Los Defensores nº17

Título: Un comienzo
Autor: John Schneider
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Diciembre 2010

Tras los acontecimientos en el universo nazi, los Defensores se reunen en el edificio Tempo para analizar la situación cuando reciben un aviso desde otra galaxia indicandolés donde se encuentran el Hechicero y Dynamic Man. Además la presencia de Mantis y cierto Lantern grandullón...
El Doctor Extraño. Hulk. Estela Plateada. Namor. Poderosos guerreros que no encajan en ningun lugar. Cuatro héroes que se reúnen sólo cuando la Tierra se enfrenta a las mayores amenazas. Ellos son el "no-grupo" más famoso de la historia. Ellos son...
Creado por Roy Thomas y Ross Andru

Ha pasado una semana intensa desde que los Defensores y los Invasores fueron devueltos a la Tierra en la que los nazis ganaron la Segunda Guerra Mundial cuando su Hitler se sintió vulnerable por primera vez en varias décadas. Volvieron con un sabor agridulce, con la sensación de que les habían robado la posibilidad de asestar un golpe decisivo al gran tirano pero con la satisfacción de haberle mostrado al mundo que había esperanza, y que su enemigo no era el dios eterno y todopoderoso que les había hecho creer la propaganda del régimen. Ahora les tocaba a ellos seguir con la lucha, liderados por el Escuadrón de Vencedores y los Crusaders. Tras haber combatido codo con codo con esos héroes depositaban su confianza en ellos, si alguien podía poner fin al Reich eran ellos.

La sede de los Defensores, el edificio Tempo, había estado, como ya empezaba a ser habitual, en el centro de la acción y ese hecho ejercía un efecto curiosos en los neoyorkinos, que tanto lo evitaban dando largos rodeos como lo visitaban con insistencia esperando ver algo de interés, llegando al punto de convertirlo en uno de los atractivos turísticos de la Gran Manzana. Nada sorprendente para una metrópoli acostumbrada por las malas a las batallas entre seres con superpoderes. Las obras de reparación ya estaban en marcha cuando llegaron los Defensores y pudieron reunirse con su encargada de seguridad sin mayores contratiempos, puesto que Bethany Cabe había encarrilado todo el enojoso papeleo cuasado por el abortado intento de invasión con ayuda de Valerie Cooper.

Namor observa la ciudad desde la sala de reuniones. Su mirada parece perdida entre la masa de edificios dañados por la batalla con las fuerzas nazis. Estela Plateada y la Hermana Nada charlan en la mesa. El Exterminador de Demonios intenta animar sin mucho éxito a Hulk, proponiéndole echar una partida de póker. Sus intentos son interrumpidos por la llegada del Doctor Extraño acompañado por Bethany Cabe.

- Lo primero, nuestros aliados de la Corporación X han regresado. Nuestro viejo enemigo los envió a un lugar inhóspito antes de marcharse con Dynamic Man.

- Stephen, espero que pongáis las manos encima a ese bastardo metálico, ese cabrón...

- Beth, no lo dudes, vamos a buscar a esa pareja de criminales. Suponen una amenaza que no podemos ignorar.

El Exterminador levanta la mano.

- ¿Cuándo salimos?

- Primero tenemos que hablar de lo que nos ha sucedido, Bruce, creo que tienes algo que decir a tus compañeros.

- ¿Te encuentras bien, gigantón? ¿Esos nazis te hicieron algo?

- Necesito un tiempo a solas, cuando nos enfrentamos a esos nazis la furia me dominó, me convertí en una bestia irracional. Perdí el control. No voy a dejar el grupo, es algo temporal. Todos sabemos que este sitio es un pararrayos para los chiflados con ansias de poder, y si un hechicero interdimensional o un dictador con exceso de ego nos ataca no creo que pueda contenerme.

- ¿Y eso es un problema?

- Exterminador, eres nuevo en esto y no lo entiendes, Bruce ha luchado para mantener la furia bajo control desde que se convirtió en Hulk por primera vez. Sabe a dónde podría conducirle. Yo le entiendo mejor que nadie de los presentes, sé lo que es ser dominado por la ira. – Las palabras de Namor suenan con la autoridad propia de un monarca y su compañero guarda silencio, aunque sigue sin acabar de entender porqué sería un problema que partiera unas cuantas caras, de gente que según su punta de vista se lo tienen más que merecido.

Bruce Banner retoma la palabra juntando sus manos verdes encima de la mesa, inquieto por el paso que está dando pero convencido de que es lo mejor.

- Esto no quiere decir que abandone por completo mis obligaciones con el grupo, seguiré con mis investigaciones y si surge una crisis acudiré a vuestra llamada. Sería absurdo dejar que una tragedia tangible ocurra por un temor que puede o no materializarse.

- Ni falta hace decir que estamos aquí para lo que necesites, Bruce, eres nuestro compañero y sobre todo nuestro amigo. Si necesitas ayuda no dudes en pedirla. Aunque como Hulk hayas buscado la soledad no estás solo. – Las palabras del Doctor Extraño reflejan los fuertes lazos que unen a las personas reunidas en la habitación, incluyendo a las incorporaciones más recientes y a las futuras, de las cuales aún no saben nada.

***

Así dejamos por el momento esta reunión en la que Bethany Cabe acaba de tomar la palabra para informarles que el mutante conocido como el Arcángel desea hablar con ellos sobre la relación de los Defensores y centramos nuestra atención en una mujer joven de aspecto exótico que anda con paso resuelto por una calle mal iluminada, concentrada en su destino. El edificio Tempo. Una gabardina y un sombrero de ala ancha ocultan su rasgos por completo.

Dos muchachos con más agallas que cerebro se acercan a ella con gestos provocadores, llevan los pantalones caídos, mostrando su cara ropa interior mientras presumen de navaja.

- ¿Por dónde crees que vas, tío?

- Sí, este es nuestro territorio.

-¿Vuestro territorio? Esta no entiende de qué habláis, esta calle es de propiedad pública. No sois sus propietarios.

-Vaya si no entiendes, y hablas raro.

-Sí, habla raro de cojones, así que para compensarnos vas a pagar.

-Esta no posee dinero ni desea haceros daño, esta tiene una misión y no puede perder el tiempo con vuestros rituales exhibicionistas.

- ¿Qué coño has dicho...?

Sin terminar la frase lanza un navajazo a donde estaba la mujer, topando en su lugar con la gabardina y el sombrero. A su lado aparece una figura esbelta, verde y con antenas.

- Esta está aburrida de vuestra torpe dialéctica.

Un certero golpe entre los ojos deja inconsciente en el acto al aspirante a atracador número uno, que cae como un saco de patatas al suelo. El otro, con la adrenalina por las nubes, piensa que está ante una chiflada disfrazada, Es incapaz de procesar la idea de que el verde de la piel pueda ser natural y no pintura corporal.

- ¡Muere zorra chiflada!

-Esta no puede obedecer una orden tan ridícula, esta debe vivir para cumplir con su cometido. De otra forma mucha gente inocente conocerá su fin.

La pelea es breve, el dominio de las artes marciales del que hace gala la mujer supera con facilidad insultante a su rival, un gallito de pelea acostumbrado a vérselas con gente más débil y con superioridad numérica. Una vez derribados procede a atarlos a una farola y tras tomar prestado algo de dinero de sus asaltantes llama un taxi. Cuando llega el vehículo su llamativa piel verde vuelve a estar oculta bajo la gabardina.

- ¿Adónde la llevo señorita?

- Al edificio Tempo, por favor. Esta debe acudir sin pérdida de tiempo.

- Uff, ese sitio me da escalofríos. No es que sus dueños sean mala gente pero es un imán para todos los capullos. Bueno, es el precio de tener superhéroes supongo. No se preocupe, en un periquete estará ahí. Por cierto, no quiero ser impertinente, pero ¿no será por casualidad compañera de gremio de los Defensores?

- A esta le gusta pensar que sí.

***

Volvemos al destino de esta aguerrida mujer de complicado pasado y enigmático futuro, allí, en la sala de reuniones se han incorporado el representante de la Corporación X, y la conversación transcurre con placidez. Warren Worthington ha comunicado su deseo de renovar su colaboración tras pedir disculpas por su poco destacado papel en la defensa del edificio. Disculpas que consideró innecesarias Namor al considerar que plantaron cara a un poderoso villano capaz de poner en jaque a cualquier supergrupo. Bethany Cabe relajada en su asiento, entre el Doctor Extraño y un sorprendentemente relajado Estela Plateada es la primera en notar algo raro. No es de extrañar que sea ella, como encargada de seguridad, ha aprendido a reconocer y descartar cada ruido por nimio que sea que produce el edificio para poder identificar cualquier amenaza potencial. Siente una ligera interferencia en los sistemas de comunicación internas. Una vibración que poco a poco se va convirtiendo en un molesto chirrido en su intercomunicador.

-Chicos, pasa algo.

-Yo también lo siento, afirma el surfeador cósmico, mientras se levanta y escruta la sala. Antes de que pueda señalar la causa un tosco holograma se materializa en medio de la sala. Arcángel se sobresalta al reconocer a los seres que toman forma en su interior.

- ¡Son Shi’ar!

Sus facciones los delatan, orgullosos dueños de un vasto imperio, descienden de criaturas semejantes a nuestras aves y su relación con la Tierra se remonta a una petición de auxilio de la por entonces princesa Lilandra al profesor Charles Xavier. Han pasado muchas cosas desde entonces pero hoy como entonces necesitan ayuda.

- Solicitamos auxilio a los honorables Defensores, héroes destacados del planeta Tierra. El ejército Kree ha lanzado una nueva y cruenta ofensiva contra nuestros planetas.

Namor responde con gesto hosco.

- ¿Por qué habríamos de atender vuestra petición? Las luchas entre Krees y Shi’ar son comunes, la destrucción de Hala sigue siendo recordada como un día funesto. Siento la pérdida de vidas pero nuestro debe es con este planeta.

- Tenéis razón majestad, pero esta vez hay algo distinto, nuestros enemigos cuentan en su arsenal con una nueva y poderosa arma.- El Shi’ar hace una pausa dramática, como si le costara un mundo pronunciar la palabra.- Magia.

La cara del Doctor Extraño se transfigura al oír la palabra. Una guerra interestelar no es de su competencia pero si alguien está usando magia para decantar esa guerra todo cambia. Como Hechicero Supremo debe velar por la integridad de esta dimensión, y sus fronteras van más allá de la Tierra, mucho más allá.

- ¿Magia? ¿Quién enarbola ese poder y con qué propósito?

- Es un humano hecho de retazos de diversas criaturas, le conocéis como el Hechicero. Le acompaña un androide, Dynamic Man. Juntos lideran una división Kree, compuesta en su mayoría de Ruuls. Son como una plaga.

- Necesito un minuto con mis compañeros, a solas.

El holograma de diluye hasta desparecer dejando un icono suspendido en el aire. Warren, sintiendo que su papel en la reunión ha terminado abandona la sala ofreciendo el apoyo de su grupo. Tras unos minutos de tenso debate Beth activa el icono y el rostro del Shi’ar de antes ocupa la totalidad del holograma. El Doctor Extraño toma la palabra.

- Os ayudaremos, esos dos villanos son responsabilidad nuestra y como tal debemos poner fin a sus fechorías.

- ¿Vendréis todos?

- A excepción de Hulk, que ha tomado una baja temporal del equipo y Namor, que quedará al frente de su compañía, Oracle, y dirigirá las reparaciones de los daños causados por nuestro enfrentamiento con unos nazis de una dimensión paralela. Así pues iremos el Exterminador de Demonios, la Hermana Nada, Estela Plateada y yo.

El sonido de la puerta al abrirse de golpe corta en seco al hechicero supremo, una silueta femenina entra con una agilidad pasmosa en la sala, perseguida por unos guardias de seguridad magullados y heridos en su orgullo.

- Esta también irá con vosotros en vuestro viaje a las estrellas.

-¿Mantis???- Dicen Los cuatro miembros fundadores del grupo al unísono.

- Si reconocéis a esta sabréis de su capacidad.

- Así es, pero me sorprende tu presencia aquí. ¿A qué se debe?- Pregunta Stephen Extraño sin poder evitar tocar su bigote tratando de controlar el shock provocado por su llamativa entrada.

- Esta conoce vuestra misión y debe acompañaros, esta será parte de vuestro grupo y os guiará por el Laberinto de las Lágrimas al Corazón del Dolor.

El Exterminador de Demonios suelta una carcajada con un punto de desesperación.

- Eres una mujer peculiar, bienvenida al grupo. Va a ser toda una experiencia ser compañero tuyo.

Extraño ignora una mirada ofendida de Namor, no ve con buenos ojos que un novato acepte en el grupo a alguien cuyo pasado da dolores cabeza al erudito más preparado.

- Me complace vuestra decisión y la llegada de esta dama tan decidida es una buena señal. Os espera un transporte en órbita alrededor de vuestro satélite.

La Hermana Nada rompe su silencio de improviso.

- Nunca me atreví a soñar que podría llegar a viajar a las estrellas, es algo tan increíble como ser parte de este grupo.

Estela Plateada le dirige una mirada llena de cariño y complicidad.

- Te lo has ganado.

El Hechicero Supremo se levanta dando por terminada la reunión.

- Compañeros, preparaos para el viaje, salimos para la Luna en una hora.

***

El tiempo pasa veloz y antes de que hayan asimilado su nueva misión los Defensores se adentran en espacio Shi’ar a bordo de una nave que ha vivido mejores días, tras sufrir considerables daños a manos de los Kree. Una formación de asteroides gira en torno a un artefacto del tamaño de un planeta pequeño. Artificial y anguloso, ha ido atrapando las rocas en su campo gravitatorio hasta forma un anillo casi continuo. Pequeñas luces adornan su superficie pulida.

En los asteroides una llamativa luz verde se entremezcla con otras naranjas y rojas provenientes de explosiones. Pronto ven la causa de las últimas, un combate entre fuerzas shi’ar y kree pero la luz verde sigue siendo un enigma hasta que se hallan a distancia de tiro.

Un alienígena corpulento, con un traje sorprendentemente en buen estado y tan verde como la luz que proyecta con un anillo, ayuda a los shi’ar arrojando a sus enemigos del asteroide creando formas de luz, la misma luz verde que ha atraído su atención. Al ver las insignias shi’ar de su nave se dirige a ellos y para su sorpresa le entienden.

-¿A qué esperáis, novatos? Necesitamos apoyo aéreo ya.

-¿Quién eres?, yo soy Stephen Extraño, líder de los Defensores. Hemos venido a ayudar a capturar a dos criminales.

- Una noble labor, me encantará ayudaros. Yo soy Kilowog, miembro de los Green Lantern Corps(1) y estoy muy lejos de casa.

A una señal del hechicero supremo se abre la compuerta de la nave y sale junto a Estela Plateada creando una burbuja para sus compañeros. El Exterminador de Demonios encuentra curioso y divertido que la presencia una vez más del color verde en un potencial aliado. “Tiene pinta de ser un sustituto ideal para Hulk”. Mientras tanto algo cobra vida en el artefacto.

Continuará...


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Referencias:
1 .- Si, querido lector. No nos hemos vuelto locos. Es Kilowog, el personaje de DC Comics, que se encuentra varado en el Universo Marvel por obra y gracia de las infinitas posibilidades de los fanfictions. Para conocer como terminó en esta dimensión, no dejes de leer nuestro fanfic Green Lantern nº07

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