Thor Señor de Asgard nº24

Título: Imparable  (II)
Autor: Miguel Ángel Naharro 
Portada: Carlos Ríos 
Publicado en: Agosto 2011

Una auténtica tormenta de golpes entre Thor, el eterno Ikaris y el imparable Juggernaut en la ciudad de los Ángeles ¿Podrán detener a un Juggernaut más poderoso que nunca antes de que acabe con ellos?¡¡nuff said!!
“Ha tenido muchos nombres. Vingthor el lanzador, el hijo de la larga barba y enemigo de Hrodr. En su hogar ancestral Hymir le conoce como Veur. Compañero del infeliz Hrungnir le han llamado algunos. Al este del Elvigar, en tierra de gigantes, susurran el nombre de Hloriddi. Su padre le llamaba hijo. Su madre, querido. Y bajo las bóvedas celestes es Thor Odinson, dios del trueno, temor de Jormungand.”
Stan Lee y Action Tales presentan

Creado por Stan Lee & Jack Kirby


Resumen de lo publicado: Tras una tensa reunión en Asgard entre Thor, Ikaris y Zeus, el dios del trueno acompaña al eterno a la Tierra para conversar sobre las futuras relaciones entre los dioses y los eternos, cuando aparece el villano conocido como Juggernaut arrasando todo a su paso.
Cuando intervienen Thor e Ikaris, Thor recibe un espectacular golpe que le demuestra al asgardiano que el Juggernaut es más poderoso y peligroso que nunca…



Ikaris permanecía impasible ante el avance del Juggernaut. Las  sirenas de bomberos en la lejanía y el sonido de los helicópteros apenas dejaban escuchar nada. Aún así, las atronadoras palabras del behemot resonaron perfectamente audibles.
-¿Quién demonios eres tú? – Exclamó Caín Marko.
La aparente tranquilidad del eterno le irritaba enormemente, como si no pareciese merecer su atención y fuese insignificante para él.
-¿Te crees mejor que yo? Debes ser un supuesto dios como dice ser Thor. No me impresiona.
Cuando se disponía a avanzar los focos de un helicóptero le iluminaron. Juggernaut alzó la vista justo para ver al vehículo aéreo de la alguna cadena televisiva.
Enfurecido con todo, eso fue la gota que colmó el vaso para el Juggernaut. Levantó un coche con sólo una mano y les señaló con un dedo.
-¿Queréis grabar algo espectacular? ¡Filmad esto!
Y dicho esto lo lanzó en el aire para derribar el helicóptero. Cuando parecía inevitable el impacto, el vehículo se paró en el aire. Levitando al manipular los gravitones a su alrededor se encontraba Ikaris.
-No te engañes, no permitiré que hagas daño a estos humanos indefensos.- Dijo Ikaris Sus manos liberaron la energía cósmica que bullía en su interior desintegrando el coche en sólo un segundo. El eterno aterrizó al lado del irritado Juggernaut.
-Ríndete ahora que puedes.- Afirmó Ikaris.
-¿Rendirme? Debes de estar loco.
Juggernaut asestó un tremendo derechazo contra el mentón del eterno, para después seguir golpeando una y otra vez sin dar tregua. Ikaris se sintió desbordado ante el ímpetu y el poder de cada impacto.
Caín Marko lo sujetó, apresándolo entre sus enormes brazos  con una presa que le inmovilizo por completo.
-Ya no pareces tan tranquilo ¿he? Nadie debe subestimar al Juggernaut.- Dijo apretando aún más la presa haciendo que Ikaris sintiese dolor.
En sus miles de años de vida pocas veces se había enfrentado a un rival con un poder  semejante. Estaba claro que lo había subestimado.- Demasiado tiempo escondido en los salones de Olimpia.- Pensó.- No recordaba el último combate de verdad, ese era el problema.
Los ojos de Ikaris crepitaron con energía hasta volverse totalmente rojos y un haz de rayos caloríficos brotaron de ellos y descargando toda su furia en el rostro el Juggernaut.
Caín Marko exclamó un gemido tanto de dolor como de sorpresa y soltó la férrea presa con la que atenazaba al eterno. En un movimiento instintivo, para tratar de quitarse de encima a su oponente, lanzó su puño a ciegas, golpeando en Ikaris, que voló por los aires hasta chocar con un camión cuyo conductor por suerte para él  había abandonado cuando comenzó el alboroto.
-¡Maldito sea!- Exclamó entre dientes Caín Marko con la vista nublada por el impacto directo en su rostro.
Por ello no estaba preparado para sentir el temible contacto de BadmrHird, el martillo encantado de Uru de Thor.
-¡NECIO! ¿Pensaste que derrotar al hijo de Odín y señor del Reino Dorado sería tan sencillo? ¡El día de vuestro castigo ha llegado! ¡Eso lo jura Thor!
El arma mística giró una y otra vez movida por el fuerte brazo de Thor y golpeando a diestro y siniestro contra el blanco inamovible que era el villano acorazado.
Hasta que ante la incredulidad del señor de Asgard, el martillo Uru es detenido por la mano de Caín Marko.
-¡Sangre de Odín! ¡No es posible!- Exclamó Thor sin poder creer lo que estaba viendo.
Una sonrisa se esbozó en el rostro del Juggernaut.
-Vete acostumbrándote, ricitos, tu momento ha pasado, ahora es mi turno.
El mastodonte soltó un potente manotazo que hizo rodar por el suelo al asgardiano. Sin darle tiempo a reaccionar, el Juggernaut se impulso con los poderosos músculos de sus piernas para saltar sobre Thor. En el último instante, el dios del trueno consiguió apartarse. Desde el suelo, Thor golpeó su martillo contra el suelo y el cielo se ennegreció y varios truenos resonaron con fuerza por todo el cielo. Un rayo cayó fulminante contra el oponente del señor de Asgard. Le siguieron una docena más que  cayeron con inusitada furia.
La humareda ocultó la figura del Juggernaut por completo. Thor se incorporó y se limpió la sangre del labio.
Juggernaut siempre fue un rival peligroso, pero nunca tanto como en este instante. No sería tarea sencilla doblegarlo.
La nube de humo creada por la lluvia de rayos se disipó, y la tierra volvió a temblar ante los imponentes pasos del imparable Juggernaut.
-¿Eso es todo lo que puedes hacer, Thor? Aparta de mi camino… ¡O sufre las consecuencias!






Palacio real de Asgard
Brighid desmontaba de su caballo, ayudada por uno de los mozos de los establos de palacio. Se preguntó si Thor habría terminado con sus asuntos y podrían tener un momento de intimidad juntos. A su lado y acariciando cariñosamente la cabeza de su montura se hallaba una hermosa y esbelta mujer de larga y sedosa cabellera rubia que respondía al nombre de Kelda, diosa del hielo y la tormenta.
-Muchas gracias por acompañarme en este agradable paseo, Kelda.- Comentó  Brighid a la asgardiana.
-Ha sido un placer, lady Brighid. Cabalgar en espacio abierto con el viento meciendo nuestros cabellos es un regalo para el espíritu ¿no crees?
-El regalo para el espíritu es tener el honor de admirar la belleza de tan hermosas damas.
Las dos mujeres se dieron la vuelta y vieron a Balder el Bravo que les hizo un gesto con la cabeza saludándolas.
-Eres todo un caballero, Balder, y un halago viniendo de ti es doblemente bien recibido.- Comentó
Kelda con una mirada picara.
-Lady Brighid, no es que quiera meterme donde no me llaman, pero ¿no es arriesgado en su estado salir a cabalgar? Si tuviese una caída….
La diosa celta y reina de Asgard se rió.
-Pronto no podre apenas moverme, noble Balder, déjame disfrutar de estos momentos mientras pueda. Tiempo tendré de estar bajo cuidado y atenciones, amigo mío. Y es bueno salir  de palacio de vez en cuando.
-Seguro que si, milady. Sólo mostraba prudencia por el estado de la esposa y el futuro hijo de mi amigo y señor.- Dijo Balder.
-No te preocupes, Balder. Sé cómo te preocupas por nuestro bienestar. Dime, ¿ha vuelto Thor?
Balder negó con la cabeza.
-Se halla en Midgard con el eterno Ikaris. El mundo de los mortales es su segundo hogar y ardía en deseos de volver a visitarlo. Llevaba mucho tiempo alejado por la reciente guerra.- Explicó Balder.
-Midgard.- Dijo Brighid.- Quizás la visitemos juntos mi esposo y yo algún día próximo.
-No le faltan encantos y placeres a esa tierra, lady Brighid.- Contestó Kelda esbozando una sonrisa.
-Ni peligros.- Apuntó la celtica.
-Thor es capaz de resolver cualquier contratiempo que pueda tener, no debéis llenar vuestra mente de esos pensamientos, milady.
Brighid asintió. Y deseó que Thor volviese pronto a Asgard y poder tenerlo entre sus brazos con premura.
Los tres dioses no podían sospechar que todos sus movimientos estaban siendo observados por una diminuta criatura. Un ser diminuto, casi invisible a simple vista, cuyo color se iba adaptando a su entorno, como el de un camaleón, para pasar desapercibido. Su forma era extraña e irreal, un enorme ojo y seis pequeñas patas como la de un insecto le hacían moverse. Alguien contemplaba la escena a través del ojo de la criatura, y sonreía satisfecho, pensando que sus ojos y oídos estaban atentos a todo movimiento en la corte de Asgard. Se creían seguros de nuevo tras el cese de la amenaza de Loki. Y es así era por el momento, pero el mal es infinito, y tenía muchas formas diferentes de manifestarse.





Thor comenzó a hacer girar su martillo encantado, preparado para arrojarlo contra su oponente, que corría hacía él como un rinoceronte desbocado. Cuando se disponía a lanzarlo, descendió del cielo el eterno Ikaris que le hizo un gesto con la mano.
-Déjame a mí, Thor. Puedo acabar con esto aquí y ahora.- Dijo el eterno deseoso de terminar el combate con rapidez.
¿Qué plan tendrá en mente?-Pensó Thor intrigado.
Juggernaut se paró en seco ante Ikaris.
-Eres un iluminado, ¿verdad rubito? ¿Crees poder tener lo que hay que tener para detenerme?- Comentó con seguridad
Ikaris le miró fijamente.
-Ahora te quedarás ahí quieto y dejarás que te llevemos a que te custodien ¿verdad?- Dijo con convicción el eterno.
Juggernaut se quedó con la mirada perdida, como si se hubiese quedado en blanco.
-Ya no será una amenaza, dios del trueno.- Anunció Ikaris satisfecho.
En ese momento, Juggernaut sonrió.
-Has intentado algún truco mental conmigo. Grave error.
Y antes de que Ikaris pudiese reaccionar, Caín Marko le dio un tremendo cabezazo que dejó aturdido al eterno, para a continuación, golpearlo con ambos puños.
Juggernaut se tocó el yelmo metálico que cubría la cabeza.
-Voy protegido contra telepatas, amigo.- Dijo Juggernaut satisfecho.
Thor lanzó con todas sus fuerzas a BadmrHird y el martillo mágico golpeó con dureza la inmensa masa del villano.
-Apenas he notado a tu martillito, ¿Y tú dices ser un Dios? No puedes conmigo. Ahora y más que nunca, soy una fuerza irresistible ¡Imparable!
El Juggernaut se abalanzó sobre Thor, y sus puños impactaron contra el asgardiano.
Thor se revolvió y golpeó con su martillo en la cabeza del villano.
-¡Cae, villano! ¡Cae!- Gritó Thor sin dejar de golpear.
A Caín Marko la ira se le reflejaba en los ojos y en su rostro, deformado por la rabia.
-¡Un idiota como tú no sabe cuando detenerse!
Le agarró del cuello, levantándolo en el aire y sujetándolo como si fuese un simple muñeco.
La tenaza de acero se cerró en torno a la garganta de Thor y este sintió como la presión le estaba debilitando.
-¡Suéltalo!
Una ola de energía cósmica azotó al Juggernaut y le hizo soltar al dios del trueno.
Ikaris estaba enfurecido, y la energía crepitaba y se movía a su alrededor.
-Tienes un poder que sobrepasa al de cualquier mortal, pero nosotros estamos a un nivel más allá de tu comprensión. ¡Es hora de que caigas!
El nivel de energía aumentó en torno al acuerpo de Ikaris y la enfocó hacía el suelo donde se alzaba el Juggernaut. En pocos segundos se convirtió en una masa derretida e informe que hizo que el pesado cuerpo del villano se hundiese como si estuviese en arenas movedizas.
-¿Crees que esto me detendrá? Tenéis que aprender la lección ¡Nada puede hacerlo!
Juggernaut se liberó de la trampa creada por la energía de Ikaris y aterrizó a pocos metros, más enfurecido y contrariado que nunca.
-¡Eso está por verse! ¡Digo basta! ¡En nombre del honor y de la justicia! ¡¡De la gloria de Asgard!!
Con premura, Thor hizo que su martillo girase y girase cada vez a más velocidad, hasta comenzar a crear un torbellino más y más grande que empezó a empequeñecer todo a su alrededor.
El vórtice envolvió al Juggernaut, que atisbó durante breves instantes otras realidades y planos más allá de la comprensión humana que lleva a experimentar un vértigo e incredulidad total.
-Hay fuerzas en el universo que te sobrepasan, Juggernaut. Pesé a tu poder, eres sólo un mortal, y estas enfrentándote a dioses. Eres como un niño combatiendo contra adultos ¡Y Thor será quien acabe vencedor finalmente!- Dijo Thor elevándose para dar más fuerza al torbellino mágico creado por su martillo.
Juggernaut sintió como la realidad se esfumaba alrededor suyo, como si se resquebrajase poco a poco y fuese absorbido hacía lugares mucho más lejanos. Thor ya hizo un truco similar en su primer encuentro tiempo atrás, y acabó exiliándolo en otra dimensión. No podía permitir que volviese a suceder. [1]
Sus poderosas manos chocaron generando una onda de choque que rompió el mágico torbellino en un instante.
-¡Ya estoy harto! ¡Voy a haceros picadillo!- Gritó a los cuatro vientos.
Thor aterrizó justo delante del titánico enemigo. Y le desafió con la mirada.
-¡Me retas! ¡Así sea! ¡Cuídate de mi justa ira porque es la hora de la verdad! ¡Así lo jura el dios del trueno, el poderoso Thor!




Caín Marko reunió todas sus fuerzas y dejo caer sus brazos contra el suelo, creando una reacción sísmica que sacudió todo lo que se hallaba a su alcance. El impacto fue de tal magnitud que se creó una enorme y profunda grieta que amenazó con dejar caer en su interior a todo tipo de vehículos y personas.
-¡Eres un cobarde! ¡Son gente inocente!- Exclamó Thor evidentemente enfadado.- ¡Pagaras cara tal cobardía!
Concentrando el poder divino, la fuerza de Odín que corría por su cuerpo, Thor hizo desaparecer a todas las personas que corrían peligro, transportándolas mágicamente a un lugar seguro.
Con esta distracción, no pudo evitar el primer golpe que impacto contra su rostro. Juggernaut lo agarró de un brazo y lo aplastó con sus dedos como si fuese de plástico. El asgardiano sintió como sus huesos se quebraban y sintió el brazo totalmente roto.
Thor soltó un alarido de dolor, para un instante más tarde, contraatacar con un potente martillazo de BadmrHird que apartó de su lado al forzudo rival.
Se llevó la mano a su maltrecho hueso y usando una mínima fracción de su poder soldó los huesos de nuevo, aunque el dolor seguía siendo terrible.
Ikaris y Thor se lanzaron al mismo tiempo contra Juggernaut, que  los esperaba con los brazos extendidos y dispuesto para seguir el combate.
-Los dos a la vez ¿he? Ni aún así tenéis ni una mínima posibilidad de vencerme. ¡Nada puede detener al Juggernaut!
-¡Eso lo veremos, villano!- Gritó Thor meciendo su martillo de Uru antes de arrojarlo contra Juggernaut.
Ikaris descargó la energía cósmica a través de sus ojos. Caín Marko apenas se inquietó y rechazó el martillo encantado con uno de sus brazos. BadmrHird quedó tendido en el suelo al alcance del villano.
-Parece que has perdido tu arma.- Dijo confiado.- ¡Ahora será mía!
Juggernaut trató de levantarlo con una de sus manos primero y con las dos después, sin ningún éxito.
Y inesperadamente, el arma brilló con un resplandor cegador y un relámpago lo golpeó. El martillo se levantó del suelo y regresó a manos de su amo y señor.
Thor sonrió satisfecho. A diferencia de Mjolnir, BadmrHird sólo podía ser levantado y utilizado por Thor. Ninguna persona o criatura, fuese honorable o no podría alzar su nuevo martillo, además de que recibiría un severo castigo sólo por intentarlo. BadmrHird sabía defenderse él solo. Daba gracias a Odín por el magnífico trabajo en la forja de los enanos de Asgard.
Ikaris no esperó y fue directo contra Juggernaut, lanzando una andanada de golpes que hubiesen doblegado a cualquier otro enemigo sin ninguna dificultad. Thor se decidió a apoyar al eterno y ambos se enzarzaron contra él, empleándose con dureza y con todos sus recursos, los golpes más fuertes apenas parecían hacer mella en la integridad física de tal magnifico y poderoso rival.
-¡Sois como picaduras de mosquitos contra un elefante!- Exclamó Juggernaut.
Derribó a Ikaris de un extraordinario y duro derechazo y lo aprisionó con su pie encima de su pecho para evitar que se levantase. Con un golpe certero en su plexo solar, dejó sin aliento al dios del trueno, que quedó doblado apretando los dientes por el dolor.
-Estáis acabados y aún no os habéis dado cuenta. ¡Nadie puede derrotar al Juggernaut!
Estalló en carcajadas, para seguir con la intención de seguir con el correctivo contra el asgardiano y el eterno. Cuando de repente, sin previo aviso, la sonrisa se le borró del rostro. Una debilidad extrema se apoderó de sus miembros, unas nauseas y un marea le dominaron y Thor enseguida se dio cuenta de que algo ocurría.
Si martillo voló con rapidez, resonando con fuerza el mortal impacto contra la cabeza del titán. Rompiendo por varios sitios el yelmo del Juggernaut. Ikaris agarró la pierna del coloso blindado y lo desequilibró, lanzándolo en el aire con todas sus fuerzas.
Thor invocó un rayo con su martillo e Ikaris desplegó una ráfaga de energía de las palmas de sus manos golpeando a Juggernaut antes de que tocase el suelo.
Este cayó con un ensordecedor estruendo y causando un profundo cráter en el suelo al estrellarse.
Dubitativo y con dificultad, se incorporó. Tenía el labio partido y parecía desorientado y asombrado por la dirección que habían tomado los acontecimientos.
-¡No es justo! ¡Habría ganado! No sé qué sucio truco habéis usado… ¡Sin esas trampas estabais derrotados!
¿A qué se refería Juggernaut? Estaba claro que algo que se les escapaba había sucedido-Pensó Thor.-Su poder estaba mermado sin motivo aparente de un momento para otro ¿habría alguna influencia o poder externo actuando allí?
El señor de Asgard le señaló con el martillo.
-¡Ríndete ahora y seremos clementes, Juggernaut!- Anunció Thor.
-Si no, atente a las consecuencias, humano.-Dijo Ikaris algo molesto por ser humillado de esa manera por un mortal.
Juggernaut, que apenas podía sostenerse en pie y que se sentía indispuesto levantó los brazos.
-Está bien, está bien. Vosotros salís triunfantes en este asalto… Me rindo.- Dijo con desagrado y malestar Juggernaut.- Habéis ganado ¿estáis satisfechos?
-Pagarás tus crímenes.- Dijo Thor acercándose al villano con precaución y pensando en sí debería entregarle a las autoridades civiles.
Cuando el asgardiano se estaba acercando, una intensísima luz ilumino al Juggernaut, forzando a Thor a entrecerrar los ojos. Cuando el resplandor se hubo esfumado, ya no se encontraba allí, había desaparecido, esfumado en el aire como por arte de magia.
-¡Por Ymir! ¡Ha huido!- Exclamó Thor con sorpresa.
-¿Posee semejante habilidad? –Preguntó intrigado Ikaris.
Thor negó con la cabeza.
-Alguna fuerza ha actuado aquí ayudándole a escapar. Me temo que no será la última vez que oigamos hablar del mortal llamado Juggernaut.




Epilogo
Enseguida Juggernaut notó que había regresado. Estaba en el otro lado donde estuvo atrapado lo que a él le pareció una eternidad. Sin embargo, algo había cambiado. Sus sentidos parecían haberse adaptado al entorno donde se hallaba. Su cuerpo y su mente estaban bajo control, no como la última vez que estuvo allí. Se encontraba en un lugar  más allá de la imaginación. Un camino interminable que atravesaba el cosmos infinito.
-Se llama el curso del tiempo. Un camino que discurre a través de la eternidad y el infinito.- Dijo una voz.
Alguien caminó hacía el, despacio, sin ninguna prisa. Iba envuelto en una capa, aunque atisbo metal bajo ella ¿una armadura? Se preguntó intrigado. La sombra de una capucha le ocultaba buena parte de sus rasgos a los ojos de Caín Marko.
-¿Quién eres? ¿Me has traído tú aquí? ¡Habla si no quieres que te aplaste con mi puño!
-Contén tu lengua.- Dijo el misterioso individuo y levantando una mano.
Juggernaut sintió una fuerte presión en su cuello y comenzó a ahogarse. La presión fue aumentando, notando un dolor como no recordaba y temiendo que este fuese el final. Repentinamente, la presión entorno a su garganta desapareció.
-Lo único que tienes que saber y tener en cuenta es mi poder, Caín Marko. – Dijo.- Aumente tu fuerza y luego te la quité tan fácilmente como te la di, para que supieses de lo que soy capaz.
-¿Qué es lo que quieres de mi?
-Lo único que quiero es que luches por mí, cuando te necesite, acudirás a mi lado.
Juggernaut apretó los puños.
-Si esas son tus condiciones, trato hecho, amigo, no hay nada que se me dé mejor que luchar.
Su interlocutor sonrió.
-Serás uno de mis avatares entonces.- Dijo depositando un objeto en el suelo.- Volverás a ver aumentada tu ya de por si considerable fuerza. Nada podrá detenerte realmente a partir de ahora.

Un aura de luz y energía lo recorrió por todo el cuerpo como si estuviese siendo electrocutado. Su talla aumento, el poder brotaba de cada poro de su piel, su armadura cambio. Había renacido. Era un Juggernaut nuevo y mejorado. Y mucho más peligroso para todos sus enemigos.
-Me siento muy bien ¡Mejor que nunca! ¡Pobre de quien se interponga en mi camino! ¡Dime qué quieres que haga y lo haré sin preguntar!
-Puedes ir a donde quieras, hasta el momento que te reclamé, eres libre para seguir tu camino. Pero recuerda a quien te debes, Caín Marko.
Hizo un gesto, y el Juggernaut desapareció. Pobre necio.- Pensó.- No sabe cuál será el precio a pagar para ser uno de los que desencadenarán los acontecimientos que lo sacudirán todo. Con este pensamiento, regresó por donde había venido, sin dejar de reírse.

¿Fin?


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Referencias:
1 .- Como se vio en los Vengadores nº 96-97 del vol. 1 de Forum.

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