Generación-X nº03


Título: Cacería Mutante (V)
Autor: Joaquín Sanjuán Blanco
Portada: Dani Mendoza
Publicado en: Abril 2012

Continua a Cacería Mutante! ¡Sigue la saga mutante más espectacular de AT! Todos contra todos gracias a las maquinaciones del Rey Sombra.
"La nueva generación de mutantes, preparados para el futuro que esta por llegar y seguir el sueño de Charles Xavier"
Stan Lee y Action Tales presenta
Creado por Scott Lobdell y Cris Bachalo



Cable y sus jóvenes reclutas se encontraban ante los caídos Mercurio y Masacre. Ante ellos podían ver diversos tubos de contención, uno de los cuales estaba abierto. Mariposa Mental, a quien los hombres x creían muerta desde hacía tiempo, estaba allí. Pese a que con sus últimas fuerzas Masacre había sesgado los tubos que mantenían a la mujer drogada e inconsciente, esta todavía no había despertado.
Mística, dominada por el Rey Sombra, se interponía entre los recién llegados y su objetivo: la prisionera telépata.

—Infernal, mantén los escudos —ordenó Nathan—. Coloso, tumba a Mística. Intenta no lastimarla demasiado, no controla sus propios actos.

El guerrero de  la Tierra Salvaje caminó con pesados pasos hacia la mujer, que vació el cargador de una pistola sobre el joven mutante. Sin embargo las balas rebotaron inofensivas en su piel de acero orgánico mientras él atenazaba a la metamorfa.

—No va a ir a ninguna parte —anunció con suficiencia.

—Gracias por el rescate —dijo Mariposa Mental a través de sus poderes mentales—. Pero estad atentos, el Rey Sombra tiene el control de todos en esta base. Trataré de escudaros telepáticamente de su dominio, pero tendréis que daros prisa.

—Nos enfrentamos a una amenaza psíquica —anunció Nathan a sus hombres—. Arena, tú eres inmune a ataques mentales en tu forma de arena, descomponte y ve a explorar los alrededores. Kaos, Guido y Siryn están en alguna parte, tenemos que estar preparados para la posibilidad de que los controle el Rey Sombra. Oscuro, mantén la entrada vigilada en todo momento. Infernal, tú te ocupas de la defensa. Dominó, atiende a los heridos.

Después de impartir órdenes, Nathan Summers se acercó al cuerpo desnudo de Mariposa Mental y lo extrajo del tubo de contención con sumo cuidado para depositarlo sobre el suelo. La mujer continuaba inconsciente, y dependían de ella para poder enfrentarse al Rey Sombra.

Una nube de arena volaba por los pasillos de la base militar, en busca de los otros hombres x. Sin embargo no parecía haber nadie en todo el lugar.
 Después de unos minutos de exploración llegó a una gran sala en la que se encontró los restos de un centinela y lo que parecía un cuerpo caído sobre un charco de sangre, junto a unas botas humeantes. Se dirigió hacia allí a toda prisa y advirtió que se trataba de una joven pelirroja, no tardó en reconocerla: era Theresa, la hija de Banshee.

— ¿Alguien tomó la matrícula de ese dinosaurio? —balbuceó Masacre mientras despertaba, la herida de su pecho ya se había cerrado casi por completo.

—Bienvenido al mundo de los vivos, Wade —le saludó Cable, que se encontraba revisando el contenido de los otros tubos de contención.

— ¿Qué hacéis aquí? —preguntó el mercenario.

—Estamos salvando vuestros culos de la trampa en la que os habéis metido —intervino Dominó, que en esos momentos atendía a Mercurio—. ¿Quién le ha golpeado así?

—Los malos —mintió Masacre.

— ¡Se muere! —el grito desesperado de Arena atrajo la atención de los presentes, que vieron cómo la chica entraba por la puerta con Siryn en brazos, ambas estaban empapadas en sangre.

— ¡Theresa! —gritó Masacre, que corrió hacia ellas.

—Hay que… hay que meterla en uno de estos tubos —intervino con cierto esfuerzo Mariposa Mental, que comenzaba a despertar—. La mantendrá con vida.

—Están todos llenos —comentó Coloso, sus manazas todavía mantenían inmovilizada a Mística.

—En la sala de al lado hay unos cuantos vacíos —recordó Masacre mientras cogía a la herida—. Voy para allá.

—Coloso, lleva también a Mística y a Mercurio, los encerraremos en esos tubos —ordenó Cable—. Arena e Infernal, con ellos. Protegedles en caso de problemas.


Los cinco mutantes se marcharon de inmediato, la vida de su compañera caída colgaba de un hilo. Mariposa Mental comenzó a incorporarse muy despacio ayudada por Dominó. Cable y Oscuro se acercaron a ellos.

—Un momento —comentó la mujer oriental con aire distraído—. ¿Arena había recuperado su forma humana?

—Aquí mismo —murmuró Coloso mientras con una sola mano depositaba a Mercurio en uno de los dos tubos de la habitación contigua que además de vacío estaba abierto.
Mientras tanto Masacre se apresuraba a depositar a Siryn en el otro, unos momentos después Infernal los activaba desde el panel de control.

— ¿Qué hacemos con ella? —preguntó Arena mientras miraba a Mística, todavía sujeta por el mutante blindado.

— ¿Quién le ha hecho eso a Theresa? —preguntó Wade, situado junto a ella. Tenía una de sus espadas desenfundada.

—No lo sé, la encontré así —respondió la joven—. Además, ¿qué piensas hacer si lo descubres?

—Aquello para lo que me nací —sentenció el mercenario bocazas, que parecía haber perdido las ganas de gastar bromas.

— ¿Y si te dijese que fui yo? —replicó Arena de pronto.

Masacre se volvió hacia ella sorprendido, pero antes de que pudiese decir una sola palabra la mujer se transformó en arena y cubrió toda la habitación.
Un rayo de plasma voló la puerta de la habitación en la que Cable y los suyos aguardaban.

— ¡Oscuro, conmigo! ¡Dominó, ocúpate de Mariposa Mental!

No tuvo que repetir la orden. Gallardo se transformó en una monstruosa criatura de oscuridad y se encaró hacia sus atacantes mientras Cable apuntaba hacia ellos con un enorme rifle láser que hasta ese instante había llevado colgado de la espalda. Pero pasa su sorpresa se encontraron con que eran Kaos y Guido quienes lanzaban la ofensiva. El llamado Fortachón arremetió contra Oscuro y le golpeó con furia, pero fue como impactar contra alquitrán. El agredido no tardó en responder a la amenaza y golpeó a su contrincante con una descarga de oscuridad pura que lo arrojó contra la pared y le hizo atravesarla en medio de un gran estruendo. Sin embargo esa distracción le dejó el camino libre a Kaos, que disparó una de sus descargas de plasma contra él. Con un grito de dolor Oscuro retrocedió, pero Cable se arrojó sobre Álex y ambos rodaron por el suelo mientras intercambiaban golpes. El campo telequinético de Cable le protegía de los poderes del menor de los Summers, pero no podría contenerlo demasiado tiempo.

— ¡Mariposa, te necesito aquí ya! ¡Si el Rey Sombra le obliga a usar sus poderes al máximo, de todo esto tan solo quedará un cráter humeante!

— ¡Todos detrás de mí!

Los esforzados gritos de Infernal apenas eran escuchados por los demás mutantes, que trataban de sobrevivir a la terrible tormenta del desierto que Arena había desatado sobre ellos. Coloso, protegido por su piel acorazada, advirtió que en medio de la confusión había soltado a Mística sin darse cuenta. Maldiciendo en voz baja se apresuró a cerrar los tubos de contención en los que había depositado a sus compañeros heridos.

— ¡Estoy bien, Julián! ¡No puede dañarme en mi forma blindada! —bramó.

— ¿Y Masacre?

Nadie respondió mientras la tormenta arreciaba con tal fuerza que incluso el mutante blindado comenzó a sentir sus efectos.

—No… aguantaré… mucho más… —farfulló Infernal, agotado. .

Durante unos minutos que les parecieron eternos la tormenta continuó. Al cabo del rato se detuvo de manera tan repentina como había empezado y Arena lanzó un grito de dolor antes de derrumbarse. Sus dos jóvenes compañeros yacían junto a ella.

—Cable, tenemos problemas —dijo Mariposa Mental.

— ¿En qué lo has notado? —preguntó con ironía el aludido, que continuaba pelándose a puñetazos con un aturdido Kaos.

—Los demás han caído, el Rey Sombra tomó el control de Arena. No puedo sentir sus mentes, lo que significa que están muertos o inconscientes —explicó la psíquica—. Controló su mente aprovechando que había adoptado apariencia humana, pero cuando le obligó a usar sus poderes contra los demás activó las defensas psíquicas de su forma de arena.

— ¡Ahora no es momento para hablar, necesitamos tu ayuda ya! —Exclamó Cable—. ¡Todos nuestros compañeros están siendo dominados!

Guido Carossella le pateó con todas sus fuerzas y lo estampó contra la pared, que quedó hecha pedazos. Nathan cayó al suelo inconsciente mientras Kaos se lanzaba a su vez otra descarga de plasma a Oscuro, el grito agónico del mutante resonó por toda la base militar.
Pero Mariposa Mental ya había entrado en acción. Con un salto acrobático aterrizó junto a Álex Summers y hundió su cuchilla psíquica en la sien de su compañero, que cayó al suelo como una marioneta a la que le hubiesen cortado los hilos.

—Se pondrá bien —aseguró la ninja—. Le he liberado del control del Rey Sombra.

— ¡Cuidado!

Dominó saltó sobre Mariposa Mental y ambas rodaron por el suelo mientras Guido golpeaba con una fuerza terrible en el sitio donde se encontraban un instante antes.
        
 — ¿Te sientes especialmente afortunada hoy? —preguntó la oriental, todavía desnuda, mientras ambas se ponían en pie.

— ¿Tú que crees? Siempre soy especialmente afortunada —respondió su compañera con una sonrisa.

—Eso es justo lo que quería escuchar.
La psíquica cerró los ojos y se introdujo en la mente inconsciente de Kaos para controlar su cuerpo de la misma manera en que lo había hecho el Rey Sombra unos momentos antes. Cuando Guido se dirigía de nuevo hacia ellas utilizó los poderes de su compañero contra Fortachón, que comenzó a crecer mientras gritaba de forma agónica.

— ¡Vas a matarlo! —gritó Dominó.

—No si tengo suerte —respondió su compañera—. No te apartes de mí.

Cuando consideró que era suficiente, liberó la mente de su amigo y se metió en la cabeza de Guido. El Rey Sombra continuaba ahí dentro y le correspondía a ella combatirlo, pero antes debía de asegurarse de que sus compañeros estarían bien. Dirigió todos sus esfuerzos a controlar al enorme mutante, y gracias a la sorpresa del ataque consiguió su propósito durante solo un par de segundos, el tiempo que necesitó su enemigo para recuperar el dominio. Sin embargo fue suficiente para lo que pretendía: Guido Carossella soltó un terrible cabezazo contra el suelo, que provocó un derrumbe en la mayor parte de la base.

Cuando el polvo y los escombros se asentaron, algo se movió entre los restos. Alguien apartó uno de los tubos contenedores derribados, que le había caído sobre otro de manera que quedase un hueco debajo lo suficientemente grande como para proteger a tres personas.

—A esto llamo yo un golpe de suerte —dijo Dominó mientras se levantaba maltrecha y lastimada, el esfuerzo era más de lo que podía soportar, pero sabía que necesitaba aguantar unos momentos. Junto a ella estaba Mariposa Mental y Kaos, de nuevo inconscientes.

— ¿Estás segura?

Masacre estaba allí, pero en el momento en que lo vio la mujer supo que estaba bajo el dominio del Rey Sombra. Estaba demasiado callado.

—Oh, desde luego. ¿Qué probabilidades había de sobrevivir a un derrumbamiento de ese calibre?

—Más que de sobrevivir a mí —replicó el dominado Masacre—. Eres la última que queda en pie, cuando caigas todos estaréis en mis manos.

—No necesito hacerlo —confesó Dominó con una sonrisa—. No te vas a creer a quién acabo de encontrarme.

Con sus últimas fuerzas presionó el botón de apertura del tubo contenedor que las había protegido y este se abrió.
Una mano azul surgió a través de él.

—Mein got, ¿qué es todo esto? —murmuró un aturdido Rondador Nocturno, su cuerpo parecía flotar en el aire sin rumbo fijo, envuelto entre brumas azules y escarlata.

—Hola, viejo amigo. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.

El alemán abrió los ojos con sorpresa al ver a Mariposa Mental ante él, levitando también.

—¡Betsy! —exclamó—. ¡Estás viva!

—Es una larga historia, Kurt. Pero ahora necesito que me ayudes.

—Ja, tú solo dime lo que tengo que hacer.

—Tienes que despertar. Estamos en el plano astral, nos enfrentamos al Rey Sombra. Los demás han caído y nuestro enemigo está controlando a Masacre. Nos matará a todos a menos que…

—Yo me ocupo, ¿pero cómo despierto?

—Me encargaré de eso. Tu cuerpo está drogado, te capturaron. Pero ya he pasado por eso y sé cómo ayudarte: bloquearé las partes de tu cerebro que podrían verse afectadas por las toxinas y te despertaré con una descarga psíquica. Ten mucho cuidado, dependemos de ti.

Masacre alzó su katana sobre la cabeza de Mariposa Mental y el Rey Sombra que lo controlaba miró fijamente a la psíquica, pretendía saborear cada instante de su victoria.

Una nube de azufre estalló tras él.

—Nicht, míen freund!

Rondador Nocturno pateó al mismo tiempo la cabeza del mercenario y el brazo con el que sostenía la espada, que abría caído de no ser porque el mutante alemán la recogió con su cola. Después se teletransporto junto a su compañera, mientras Masacre se volvía hacia donde él estaba un instante antes, y volvía a saltar para alejarla del peligro.

—Voy a matarte, demonio —prometió el Rey Sombra por la boca de Masacre—. Y después haré lo mismo con todos tus compañeros.

Mariposa Mental suspiró aliviada al advertir telepáticamente que Rondador Nocturno había cumplido
con su misión. Ahora solo tendría que mantener ocupado a Masacre mientras ella se encargaba del Rey Sombra en el plano astral. No sería fácil, pero la vida de todos aquellos que habían acudido a rescatarles dependía ahora de ellos dos.
La mujer convocó su armadura y su espada astral mientras veía cómo un monstruoso y colosal Rey Sombra se materializaba ante ella.

Continuará… en X-Factor nº4

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