Liga de la Justicia nº07

Título: ¿Quién es Guy Gardner? (I)
Autor: Roberto Cruz
Portada: Roberto Cruz
Publicado en:Abril 2014

"¿Que demonios le ocurre a Guy Gardner?" Esa pregunta viene rondando la mente de sus compañeros en la Liga de la Justicia desde su retorno, y más tras cómo los atacó en su última aventura. Ha llegado el momento de encontrar una respuesta...
En un tiempo de crisis, los héroes más grandes del mundo se unieron para luchar contra el mal. Sus miembros pueden cambiar pero la lucha por la justicia continua. Ellos son …
Justice League creado por Gardner Fox y Mike Sekowski

Resumen de lo publicado: Poco o nada se sabe de lo que le ocurrió a Guy Gardner desde que rechazó un puesto en el Green Lantern Corps tras La Guerra de la Luz y la Oscuridad(1) y apareció con sus nuevos poderes en New York(2). Sólo saben que algo había cambiado en él, haciéndolo más salvaje y peligroso. Y todo empeoró cuando pareció algo malvado pareció surgir de su interior durante su última aventura...

Bar Warrior’s. Coast City

Héctor apaga el motor de su vehículo de manera casi automática. Hace ya demasiado tiempo que está trabajando a ese ritmo, haciendo turnos dobles, como para poder acordarse de lo que son ocho horas de sueño seguidas. Pero Guy desapareció hace meses y no ha vuelto, quedándose él al cargo del bar(3) . No era la primera vez que se quedaba al mando ya que Guy había conseguido convertir su antiguo bar de New York en toda una franquicia con varios locales a lo largo del país(4) y en alguna ocasión había tenido que suplirle durante sus viajes de negocios pero esto empezaba a ser excesivo. En las otras ocasiones podía localizarle telefónicamente, consultarle según qué decisiones importantes se debían tomar pero esta vez había sido diferente… ¡Ahora puede que ni siquiera esté en la Tierra! Y el resto de encargados sabían que él era su hombre de confianza y acudían a él para consultar cualquier tontería. Ya incluso había comenzado a recibir llamadas de proveedores debido a que no había nadie con poder para firmar los cheques. Decididamente, él no había firmado para comerse este marrón. Y tiene muy claro que Guy ha regresado a la Tierra en algún momento. ¡Diablos, si salió en todos los noticiarios con aquel asunto de la Liga de la Justicia(5)! ¡El muy capullo ni siquiera le había hecho una llamada telefónica! Puede que realmente esté muy ocupado salvando al mundo, o al universo o qué se yo… ¡pero también tiene un negocio, diantres! ¡Él no puede ocuparse de todo por unos míseros 35.000 dólares al año!! Tiene muy claro que, o cambian las cosas, o Guy tendrá que buscarse otro encargado. ¡¡Piensa cantarle las cuarenta en el mismo momento que se le cruce por delante!!

Toda esa furia desaparece en un instante, en el mismo momento que abre la puerta del bar y contempla aquel desastre. Alguien ha entrado por la noche y ha destrozado totalmente el local. ¿Quién ha podido ser? Llevan semanas sin problemas con los khunds y, aunque ha tenido problemas para tratar con los proveedores alienígenas, no cree que ninguno haya podido llegar hasta ese extremo. Un ruido le llama la atención al fondo del bar. ¡Sea quien sea el que ha hecho esto aún estaba ahí! El sudor recorre su espalda mientras se acerca a la barra, buscando el blaster que ocultan ahí en caso de problemas. Empuñando el arma se adentra dentro del local.

-¿Qué haces, Héctor?

-¿ M-Mr Gardner???

Al fondo del local y sentado sobre una montaña de escombros compuesta por los restos del mobiliario y decoración del local pudo vislumbrar a Guy Gardner. Había algo en él extraño, diferente… y, sobre todo, siniestro. Su sangre se heló en el mismo instante en que le miró con aquellos ojos llenos de furia. -¿Qué te ocurre, Héctor? Te noto… irascible- le dice con tono burlón mientras desciende desde su improvisado “trono”. Cuando por fin llega al suelo patea con desprecio a un pequeño holo-proyector, ya visiblemente estropeado, que aún se esforzaba por cumplir su función y emitir una imagen de Hal Jordan. Es en ese instante cuando Héctor se da cuenta que todo lo que Gardner se ha afanado en destruir es el material relacionado con el Linterna Verde que mantenían en exposición dentro del local. Sabía que nunca le había hecho mucha gracia tener aquello allí (de todos es conocido cuanto le desprecia, puesto que aprovecha la menor ocasión para atacarle en público aunque, misteriosamente, también es el primero en salir a defenderle cuando son otros los que lo hacen) pero los negocios son los negocios y, en una ciudad que respiraba “Hal Jordan” por los cuatro costados desde que accedió a la alcaldía Tom Kalmaku(6), era algo necesario. ¿A qué venía aquel arrebato a estas alturas? No tenía sentido… Mientras Héctor anda metido en esas disquisiciones, Guy ha aprovechado para acercársele. Prácticamente está ya frente a él, delante del cañón de su arma. Héctor está tan asustado y en shock que continúa apuntándole con el blaster. Sin razón aparente, Guy toma el arma y la coloca directamente sobre su frente. Un disparo a esa distancia le volaría la cabeza a cualquiera.

-¿De veras estás tan enfadado conmigo que estarías dispuesto a dispararme?- Y entonces Guy Gardner ríe, lo hace con una risa que hiela la sangre. Por un instante Héctor puede ver en esos ojos el horror que se oculta dentro del que una vez llegó a llamar “amigo”.

Y es entonces cuando el Warrior’s desaparece en medio de una bola de fuego.


Tom Kalmaku está desconcertado. Ser el máximo responsable político de una ciudad como Coast City ha preparado a este antiguo mecánico de aviones para casi cualquier cosa, sobre todo teniendo que lidiar con los problemas que acarrea el hecho de que parte de tu población no proceda ni de este planeta. El establecimiento temporal de la nave Haven(7) en las afueras de la ciudad atrajo hasta allí a todos los alienígenas que, por diferentes razones, habían decidido vivir en la Tierra de forma clandestina. Las tropas que se instalaron a su alrededor, con el fin de monitorear y controlar sus actividades, fueron los primeros habitantes humanos que tuvo la ciudad… Y poco a poco, aquel excéntrico proyecto comenzó a crecer hasta convertirse en lo que es hoy día: una de las ciudades más fascinantes del planeta. Más allá de conflictos culturales, Tom no ha tenido que lidiar con los problemas típicos de las grandes ciudades americanas como son los supervillanos (aún no han llegado hasta allí, ni siquiera atraídos por las posibles maravillas tecnológicas que los aliens pudiesen tener; quizás no vengan por las mismas razones por las que no lo hacen el resto de los humanos: la gente aún los teme y prefieren no relacionarse con ellos, por mucho que su alcaldía haga campañas para mejorar su imagen) por lo que contemplar aquella visión dantesca lo había dejado completamente fuera de juego.

El Memorial Park, el monumento erigido en memoria de las víctimas del ataque de Hank Henshaw(8) y del defensor de la ciudad Linterna Verde, está en llamas. Es más: la estatua de Jordan ha sido brutalmente atacada hasta reducirla a un montón de escombros. Sobre los restos aún puede verse al causante que se ríe, jactándose de sus acciones.

-Le hemos identificado, señor alcalde. Es Guy Gardner.

-¿Gardner? Pero es imposible. ¿Qué podría haber provocado que hiciese algo así?

-Eso no es algo relevante ahora mismo. ¡Tenemos que detenerle antes de que destruya la ciudad!- insiste Henry Grookson, el jefe de la policía de la ciudad.- ¿Esos nuevos equipos funcionarán contra alguien como él?- pregunta dirigiéndose a un ser de piel grisácea y ojos grandes y almendrados que se encuentra con ellos en el despacho del alcalde.

-Ese equipo ha sido diseñado para hacer frente a los individuos de las razas más poderosas que habitan en la ciudad, jefe Grookson. Nunca imaginamos tener que enfrentarnos a una amenaza como esta. No podemos asegurar que funcionen.- contesta Oloon S'Toki, asesor para asuntos alienígenas de la administración Kalmaku.

-No tenemos otra cosa. Lance a los escuadrones.

Una de las ventajas de tener a razas alienígenas viviendo en tu ciudad es que ponen a tu disposición tecnologías imposibles que en ningún otro lugar podrías conseguir. Eso, hasta ahora, se había traducido en sistemas de transporte, de gestión de residuos o de comunicaciones mucho más eficaces que en otras ciudades pero ahora se iba a poner a prueba esa tecnología en un aspecto con el que Tom no se sentía nada cómodo: en el desarrollo de armas. Él ha conocido a muchos militares y en su fuero interno no se cree ninguna de las promesas que le hacen respecto al uso pacífico que de la tecnología armamentística extraterrestre van a realizar. Pero ahora estamos hablando de defender su ciudad, sus hogares… y utilizará cualquier recurso que tenga a su alcance para lograrlo. Las nuevas armas de la policía metropolitana de Coast City la harían rivalizar hasta con la mismísima S.C.U. de Metropolis(9). Pero ni todas las armas ni la preparación del mundo les podían servir para detener a esa furia en la que se había convertido Guy Gardner y que se divertía haciendo escarnio y humillando a aquellos que le atacaban entre aullidos de júbilo y carcajadas aterradoras.

-¡Sí, seguid viniendo! ¡Cuantos más seamos, más nos divertiremos!- aúlla Gardner.

Es en ese instante cuando un rayo esmeralda impacta en su espalda, lanzándolo contra el suelo. El rayo tiene poco efecto sobre el pelirrojo guerrero, que en poco tiempo se levanta de nuevo con una sonrisa en los labios.

-Por fin…- parece decir con ansía.

-Guy, no sé por qué estás haciendo esto pero ya basta.– le pide Kyle Rayner, flotando a varios metros sobre él y apuntándolo con su anillo.- Sé que no estabas muy contento la última vez que nos vimos en Oa pero nadie tiene la culpa que no fueses asignado como Green Lantern de la Tierra(10). Ahora es el momento de que pares y hablemos de esto razonablemente.

-¡¿RAZONABLEMENTE??!!!- ruge Gardner lanzando un poderoso rayo que arrastra al joven Linterna varias decenas de metros, estrellándolo contra la fachada de un edificio. Después se lanza tras él, atravesando ambos la fachada de un bloque cercano y varios de sus tabiques interiores más hasta que, por fin, se detienen. Sostiene el cuerpo de Kyle con su mano derecha agarrándolo del cuello y clavando sus dedos como poderosas garras en su carne. Incluso a través de toda la protección que proporciona el anillo, Rayner es casi incapaz de soportar el dolor que le está produciendo.- ¿Quién te ha dicho que yo quiera “hablar razonablemente”, niñato de mierda?- le dice casi escupiéndole a la cara.- Yo no tengo nada que hablar contigo. Esto nos incumbe sólo a él y a mí, ¿te enteras? ¡Pero esa rata inmunda de Jordan es demasiado cobarde para enfrentarse a mí directamente y envía a sus peones para que le hagan el trabajo sucio! ¡Porque sabe que, de estar él personalmente aquí, le arrancaría las tripas y se las metería por la boca!!- proclama a voces para después arrojar a Rayner varios metros por el aire, atravesando toda la habitación. Entonces le ordena:-¡Díselo Rayner! Dile que no podrá escapar de mí. ¡Que no hay lugar en la galaxia donde pueda huir de mi castigo!! - Y Gardner emprende el vuelo, alzándose entre los escombros de la ciudad que queda a sus pies y perdiéndose en la inmensidad del espacio.

“Vale chico, no ha sido exactamente en el modo en que habías pensado hacerlo pero lo conseguiste: has hecho que ese loco deje de destruir la ciudad. ¡Nadie dijo que ser un Linterna Verde fuese un trabajo fácil!” se decía Kyle Rayner para sí mismo mientras yacía en el suelo, sufriendo aún por las heridas recibidas en la refriega.


-##¿Dijo algo más?##-preguntó Hal Jordan proyectando su imagen a la Sala de Reuniones del Santuario Secreto gracias al anillo de Kyle Rayner, directamente desde el centro del universo conocido: Oa.

-Realmente, si nos paramos a pensarlo, no deberíamos preocuparnos tanto porque Guy siempre anda diciendo tonterías como esas. Pero ahora da miedo cuando las dice, Hal.- parecía bromear Canario Negro con su viejo amigo.

-##Guy es uno de las decenas de cabos sueltos que esta Guerra nos dejó(11). ¡Maldita sea! Esperaba haber dispuesto de algo de tiempo para poder hablar con él pero ahora mismo aquí estamos desbordados… ##

-Hal, no te mortifiques. Nadie dijo que fuera fácil reconstruir la mayor fuerza policial de la Galaxia(12). Si nos ponemos a mirarlo así, también sería culpa mía por no haber hecho nada más para mantener el Cuerpo mientras éste estuvo desmantelado. O de, no sé… del sol por salir por el este todos los días. Guy es un cascarrabias que se enfada por cualquier cosa. No debemos gastar energías en buscar culpables y sí en encontrar soluciones.

-##¡Menudo discurso, chaval! ¿Cuál es el plan entonces?##-sonríe Hal dándose cuenta de que, por muy joven que le parezca, Kyle Rayner hace tiempo que dejó de ser un novato y se ganó el derecho a portar ese anillo.

-Antes de nada debemos encontrarle y detenerle. Entonces podremos empezar a plantearnos qué hacer con él.- contesta enérgicamente Canario Negro.

-##¿Por qué no nos dejáis esto a nosotros? Guy fue uno de los nuestros y el Cuerpo está más preparado que la Liga para operar a nivel interestelar.##

-Por eso recurrimos a tí Hal, para que nos ayudes. Guy Gardner es ahora un miembro de la Liga y, por lo tanto, responsabilidad nuestra. Ahora ¿por qué no dejamos de discutir por tonterías y empezamos a trabajar? Seguro que Ollie(13) te diría alguna vez que soy muy tozuda cuando quiero algo…

-Yo lo intenté jefe, pero no hubo manera…-contesta Kyle.

Hal no puede evitar esbozar una sonrisa antes de contestar:

-##De acuerdo, de acuerdo… si te pones así no tendré más remedio que ceder. Pondré a cualquiera de nuestros Linternas o de sus contactos a buscar a Guy. Os comunicaremos cualquier noticia que tengamos al respecto. Os enviaré un Interceptor(14) que permitirá llegar donde sea necesario. Jordan fuera.##


Se mueve con seguridad más allá de las rutas estelares habituales, utilizando caminos que las naves hace eones que olvidaron. Para muchos, aquellos lugares son sólo un enigma, otro punto desconocido más en la profunda inmensidad del espacio. Pero para él esas rutas continúan claramente vivas en su recuerdo. Aquellas estrellas que sigue le llevan directamente a su casa.

La conciencia que ahora habita en el cuerpo del terrícola Guy Gardner se estremece por unos instantes al recordar cuando aquellas regiones no estaban en silencio como ahora, cuando aquellas estrellas rebosaban con la vitalidad de millones y millones de almas de seres sentientes. En aquel entonces, la vida en el planeta de origen de su huésped apenas había comenzado a surgir pero ya había razas que surcaban las galaxias. Y la suya era una de ellas. Fue hace mucho tiempo, cuando él tenía un nombre. Le llamaban Atros.

El universo por entonces era joven y la vida, en constante evolución, trataba de encontrar aún su lugar. Las razas jóvenes, ignorantes y orgullosas, luchaban denodadamente entre sí para ver quién imponía su paradigma sobre el de todos los demás. Y los más beligerantes de todos eran esos pomposos oanos. Sí, quizás fuesen los más antiguos dentro de las razas jóvenes pero eso no les confería el derecho a dirigir el destino de los demás o a éstos la obligatoriedad de seguir sus dictados. Y ésa fue la base del conflicto, lo que inicio la lucha en un principio ¿Acaso no es el mismo inicio siempre? El Orden y el Caos. Los oanos y sus manhunters recorrían la galaxia imponiendo su férreo control, rechazando todo aquello que considerasen “anómalo” o que no encajase en su estricto sistema mientras, por su lado, el Imperio de las Lágrimas ofrecía sus arcanos poderes y recursos para resistir a lo que ellos consideraban “la tiranía oana”, a cambio de pleitesía y una falsa sensación de “libre albedrío” oculta entre deudas y favores. Tan distintos y a la vez tan iguales: las dos caras de una misma moneda.

Pero el universo ya era inmenso en tamaño y aún guardaba un lugar para seres… con menos pretensiones, razas sólo preocupadas por sobrevivir y prosperar. Y una de esas razas vivía aquí, en Ryutt, el planeta al que Atros llamaba hogar. Pueden haber pasado miles, quizás millones de años, desde la última vez que sus ojos pudieron contemplar el color carmesí de su superficie o el brillo amarillento que en su atmósfera provocaban los rayos de sus soles gemelos pero para él parece que fue ayer: puede oír el viento meciendo los cereales cuando se aproximaba la época de la cosecha, sentir el olor del incienso en las mágicas noches que ofrecían sus ofrendas en los templos o la fragancia de su esposa que quedaba impregnada en sus sábanas cuando esta se levantaba temprano.

¿Qué le importaban a él o a los suyos aquellos conflictos? No eran más que rumores lejanos, llegados con cuentagotas a través de la cháchara embaucadora que los capitanes de los transportes intergalácticos vomitaban entre jarras de alcohol cuando acudían a hacer negocios. Nadie les hacía mucho caso, centrados más en encontrar el modo de alimentar a sus familias, darles un lugar seguro para habitar y, con suerte, prosperar para que sus hijos disfrutasen de un futuro con más oportunidades. ¿Qué fue de ese futuro? ¿Dónde terminó aquella promesa de que “el mañana sería mejor y más brillante” que padres a hijos se transmitían, en ocasiones más por costumbre que por convicción? Atros observa desconsolado el oscuro orbe que una vez fue su hogar y su corazón no puede más que romperse ¿Dónde están las brillantes luces de sus hermosas ciudades? ¿Dónde los fuegos que ardían ininterrumpidamente en los templos llenos de plegarias para sus dioses en busca de protección y prosperidad? ¡¿Dónde?! Frente a él, sólo la oscuridad parece habitar sus antaño frondosos bosques, sus extensos mares o sus profundos cañones. Un oscuro presagio de lo que encontrará, por más que su corazón anhele que lo que sabe que es una certeza no sea más que una ilusión.

Desciende con suavidad atravesando la atmósfera. Ninguna nave le espera. La fuerza militar que una vez protegió aquel mundo hace milenios que ya no existe. Ya no hay nadie ante quien responder y, cuando una vez lo hubo, falló estrepitosamente en cumplir su cometido cuando más lo necesitaron. Atros se mueve veloz sobrevolando una tierra que aún lucha inútilmente por sanar las heridas que una vez le fueron inflingidas, por recuperar el esplendor que una vez tuvo. Aquí y allí aún pueden verse las ruinas de lo que una vez fueron populosas ciudades que, orgullosas como lo habían sido sus constructores, se resisten en caer y ser olvidadas. Pero no importa cuanto haya cambiado la geografía de este mundo: Atros conoce dónde estaba su hogar y en pocos minutos desciende sobre un yermo páramo. Y es entonces cuando es consciente del ominoso silencio que lo invade todo. Sus pensamientos no son interrumpidos ni por el sonido de algún animal o siquiera, el ulular del viento. Cuando mataron a este mundo lo hicieron a conciencia. Nunca la vida pudo regresar.

Pero Atros no se conforma con eso. Quiere verlos por última vez. Cierra los ojos y deja que su mente retroceda al pasado… y, de repente, todos esos sonidos, aquellos olores regresan a él. Ya no está más en un páramo yermo: el cereal se extiende hasta donde le alcanza la vista. A unos pocos cientos de metros se encuentra su hogar; sus hijos todavía juegan correteando uno detrás de otro mientras su mujer acarrea varios paquetes después de haber comprado provisiones esa misma tarde en la ciudad. Sabe que esa noche tendrá un delicioso estofado que reconfortará sus dolidos huesos después de una dura jornada de trabajo. Siempre lo hay después de un día de compras en la ciudad. Y después de la cena, cuando los niños se hayan acostado… quien sabe, quizás hablen de tener alguno más.

Pero entonces lo inevitable ocurre. Lo pasado es pasado y por más que queramos no lo podemos cambiar. Sus hijos dejan de jugar y señalan al cielo. Su mujer se gira y escudriña el horizonte. Atros trata de gritar que corran, que se oculten, pero ningún sonido brota de sus labios. Aunque ya sabe lo que encontrará, él mismo se gira, como lo hizo entonces, buscando aquello que con tanto interés miraba su familia. Y entonces los ve: miles de pequeños puntos luminosos que descienden velozmente desde las capas altas de la atmósfera. Hay algunos fogonazos, restos de explosiones mientras la milicia de Ryutt trata inútilmente de detenerlos. Son demasiados y demasiado poderosos. Y no paraban de llegar más. De repente su hogar estalla en medio de una bola de fuego. Por fin sus piernas reaccionan y corre en busca de los suyos. Abraza a su hija, la que la explosión arrojó más lejos de la casa, recogiéndola del suelo y tratando de auxiliarla, mientras la ruega fútilmente que resista a pesar de sus terribles heridas. Y es entonces cuando los ve por primera vez: aquella muerte metálica descendiendo por decenas del cielo, impasibles y despiadados como sólo pueden serlo las máquinas. Los Manhunters habían llegado. Su mujer y su hijo no tienen ninguna oportunidad. No hacen caso a sus súplicas. Y Atros debe contemplar de nuevo cómo son exterminados a sangre fría. Y Guy Gardner, como Atros hizo entonces, cae de rodillas mientras grita de rabia e impotencia.


-¿Gardner? ¿Eres tú? ¿Qué demonios haces aquí?- una voz familiar se dirige a él a su espalda. Tan absorto estaba en sus recuerdos que no notó que alguien se aproximaba. Se gira lentamente. Atros tiene que buscar en los recuerdos de su anfitrión para reconocer a su interlocutor: el Green Lantern Salakk, el alienígena de brazos múltiples procedente del planeta Slyggia con el que antaño Guy Gardner tantas veces colaboró. Pero pronto deja de centrar su atención en él. Su rabia estalla enfocada en aquellos que lo acompañaban.


-ATENCION INTRUSO: HA ENTRADO USTED EN UNA ZONA DE CUARENTENA IMPUESTA SEGÚN LA ORDEN 54397/666 POR AUTORIDAD DE LOS GUARDIANES DEL UNIVERSO. RYUTT ES UN PLANETA PROHIBIDO. IDENTIFÍQUESE Y PREPARASE A SER DETENIDO. NADIE ESCAPA DE LOS MANHUNTERS(15).


Continuará

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Referencias:
1.- Ver AT Green Lantern #29
2.- Ver AT Liga de la Justicia vol II #01
3.- Guy fue abducido por Ganthet para participar en la Guerra de la Luz y la Oscuridad en el AT Green Lantern #27.
4.- El Warrior’s estaba originalmente situado en el Midtown de Manhattan. Fue Gabriel Romero en su etapa de Green Lantern quien decidió situar un local en la nueva Coast City por lo que, para hacerlo de una manera lógica, hemos supuesto que ha abierto varias franquicias.
5.- Ver Liga de la Justicia vol II #01-03
6.- Tom es el alcalde de la ciudad como determinó Gabriel Romero en el AT Green Lantern #22 y fue uno los confidentes de Hal Jordan.
7.- Ver “Haven: The Broken City” (2001) de Nichola Shuster y Ariel Olivetti.
8.- La Coast City original fue destruida por Hank Henshaw a.k.a. Cyborg Superman y por Mongul en Superman v2 #80 USA
9.- Hablamos de la M.S.C.U. de Maggie Sawyer, la unidad policial de lucha contra las habilidades superhumanas de mayor prestigio de todo Estados Unidos y colaboradores habituales de Superman.
10.- Ver AT Green Lantern #29
11.- De nuevo estamos hablando de la Guerra de la Luz y la Oscuridad en AT-Green Lantern #23-29
12.- Tras la Guerra, Hal Jordan ha sido convertido en el líder del reconstruido Cuerpo de Linternas Verdes (ver otra vez Green Lantern #29)
13.- Oliver Queen a.k.a. Flecha Verde, pareja sentimental de Canario Negro durante mucho tiempo y amigo íntimo de Hal Jordan.
14.- Los Interceptores son las naves que utilizaban los Manhunters para los transportes interplanetarios. Aunque el cualquier miembro del Cuerpo pueda viajar libremente por el espacio, es posible que necesiten vehículos de transporte de prisioneros que les permitan realizar grandes desplazamientos sin desperdiciar poder. Aparecieron por primera vez en el Green Lantern vol 4 #85 USA y también en la serie animada del personaje.
15.- ¿Los Green Lanterns y los Manhunters, enemigos declarados, colaborando juntos? No, no nos hemos vuelto locos. Lee nuestra serie Green Lantern para ver porqué vuelven a colaborar juntos.

2 comentarios:

  1. "Desde que Guy hizo su aparición en esta nueve encarnación de la liga y después que leí la Guerra de La Luz en la serie de GL me perseguía la duda y el deseo de determinar ¿Qué había pasado con Gardner? Pues aquí el buen autor nos aclara el misterio, pero a su vez, nos plantea otras dudas que esperamos se resuelva. El capitulo es realmente interesante y la prosa de Roberto es amena, la forma como cierra el capítulo nos deja con la duda, deseando más. Esperemos que esta trama se desenvuelva y traiga más color y diversidad a nuestro universo DC.

    Un excelente capitulo donde no hay desperdicio. En lo referente a la portada un excelente trabajo por parte de Roberto, especialmente el efecto de Gif donde se ve a Guy intercambiando de rostro. Complemente, sin duda alguna, la historia del personaje."

    Comentario publicado originalmente por el usuario "William Darkgates" con fecha 03/04/2014

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    1. "Gracias por tu comentario, Guillermo. Ya sabía cuando decidí tomar aquel rumbo con Guy que esta historia debía llegar. Su status dentro de la Liga no podía mantenerse de aquella manera indefinidamente y debíamos darle una resolución. Espero que los siguientes capítulos mantengan tu interés y que las posibilidades que abren te resultan igual de fascinantes…”

      Respuesta publicada originalmente con fecha 04/04/2014

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