Star Trek La Nueva Generación nº04


Título: El Regreso de los Borg (II) ¿Locutus de nuevo?
Autor: John Schneider
Portada: Luis Royo
Publicado en: Julio 2009

¡Cruce con las Guerras Borg! La Uss Enterprise se adentra en territorio Tholiano, en busca de su alianza contra los borg, pero un capitán Picard influenciado por la Reina Borg puede hacerlo peligrar todo...
 
“La Uss Enterprise, la nave insignia de la Federación Unida de Planetas entra en una nueva era, con nuevas peligros, nuevas aventuras y nuevas amenazas a las que enfrentarse.”
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:

Creado por Gene Rodenberry

  
 La Enterprise se dirige hacia el espacio tholiano a una misión clave en el nuevo conflicto armado con los Borg, que han retomado su vieja aspiración de apoderarse del cuadrante alfa. Emplean nuevas armas pero también han recurrido a tácticas que ya funcionaron en el pasado como atestigua el hecho de que el Capitán Picard parece haber caído bajo el influjo de la reina Borg. Simulando que no ha pasado nada ha dado órdenes a todos sus oficiales de que se preparen para el encuentro con los Tholianos. Pero sin que lo sepan sus subordinados ha rastreado a los falsos borg y les ha pasado toda la información que disponen sobre ellos a los auténticos, que ven entre complacidos y molestos el esfuerzo llevado a cabo por una parte de la federación por duplicar su tecnología. Como se suele decir el plagio es la forma más sincera de halago.
 El oficial científico Feynmann se mueve de forma frenética por el laboratorio cruzando datos sobre los Tholianos y haciendo simulaciones. La consejera Ezri Dax intenta seguir a duras penas su caótico ritmo de trabajo.

 -Sabemos que son muy territoriales, creo que deberíamos enfocar por ahí la negociación.

  -Eso nos sirve hasta cierto punto, mientras los borg no se metan en su zona no se darán por aludidos.

Necesitamos que participen ya, debemos conseguir que salgan de su casa y nos acompañen.

  -Eso va a ser difícil, no son el pueblo más amistoso.

  -Son aislacionistas no les gusta recibir visitas. Tengo una idea arriesgada, como los son todas las buenas ideas.

 
Ezri pone un gesto de preocupación.
  
-Tranquila, lo consultaré primero con el capitán, no querría empeorar más la situación.
  
El capitán Picard está sentado en el puente de mando,  sus oficiales han marcado el rumbo a espacio Tholiano para llegar puntuales a su cita. Conseguirla requirió de los mejores diplomáticos de la Federación, es una oportunidad clave para ganar un aliado contra los borg y eso lo sabe la Reina, a la que sólo
puede ver Picard, ¿o deberíamos llamarle
Locutus? Pues ella se dirige a él con ese  nombre.

-Locutus, has hecho bien tu trabajo, esas burdas copias os siguen a una distancia de seguridad, ocultos a vuestros primitivos sensores. Tú los guiarás a los Tholianos, tú les mostrarás que la Federación no es de fiar.

Picard asiente en silencio a la imagen de la Reina Borg, a la que solo puede ver él. Su mente es un torbellino de sensaciones opuestas, por un lado se siente mal por el desapego que ha se ha ido
asentando en su corazón desde la muerte de Data. B4 es un pobre remedo al que despachó sin más a un laboratorio de la Federación. Era un recordatorio demasiado doloroso. Pero por otro lado hay una corriente en su conciencia que le dice que se deje llevar por la Reina Borg, que ella hará que el dolor desaparezca, la sensación de soledad remitirá al unirse al colectivo.
La presencia a su lado de LaForge le pasa desapercibida, tanto que el primer oficial tiene que repetir su saludo.

  - Capitán, la nave está preparada para el encuentro con los Tholianos, he revisado a fondo los motores con Gara. Si el infiltrado ha hecho algo a la nave podemos estar bastante seguros que ha sido a otras secciones.

  - Me fío de su informe pero no baje la guardia, ¿algo más?

  - Feynmann tiene un plan para convencer a los Tholianos.

  - Le veré en mi despacho. Le dejo al cargo del puente.

 -A sus órdenes.
Aunque reacciona con normalidad LaForge percibe algo raro en su capitán, Feynmann ha sido una fuente constante de quebraderos de caveza desde que llegó a la Enterprise pero compensaba sus excentricidades con aportaciones muy valiosas. Normalmente el Capitán reaccionaba con un punto de resignación ante las ocurrencias de su oficial científico pero nunca antes había notado un resquemor en su voz como en este ocasión.
 De camino a su despacho Picard se cruza con Zak Zebron, que está llevando a cabo un repaso minucioso de la seguridad de la nave. Si supiera que delante de sus narices está pasando la mayor amenaza a la tripulación no se lo podría creer. Su fe en su nuevo capitán es inquebrantable y su meta principal era demostrar que era digno de ser el sucesor de su antiguo compañero de Academia, Worf, en la Enterprise.
 Para su sorpresa y en parte indignación en el despacho le esperan Feynmann absorto comprobando algo en su terminal privada y una nerviosa Ezri Dax que intenta sin éxito que su compañero se comporte.
 
-¿Ve algo interesante en mi ordenador?

- Disculpe la intromisión pero necesitaba comprobar unos cálculos. Como ya sabe los Tholianos son una raza tremendamente aislacionista, he diseñado una estrategia para convencerles de que los Borg suponen una clara amenaza a su ancestral modo de vida. Puede verlo aquí.
 Un visiblemente molesto Picard se inclina para ver la pantalla cuando nota un pinchazo. El efecto es inmediato. Ezri grita. El capitán cae inconsciente en los brazos de su oficial científico.

  -¿Qué diablos ha hecho?

-Poner en marcha mi plan para aliarnos con los Tholianos.

 -¿Qué? ¿Ha atacado a nuestro Capitán? ¿Está usted loco? Por esto le van a acusar de insubordinación…y a mí también. Necesito…

 -¿El nombre de Locutus le es familiar?

 El rostro de Ezri Dax se vuelve pálido, tanto que no desentona con las paredes del despacho de su oficial superior. Desconfiando de sus repentinamente temblorosas piernas se deja caer en una silla.

 -Oh, no, por favor, eso sí que no.
 
-Veo que sí lo conoce, así me ahorro explicarle la gravedad de la situación. Tenemos muchas cosas que hacer y el tiempo justo. Lo primero es lo primero, vaya al puente y diga que estoy reunido con el Capitán, envíe a la Doctora Crusher, dígale que necesitamos consultarle algo sobre anatomía tholiana.

  -¿Usted qué hará?

-Salvar el cuadrante alfa por supuesto.

La voz de LaForge interrumpe la conversación dejando a Ezri con la boca abierta.

-Capitán, los Tholianos han salido a nuestro encuentro justo en el límite de su frontera. Nos ordenan dar media vuelta o abrirán fuego.

-El Capitán está indispuesto, primer oficial LaForge, pero no se preocupe, ha dejado en mis capaces manos la negociación con esos simpáticos vecinos.

Ezri Dax siente un repentino mareo como si la nave diera vueltas sobre sí misma, por un parte sabe que está haciendo lo correcto, el Capitán se estaba portando de forma extraña pero por otra parte no le gusta mentir a sus compañeros.

  - Pues venga al puente sin dilación y gustosamente le cederé el puesto.

 - Nos vemos en el puente, corto y cierro.- El oficial científico se gira, recoge sus cosas y enfila la puerta, no sin antes darle un pequeño cristal.- Ya sabe que hacer, el Capitán es una amenaza para la nave. Siga punto por punto este plan y saldremos de esta.
En el puente la tensión es palpable, todos los oficiales reciben con un extraño silencio al oficial científico. El primer oficial LaForge finge una sonrisa.
  - Bueno, señores, pónganme en pantalla a nuestros futuros aliados.
  Antes de concluir la frase nota como un fáser apunta a su cabeza.
- Antes díganos qué le ha hecho al Capitán y porqué no debería mandarlo a un calabozo.

- Locutus.

En la sala de enfermería la Doctora Crusher observa con preocupación al aparentemente inconsciente Capitán de la Enterprise. Si el oficial científico estaba en lo correcto la situación era muy grave, si los borg se habían apoderado de su mente tendrían acceso a información vital de la Federación, algo decisivo en el actual conflicto. Nada comparado sin embargo con la posibilidad de perder a un buen amigo, especialmente tras la muerte de Data. Con un gesto de duda se inclina para administrarle un calmante. 




La Enterprise se encuentra antes dos naves tholianas, armadas y listas para borrar del mapa a cualquiera que ose traspasar su frontera. No les gustan las visitas, especialmente las no deseadas. En el puente el primer oficial intercambia miradas con un extrañamente relajado oficial científico. 

-Señor, tenemos una transmisión de una nave tholiana.-Comunica Icheb sin poder ocultar el temor que le produce estar ante una raza tan hostil.

-Póngala en pantalla, es su momento señor Feynmann, espero que sepa lo que está haciendo.

-Oficial LaForge, está todo bajo control...

No alcanza a terminar la frase pues un disparo de phaser le alcanza en plena espalda derribándolo. En la puerta del puente está Picard, plenamente controlado por la reina borg o eso al menos es lo que él cree. Recuerda cómo se despertó en la enfermería, había pasado mucho tiempo inconsciente y aunque consultó varias veces la hora no era capaz de saber cuánto había pasado desde que su oficial científico le había traicionado. Porque eso era lo que había pasado, nunca se había fiado completamente de ese risueño y heterodoxo científico que veía a la Enteprise, su nave, su único hogar, como un cuarto de juegos. Furioso se levantó, su primera víctima fue una inocente, la Doctor Crusher que preocupada por su estado entró sin avisar. Mientras apretaba sus manos en torno a su cuello sólo pensaba en cómo pagaría Feynmann. La Reina Borg, sonreía feliz en su trono.
"Locutus, amor mío, mátalos a todos. Pero recuerda tu prioridad, debes atacar a los Tholianos. La nave de esas burdas copias te sacará a tiempo. Los Tholianos le declararán la guerra a la Federación, que habrá perdido su nave insignia. Lo mejor llegará cuando vean que vuelves a estar de mi lado, tú llevarás la destrucción a tu planeta natal, serás mi ángel de la destrucción."
En el puente todos están paralizados, incapaces de asumir lo que acaba de ocurrir ante sus ojos. Picard avanza hacia su silla de mando. LaForge lo mira con un gesto no de desafío sino de interrogación.

-¿Por qué ha hecho eso, señor?

-Es un traidor, siempre lo ha sido, intentó apartarme de la misión.

-Dado su errático comportamiento y su actitud alícaida de los que ha hecho gala en los últimos días entiendo a nuestro oficial científico perfectamente y me veo en la obligación de pedirle que abandone el mando inmediatamente. Oficial Kebron, acuda al puente.

-No toleraré esta insubordinación.

-¿Insubordinación?

-Aquí Kebron, voy de camino pero deben saber algo, alguien ha matado a la oficial médica.

-Capitán, ¿usted sabe algo de esto?

-¿Qué clase de pregunta es esa?
-Una que necesita una respuesta, el oficial al que acaba de asesinar a sangre fría y la consejera Dax nos dijeron que estaba bajo el cuidado de la doctora Crusher. ¿No le parece una coincidencia demasiado sospechosa que usted esté aquí apuntándonos con un arma y ella esté muerta?
Sudando copiosamente Picard apenas alcanza a farfullar: Era una traidora. Su conciencia se rebela. ¿Traidora, Weberley Crusher? No tiene sentido, es una amiga, le confiaría su vida sin dudarlo. Hasta llegaría a hacerlo propio con el Doctor Feynmann, son su gente, su tripulación, su vida. ¿Por qué les está matando? ¿Por qué quiere sabotear la misión?
¿O no es él el que lo está haciendo? En su mente encara a la Reina Borg.

-¿Qué ocurre Locutus? Ordénales que abran fuego, es sencillo. Los tienes a tiro, no lo verán venir, ni siquiera ellos que viven en una permanente desconfianza.

- No soy Locutus.

-Sí lo eres, amor mío, acéptalo. Tu tripulación es una mezcla de traidores y desconocidos, estás solo entre ellos. Lo sabes.

-Eso es mentira, es mi tripulación, son mi familia.

-¡Dispara!

-¡NO!

-No hay vuelta atrás Picard, has matado a dos de tus oficiales, lo perderás todo, te pudrirás en una prisión el resto de tu vida...Conmigo serías un rey.

-Picard...

-¿Qué?
-Me has llamado Picard.

-¿Y qué? Picard, Locutus, lo que importa es que eres mío.

-Te equivocas, he roto tu control, ya no soy Locutus. Como miembro de la flota estelar asumiré todas mis responsabilidades, nunca traicionaré los ideales que he jurado defender. Oficial LaForge, asuma el mando.

Para su sorpresa, el primer oficial sonríe y aplaude. Pronto se suma el resto. Picard no entiende nada y aún menos cuando se levanta el Doctor Feynmann como si no le hubiera pasado nada. Se acerca a él y le susurra: Lo siento, lo siento mucho. Picard nota un pinchazo y cae dormido.
Abre los ojos, la plana mayor de los oficiales de la Enterprise está a su alrededor. Intenta levantarse pero le cuesta. La Doctora Beverly Crusher le ayuda. Busca una forma de disculparse por "haberla matado", ella simplemente ríe. LAForge da un paso al frente.

-Supongo que es el momento de las explicaciones, adelante señor Feynmann, le cedo este honor.

-Con sumo gusto lo acepto, verá señor, cuando supe que los Borg habían contactado con él pensé en una forma de solventar todos nuestros problemas a la vez, que eran los siguientes: el posible y nada deseado regreso de Locutus, esos pseudo Borgs creados a espaldas de la Federación y la negociación con los Tholianos. Lo que ha vivido ha sido una recreación muy convincente en la holocubierta. Teníamos que llevarle al límite y que la Reina Borg creyera estar ganando. Siento que tuviéramos, bueno, hacer experimentar el lado oscuro pero era estrictamente necesario para convencer a nuestro tozudos vecinos de la amenaza Borg. Los Tholianos son aislacionistas, y como tales creen que están a salvo siempre que mantengan sus fronteras cerradas. Lo que les demostramos con este drama fue que los Borg pueden alcanzar a cualquiera, sin importar la distancia y volverlo en contra de sus congéneres. Y funcionó, han firmado una alianza temporal con nosotros con una lista de condiciones que pondrá a prueba el buen hacer de nuestros burócratas y con su ayuda hemos capturado a esas copias de segunda, que se pensaban que estaban para sacarle a usted de la Enterprise antes de que los Tholianos nos frieran.
-Pero hay algo que falla en su razonamiento,si los Borg pudieron alcanzarme fue por nuestra relación pasada...
-Detalles, Capitán, además no están exentos de que uno de los suyos caiga en manos de los Borg. Como se suele decir más vale prevenir que curar.
-Comprenderán que me cueste asimilar todo esto, si he entendido bien hemos cumplido nuestra misión a la vez que cerrado los cabos sueltos de la anterior. Llamen al mando de la flota y pidan nuevas indicaciones, no es momento de celebraciones, aún queda una guerra que ganar.



Más tarde, en su despacho Picard recibe una visita de Guinan.

-¿Puedo pasar?

-Por supuesto, adelante.

-Creo que necesita alguien que le escuche, ¿me equivoco?

-En absoluto, y una vieja amiga como tú es justo lo que necesito en este momento.

En la pantalla de su ordenador hay una foto con la nueva tripulación y un pequeño texto le acompaña, son tu familia, recuérdalo.
                                                                                           
Continúa en las guerras borg.


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