Elseworlds Archivos A.L.S.T.R. Nº02

Título: Antes de la Venganza.
Autor: Roberto Barreiro
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Marzo 2014

Conoce a las armas secretas que estan decantando la II Guerra Mundial a favor del Führer. ¿Será ya demasiado tarde para que los hombres misteriosos de América puedan detenerlos?
Fue en la hora más oscura del Hombre cuando surgieron los primeros super-héroes, patriotas disfrazados que simbolizaban nuestro ideal heroico y nos protegieron de los enemigos de la Nación. Estas son las historias de...
Creado por Roberto Barreiro

Resumen de lo publicado: en respuesta a la aparición de supersoldados dentro de las fuerzas del Eje, el gobierno de los U.S.A. decide reclutar a algunos de los "hombres misteriosos" que han comenzado a surgir dentro de sus fronteras.

Era el ocaso cuando Arnim Zola(1) volvía a sus habitaciones personales dentro del campamento de Heinchoff. Durante el día había hecho una autopsia minuciosa del sujeto 3476, tratando de descubrir las causas de su muerte. 3476 había sido uno de los super soldados que Stalin tenía en su ejército. Era un joven ucraniano con la capacidad de convertir su cuerpo a voluntad en una suerte de acero viviente, aumentando su fuerza y resistencia. Los informes decían que casi no había ofrecido resistencia al ser capturado: pensaba que estaría mejor como prisionero que como soldado del “Batallón de Combate Especial” del Ejército Rojo. De hecho, comentó al ser interrogado sobre le miedo que le generaba el comisario político del batallón, el camarada Stainolvolk, un super humano que conocía a Stalin desde la clandestinidad pre revolucionaria y que era de una fidelidad a toda prueba.

3476 se dio cuenta del error al llegar a Heinchoff. Pero ya era tarde: Zola y su equipo testearon sus límites continuamente. Por ejemplo, descubrieron que le acero orgánico, a diferencia del normal, no resistía altas temperaturas. El achicharrado cuerpo de 3476 pasó siendo diseccionado toda la tarde por Zola. Quien se sentía defraudado porque la autopsia no había revelado nada concreto. Faltaban los estudios químicos, peor el científico se hacía poca ilusión: seguía sin hallar la clave para desarrollar poderes extraordinarios en hombres normales. Sí, ya había podido aumentar artificialmente el poder a quienes ya tenían alguno. Pero lo que Herr Schmidt y el propio Führer querían conseguir de Zola era crear al Nuevo Hombre Alemán, el Guerrero Ario Definitivo. Y poder hacerlo en masa. Y hasta ahora, no había podido llevarles buenas noticias.

Lo que más le molestaba es que, de todas las investigaciones que había revisado, las que más se acercaban a lo que perseguía Zola eran obra de ese judío Reinstein. Reinstein había huido de Alemania justo después de la “Krystalnatch”(2) para refugiarse en Norteamérica. No pudo llevarse sus notas – que era lo que Zola tenía en sus archivos – pero se supo que el gobierno americano lo había puesto a la cabeza de un proyecto para crear al super soldado. Herr Schmidt había sacrificado un valiosísimo agente dormido para eliminar a Reinstein antes que éste triunfara, pero las noticias eran alentadoras: el proyecto americano había muerto junto con ese desconfiado judío, que no había dejado notas esta vez. Así que, por ahora, el que estaba más cerca de crear “Übermensch”(3) era Zola.

Lo llamaron a la puerta cuando terminaba de ducharse. Era el pesado del teniente Duffenschmidt, trayendo el parte de los prisioneros. Un hombre aburridamente metódico este Duffenschmidt: desde que lo habían trasladado unas semanas atrás, se había convertido en el administrador de intendencia perfecto, de una prolijidad nauseabunda. Pero era imposible hacerle entender que una firma de menos o un formulario incompleto no eran los motivos por los que los países que se oponían al Reich iban siendo derrotados uno a uno. Así que, haciendo de tripas corazón, el semidesnudo Zola firmó el papeleo.

- ¿Todo listo, teniente? – preguntó tras firmar los papeles.

- Solo queda informarle de la reunión de esta noche, señor – informó Duffenschmidt – El comandante Krieger requiere de su presencia.

- Si, lo sé, lo sé… Ahí estaré – respondió desganado. “Otra aburrida conferencia con el Kapitän Nazi(4) hablándonos de nuestro deber con la raza”, pensó para sí. Al menos en eso prefería a Herr Schmidt: era un tipo mucho más peligroso –y de una lealtad menos irreprochable a los principios del partido- pero por lo menos tenía la astucia suficiente para hablar de temas interesantes. El idiota del jefe del campo era básicamente un pelele obediente.

Al llegar vio que los demás lo esperaban. El “Kapitän Nazi”, molesto por su demora. A su lado Die Rote Panzer(5), jugueteando nerviosamente con sus manos. Rodeando la mesa estaban sus “creaciones, fruto de su desarrollo en este campo. Estaban el Barón Blitzkrieg(6), con ese aplomo de aristócrata prusiano que solo perdía cuando alguien amenazaba sus ojos (un lógico miedo teniendo en cuenta que, en una escaramuza callejera en los años de Weimar(7), cuando el barón era un disciplinado luchador de las S.A., los comunistas casi lo dejan ciego al arrojarle ácido, motivo por el que usaba una máscara permanentemente sobre su rostro). A su lado el Zyklon(8) se movía nerviosamente, como hacía en todo momento. Zola no creía que durara mucho: sus intentos de ralentizar la fórmula de Gibberne habían sido solo parcialmente exitosos. En fin ya daría con la mejora tarde o temprano. Y Das Hai(9) estaba también ahí, siempre listo y preparado para todo.

- Por favor, Herr Doctor, siéntese. No demoremos más esto – fue el único comentario de Krieger, dicho con una mueca desdeñosa que, si no estuviera acostumbrado, pondría a Zola a pensar en cómo convertir a su jefe en su nuevo sujeto de experimentación. Tal como estaban las cosas, hizo caso omiso y se sentó en la única silla disponible, al lado del Panzer.

- Debo empezar esta reunión con malas noticias: he recibido un documento enviado por el comandante Rotschädel(10). Me solicitó que lo informara sobre los avances en el proyecto Nietzche y no le gustó para nada que hayamos avanzado tan poco – empezó a decir Krieger. Luego miró ladinamente al doctor antes de preguntar: -¿Qué tiene que decir a eso Doctor Zola?

- Nada que no haya dicho antes, Herr Komandant – respondió Zola – teniendo en cuenta que tengo tan pocos sujetos para examinar, avanzo lo mejor posible. ¿No pretenderá que me cargue los pocos metahumanos que tenemos ahora mismo para experimentar? Consíganme más especimenes y seguramente avanzaré más deprisa. Estoy tratando de aislar el mecanismo disparador de la evolución metahumana y creo que hay un proceso enzimático presente en una significativa minoría de personas lo que permite esto. Todavía no logro definir cuál es el estímulo correcto para…

- No me importa su cháchara científica. El Reich necesita seres poderosos y si usted no lo hace habrá que buscar a otros para lograrlo.

- Puede usted pedir que los asnos vuelen, Herr Komandant, pero eso no harán que ellos vuelen. – replicó calmamente Zola.

- Pues siéntase feliz, porque en una semana me han prometido un nuevo contingente que llegará en la semana.

- Hace tres semanas que llegan la semana que viene, Herr Komandant. Permítame desconfiar de sus palabras...

- ¿Usted se cree que es fácil lidiar para mí con esos burócratas que demoran todo?

La voz del Barón Blitzkrieg terció en la discusión, con un tono que destilaba veneno:

- Por supuesto. Nada más difícil para nuestro jefe que convencer a un chupatintas de Berlín para que ponga un sello donde corresponde. ¡Ah, que difícil la vida del comandante en jefe!

El insulto fue claro para todo el mundo. Krieger enrojeció como un pimiento y miró a Blitzkrieg

- Me gustaría verlo a usted haciéndose de este campamento y del puñado e borrachos que no tienen las cosas a tiempo.

- Si, a mi también me gustaría ver un jefe efectivo – replicó Blitzkrieg. Zola se lo imaginó riendo bajo su máscara. Todos sabían de la ambición de Blitzkrieg de encargarse del campo en lugar de Krieger. Cada demora lo ponía más cerca de ese cambio. Despreciaba con toda su aristocrática arrogancia prusiana a ese “hijo de papá sobrealimentado” cuyo único privilegio era tener el perfil del perfecto ario con el que Himmler alucinaba. Por supuesto, el sentimiento era mutuo.

- Herr Barón, no creo que usted pueda hablar de efectividad en su liderazgo, después del fiasco de Washington de unos meses atrás – replicó Krieger con mala leche, apuntando certeramente al orgullo de Blitzkrieg. Había sido un osado plan de Herr Schmidt, ese de eliminar al presidente americano con un ataque relámpago a la Casa Blanca. De hecho, la agente Valkiria estuvo a punto de eliminar con un ataque suicida con su avión (del que se salvó por los pelos) a Franklin Delano Rosenberg(11), por uno de esos vigilantes americanos lo había evitado. Fraülein Reitsch(12) todavía se recuperaba del accidente y su segunda al mando, Lissette von Schellendorf(13), estaba rearmando al escuadrón de Lüft Maidens(14), que había sido diezmado en el ataque. Se rumoreaba que le Führer había montado en cólera por el ataque (que no había autorizado) y Blitzkrieg estuvo a un paso de terminar en el frente ruso. Solo su historial de fiel militante y el apoyo de Schmidt lo habían evitado. Pero era una mancha en su historial y eso lo afectaba.

Así como estaba la cosa, parecía que uno de los dos empezaría al os golpes con el otro. Y, conociendo la fuerza y resistencia de ambos, a Zola no le agradaba ni lo más mínimo estar allí en el medio.

- Caballeros, por favor, no es el momento – terció en ese momento Helmut Streicher, el hombre conocido como Die Rote Panzer. Era un militar tranquilo, de talento diplomático para llevarse bien con todo el mundo. Muchas veces terminaba siendo el personaje que conciliaba entre Krieger y Blitzkrieg, como ahora. – Concentrémonos en los temas a revisar, ¿no le parece Herr Komandant?

- Tiene razón, Streicher. Volviendo al tema, necesitamos mejorar las investigaciones y el entrenamiento de nuevos agentes del proyecto Nietzche antes de tres semanas, que es cuando Herr Schmidt vendrá a hacer una evaluación al campamento.

Eso eran palabras mayores todos se quedaron callados, Herr Schmidt, Die Rotschädel, el jefe supremo de los proyectos de investigación científica del Reich, mano derecha de Hitler mismo, conocido por su despiadada eficiencia, alguien a quien se decía que los propios jerarcas del régimen temían. El proyecto Nietzche era SU proyecto. Su objetivo para conseguir super soldados era algo que lo obsesionaba. Zola había hablado varias veces con él y siempre se sentía atemorizado con él. Nadie dudaba de su inteligencia, pero todos preferían tenerlo lejos en lo posible. Que viniera siempre era motivo de preocupación.

- En ese caso deberé poner a los reclutas a ejercitar con sus habilidades del doble de tiempo – dijo Blitzkrieg

- El triple diría yo si fuera necesario – contestó Krieger.

- Pues a ver que logro encontrar en estos días – dijo Zola. Sabía que iba a tener que estar más tiempo en la sala de pruebas. Rogó para que sus pacientes sobrevivieran a lo que iba a tener que hacerles. Porque si se morían no tendría nada que mostrarle a Schmidt. Y nadie quería hablarle a Die Rotschädel de fracasos. No era saludable.

De ahí en más la reunión avanzó más rápido. Pese a la pedantería del Capitán Nazi, los temas fueron mas intrascendentes y lo único que hicieron los demás fue básicamente asentir y evitar la modorra.

Ya era de noche cuando Zola volvió a su cuarto. Estaba extenuado y quería dormir. Estaba por apagar la luz cuando Duffenschmidt golpeó su puerta.

- Señor, un mensaje importante acaba de llegar. Necesito que lo reciba.

Zola abrió. Duffenschimdt lo noqueó con un solo golpe.

- El mensaje dice “Auf wiedersen, mein herr. Firmado: Franklin Delano Roosevelt” – dijo por lo bajo Duffenschmidt mientras metía en su habitación al inconciente Zola.


Dentro del avión, los pilotos dieron la señal de preparación.

- Estamos en zona – dijo Janos Prohaska(15), masticando el inglés con su acento polaco – Hay que salir ahora

- ¿Todo el mundo conoce el punto de reunión? – dijo Wonder Woman – Perderse puede ser fatal para toda la misión.

Todos asintieron. Kent comprobó su paracaídas.

- Pensé que podías volar, Superman – había dicho Hawkman al verlo ponerse el equipo.

- No puedo: en realidad hago saltos muuuy largos. Al saltar sin impulso caeré como una piedra. Y caer como un meteorito no es la mejor estrategia si uno quiere ser sigiloso y discreto.

- Pues no sabes de lo que te pierdes – dijo el Hombre Halcón, con una sonrisa, la primera que le veía dar desde que lo conoció.

La fila se armó. Primero Wonder Woman, seguido por Flash, el Capitán América y Superman. Tras él, ambos Halcones saldrían volando, vigilando la caída de los demás.

La adrenalina se disparó en Superman al saltar al aire. Le gustaba la sensación de la caída libre. Habría preferido llegar así hasta encontrarse con el suelo. Sabía que nada le pasaría al caer. Pero había que ser discreto. Al llegar a la altura adecuada, abrió su paracaídas. Descendió suavemente sobre un pequeño bosquecillo de árboles perennes, hasta que la seda se enredo en las ramas. Quedó colgando un momento hasta que se desamarró el arnés. La caída de veinte metros no fue problema. Tampoco el salto para agarrar el paracaídas. La suerte lo acompañó: entre las raíces del árbol había un hueco lo suficientemente grande para esconder sin problemas el paracaídas.

Terminaba de esconderlo cuando la Mujer Halcón lo ubicó. Descendió esquivando las ramas de los árboles con gracia, como si fuera un verdadero pájaro.

- Quinientos metros al noreste hay un claro. Nos reunimos ahí – le dijo y salió de nuevo volando, en búsqueda de más miembros del grupo.

Cuando llegó ahí, ya estaban la Mujer Maravilla y el Capitán América. Ella escuchaba un radiotransmisor con atención. Al fin oyó lo que quería y comenzó a responder en clave Morse, en un código incomprensible para Kent. En eso estaba cuando aparecieron los Halcones y Flash.

- ¿Soy el último? Ahí se va mi título del Hombre mas Veloz del mundo… - dijo este último, aunque nadie se rió. Todos parecían expectantes de la líder del grupo.

Al terminar de usar le transmisor, La Mujer Maravilla dijo:

- Nos están esperando. Tenemos dos minutos para llegar a le muro este. Nuestro contacto nos espera. En marcha. Flash, necesito un reconocimiento.

Flash comenzó a correr y en unos segundos se convirtió en una mancha borrosa perdiéndose entre el bosque… una mancha borrosa que volvió diez segundos después.

- Todo en orden. Podemos ir sin problema. No ví a nadie, ni siquiera a nuestro contacto.

- Entonces ya está ahí – respondió enigmáticamente la Mujer maravilla – Vamos., tenemos solo minuto y medio.

Llegaron sin inconveniente al muro. Efectivamente, no parecía que hubiera nadie.

- ¿No será una trampa? Digo, no hay ni un solo guardia… – preguntó uno de los halcones, ante el sospechoso silencio.

-Tranquilo. Los neutralicé hace tres minutos – dijo una voz que pareció salir de la nada. Todos miraron a la sombra de donde salía la voz. El teniente Duffenschmidt salió de allí como si se hubiera materializado desde la nada. Su acento, sin embargo no era para nada germánico y sí afectaba una voz profunda con un leve dejo bostoniano, de familia WASP que había llegado en el Mayflower. Clark lo reconoció, pese al disfraz. “Solo podía ser él”, pensó, sonriendo para sus adentros.

- Nuestro último integrante – empezó a presentar la Mujer Maravilla - Es conocido como…

- … The Bat-Man – interrumpió Superman, ante la sorpresa de la mayor y del propio Murciélago.

- ¿Cómo lo supiste? – le dijo éste

- El otro tipo capaz de sorprenderme así en la oscuridad se ríe maniáticamente primero antes de aparecerse. Sumé dos y dos y me dio cuatro.

- ¡Ahhh…! Veo que los instintos profesionales están afilados… - fue la única respuesta de Bat-Man, que repentinamente se preguntó cuánto sabía este colega de su vida personal.

- Caballeros – interrumpió el Capitán América – seguramente tenemos cosas mas importantes que hacer presentaciones.

Es verdad – concedió el Murciélago para continuar: - Hay seis torres perimetrales armadas con ametralladoras pesadas y gases de contención. En tres de ellas hay dispositivos de rayos Tesla listos para activarse si fuera necesario. Las alambradas están normalmente con energía eléctrica de alto poder. Las he desconectado momentáneamente para que entraran, pero en cualquier momento vuelve la energía.

Como coronando sus palabras, un zumbido eléctrico empezó a sonar suavemente.

- Las barracas de oficiales y tropa están 300 metros a la derecha. Son todos SS bien entrenados, gente de élite. Además tenemos a varios metahumanos poderosos en el equipo de vigilancia. Reconocibles por nuestros archivos tenemos al Capitan Nazi, al Ubermensch y a Zyklon. NO son los únicos, aclaro.

"Los prisioneros se alojan en las barracas de la izquierda. Son apenas tres y están continuamente vigiladas. Todos ellos han demostrado algún tipo de habilidad sobrehumana y están aquí para ser cobayos humanos para el Reich”.

- ¿Y nuestro objetivo? – preguntó La Mujer Maravilla

- El edificio científico está al lado. Allí duerme el Herrdoktor Zola (allí lo tengo amarrado) y están los archivos del proyecto Nietzche. Los datos interesantes ya los tengo microfilmados y hay cargas para hacer estallar todos los papeles cuando me digan. Y después tenemos el sótano…

- ¿Qué hay en el sótano? – preguntó Flash. Bat-Man hesitó un instante antes de responder:

- En el sótano está el sueño húmedo de un inquisidor medieval.

Continuará...


Referencias
1.- Arnim Zola es un conocido enemigo del Capitán América en el Marvel Universe.
2.- la “Krystallnatch” fue una serie de pogromos y ataques por parte de las milicias nazis S.A. y civiles alemanes contra los judíos de Alemania y Austria que ocurrió en la noche entre el 9 y 10 de octubre de 1938. Las autoridades no hicieron nada para impedir los ataques. A partir de ahí, se comenzó con una política más intolerante contra los judíos de Alemania. Muchos comenzaron a salir en grandes cantidades del país a partir de esa fecha.
3.- Übermensch: superhombre en alemán
4.- Kapitän Nazi :en inglés Captain nazi. Enemigo del Capitán Marvel durante la segunda guerra.
5.- Die Rote Panzer: en inglés Red Panzer, enemigo nazi de la Mujer Maravilla en le universo DC “oficial” (sea cual sea ese hoy dia)
6.- Barón Blitzkrieg. Enemigo dle All Star Squadron en la continuidad “oficial” del universo DC
7.- Republica de Weimar. Así era conocida la república alemana que existió entre la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial y el ascenso de Hitler al poder.
8.- Zyklon. Otro villano nazi que apareció en All Star Squadron
9.- Das Hai :en inglés The Shark, rival clasico de los Blackhawk
10.- Rothscädel: En alemán “cráneo Rojo” Y no voy a explicar quién es porque, si tengo que hacerlo, estas leyendo la fanfic equivocada =)
11.- Franklin Delano Rosenberg era un apodo despreciativo al presidente americano Franklin Roosevelt , haciéndolo un partícipe de la conspiración judía internacional.
12.- Hanna Reitsch (1912 – 1979) fue una piloto de pruebas y aviadora muy conocida de la Alemania nazi, conocida por ser una nazi militante. Sería la última aviadora en poder aterrizar en Berlin y llegar al bunker de Hitler antes que los soviéticos tomaran la ciudad.
13.- Lissette von Schellendorf (a) Valkirye, es la enemiga/amante de Airboy, publicado en los 40’s por Hillman Publications y en los 80’s por Eclipse Comics.
14.- Lüft Maidens. En inglés Airmaidens, el escuadrón que dirigía Valkyrie
15.- Janos Prohaska es el lider de los Blackhawks

2 comentarios:

  1. "Este capitulo es el contraste del primero. Realmente interesante. En el otro vimos a los chicos buenos aquí asistimos a la aparición de los malo. Esto pinta cada vez más interesante. Eso sin duda :D"

    Comentario publicado originalmente por el usuario "William Darkgates" con fecha 02/03/2014

    ResponderEliminar
  2. ¡Aplausos! ¡Aplausos! :D

    Este segundo número viene más cargado de "contenido" que el anterior, y no sólo nos presenta a un nutrido grupo de villanos nazis DC y Marvel trabajando juntos, sino que además nos muestra el comienzo de la primera misión de nuestros héroes, y el último de ellos se nos presenta de forma realmente inesperada y espectacular.

    ¡Esta serie va a más! :)

    Comentario publicado originalmente el 23/11/2014

    ResponderEliminar