Star Trek La Nueva Generación nº03


Título: El Regreso de los Borg (I)
Autor: John Schneider
Portada: Eduardo Ramírez
Publicado en: Octubre 2008

¡Cruce con las Guerras Borg! Mientras la tripulación de la Enterprise intenta solventar la amenaza de los falsos borg, el capitán Picard recibe la inesperada visita de ¿la Reina Borg?
La Uss Enterprise, la nave insignia de la Federación Unida de Planetas entra en una nueva era, con nuevas peligros, nuevas aventuras y nuevas amenazas a las que enfrentarse.
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:
Creado por Gene Rodenberry

 
-Pobres niñatos, habéis escogido el peor momento para jugar a los Borgs.- Guinan habla con una seriedad inusitada en ella, no está enfadada sino decepcionada.- ¿Quién os ha creado?, ¿Quién pudo pensar que era una buena idea hacer una réplica de una monstruosidad implacable?
-Tenemos un papel que cumplir y nadie nos detendrá.
-Supongo que no seréis tan amables como para decírmelo, sería demasiado fácil y, claro, con el maldito ejército Borg entrando en el cuadrante alfa podemos perder todo el tiempo del cosmos jugando a las adivinanzas en un bar.
-Hablas como si fueras alguien importante pero solo eres la encargada del bar de la nave.
-Entonces, ¿por qué habéis venido aquí? ¿Por qué justamente de toda la nave habéis escogido este sitio? ¿Os apetecía un trago?

Aprovechando que Guinan tiene toda la atención de los falsos borgs, LaForge, Zak Kebron y un grupo de seguridad toman posiciones. Feynmann les habla por el comunicador en voz baja las teorías que se le ocurren sobre la marcha sobre el propósito que pudieran tener tales criaturas, algo que desespera más que ayuda a sus compañeros. No están de humor, acaban de ver como la colonia desaparecía y han sido incapaces de contactar con el equipo del Capitán por lo que temen lo peor.
Mientras tanto un meditabundo Picard observa por una ventana el desolador panorama mientras Gara intenta sin éxito comunicar con la Enterprise.

-Señor, es como si alguien estuviera bloqueando deliberadamente la señal y lo que me preocupa más, la fuente más probable es…

-Nuestra propia nave, lo sospechaba, esta acción ha sido cualquier cosa menos casual.

-Entonces…

-Tenemos que volver enseguida y aclarar esto. La idea de que haya infiltrados en mi nave es inaceptable pero eso no es nada comparado con lo que han hecho en esta colonia, tienen que dar muchas explicaciones y me aseguraré de que así sea.



En la nave un frenético Feynmann manipula los controles del puente ante los gestos de pánico de la tripulación que ve como arranca paneles y cambia conexiones de forma aparentemente aleatoria. El piloto Icheb aún bajo la impresión de ver desaparecer la colonia no puede evitar confrontarse con el oficial científico, que parece vivir en su propio mundo.

-¿Qué diablos cree que está haciendo? Nuestro primer oficial necesita que le ayude con esos tipos.

-Ya le he dicho todo lo que necesitaba, ahora es cosa suya y del rocoso. Estoy muy ocupado, cada miembro de la tripulación tiene que cumplir con su deber. Yo a usted no le pido que haga mi trabajo, así que déjeme hacerlo y céntrese en cómo va a llevarnos a la estación de la federación más cercana.
Icheb pálido como un muerto replica:

-¿Piensa dejar abandonados al capitán y a nuestros compañeros ahí abajo? No sabemos qué les ha pasado, podrían haber…

-Se lo repito, déjeme hacer mi trabajo. Ya habrá tiempo para charlar luego. Créame, no puedo desperdiciar mi tiempo con usted.

Guinan avanza hacia los falsos borgs con un gesto de altivez.

-Veréis, pobres marionetas de algún tonto con demasiados pájaros en la cabeza. Los borg, los auténticos acabaron con mi mundo y esparcieron mi raza por el cosmos, ahora vuelven pero mis compañeros deberán descubrirlo por ellos mismos para creerlo. Creo que tendréis un papel aunque no os gustará pero ahora no pintáis nada aquí, ¿verdad señor Kebron?
Los disparos de phaser simultáneos los golpean con furia, un intercambio de señales con el infiltrado en la nave lleva a la activación del teletransportador del Enterprise llevando a un destino prefijado a los pseudo borgs, el plan ha fallado ergo hay que pasar a la siguiente alternativa. El traidor no le dedica ni un instante a lamentarse del fallo y borra toda pista de sus acciones. Ahora es un hombre solo pero pronto la Enterprise tendrá más como él, dispuestos a luchar por la humanidad y solo por la humanidad.

-Ahora que nos empezábamos a llevar tan bien y se van sin tomar siquiera una copa.

-Guinan, admiro tu sangre fría, por un momento pensé que se nos había escapado la situación de las
manos, con el Capitán en la colonia y estos sueltos por la nave.

-Esto no es nada comparado con lo que nos espera.

-Hemos oído lo que has dicho sobre los borg, ¿es cierto o lo decías solo para atemorizarlos?

-Eso lo sabréis demasiado pronto y con vosotros todo el cuadrante  alfa.




En el único edifico que queda en pie de la colonia Ezri Dax procura mantener la calma entre los supervivientes sin mucho éxito, a la sensación de claustrofobia que sienten al estar en la práctica encerrados se le suma el dolor de la pérdida de sus vecinos y familiares. Las preguntas se suceden a toda velocidad y la consejera tiene que recurrir a la experiencia de sus vidas anteriores para adornar la cruda realidad.

-Estás haciendo un buen trabajo.

La voz es la de su capitán, Jean Luc Picard y su halago es sincero. Conoce la historia de su subordinada, sabe que recibió a Dax sin preparación previa y que tuvo que asumir el cambio en el peor de los momentos posibles, la guerra con el Dominio.

-Gracias señor, con sutileza le indica a su superior que hagan un aparte. Jean Luc entiende lo que pretende al momento y les comenta a los colonos que necesitan hablar un momento.

Lejos de oídos indiscretos Ezri suspira.

-No creo que pueda mantener la situación bajo control mucho más, es difícil convencerles de que estar aquí es lo mejor que pueden hacer cuando ni yo misma estoy segura, es decir, podrían venir a acabar el trabajo.
-De haber podido tenga por seguro que ya seríamos polvo, ahora mismo están impidiendo que nos teletransportemos de vuelta a la nave. La pregunta es si tienen algo planeado.
Unas explosiones que vienen del exterior parecen responder a Picard. Los falsos borgs entran por los boquetes abiertos en la pared despacio, intentando replicar el ritmo de los genuinos. Las palabras sobran, todos los colonos y los oficiales de la Federación se atrincheran en una sala. La oficial de máquinas lo hace a regañadientes mientras le da vueltas a la forma de evitar el bloqueo. Un esfuerzo baldío, pues alguien en la nave está a apenas unos instantes de  romperlo.
Ese alguien no es otro que Feynmann que con una gran sonrisa de satisfacción pone en marcha su plan. Bajo la atenta mirada de sus compañeros acciona el complejo circuito que ha creado. Unas luces se encienden en los tableros y las pantallas adquieren una actividad frenética, que sólo él es capaz de seguir.
El primero en sentir sus efectos ¿o sería más apropiado decir sufrir? es el responsable de la situación del equipo de la Enterprise desplazado en la colonia. Su impresión es como si alguien le hubiera quitado una alfombra de debajo de los pies tirándolo en el proceso, ha perdido el control de su computadora, con la que había pirateado el sistema de teletransporte de la nave. Si eso no fuera lo
bastante malo para sus planes esa misma persona está accediendo a todo lo que ha hecho y sortea todas sus defensas sin mayor problema. Ante la tesitura de haber sido descubierto lanza una última orden a la desesperada para que  huir en una nave al planeta que están orbitando. Pero antes de que pueda salir de su habitación Zak Kebron junto con dos guardias armados se cruza en su camino.

-¿Iba a alguna parte, soldado Mathews?- Su voz rocosa le frena en seco.

-Me dirigía a mi puesto, señor.- Balbucea intentando recuperar la compostura. Evita mirarle a los ojos y se repeina con gesto nervioso su pelo cobrizo.

-No es eso precisamente lo que me ha dicho el oficial científico. Tiene mucho que explicar, ha puesto en peligro a personal de la flota y es sospechoso de haber causado la destrucción de la colonia. Puede acompañarme voluntariamente o lo arrastraré personalmente a la celda, usted elige.

-Ehh, le acompañaré.

Una vez libre del bloqueo Geordi LaForge le da la buena noticia al capitán.

-Señor, hemos solucionado su problema, bueno, lo ha hecho Feynmann aunque creo que  ha causado un pequeño caos en el puente.

-Lo importante es que podemos sacar a esta gente de aquí, ya veré el estado en el que me ha dejado el puente nuestro científico. ¿Se ha localizado al responsable de esto?

-Sí, ha resultado que tenemos un traidor a bordo, Kebron lo ha llevado a una celda. En cuanto venga le interrogaremos. Nos vendrá bien la ayuda de Ezri.

La consejera, que está oyendo la conversación pone un gesto de sorpresa.

-A qué esperamos, teletranspórtenos en tandas, tenga preparado el material y el espacio para alojar a los colonos. Quiero llevarlos a la base estelar más cercana en cuanto sea posible.

-A sus órdenes señor. Ya han oído al Capitán.



La sala de transporte se llena en pocos instantes con los supervivientes de la colonia justo a tiempo ya que los pseudo borgs estaban a punto de entrar en la sala, mas al sentir su ausencia se detienen en seco. El tiempo pasa en la nave, que surca el espacio hacia la base más cercana evitando entrar en territorio tholiano. Feynmann, al que mantienen alejado del puente intenta explicar el invento con el que había detectado al traidor al Capitán Picard en vano, traidor que se negaba a cooperar y cuya existencia ocultaban de momento el mando estelar. Los falsos borg siguen en la colonia aparentemente ociosos sin nadie que les dé órdenes, una situación peligrosa con la que deberán lidiar muy pronto.
En el momento en que Picard deja el laboratorio y avanza por un pasillo la premonición de Guinan se cumple, oye a los borg, literalmente miles de ellos. Han vuelto. No quería creerlo cuando se lo oyó a sus oficiales. Los recuerdos de su época como Locutus vuelven a él como una lluvia de meteoritos, implacable y dolorosa. Pero no hay tiempo para lamentarse y el tiempo corre en su contra.
Todo se  acelera, los colonos son puestos a salvo mientras llegan noticias de los avances de los borg  en el cuadrante alfa, se organizan planes y a la Enterprise le toca una misión arriesgada, a la altura de su fama, conseguir que los Tholianos se unan a una alianza para combatir a la amenaza común.
Cada miembro de la tripulación acoge de forma diferente la orden, Dax se sumerge en las bases de datos para preparar la negociación que ya prevé difícil. Feynman sonríe ante lo que ve más como un reto intelectual que como la misión diplomática que es. LaForge observa a su Capitán con preocupación y comparte ese sentimiento con La doctora Crusher y Guinan, saben lo que pasó bajo el control de la colmena y aunque confían en su superior no subestiman el poder de sus enemigos. Y hacen bien pues llegando a espacio tholiano…
Picard intenta descansar en su cuarto, suda y se mueve en la cama intentando aplacar los recuerdos pero parece un esfuerzo fútil. De repente una imagen eclipsa al resto, la Reina Borg. Cobra forma en su mente, carne y metal con una sensualidad casi hipnótica.

-Locutus, vuelve con nosotros, serás mi general…otra vez y el cuadrante alfa será nuestro.

-Soy Jean Luc Picard, no volveré a ser Locutus, no caeré bajo tu influjo…

-Siento tus pérdidas Locutus, te sientes herido. Data, la consejera Troy, Riker, Worf, O’Brien…tus amigos te dejan y ¿qué tienes a cambio? A extraños en los que no confías, unos por su inseguridad, otros por su arrogancia, pero todos ellos iguales en su lejanía. No los sientes como parte de tu tripulación, si se fueran mañana no los echarías de menos.
-Es mentira, hay cosas que no me gustan pero están aprendiendo, confío en ellos y pronto serán tan buenos como…
-¿Los auténticos? Espera, ¿qué es esto que veo en tu mente? La palabra auténtico ha despertado un recuerdo...muy reciente…que chicos más malos…intentando copiar la perfección...llévame junto a ellos…yo les daré una meta…

-No, mi misión…

-Tu misión es obedecerme.

La Reina Borg se abraza a Picard y le besa en la boca con una fuerza inhumana no exenta de pasión. Algo en el cerebro del capitán se activa, como un viejo rastro de Locutus, no algo físico sino una idea, un deseo reprimido de dejarse llevar, de huir del dolor de la pérdida…

-Como digas mi reina.

-Dime tu nombre.

-Yo soy Locutus.

- Así me gusta, ahora consígueme esos juguetes.


Continuará…


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