Star Trek Original Series anual nº01


Título: Recuerdos del Futuro
Autor: Sikileia
Portada:
Publicado en: Enero 2009


Con motivo de la despedida de James T. Kirk de la Flota Estelar, Spock y el doctor Mccoy se reúnen con él, y Kirk rememora El diario perdido de Zefram Cochrane, donde conocen un poco más de tan importante personaje en la historia de la Tierra.
“El espacio, la ultima frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, buscando nuevos mundos, nuevas civilizaciones, para llegar hacía donde ningún hombre ha llegado jamás”
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:

Creado por Gene Rodenberry

 

 
 
 
Hacía dos meses que la Flota Estelar  había ordenado retirar del servicio la USS Enterprise-A. Después de los homenajes y los reconocimientos de la Federación a una larga carrera en la Flota Estelar, James T. Kirk disfrutaba de  un retiro que le parecía casi un castigo en su rancho de Iowa, una vieja granja de madera de mediados del siglo XX que había sido el hogar de varias generaciones familiares.  Kirk estaba en el establo, terminando de cepillar a su caballo cuando un aeromóvil se paró al lado de la casa.  El ruido del vehículo volador alertó al ex capitán quien salió fuera del establo todavía con el cepillo en la mano.   Una de las  puertas laterales del vehículo se abrió y de ella bajó un viejo conocido, vestido con su túnica vulcaniana de bordados plateados. 
-¡Oh…Spock ¡qué alegría ver una cara amiga tras tanto tiempo!
 
-Capitán, larga y próspera vida… ¿Tanto tiempo, Jim…? Si sólo han pasado dos meses, tres semanas, trece horas…
 
-De acuerdo, de acuerdo…-sonrió Kirk- ya veo porqué dice el Dr. McCoy que por usted no pasa el tiempo. Espere por favor ahí fuera que acabe con este caballo y enseguida estoy con usted.
Pasado un rato ambos amigos estaban en la sala de estar.  Kirk no dejaba de mirar una serie de objetos y adornos que estaban sobre la chimenea y en las paredes de la estancia.
 
-Hablando de tiempo, ¿ha visto ese reloj? Fue un regalo de Bones… y mire esas estatuas zulúes, me las regaló Uhura en mi último cumpleaños… Si pudiéramos otra vez volver atrás…
 
-Ya sabe que eso es imposible, Jim. El Tiempo es una flecha que siempre va hacia delante…
 
-Conozco esa premisa, Spock… -Sonrió levemente el ex capitán de la Enterprise. –Y sobre el tiempo y los recuerdos quería hablarle, por eso le he llamado.
 
-Usted dirá.
 
-Estoy por vender esta casa, Spock. Peter vive en Deneva y dice que su vida está ahí. Así que estaba clasificando en el ático unas viejas cajas con objetos de hace treinta años para venderlos o tirarlos y me topé con esto.
 
Kirk sacó de un pequeño saco negro lo que parecía ser un portafolio con unas cubiertas de cuero toscamente cosidas a él y unas cuerdas que lo anudaban.
 
-No se lo he enseñado a nadie y yo mismo me olvidé de ello… pero él me lo dio para que lo guardara para las generaciones venideras…
 
-¿Quién? ¿De qué se trata?
 
-Véalo por usted mismo, Spock… -dijo acercándoselo al vulcaniano. Éste lo cogió con sumo cuidado, desenrolló los cordones y lo abrió. Silenciosamente, comenzó a hojearlo y a leer pasajes en voz baja.
 
Entonces, el semblante de Spock cambió haciéndose más serio.
 
-Capitán… ¿Sabe qué es esto?  El diario perdido de… Zefram Cochrane, escrito de su propia mano… ¿Dónde lo consiguió?
 
-¿Recuerda nuestra misión en Gamma Canaris?  Me lo dio el propio Cochrane antes de irnos, Spock… Pero yo también acabé olvidándolo y relegándolo a un rincón en el ático de mí casa. Parece como si yo mismo renegase de mi pasado, de  lo que soy… como mi vida actual… ¿Cree que es justo después de estar 30 años en el espacio acabar siendo un granjero en las afueras de un pueblucho?
 
-Sé cuanto añora ese puente y ese sillón de mando, Jim pero tiene la ventaja  ahora de que su vida es más sosegada y tranquila.
 
-No, Spock… Scotty está supervisando la nueva construcción de la Enterprise-E… Uhura es la nueva Jefa de Comunicaciones de la Flota Estelar,  Chekov está en Operaciones… Sulu en su nueva nave, la Excelsior… McCoy ha sido ascendido a capitán médico… ¿Y yo? ¿Qué he hecho para marcar la diferencia, para que mi vida tenga sentido?
 
Spock miró en silencio y tomó el cuadernillo de cuero ofreciéndoselo a Kirk.
 
-Jim, llámelo casualidad o azar, pero creo que la respuesta va a encontrarla si lee ese libro. –Kirk lo cogió con sumo cuidado. –Y ahora necesito ir brevemente a un espacio privado, capitán. ¿Hay algún lugar donde pueda hacer la meditación de la noche?
 
-Arriba… Tengo un cuarto para invitados, si quiere puede meditar allí Spock y le invito a quedarse  a pasar la noche, créame que haría una gran compañía.
 
-Esta bien, Jim, agradezco y acepto su oferta.
 
Spock subió escaleras arriba.
 
Entonces, Kirk se sentó y comenzó a leer las primeras líneas del diario de Zefram Cochrane.  Estaban escritas con una caligrafía sumamente cuidada y bien definida.
 
 
 
“Escribo este libro para ti, lector del Mañana, para que conozcas la vida de un hombre, este humilde servidor que te escribe estas líneas, porque sé que necesitas esperanza y aspiras a algo mejor, todos la necesitamos y más en la época que tal vez te haya tocado vivir porque en todos los siglos siempre ha habido épocas de luz y sombras.
Espero que estas líneas te den la inspiración que necesitas porque también descubrirás que detrás de cualquier leyenda viviente o de siglos anteriores están hombres como nosotros: solitarios y soñadores Don Quijotes que viven por lo menos unos siglos adelantados a su tiempo y que a menudo han sido víctimas del olvido y la marginación.
Así pues, amigo lector, no pretendas ser uno de esos grandes hombres, sé sólo un hombre y deja el juicio para la Historia [1] . Porque han sido precisamente esos pseudo-grandes hombres, magnates, gobernantes y dictadores como el Coronel Green, la causa de la pérdida de  nuestro mundo y de la naturaleza tal como se conoció siglos atrás. Y te escribe alguien que ha sobrevivido a dos de las peores desgracias ocurridas a la Humanidad en siglo y medio: El Cambio Climático y la IIIª Guerra Mundial. 
 
Para cuando yo había nacido centenares de bombas nucleares ya habían diezmado la Tierra y ésta estaba dividida entre las Coaliciones Oriental y Occidental [2] . Más de 600 millones de personas murieron en esa maldita Guerra Mundial. Muchas ciudades importantes del mundo habían sido destruidas ya  por las bombas atómicas ya por el Cambio Climático y la Tierra comenzó a sufrir las consecuencias de  los primeros inviernos nucleares. Todos aquellos estragos duraron casi 25 años, en una escalada de genocidios y destrucción jamás vista en siglos atrás.
Mis padres ya vivían en una especie de comuna o refugio improvisado llamado Resurrection, en Bozeman, Montana, cuando yo nací. Los matrimonios por entonces solían tener sólo un hijo, así estaba decretado por los legisladores de su asentamiento, quizás era por supervivencia, por la escasez de alimentos o por todo un poco, nunca lo sabré. Y en aquel poblado hice mi vida, con pequeñas escapadas para recorrer el mundo… pero ¿qué mundo podía visitar sino ruinas, paisajes desolados a causa de las lluvias radioactivas  o arriesgarme a ser cogido por una de las numerosas bandas de eco-terroristas que comandaban los esbirros de Green? 
En aquel sitio de chatarra y cartón, muchos de sus moradores eran supervivientes de las muchas ciudades que habían sufrido las bombas atómicas y lo habían perdido todo incluso a sus seres más queridos. Desarraigados y con lo puesto fueron llegando a las faldas de las Montañas Rocosas a orillas de un riachuelo. Pero en las cercanías, había una base militar con un silo donde aún se encontraba una bomba atómica a punto de ser lanzada. Quizás esto hizo desistir a Green y a sus secuaces de aparecer por aquel lugar y por ello este lugar sobrevivió a diferencia de otros poblados de refugiados que eran saqueados y masacrados por este genocida [3] .
Allí se conocieron mis padres, y pasé mi infancia y adolescencia, en este mundo sin esperanza, donde la muerte y la enfermedad campaban por doquier y la única ley era la que dictaban la supervivencia y los más fuertes.  Una cosa tan básica como la electricidad se convirtió en un lujo y de nuevo volvimos al tiempo de las fogatas, a la caza con arcos y flechas y a sembrar y cultivar la tierra a pie.
Resurrection y lugares parecidos a éste, fueron efectivamente el renacer de la civilización en un mundo de bárbaros. Y fue aquí, amigo lector, también en estos lugares, donde se inició el cambio a una nueva conciencia, donde el Ser Humano, y lo escribo así, comprendió que todos pertenecíamos a una misma familia, la Humanidad y porque las fronteras, efectivamente como dijo cierto ensayista, son y han sido las grandes fracturas de la Historia.
“NUNCA MAS” era el lema de los fundadores de Resurrection porque incluso en un mundo globalizado como lo era ya entonces, estar divididos entre Oriente y Occidente era otra fractura, quizás la última sí, pero era la más profunda y la más enquistada a lo largo de los siglos y la que causó tantas muertes y penurias en nombre de la religión, de falsos ideales patrióticos  y unos pedazos de tela coloreada llamados banderas.”
 
Kirk levantó brevemente la vista del libro y miró hacia una esquina donde tenía enmarcada una vieja y agujereada bandera de Estados Unidos.  Su mente divagó por unos momentos imaginando las mil y unas batallas que habría visto ese ‘pedazo de tela’ como lo definía Cochrane e imaginando las alegrías de los vencedores y la decepción y el sufrimiento de los vencidos de esas batallas y guerras del pasado ante el paso de la enseña. Tan sólo conservaba aquello como buen amante de la Historia. Y prosiguió la lectura del diario de Cochrane unas líneas más.
 
“Allí en ese asentamiento, todos encontrábamos la manera de ser útiles ya que colaborábamos entre nosotros y no había dinero sino trueque. En los años siguientes la ‘comuna’ creció hasta tener unos 2000 habitantes. Sin embargo, por los refugiados sabíamos que aún continuaba el caos y la anarquía en diversas partes del mundo.
 
 Y llegué a los 17 años… Estábamos entonces en 2049. Mi padre para entonces había muerto víctima de una leucemia por la radiación atómica y mi madre apenas nos podía sacar adelante con lo que cultivaba en la huerta comunal y atendiendo en el dispensario a los nuevos refugiados. Yo con otros amigos del asentamiento,  solíamos visitar el silo y hacer nuestros experimentos con los restos de la vieja base militar. Allí encontré unos libros de física y mecánica que me dieron unos conocimientos básicos pero necesitaba ir más allá. Comencé a sentir curiosidad por saber qué ocurría en lo que en la comuna llamaban ‘el mundo exterior’ pues me contaban que algunas ciudades como Seattle estaban renaciendo y que incluso habían restablecido la electricidad… Durante muchas noches soñaba cómo podrían ser esas ciudades llenas de luz;  para mí la electricidad era algo mágico que con el tiempo adquiriría también una dimensión metafórica pero eso vendría después.
 
Así que para tristeza de mi madre hice un hatillo con unas cuantas cosas básicas y llevando conmigo algunos lingotes de  titanio para hacer trueque, me lancé a recorrer el mundo escapándome de Resurrection. Fue una locura de juventud que sin embargo cambiaría mi vida.
Llevaba casi dos semanas días fugado camino de Missoula, hambriento y enfermo, cuando fui interceptado por una patrulla de paramilitares. Al verme con aquellos lingotes entre las cosas de mi hatillo debieron suponer que debía ser un saqueador o un desertor. Me llevaron a lo que parecía ser el polígono industrial de una antigua ciudad de antes de la guerra, creo que se llamaba Helena, no me acuerdo bien… Iba a ser fusilado con otros pero en el último momento me llevaron inexplicablemente a una celda aislado del resto. Y apareció un hombre con ropas paramilitares, me dio un uniforme de camuflaje y me indicó que le siguiera.
 
Ese fue el comienzo de cinco o seis años que pasé sirviendo en la Coalición Occidental. Por mis rudimentarios conocimientos de mecánica, me designaron a la sección aeronaval donde pasé de ser un mero recluta a ser ingeniero aunque sin diploma universitario porque aquí lo que contaba era sobrevivir y volver de una pieza y en eso pienso que me gradué y bien en la Universidad de la vida. Y allí conocí a una de las personas que más he apreciado en mi vida, Lily Sloane”
Kirk leía en silencio las páginas del libro cuando Spock descendió las escaleras y se sentó en un sillón al lado suyo con las manos entrelazadas.
 
-Prosiga con su lectura, no pretendía molestarle.
 
-No, Spock, llega en el momento más idóneo.
 
-Veo que está realmente fascinado por este libro.–Kirk asintió y ofreció el libro al vulcaniano.
 
-Spock,  iba por aquí… ¿Le importaría leérmelo en voz alta desde este capítulo?
 
-Sí, capitán.
 
“(…)La guerra entre las dos coaliciones terminó en 2053. Para entonces se había creado las Nuevas Naciones Unidas e incluso aquellos burócratas, a pesar de dictaminar que ‘nadie de este tiempo presente era responsable por los crímenes cometidos generaciones atrás’, no tuvieron reparos en sacrificar, como piezas de ajedrez, la vida de millones de personas en guerras de desgaste y todavía el tiránico Coronel Philip Green continuaba con su discurso genocida de eliminar a las ‘impuras’  víctimas de la radiación. Mientras tanto, aunque había terminado oficialmente la IIIª Guerra Mundial y parecía que una cierta normalidad se instauraba en las ciudades, en algunas zonas del mundo comenzó una era aún peor de barbarie y penuria que fue llamado entre nosotros ‘El terror post-atómico’. Una especie de neo-Medievo donde ser abogado se pagaba con la vida, por ser considerados como responsables de la guerra mundial. Yo, en esos días, me encontré, como muchos ex combatientes de los dos bandos, sin trabajo y con mi vida llena de sinsentidos. No era yo el único. Varios de mis amigos estábamos en la misma situación. No sabíamos a dónde ir y a finales de 2054, tras haber sido testigo con nuestros ojos de mil combates, masacres, de saqueos, de botines y tras haber conocido la electricidad, el placer de viajar en un tren (con locomotora de vapor) e incluso algo llamado ‘dinero’  también fue el principio de mi infierno personal: el alcohol, ya fuera tequila o una destilación casera, que comencé a usar como una válvula de escape a mis problemas.
Entonces, decidí volver al lugar de mis orígenes. Lo votamos entre nosotros, y de nuestro grupo sólo Lily y un veterano, Bilal, decidieron acompañarme pues no sabían a dónde ir. El resto de ellos volvieron a su casa, y espero que tuvieran la suerte que no tuve, de encontrar a alguien que los recibiera.
 
Cuando llegué, Resurrection seguía tal cual la dejé, no reconocí a casi nadie pues muchos habían fallecido por la radiación y la hambruna. Las pocas personas que conocía me dijeron que mi madre había fallecido y que yo había sido expulsado de la comunidad por haberme adentrado en el Mundo Exterior. Para ellos, era un traidor y un renegado. Y estando un día en la que fue mi casa con mis amigos, un grupo liderado por el ‘alcalde’ del asentamiento se presentó con palos y cuchillos y nos obligaron a desalojarla tras recoger nuestras escasas posesiones. Delante nuestro con ayuda de un tractor destruyeron el que fue durante años mi hogar y acompañándonos bajo amenazas de muerte, nos dejaron a las puertas de Resurrection con casi lo puesto. Mucho pacifismo y todavía el instinto primitivo de destrucción del otro seguía latente en lo más hondo de sus almas.
Entonces me acordé del silo a donde solíamos ir a jugar de niños y allí nos cobijamos de la lluvia (ácida). Aquella noche, mientras mis amigos dormían, fui a ver a aquel misil. Necesitábamos dinero y desmantelar el titanio de aquel ingenio volador nos haría ricos o al menos nos daría para vivir con un nivel superior al de los habitantes de Resurrection.
 
Mientras desmantelábamos aquello, un libro que hablaba de velocidad supralumínica escrito en el siglo XX por un tal Zhang Lee Zhou llegó a mis manos. La exploración del espacio me fascinaba pero la vida real era otra cosa.  Entonces pasamos de la idea de desmantelar el misil a la idea de construir una nave para vendérsela a alguna potencia o incluso –aunque odiase hacerlo-, al Coronel Green o a alguno de sus secuaces.
 
Poco a poco desarrollé lo que era un prototipo de motor supralumínico; en aquellos días neomedievales, muchos pensaron que estábamos locos y sufrimos las amenazas de los paramilitares de Green y de los habitantes de Resurrection que miraban con recelo nuestro proyecto y más de una vez trataron de sabotearlo pero nuestro grupo pasó a tener más miembros y ampliamos los contactos con lobbies y empresas que nos fueron proporcionando el material necesario: chips, computadores y titanio para construir  la nave… Pero finalmente nos tocó por nuestra cuenta acabarlo y tardamos diez años en conseguir nuestro sueño… Sin embargo, fue con la nave terminada y el motor a punto de ser puesto a prueba descendí a los infiernos.”
 “(…)Los soñadores siempre o son locos o están borrachos, y este dicho lo personifiqué por partida doble. Para hacer las cosas peor, Lily se encontraba con principio de leucemia y Bilal ya había muerto por la radiación. Yo estaba con el sistema inmunológico alterado y con cirrosis y a pesar de ello, bebía como un cosaco.
 
Poco a poco las relaciones con los habitantes de Resurrection mejoraron al cambiar de ‘alcalde’. De vez en cuando venían a vernos y a darnos alimentos, whisky, tabaco, medicamentos y otros vicios y nosotros le hacíamos alguna chapucilla en sus vehículos o sistemas eléctricos. Con el tiempo, llegaba a pasar más tiempo en la cantina del asentamiento ahogando mis penas con vasos de tequila que viviendo en la realidad y trabajando en mi proyecto. Hasta que toqué fondo y tras un ataque de cirrosis, terminé en la enfermería del poblado con un coma etílico. Si no fuera por mi fiel Lily, estaría ahora en cualquier lugar menos aquí escribiendo esto. Entonces aquella noche tuve una visión causada creo por el delirio y vi cómo nuestro misil se transformaba en un ave mítica. Cuando me recuperé, dos semanas después, decidí retomar el proyecto y terminé de adaptar el motor de curvatura,  y en honor a aquel extraño pájaro de mi sueño lo llamé “Fénix” sin preveer que ese nombre habría de ser profético décadas después.”
 
“Pero el Destino nos jugó las cosas a doble banda… En aquellos días, llegaron los mercenarios del Coronel Green a Resurrection y porque se negaron a darle las chicas del pueblo como botín, entraron a saqueo matando y quemando a su paso todo lo que pudieron. Y por suerte, no llegaron hasta donde estaba nuestro silo, que se convirtió en refugio temporal de muchos prófugos del asentamiento.  Allí entre las cuevas y galerías, montamos una especie de campamento.
Pero también por suerte, la Agencia  Espacial de una potencia neutral, Indonesia, se puso en contacto con nosotros a través de uno de nuestros contactos en Seattle y nos adelantó una suma de dinero… Sí, D-i-n-e-r-o… Con ella tendría suficiente para retirarme a una isla polinesia y estar entre bellas muchachas con la élite de los ricos… Y con la ayuda de esta pobre gente y el dinero que nos llegó ayuda terminamos el motor. Pero para eso tenía que hacer la prueba en mi nave… En otra época se usaban monos o perros pero era yo quien tendría que hacer de dummie si quería cobrar el resto. Así que unos días después, la noche del 4 al 5 de Abril del 2063 me embarqué a ritmo de rock a romper la barrera de la luz…”
 
 “(…)Lo que no me imaginé es que unos alienígenas iban a ver aquella exhibición de vuelo hecha con un burdo misil nuclear…”
 
-¿Alienígenas?... Fascinante, -dijo Spock interrumpiendo su lectura
 
-El Primer Contacto una fecha clave en la Historia nuestra, Spock… Prosiga…
 
“Ese día, 5 de Abril de 2063, vimos en el cielo un resplandor sobre el bosque que rodeaba a Resurrection en Montana. Nuestros antepasados habían recogido en sus crónicas casos de lo que se llamaba “Encuentros en la 3ª Fase” pero parecían leyendas y cuentos de hadas hasta que nosotros lo experimentamos en primera persona. Y allí, a las afueras del bosque, en un llano, una nave triangular se posó… Aquello era un espectáculo que no olvidaré jamás, una luz que irradiaba majestuosidad y una grandeza inimaginables. Pensé que era otra de mis alucinaciones etílicas pero los gritos y las reacciones de miedo de la gente allí presenciando lo mismo me confirmaban que aquello era REAL. Lily estaba al lado mío y me miró y me cogió de la mano.
De repente una rampa descendió de la nave y por allí descendió el ser… y otros dos con él detrás… Parecían ángeles… cuando se bajó la capucha de su túnica el asombro entre los presentes fue mayor y llegué a oír entre la gente que aquel ser era el mismísimo Lucifer. Lily y yo avanzamos un paso y la criatura nos cumplió con un saludo extraño en forma de V.  Lily me miró y miramos hacia donde estaba la Fénix. Y todavía recuerdo que me dijo bromeando: “Zef, creo que has armado un buen lío a escala cósmica.”
 
Y así fue el Primer Contacto, que aún hoy, amigo lector, recuerdo desde mi sillón y en estas líneas en este apartado lugar del Universo, un pequeño gran paso que puso a prueba la capacidad de la Humanidad para evolucionar y avanzar.  Y aún prosiguieron por décadas nuestro estado de barbarie y aún de división porque a pesar de los numerosos intentos de unificarnos en un gobierno mundial siempre hubo países reacios a asumir que estábamos entrando en un Nuevo Paradigma.”
“(…)Cuando llegaron los primeros años del siglo XXII, la Tierra ya por fín estaba unida bajo un único gobierno. Fue entonces cuando pudimos avanzar y llegamos a las estrellas que también se convirtieron en nuestro hogar. Así comenzamos por colonizar el Sistema solar y llegamos a nuestra estrella más cercana, Alfa Centauri, tras desarrollar con mi amigo Henry Archer los primeros motores de curvatura a mayor escala. Pero me encontré con que nuestros salvadores-mentores de Vulcano, si puedo llamarlos así recelaban y recelan de nosotros y de nuestras emociones. Aún temo que nos quedemos relegados a este rincón de la Galaxia. Pero tengo fe en el futuro, en las posibilidades del Hombre para hacer realidad sus sueños y evolucionar y convertirse por derecho propio en ciudadano del Cosmos que le rodea.
 
“(…)Hacia el 2121, cansado de ser una celebridad y de verme reducido a una mera estatua en Resurrection, y tras décadas de trabajo,  me trasladé como un nuevo colono más a Alfa Centauri. En ese viaje me acompañó mi querida Lily y allí murió entre mis brazos. Lily Sloane fue el ser que más he querido en el mundo después de mi madre y un verdadero ángel en los peores días de mi vida.
“Pero las estrellas seguían llamándome a acercarme a ellas y fue así como me embarqué en un prototipo de nave con un nuevo motor y me adentré en lo desconocido, pero esta vez quise que fuera definitivamente”.
 
“(…)Pero la buena suerte que siempre me ha guiado me llevó por otros derroteros, amigo lector, a un extraño mundo donde  no sé si llamarlo exilio, refugio o prisión o una mezcla de los tres, pero aquí he vuelto a renacer como mi Fénix y a sobrevivir en un cuerpo rejuvenecido y ágil. Aunque sé que debo de tener 150 años o más, el Tiempo aquí no pasa. El Compañero se encarga de que siga existiendo y no sé cómo lo hace. Si esto es el Cielo, entonces bienvenido sea, pero tengo ganas de volver a las estrellas.
 
Aunque radiques en un sitio u otro, el Universo te recuerda siempre que todos tenemos un mismo origen. Y de ese origen venimos y hacia ese origen vamos.
Llegó pues un momento en que si la Humanidad quería sobrevivir, debía cambiar  de mentalidad y recapacitar sobre los errores cometidos en el pasado, no sin olvidar desde luego, esos aspectos positivos que nos ha dado la Historia pues ignorarla sería también olvidar de dónde venimos para saber a dónde vamos.
 Y aquí finalizo estas memorias, amigo lector del futuro, escrito para ti de mi puño y letra, deseándote que en los tiempos de crisis pueda inspirarte a mantener encendida la esperanza, ella es como una estrella en la noche, resplandeciente y mágica en medio de la oscuridad, y así espero que ilumine tu vida.”
 
-En la última hoja está escrito esto, Jim.
 
“(…)Addenda final a este diario: Hace unos horas han llegado unos extraños viajeros del cosmos, humanos como yo… y entre ellos he visto a un Vulcaniano, quizás después de todo parece que mis sueños de que la Humanidad encontrase su lugar en el Universo  se ha hecho realidad. Si es así, creo que puedo decir por fin que mi existencia ha tenido al menos un sentido y llegar hasta aquí ha merecido la pena.”
 
-Razón no le faltaba a Cochrane, Spock… creo que por fin he entendido hacia dónde quiero llevar mi vida. 
 
-Incluso los grandes héroes tienen sus luces y sus sombras. Como dice un viejo poema centauriano, ‘Mil eclipses no podrán nunca ocultar el sol’.
 
-¿Otro acertijo, Spock?
 
-No, hablo desde la lógica. Volvemos de nuevo a vivir tiempos caóticos, capitán. La reciente conspiración del Alto Mando de la Flota en Khitomer [4]  ha demostrado cuán frágil es la base sobre la que está asentada la Federación…
 
-¿Qué piensa que tengo que hacer?
 
-Publique este diario, Jim… créame si le digo que quien lo lea puede aprender  y mucho de su contenido. Su sobrino Peter podría encargarse de ello, ¿no es historiador también?
 
 -Spock, quiero ahora que tenga este manuscrito original, considérelo como un regalo de despedida.
Si quiere publicarlo, tiene luz verde pero con una única condición,  nunca diga que tuve yo ese manuscrito… que aparezca así de la nada…
 
-¿De la nada? –respondió Spock elevando su ceja derecha.
 
-No se preocupe, déjeselo por un tiempo a mi sobrino, él sabrá qué decirle a la opinión pública cuando aparezca. Tenga. –Añadió Kirk a mientras daba el saco negro con el  cuadernillo en su interior.
 
Spock se levantó y cogió el saquito.  Y tras envolverse en su gran capa negra, entrelazó las manos.
-Jim, es tiempo de irme ya. Debo regresar a la legación de Vulcano.
 
-¿Se me va también usted, Spock?
 
-Ya que hemos negociado con éxito la paz con los klingons es lógico hacer lo propio con los  romulanos. Iré como embajador a su mundo y trataré de encontrar descendientes de los antiguos V’tosh Katur [5]  para iniciar un proceso de unificación.
 
-¿Unificación? McCoy tenía razón cuando decía que Ud. era un duende testarudo. –Afirmó mientras le ponía la mano en un hombro. – ¿Nos veremos, Spock?
 
-No lo sé, Jim. Pero créame, por…si no nos volvemos a ver… quiero que sepa que he sido y siempre seré su amigo. Larga y próspera vida, capitán.
 
-Larga y próspera vida, Spock. –dijo haciendo como pudo la V vulcaniana -Y espero cuando nos volvamos a ver saber hacer este símbolo correctamente.




Un mes más tarde mientras veía el Canal de Federación TV en su casa, Kirk aumentó el volumen ante una noticia que especialmente le interesó:
“Un manuscrito inédito del doctor Zefram Cochrane ha sido descubierto en la Biblioteca Municipal de Bozeman,  Montana. Su descubridor, el Catedrático de Historia Exo-Planetaria  e Investigador en la Universidad de Deneva V, Dr. Peter Kirk, ha publicado  en edición facsímil y con tirada reducida la reproducción de este manuscrito que al parecer fue traído hace más de un siglo por un colono de Alfa  Centauri, becado en dicha universidad.
Tal como comenta el profesor Kirk, el manuscrito cree que ayudará a entender mejor los propios orígenes de la Federación y está llamado a ser un libro de lectura obligatoria entre los cadetes y miembros de la Flota Estelar.
Sólo el Tiempo lo dirá  si ocurre así o no”


FIN





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