Los Vengadores nº18

Título: El poder de las estrellas (I)
Autor: Lobo Rojo
Portada: Juan Andrés Campos
Publicado en: Noviembre 2009

Las Naciones Unidas tomadas como rehén durante una cumbre de jefes deestados. Con los dirigentes del mundo en peligro se desata una crisis mundial, y solo los Vengadores nos pueden salvar. ¿Qué retiene al resto de los héroes? Tendrás que leerlo.

- Interrumpimos nuestra programación para informarles del grave acontecimiento que ha tenido lugar en la Sede de las Naciones Unidas… La cumbre mundial que iba a celebrarse durante el presente día ha sido interrumpida por la inesperada intervención de la organización terrorista que se hace llamar Zodiaco. Un hombre que se ha identificado como Tauro, al mando de un grupo mercenario paramilitar bien entrenado y armado con tecnología futurista ha tomado como rehén la sede y a sus participantes, entre los cuales se halla el mismísimo presidente de los Estados Unidos, Barak Hussein Obama, así como varios dirigentes de otras naciones del mundo que asistían a esta cumbre internacional. Estamos a la espera de que el portavoz de los secuestradores, Tauro, nos comunique sus exigencias… Conectamos con nuestra Unidad Móvil situada en los límites del perímetro que las autoridades civiles y militares han levantado. ¿Cómo está la situación compañeros? ¿Christine?

- “Aquí estamos, Megan” - contestó Christine Everhart- “al pie de la línea de fuego. La policía y el ejército en coordinación con las fuerzas de seguridad de la propia ONU han establecido un cerco en torno a la secuestrada sede, a la espera de recibir instrucciones, no sabemos si del Pentágono, o del Vicepresidente Hay que recordar que el terreno donde se erigen las Naciones Unidas está fuera de la jurisdicción de los Estados Unidos, y por tanto se exige cumplir con una serie de trámites burocráticos que retrasan la intervención de nuestras tropas en el terreno. “

- Chris, esto quizás entra más en el campo de una organización internacional como SHIELD… – Interrumpió Megan McLaren desde el estudio.

- “…efectivamente, Megan, es muy posible que estemos esperando la llegada de agentes de SHIELD al escenario, incluso es muy posible que ya estén actuando sobre el terreno… “

Megan McLaren siguió informando desde el estudio.

- Desde primera hora de la mañana, tal y como estaba programado, los altos mandatarios de las naciones más importantes del mundo fueron llegando al edificio de la Asamblea. También pudimos ver como el líder de los Vengadores, el Caballero Negro acompañado de Janet Van Dyne, popularmente conocida como la Avispa llegaron al recinto. Estaba previsto que los dos héroes en representación de los Vengadores y otros integrantes de la comunidad super-heroica, informaran a los líderes mundiales sobre el reciente cúmulo de catástrofes que se manifestaron sobre el planeta, en lo que se ha llamado el Crepúsculo de los Dioses. Sus causas, su resolución y las posibles medidas a tomar de cara a la prevención de este tipo de amenazas.

- Todo transcurrió con normalidad hasta media hora después de que las personalidades accedieran al perímetro de seguridad. De improviso, las comunicaciones fueron cortadas. Un alarmante zumbido, seguido de un potente estallido de energía estática inundó todos los sistemas de comunicación. En un primer momento en esta redacción creímos que los cielos recuperarían el color sangre de las últimas semanas, pero afortunadamente nos equivocamos. Fue entonces cuando en cuestión de minutos comprobamos que el mundo seguía indemne, que tan solo el complejo de las Naciones Unidas había sido afectado.

- Las siete hectáreas que comprenden este pedazo de la isla de Manhattan habían sido rodeadas por lo que parece ser un campo de energía. Las fuerzas de seguridad en el exterior de la zona aislada, enseguida comprobaron que parecía ser impenetrable... No sabemos toda… - Se interrumpió un momento- Perdonen, me comunican que nuestra unidad móvil tiene novedades. ¡Adelante Christine!

- “Megan, tal y como habíamos comentado, parece que, efectivamente, SHIELD se va a hacer cargo de la situación. Se nos ha notificado que la Directora Especial Valentina Allegro de Fontaine encargada de las Relaciones Públicas, se dirigirá a los medios de comunicación en cuanto haya analizado la información de la que dispo…---BZZZ--- ¡Flrarg! ¡ZACK! Meg… Me…$&! . oís?---SSSH! “

- ¿Christine? – Preguntó McLaren desde el estudio al perder la conexión. Por toda respuesta, una potente voz alcanzó a todos los medios de comunicación.

- “¡ATENCIÓN CIUDADANOS DEL MUNDO! ME LLAMO TAURO Y REPRESENTO LOS INTERESES DEL ZODIACO, UNA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL QUE SOLO PRETENDE GUIAROS HACIA UN NUEVO ORDEN MUNDIAL DE PAZ Y PROSPERIDAD, REGIDA POR EL DICTADO DE LAS ESTRELLAS... “


Y llegó un día en el que los héroes más poderosos de la Tierra se unieron contra el enemigo común...¡Aquél día nacieron los Vengadores!... Para combatir aquellas amenazas que ningún superhéroe podría derrotar en solitario.
Creado por Stan Lee y Jack Kirby


Un par de horas antes del ultimátum de Tauro. Edificio de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La limusina propiedad de Janet Van Dyne, tras pasar los correspondientes controles de seguridad se detuvo ante la puerta de acceso reservada a las personalidades invitadas. Los agentes de seguridad abrieron la puerta y observaron con recelo como Janet Van Dyne, y su compañero el Caballero Negro, descendían del vehículo, que prosiguió su marcha hacia su correspondiente parking.

- Es el quinto control que pasamos – Masculló Dane Whitman. - ¡Tranquilo, compañero! – Advirtió a uno de los guardias apartándole con un brazo, - ¡Tengo permiso especial para portar esta espada! – Dijo alejando la Espada de Ébano de sus manos. – Y no me gusta que nadie excepto yo la toque… (Puede traer malas consecuencias, pensó para sí.)

- Señor, me temo que no podemos permitir que entre en el edificio con ese objeto. - Recurrió el oficial al mando. – Solo los hombres del cuerpo de seguridad de la ONU, y algunos guardaespaldas de los más altos mandatarios mundiales están autorizados a permanecer armados en el recinto.

El Caballero Negro miró disgustado a la Avispa, esta interpretó que de ninguna manera el líder de los Vengadores iba a permitir que le separaran de su hoja encantada… Janet inspiró profundamente, puso su mejor sonrisa y justo cuando se disponía a ejercer sus mejores dotes de diplomacia otra voz femenina les interrumpió…

- ¡Teniente…! ¿Qué ocurre? ¿Usted cree que esta es manera de tratar a nuestros invitados?

El oficial miró contrariado a la recién llegada, una mujer de unos bien llevados cuarenta años, de rasgos sudamericanos, pero cuyo inglés apenas traicionaba su procedencia de otro continente.

- Teniente… ¿Perkins? – Dijo leyendo la insignia de su pechera. - ¿Usted es nuevo, verdad?

- Perdone Ms. Lavado, pero solo cumplimos con nuestro deber…

- Debería de saber, teniente, que en los protocolos de seguridad de las Naciones Unidas, la organización reconocida como Los Vengadores, y los miembros que forman parte de ella, poseen estatus de prioridad A-1, lo que les permite, una vez sometidos a la identificación correspondiente, mantenerse enmascarados y en posesión de sus armas cualquiera que sea la categoría de los actos a los que asistan. – Mae Lavado no notó el brillo de rabia en los ojos del teniente Perkins, pues ya estaba dirigiéndose a los dos Vengadores. - Es lo menos que podemos hacer por los Héroes Más Poderosos de la Tierra. – Dijo con una sonrisa conciliadora. - ¡Bienvenidos, soy Mae Lavado, y se me ha encomendado acompañarles durante su visita a las Naciones Unidas, espero que nuestras medidas de seguridad no les hayan incomodado.

- ¡Oh, no!- Sonrió Van Dyne mientra le estrechaba la mano– ¡Tendría que ver a nuestro enlace con el Consejo Nacional de Seguridad! Hola, soy Janet Van Dyne, pero prefiero que me llame Jane.

- Lo siento Ms. Van Dyne, el protocolo no me lo permite. – Y tendió la mano al líder de los Vengadores. – Encantada de tenerle aquí, Mr. Caballero.

Una pequeña sonrisa asomó a los labios de Dane Whitman mientras saludaba a su anfitriona, al tiempo que su puño se aflojaba en la empuñadura de su espada. Janet y Dane siguieron a Ms. Lavado al interior del edificio.

- ¿Y diga, Mae, lleva mucho tiempo trabajando para la ONU? – Preguntó Jane, sin deja de caminar.

- Sí, comencé como traductora, muy joven, luego fui presentándome a diversas promociones… -

La voz de Mae Lavado y su charla con la Avispa se perdieron en la mente del líder de los Vengadores, mientras repasaba mentalmente parte del discurso que tenía preparado para dar ante la asamblea. Llegaron ante otro control de seguridad. Un oficial seguido de un septeto de soldados les saludó con aire marcial, ý se dirigió a Mae Lavado.

- Ms. Lavado, tenemos órdenes de escoltar a sus dos invitados hacia su destino.

El rostro de la funcionaria de la ONU no pudo ocultar su contrariedad. – No entiendo, esto es… bastante irregular…

Mae Lavado entendía que estos cambios en el protocolo pudiesen suceder con determinados invitados necesitados de protección, pero había hecho muy bien su trabajo, y sabía perfectamente que de haber alguna amenaza, serían los dos vengadores los que acabarían protegiendo a los escoltas.

El Caballero Negro observó a los escoltas y su armamento, éste era algo más sofisticado que el de los que les habían recibido en la puerta. En un primer momento pensó que simplemente las medidas de seguridad se iban extremando según se adentraban en el edificio. Miró a los rostros de los guardias, todos parecían concentrados en su trabajo. Entonces, la actitud de uno de los guardias de seguridad llamó levemente su atención. Por un instante le pareció que intentaba pasar desapercibido ante ellos, eso hizo que se fijara más en su rostro. Había visto su cara en algún sitio, ¿Sí, pero dónde? Le sonaba de los archivos de SHIELD…, de los protocolos de seguridad... ¡Maldición, si tuviera la mente computerizada de la Visión podría acceder a su base de datos y sacar la ficha y el historial del agente…! La Visión… se preguntó si habría encontrado ya a la Bruja Escarlata… [1]

Rodeados de su escolta, el Caballero, la Avispa y Ms. Lavado, continuaron su paseo. Llegado un punto, Mae Lavado, no pudo reprimir su incertidumbre y se dirigió al oficial de guardia.

- Perdone, pero por aquí no se va hacia el Hemiciclo…

- Hemos cambiado los protocolos. Ms. Lavado.

- ¿Por qué no he sido informada? – Insistió ella.

Tanto Van Dyne como Whitman comenzaron a sospechar que algo iba mal. El líder de los Vengadores no podía apartar de su pensamiento el rostro del guardia a sus espaldas. ¿Por qué lo relacionaba con…? ¡La Visión! ¡Eso es, de ahí recordaba al agente de seguridad! ¡De los informes recientes que el sintezoide había dejado grabados en la Mansión! Y eso solo podía significar problemas…

- ¿Patterson? – Se giró el Caballero Negro al escolta. - ¡Donald Patterson! [2]

Solo los entrenados reflejos de Dane Whitman le salvaron de un disparo de energía a bocajarro emitido por el falso guardia de la ONU. El puño izquierdo del Caballero impactó contra la mandíbula de Patterson, al tiempo que su mano derecha desenvainaba la Espada de Ébano. Con un veloz giro de su brazo trazó un arco con su hoja encantada que segó los cañones de las tres armas con las que era apuntado por otro trío de agentes. Dos de las armas estallaron medio segundo después, cuando sus portadores apretaron el gatillo.

Por su parte Janet Van Dyne no perdió el tiempo, su rodilla derecha se incrustó en la entrepierna del guardia de seguridad más cercano, quien a continuación recibió sendos disparos de sus compañeros dirigidos contra la veterana vengadora, ya que ella, sin desperdiciar un movimiento, se había parapetado tras él.

- ¿Pero… Pero, qué sucede? – Preguntó Ms. Lavado al oficial al mando. Por toda respuesta este la sujetó del cuello y la apuntó con su pistola en la sien. – Estate calladita, y todo irá bien…

El canto de la Espada de Ébano cayó con fuerza sobre dos de los cascos de sus oponentes noqueándolos. El tercero sintió la patada del vengador en el estómago y se desplomó en el suelo, sin aliento.

Mientras tanto, Janet Van Dyne rodó por el suelo, maldiciendo el momento en el que el eterno Gilgamesh reconfiguró su estructura molecular, y extirpó el embrión de una Reina del Nido, junto a sus poderes de insecto. Sí, estaba viva, ¿pero por cuánto tiempo? Los disparos de los supuestos guardias de seguridad de la ONU cada vez estaban más cerca.

Al ver a su compañera en peligro el Caballero Negro se apresuró a intervenir y cargó espada en mano contra los dos guardias que quedaban. Al verle venir, estos dispararon apresuradamente contra él, pero la energía emitida por sus armas fue absorbida por la Espada de Ébano, que el líder de los Vengadores supo interponer con habilidad. Con otro adecuado giro de su muñeca, el vengador de las cruzadas desprendió la energía de su hoja encantada sumiendo en la inconsciencia a sus adversarios.

- ¿Estás bien, Jan? – Preguntó mientras la ayudaba a incorporarse

- Sí, pero… ¿y Ms. Lavado?

Ambos Vengadores miraron hacia el lugar donde la administrativa de la ONU se hallaba sujeta por el supuesto oficial, que no dejaba de encañonarla.

- ¡No deis un paso, o dispararé! – Grito el villano. - ¡Os lo juro!

Dane y Jan intercambiaron miradas buscando alguna posible solución, de ninguna manera querían entregarse pero ahora la prioridad era evitar que Mae Lavado resultase dañada.

Un resplandor de energía bañó la habitación y sendos rayos de fuerza golpearon por sorpresa a los dos Vengadores, que cayeron inconscientes. La figura cornuda de Tauro se acercó hasta ellos y bramó victoriosa…

-¡Nada puede resistir la energía estelar del Zodiaco!


En medio del cuarto de estar de la Mansión de los Vengadores, Gilgamesh, el legendario héroe de tiempos olvidados, permanecía solemne, de pie, ataviado con su nuevo uniforme de batalla. Esto es, sí podemos permitirnos calificarlo como nuevo.

- Esto es, en mi opinión, lo que un verdadero guerrero debería vestir. Cuero, piel y metal, curtidos en el sudor y la sangre, y no esas vestimentas brillantes y ceñidas incapaces de impregnarse del olor de la batalla. ¿No crees así, amigo Lobo?

Un desenmascarado William Taltrees, sentado en el amplio sofá y con los pies extendidos sobre la mesa, jugueteaba con el mando a distancia de la televisión. Sin apenas mirar al Eterno, el héroe Cheyenne comentó, - ¿Y quién soy yo para decirle no a las pieles? – Comentó mirando de reojo su capucha lobuna.

- ¡Gilgamesh! ¡Estás fantástico! – Exclamó Ave de Fuego al entrar en la habitación. - ¿No te parece Hank? – Dijo al vengador que venía tras ella.

- Bien… - Contestó sonriendo. – No esta mal… Con tal de que no le denuncien los herederos de Robert E. Howard, o los de Tolkien…

- ¡Yo vestía estos atuendos siglos antes de que esos fabuladores inventasen sus relatos para niños…! - Clamó Gilgamesh.

- ¿Podrías demostrarlo? – Preguntó Pym.

- ¿Dudas de mis palabras? – El Eterno comenzó a soliviantarse - ¡Mis hazañas están escritas en pergaminos desde hace ya centenares de años…!

- No dudo de tus palabras, compañero, - Le tranquilizó Henry Pym. - Solo sugiero que ante un tribunal de justicia, tu palabra no valdría gran cosa.

Los ojos del Eterno comenzaron a brillar de rabia. Pym se dio cuenta de que no había elegido las palabras más adecuadas para calmarle. El grito de aviso de Lobo Rojo interrumpió la discusión.

- ¡Atención, Vengadores! ¡Mirad la televisión!

Allí, en la gigantesca pantalla de plasma ante ellos, el rostro del villano llamado Tauro comenzó a hablar.


DAMAS Y CABALLEROS, TRANQUILICENSE, NO LES PASA NADA A SUS RECEPTORES DE TELEVISIÓN…

PUEDEN LLAMARME TAURO, Y HABLO EN REPRESENTACIÓN PROPIA Y DE MIS SOCIOS, LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL, ALGUNOS LA CALIFICAN COMO CRIMINAL, LLAMADA ZODIACO.

COMO PODRÁN COMPROBAR, LA TECNOLOGÍA DE LA QUE MI GRUPO Y YO DISPONEMOS NO SOLO NOS PERMITE INTERFERIR TODOS LOS CANALES DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL PÚBLICOS Y PRIVADOS, SINO TAMBIÉN CONSIGUE QUE SEAMOS CAPACES DE TRANSMITIR ESTE MENSAJE EN LOS DIVERSOS IDIOMAS QUE CORRESPONDEN A CADA NACIÓN RECEPTORA.

ESTA PEQUEÑA MUESTRA DEL PODER DE NUESTRA TECNOLOGÍA DEBERÍA SERVIR PARA RECORDARLES LO QUE NOSOTROS PODRÍAMOS HACER POR LA HUMANIDAD. Y LO QUE OFRECEMOS…

OFRECEMOS, UN MUNDO SIN CRISIS ECONÓMICA, BAJO UNA UNIDAD ECONÓMICA GLOBAL ENCAMINADA A EXTERMINAR LA POBREZA Y EL HAMBRE…

UN PROPUESTA ECOLÓGICA, SUSTITUYENDO NOS SOLO LAS FUENTES DE ENERGÍA CONTAMINANTES, POR UNA ENERGÍA ALTERNATIVA LIMPIA COMO LA SOLAR, SINO, YENDO MÁS ALLÁ DE ESTA, OS OFRECEMOS LA ENERGÍA INAGOTABLE DE LAS PROPIAS ESTRELLAS…

PROPONEMOS EL FIN DE LA GUERRA Y LA VIOLENCIA, TODOS LOS HABITANTES DEL MUNDO IGUALES, UNIDOS BAJO NUESTRA ENSEÑA ASTRAL…

EN DEFINITIVA OFRECEMOS LA SOLUCIÓN FINAL A LOS PROBLEMAS MÁS IMPORTANTES QUE AQUEJAN A LA HUMANIDAD…

Y A CAMBIO…, A CAMBIO SOLO EXIGIMOS UNA COSA, LEALTAD Y OBEDIENCIA.

SE QUE ES DIFÍCIL CREERNOS, ASÍ QUE NO INSITIRÉ MÁS. HOY SOLO OS PRESENTO MI DECLARACIÓN DE INTENCIONES, Y OS ANUNCIO QUE VOSOTROS MISMOS RECLAMARÉIS PRONTO NUESTRA AYUDA Y PROTECCIÓN.

PERO MIENTRAS ESPERAMOS, Y PARA ESTAR PREPARADOS, NECESITAMOS LA COLABORACIÓN DE LAS NACIONES MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO. POR ELLO ME VEO EN LA OBLIGADA SITUACIÓN DE SOLICITAR LA PEQUEÑA CANTIDAD DE QUINCE MIL MILLONES DE EUROS, A CAMBIO DE LA LIBERACIÓN DE LOS INÚTILES LÍDERES QUE HAN LLEVADO EL PLANETA A ESTA SITUACIÓN… YA SE QUE ELLOS NO VALEN TANTO, PERO ES UNA PEQUEÑA MULTA QUE DEBÉREIS PAGAR POR HABERLES ELEGIDO, O POR PERMITIR SU ASCENSIÓN AL PODER …


- ¡Es él, es el villano que me humilló! – Chilló Gilgamesh enrabietado al ver la imagen de Tauro [3] en la pantalla.

- Dane y Jan están ahí, - Afirmó Ave de Fuego. – ¿No deberíamos…?

-“Dios mío, Jan…”– Pensó para sí Chaqueta Amarilla.- “…está sin poderes”

- ¿A qué estamos esperando? – Dijo Lobo Rojo comprobando sus accesorios.

Gilgamesh ya había emprendido el vuelo, cuando un gigantesco Pym se interpuso en su camino.

- ¡NO! – Exclamó el veterano vengador.

- ¡Aparta gigante! ¡Aliado o no, nada se interpondrá en el camino de mi venganza…! - Y el poderoso Eterno levantó al gigante en vilo para apartarlo de su paso. Chaqueta Amarilla se redujo de inmediato al tamaño de un insecto y descargó sus aguijones sobre el coloso, que aunque apenas se inmutó, se sintió enojado.

- ¿Cómo osas? – Dijo agitando sus manos para alejar al insecto.

Las alas artificiales del uniforme de Pym, lograron a duras penas mantenerle en el aire ante el viento desatado por el movimiento de los brazos de El Olvidado. Chaqueta Amarilla recuperó su tamaño normal y se encaró al eterno. La tensión entre ambos héroes se habría podido cortar con un cuchillo. Una llamarada de fuego se interpuso entre ambos.

- ¡Bonita! – Exclamó Pym mirando hacia Ave de Fuego.

La vengadora se interpuso entre ambos.

-¡Compañeros, estamos en el mismo equipo! ¿O no? – Pym y el eterno se miraron retadores. Ave de Fuego prosiguió. - Escúchame, Gilgamesh, ahora eres un vengador, y por tanto trabajarás en equipo. Y tú, Hank, sin el Caballero Negro presente, eres el vengador más experimentado. ¿Querrías comportarte como debería hacerlo el vengador fundador que eres?

- Está bien, - se disculpó Pym – Lo siento Gilgamesh, pero no te podía permitir cargar contra la ONU sin un plan. Las vidas de rehenes muy importantes están en juego.

En esos instantes, Edwin Jarvis penetró en la sala. – Señores, si me permiten…

- ¿Sí, Jarvis?

- Señor Pym, tenemos una video conferencia desde Washington, es el agente Gyrich…

Chaqueta Amarilla miró a sus compañeros, tenía la certeza de que la llamada de Gyrich vendría con órdenes que no les iban a gustar.


En una tranquila isla del Mediterráneo, lejos del mundanal ruido, las merecidas vacaciones de las que disfrutaba la familia que compone el núcleo de los Cuatro Fantásticos habían sido interrumpidas. - ¡Maldición!- Gritó la poderosa Cosa. – Y pensar que fui yo, el que exigió que viajáramos aquí en vuelos comerciales… Con el Pogoplano regresaríamos en cuestión de horas a casa y solucionaríamos la situación.

- No sería tan fácil, Ben, - contestó Richards -he intentado contactar con el Edificio Baxter para activar el vuelo automático de nuestra nave, y nuestros permisos de vuelo han sido rescindidos.

- ¿Cómo es posible, Reed? – Preguntó Johnny Storm.

- El carácter internacional de esta crisis ha obligado a tomar estas medidas para evitar intervenciones externas no autorizadas que puedan empeorarla.

- Al menos estas vacaciones han evitado que estuvieses entre los rehenes atrapados en

la ONU, cariño. – Afirmó la Mujer Invisible.

Reed Richards recordó como había sido invitado a declarar ante la ONU acerca del asunto con Groth [4] , y como al coincidir con sus prometidas vacaciones familiares, declinó la intervención, entregando todas sus notas y delegando su intervención en el Caballero Negro, líder de los Vengadores.


El mes pasado, Matthew Wayne y Alexander Johnson fueron detenidos por Spiderman cuando atracaban una gasolinera a mano armada. Cuando fueron llevados ante el juez, su abogado defensor, Samuel Renier, alegó a la detención ilegal llevada a cabo por una amenaza enmascarada y consiguió que les soltaran. Si hubieran ido a la cárcel hoy seguirían vivos. En el apartamento que usan de escondite, a escasos metros de sus cadáveres, Frank Castle sube el volumen de la televisión para escuchar la charla del hombre con cabeza de toro. Tras terminar de oír el mensaje, sonríe. “Va a ser un buen día para trabajar, la policía y con toda seguridad los payasos de las capas y las máscaras, estarán muy ocupados en las inmediaciones de la ONU, así que nadie protegerá a los criminales comunes…” Punisher apagó el aparato, recogió sus armas, y salió a disfrutar de su jornada de trabajo.


- Un campo de fuerza de color rosa, menuda horterada. – Dijo el Asombroso Spiderman mientras tomaba un par de fotos desde lo alto de uno de los rascacielos más cercanos al lugar de la crisis. De improviso su sentido arácnido vibró, y por instinto se arrojó al vació ágilmente. Varios disparos impactaron donde había estado medio segundo antes.

El trepamuros giró en el aire sin detenerse y buscó el origen del ataque. Al distinguir a un equipo de SWAT apostado en un tejado cercano, decidió que lo mejor sería salir del alcance de sus puntos de mira, y balanceándose a velocidad prodigiosa alcanzó un tejado más lejano.

- ¡Era Spider-Man, señor! – Dijo uno de los tiradores.

- ¡Me da igual quien fuese, Rayner, nuestras órdenes son cerrar el perímetro y mantener alejado de él a cualquier intruso! Hay demasiado en juego, el presidente y varios dirigentes mundiales han sido tomados como rehén. No podemos arriesgarnos a que uno de esos enmascarados encienda la mecha del polvorín.

Desde su nueva posición, Spidey sopesaba los pros y los contras de acercarse a la zona sitiada. – No me sería difícil burlar la vigilancia de las autoridades, e incluso esquivar sus disparos. Pero… ¿Cómo superar el campo de fuerza?

- Sobre todo sin que tanto los de dentro como los de fuera se den cuenta… - Dijo una voz sobre él. La atlética figura de Daredevil el Hombre sin Miedo, aterrizó en el asta de bandera a su lado. – Deberías de abandonar esa costumbre de dialogar contigo mismo, cabeza de red. No es precisamente un síntoma de cordura…

- ¿Tu oído infalible ya no respeta la intimidad de las arañas solitarias, eh, cuernecitos?

- Perdona, Spidey. Solo intentaba cerciorarme de que eras tú.

- ¿Sabes que te digo, DD? Que estoy arto de este tipo de situaciones.

- ¿De que te disparen cuando intentas ayudar?

- No, de que tú y yo nos reunamos en los tejados como meros espectadores cada vez que hay una crisis de tamaño gigante. Mira, aquello de allí, ¿No es el Heli-Transporte de SHIELD?


A bordo del Heli-Transorte de SHIELD, la directora de la organización Sharon Carter, estudiaba los informes enviados por sus agentes acerca de la situación...

- Sabíamos que el Zodiaco preparaba algo pero ha golpeado antes de lo que esperábamos…

- Tenemos toda la zona cubierta, Sharon. – Informó el director especial Dugan.- Hemos recibido órdenes de no dejar entrar ni salir a nadie. Y evitar la presencia de entrometidos enmascarados…

- Tauro lo ha planeado a la perfección, Dum Dum, como organización internacional, SHIELD está bajo la jurisdicción de las Naciones Unidas, y debemos impedir la intromisión de agentes independientes que puedan poner en peligro la vida de los dirigentes mundiales. Estamos protegiendo a Tauro de aquellos que serían los más indicados para detenerle.

- Nosotros estamos listos, es nuestro trabajo…

-Y lo haremos como mejor sabemos, pero… ¿Cuántas veces nos han sacado las castañas del fuego los de las capas?


- No iremos. Y punto. – Dijo Marc Spector, el Caballero Luna.

En el interior de la Torre Espector. la mercenaria de Symkaria, Marta Plateada, apretaba con fuerza su sofisticado fusil, mientras miraba desafiante al Caballero Luna, líder del grupo de aventureros, conocido como los Caballeros.

- Pero…

- Se que te preocupas por tus diplomáticos en la ONU, - afirmó Spector. – pero, con sinceridad, creo que pasarán más desapercibidos y estarán más a salvo, si tu no haces que los malos se fijen en ellos… ¡Tienen a Obama, a la alemana, al francés…! ¡Incluso el italiano o el español son rehenes a considerar…! Si permaneces apartada tus compatriotas estarán más a salvo, deja que otros héroes se ocupen de esto.

- Nosotros somos héroes… Deberíamos…

- Marta, simplemente no entra en nuestra agenda… - Marc Spector se quedó ensimismado, mirando la imagen de Tauro en la pantalla. Se preguntó si este individuo estaría relacionado con el Tauro original, Cornelius Van Lunt, un hombre que juró sobre Khonshu, y no mantuvo su palabra. Un hombre al que acosó para vengar la afrenta al dios egipcio, y que murió intentando escapar de su venganza


Al otro lado del Océano, en el viejo continente tiene lugar una conferencia telefónica internacional.

-¿Mon dieu, Blitzkrieg, mon ami, eres tú?

- Sí, Halcón, me imagino que has visto las noticias…

- Oui, pero me temo que estamos lejos. Los Campeones del Viejo Mundo no existen oficialmente. Sus miembros están diseminados por Europa desde que los torpes burócratas de la Comunidad retiraron los fondos de apoyo. No tenemos nave, ni infraestructura…

- Entonces, estamos en manos de los americanos, como siempre… - Contestó el germano Blitzkrieg resignado.

- Eso me temo. – Añadió el francés.


- ¿Profesor, no hay nada que podamos hacer? –

Charles Xavier miró a las dos mujeres que le acompañaban, Ororo Munroe, y Kitty Pryde, las mutantes conocidas como Tormenta y Gata Sombra.

- Por desgracia, mi querida Ororo, la Patrulla X no está en la tierra ahora mismo…

- ¡Tonterías, Profesor, conocemos docenas de mutantes, y grupos X, que acudirían a su llamada telepática…- Intervino Kitty Pryde

- Es cierto Charles, quizá si reunimos un grupo especial… - aseguró Tormenta.

- ¡No harán nada, Xavier! – El general Davis, enlace militar de la Patrulla X con el gobierno norteamericano, y las Naciones Unidas irrumpió en el despacho.

- Buenos días, General…

- ¡Nada de nada! ¿Entendido, Xavier? Al menso hasta que las altas esferas determinen que postura se debe tomar y que acciones se van a realizar...


- ¿Nada? No me lo puedo creer. – Dijo Maria Hill – ¿Tenemos una crisis mundial que serviría para dar a conocer nuestro pequeño proyecto de “Nuevos” Vengadores, una operación que de tener éxito, nos abriría precisamente las puertas de la ONU, de cara a una colaboración más estable, y me dices que no vamos hacer nada?

- Efectivamente, agente Hill, tal y como yo lo veo, nuestro equipo es un recién nacido, y pese a la profesionalidad y experiencia de los miembros que lo componen, no nos podemos arriesgar a un pequeño resbalón en un asunto de esta índole. Además las órdenes del Pentágono han sido determinantes en este asunto… - Gretchen Lomax retiró la mirada de la agente de SHIELD, y continuó revisando los documentos sobre la mesa.


En la Hidrobase, cuartel general de los Invasores, Valerie Cooper abandonaba la sala de reuniones del equipo de veteranos, tras haberles transmitido las instrucciones que les prohibían intervenir en el asunto.

- Bien Capi, da la orden y subiremos al DK1. – Exclamó Union Jack impaciente.

El Capitán América miró a los compañeros que había en torno a la mesa de reuniones. La Antorcha Humana Original, Thundra, Jack Frost, Aarkus, Druida, Spitfire, y Union Jack. Sabía que bastaba una palabra suya para dirigirse al rescate de la ONU. Sin embargo, tragó saliva y tomó la más difícil de las decisiones.

- Ya habéis oído a la Dra. Cooper, esperaremos.

- Capi… Steve, ¿Estás seguro? – Interrogó la Antorcha extrañado.

- Sí, Jim. Permaneceremos a la espera, atentos a cualquier movimiento que Tauro, o cualquiera de sus socios puedan realizar. Quiero que leáis toda la información que tenemos sobre las diversas encarnaciones del Zodiaco, y que estéis listos para entrar en acción.

- Pero, y la ONU, los rehenes…- Preguntó Spitfire

- Jackie, los datos que tenemos indican que hay al menos dos vengadores presentes en el lugar de la crisis. Te puedo asegurar, por experiencia propia, mal que les pese a Tauro y a sus esbirros, que no van a ser los únicos. - Pese a la gravedad de la situación el Capitán América no pudo reprimir una sonrisa de confianza al recordar a sus compañeros, sabía que ya se habrían puesto en marcha.


- ¿Cómo que los Vengadores no están disponibles? – Chilló Henry Peter Gyrich. - ¿Me está tomando el pelo, Jarvis?

Sin perder la compostura, el eficaz mayordomo de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, contestó al agente del Consejo Nacional de Seguridad.

- Me temo, que no, señor Gyrich, que no es broma. Los Vengadores no están en casa en estos momentos…

- ¿Dónde diablos están? –

- No lo sé, señor, no me lo dijeron. Según el señor Pym no tengo credenciales de seguridad para poseer esa información…

Gyrich calló unos instantes. Había llamado para prohibir a los Vengadores cualquier intervención en el asunto de la ONU, y la respuesta calculada del mayordomo le hacía sentirse burlado. No le gustaba. Con una seca despedida cortó la comunicación con la Mansión. De nuevo los Vengadores estaban actuando por su cuenta, fuera de la coordinación del Consejo Nacional de Seguridad y eso era algo que no se podía permitir. Procedió a realizar otra llamada…

- ¿Agente Falk? – Preguntó - Aquí Gyrich, necesito novedades desde su posición. ¿La mansión continúa supervisada por su equipo?

- En efecto Mr. Gyrich, mi equipo tiene cubiertos todos los accesos posibles al cuartel de los héroes, por aire, tierra, o bajo tierra… Así como sus comunicaciones. El objetivo no ha contactado con ellos.

- No es el Objetivo, el que me interesa ahora,.- Dijo pensando en la Viuda Negra - sino las entradas y salidas del edificio de los malditos enmascarados. ¿Salieron hace mucho?

- ¿Salir? ¡No ha salido nadie! Al menos, no hemos visto salir a nadie…

- ¡Maldición! – masculló Gyrich.

- ¿Señor? – contestó Falk.

- Mantengan su posición Falk. Ya le daré instrucciones. Gyrich fuera.

Henry Peter Gyrich sabía que si tenía que elegir entre la capacidad de los Vengadores para burlar su vigilancia, y la posibilidad de que un hombre como Jarvis le hubiera mentido, probablemente habría ocurrido lo primero. Con toda seguridad los Vengadores habían abandonado la Mansión.


En el auditorio de las Naciones Unidas, los líderes mundiales permanecían retenidos, fuertemente custodiados por los mercenarios de Tauro. La imponente figura del hombre toro irrumpió en la cámara.

- ¡Buenos días, Damas y caballeros! – Saludó con voz animosa. – ¿Dispuestos para hacer negocios?

Los ojos de los políticos internacionales, acostumbrados a comprometerse en todo tipo de soluciones, con independencia de su efectividad, brillaron ante la perspectiva de una salida negociada. Pero la risa de su captor les cayó como un jarro de agua fría.

- ¡JA, JA, JA, JA, JA! Pues me temo que no. Que esta vez, todos ustedes están fuera de juego. No hay nada que puedan ofrecer al Zodiaco que éste ya no tenga o pueda coger si en verdad está interesado. Pese a todo su poder y autoridad, hoy son tan solo rehenes en manos de las decisiones que sus propios gobiernos puedan tomar en cuanto a su destino. ¿Creen que pagarán por ustedes? ¿Está la economía de cada uno de sus países preparada para ello? Sea cual sea su decisión, sus días de poder está contados…

Tauro miró los rostros de los consternados dirigentes mundiales y una sonrisa se dibujó detrás de su máscara. Parecían mantener la calma, pero sabía que en su interior, hasta el más integro de los políticos, si tal cosa existía, experimentaba ahora emociones como la ansiedad, la impotencia, o el miedo. Si esto fuera una película americana, o de cualquier nacionalidad, ahora el presidente de turno dicha nación reaccionaría, y por encima de todos los demás, alegaría a sus derechos, y a la autoridad que le ha sido conferida por su pueblo, democrático o no, pero esto no es ficción, es la vida real, y todos esos hombres ante él carecen de capacidad de reacción. De todas maneras, ¿De qué les serviría?

- Pónganse lo más cómodo que puedan. Y tengan paciencia, mucha paciencia… - Dijo mientras abandonaba la sala y caminaba en dirección a su puesto de mando. Allí le esperaban el teniente Perkins, y el agente Donald Patterson.

- ¡Perkins! ¡Patterson! ¡Informe de novedades!

- La transmisión del ultimátum ha sido emitida a escala global con éxito, Tauro. - Dijo Perkins presuroso. – La cúpula de fuerza que nos separa del exterior mantiene sus niveles de energía al cien por cien… Nada puede entrar ni salir, permanecemos aislados del resto del mundo…

- Bien, bien… ¡Patterson, los dos Vengadores cautivos! ¿Están a buen recaudo? – Preguntó al agente de SHIELD renegado.

- Afirmativo, señor. Por fortuna ambos son humanos sin poderes especiales. Están debidamente encadenados y con una mascarilla provista de un dosificador de gas que les mantiene en constante letargo. Una docena de mis hombres les custodian.

- Envía ocho agentes más de refuerzo. No debemos correr riesgos.

- Se hará como ordenas, Tauro. – Y Patterson se dirigió a cumplir sus órdenes.

Tauro le vio marchar. Pensó que, tras su reciente encarcelamiento y fuga, había sido arriesgado traer a Patterson a esta misión, pero Leo le había asegurado que no había un hombre más válido entre sus agentes, había sido entrenado y preparado para esta operación desde sus prolegómenos, y los conocimientos adquiridos sobre la ONU durante su pertenecía a SHIELD le hacían casi imprescindible. Miró el reloj digital insertado en su uniforme, había llegado la hora de informar a sus socios.

- ¡Perkins! ¿Está listo nuestro sistema de comunicaciones para contactar con nuestros asociados en el exterior?

- Revisando los parámetros de seguridad y privacidad. – Replicó el agente - En unos minutos tendremos sintonizada la frecuencia privada, Tauro.


En los tejados de Nueva York, el hombre llamado Bengala acababa de terminar sus largas horas de vigilia. Había pasado la noche observando como en uno de los apartamentos del edificio frente a él, su objetivo, la antigua espía soviética conocida como la Viuda Negra se reunía con otros dos individuos. Identificar al primero de ellos no fue difícil, pues la foto de Ivan Petrovitch, antiguo asociado de la vengadora, estaba en el dossier que Gyrich le había facilitado, catalogado como posible contacto de su objetivo. Para identificar al otro, en cambio, necesito recurrir a los recursos del Consejo Nacional de Seguridad. Los subordinados de Gyrich le reconocieron como Lee Kerns, agente del FBI. Hace unos minutos, su presa, la Viuda Negra había abandonado el apartamento vigilado. Era el momento de iniciar la caza antes de que volviera a desaparecer.

Natasha Romanova salió a la azotea del edificio. Se había desprendido de la gabardina que ocultaba su oscuro body ajustado. Acababa de oír el ultimátum de Tauro en la televisión y aunque sabía que había una orden de búsqueda y captura sobre su cabeza, no podía eludir la responsabilidad de intentar ayudar de alguna manera. Apuntando con su brazo derecho hacia el asta de bandera de un edificio cercano, un resistente cable salió disparado hacia ella. Con la naturalidad y gracia de una gimnasta entrenada, la Viuda Negra saltó al vacío e inició un balanceo parabólico que la depositó en el tejado de la manzana de enfrente. Sus agudos y entrenados instintos la advirtieron de que no estaba sola. Un silbido en el aire. Un leve giro de cabeza. Y la bella espía notó como un objeto afilado se clavaba en la pared a escasos centímetros de ella.

- ¡Un sai…! – Dijo al reconocer el arma. - ¿Elektra? - Pero la figura masculina que se abalanzó sobre ella no tenía nada que ver con la letal ninja asesina.

La pierna de Bengala golpeó en la barbilla de la vengadora, que apenas tuvo tiempo de echar su cuerpo hacia atrás y rodar con el golpe para amortiguar el impacto. En fracciones de segundo la Viuda recuperó el equilibrio y descargó las cargas eléctricas ubicadas en sus muñequeras. ¡La letal picadura de la Viuda Negra!

Sin embargo, ya no había nadie en el lugar del impacto. Bengala había recuperado el sai de la pared y volvía a saltar sobre ella blandiendo sus armas.

Mientras esquivaba su acometida, la eficaz espía deducía la identidad de su atacante. Su atigrado uniforme, el armamento oriental y sus movimientos felinos le delataban como el asesino mercenario, Bengala. Matt [Daredevil] se había enfrentado una vez a él. La información que disponía de él era que había venido a los Estados Unidos buscando vengar el exterminio de su aldea natal en el sudeste asiático a manos de un pelotón de marines norteamericanos. Se rumoreaba que podía haber ofrecido sus servicios a las agencias de inteligencia estadounidenses a cambio del permiso de residencia. Prácticamente del mismo modo que lo había obtenido ella trabajando para SHIELD hace ya años. A sus ojos, la araña y el tigre no eran tan diferentes, como el intercambio de golpes y bloqueos demostraba, ambos estaban muy igualados. Puño, bloqueo, patada, bloqueo, amago de golpe de puño, patada. Ninguno obtenía ventaja sobre el otro.

Inmersa en el desquiciado y violento baile que habían iniciado, Natacha notó como su oponente no lanzaba ningún golpe mortal, debía de tener órdenes de capturarla viva. ¿Por qué? ¿Para quién? Lee Kerns trabajaba para el FBI, ¿Podía haberle tendido esta celada? Era una posibilidad a investigar. Descentrarse de la intensidad del combate supuso un error para la Viuda, pues el pie de Bengala conectó con fuerza en su estómago y casi la hizo perder el aliento.

- Ríndete. – Le ordenó el oriental.

- Por fin, hablas. –Sonrió la Viuda tomando aliento mientras se palpaba el estómago. – Es todo un honor…

- No quiero hacerte daño, pero tengo que cumplir mi misión. – Dijo con voz sobria. – Entrégate.

- Aun no. – La experta espía retiró sus manos del estómago. Bengala se percató de que llevaba algo en ellas pero no tuvo tiempo de reaccionar. La Viuda Negra había desprendido dos de los medallones que adornaban su cinturón y arrojó uno a los pies de su oponente y otro a los propios.

Al ve caer el objeto Bengala saltó instintivamente para ponerse a salvo, escapando así de una pequeña explosión. La Viuda Negra había desaparecido tras una cortina de humo provocada por la detonación del segundo medallón.

- No importa, - se dijo el mercenario.- No irá muy lejos…


- Me temo que he de reconocer que no tenemos ni idea de donde están los Vengadores. – Afirmó Henry Peter Gyrich. – No pude transmitirles la orden de no intervenir en la Crisis de la ONU. Según el mayordomo no hay nadie en la Mansión y sus comunicadores personales están desactivados. No podemos descartar que hayan tomado la iniciativa. - En sus respectivos despachos, Valerie Cooper, Gretchen Lomax, la Directora Carter de SHIELD, recibían la noticia por videoconferencia. Cada uno de ellos especuló interiormente acerca de este dato.

[Val Cooper] – Steve Rogers aceptó sin discusiones la inactividad de los Invasores ¿Tendría datos de los que no me informó?

[Gretchen Lomax] – La incompetencia de Gyrich para controlar a los héroes se ajusta perfectamente a mis esquemas, solo espero que no acarree ninguna desgracia irreparable.

[Sharon Carter] – Por fin. Parece que alguien va a intentar hacer algo. Esperemos que tengan éxito. – Y la Directora de SHIELD se apresuró a añadir a sus interlocutores.

- Daré orden inmediata de reforzar la vigilancia del perímetro. No podemos permitir que los enmascarados intervengan en esta crisis internacional, podría tener graves consecuencias mundiales. [Por Dios, son los Vengadores. Salvarán el día. Espero]. Estoy abierta a sus sugerencias…


Y en las inmediaciones de la cúpula rosada…

- Muchachos, extremad las medidas. – Ordenó el teniente Chance de SHIELD a los hombres bajo su mando. – Hemos recibido informes de la posibilidad de que un grupo de capas intente superar el perímetro.

- Teniente, - dijo el agente Corrigan, socarronamente. - Nada ni nadie podría superar nuestra vigilancia. Tenemos los más sofisticados escáners. Nuestros dispositivos de detección son tan sensibles que pueden detectar incluso la nube de insectos que revolotea en torno al objetivo acordonado. ¿Ve? – Dijo señalando la pantalla.

- ¿Insectos? – Chance miró intrigado la pantalla. – ¡Corrigan, eres imbécil! ¡Ponedme con la Directora Carter, esto es grave!

Camuflados entre una pequeña nube de insectos, cuatro minúsculos vengadores volaban imperceptibles hacia el emplazamiento de las Naciones Unidas.


Al frente de ellos, el doctor Henry Pym se sentía inspirado. No contestar a la llamada de Gyrich les supondrá una buena bronca, pero nada que no pueda superar el gabinete jurídico de los Vengadores. Intuía que la llamada del enlace de los Vengadores podía venir acompañada de la prohibición de intervenir en el asunto de las Naciones Unidas. Desobedecer esa orden directa les hubiera traído más problemas. Acudir al rescate de sus compañeros en peligro antes de recibir órdenes contradictorias era lo más lógico, y les serviría de atenuante.

“- ¡Jarvis, regresa a la sala de comunicaciones y dile a Gyrich que no estamos en la mansión! ”- Fueron sus palabras. Y al observar la cara de incredulidad del mayordomo, añadió. -Tranquilo, no mentirás, para cuando estés hablando con Petey, no estaremos aquí.- Y miró a sus tres compañeros y les ordenó. -¡Seguidme! ”


Mientras avanzaban hacia la salida más próxima, Chaqueta Amarilla echó mano de una de sus últimas aplicaciones en el uso de partículas Pym. Un pequeño dosificador con el que emitió un gas con el que roció a sus compañeros. En menos de un segundo, todos habían sido reducidos al tamaño de un insecto. Al mismo tiempo, un enjambre de hormigas voladoras aterrizaba su alrededor

- “Tranquilos héroes, ”- dijo al ver sus caras de asombro. -“Creo que esta será la manera más apropiada para acercarnos a la ONU sin llamar la atención. ”

Potenciado por las alas vibratorias de su uniforme, Henry Pym revoloteó entre sus compañeros para supervisar sus tropas.

Lobo Rojo disfrutaba del frescor del viento en su rostro mientras cabalgaba sobre una de las hormigas voladoras convocadas por Pym.

- Will, parece que lo estás disfrutando. – Le preguntó Chaqueta Amarilla.

- Soy la encarnación del Espíritu de Owayodata en la Tierra. – Contestó el Cheyenne sonriendo. Al ver que eso no significaba nada para Pym, continuó. – Owayodata, de quien se dice que fue el que domó el primer caballo. Cabalgar a lomos de una hormiga es una experiencia que seguramente ninguno de los más legendarios jinetes entre mis hermanos de raza ha realizado.

- Uh, está bien… - calló unos instantes. Y preguntó de nuevo. – Lobo Rojo, hay algo que no logro quitarme de la cabeza.

- Tú dirás…

- Este nuevo Tauro. Sabemos que está relacionado con el original, con Cornelius Van Lunt… Un hombre que, según nuestros archivos, fue la causa de que te convirtieses en Lobo Rojo… ordenó la muerte de tus padres... [5]

- No me afecta, si eso es lo que te preocupa. La sangre de Wildrun, el primer Lobo Rojo, corría por mis venas mucho antes que los secuaces de Van Lunt matasen a mi familia. Estaba destinado a convertirme en el Espíritu de Owayodata desde mi nacimiento. Jason Birch, el hombre que asesinó a mis padres por orden de Van Lunt pagó sus culpas. La explotación a la que Van Lunt sometía a mi gente cesó cuando los libré de su yugo con vuestra ayuda… Y el propio Van Lunt está muerto… No tengo nada contra este Tauro, más allá de mi deber para con nuestra alianza…

Pym respiró aliviado, lo último que necesitaban en esta misión era un vengador obcecado por la venganza, había demasiado en juego.

Unos metros más atrás, (o centímetros si nos atenemos a su actual escala), Ave de Fuego, cuchicheaba suavemente con su montura. - ¡Muy bien preciosa, así, así…!

- ¿Vas bien, Bonita? – Le preguntó Henry Pym revoloteando a su lado.

- Sí, Hank, puedo no ser un jinete tan experto como William, pero me crié en el medio oeste, entre caballos, y cabalgar en esta criatura de Dios, no me supone ningún problema. Aun así, preferiría volar con mi propio poder.

- Te entiendo, - contestó él - pero la estela de fuego que dejas tras de ti, pese a nuestro tamaño, podría llamar la atención y advertir de nuestra presencia…

- Lo se… - dijo ella intentando esbozar una sonrisa de tranquilidad.

Chaqueta Amarilla voló entonces hacia Gilgamesh, el coloso eterno encabezaba la comitiva, volaba con su propio poder, ansioso por hacer frente al hombre toro que días atrás le había burlado.

- Gilgamesh, - Comentó el doctor Pym al situarse a su lado. – No se si eres conciente de la gravedad de la situación.

- Es simple. Los villanos amenazan al mundo, los héroes los detenemos. Así ha sido desde el inicio de los tiempos…

- No Gil, no. – replicó Pym. – Hay más en juego que una lucha de buenos y malos. Los líderes de las naciones más importantes del mundo están ahí dentro. La muerte de cualquiera de ellos, podría provocar un incidente internacional y afectar al orden mundial, pese a que derrotemos a los malos. Nuestra prioridad es salvar a los rehenes, no matar a los monstruos. ¿Lo entiendes?

- Sí. – Dijo secamente el legendario héroe.

- Ese es tu deber, nuestro deber, como Vengadores. - Afirmó Pym. - ¿Conforme?

- Haz tu parte, hombre insecto. Yo haré la mía. – Y el eterno aceleró su velocidad de vuelo.

Chaqueta Amarilla observó al eterno tomar distancia. En sus años como vengador había combatido lado a lado con seres con su mismo nivel de poder… Thor y Hércules podían ser arrogantes por momentos, pero su eficacia y lealtad estaba garantizada, incluso Hulk podía ser manejable, pero este “héroe legendario”, era para Pym algo impredecible. Pensó en Jan Van Dyne y confió en que ella y Dane Whitman estuvieran a salvo. “La prioridad son los jefes de estado, se dijo así mismo”. En ese momento alcanzaron los límites de la cúpula rosada y aterrizaron a sus pies. Lobo Rojo y Ave de Fuego descabalgaron de sus hormigas, y se unieron a sus dos compañeros...

Henry Pym observó unos instantes el campo de fuerza, y finalmente dijo. – Os diré lo que vamos a hacer…

Continuará...

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Referencias:
1 .- El sintezoide vengador partió en busca de la mutante en la saga narrada durante La Visión 13-16.
2 .- Donald Patterson, agente de SHIELD que en realidad trabajaba para el mercenario Leopoldus (LEO). Se le suponía bajo custodia de SHIELD desde La Visión 10.
3 .- Tauro escapó de Gilgamesh en Vengadores 10 AT
4 .- Como se narra en Los Cuatro Fantásticos Crepúsculo 1-2 (AT)
5 .- Como se narró en Avengers 80 (Septiembre 1970).

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