Marvel Spotlight nº03: Ciudadano V

Título: Máscaras
Autor: Nerocles
Portada: Javier Díaz
Publicado en: Junio 2008

Aventura en solitario del miembro de los Thundebolts y el Batallón V! A Ciudadano V le encarga una peligrosa misión: Encontrar al hombre llamado Solo..
Nueva York. Ahora

Un día normal, como otro cualquiera. ¿O no?

-¡Todos al suelo! Esto es un atraco.

Así empieza...

Muchos fueron los héroes que cobraron fama durante la Segunda Guerra Mundial. El Capitán América, Namor, la Antorcha Humana... todos muy recordados hoy día. Otros, cuyas hazañas fueron tan grandes como las de aquellos héroes, permanecieron en un segundo plano, combatiendo el mal sin descanso. Los días han cambiado, los métodos también. Actualmente, la organización conocida como Batallón V utiliza al descendiente de uno de estos grandes héroes como agente de campo. Estas son las aventuras del...
Creado por Ben Thompson


Algún lugar sobre Europa. Hace tres semanas


No hacía demasiado tiempo que el Vanguard original había caído en desgracia (1) pero la organización era ya vieja y,teniendo preparado prácticamente cualquier tipo de contratiempo, entre los que se podía encontrar la pérdida de su efectivo móvil más importante, tras varios meses de trabajo duro, el Vanguard II estaba listo.

El Ciudadano V actual, John Watkins III, paseaba ahora camino del puente de mando, dispuesto a estar presente en la primera prueba de vuelo de la gran aeronave.

Caminaba tranquilo por el metalizado pasillo. La seguridad de la base se formaba por un guardia del batallón, con armamento suficiente como para detener a un súper-humano de nivel bajo, situados cada cincuenta metros como máximo uno de otro.

John caminaba sin su máscara, jugueteando con la empuñadura de su espada. Actualmente habían incorporado un dispositivo magnético, sincronizado con sus guantes, que le permitía rescatar su arma principal en la lejanía, siempre y cuando no se separara más de doscientos metros de él. Su paso elegante y confiado le hacían digno heredero del nombre que sus progenitores habían llevado.

Al llegar a la compuerta que conectaba el pasillo con el puente esta no reaccionó a su presencia.

-Que raro...

-No es nada señor – dijo tras él una mujer uniformada y enmascarada, miembro del Batallón-. Algunas cosas no funcionan como deberían aun, perdón. Solo debe introducir el código aquí –la chica se acercó a un panel numérico y simplemente tecleo la combinación 1-2-1 – y entonces...

La compuerta se abrió.

-...listo. Señor.

-Muchas gracias – dijo Watkins sonriendo-.

-Un placer, señor.

Frente al ciudadano se encontraba la sala más abarrotada en esos momentos de la nave. Sin duda este vuelo suponía que la organización estaba de nuevo a plena potencia, lista para volver a combatir el crimen por todo el mundo, sin tregua.

La agitación de la sala solo era comparable a la agitación que sentía él por dentro, en su corazón.

-¿Cómo van los preparativos? – preguntó a la sala en general, mientras bajaba la escalinata de acero que descendía desde la compuerta que acababa de atravesar. Apoyándose su mano izquierda sobre la baranda, cogió ahora la vaina de la espada con la izquierda, sujetándola firmemente. Se sentía más seguro con ella-.

-Bien Ciudadano-V – informó uno de los técnicos, que se encontraban revisándo unos paneles junto a la compuerta, quedando ahora tras el Ciudadano-. La estabilidad en el modo de suspensión actual es mejor de la esperada. Los sensores indican que no hay ninguna fuga de energía en los sistemas de propulsión. Además nos llega toda la información sobre todos los componentes de la nave, sin quedar ningún vacío sobre el estado de la misma. Supongo que todo funciona mejor de lo esperado.

-Genial. Esto marcha.

John llegó por fin al asiento de uno de los copilotos de la nave, vacío. Al sentarse, se dio cuenta que sus conocimientos sobre el pilotaje del Vanguard eran básicos, conociendo mas bien las armas ofensivas y las defensas de la nave que sus mandos de vuelo. Podía disparar todos los cañones a la vez, pero no sabía dar la marcha atrás sin hacer que estallase alguno de los sofisticados motores que la mantenían en el aire.

-¿Todo bien? –Volvió a preguntar, esta vez de forma más directa, a uno de los varios pilotos que eran necesarios para que todo funcionara-

-Si, señor.

-Deberías preocuparte menos por esas cosas Watkins, tu trabajo es otro – dijo Roger Aubrey, miembro del Consejo de Penitencia y líder de nuevo del Batallón-V, desde que James Hammond dejase el grupo para unirse a los Invasores (2).

-Vamos, nunca está de más interesarse por la nave que nos lleva.

-Deberías estar entrenando, solo digo eso.

-¿Tu no estabas de vacaciones?

-He decidido volver, pero con una condición, no más Destructor nunca (3) .

-Tranquilo, puedes dejarme a mi el tema de dar patadas y puñetazos, se me da mucho mejor que a los tipos de tu época.

-Je, je. Nunca sabrás lo que es un buen gancho de derecha hasta que alguien de la vieja escuela te enseñe chaval.

Watkins volvió a torcer su vista hasta los paneles, junto al piloto. Acaba de presionar un botón, que si no recordaba mal, servía para cerrar herméticamente todos los compartimentos que tenían una doble función como plataforma exterior. Si no lo hacía, los miembros del Batallón que estuvieran en dichas plataformas podrían salir volando justo cuando la misma nave comenzase a levitar. Seguidamente empujó una palanca hacia delante y, utilizando un interfono que comunicaba su voz a toda la nave, advirtió a la tripulación:

-A todo el personal. Empezada la fase uno, la energía comienza a llegar a los motores. Todos a sus puestos. Y ah... agarráos bien.

Al cortar la comunicación algún miembro sonrío tras la espontaneidad del piloto.

-¿Entonces vamos allá?

-En cuanto los chicos de mantenimiento nos den la señal – dijo el piloto, apuntando con su dedo índice al hombre que anteriormente le había explicado la situación a John nada más entrar. Este levantó el pulgar de manera afirmativa en respuesta a la mirada del piloto-. Todo listo entonces. Señor Aubrey, siéntese y abroche su...

-Tranquilo hijo, creo que podré soportar el despegue de esta nave una vez más.

-Entonces, allá vamos.

El piloto volvió a pasar su mano por encima de la palanca, haciéndola ir cada vez más hacia delante, liberando la energía hacia los distintos motores de la colosal nave. Esto hizo que todo vibrara violentamente, hasta el punto que Roger Aubrey tuvo que apoyar su mano sobre el asiento de Watkins.

-El Gran Destructor soportará todo – dijo Watkins sonriendo-

El piloto siguió con su trabajo. Accionó esta vez un botón de color blanco, con la figura de un rombo, que hizo que la nave dejase de vibrar. Sin levantar la vista de los paneles dijo para si mismo; Bueno, es ahora o nunca. Dejó esta vez su mano derecha sobre una especie de mando en forma de semiesfera, de manera muy suave, casi sin presionar. Su mano izquierda fue hasta un panel que tenía al final del reposa-brazos de su asiento. Así, delicadamente, tras presionar un botón verde con la izquierda, comenzó a guiar el avance de la nave sobre la esfera que quedaba a su derecha.

-¡Funcionó! –Gritó el Ciudadano V-

-Solo nos movemos hacia delante, muy despacio. Ahora viene lo más difícil, elevarnos y avanzar a una velocidad considerable.

Dicho esto Aubrey miró a su derecha, donde se sentaba otro de los pilotos. Este comenzó a fijar unas coordenadas preestablecidas de vuelo, seguras de cualquier tipo de tráfico aéreo. La nave volvió a vibrar violentamente. Primero lentamente, comenzó a progresar su velocidad de vuelo de manera considerable. Finalmente, tras diez segundos, las velocidades establecidas para el primer vuelo se habían alcanzado. El Vanguard volvía a estar en funcionamiento.

-¡Bravo! –Volvió a gritar el Ciudadano- Ahora si que no hay excusa, estamos en el aire.

-Desde luego –sonrió Aubrey-. Todo el personal, a sus posiciones de vuelo. El Batallón-V está plenamente en funcionamiento. Se acabó el vaguear como habéis estado haciendo los últimos meses, a partir de ahora nos pondremos serios con nuestro trabajo. John, ¿estás listo?

-¿Para qué?

-Tu primera misión está próxima..

-¿Por qué no me habías informado antes? Demonios... ¿de qué se trata?

-Es una misión de rango inferior, pero después del tiempo que has estado solo utilizando tus habilidades bajo entrenamiento, es lo más indicado para comprobar como estás realmente. Ahora mismo estamos rastreando el objetivo.

-Estoy en perfecta forma, pero te comprendo, ¿sueltas ya lo que tengo que hacer?

-Debes matar a Solo.

-¿Quién?

-Solo – Aubrey retrocedió hasta un panel cuadrado que tenía tras él. Tras haberse levantado Watkins hasta el mismo, accionó un botón, mostrando una detallada ficha holográfica con la imagen del mencionado.

-...Solo es un agente libre que actuaba contra organizaciones terroristas. Hace tiempo fue capturado por G.W. Bridge y puesto en animación suspendida por tiempo indefinido (4) . Recientemente, durante el traslado de su cámara criogénica a Europa, concretamente a París, esta sufrió un pequeño daño en su fuente de alimentación y el sistema de criogenización falló. El hecho de no contar con el equipo encargado para la descriogenización ha hecho que Solo despierte desorientado. Y cuando digo desorientado me refiero a psicótico. Anda libre por París, con todas sus armas y formación al cien por cien al servicio de si mismo, una mente enferma. Al principio siguió con sus tareas desbandando alguna que otra pequeña banda criminal, pero la alarma ha saltado al asaltar hace cuatro días un arsenal militar francés, con el objetivo de reponer el suyo propio. Es un arma viviente descontrolada.

-¿Y por eso tenemos que matarlo?

-Porque es peligroso, por eso.

-Capturarle vivo podría ser una opción, es un enmascarado que hace bien su trabajo.

-Con excesiva violencia.

-Pero...

-No hay nada que hablar. El Consejo ha decidido la misión, tú la acatas, es así de fácil John, pese a que no lo parezca.


París. Una semana más tarde

-Ciudadano V, ¿Cuál es su posición? – Uno de los muchos agentes a bordo del Vanguard preguntó a John a través del comunicador-

-Complicada, las bombas de humo que Solo ha soltado dificultan la visión desde el Ala-V. La visión térmica tampoco me sirve de mucho si pretendo encontrarle entre tanto terrorista, contrabandista, o el negocio que sea que tienen montados estos tíos.

-Entonces desciende, ¿necesitas apoyo?

Johns pensó en Aubrey, pese a que confiaba en él, pensaba que aun no estaba preparado para ejercer de nuevo como Ciudadano V a pleno rendimiento. Durante un segundo dudó. Debido a la cantidad de gente y a la poca visibilidad que se concentraba entre aquellas calles del polígono industrial donde se encontraba podría surgir la necesidad de ayuda. Tanteó la situación y dio un salto al vacío hasta una cajas apiladas en una esquina, una de las pocas zonas totalmente visibles que tenía ante él ahora mismo.

-No necesito ayuda – dijo al aterrizar tras un perfecto giro en el aire-. Contactaré con Vanguard en diez minutos, más me vale no distraerme ahora.

-Entendido.

Cerrada la comunicación el Ciudadano V bajó de las cajas y desenvainó su espada. Volvió a conectar la visión térmica para situar a sus posibles enemigos. Había dos hombres armados frente a él, acercándose lentamente. Otro escondido tras un objeto que parecía ser un pequeño coche turismo y cuatro más protegidos detrás de una elevador hidráulico para la descarga de material, disparando contra un callejón ¿disparaban a Solo? Y si le disparaban, ¿debía detenerlos para luego matarlo personalmente?

Se encargó primero de los dos que venía de frente. Dio una voltereta por el suelo y apareció ante los pistoleros a la velocidad del rayo, utilizando su espada instintivamente para cortar sus armas, dejándolas inutilizables. Inmediatamente después apoyó su mano izquierda sobre el pavimento para derribar a sus oponentes con una rápida zancadilla. Sacó de un par de cápsulas de su cinturón y lanzó un gas desde estas, directamente a sus caras, durmiéndolos antes de darse siquiera cuenta qué había pasado en esos escasos segundos.

Volvió a mirar entonces a su lado, aquel hombre seguía escondido tras el coche. No le dio más importancia, debía ser el típico cobarde que no sabía ni como había llegado a delinquir, pensó. Dio media vuelta y se dirigió hacia el tiroteo más cercano que tenía tras de si. Podía tratarse de Solo así que extremo sus precauciones conforme llegaba al lugar. Activó sus sistemas de sonido para escuchar lo que se cocía dentro del callejón, filtrando con un moderno software el ruido de las balas.

-¡VENID POR MI CABRONES NO PODRÉIS CONMIGO!

¿Con quién? John enfocó ahora sus audífonos hacia los tiradores que tenía a la vista, a la salida del callejón.

-PROTEGED LA MERCANCÍA, ESE LOCO NO PUEDE LLEGAR HASTA ELLA, POR MI PADRE QUE NO.

Perfecto, las pistas indicaban que aquel tipo acorralado era Solo, pero realmente no podía confirmarlo si meterse en fuego cruzado. Además seguía la duda, si ese hombre era su objetivo, ¿Qué hacer?

-¡CHICOS MIRAD!

En ese momento John volvió de sus pensamientos, le habían visto. Dos de los tiradores comenzaron a disparar hasta que la lluvia de proyectiles dejó de ser esquivable, teniéndose que meter en un pequeño almacén, aparentemente vacío. Accionando un dispositivo en su traje, sobre el mismo se activó su sistema de camuflaje, que lo hacía invisible al ojo humano normal. Tras escuchar un descenso en la regularidad de los tiros que caían sobre él se decidió a salir. No podían verle, pero permanecían apuntando hacía donde debería estar, esperando que diera señal alguna de movimiento. No les daría el gusto de poder matarle.

Avanzó hacía ellos sigilosamente, recordando que aun podrían escucharle. Tras unos segundos de precaución comenzó a correr hasta que se puso delante de los tiradores, cortando de nuevo sus armas y, esta vez, utilizando luego sus propios puños para tumbarlos cual fantasma furioso. Los otros dos pistoleros seguían a lo suyo, disparando a la rata acorralada. Watkins se asomó y pudo ver finalmente a Solo. Antes de poder seguir evitando el tiroteo una bala consiguió impactar en el hombro de su objetivo, el cual gritó de dolor. Al ver esto el ciudadano decidió noquear a los hombres que ahora se reían orgullosos de su acierto.

-¿Solo? Soy el Ciudadano V, sal con las manos en alto y no te pasará nada.

-¿Estás loco? Eh... seguro vuelvo a esa cabina... o lo que sea.

-No tienes que preocuparte, sal y te sacaré de aquí.

-¿De qué estás hablando John? – La voz de Aubrey sonó por el comunicador de su máscara, para su sorpresa-. En cuanto esté cerca tuyo, debes eliminarlo.

-Pero parece más calmado de lo que tu informe aseguraba. Tal como lo dijiste debería estar disparando a bocajarro sin miedo a ser herido. Está lúcido, no demente.

-Las órdenes son...

Sin escuchar las palabras de su superior John Watkins III avanzó, extremando las precauciones sin llegar a desactivar su dispositivo de camuflaje: loco o no, Solo podía resultar muy peligroso, incluso herido. Además, un hombre herido lucha más fieramente, sabiendo que su vida puede estar en juego, quien sabe lo que puede hacer. Pronto asomó algo tras las cajas agujereadas por las balas. Un arma, al principio. Luego, lentamente, el Ciudadano comenzó a ver como se asomaba lo que parecía ser una cabeza, aunque no la que esperaba.

-¿Qué demonios es esto? –dijo sorprendido-

Ante él estaba el Camaleón.

-Significa que, si quieres encontrar a James Bourne (5)
, tendrás que ayudarme a salir de aquí muchachote.

-Dios...

-¿Qué sucede ahí abajo John? – Preguntó Aubrey inquieto desde el Vanguard-

El Ciudadano V terminó por desactivar su camuflaje y se quitó la máscara. Volvió a envainar su espada y con su mano derecha sacó el pinganillo por el que oía las órdenes del Batallón-V. Luego desactivó totalmente el sistema de comunicación.

-Espero que esto no sea una broma o una absurda prueba de Roger, porque si es así lo voy a odiar.

-No entiendo que dices héroe, pero si quieres al auténtico Solo tendrás que ayudarme.

-¿Tienes algún vehículo? Mi Ala-V no nos servirá durante mucho, tiene un dispositivo localizador.

-Tengo una nave lo suficientemente grande como para guardar tu Ala, pero está a cierta distancia, sobretodo si contamos mi estado. Si lo hacemos rápido el sistema de rastreo no será un problema, mi nave va equipada con aparatos neutralizadores. Podrás desactivar ese dispositivo abordo, si sabes.

-Parece un buen plan, ¿puedo fiarme de ti?

-¿Con un hombro agujereado y más gente aquí de la que se supone que habría? Seguro, alguien se va a tener que tragar un contrato.

Presionando un botón bajo su guante izquierdo el deslizador del Ciudadano aterrizó junto a él. Ayudó a subir al Camaleón hasta ponerlo en una posición segura, todo lo segura que podía ser en una nave diseñada para un solo usuario. Entonces alzaron el vuelo, conectando los sistemas de camuflaje para no llamar la atención en la estrellada noche.


Vanguard II

El informe de esa noche, en resumidas cuentas, decía que, tras un problema extraño con la comunicación. El Ala-V del Ciudadano-V (formalismos de un informe) voló dirección noroeste durante diez minutos, para luego desaparecer por completo. No había sido encontrado rastro del llamado Solo, solo un atajo de traficantes de armas, algunos dormidos por el gas de John, otros por sus puños. El informe no decía más y para Roger Aubrey, esto no era suficiente.

-Gracias por venir tan rápido, apenas han pasado cinco horas desde que te llamé.

-No es nada Roger, siempre que paguéis a Marta Plateada (6)
.

-Esta misión es de un solo agente, por eso prefiero que no lleves a tu Grupo Salvaje. John hizo amistades poderosas en el pasado (7) , el Batallón-V aun no está al 100%, menos aun sin su mejor agente de campo. Aun no tenemos ninguna pista sobre su paradero, pero te informaremos conforme averigüemos algo.

-Estaré esperando, o más bien, trabajando. No tarde mucho o nuestro contrato se encarecerá.

-Te entiendo, pero recuerda: necesito a John vivo.

-No hay problema. Tú encárgate de buscarlo, yo me encargaré de cazarlo.


Londres

-Hemos atravesado el espacio aéreo inglés sin ser descubiertos, no está mal para un solo hombre – apuntó Ciudadano V, fascinado por lo fácil que habían sido las cosas desde que llegaron a la guarida de Camaleón. Hasta el momento, había preferido no hacer ninguna pregunta al famoso delincuente, intentando no tener ninguna disputa con él para conseguir averiguar que había sido de Solo-.

-Soy el Camaleón, no un cualquiera. Además, mis contratantes me han surtido bien en esta ocasión.

-¿Puedo preguntar ya quienes son?

Camaleón miró de reojo a Watkins, dudando. Luego su herida, ahora curada y vendada, le recordó que había sido traicionado. Sonrió tras tocarla y comprender que esto era oficialmente una venganza sin cuartel.

-Eso ni yo lo sé. En este negocio simplemente se hace un trabajo si se paga, la mayoría de personas prefieren permanecer en el anonimato. Pero esta vez, era algo grande. James Bourne, el hombre al que buscas, Solo, fue sacado de su criogenización a propósito, pero haciendo que todo pareciera un accidente. Yo mismo manipulé las pruebas para que aparentara ser lo que no era. Luego vino el resto. Se me pagó una suma extra para estar dando durante un tiempo la tabarra con la identidad de Solo. La información que me llegaba me hacía ir a lugares, en principio seguros, para armar escándalo, para alejar la mirada.

-¿De dónde?

-De los Estados Unidos, el lugar donde está Solo en realidad. Verás, una mala descriogenización...

-Si si, conozco la historia, se ha vuelto loco.

-... si, pero eso, unido a un lavado de cerebro, le vuelven más peligroso aun. El hombre que llegó conmigo a Berlín, puede que le conozcas, fue uno de los primeros villanos a los que se enfrentó el hombre llamado Nova, hablo del Corruptor (8)
. Él regresó a los Estados Unidos con el equipo principal y con Bourne, estaba encargado de su tratamiento para mantenerlo dócil hasta que alcanzara su objetivo.

-¿Qué era...?

-Un secreto, al menos para mí. Ese tipejo del Corruptor lo sabía claro, por su papel en todo esto debía saberlo, pero solo me dijo que atentarían en Nueva York.

-Se prepara algo grande.

-Eso parece. Pero esos mamones me la han jugado esta noche, se supone que esto iba a ser menos peligroso, por Dios, incluso estabas tu.

-Yo buscaba a Solo.

-Pero estabas.

-¿Y cómo sigue tu magnífico plan?

-Tú buscas a Bourne. Yo a los cabrones que han hecho que casi me maten hoy. Sé que me ayudarás, me necesitas si quieres hacer lo que quieras hacer con ese pirado.

-Te seguiré el juego porque, si me estás conduciendo a los Estados Unidos, es porque sabes más de lo que ahora me cuentas. Pero una vez haya encontrado a Bourne volverás a ser un delincuente como otro cualquiera y te entregaré a la justicia.

-Si te dejo. Pero dime, si eres el Ciudadano V ¿dónde está el Batallón-V? Y por qué evitarlos...

-No los evito.

-No soy yo el que ha desmontado el rastreador de su ala.

-Digamos que prefiero llevar esta misión a mi manera.

-Je, entiendo. Bueno, cuando lleguemos al almacén necesitarás ropa normal para salir a la calle. Tras la puerta de la izquierda, donde está tu deslizador, encontrarás todo lo que necesites, incluso calzones de marca.

-Muy gracioso, ¿cómo vamos a llegar a los Estados Unidos?

-En un jet privado, cortesía de mis fondos personales. Además, evitaremos muchos problemas en la aduana yendo directamente a una de mis bases en Nueva York.

-Está bien. Voy a ver que me pongo.

John se retiró dejando a su ocasional aliado pilotando su propia nave. Vio su Ala-V y pensó en montar los componentes que había quitado cuando retiró el rastreador, cuando se cambiara de ropa. Por fin entró a aquella habitación que le había indicado el Camaleón, tras presionar un botón de apertura. Aquello parecía el camerino de un transformista, un transformista mercenario, claro. El Camaleón se había ganado su nombre pues, pese a que jugaba a hacer a la gente lo que no era, el material con el que trabajaba era de primera calidad. Primeras marcas, tanto de hombre como de mujer, llenaban aquella habitación. John se paró a pensar que, si todo esto, que ya de por si era mucho, era lo que llevaba para realizar una misión fuera, ¿cuántos disfraces y utensilios para los mismos tendría en realidad? Además, sobre una mesa, junto a un espejo, tenía su cinturón, capaz de cambiar su apariencia mediante impulsos eléctricos. Un auténtico Camaleón...

-Un momento...

Ciudadano-V desenvainó su espada y salió corriendo hasta el asiento del piloto, dejando caer finalmente el filo de la misma sobre el cuello de un sorprendido Camaleón.

-¿Qué coño te pasa?

-¿Quién eres? – Preguntó algo nervioso John-

-¿Qué?

-El verdadero Camaleón. Leí un informe, habían encontrado tu cadáver hace cosa de un año. Se supone que te suicidaste (9) .

-Es lo mejor de controlar tu propia muerte, puedes decidir morir o no.

-¿Entonces?

-Pregúntale a un hombre muerto cómo se trabaja mejor, con una panda de súper hombres detrás de ti, o creyendo todo el mundo que estás muerto. En verdad eres el primer héroe que me ha visto en mucho tiempo. Supongo que vuelvo a estar en el redil oficialmente (10) . Ahora vuelve y cámbiate, estamos llegando.


Estados Unidos

-El sujeto Solo ha llegado amo MODOK (11)
.

http://www.supermegamonkey.net/img/blogs/MODOK_christmas.jpg

-Perfecto, ¿está bien?

-Correcto. El Corruptor lo mantiene dócil, al tiempo que lo reeduca para su misión.

-¿Y el Camaleón?

-No hay noticias de él desde hace varias horas, se ha saltado la frecuencia de llamada establecida cada seis horas. Solo sabemos que hubo un tiroteo.

-Claro que lo hubo, aquel lugar estaba infestado de tontos dispuestos a demostrar lo machos que son con cualquier rata que se encontraran. El Camaleón debe haber muerto ya, era bueno en su trabajo, pero no era un soldado tan experimentado.

-¿Por qué matarlo?

-Por cuestiones prácticas, claro. El Camaleón, aun en su ignorancia, es curioso. Resultaba demasiado peligroso. El Corruptor al menos sabe cual es su lugar, no tendremos que ocuparnos de él a no ser que se ponga demasiado tonto. Estamos apunto de conseguir un objeto de gran valor para nuestro estudio. Pero no quiero que las mejores mentes del mundo se vean involucradas en tiroteos estúpidos, debemos esperar a que Solo nos traiga nuestra mercancía. Involucrándonos lo menos posible si algo saliera mal además.


Tras tres días, John seguía buscando cualquier dispositivo en su equipo que pudiera ocultar algún tipo de baliza de señalización. El Batallón había estado integrado por personas que habían asistido a las grandes conspiraciones del siglo XX, no hubiera sido tan extraño que tuviera un localizador en los calzones. Sin embargo no encontró nada.

El Camaleón mientras tanto, había utilizado una estratagema bastante útil para encontrar a su objetivo. En los años que llevaba delinquiendo sus contactos no siempre sabían de su verdadera identidad. Solía presentarse como el matón o lugarteniente de alguien con una mediana reputación, ya fuera para hacer negocios o simplemente recibir información. Nunca nadie sospechaba que, tras ese perfecto disfraz, se ocultaba el Camaleón, más espía que delincuente.

A pesar de sus esfuerzos, fue poco lo que encontró. El crimen de la ciudad estaba agitado si, pero eso no era tan extraño. Todos los días un súper maníaco aterrizaba en la ciudad y era más noticia cuando era derrotado por Spider-Man que cuando anunciaba que iba a liberar al mundo de los héroes con sus propias manos.

Tras tres días, Camaleón y Ciudadano-V volvieron a hablar más de cinco minutos seguidos.

-Deberíamos retirarnos, al menos de momento. Estar atentos a las noticias para ver qué hacen con Solo, luego podríamos investigar a partir de sus acciones.

-Bourne es un arma letal, no voy a dejar que haga lo que quiera que haga y luego perseguirle, casi seguro que hay vidas en juego.

-En los atentados siempre las hay, pero las nuestras también lo están así que prefiero mantenerme oculto pues, dando palos de ciego, lo único que podemos conseguir es que nos cojan a nosotros por sorpresa. Por cierto, sigues diciendo que no estás mal con tu grupo, pero a pesar de eso, si los llamaras, seguro podrían ahorrarnos mucho trabajo.

-Mejor dejar las cosas como están. Sigue preguntándole a los tuyos, yo intentaré averiguar algo por otros canales.



-¿Entonces ya no estás con el Batallón-V?

-No lo sé exactamente. Cuando acabe de hacer lo que tengo aquí, sin duda alguna, me tendrán una reprimenda preparada. No sé por qué, ¿no se supone que somos héroes y hacemos cosas que otros no pueden? Ellos tienen reglas, más de las que necesitan...

-Debes pensar rápido, cuando acabes lo que tienes aquí, tendrás que decidir.

-Tú has dejado a la que ha sido tu familia por años, pero no lo hiciste con rencor, lo hiciste por hacer algo mejor. Eso es lo que yo trato de hacer aquí.

-Al final, acabas volviendo. Por si no lo sabes, vuelvo a ser un Vengador.

-Pero tu estancia en los Thunderbolts ha servido para algo Barton. Por cierto, ¿qué es de ellos? (12)


-Mantengo el contacto con algunos. Con otros no. De todas formas, no me gusta inmiscuirme en sus asuntos, deben aprender a ir por el buen camino ellos solos. Mi tiempo de ayudarles ha terminado, al menos por el momento. Pero no hemos venido aquí a hablar de los viejos tiempos, que no lo son tanto. Aquí tienes la información que he podido conseguir accediendo a los departamentos de la policía de la ciudad. No es mucho, pero puede algún dato te de una pista a ti.

-Muchas gracias, sobretodo por la rapidez. Te debo un favor.

-En realidad se lo debes al Capitán América. A Ojo de Halcón no le dejan mirar bases de datos sin rellenar varios formularios previamente. Sin embargo a la gran bandera americana con patas le regalarían una comisaría si lo pidiera. Dijo que era un favor a ti, a tu labor y a tus predecesores. Debe ser un cumplido, aunque suene demasiado rebuscado.

-Entonces le daré las gracias si paso por la Mansión...

-Él ya no es Vengador, ¿en Europa no tenéis televisión? Ahora está con los Invasores.

-¿El grupo de la Segunda Guerra Mundial?

-El mismo. Un museo de viejos y nuevos héroes inspirados en los amigos de los viejos. Pero eh, si el capi está ahí, sabes que lo harán tan bien como los Vengadores.

-Bueno Vengador, nuestros caminos deben separarse de nuevo – el Ciudadano V extendió su mano-.

-Es un placer ayudarte. Ya sabes, si necesitas cualquier cosa...

-Silbaré.


James Bourne

-¿Reconoces al hombre de la foto?

James asintió, sugestionado por las drogas, paralizado por los tranquilizantes, no podía hacer otra cosa. Estaba atado sobre una camilla en posición vertical. Una luz intenta caía sobre su rostro, dejando la mayoría de la habitación a oscuras. Si no fuera por aquellos ojos de un color rojo intenso, la habitación estaría vacía para él. El Corruptor lo miraba fijamente.

- Es un importante hombre de negocios y diplomático europeo – continuó una vez estuvo contento con la respuesta del que prácticamente ya era su esclavo-. Vendrá a la ciudad dentro de un par de días, escoltado por un agente especial, muy especial que puede causarnos problemas. Un metamorfo, ¿comprendes el significado de esa palabra?

-...gggg....Si – logró pronunciar con mucho esfuerzo-

-Tu misión tiene dos partes, atiende bien: El primer objetivo es disuadir a su protector de seguir con su trabajo. Sus habilidades y experiencia te sobrepasan en este caso, lleva operando mucho tiempo. No intentes un enfrentamiento directo, intenta que se de cuenta que el trabajo no merece tanto la pena. Una vez hecho esto, deberás matar al hombre de la foto y hacerte con el maletín. Si has entendido, asiente – el Corruptor esperó hasta que James hizo un leve gesto de cabeza, al parecer doloroso-. Soltadle, está completamente bajo control.

Dos hombres con reconocibles uniformes de I.M.A. (13)
salieron de las sombras tras las palabras del Corruptor. Se acercaron a Bourne y lo desataron, tras lo cual calló al suelo casi como un peso muerto.

-Dadle los tratamientos de recuperación física que conseguimos de nuestro paseo por Europa, debe estar recuperado por completo para dentro de dos días. Y tranquilos, no os hará nada. Está completamente centrado en la misión. Está tan inmerso en ella que una vez cumpla su misión su mente se quedará en blanco. Me he asegurado de hacer un buen trabajo esta vez.


Marta Plateada

La mercenaria se paseaba por las calles de Nueva York vestida elegantemente. Utilizaba una peluca rubia para disimular en la medida de lo posible el brillo de su hermoso pelo, que la haría demasiado reconocible y llamativa en mitad de las calles. Aun no había encontrado ninguna pista sobre el Ciudadano-V salvo que el hecho de saber que se encontraba en la ciudad, no tenía nada tangible que poder usar para encontrarlo más precisamente. Sus contactos en la gran ciudad no estaban obsoletos, en absoluto, pero John se había esfumado por completo en el poco tiempo que llevaba en los Estados Unidos. Ahora más bien paseaba para relajarse, intentando pensar de forma relajada. De repente le llegó un mensaje a un sofisticado aparato que tenía múltiples usos.

-¿Qué coño es esto?

-¿Qué pinta toda esta gente?

-Eres más lenta de lo que esperaba. La verdad pensaba que con el mensaje bastaría, pero vine por si acaso no lo pillabas.

Marta Plateada se giró, sin sacar el arma que llevaba bien escondida en el bolso. Quien quiera que estuviera detrás de ella no quería líos en un lugar tan público. Al fijarse, no reconoció al sujeto. Era un hombre, de unos cuarenta años, que fumaba un puro a punto de terminarse y sostenía su envergadura con un sinuoso bastón.

-¿Quién eres? –Preguntó la mercenaria-

-Alguien que puede ayudarte. Me conviene que interceptes al Ciudadano-V, para eso estás aquí ¿no? Si encuentras al Camaleón, encontrarás al Ciudadano, pero primero te aconsejo que le dejes hacer, es uno de los buenos, ya sabes.

-No me gusta su tono señor y no sé de que me habla, identifíquese –dijo Marta con seriedad-

- Solo, por su parte, me da igual –el hombre ignoró la pose que había adoptado Marta-. Puedes matarlo si quieres. El Camaleón puede salir sano. El Corruptor tampoco me importa.

-¿Qué pinta en todo esto Ojo de Halcón?

-El arquero ha ayudado a tu presa. Información sobre vuelos privados entrantes en los últimos días, el lugar donde tu debes buscar. Alquiler de transporte, habitaciones de hotel y todo el tinglado que se suele montar cuando alguien viene de paseo por Nueva York –finiquitó el puro con una última calada tras la cual lo tiró al suelo-. Por cierto, no intentes seguirme, no te servirá de nada.

-¿Por qué hace esto?

-Ya se lo he dicho señorita, me conviene. Ahora, si me disculpa, debo irme. Nos veremos pronto, o al menos eso espero.

El hombre dio media vuelta y se perdió tras la multitud. Marta ni tan siquiera intentó seguirle. A paso rápido comenzó a remontar el camino, para volver a su centro de operaciones en la ciudad. Ahora tenía algo, aunque no sabía si fiarse.

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-Un hombre Europeo, de unos cuarenta años. Un solo guardaespaldas. Un maletín. Se reunirá con un agente del FBI para venderle un artículo que recientemente fue rescatado del espacio (14)
. El precio es muy alto. Mañana a las 17:00.

El Camaleón había vuelto tras un día desaparecido con información nueva. Watkins no tenía nada para él. Los datos de Ojo de Halcón solo le habían servido para seguir pistas falsas sobre un puñado de ricachones buscando algo de diversión subida de tono.

-¿Entonces?

-Tenemos que esperar hasta mañana, no nos queda otra. Esta tarde trazaremos un plan de acción. Conocemos el objetivo, aunque no me han dicho detalladamente como es físicamente. Su acompañante es un enigma aun mayor, nadie sabe que aspecto tiene, es confuso. Tampoco sabemos dónde estará Solo. Tenemos muchos puntos que cubrir.

-Empecemos por el lugar, ¿dónde se reunirán?

-A las afueras de la ciudad. Un polígono industrial que a esa hora estará lleno de gente. La suficiente como para no hacer nada, la suficiente como para hacer de todo. Estaremos rodeados de mucha gente, eso yo puedo aprovecharlo. Tú puedes esperar revoloteando con tu planeador, ¿te parece?

-En parte, si. Pero si me toca descender me costará un poco, el Ala-V sirve de poco en lugares transitados o pequeños.

-Yo me encargo, no creo que la cosa se pueda complicar mucho – el Camaleón sonrió extrañamente, no lo había hecho así desde que estaban en los Estados Unidos.

-Una cosa. Debemos delimitar nuestros objetivos – le dijo seriamente Watkins, sabiendo los intereses que un hombre como aquel podía tener.

-Que el hombre no muera. Inutilizar a solo. Nada más.

-Vendrás conmigo luego.

-Ni de coña. Si de algo me he dado cuenta en el tiempo que llevamos juntos es que no quieres que el Batallón-V te encuentre ¿Ves esto? –Dijo enseñando un mecanismo similar a un Ipod- Es un marcador. Reciclé uno de los señalizadores de tu deslizador, aunque ahora está desactivado. Si quiero, puedo darles nuestra posición exacta, junto a un mensaje de emergencia para mayor riesgo tuyo, o lo que quiera que tengas con tus viejos amigos. No te lo daré hasta estar seguro que nuestros caminos se separan.

-Juegas con fuego.

-No es más de lo que ambos podemos controlar. Ve donde quieras cuando esto acabe, con tus amigos o sin ellos. Pero ten claro que no me llevarás contigo. Ahora siéntate y sigamos, tenemos solo un día para cubrir cualquier posibilidad. Trabajaremos sobre los planos de la zona.


Un día después. Afueras de Nueva York

El lugar estaba concurrido a esta hora de la tarde, sobretodo siendo un día laboral. Camiones de transporte de un lado para otro. Gente moviendo cajas, policías inspeccionando material sospechoso, incluso corruptos recogiendo dinero por dejar pasar material sospechoso. El ajetreo perfecto para realizar una transacción.

El Ciudadano-V sobrevolaba la zona de manera silenciosa, consumiendo poca energía con su Ala-V y manteniéndose en un modo que lo camuflaba perfectamente con el cielo azul. El Camaleón, por su parte, se perdía entre el gentío. Vestía como un repartido, con una furgoneta incluida, yendo y viniendo, siempre cerca del lugar en el cual le habían soplado que tendría lugar el intercambio o, por otra parte, el asesinato perpetrado por Solo.

Paralelamente, Marta Plateada había conseguido dar no con el Ciudadano-V, sino con un importante hombre de negocios llegado desde Europa, el cual pretendía llamar muy poco la atención, pasar un día aquí, e irse. La mercenaria se paseaba con una gabardina que ocultaba su uniforme, haciéndose pasar al tiempo por una inspectora de mantenimiento, que se movía de almacén en almacén, investigando más bien lo que le convenía.

Eran las 17:05 y aun no había ni rastro de los federales, ni de Solo, ni del europeo. Esta ausencia era el único conocimiento en el que coincidían Marta Plateada, Ciudadano-V y Camaleón.

-Atento Watkins – alertó el Camaleón a través de un comunicador que llevaba cerca del cuello de su uniforme, que ahora aparentaba por medio de mecanismos holográficos ser una camisa blanca-. ¿Me recibes?

-Correcto – contestó desde el aire-.

-Sigue el recorrido que estoy haciendo ahora, lo que tengo delante ¿Tienes localizado el almacén que pone Placas metálicas Rod Bellue? Tiene el símbolo de un martillo. En uno de sus costados.

-Encontrado – afirmó una vez pudo reconocer el lugar, desde arriba todo parecía igual, comenzó a descender muy lentamente por instinto-.

-Creo que los hemos encontrado, los federales no cuidan ya sus métodos. El cuatro por cuatro negro es suyo. Mantente cerca, pero no actúes aun, ¿ves a Bourne?

-Negativo.

-Esperaremos – Camaleón conducía lentamente, sin prestar aparente atención al coche camuflado, los pasó de largo, para aparcar segundos después en un almacén de bebida más modesto, inmediatamente detrás de Rod Bellue-.

Todo siguió en calma durante unos minutos. Los federales se impacientaron. Esperaban fuera del coche, pero al pasar el tiempo subieron he hicieron algunas llamadas, volvieron a bajar. Uno de ellos encendió un cigarro y acabó con el en menos de un minuto. Por fin vieron acercarse a ellos un coche que se desmarcaba en lujo de los demás por allí vistos.

-Al fin – dijo uno de los agentes-.

Cuando el vehículo estaba a unos metros se detuvo. Del mismo bajó una hermosa mujer afro-americana, de una constitución física perfecta que vestía unos pantalones ajustados elásticos, confiriéndole una total movilidad. Sobre la cintura llevaba una escotada camiseta de tirantes, también elástica y encima una chaqueta blanca, cuyo único fin era ocultar un par de armas que se insinuaban claramente, quizá como método de intimidación. La mujer se acercó a ambos y los inspeccionó, generando en ellos incluso un deseo sexual con su simple roce. Una vez comprobó que no llevaban armas y que el coche federal estaba limpio, volvió al suyo propio e informó a su jefe.

-Puede bajar señor Delacroix – dijo con un tono apaciguador.

Del mercedes bajó un hombre con bigote, de unos cuarenta años, que se conservaba bastante bien pese a todo. En su mano derecha llevaba un extraño maletín que más bien se asemejaba a un cilindro de un tamaño considerable. Era completamente negro. Aquel hombre comenzó a avanzar hacia los agentes. Cuando estuvo a un metro de ellos abrió levemente el maletín y les enseñó la mercancía. Todos parecían conformes.

-Sigo sin ver nada desde aquí abajo, ¿algo chaval? – Preguntó el Camaleón-

-Nada – respondió Ciudadano-V.

Cuando los agentes del FBI se disponían a recoger la moneda de cambio de su coche un estallido cegó a todos los presentes, llamando la atención también de todos los trabajadores de la zona, además de Marta Plateada que comenzó a correr como si su vida fuera en ello.

Aparecieron de la nada dos agentes de I.M.A. a escasos metros de los dos coches reunidos. Estaban acompañados por un armado James Bourne, alias Solo.

-Ha costado mucho abrir el portal en un punto tan preciso, no podemos mantenerlo mucho más. Consigue el maletín y llega como sea al punto de escape que te enseñamos, al norte. Nosotros nos vamos ya ¡Adelante!

James parecía no escuchar nada, sus ojos estaban inyectados en sangre y su cuerpo en completa tensión. No notaba el peso de sus armas, ni tan siquiera la brisa del aire. La manipulación mental del Corruptor, unida a las drogas que le habían suministrado le habían dejado en un estado ausente.

Los agentes federales, que no llevaban armas encima pero si en el vehículo, fueron los primeros en reaccionar. Se subieron al coche y comenzaron a buscar sus armas reglamentarias. Frente a ellos, la mujer de color que era guardaespaldas del europeo desenfundó sus armas y comenzó a disparar contra Solo, que ya estaba en movimiento, esquivando con aparente facilidad los dos tiros que acometieron contra él hasta que logró cubrirse tras uno de los elevadores mecánicos que servían para mover las mercancías en palets.

Camaleón y Ciudadano-V ya comenzaban a moverse, corriendo el primero hacia el hombre del maletín, mientras el segundo se dirigía más concretamente hacia Solo. La mujer negra, al ver al rostro desconocido del Camaleón, le disparó. En un ágil movimiento de este logró esquivarla lo suficiente como para que solo le rozase el hombro, pese a todo distorsionó su disfraz holográfico. La dama por fin abrió la boca.

-Así que con disfraces, esto es perfecto, hemos venido a la fiesta adecuada, por lo que veo – sonrió mientras miraba como Watkins descendía, directo hacia solo-. Permitidme que me presente. Mi nombre es Raven, pero también se me conoce como Mística (15)
- al tiempo que decía esto, cambió a su forma original, de piel azul y pelo rojo como el fuego-

Marta Plateada en ese momento se acercó corriendo. Se deshizo de la gabardina que la cubría y se dirigió hacia Solo, o más bien hacia el punto en el cual pronto se encontraría su presa, el Ciudadano-V. Sus ágiles movimientos deslumbraron incluso a la cambiante mutante, que gozaba de una agilidad espectacular, perfeccionada a lo largo de los años y mejorada quizá a su condición física como cambiante. La mercenaria pronto se encontraba cerca del elevador, cuando tuvo que cambiar su recorrido debido a las balas del frenético Bourne, que parecía tener un ojo siempre puesto en el maletín. Con pasmosa facilidad había conseguido destrozar lo suficiente el mercedes para que no pudiera moverse. El europeo por su parte, seguía dentro, a salvo de las balas de menor calibre gracias al blindaje especial del vehículo.

-Ciudadano-V, debes venir conmigo ahora – Marta giró por el suelo, situándose al otro lado del elevador, protegida de Bourne-. Debes volver con el Batallón-V.

-Por si no te has dado cuenta – James saltó de su Ala-V hasta el suelo a tres metros de altura. Cosa fácil- tenemos cosas más importantes entre manos, debes ayudarnos a detener a Bourne.

-¿A ti y a ese bandido del Camaleón? Os llevaré a los dos ante las justicia si hace falta – sentencio la mujer vestida de plata. Seguidamente desenfundó sus armas y disparó contra Camaleón, intentando siempre inutilizar sus piernas antes que herirle mortalmente. De momento le servía con que no pudiese ir lejos.-

Bourne por fin dio un salto sobre el elevador y comenzó a disparar al mercedes del europeo, ráfaga de fuego tras otra. El maletín que su mente ansiaba estaba dentro. Se detuvo un segundo y de su cinturón arrancó una granada de humo, la cual dejo caer delante de Marta, para inutilizar su visión y evitarse problemas con el enemigo más cercano. El Ciudadano-V preparó un sedante inyectable en su mano izquierda, mientras activaba el electro-imán de su espada (16) para desviar las balas que se cruzaban en su camino. Al saltar sobre Bourne comprobó que su cuello estaba totalmente cubierto por una capa de ropa especial, que impedía probablemente el pasar de la aguja. Buscó alguna grieta en su flexible armadura, un lugar en el cual inyectar el calmante, pues en la zona facial sería demasiado peligroso. En esos escasos segundos, Solo aprovechó para utilizar una sencilla llave marcial que dejó a Watkins sobre el cuatro por cuatro de los federales, los cuales habían sido adormecidos, cortesía del Camaleón.

-¿Algún plan de acción contra su inusitada fuerza bruta? – Preguntó el Ciudadano, aun caído sobre el capó, contemplando la cara de su fortuito compañero, que se protegía tras el mismo vehículo-

-Simple. Encárgate de Bourne, yo intentaré que tu amiga plateada no nos mate y pondré a salvo el maletín – salió de la cobertura, desactivando el holograma que aun lo hacía parecer un simple trabajador. Consideraba que ya no tenía sentido seguir ocultándose. Ni siquiera Mística lo hacía. Desenfundó un arma y disparó contra Bourne, intentando hacerle moverse lo suficiente para que su carrera pudiera completarse sin recibir más disparos. Al verle, Marta Plateada volvió a apuntar hacia él, esta vez a su torso.

-Te dije que te podías quedar con el Ciudadano-V, nada más. El Camaleón es mío – dicho esto Mística disparó con maestría a Marta Plateada y a Solo a un mismo tiempo, empleando sus dos armas.

Logró alcanzar a ambos en el hombro, particularmente en el que utilizaban mejor a la hora de disparar. En verdad tenía clase.

-Ahora Ciudadano, inyéctale ahora el tranquilizante en el sitio en el que le he herido.

La orden de la mutante hizo que rápidamente el héroe se levantara y volviera a saltar nuevamente sobre Bourne. Esta vez tenía claro donde dirigir sus pasos y en cuestión de segundos, tras sujetarle para que el tranquilizante hiciera efecto, calló al suelo aun agarrado. Mantuvo su presa unos segundos más, intentando asegurarse de que no Bourne no fingía su sueño. Por fin notó el cesar de la presión al intentar deshacerse de él y, casi al unísono, se percató de que el tiroteo había cesado. Apenas quedaba nadie allí.

-¿Qué coño es esto? –preguntó al aire, con indignación, mientras se levantaba-

Mística y el Camaleón habían desaparecido. Del mercedes pudo comprobar que surgía un reguero de sangre, sin duda del europeo que llevaba el maletín. Al asomarse pudo comprobar que había recibido tres certeros tiros en la cabeza, dos más en el pecho.

Marta Plateada se quejaba junto a la máquina elevadora de su hombro.

-¿Ahora qué? – Preguntó ella, intentando coger su arma, la cual había caído al ser herida-

-Podríamos pelearnos.

-Podríamos.

-Pero desde que me fui he estado pensando en todo esto. Además, el día ha sido demasiado largo para alargarlo aun más ¿no crees?

-Eso seguro nene – cogió por fin el arma, pero no apuntó a Watkins-. Así que dime, ¿qué hacemos?

-Vete, yo hablaré con los federales y devolveré a James Bourne a S.H.I.E.L.D., va a necesitar tratamiento – dijo mirándolo-, por dios, ha recibido un par de balas anteriores a la de Mística y ni se ha quejado. Tú volverás a Europa y le dirás algo a Roger. Dile, que si quiero ser el héroe que él quiere, primero necesito aprenderlo. Pero no por el camino rápido, necesito tiempo para estar solo ahora mismo, ir a mi ritmo, tener mis propios momentos. Dile que no me busque, ¿podrás?

-Creo... que podré llegar a un acuerdo con él... así que vas a quedarte aquí un tiempo.

-Si.

-Je, ¿entonces los federales te los quedas tu?

-Me ocuparé de la historia que quieren oír, soy uno de los buenos, pero no un tonto. Te cubriré.

-Eso espero Watkins. Eso espero...


Breve Epílogo de despedida

-¿Avisaste a esa zorra? – el Camaleón se quitaba una carga de sangre falsa del hombro, sobre una camilla, en un lugar que nos es desconocido, por motivos obvios.

-Pensé que sería una buena distracción, mayor que vosotros dos – Mística limpiaba sus armas, mientras miraba las noticias. De repente sonó su teléfono móvil.- ¿Hola? Si, lo tenemos. Es una suerte que contactaras con nosotros justo cuando empezaba la operación. Si. ¿Seguro que podrás limpiar nuestro rastro para que los de I.M.A. no nos relacionen? Pssst.... no está mal, nada mal. Mañana mismo cogemos el vuelo. Tendrán su mercancía, ustedes preparen el dinero.

-¿Son ellos? – Camaleón miraba curioso, mientras se ponía una camisa limpia-

-Si, calla. No, no le decía a usted. Bien, el pago acordado. Bueno, si no tiene nada más que añadir, eso es todo. Ha sido un placer hacer negocios con Escorpio.

Fin del breve Epílogo de despedida



Nueva York. Ahora

Un día normal, como otro cualquiera. ¿O no?

-¡Todos al suelo! Esto es un atraco.

Los ladrones, disfrazados de presidentes estadounidenses retirados y muertos irrumpieron en el banco. Rápidamente se dispersaron por el mismo, cubriendo cualquier lugar en el cual un envalentonado cliente pudiera ocultarse para dar una sorpresa.

-Señores, estaremos aquí muy poco, no les pasará nada si cooperan.

-¡Esto me suena muy rebuscado chicos! Creo que lo vi en una película – El Ciudadano-V irrumpió en escena, utilizando un par de esferas que, al colisionar, soltaron un gas somnífero en los ladrones que cubrían la entrada.- Enserio, retiraos... – activó desde su máscara el electro-imán de su espada, precisando posteriormente mediante los mecanismos de la misma el atraer solo las armas de los tres hombres que aun quedaban en pie. Las tres armas fueron succionadas como si una aspiradora comiese polvo.

-Nos rendimos... no nos cortes por favor! – Dijo el que parecía el jefe de la banda-

-Eso esperaba... muy buenos chicos, je. Recordad que ahora la ciudad tiene un nuevo protector, el Ciudadano-V.

FIN


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MARVEL SPOTLIGHT te permitirá jugar con personajes “cogidos” por otros autores y que tienen serie propia en Action Tales. Tan sólo tienes que seguir unas sencillas reglas:
1. HISTORIAS QUE NO REQUIERAN CONTINUIDAD.: Historias icónicas, que el lector no tenga que leerse nada de antemano para entenderla. Tu historia debe de respetar la continuidad del universo Marvel y de Action Tales. Esto no es un “What if?”, las historias deben de estar integradas en el Universo Marvel y deben de poder leerse por separado.
2. DIFERENTES PERSONAJES EN DIFERENTES EPOCAS: Pues eso, se puede escribir historias ambientadas en cualquier época del universo Marvel sobre cualquier personaje o grupo (héroes, secundarios o villanos). Puedes escribir historias ambientadas en la actualidad o en la época en la que Capitán América luchaba en la II Guerra Mundial, Lobezno trabajaba para el gobierno canadiense, los Vengadores Costa Oeste aún continuaban en activo o Hulka era miembro de los 4 Fantásticos… Tú imaginación pone el límite. Sólo recuerda, las historias deben de ser icónicas, sin continuidad por lo que recomendaría encarecidamente que no estuvieran ligadas a “eventos” concretos.
3. NÚMEROS AUTOCONCLUSIVOS: Para favorecer la variedad de la serie, las historias deberán de ser autoconclusivas o como mucho, arcos arguméntales de DOS números. Si tu historia requiere más espacio, lo mejor es que le dediques una miniserie fuera de esta serie.


Nota del autor:

Saludos.

Me ha llevado bastante tiempo y esfuerzo, desde que surgió la idea de guionizar algo sobre el Ciudadano-V, terminar este número. Empezó todo como un proyecto para una miniserie, pero pronto descubrí de mano de Doc Banner que John ya había sido seleccionado tiempo atrás (y nuestro foro lo confirmaba) para formar parte de los míticos Invasores. Sin embargo esto no me tiró para atrás, cuando me empeño en algo que realmente me apetece hacer, no puedo frenarme por una minucia como esta, comprended que todos tenemos ese corazoncito fan, sobretodo dedicándonos a esto del Fanfiction.

Así llegamos a este número especial, que reúne un conjunto de ideas a corto plazo, comprimidas, sacadas directamente de lo que podría haber sido la miniserie en cuestión del Ciudadano-V. Un orgullo para mi la verdad, poder colaborar en lo que podría ser la continuidad del Universo Marvel AT en general y la de los Invasores en general, demostrando nuevamente que el contacto entre guionistas es necesario para crear un universo cohesionado, donde se demuestra que no hay personajes atados y bajo unos determinados parámetros, cualquiera puede crear la historia que quiera sobre cualquier personaje, pese a estar cogido. También ha sido toda una satisfacción poder nutrirme del surtido universo de personajes Marvel, como el Camaleón –que estaba aparentemente muerto-, Marta Plateada –que tiene su lugar en AT bajo la mano de The Stranger-, el propio Ojo de Halcón u otros tan dispares y casi en el olvido, como lo son Solo y el Corruptor.

Con esto, quiero animaros a todos a generar este tipo de trabajos, seáis o no guionistas regulares de Action Tales, aportando vuestro granito de arena a nuestro fantástico universo de ficción. Decir además, que me siento bastante orgulloso a nivel creativo del número y lo considero uno de mis mejores (sino el mejor) y más elaborados trabajos hasta el momento que he hecho, tanto dentro como fuera de la página. Incluso al final me he relajado y me he divertido escribiendo la aparición del Ciudadano-V en el banco, me ha gustado la verdad. Por supuesto coronado todo esto con una estupenda portada, que pone la guinda final a este trabajo.

Esto es todo.

P.D.: No, no me estoy muriendo ni nada por el estilo, pero como me lo he pasado pipa haciendo esto, me apetecía meter un texto de despedida.

Nos vemos ahí fuera.


Referencias:
1 .- En Thunderbolts Vol.1 #73
2 .- Esto jamás ha sido mencionado, pero si la Antorcha Humana está en los Invasores de AT, será.
3 .- Pero nunca nunca, porque encontró “la paz”en Ciudadano V y Batallón-V #4 (o Thunderbolts Vol.2 #6, Forum).
4 .- Esto pasó realmente... solo que no sé exactamente cuando. Ains... inédito en España, creo.
5 .- Nombre real de Solo.
6 .- Marta Plateada y su Grupo Salvaje son unos conocidos caza criminales de Marvel.
7 .- Nos referimos a los Thunderbolts.
8 .- También manipuló más “recientemente” al Escuadrón Supremo, en Vengadores Vol.3 (Forum).
9 .- John corre tan sorprendido como yo, que tampoco lo sabía hasta que escribí el número y, confesándome NO gran seguidor del arácnido Peter, decidí indagar un poco sobre el personaje. Muy recientemente, de todas formas, podemos verle de nuevo en el Universo Marvel (el de los cómics de papel), en una historia de MODOK y algunos villanos más.
10 .- Agradecedme su recuperación si queréis (con dinero), si por el contrario no queréis que vuelva a salir, decídmelo (adjuntando más dinero).
11 .- MODOK –que curioso- (que corresponde a las siglas en inglés Mobile Organism Designed Only for Kill traducido sería Organismo Móvil Diseñado Sólo para Matar) Agradecemos la información a la inagotable EUM.
12 .- Pronto en Action Tales. Ahora Clint Barton, Ojo de Halcón, es un Vengador.
14 .- Ver Iron Man y futuros números de S.H.I.E.L.D. para saber que objeto es éste, que le estoy dando bastantes vueltas y como se me joda la marrana al final...Dios xD.
16 .- Nos lo inventamos al principio del número.

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