIELD, éste se alegró al ver que su enemigo había picado.

El visor de la armadura Mandroide clase Omega emitió entonces un flash cegador que sorprendió de lleno a Nefaria. Antes de que el criminal pudiera reaccionar, las palmas de las manos del Mandroide se colocaron sobre los oídos del Conde y descargaron al unísono una potente explosión sónica. Luchinno Nefaria sintió un dolor agudo y penetrante, como si miles de agujas se clavaran en su cerebro. La sensación de dolor reverberó a través de su cráneo y luego por todo su esqueleto, obligándole a soltar a su presa y retroceder varios pasos.

Aprovechando los segundos ganados, el teniente Chance activó el eyector de su armadura y fue propulsado hacia el cielo sin que el aturdido conde lo notase. La mochila propulsora de su espalda le mantuvo en las alturas.

Libre del caparazón que le rodeaba, Chance pudo acceder ahora al comunicador de su uniforme de SHIELD. – ¡Brown, Palmer, espero que estéis listos, es ahora o nunca! ¡Activad el plan AV-9W!

- Está en marcha. – Contestó Brown. - Hace medio minuto que activamos los sifones de energía. - Chance sonrió ante la eficacia e independencia de su equipo. Habían sido bien entrenados.


En otro rincón de la carpa, Jack O´Lantern, Anguila y Ciclón comenzaban a levantarse magullados. Aunque aturdidos, pudieron escuchar con claridad la voz de los agentes de SHIELD que les rodeaban.

- ¡Quietos donde estáis! ¡No hagáis ningún movimiento brusco! ¡Las manos sobre la cabeza!

Encañonados por los hombres de Chance, los tres criminales procedieron a obedecer, y fueron reunidos con el resto de los detenidos en la redada.

- SHIELD… - Dijo el Anguila – Necesitaremos un buen abogado… - Sus ojos se posaron en el también detenido César Cicerón. – Y no creo que esa vez nos sirva el enano…

- En los viejos tiempos Justin Hammegg nos sacaguía en cuestión de días, lástima que su hija no haya seguido sus pasos… [6] - Y el mercenario francés se fijo en la estilizada silueta de Lotus Newmark.

Tras su agrietado casco con forma de calabaza, Jack O´Lantern permaneció en silencio, contrariado por cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. No había venido para esto.

Lotus Newmark, la señora del crimen de Los Ángeles se lamentaba interiormente por no haber conseguido que alguien eliminase a su odiado enemigo El Hombre Maravilla, además no podía ser detenida, tenía negocios importantes en su ciudad, negocios que necesitaban de su presencia, pues su posición como nueva líder de la familia Maggia en la Costa Oeste todavía no estaba asentada. Una detención, incluso con salida bajo fianza, podía resultar devastadora para sus esquemas. Vio venir hacia donde estaba retenida a los tres únicos hombres que lo habían intentado, y sonrió pensando que todavía no estaba todo perdido. El francés Ciclón se colocó junto a ella sonriendo galantemente.

- Tres bien mon cherie, paguece que, después de todo, te ahogagas vaguios millones. – Comentó el francés a la reina del hampa.

- Ahora mismo me conformaría con que cubrieras mi retirada.- contestó ella con voz seductora.

Los ojos de Lotus se posaron en los de Pierre Fresson, le miraron profundamente y este sintió un deseo irresistible de hacer lo que ella le había ordenado.

Y entonces se desató un vendaval. Pillados desprevenidos, agentes de SHIELD y miembros de Maggia por igual comenzaron a ser bamboleados por la fuerza del viento desencadenado por el criminal europeo.


Leopoldus derribó de un disparo certero a uno de los agentes de SHIELD que le acosaban. Estaba dispuesto a vender cara su vida, cuando vio como sus antagonistas eran derribados por la fuerza del viento desatado por Ciclón. Eso bastó para desviar la atención de sus compañeros el tiempo suficiente para tomar la iniciativa, y así con su habitual agilidad salió de su escondite para buscar una salida. Pero ante él apareció de nuevo el Segador.

- ¿Dónde crees que vas? – Dijo Williams - Todavía no he terminado contigo. – Y disparó desde su guadaña una potente descarga eléctrica.

- ¡AAggh! – Gritó Leopoldus mientras se retorcía de dolor.

El Segador levantó su guadaña dispuesto a decapitar al mercenario sin ningún escrúpulo. – Voy a disfrutar de esto tanto como si cortase la cabeza de algún vengador. – Exclamó alborozado.

Pero las expectativas de Eric Williams se vieron trastocadas de nuevo. Tres hombres armados vistiendo los uniformes de la guardia personal del Supervisor se arrojaron sobre él disparando sus armas. Ahora fue Williams el que tuvo que buscar resguardo entre los escombros del suelo.

Uno de los recién llegados se acercó a Leopoldus. – ¿Señor, me escucha…? - Dijo mientras le ayudaba a incorporarse - Señor, me llamo Brian, se me ha encomendado la misión de evacuarle – Dijo mientras le colocaba un extraño brazalete. – Sígame, por favor.

El Segador observó como su enemigo se alejaba, mientras dos de sus enemigos continuaban disparando en su dirección. Sintió molestias en el cuello, y recordó como se lo había roto Nefaria. Debería estar muerto y sin embargo... Y ya van… ¿Cinco? ¿Seis veces? Probablemente los disparos que realizan contra él no le matarían de forma permanente. Pero el dolor seria otra cosa, el dolor y el tiempo perdido. A cada segundo que pasaba Leopoldus se alejaba, debía de intentar algo…

El rotor de la guadaña del Segador comenzó a girar y su oscura figura salió de detrás de su parapeto elevándose. Los dos tiradores del Supervisor descargaron sus armas contra él al tiempo que avanzaban. Demasiado tarde se dieron cuenta de que disparaban contra la capa y máscara del villano, atada a la guadaña giratoria. Antes de que pudieran reaccionar, el manco Williams, con una carcajada sádica, abrió la garganta de uno de ellos con un afilado pedazo de metal sacado de restos robóticos. El otro vaciló unos instantes, y disparó su arma. Tan solo acertó al cadáver de su compañero, tras el cual Williams se parapetaba.

- ¡No podéis matar a la muerte! – Gritó el Siniestro Segador con voz fantasmagórica. Y clavó la improvisada cuchilla en el pecho de su último oponente.

Sin perder tiempo, Eric Williams recogió su máscara y capa, y volvió a acoplarse en el muñón su letal guadaña. – ¡Aaaah, querida…! - dijo acariciándola con mimo. Se acordó de Leopoldus, y un brillo de locura chispeó en sus pupilas. Debía seguirle. Entonces miró hacia atrás y vio a su hermano Simon sujetando a los dos agentes de SHIELD por el cuello.


- ¿Y bien, Visión? ¿Qué decides?

- Simon, no puedes…

- Hago… lo que mi amo me ha ordenado.

- Las palabras de Nefaria fueron, “termina con el robot, y luego mata a todos los que puedas!”. Luego debería ser primero yo. Después ellos. Suéltales… Eres Simon Williams, un buen hombre, resiste y usa la lógica de esa orden literal para no dañar a nadie hasta después de acabar conmigo.

Durante unos segundos el vengador llamado El Hombre Maravilla parece titubear. Finalmente habló…

- Te diré que haremos, Visi. Prométeme que durante cinco minutos no harás tu cuerpo inmaterial y los soltaré.

El vengador sintezoide observó a su compañero ante él. Sus ojos notaron como los dedos de Simon aumentaban la presión sobre los cuellos que aferraba con sus manos. Tenía que dar su palabra, no podía permitir que inocentes murieran.

- Sea. Pero suéltalos ya. – Dijo mientras su cuerpo solidificado se posaba en el suelo.

Simon Williams arrojó a un lado a sus dos rehenes, que enseguida fueron atendidos por las unidades médicas de SHIELD, y saltó sobre la Visión.

A duras penas el vengador artificial esquivó la primera acometida. No estaba acostumbrado a luchar cuerpo a cuerpo, pero sus años de experiencia en combate como miembro de los Vengadores le convertían en un oponente peligroso. Solo tendría que aguantar cinco minutos a El Hombre Maravilla, uno de los seres más poderosos de la tierra, antes de volver a poder utilizar todos sus poderes al máximo. Lamentablemente por la naturaleza de sus poderes, Simon Williams estaba más acostumbrado al conflicto físico que el sintezoide. Su mente computadora calculó que las posibilidades de durar más de un minuto bajo estás condiciones, eran de…

- 0,001 % - Exclamó el Pensador Loco desde su laboratorio escondido. – Conclusión: En menos de un minuto me veré obligado a intervenir otra vez para poner a salvo el preciado cuerpo en el que tengo intereses.

En ese mismo instante, el puño de Simon golpeó el cuerpo endurecido de la Visión aturdiéndole momentáneamente. Entonces los brazos del Hombre Maravilla se aferraron al cuello del androide dispuestos a arrancar su cabeza de cuajo.

El Pensador Loco apuntó en ese mismo momento su mando a distancia contra la pantalla ante él. Y entonces, para su sorpresa, todos los monitores se apagaron.

- ¡Maldición, he perdido la señal! ¡Sin los canales adecuados no puedo alterar la densidad del androide! ¡Si su cuerpo es destruido, todos estos meses de trabajo quedarán perdidos!


Escasos segundos antes, en el interior de la carpa, Phineas T. Mason, más conocido en el mundo del hampa como el Terrible Chapucero, había observado todo lo ocurrido en silencio. El Supervisor llegó a su lado satisfecho.

- ¿Y bien, viejo? Ya facilité la huida de nuestros clientes. ¿Cuál será nuestro siguiente paso?

El Chapucero miró al Supervisor, y sin decir nada pulsó un interruptor de su consola. Esta se apagó, al tiempo que todos sus componentes electrónicos comenzaron a quedar inutilizados para cualquier posible usuario. A decenas de kilómetros de allí, el Pensador Loco se desesperó al ver como sus cuidadosos planes se veían truncados. Ajeno a esto, el Chapucero, con una sonrisa de resignación, puso sus manos sobre la cabeza y caminó lentamente hacia los agentes de SHIELD.

- ¿Vas a entregarte? – inquirió el Supervisor.

- Por supuesto. A mi edad no tiene sentido ofrecer resistencia. Las condenas a los viejos como yo suelen ser muy reducidas, además, conociendo a SHIELD, seguro que puedo sacar un trato justo. Puede que no vaya ni a prisión y que termine confinado durante unos meses en uno de sus laboratorios diseñando aparatitos para ellos. Puede ser instructivo... Será como hacer un curso de reciclaje...

Al Supervisor le caía bien el viejo, admiraba su talante y su capacidad de sacar provecho de cualquier situación. Por un momento sopesó la idea de seguirle y entregarse, pero enseguida la desechó, tenía contratos muy sustanciosos que cumplir y no podía permitirse ser arrestado. Tenía que salir de ahí, o al menos intentarlo. Si le cogían ya reduciría condena entrenando agentes de SHIELD, o, incluso, aprendices de Capitán América...


Lotus Newmark supo aprovechar la distracción creada por Ciclón. El control del francés sobre sus poderes era tal que ella no se vio afectada por la fuerza de los vientos y pudo escabullirse de entre sus captores. Buscando una posible salida sus perspicaces ojos se fijaron en como los dos hombres del Supervisor habían escoltado a Leopoldus y “Gran M” hacia un compartimento apartado y optó por seguirles. Con el caos causado por los diferentes frentes abiertos nadie se opuso a su paso. Al llegar al lugar indicado se introdujo en él para encontrarse cara a cara con los dos guardias llamados Brian y George.

- Bien guapos - Preguntó. - ¿Cuál es la salida?


A kilómetros sobre ellos el agente Cross continuaba supervisando la operación, al tiempo que ladraba diversas órdenes.

- ¡Descendamos, y acerquémonos al teniente Chance! – Gritó a los navegantes.

- ¡Artilleros A, B y C, triangulad la posición de Nefaria, si la perdéis os arrancaré el poco pellejo que os quede!

-¡Agente Welch, continúe el seguimiento de los objetivos principales!

- Señor, “Gran M” y Leopoldus han accedido a una cámara que neutraliza nuestros sensores. – contestó la última.

- ¡Quiero un equipo tras ellos!

- Negativo señor, los vientos generados por el sujeto llamado Ciclón impiden el acceso.

- ¡Equipo Alfa activo! ¡Objetivo Ciclón!

De inmediato, en la carpa, un cuarteto de agentes especiales de SHIELD armados con tecnología especial y haciendo frente a la fuerza del huracán artificial, se desplegó alrededor del criminal galo.

Pierre Fresson se percató de su presencia, y sin darle importancia, intensificó el vendaval bajo su control, haciéndoles volar hacia el exterior.


- Maldición – Murmuró Jack O´Lantern en su impotencia. Su cuerpo empujado por la irresistible fuerza de los vientos creada por Ciclón, volaba indefenso de un lugar a otro. – Ese maldito franchute no se da cuenta de que está empeorándolo todo... –

Pese a ser zarandeado constantemente, el mercenario intentó atisbar, ayudado por las lentes de aumento de su casco, el desarrollo de los acontecimientos a su alrededor, buscando una salida. Vio la dirección en la que Lotus Newmark corría, la misma en la que se había fijado, había desaparecido antes “Gran M”. Evidentemente por allí debía haber una salida. Entre trompicones analizó su arsenal en busca de algo útil. Se percató de la presencia de Anguila cerca de él. Pensó que, al vestir un traje resbaladizo, su compañero lo tendría más difícil para mantener el equilibrio.

Miró a Ciclón, que continuaba creando vientos sin cesar. Había que encontrar la manera de pararle. Atravesar el viento y dejarle inconsciente. Chocó con Anguila, y un breve shock eléctrico recorrió su armadura.

- ¡Arrgh! ¡Anguila, estúpido! ¡Corta la corriente!

- Lo, lo siento, Jack – Contestó Lavell. -

- ¡Espera! – El rostro de Jack O´Lantern se iluminó dentro de su casco de calabaza flamígera - ¿Puedes aumentar la potencia?

- S-sí…

- Pues hazlo en cuanto te suelte.

Sin perder tiempo, Jack O´Lantern agarró al Anguila y utilizando toda la fuerza que el exoesqueleto que vestía le podía procurar, arrojó a su escurridizo y eléctrico compañero contra el causante del torbellino en el que se debatían, Ciclón.

El uniforme del Anguila, cubierto de una capa especial antifricción, le convertía en el único objeto que, impulsado por una fuerza adecuada, era capaz de atravesar el vendaval que protegía a su creador.

Si Fresson vio como el cuerpo de Anguila volaba hacia él, no le dio importancia, la fuerza de sus vientos, aminoraría la velocidad del proyectil humano, de tal manera que tan solo tuvieron un pequeño contacto. Fue suficiente. La electricidad generada por el uniforme de Edward Lavell bastó para noquear a Ciclón y cortacircuitar su generador de vientos. Todos los afectados en el aire tuvieron que amortiguar sus caídas.

Jack O´Lantern, preparado para la situación, cayó sobre sus dos pies y corrió hacia el lugar donde Lotus, y antes, Leopoldus y “Gran M” habían desaparecido. Atravesó la puerta y se encontró en medio de una habitación vacía.


En las alturas, Chance penetró presuroso en el puente de mando de su pequeño Heli-Transporte. Sin detenerse, y mientras se quitaba el arnés volador, se dirigió hacia su segundo.

-¡Cross, activa el control remoto del Mandroide! ¡Ya!

Abajo en el suelo, la armadura Mandroide abandonada se reincorporó. A su vez, los agentes Brown y Palmer supervisaron desde puntos opuestos, los dispositivos activados. Sifones de energía especialmente calibrados para absorber el flujo iónico que potenciaba al poderoso Nefaria.

El Conde Nefaria, con la vista todavía turbia, y algo mareado, vio al Mandroide acercarse hacia él, y creyéndole todavía pilotado por su enemigo humano se dispuso a vengarse. Sin ningún miramiento arrancó los brazos del debilitado Supermandroide al tiempo que los rayos láser de sus ojos separaron el casco del resto del cuerpo. Desde su posición Chance tragó saliva pensando en lo que le hubiera ocurrido de haber seguido en su interior. Nefaria vio como rodaba la cabeza del Mandroide, pero al no encontrar restos humanos en su interior, comprendió lo sucedido, y en un ataque de ira, redujo a polvo y cenizas, los restos de la armadura. Su enfado, y el deleite que puso en hacerlo, evitaron que se diera cuenta de la energía que estaba gastando. Entonces volvió a oír la voz de Chance sobre su cabeza, ahora potenciada por medios electrónicos. El pequeño Helitransporte desde el que se había supervisado toda la operación de SHIELD flotaba en el cielo sobre él.

- ¡Nefaria tuviste tu oportunidad para entregarte pacíficamente! ¡Tú te lo buscaste! ¡FUEGO!

La artillería de la potente nave de combate se descargó con precisión sobre la figura del Conde Nefaria. Una pequeña tormenta de humo y polvo se levantó a su alrededor.


Simon Williams sujetaba entre sus manos el cráneo del hombre artificial que tenía ante sí. Parecía dispuesto a estrujarlo sin ningún remordimiento. Aun así en su interior dudaba. Una minúscula parte de su personalidad se resistía a seguir las órdenes de Nefaria, sin embargo el enlace iónico entre ambos era tal que la personalidad sin escrúpulos del propio Nefaria le dominaba completamente. Atontado por el golpe recibido, la Visión no hubiera podido alterar a tiempo su densidad aunque hubiese querido. Un chisporrotear de energía golpeó a El Hombre Maravilla en las manos haciéndole soltar su presa, y una voz sorprendió a ambos.

- Simon, no lo hagas. – Y ante ellos avanzó el Siniestro Segador, con su guadaña humeante por la descarga emitida.

- ¿Eric, tú...? ¿Tú de entre toda la gente quiere salvarle a… él? – Exclamó Simon al ver a su hermano mayor.- Tiene gracia…

- Me mondo, Simon. Pero no, no quiero salvarle a él. Gustosamente lo eliminaría yo mismo… algún día lo haré. – Dijo mirando con desprecio el cuerpo caído de la Visión. - ¡Pero hoy, hoy quiero salvarte a ti!

- ¡Ja,ja,ja,ja! – Rió Simon Williams. – ¿Salvarme? ¿Salvarme de qué?

- Te conozco hermano. Aunque ahora parece que no, pero se quien eres y como eres. Eres Simon Williams, mi hermano pequeño. Y nunca has sido capaz de dañar una mosca. - Eric hizo una pausa, y levantó a la aturdida Visión por la capa con ademán de desprecio. – Siempre has sido un santurrón y un bobo. Tan bobo, tan bobo, que has llegado a considerar a este pedazo de plástico, como un igual, como… como un hermano. Y por ello se que, si matas al robot, nunca te lo podrás perdonar. Siempre fuiste un llorón insoportable. Tanto o más que esto. - y soltó la capa de su mano al tiempo que propinaba una patada al vengador que le hizo rodar por el suelo. De la guadaña del Segador brotó entonces una descarga de energía que golpeó a la Visión.


Tras medio minuto de bombardeo intensivo sobre Nefaria, Chance ordenó el alto el fuego. Lentamente el polvo se aclaró para dejar ver una figura inmóvil, todavía de pie.

- ¡No puede ser…! - Exclamó Chance.

El Conde Nefaria arrancó con sus brazos un gigantesco peñasco del suelo y lo levantó en ademán de arrojarlo contra la nave atacante. Chance se dispuso a dar la orden de iniciar una acción evasiva, consciente de que no tendrían tiempo de realizarla.

Y entonces, para alivio de la tripulación del Heli-Transporte, el Conde Nefaria se derrumbó inconsciente bajo el propio peso de la roca.


Ante los ojos de los hermanos Williams, la descarga emitida por la guadaña del Segador bañó el cuerpo de la Visión.

- Creí que hoy no querías matarle… - afirmó extrañado Simon.

En efecto – contestó Eric, y antes de que El Hombre Maravilla pudiera reaccionar, el Segador se revolvió contra su iónico hermano disparándole otro tipo de rayo de energía.

El vengador se tambaleó un instante pero enseguida reaccionó, sus manos agarraron la hoja metálica de la guadaña y la quebraron en varios pedazos con un pequeño esfuerzo. Simon se disponía a golpear con todas sus fuerzas a su manco hermano, cuando vio a la Visión de pie ante él.

- Todavía te queda un minuto antes de que pueda recurrir a mi forma intangible, Simon.

El Hombre Maravilla arrojó a un lado al Segador y se encaró con la Visión. El sintezoide aumentó su masa y se dispuso a soportar la colosal embestida. Ambos hombres se agarraron de los brazos y comenzaron a forcejear. Los rostros de ambos vengadores se encontraron frente a frente. La Visión aguantó unos segundos la insoportable tensión.

- Unf… Eres fuerte, Simon. …Urhh… Sin duda… más fuerte que yo en mi mejor día. – Sus piernas comenzaban a doblarse.

- Incluso con la descarga solar que Eric ha usado para recargar tu batería, no eres enemigo para mí, Visi…

- E… eso…(unfh)… crees… tú. – Contestó mirándole a los ojos.

Simon Williams devolvió la mirada triunfante, y entonces la Visión actuó. De los ojos del sintezoide salieron sendos rayos de energía solar que golpearon directamente en las pupilas de El Hombre Maravilla, tomándole completamente por sorpresa.

- ¡Aaarghh! – Chillo Williams de dolor. - ¡Me has dejado ciego! –

Sin darle tiempo a reaccionar, la Visión echó su cuerpo hacia atrás tal y como había visto hacer infinidad de veces a su compañero vengador, el Capitán América, y aprovechó la fuerza de El Hombre Maravilla para volverla contra él aplicando una llave que le arrojó con fuerza contra el suelo. El Hombre Maravilla se levantó en cuestión de segundos y, aunque cegado, continuó sus ataques.

Eres la Visión, el vengador artificial, y el hombre al que te enfrentas es lo más próximo a un hermano gemelo que se puede tener, pues la base de tu personalidad está basada en sus pautas cerebrales. Esto no implica los recuerdos y experiencias, sino los modelos de conducta, la forma de reaccionar a los estímulos, y una especial afinidad por los mismos elementos... Como la mujer que amas. Tu alma, si en verdad un ser como tú puede tenerla, está basada en la de él. Aun así sois seres distintos, condicionados por vuestras propias memorias y vivencias. Por todo ello subconscientemente te frenas a la hora de hacerle daño.

Recuerdas que en anteriores enfrentamientos Simon siempre te ha superado, y llegas a la conclusión de que siempre que combatisteis estabas limitado por tu carga emocional, la envidia por su humanidad, los celos por Wanda... Tu cerebro computador calcula por fin que para derrotar a tu oponente, tu hermano, debes anular cualquier tipo de sentimiento hacia él y actuar únicamente de manera fría, calculadora y eficaz. Tus reflejos y tu tiempo de reacción son dos veces más rápidos que los de un humano normal, la materia desconocida de la que están compuestos tu sustancia corporal y tus huesos imita todas las funciones del tejido y el hueso humano, pero es varias veces más fuerte, duro y resistente. Puedes actuar durante dos horas sin que tu metabolismo se resienta y se canse. Ha pasado un segundo. Ves venir al cegado Simon hacia ti, y entonces inicias con él, un ballet preciso, y letal.

Cada uno de los golpes que aplicas está basado en lo que tu cerebro ha registrado de tus experiencias en combate junto a los luchadores más experimentados del planeta. Tu cuerpo replica movimientos que has visto ejecutar a tus compañeros vengadores, Capitán América, Pantera Negra, la Viuda Negra, Mantis... y aunque careces de la precisión y el dominio que ellos poseen para aplicar los golpes, para infligir dolor, lo compensas con tu fuerza física sobrehumana.

Simon Williams, ciego, no tiene ninguna oportunidad, aunque aguanta el castigo durante minutos finalmente cae inconsciente a tus pies. Ni siquiera has tenido que recurrir a tus poderes de intangibilidad.

- ¡Eres un animal, si le has matado…! – Exclamó Eric Williams.

- Descansa tranquilo, Eric - contestó el Vengador artificial- tú… nuestro hermano ha aguantado castigos peores. – Ignorando al Segador, la Visión adquirió su forma intangible y flotó hacia otro punto conflictivo. Sobrevolaba a los agentes de SHIELD que ponían al inconsciente Nefaria a buen recaudo, cuando su comunicador se activó.

– Visión, aquí el teniente Chance, nosotros nos hacemos cargo de Nefaria, y un equipo de mis hombres ya está con El Hombre Maravilla. Mis técnicos calculan que con el Conde derrotado, Wiliams recuperará su voluntad en breve. Vi el final de la pelea, estuviste implacable...

- Chance – le interrumpió el vengador. - ¡”Gran M” y Leopoldus! ¿Dónde están?

- Tranquilo vengador, mis hombres se han ocupado de ellos. Se creen a salvo mientras que se dirigen hacia la salida por un pasadizo, pero les tenemos localizados.


Jack O´Lantern, subido sobre su hovercraft monoplaza, avanzaba por el estrecho túnel ante él mientras seguía el camino trazado por “Gran M”, Leopoldus y Lotus. Debido a lo angosto de la galería y lo irregular de sus bordes, no podía alcanzar su máxima velocidad, de ser así haría ya unos minutos que habría alcanzado al trío que le precedía.

Tras varios minutos, vio finalmente la luz de la salida, y unos metros por delante de él, a Leopoldus y “Gran M” avanzando hacia ella. Se preguntó donde estaba la mujer. Tras cerciorarse de su ausencia, se acercó cautelosamente, activó sus sistemas de armamento, y colocó la cabeza de “Gran M” en el punto de mira que guiaba desde su casco de calabaza. Le habían ofrecido una buena cantidad por su cabeza, y esta era una oportunidad que no podía despreciar. Pero antes de poder disparar, una voz autoritaria y firme le sorprendió.

-¡Quietos donde estáis en nombre de SHIELD! – El mercenario del disfraz de Halloween descubrió para su contrariedad que “Gran M” y Leopoldus se encontraban encañonados por las armas automáticas de dos docenas de agentes de SHIELD. Los dos villanos, adoptando una actitud de conformismo derrotista levantaron los brazos en señal de rendición.

Jack O´Lantern pensó unos momentos si le merecía la pena cometer un asesinato ante tantos testigos. La recompensa era sustanciosa, pero también lo era la libertad. Lentamente bajó el brazo con el que apuntaba. Entonces oyó de nuevo la voz autoritaria del agente Cross.

- ¡Jack O´Lantern, sal también tú, muy lentamente y sin intentar nada! – Apesadumbrado, el villano optó por entregarse.


- Nefaria está a buen recaudo, y parece que El Hombre Maravilla se restablecerá en unas horas. – Comentó Chance mientras pilotaba una moto voladora en dirección hacia el lugar donde el agente Cross había efectuado las detenciones.

- Intenté no dañarle más de lo necesario. – Contestó la Visión, que volaba intangible a su lado. El tono frío de su voz ocultaba lo aliviado que se sentía al escuchar los informes del oficial de SHIELD.


Los dos aliados avistaron el destacamento dirigido por Cross, y a medida que se acercaron distinguieron las figuras de “Gran M”, Leopoldus, y Jack O´Lantern.

- ¡Bravo! ¡Por fin! – Exclamó Chance al ver el fruto de su trabajo de los últimos meses. Mientras aterrizaban observó el gesto imperturbable del sintezoide a su lado, le pareció notar un ligero cambio en el estoico rostro del vengador. Antes de que pudiera discernir si era satisfacción o incredulidad, su lugarteniente le habló.

- Teniente Chance, misión cumplida – dijo Cross mientras saludaba con aire marcial. Chance notó que su oficial miraba con recelo a la Visión.

– Cross, la colaboración de la Visión ha sido fundamental para el éxito de esta operación. – Dijo Chance. – Es de justicia que esté presente justo en el momento en que desenmascaramos a “Gran M”. – Cross puso cara de circunstancias. – Asumo toda la responsabilidad. – Dijo tajantemente Chance.

- Creo que eso no va a ser posible teniente. – Comentó la Visión.

- ¿Qué quieres decir? – Se apresuró a preguntar Chance.

- Estos dos hombres no son quienes aparentan ser. – Contestó el vengador, y con un movimiento de su mano, variando a través de diversas densidades, el sintezoide interfirió los campos holográficos que simulaban las identidades de Leopoldus y “Gran M”, para revelar a los esbirros del Supervisor, George y Brian, encargados de la evacuación de los verdaderos criminales.

- Me temo que de alguna manera, “Gran M” y Leopoldus han vuelto a escapar.

Y los agentes de SHIELD y el vengador cruzaron sus frustradas miradas.


A bastante distancia del lugar, un pequeño vehículo excavador se abre paso a través de la corteza terrestre. Sus potentes motores arrancan la arena y la roca ante él y la arrojan meticulosamente atrás tapando así el Rstro del túnel que ha ido creando en su trayecto. En su interior junto a Lotus Newmark, George y Brian, los esbirros del Supervisor, sonríen satisfechos. Alejados de todo peligro, los mercenarios se arrancan sus brazaletes y desactivan así sus disfraces holográficos, revelando a los verdaderos “Gran M” y Leopoldus.


Los Prólogos.

Mansión de los Vengadores.

Eres la Visión, el vengador artificial, el día ha sido largo y duro y por fin regresas a casa, mientras desciendes sobre el cuartel genera de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, un centenar de sensores verifican tu identidad y te permiten el libre acceso.

- ¡Señor Visión, señor Visión…! ¡Por fin! – Notas la excitación en las palabras del fiel mayordomo, y asumes que algo importante ha sucedido en tu ausencia.

- Jarvis, ¿Qué sucede? – Si fueras humano, se podría atribuir que tienes un presentimiento, pues nada lógico podría hacerte augurar que por fin vas a recibir noticias de la persona que más quieres en el mundo. - ¿Es Wanda? ¿Ha vuelto?

- No señor, pero sí su hermano, el señorito Pietro, Mercurio.

- ¿Dónde…?

- En la enfermería, señor. – Contesta el mayordomo antes de que termines la pregunta.

Sin vacilar, atraviesas los muros en dirección al lugar indicado. Cuando penetras allí, encuentras a tus compañeros vengadores, el doctor Henry Pym, alias Chaqueta Amarilla, y Lobo Rojo, reencarnación del espíritu de Owayodatta, protector de los Cheyennes. Ambos te saludan con cordialidad, aunque puedes ver la tensión en sus rostros.

- Hola Visión, SHIELD llamó avisando de tu regreso… – Comienza a decir Pym.

- Sí, nos dijeron que en breve El Hombre Maravilla también estaría… - añade el nativo americano

- Henry… William… - les saludas para enseguida preguntar - ¿…y Mercurio?

- Está agotado, todavía no ha dicho una palabra, solo susurra el nombre de Wanda. – Contesta el vengador más veterano.

-Hemos intentado localizarte desde el momento en que llegó… - añadió el vengador más nuevo.

- ¡He de verle! ¡Wanda puede estar en peligro…!

- ¡Un momento! – Interrumpe una voz familiar y al mismo tiempo odiada por ti. Miras hacia la puerta de la enfermería para comprobar que no te equivocas, Cameron Brock, Director del Proyecto Vigilancia, y el Caballero Negro, actual líder de los Vengadores, entran en la enfermería.

- ¿Qué significa esto?

- Tranquilo Visión – Contesta Dane Whitman. – El señor Brock y yo hemos estado reunidos toda la tarde.

- Si robot, he pulsado todas las teclas que estaban a mi alcance, y finalmente he conseguido mi objetivo.

- ¿Qué…?

- Me temo, compañero vengador, que Brock ha llegado todo lo lejos que podía ir y, en su celo por mantener alejada la amenaza que él presupone que eres, ha conseguido una orden por la que se considera que tu presencia en los Vengadores supone un riesgo para la seguridad mundial, y por tanto…

- ¿He de abandonar los Vengadores?

- Eso parece…


Base Prevención.

- ¡Maldición Cross, creí que teníamos todo bajo control! El recinto bien sellado y acordonado, y sin embargo se escabulleron. ¿Cómo ha sido eso posible? - Gritaba el teniente Chance mientras se dirigía por los pasillos de la base hacia su despacho.

- El Chapucero, señor… - Está dispuesto a colaborar, dice que a cambio de un trato favorable, nos podría dar las indicaciones básicas sobre el plan de evacuación que él y el Supervisor, diseñaron…

- ¡Ese es el espíritu, siempre sacando tajada! – Murmuró Eric Williams, detrás de ellos.

Al fijarse en la presencia del Siniestro Segador, el Teniente Chance se dirigió a su lugarteniente.

- ¡Que escolten a Williams a sus aposentos!

- ¡Hey! – Comenzó a quejarse el Segador. – He cumplido con parte de nuestro trato...

- En efecto, “con parte”. Por lo que a mi respecta todavía eres un colaborador, forzado o no, de SHIELD, y estás en mi base, bajo mis órdenes. Te toca descansar.

- ¿Y Simon…?

- Un transporte le lleva camino de la Mansión de los Vengadores. Avisamos al Doctor Pym, que se ocupará de su tratamiento…

A regañadientes, el Siniestro Segador fue conducido por dos agentes de SHIELD por otro pasillo.

- Bien, sigamos Cross, ¿Nefaria?

- Rumbo a una prisión de Alta Seguridad, débil como un gatito, en una cámara sellada que regula el flujo iónico de sus energías.

- ¿Los demás detenidos?

- Bueno a parte del Chapucero, el Supervisor también se ofrece a entrenar a nuestros hombres para rebajar condena, y luego está Jack O´Lantern...

- Suéltale.

- ¿Qué?

- Forma parte del trato. Su jefe nos informó del lugar de la reunión de Maggia, y aunque me imagino que en la confusión pretendía sacar provecho, nos comprometimos a dejar libre a su representante.

- Pero… - objetó el oficial.

- Bajo mi mando, un trato es un trato… - Dijo Chance mientras abría la puerta de su despacho.- Algo inapelable.

- Precisamente de eso le he venido a hablar, teniente Chance. – Dijo una voz en el interior de su despacho.

De pie ante la mesa de trabajo del agente de SHIELD se hallaba una figura rígida, de aire marcial, que en esos momentos limpiaba los cristales de sus gafas. El extraño procedió a colocarse los lentes, y antes de que Chance pudiera decir nada se presentó.

- Jasper Sitwell, agente de SHIELD, Director Especial de Asuntos Internos. Tenemos mucho de lo que hablar, teniente…



Las afueras de Nueva York

La plataforma voladora de Jack O´Lantern vuela oscilante mientras su tripulante llega a su destino, una lujosa mansión a las afueras de Nueva York. Varios hombres armados vigilan desconfiados la llegada del individuo disfrazado. El mercenario desciende de su vehículo y tambaleándose se identifica ante los guardias, que de inmediato le permiten el paso. Despojándose de su agrietado casco con forma de calabaza, Steve Mark Levins se dirige hacia el dormitorio principal de la hacienda. Allí, reponiéndose de las quemaduras recibidas semanas antes, Joseph Manfredi, hijo de Silvio Manfredi, Cabello de Plata, y actual líder de la Familia Manfredi de Maggia, yace expectante.

- ¿Y bien, Steve...? ¿Cómo fue?

- Bueno, Joey. No pude eliminar a “Gran M”, pero me faltó un pelo… Y eso que la intervención de SHIELD y la Visión procuró las distracciones que previste.

- Lastima, otra vez será. Los Manfredi siempre pagamos las deudas.

- Esto te puede acarrear problemas con “Gran M”, y el resto de Maggia.

- ¿Que harán? ¿Me pondrán otra bomba? Con suerte la redada que ha efectuado hoy SHIELD mantendrá a las diversas familias lamiéndose las heridas durante una temporada, desconfiando unas de otras, hasta que llegue el momento en el que nos volvamos a sentar a hablar, pero entonces será, cara a cara y en condiciones de igualdad, no con un misterioso “Gran M” de identidad desconocida.

- Pero “Gran M” huyó...

- Está tocado. Su reputación de intocable ha sido destruida en esta acción. SHIELD o los Vengadores, seguirán su pista de cerca, lo que limitará su capacidad de maniobra. Es solo cuestión de tiempo que su identidad se desvele. Entonces será el momento de golpear...


Una zona de naves industriales en la capital de la Nación.

En las afueras de Washington, en un viejo y cochambroso almacén, Leopoldus el mercenario daba rienda suelta a su rabia. - ¡Maldito robot! ¡Maldito Segador! ¡Juro que les haré pagar por esto...

Sus manifestaciones fueron interrumpidas por el sonido de su comunicador personal.

- ¿Gran M? – Dijo con tono respetuoso.

- Sí, mi querido Leopoldus. Ahora mismo sobrevuelo el Atlántico en mi avión privado rumbo a un destino que no diré. Digamos que… – hizo una pausa - …que voy a tomarme unas vacaciones. Y mientras, reconsideraré las próximas estrategias a seguir. Confío en que sabrás disponer de tu tiempo libre de una manera provechosa, y estarás dispuesto para renovar tus servicios cuando los necesite. Como aliciente he ordenado el ingreso de una sustanciosa cantidad en el número de cuenta acostumbrado. Espera mi llamada.

Tras cortarse la comunicación, el hombre conocido como Leopoldus inspeccionó la habitación. Activó un dispositivo capaz de interferir en cualquier aparato grabador que estuviese intentando captar imágenes, sonidos u obtener cualquier tipo de información de su escondite de emergencia. Una vez se cercioró de que estaba completamente aislado procedió a pulsar un interruptor escondido, un panel corredizo se abrió dando paso a un pasadizo secreto por el que descendió durante varios metros. Finalmente, en una nueva sala mucho más lujosa y preparada tecnológicamente, soltó una carcajada de triunfo y comenzó a desprenderse de su uniforme de combate. Miró fijamente a la pantalla de monitor conectada ante él y gritó.

- ¡¡Se acabó Leopoldus el mercenario asesino!! – Gritó – ¡Oídme todos! - Dijo dirigiéndose a una audiencia anónima a su alrededor. - ¡A partir de ahora solo respondo a un nombre y a una alianza!

Y siguiendo un silencioso y casi ceremonioso ritual, comenzó a despojarse de los diversos accesorios que componían su uniforme de mercenario, hasta quedarse en el mono amarillo que días atrás le procuró un desconocido aliado [7] .

- Este uniforme fue originalmente creado para dotar artificialmente a su propietario de las habilidades felinas de una raza de hombres gatos creada por antiguos magos. Aunque estos días me ha servido bien, nosotros hemos aumentado su eficacia. – y comenzó a vestir un juego de botas y guantes que terminaban en afiladas garras felinas. A continuación procedió a sacar de un compartimento sellado, un chaleco muy especial.

- Un capricho, no necesario para mi nueva vida, pero el diseño siempre me gustó, y puede llegar a serme útil. - El chaleco de Kraven el Cazador con forma de cabeza de león se ajustó como un guante al uniforme del mercenario hasta ahora solo conocido como Leopoldus.

Del mismo compartimento sacó otro objeto especial. Una máscara melenuda que puso sobre su cabeza mientras comentaba – Tuve que ordenar la muerte de su propietario para apropiarme de esta jugosa pieza. Los Cortes jamás habrían sabido darle el uso que yo le daré, carecían de perspectiva ¿No es verdad, mis queridas criaturas? - y un cuarteto de felinos salvajes, machos y hembras, salieron de la oscuridad para rodear a su interlocutor, leones y leonas africanos que se sentaron a sus pies ronroneando como gatos de compañía. Una vez ajustado el casco, el mercenario continuó su arrogante charla.

- ¡¡Leopoldus el lacayo profesional, el asesino perfecto, el fiel lugarteniente de “Gran M”, desaparece, y entra...

¡LEO, el león, quinta casa del Zodiaco!

...y el final de su grito se fundió con el amenazador rugido de los cuatro felinos a su alrededor.

- Y os juro queridos compañeros, - explicó a su audiencia indeterminada - que dentro de muy poco, antes de que nadie pueda darse cuenta, el imperio de Maggia crecerá, para responder ante un solo dueño... ¡El Zodiaco! –

Y en once ubicaciones distintas, once hombres con motivaciones diferentes y un objetivo común, recibieron el mensaje.

Continuará...


Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)

Referencias:
1 .- Y así os hemos puesto al día de lo sucedido en La Visión 12, donde comenzaba esta historia.
2 .- Como se mencionó en SHIELD 2, aquí en Action Tales.
3 .- Por si no lo habéis adivinado estamos haciendo referencia a The Avengers 13 (Febrero-65)
4 .- Incredible Hulk 245 (Marzo-1980)
5 .- Nombre real del Terrible Chapucero.
6 .- Justin Hammer era un industrial y fabricante de armas multimillonario que proveía de tecnología y servicios jurídicos a distintos supervillanos a cambio de un porcentaje de sus ganancias o simplemente de sus servicios. Su hija y heredera, Justine Hammer, se convirtió en la supervillana Capucha Carmesí.
7 .- ¿Recordáis La Visión #05?

No hay comentarios:

Publicar un comentario