X-Men nº11

Título: Rojo -X
Autor: Nerocles
Portada: Javier Cuevas Garcia / Color: Pater
Publicado en: Enero 2009

Siguen las maquinaciones de Apocalipsis, la aparición de un nuevo Eric el Rojo, mientras la Patrulla-X se enfrenta a ¿los Amos del Mal?
“Seres diferentes y por ello inquietantes. Hijos de la edad del Átomo, mutantes. ¡Temidos y odiados por un mundo que han jurado proteger! Estos son los héroes más extraños...”
 Stan Lee y Action Tales presentan
Creado por
Stan Lee & Jack Kirby


Resumen de lo publicado: Tras un encuentro fortuito con un nuevo grupo cazador de Centinelas dirigido por el conocido Comando Escarlata los hombres-X han realizado una misión conjunta con ellos, tras lo cual se han encontrado con una Juliana totalmente recuperada en el hospital donde estaba en coma. Sin embargo no todo es felicidad para los hombres-X: Kaos ha abandonado el grupo tras una breve etapa como líder y ahora comenzamos a descubrir que uno de los mayores enemigos del grupo, Apocalipsis, se oculta tras la resurrección de Juliana. Además, el arcano Coleccionista ha hecho acto de presencia y junto a Caliban, está capturando a los extraños Externos de la tierra.



[Instituto Xavier para Jóvenes Talentos]

Todos le miraban, pero a él no le importaba, lo esperaba. Erik el Rojo resultaba imponente aunque no fuera la primera vez que lo vieras, pero resultaba aun más misterioso al no saber quién había bajo la máscara. Bobby había apostado a que era Cíclope [1] intentando ser miembro del grupo otra vez. Roberto prefirió no dar una opinión a nadie, estaba demasiado liado con la vuelta de su único amor, pero le pasó por la cabeza que debía ser alguien a quien todos conocían, un mutante. Forja miraba con desconfianza, al igual que Ororo y Sean.

-¿Profesor?

Xavier estaba sorprendido. Intentó rastrear la mente de aquel individuo, tomando medias por si era un infiltrado en su grupo, que era una familia más o menos unida, a fin de cuentas. Sin embargo no podía, aquel casco debía interferir con sus poderes.

-Perdón Ororo... estaba en otras cosas. Erik, tengo el placer de presentarte a...
-Creo que no hacen falta presentaciones, sé quienes son – interrumpió violentamente el nuevo miembro-. Es un placer, desde luego – se acercó a todos y les estrechó la mano-.

-¿Podríais vosotros enseñar la habitación dónde dormirá Erik? – sugirió el General David, aunque prácticamente obligaba a todos a dejarle a solas con Xavier. Cuando la puerta del despacho de Xavier se cerró, el general continuó hablando-. ¿Qué te ha parecido Charles?

-Es alto, pero sólo eso. Os habéis asegurado que no pueda saber quién es.

-¿Has intentado leer su mente?

-Tan sólo conocer su nombre y saber si guarda algún pensamiento violento contra mis hombres-x.

-No causará problemas, eso te lo puedo asegurar.

-¿Pero no puedes darme su nombre? No me negarás que eso es sospechoso.

-Es un buen hombre Charles, un buen hombre que quiere ayudar. Será un gran apoyo para tus chicos y, aunque te haya podido parecer algo duro, es un hombre encantador cuando se le conoce. Por cierto, debes designar un líder para el equipo, debe constar en mi siguiente informe.

-Ororo, junto con Bobby es la que más experiencia tiene, pero me fío más de su serenidad a la hora de entrar en acción que de la voluntad y fiereza de Bobby. Puede que en el futuro sirva, pero debe templar sus ánimos un poco.

-De acuerdo. Entonces mi trabajo aquí por hoy ha terminado.

-¿Me dejas aquí a un desconocido y te vas? ¿Qué han sido de tus modales David?

-Confía en mi. No causará problemas.


-Y esta es tu habitación –Ororo abrió la puerta y dejó pasar primero a Erik, que con una leve sonrisa agradeció el gesto de la mujer, sorprendiéndola más gratamente de lo que esperaba-.

-Espaciosa, me gusta. Y no habéis escatimado con la televisión – bromeó para sorpresa de todos los presentes-.

-Todos los canales del universo –informó Bobby-. Cortesía del imperio Shi’ar.

-Realmente interesante. Y bueno chicos, ¿Cuándo entrenamos? Mentiría si dijese que no sé nada de la famosa sala de peligro de la Patrulla-X.

Bobby soltó una sonora carcajada.

-Entonces no hay más que hablar. Acompáñame Erik.


El Hombre de Hielo comenzó por congelar todo el suelo de la habitación, quería ponérselo difícil al nuevo, probarle y demostrar cuánto valía en realidad.

-Esto no servirá chico – Erik alzó sus manos y mediante una ráfaga energética de calor derritió la fina capa helada que se extendía hasta él, dejando la sala más bien mojada-. ¡Estoy preparado Hombre de Hielo!

-Impresionante- dijo Ororo desde la cabina de control. El resto del grupo había dejado que aquello se convirtiese en un combate de uno contra uno, luego practicarían en equipo-. Si realmente está preparado para nosotros, ¿Es Magneto que va a matarnos?

-No creo – respondió Forja-. Pero de todas formas, yo mismo me voy a encargar de mantenerlo vigilado.

A la velocidad del pensamiento el joven mutante, que había formado parte del grupo desde su primera versión, moldeó una escalera de tres metros que subió con tremenda agilidad para acabar dando un gran salto quedando justo encima de su oponente. Las piernas de Drake comenzaron entonces a tomar grosor, hasta formar una gigantesca bola de duro hielo que aceleraron su caída, pero
Erik logró esquivarle.

-¿Esto es todo? – el Rojo corría dándole la espalda a su nuevo compañero. Su velocidad era la de un atleta y su mente ya comenzaba a trazar un plan para seguir luchando. Al estar a cinco metros de la pared comenzó a volar, para sorpresa de todos. No habían recibido ninguna especificación sobre sus habilidades, lo que cualquier nuevo movimiento podía ser inesperado-. Ahora –dijo en el aire- te mostraré como llevar a cabo un buen ataque, aprovechándome de tu debilidad terrestre.
¿De qué demonios hablaba? Pensaba el Hombre de Hielo, ¿Acaso era un soldado loco o algo así? Sin embargo sus palabras eran ciertas. Bobby tuvo que comenzar a moverse, avasallado por un ataque masivo de energía calorífica, sin embargo no se echaba atrás. Tan rápido como había creado la escalera comenzó a surgir una carpa sobre su cabeza que dejó la visión de la cabina anulada, cubriendo con un pequeño techo sostenido por columnas de hielo toda la habitación. Solo la energía de Erik lograba hacer agujeros en la capa helada, pero rápidamente Drake se encarga de reformarlos nuevamente, dejando a su oponente sin objetivo.

-¿Ahora qué Erik? –dijo en un momento de descanso, colocando sus manos sobre la pared, que comenzó a congelarse también-. Ahora estás en mi terreno, derrite esto si te atreves.

-¿Crees que es un problema? Mira.
Erik el Rojo volvió a repetir la jugada y, con un rango mucho más amplio, utilizó sus ráfagas de calor, que se expandían lenta pero inexorablemente por toda la habitación. En realidad era lo que el
Hombre de Hielo buscaba provocándole. Sin darse cuenta, su adversario había creado una espesa nube de vapor, que por una parte nublaba su vista y por otra permitía al mutante helado moverse con mayor soltura.

-¿Dónde?

-Aquí al lado amigo – Bobby se contuvo. Se encontraba sobre una columna helada. Su mano estaba rodeada de hielo, pero al no saber si su compañero era invulnerable, no golpeó con todas sus fuerzas y dirigió su puño hacia un costado, evitando darle en la cabeza, aunque de todas formas concluyó con el combate.

El cuerpo de Erik cayó a gran velocidad, pero en el último momento parecía frenarse, su capacidad de vuelo consiguió que el impacto no fuera más duro. Cuando abrió los ojos el Hombre de Hielo ya estaba a su lado, con su mano tendida para ayudarle.

-Lo siento si te he pegado muy duro – se disculpó-.

-No, en realidad, no esperaba menos de alguien como tu – la cara del Rojo, al menos la parte que era visible, pese a la firmeza de su voz, no dejaba de sonreír. Parecía gustarle aquella situación, aquella gente y el formar parte del grupo. Realmente deseaba estar en la Patrulla-X.


Mientras subían las escaleras hasta los pisos habitables de la mansión todos contaban batallitas. Ya fuera Factor-X, Patrulla-X o los Nuevos Mutantes, todos habían vivido mil aventuras que, en el pasado, no había hecho otra cosa que unirles. Erik el Rojo quería formar parte de esa leyenda. Por fin alcanzaron el hall de entrada, desde el cual se accedía más rápidamente a la mayoría de habitaciones de la vivienda. Sin embargo, cuando se dirigían a la cocina, sonó el timbre.
Cuando vieron de quién se trataba todos sonrieron. Madrox, el hombre múltiple, solía ser bastante simpático cuando llegabas a conocerle.

-¿No vais a darme un maldito abrazo? –al tiempo que decía esto multiplicó su cuerpo por la cantidad exacta de mutantes que tenía frente a él, incluyendo a Erik, al que supuso un amigo estando con el resto. Todos le siguieron el juego y abrazaron a las copias.

-Ah, James, bienvenido – Charles Xavier estaba a la derecha del grupo-. ¿Traes tus cosas?

-Por supuesto profe, por supuesto – un doble más se separó y fue a saludar al mentor de los hombres-x-. ¿Quién es el tipo que deja en ridículo a nuestros trajes de carnaval?

-Erik el Rojo, un nuevo miembro del equipo, como tu.

-Entonces todos amigos.

-Así es – Erik, pese a haber saludado a una copia ya, se acercó a saludar nuevamente a la que hablaba con el Profesor, creyéndola el original-. Es un placer.
-Igualmente – Madrox estrechó su mano y de pronto todas las copias se reunieron en el cuerpo original, dejando a Erik con las manos vacías y una extraña sensación de tocar algo extrañamente volátil-.

-Si todo está en orden...

La silla de Xavier saltó por los aires, junto al Profesor, que gracias a sus poderes consiguió no impactar contra la pared, sino levitar justo a tiempo para no golpearse. El resto de componentes de la familia x habían absorbido peor el golpe.
Frente a ellos varias figuras asomaban por el agujero donde antes estaba la gran puerta de entrada. La mansión había sido tomada. El cuerpo del General cayó al interior de la casa, junto con el de los hombres que hace unos minutos le acompañaban en su coche.

-Patrulla-X... – Forja era el primero en levantarse- será mejor que os reagrupéis.
Klaw [2] , Constrictor, el Amo del Hielo, Mr. Hyde, Bisonte, Torbellino, Arenas Movedizas, Conmocionador y Capucha Carmesí [3] se encontraban frente a la Patrulla-X. Ellos eran los Amos del Mal.
-Conmocionador, saca fuera de juego al calvo ¡AHORA! –la orden de Capucha Carmesí llegó a oídos de su compañero, que arremetió rápidamente contra Xavier que, pese a intentar esquivar el ataque, no estuvo ágil de reflejos en aquel momento y recibió el impacto de lleno, dejándole inconsciente-. Ahora todos los demás quietos, esto acabará pronto.
Klaw había levantado un campo de fuerza de sonido sólido alrededor de sus compañeros, en forma de cúpula. Daba la impresión que los Amos estaban en el lugar más seguro del planeta, como en casa.


[España]
La central de la fuerza de choque de la Guardia Civil era un completo caos. Un solo hombre, el llamado Mr. Siniestro, había conseguido infiltrarse en su base ante sus narices, utilizando una vaga conexión con un proveedor de tejidos. Aunque llevaban varios días en un nivel de alerta constante el sujeto había sido visto a las puertas del almacén de alimentos y ahora todos los agentes contaban con permiso para disparar en caso de ver al asaltante. Sin embargo poco le importaba a Nathaniel Essex las urgencias humanas. Se deslizaba entre los conductos de ventilación, cambiando de forma para deslizarse prácticamente como una serpiente en aquel estrecho túnel. Por fin llegó al lugar que deseaba, el Sector C. Vargas y Diego Sandoval, junto con Empata, dirigían todas las patrullas desde allí. Essex nuevamente se deslizó entre las sombras, bajando hasta el lugar donde ellos estaban.

-Es un placer conocernos al fin, señores – Essex recobró su forma por completo en cuestión de segundos, situándose detrás de sus anfitriones-.

Ante la situación Sandoval corrió a apretar el comunicador de la central para avisar a todas las patrullas para reunirse en aquel preciso lugar, pero rápidamente Nathaniel utilizó un pequeño artefacto similar a un dardo que, una vez hizo diana sobre el panel de computadoras del guardia civil, inutilizó su sistema operativo.

-Tranquilícese señor Sandoval. No podremos ser molestado por nadie en diez minutos – mientras decía esto las luces corrientes se desconectaron y unos nuevos focos, de color rojizo, se encendieron como medida supletoria-.

-Empata ¡Haz algo! – ordenó el jefe de la central-

-Preveía que esta sería su única arma – Siniestro estiro su brazo y agarró el cuello de Empata. En aquel momento Vargas intentó cortar la extremidad de aquel extraño con su espada, pero gracias a sus evidentes facultades para deformar su cuerpo, pudo esquivarla y lograr tener al chico junto a él-. Vamos Manuel, será mejor que no intentes nada jovencito.

-¿Qué quieres Siniestro? –preguntó Sandoval apuntándole con un arma energética de corto alcance-.

-Quiero a Vargas, obviamente.

-No soy un trozo de papel que puedas traspasar engendro – Vargas saltó sobre él pero de nuevo, a una impresionante velocidad, esquivó su ataque-. Si me quieres, tendrás que pelear.

-En realidad quiero evitar la confrontación. En serio, la veo innecesaria. Hablemos.

-Yo no tengo nada que decirte.

-Entonces empezaré yo. Simplemente vengo aquí en busca de tu extraño ADN. Sólo eso, a cambio, te concederé la libertad.

-¿Mi ADN?

-Me debo a la investigación y un espécimen tan importante como tu no puede caer en manos de unos estúpidos como estos. Ven conmigo y obtendrás la libertad. Sé que eres un hombre que ansía tener poder, el conocimiento. A mi lado lo tendrás. Y más, tendrás a la Patrulla-X si así lo deseas, después de todo ellos casi acaban con tu vida. Nada de sugestión mental por parte de este mequetrefe – zarandeó a Empata como si fuese una muñeca de trapo y luego lo tiró a un lado-. Podemos escapar de aquí como si tal cosa. Ven conmigo y te enseñaré lo que no está escrito en esos libros de Destino.

-Yo...

-Es le momento de decidir Vargas. Libertad, conocimiento y venganza o seguir los pasos de estos estúpidos humanos... o sus lacayos mutantes –dijo mirando con desprecio a Empata-.

-Acepto.

-¿Qué demonios? Nosotros te hemos reeducado, deberías...

-Señor Sandoval – Mr. Siniestro volvió a estirar su extremidad, esta vez hasta el cuello del líder de la Fuerza de Choque-, será mejor que se calle.

-¿Cómo coño piensas salir de aquí? Has podido entrar porque no sabíamos cuan cerca estabas, pero no podrás salir si cerramos la puerta.

-Por favor... estamos en el centro de mando, puedo hacer lo que me plazca, es más... – Siniestro se deshizo del español tirándolo a un lado y caminó hasta las computadoras. Arrancó su propio artilugio y luego introdujo otro similar, de color diferente, que anulaba los efectos de su gemelo. Las computadoras estaban a pleno rendimiento-. Señor Sandoval, será mejor que busque otro trabajo. Atención a todo el personal – dijo a través de un micro que le comunicaba con toda la base- evacuad de inmediato. Disponemos a estallar los sectores seis a doce. Repito, evacuad de inmediato.

-Pero las Torres [4] ...

-Tranquilo, he estudiado este lugar. No pienso destrozar un monumento histórico por una simple riña con unos tristes hombres. Tan solo dejaré este lugar inutilizado un buen tiempo – introdujo un código más en el teclado y activó la destrucción de esos lugares-. Vámonos Vargas, hemos terminado aquí.

El español dejó de empuñar con fuerza su arma. No confiaba del todo en Essex, pero a pesar de todo, aun era un preso en aquel lugar en el cual constantemente era sometido a sesiones con Empata para que su mente no divagase más de la cuenta. Se le ofrecía la oferta de escapar primero, luego ya tendría tiempo para decidir si era conveniente quedarse al lado de Siniestro o, por el contrarío, acabar con su vida. Pero de momento le seguiría. Sólo había una pregunta.

-¿Dónde vamos?

-Lejos. Volvemos a los Estados Unidos.


[Instituto Xavier para Jóvenes Talentos]

Los estudiantes que rondaban la entrada habían salido huyendo. Pese a sus poderes excepcionales, la mayoría conocían la reputación de gente como Torbellino o Klaw, que llevaban años apareciendo en las noticias como enemigos de Los Vengadores o el rey de Wakanda, Pantera Negra. Aquellos dos individuos, junto a un grupo de otro igual de peligrosos habían tomado la escuela de Charles Xavier y la Patrulla-X sólo podía mirar.

-¡Hombres-X, Luchad! – Tormenta lanzó el primer ataque, el escudo de Klaw se vio atravesado por un rayo eléctrico que impulsó al amo del sonido varios metros hacia atrás tras impactar en su pecho, sacándole a los jardines del centro-. Bobby, congela las puertas, que ninguno de los chicos salga aquí fuera.

-Un momento, debo ir por mis armas. Nos vemos fuera ¿Ok? – Forja se apresuró a atravesar una de las puertas que conducían a su laboratorio. Su poder mutante le proporcionaba una percepción tecnológica única en el mundo, capaz de crear cualquier ingenio con pocos recursos, pero a parte de eso poco podía hacer sin las armas que diseñaba. Una vez se le perdió de vista el Hombre de Hielo creó una gran barrera tras el grupo que ya comenzaba a moverse, protegiendo su hogar.
Lo siguiente que los Amos del Mal sintieron fue una gran ráfaga de viento procedente de Ororo, acompaña por un agudo grito de Banshee que hizo que sus adversario cedieran por completo. Querían conservar en su mayor parte el edificio, protegiendo a los estudiantes al mismo tiempo. El siguiente en reaccionar fue Erik el Rojo. El nuevo miembro del grupo utilizó sus rayos térmicos para inutilizar un rayo congelante procedente del Amo del Hielo, que apuntaba directamente a Madrox. El resultado fue una nube de vapor como la que anteriormente se había formado dentro de la Sala de Peligro.

-Gracias – dijo Madrox- pero realmente no hacía falta.

El Hombre Múltiple, sabiéndose un blanco fácil, comenzó a hacer surgir duplicados de forma continuada, que se lanzaron contra el Mr. Hyde y Bisonte, los miembros más físicos de aquel grupo. Tormenta por su parte se encargaba de Arenas Movedizas, manteniéndola en un continuo mini tornado, como si de una prisión a gran velocidad se tratase.

-No se si alguien se ha dado cuenta – Bobby Drake levantaba escudos helados por todos lados, lanzando directamente a Capucha Carmesí estacas heladas que la líder del grupo rival conseguía parar en el aire sin mucha dificultad gracias a su capa-. Pero estos tíos suelen ir más por gente como los Vengadores... ¿Qué pintamos nosotros?

-A un lado Drake...

Mancha Solar se cansó de la situación. Se dirigía directamente hacia Capucha Carmesí, sin importarle ninguno de sus ataques o los de sus compañeros, que sin esforzarse mucho en detenerle, parecían subestimarle. Cuando estuvo frente a ella la cogió por el brazo, con suficiente fuerza como para que no pudiese escapar, pero no para hacerle verdadero daño. Después de todo no tenía ninguna resistencia fuera de lo común. Sólo humana, pensó DaCosta.

-¿Qué estáis buscando aquí?

-Suéltame borrón de tinta, ¿sabes quién soy? – la capa electrónica de la mujer rodeó al mutante, intentando estrangularle y, aunque surtía cierto efecto, no bastaba para parar a un Mancha Solar cargado a plena potencia-

-¡La dama ha dicho que la sueltes! – Klaw estaba junto a ambos, esperando que el Conmocionador estuviese en posición. Combinando su ataque consiguieron deshacerse de hombre-x con cierta facilidad, pero no estaba derrotado, ni mucho menos-. Debemos movernos más rápido ¡Mr. Hyde!¡Bisonte! Deshaceos de esos duplicados ya y venid aquí.

A medida que los golpes de ambos colosos se sucedían las réplicas de Madrox, el Hombre Múltiple, comenzaban a desaparecer. No tenían nada que hacer realmente contra un enemigo de tanto poder, pero habían servido de distracción el tiempo suficiente. Los refuerzos habían llegado. Aunque no eran miembros oficiales del grupo, algunos de los antiguos miembros de la Patrulla-X seguían viviendo en la mansión, seguían siendo ejemplos que seguir para los alumnos que aun quedaban en el centro y hoy iban a demostrar cómo se habían ganado aquel singular título de maestros. La Bestia solía ser un tipo alegre y encantador la mayoría del tiempo, pero su apodo iba más allá de su aspecto. Su estilo de lucha acrobático y ofensivo pronto distrajo al Mr. Hyde lo suficiente como para que no pudiera esquivar el gran golpe de uno de los miembros más jóvenes que había formado parte del grupo. Sam Guthrie, Bala de Cañón cuando actuaba como hombre-x, se propulsó a gran velocidad hasta llevar lejos al africano, que dolorido solo podía contemplar como era arrastrado metros y más metros por un pequeño cuerpo brillante.

Tormenta sintió alivio al ver como sus compañeros tomaban la delantera, pero ante tanta muestra de masculinidad, volvió a echar en falta la compañía femenina [5] . Emma, aunque no era la mujer más amable del mundo, se había marchado junto con Scott. Aunque el antiguo líder de la Patrulla llamaba bastante a menudo, la ex reina blanca no eran tan cordial. Kitty estaba liada con el nuevo Excalibur, que ni siquiera estaba totalmente activo aun [6] . Jean se había ido sin dejar rastro, simplemente. Quizás estaría intentando llevar de nuevo una vida normal. Pícara andaba con Gambito [7] y Cecilia Reyes, a la que habían visto recientemente debido a que se iba a encargar de la recuperación total de Juliana, sólo acudía para quedarse más de unas horas en caso de emergencia. Por dios, incluso Médula se había alejado de...

La desconcentración le salió cara a Ororo. El remolino que evitaba que la mujer de arena se moviese necesitaba muchísima velocidad continuada y se había debilitado, haciendo que la africana tragase por aquello más tierra que en toda su vida. Erik el Rojo rápidamente se percató de esto y retiró sus ataques sobre el Amo del Hielo y Constrictor para concentrarse plenamente en su nueva enemiga. Aumentó la intensidad del calor de sus descargas, cristalizando al instante el ataque y librando a su compañera, que agradeció la eficiencia con una sonrisa y un rayo sobre Constrictor, a tiempo para salvar al hombre que, valga la redundancia la había salvado. En aquel momento apareció Forja, cargando dos arma de singular forma que básicamente eran rifles especiales de gran envergadura,
capaz de derriba un avión desde tierra o incluso un tanque. Tormenta rápidamente enmendó sus errores. La Diosa comenzó a sentir un agobio, diferente al que estaba acostumbrada en medio de la batalla, aquello no tenía sentido. Concentrando sus poderes en un área determinada dentro del improvisado campo de batalla, generó una lluvia eléctrica que detuvo los movimientos tanto de sus compañeros como de sus enemigos.

-¡ESPERAD!

En aquel momento el viento tomó una dirección antinatural y todos miraron al cielo. Con los brazos en alto Tormenta se dejaba llevar por sus propios poderes, generando descargas eléctricas poderosas que todos se afanaron por esquivar, el combate estaba paralizado en aquel momento.

-Aun no habéis dicho por qué demonios estáis aquí – examinó furiosa Tormenta-. Quiero una explicación o ni todos los Amos del Mal de todos los tiempos podrán contener mi ira.
Sus ojos eran totalmente blancos, su semblante serio. No había que tomarla a broma.

-He venido por lo que es mío – sentenció Capucha Carmesí-. Venimos por Erik el Rojo.


[Genosha]

En muy poco tiempo las labores de reconstrucción habían comenzado en Genosha. Con su enorme poder, Éxodo, líder autorizado de la isla, se había deshecho de la mayor parte de los grandes escombros, dejando ahora el trabajo más minucioso a otros tantos mutantes ansioso de vivir allí, así como de voluntarios que soñaban con un futuro común. Hacía varios meses que el gobierno Chino había cedido al conocido Hombre Radioactivo para limpiar la zona. Aunque cumplió con su deber, utilizó la oportunidad para escapar de sus captores [8] . El sitio, a falta de infraestructuras y todo lo que la civilización moderna consideraba básico, estaba a ojos de su nuevo guía, listo para habitar.

-No vendrán si no tienen un hogar donde vivir ¿Sabes? Los pocos supervivientes tienen aun traumas tras la tragedia, los que estaban fuera cuando todo sucedió tienen pesadillas, algunos gracias a sus poderes, incluso malos presagios que ellos mismos introducen en sus mentes. Pero yo aun tengo esperanza – Éxodo miraba a un hombre de rojo. Ambos se encontraban en la costa, lejos del tumulto.
El mutante sobrevolando graciosamente el mar. Su acompañante, que a su vez era escoltado por Responso, seguidora de Éxodo, le miraba desde tierra firme. Ninguno de conocía de nada.-

-He venido porque tu obra me intriga, no para oír un discurso que el populacho quiere oír. Hablas con un Ejemplar [9] , hablas con Cantero y no un hombre cualquiera. Pero por lo que más quieras, habla de una vez.

-Yo puedo levantar toneladas, darles forma, con precisión. Pero aun así mi mundo estaría muerto. He estado buscando a los seres capaces de ayudar en mi tarea de reconstruir el Edén y he dado contigo, sondeando tus pensamientos por todo el globo. Estabas solo Cantero, moldeando un nuevo templo para tu olvidado dios. Lo que yo te pido que hagas aquí es algo más mundano. He visto imágenes de la ciudadela volante que construiste hace cosa e un año, aquella en la que luchasteis con los Vengadores. Te pido que repitas tu obra [10] , pero esta vez... esta vez será solo para un puñado de hombres con esperanza.

El Ejemplar sonrió. Él era avatar de un auténtico Dios, pero el hombre que tenía ante él era sin duda formidable, digno de admiración. Aunque no lo sabía, Éxodo era un mutante que, en la clasificación de poder de esta especie, se encuadraba entre los más poderosos, los Omega. Telepatía, telekinesis, teletransporte... eran sólo las capas más externas de su poder. Podía prácticamente hacer todo lo que un hombre pudiese desear, ¿Era consciente de todo su poder potencial? Aun así, sólo deseaba un mundo para que los demás pudiese vivir en él. El Ejemplar recordó propia su humanidad.

-El Capitán América me dijo en una ocasión, a decir verdad la única vez que he hablado con él [11] , que necesitaba expresarme, ¿Qué mejor que una ciudad para realizarme? Yo haré mi tarea y tus humanos y mutantes podrán admirarla. Tendrás tu ciudad, Éxodo.

-Perfecto ¿Puedes comenzar...?

-En breve. A decir verdad, podría empezar ya mismo, pero si tus seguidores quieren terminar de limpiar el centro de Genosha, son libres de hacerlo. Yo mientras tanto, diseñaré el Edén – el Ejemplar volvió a sonreír-.

-¿Qué sucede? –preguntó extrañado Bennet-

-En verdad creo que me sentiré realizado... el artífice del Edén. No deja de tener gracia.


[Rojo Omega]

Arkady Gregorovich no estaba acostumbrado a sufrir pues, normalmente, era él quien solía infligir dolor. Sin embargo En Sabah Nur le había llamado a ser el Jinete Peste y, pese a lo suculento que para algunas oscuras mentes podía resultar aquella oferta, tenía un alto precio. Se encontraba anclado a las arcanas máquinas de Apocalipsis, sometiéndose a un doloroso proceso de mejora al cual el antiguo faraón sometía a la mayoría de sus temidos Jinetes (Decadencia/ Hambre no había sufrido tal proceso). El inmortal contemplaba con una amplia sonrisa. Ninguno de los espantosos gritos del mutante le estremecía. Es más, le gustaba que gritase más y más. Se contentaba que su renacimiento sería doloroso y, bajo ese dolor, le sería fiel.

-Señor – Ozymandias se inclinó ante su amo-.

-No es un momento oportuno, me gustaría contemplar la mayoría del proceso, supervisarlo.

-Pero señor, he tallado algo sobre la piedra. No estoy seguro de cuán importante es, pero creo que debería verlo.

La curiosidad de Apocalipsis se activó. Su siervo pintaba con bastante exactitud el futuro, o más bien lo recordaba [12] y aunque el señor evolutivo lo contemplaba con detenimiento muchas veces, pocas habían sido las que el antiguo visir de piedra convertido ahora en un simple y eterno esclavo, había llamado a su señor. Caminaron durante unos minutos, sin decir nada. Las palabras sobraban entre unos seres que habían tenido siglos para conocerse a fondo. En Sabah Nur temía el poder de su señor y Apocalipsis lo sabía, se aprovechaba de eso.

-Ahí mi señor, ha sido ahí – dijo el hombre piedra señalando su nueva obra-.

Se encontraba esculpida en una pared, tras un par de estatuas de los hombres que se hacían llamar Lobezno y Dientes de Sable las cuales parecían enfrentadas. Ozymandias tenía poder para darles vida, pero no era ni mucho menos el momento adecuado. Apocalipsis por fin lo vio ante la pared.

-Muerte.

-Posiblemente, pero la escena es confusa, mirad ahí – la antorcha de Ozymandias se deslizó hasta la parte más a la derecha de la escena-.

La escena se extendía en horizontal. En el centro de todo, el símbolo egipcio que Ozymandias había esculpido en otras ocasiones junto a los distintos elegidos que en el pasado llevaron el título de Muerte. A ambos lados, un par de figuras conocidas por Apocalipsis parecían luchar por el título del Jinete. En Sabah Nur sonrió satisfecho.

-Es justo, debe nacer así. La derrota de uno marcará el alzamiento del otro como nuestro Jinete. Entonces, sólo nos queda esperar. Has hecho bien en avisarme, bien valió la pena. Volvamos ahora con Arkady.

Hambre, que deambulaba en aquel salón admirando continuamente la obra de Ozymandias se acercó a la imagen que su señor acababa de admirar. Como hombre que admiraba la belleza el Ejemplar no vio demasiado detalle artístico en la obra pero, al fijarse, no pudo evitar reconocer a las figuras que combatían, aunque no sabía si tenían relación alguna entre ellos, estaba apartado de todo aquel mundo de “seres con poderes” ¿Qué llevaría a aquellas personas a luchar? ¿Qué relación les unía como para enfrentarse así? ¿Sólo por ser Muerte? No lo entendía, pero tampoco le importaba.


[Patrulla-X]

-¿Erik el Rojo es uno de los tuyos? – Forja miró con malos ojos, apuntando al que ya consideraba un traidor sin que hubiera llegado a abrir la boca.-

-¿Ese estúpido? En absoluto. Ni siquiera sé quién está detrás de la máscara, pero la máscara es mía, al igual que todo el traje y sus poderes. Mi padre los creó pero no para que esos cerdos del gobierno lo utilizasen para si mismos.

Todos se quedaron mirando a Erik. Hasta el momento habían pensado que las habilidades de su compañero le eran naturales, que era mutante, pero todo estaba basado en la tecnología del traje, obra del difunto Justin Hammer. El desconocido, ahora para todos, estaba completamente callado. Lo único que quería en ese momento era formar parte de la Patrulla-X.

-Escucha – dijo finalmente-. No tengo la culpa de nada de lo que ha pasado aquí, ni tan siquiera tu la tienes. El traje me fue concedido por mis méritos, no tenía ni idea que era de tu padre, o tuyo, o lo que sea... sin embargo no puedes venir aquí y exigirme que te lo devuelva. Me lo he ganado y si lo quieres, tendrás que destrozarlo porque sólo lo conseguirás arrancándomelo – sus manos comenzaron a brillar, emitiendo más calor del normal, una orden mental había activado nuevamente sus poderes-.

-Entonces es lo que haré.

Mientras avanzaba hacia su objetivo toda la Patrulla-X se interpuso en su camino, protegiendo a su compañero. A la cabeza iba instintivamente Tormenta.

-¿Vais a proteger a ese tipo?

-Por supuesto – nuevamente Ororo tomaba la iniciativa, el papel de líder del grupo le sentaba fenomenal-. Tu misma nos has informado, no tenemos nada que temer de este hombre, no es nadie de tu círculo. Lo que haya hecho el gobierno para darle poderes no es cosa nuestra, simplemente le pone del lado de la línea de los buenos. Tu en cambio, sigues en la de los malos.

-Entonces Patrulla-X, esto es la guerra.

-Puede que si, pero mis estudiantes ya están demasiado asustados. No será hoy – Xavier estaba de nuevo consciente. Sus poderes paralizaron a todo el grupo de Amos del Mal que, sin poder hacer nada, parecían ser estatuas vivientes. Congelados sobre las cabezas de la Patrulla-X el grupo de villanos contemplaba cómo sus enemigos comenzaban a relajarse, pero ninguno de ellos se había dado aun por vencido-.

-De veras pensabas Charles Xavier –dijo Capucha Carmesí, para sorpresa del propio Profesor- que, sabiéndote posiblemente el telépata más poderoso del mundo ¿Iba a venir sin protección? Sacarte de la batalla en un primer momento sólo era una medida rápida.

Capucha se movió lenta pero inexorablemente y consiguió presionar algo bajo su capucha. En aquel momento los Amos del Mal se vieron liberados del control de Xavier, que sufrió un retroceso psíquico que no llegó a volverlo a dejar sin conocimiento de milagro. Capucha, ante la falta de poder de su artefacto, decidió retirarse antes que enfrentarse a una Patrulla-X más numerosa de lo que había planeado. Detrás de esta varios estudiantes del centro se asomaban, sin miedo. Pudo distinguir a uno con una piel de aspecto rocoso, mientras una chica que parecía arrastrarse con cierto aire felino le seguía a sus pies. Sin lugar a dudas era el momento de escapar. Tenía calibrado el poder de los hombres-x, la próxima vez no fallaría, recuperaría lo que era suyo. Nunca había tenido nada en contra del a Patrulla-X y realmente no le hubiera importado que fuera un villano con relación con su difunto padre el que llevara la identidad de Erik, pero aquel hombre no había pagado por vestir esa tecnología. Ese arma no era suya.

La hija de uno de los grandes villanos del siglo veinte acabó por envolver a todos sus camaradas con su capa, entonces sus ojos comenzaron a brillar. Había activado un dispositivo especial, con el que escaparía de aquel lugar. En cuestión de un segundo los Amos del Mal habían desaparecido teletransportados, ¿Había vencido la Patrulla-X?

-Yo atiendo a Xavier, traed una camilla cuanto antes – dijo Forja organizando a todos rápidamente-. Sacad a los chicos de aquí e id a echarle un vistazo al General Davis.

Mientras Madrox se multiplicó para sacar a los chavales de allí, Erik el Rojo se acercó hasta el profesor y Forja, que le atendía.

-¿Se encuentra bien? – preguntó realmente preocupado-

-Charles ha estado en situaciones peores, se repondrá. Por cierto, perdón por apuntarte antes con esos cacharros... cuando han dicho que venían por ti no pude evitar pensar que...

-Que era un infiltrado, no pasa nada, es lo normal. Se me ha autorizado a revelar mi rostro y me encantaría hacerlo, pero bajo mi casco encontrarías a una persona que no conoces de nada. Prefiero mantener mi anonimato y el de mis allegados, si no os importa. David estaba al tanto de mi decisión, por esa razón no ha dicho nada sobre mi y se me ha proporcionado un escudo mental.
Forja sonrió complaciente, agradecido. Él prácticamente estaba casi por completo ligado a alguna organización o grupo, sabía que ya no había marcha atrás en su vida para volver a ser una persona normal. La decisión de Erik era en verdad respetable y completamente lógica. Pensó que, con el tiempo, quizá podría empezar a sentirse a gusto, como todos, como dentro de una familia. La Patrulla-X. Puede que entonces decidiera decir su verdadero nombre, mostrar el color de sus ojos o alguna cicatriz pero, si de momento prefería todo lo contrarío, no le importaba.

FIN


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Referencias:
1 .- El cual ya hizo este papel, en The X-Men #51 (BM: Patrulla-X #7 y #8)
2 .- Visto por última vez en Capitán Marvel #6 (AT)
3 .- Apareció en la colección de Iron Man (AT).
4 .- >La base de la Fuerza de Choque de la Guardia Civil española está bajo las Torres de los Serranos, en Valencia.
5 .- Tormenta se sinceró en este aspecto con Sean, en el número #9 de esta misma colección.
6 .- Hasta que alguien se decida a hacerlo.
7 .- Aunque eso no hace falta recordarlo. Leed el número anterior a este.
8 .- Inédito, pero podéis comprobar cómo el Hombre Radioactivo anda libre en la colección de Iron Man.
9 .- Grupo de humanos que, mediante objetos místicos, han adquirido poderes asombrosos para representar unas deidades que disputan entre ellas el quién es más poderoso a través de estos representantes. Tenemos por cierto a otro por la serie, por si os habéis perdido. A Decadencia.
10 .- Cantero tiene una habilidad especial consistente en que, de alguna forma, es capaz de construir prácticamente cualquier cosa con elementos muy básicos, como la roca, no por ello siendo inferior tecnológicamente a la ciencia contemporánea. A decir verdad, la supera.i

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