Star Trek La Nueva Generación nº08


Título: Tierra de Oportunidades
Autor: John Schneider
Portada: Moisés López
Publicado en: Abril 2014 

La Enterprise envía un equipo de reconocimiento a la superficie de Kazueri Sigma, un planeta arrasado en la guerra con los Borg, intentando encontrar supervivientes y quien sabe lo que lograrán encontrar realmente...
“La Uss Enterprise, la nave insignia de la Federación Unida de Planetas entra en una nueva era, con nuevas peligros, nuevas aventuras y nuevas amenazas a las que enfrentarse.”
Gene Rodenberry y Action Tales presentan:

Creado por Gene Rodenberry


Kazueri Sigma era un páramo, una sombra humeante de lo que había sido una tierra de oportunidades para los comerciantes y un lugar de descanso para los viajeros. Todo eso había cambiado tras el paso de los Borg. Era una civilización con acceso a tecnología warp, pero apenas se había aventurado en los sistemas solares cercanos, tan sólo lo justo para unirse a la Federación. Sus habitantes eran una especie humanoide resultado de la mezcla de varias, tanto locales como llegadas de mundos cercanos. Sus orígenes se perdían en el tiempo y lo que quedaba de su historia eran grandes construcciones de fines a menudo desconocidos y leyendas orales. Todo eso formaba parte de un pasado al que solo veían como una forma de atraer visitantes, pero al que no daban mayor importancia y que consideraban en su mayoría como cuentos para entretener a niños y turistas. En una de ellas, tras una eternidad recluida en un exilio voluntario, una solitaria criatura volvía a abrir los ojos, despertada por el equipo de mantenimiento, dañado durante la ofensiva borg.



 El Capitán de la Enterprise, Jean-Luc Picard repasa con interés la información enviada por el Alto Mando de la Flota Estelar y siente la pérdida de una civilización a merced de los Borg. Un dato que destacaban con especial hincapié, es que los Borg habían decidido que no merecía la pena asimilarlos, no veían en ellos nada de interés. No es que le diera valor al juicio de los Borg, pero no podía evitar ver un grado de crueldad en su forma de descartar ese planeta, de negarle a sus habitantes el más mínimo reconocimiento, como el abusón que no contento con matar a su presa, la pisotea y abandona.
Sacudiendo la cabeza, decide que la Federación debía honrarlos y hacer todo lo posible por preservar su recuerdo. No sólo el de ese mundo calcinado, sino el de todas las víctimas de los Borg. Acaba de terminar de leer el informe, cuando el ruido de una discusión acalorada llega a través de la puerta de su despacho. Puede distinguir las voces de su oficial científico y el jefe de la unidad Elite Force, Jonathan Boxley. Sin darles tiempo a llamar, se adelanta con un sucinto “Adelante” y la puerta se abre dando paso a los dos oficiales. El rostro de Boxley recuerda a una olla a presión a punto de reventar mientras que Feynmann se mofa del militar con puyas constante sobre su limitado intelecto y su mente cuadriculada.
- ¿A qué se debe su visita? Y procuren ser civilizados y honrar los uniformes que llevan. Boxley, usted primero.
- Este chiflado se cree que puede autoapuntarse a una misión de alto riesgo, es inconcebible incluso pensar que un ratón de biblioteca tenga cabida en un equipo de exploración de un planeta atacado por los Borg. No se le debería permitir poner un pie fuera de su laboratorio sin permiso previo de un oficial superior.
- El propósito de la misión es encontrar trampas que hayan podido haber dejado los Borgs, ¿hasta qué punto está su equipo familiarizado con la tecnología Borg?, ¿sabrían distinguir un artefacto Borg de uno local? Como oficial científico de la nave, creo que es mí deber acompañarles y estudiar el material que encuentren. No quiero poner en peligro la misión, más bien al contrario. Además, estoy seguro de que el capitán querrá que comprobemos que no queda nadie en el planeta.


El jefe de la unidad le mira como si fuera un chiflado.

- ¿Espera encontrar a alguien vivo ahí abajo? Los Borg lo arrasaron por completo, es imposible…

- No sea tan rápido al usar la palabra imposible, oficial Boxley, como Capitán de la Enterprise he visto cosas increíbles y aunque es improbable, no deberíamos descartar que haya habido supervivientes. En Kazueri Sigma hay grandes construcciones milenarias, que han resistido el ataque Borg. No sabemos si alguien se pudo refugiar en ellas. Nuestro oficial científico tiene el conocimiento necesario tanto sobre los Borg como sobre el planeta, así que irá en la misión de reconocimiento.

- Usted manda, Capitán, pero debe saber que informaré al Alto Mando de la Flota.

- Eso, cuidado, Capitán, que me chivaré al Almirante Stoner. - No hace falta indicar de quien proceden estas palabras.
El oficial Boxley enrojece de furia y le dirige una mirada asesina, mientras contiene a duras penas sus puños. Picard hace un gesto de fingida resignación, aprecia la honestidad en su tripulación, especialmente si la alternativa son mentiras edulcoradas que ocultan puñales bien afilados. Una realidad desagradable y últimamente demasiado común entre los altos cargos de la Federación.
- Es libre de redactar cuantos informes considere oportuno, oficial Boxley, sin embargo, le recuerdo que sigo siendo el máximo responsable de esta nave y su tripulación. El primer oficial La Forge dirigirá la expedición, reúnanse con él en la sala de transporte. Está llevando a cabo unos últimos sondeos del planeta con el resto del equipo de expedición.
Los dos oficiales acatan la orden, uno con más ánimo que el otro. Para Jean-Luc, los intentos de Boxley de puentear al primer oficial eran obvios desde su llegada. Si creía que podía ignorarlo y situarse al mismo nivel en la jerarquía, estaba muy equivocado. Pero también le preocupa que esta situación afecte a su primer oficial. La Forge sólo accedió a aceptar el puesto para honrar al fallecido Data, que era al que había escogido en primer lugar. Dejar la sala de máquinas en manos de otro oficial fue incluso más duro que asumir las nuevas responsabilidades y los planes de almirante Stoner no estaban haciendo las cosas más fáciles, sino todo lo contrario. Desde su reunión con el Alto Mando, tenía la sensación de que Stoner quería que la Enterprise fracasase, y ahora, con la Elite Force a bordo, esa sensación se está volviendo más intensa y agobiante. Sintiendo que necesita consejo, decide de forma automática ir a cierto rincón acogedor de la nave, donde le aguarda una buena amiga.
 
 Salir de su voluntaria prisión es un viaje por la memoria, una larga historia llena de grandes logros, pero también de rotundos fracasos, que acabaron llevándolo a tomar la decisión de recluirse hasta que pudiera perdonarse a sí mismo o su planeta le necesitara.
Las partes mecánicas hacen la mayor parte del trabajo, a la vez que estimulan sus músculos y le llevan hacia la salida de forma automática, dejándole reflexionar sobre su inesperada situación. No sabe cuánto tiempo ha pasado, ni tiene muy claro qué ha sucedido. El equipo de mantenimiento hablaba de un ataque a un nivel que apenas conseguía concebir, y mucho menos el motivo. Recobrando poco a poco el control de su cuerpo, se pregunta qué aspecto debe ofrecer, cubierto de vendas, diseñadas para protegerle durante su largo sueño. Un muerto caminante, se responde empleando por primera vez su complejo sistema de cuerdas vocales. No ha olvidado cómo hablar, pero sí el sonido de su voz. No ayuda el eco producido por las paredes de su “tumba”.
Los latidos de sus dos corazones gemelos aumentan de ritmo al divisar una de las salidas secretas que él mismo había diseñado en tiempos más venturosos. Nunca sospechó que acabaría usándola, pero ahora se alegra de haberla incluido. La perspectiva de vagar por un laberinto de piedra y metal hasta dar con la puerta principal no era nada halagüeña. Después de todo, esa instalación fue construida para castigar a sus ocupantes y puesto que encontrar la salida era el precio a pagar, no debía ser una tarea sencilla. Ni él, que participó en el proceso, podía recordar el camino correcto, pero sí guardaba el atajo en una memoria de uno de sus implantes craneales.


Mientras tanto, el jefe de la Elite Force y el oficial científico han llegado a la sala de transporte, donde el primer oficial está terminando los preparativos para la misión de reconocimiento. Adelantándose a La Forge, uno de los soldados de la Elite Force saluda con gesto marcial a Boxley y habla con un tono de protesta nada velado:
- El primer oficial quiere usar el teletransporte en lugar de una nave, señor.
Emulando al soldado con un ostentoso tono de burla, Feynman interviene.
- ¿Y tiene algún problema? El teletransporte es un método más seguro que la nave, podemos cubrir más terreno y volver enseguida.
- ¿Y si falla?, ¿y si algo lo bloquea?
- ¿Cree que las naves son infalibles acaso?,  ¿Qué no tienen averías ni pueden ser derribadas?
- Silencio, los dos. Agradezco su apoyo, Feynmann, pero en este momento no es necesario. Como primer oficial es mi deber dirigir la misión y escoger la estrategia adecuada es parte de mi responsabilidad. - Dice con firmeza La Forge. - No voy a permitir ningún tipo de insubordinación y me da igual que vayan corriendo a contárselo al Almirante Stoner, les dirá lo mismo que yo, respeten la jerarquía.
Feynmann sonríe sin disimulo. Boxley silencia con un gesto a su subordinado. Sabe que Stoner no tomaría a bien a una muestra de desobedecía a un oficial, debían adoptar una estrategia que cuestionara y debilitara la autoridad de los mandos de la Enterprise sin romper el reglamento. Ese aspecto era vital e incuestionable.
- Creo que estos resultados le interesarán. - La Forge señala un monitor al oficial científico, dando por concluida la discusión. - Son de los últimos sondeos. Parece que han detectado actividad en una de las construcciones más antiguas.
- Esas construcciones eran los lugares más probables para encontrar supervivientes, quién sabe lo que han resistido. ¿A qué esperamos entonces?

- En cuanto estemos todos listos, partiremos. Revisen el material concienzudamente, no quiero encontrarme con que un arma o un comunicador falla en medio de la misión. Debemos proceder con máxima cautela, no sabemos qué es lo que nos puede esperar abajo. Los datos del sondeo no permiten saber si se trata de locales o borgs. Por eso nos teletrasportaremos a una distancia prudencial para poder evaluar la situación.

- No se preocupe, si son Borg, nos encargaremos de ellos.- Interviene Boxley con una sonrisa y acariciando el arma que acaba de pasarle uno de sus subordinados, más grande que el típico phaser y más parecido a un rifle de combate.
- Procure asegurarse primero de que es un borg antes de dar rienda suelta a toda esa malsana agresividad acumulada. - La voz de Feynmann dista de su habitual tono jocoso y suena grave.
- Voy a informar al Capitán del plan. - Concluye la reunión La Forge.




La superficie de su hogar es un desierto despojado de vida, plagado de cráteres y restos de una civilización desconocida para él y cuyos restos apenas alcanza a comprender. Pero a pesar de eso, los sensores de su cuerpo consiguen distinguir tecnología local de la atacante. Esta última le llama poderosamente la atención. No sólo está viva sino que intenta construir algo, ¿un vehículo?, pero es incapaz, las minúsculas máquinas han perdido conexión con el colectivo y eso sumado a los daños sufridos las ha encerrado en un bucle imposible. Viendo una oportunidad de mejorar su situación, el anciano ex-prisionero usa uno de sus inventos para establecer una conexión protegida con el agresor. Concentrándose por completo en la tarea, delega sus funciones vitales en una parte de sus implantes.
La comunicación al principio es atropellada, un intercambio de sonidos y dígitos que expresan confusión y nerviosismo. Con paciencia, muestra a los minúsculos robots cuán similares son sus circunstancias, aislados de sus respectivos colectivos, perdidos en un planeta devastado. Poco a poco se van abriendo a él, exponiendo sus problemas y él se siente vivo de nuevo al poder usar su intelecto para algo constructivo.




Guinan espera en una mesa débilmente iluminada y con bebidas recién servidas. Al ver entrar a Picard, que acaba de hablar por el comunicador con su primer oficial, le sonríe afectuosamente. Jean Luc devuelve la sonrisa y ni siquiera pestañea al ver que su visita era esperada. Tras una larga
amistad, el Capitán de la Enterprise sabe que Guinan es mucho más de lo que aparenta.


- ¿En qué te puedo ayudar, Jean Luc?

- Stoner nos está poniendo las cosas difíciles, esta misión que nos ha encargado… Siento que quiere humillarnos con tareas rutinarias.

- Entonces se va a llevar una gran decepción, esta misión es más importante de lo que creéis.
Picard siente un escalofrío que recorre su espalda.

- La Forge me acaba de informar que van a investigar una señal en la superficie del planeta, creen que podría…
- Haber un superviviente. O varios. Te puedo decir que siento uno, muy viejo. Todo esto de los Borg lo ha despertado y ahora se está poniendo al día. Es poderoso, está estudiando a nuestro mutuo enemigo pero ignoro qué puede querer. Es algo que no creo que ni él mismo sepa.

- ¿Corre mi tripulación peligro?

- ¿Confías en esos militares que ha enviado Stoner?

Picard aprieta ligeramente los puños. La posibilidad de que Boxley entable combate al interpretar un gesto inocuo como una agresión es demasiado alta.

- Todo depende entonces de La Forge, no te preocupes, es un gran oficial.

- Lo sé, pero…

- No es Data, pero ni Data ni nadie tendría garantizado el éxito en esta misión.




El equipo de reconocimiento, encabezado por el primer oficial y formado por tres miembros de la Elite Force, incluido Boxley, el oficial científico y un miembro de seguridad de la Enterprise con su clásica camisa roja, se materializa a un par de kilómetros de la señal. Recibiendo información del puente de la nave, avanzan en silencio por los restos de una ruta comercial salpicada de cráteres y cáscaras de vehículos. Para su sorpresa, a lo lejos distinguen una forma métalica, abultada avanzando a gran velocidad hacia ellos. Parece una sanguijuela enorme y sobre ella va un ser humanoide recubierto de vendas. Boxley da la señal a sus hombres para que se preparen para combatir, pero La Forge les ordena que no actúen sin ser provocados. Un primer contacto es un momento crítico y un mal paso puede desembocar en un conflicto. Feynmann emplea un tricorder modificado para estudiar al dúo que se les aproxima y sonríe.
A una distancia prudencial del equipo de reconocimiento y sin mostrar señales de ser hostil, la criatura se detiene y el humanoide desciende con parsimonia.
- Bienvenidos, miembros de la Federación. Mi nombre es Yauhkuss, miembro de la honorable Orden de los Ingenieros de la Luz, seguramente el único que queda. Me temo que poco os puedo ofrecer, mi hogar ha sido arrasado y apenas he podido conseguir improvisar este transporte con lo que tuvieron a bien dejar los Borg. Sí, aunque he estado durmiendo durante eones, me he puesto al día.
- ¿Hay más supervivientes? - Pregunta La Forge recalcando sus palabras para transmitir su deseo de que sea así.
- Lo ignoro, llevo poco tiempo en la superficie, y no he encontrado más señal de vida que la vuestra, razón por la que he venido a vuestro encuentro.

- Esa cosa… ¡es Borg! - salta uno de los miembros de la Elite Force mientras apunta su arma a la criatura.

- Es lo que acaba de decirnos, señor Boxley, sus hombres son un poco lentos de entendederas, ¿no? - Apunta Feynmann, a la vez que se interpone entre el soldado y su objetivo.
- ¿Por qué deberíamos fiarnos de un desconocido que aparece de la nada, en un mundo que ha sido arrasado hasta los cimientos? Podría ser una de las trampas borg que buscamos, pensada para listos como usted. - Responde Boxley, buscando devolver la puya.
- No es necesario que se peleen. Si mi montura les inquieta, prescindiré de ella. Me importa más el futuro de mi planeta, y puesto que parece ser que soy oficialmente y por el momento su único habitante, creo que tengo derecho a representarlo ante la Federación.
- Tiene razón, nuestra misión consiste en buscar armas y trampas que hayan podido dejar atrás los Borg, pero también en ayudar a posibles supervivientes como es su caso. Sería un placer llevarlo a bordo y hacerle un examen médico. Luego podemos solicitar una reunión con altos mandos de la Federación para tratar sobre el futuro de su planeta.- La Forge empieza un poco nervioso pero rápidamente gana confianza y traza con sus palabras un plan que garantice su seguridad y abra la puerta a una alianza.
- Acepto su oferta. A cambio de su ayuda, les proporcionaré información sobre mi planeta, incluyendo las construcciones que datan de mi época y cuyos fines habrán caído en el olvido tras tanto tiempo.
- ¿Con qué fin? - Vuelve a la carga Boxley.

- Debería ser evidente, evitar que otro planeta sufra el mismo fin que el mío.


Próximo episodio…Bienvenido a bordo.

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